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domingo, 13 de octubre de 2024

Filosofía de la Historia, decadencia y fin de la Historia

Representación del pasado, presente y futuro por un sujeto de prueba. La persona comenta: «El pasado es sólido y completo, pero sigue influyendo en el presente y el futuro. El presente es complejo y no sólo es resultado del pasado, sino que conduce al futuro, por lo que se superpone a ambos, es una entidad en sí misma. El futuro es lo menos limitado, pero está influido por ambos, pasado y presente».
Arnheim, R. Visual Thinking (1969).

Naif Al Bidh, Geopolitika

Los dos últimos años trabajando en mi tesis doctoral me topé con el trabajo de Rolf Gruner titulado The Concept of Speculative Philosophy of History (1972). El trabajo de Gruner influyó significativamente en mi tesis, ya que fue uno de los pocos estudiosos que intentó explorar la filosofía especulativa de la historia como concepto y el por qué de su rechazo por parte de las corrientes académicas dominantes condujo a una definición y comprensión erróneas de la misma. Ahora bien, por supuesto, al igual que Toynbee, Hegel, Spengler y Quigley, el hecho de que simplemente mencionara la «filosofía especulativa de la historia», aunque no intentara construir una filosofía de la historia, significaba que su trabajo quedaría automáticamente marginado. La filosofía de la historia propiamente dicha, lo que la corriente académica dominante denomina «filosofía especulativa de la historia» es esencialmente anatematizada, incluso intentar explorar tal concepto pondría en riesgo el conjunto de una investigación. Lo que hace temible este fenómeno, el rechazo de la filosofía de la historia, es el hecho de que se trata de una actividad intrínsecamente humana que hemos practicado a lo largo de la historia, y quizá sin saberlo, a lo largo de nuestras propias vidas. Berkley Eddins, en su libro In Speculative Philosophy of History: A Critical Analysis (1968), la describió como poseedora de: “«relevancia existencial», con lo que quiero decir que forma parte de toda actividad humana, no es una mera especulación ociosa o lujosa, sino una indagación fundamental para el desarrollo normal de los asuntos humanos”.

domingo, 29 de septiembre de 2024

Fredric Jameson: sumergirse en la historia


Maciek Wisniewski, La Jornada

El domingo pasado, tras haber cumplido hace unos meses 90 años (t.ly/1Mgva), murió Fredric Jameson (1934-2024), un intelectual marxista, filósofo y critico cultural estadounidense cuya vasta obra influyó en generaciones de pensadores, académicos y activistas cambiando nuestra comprensión de la cultura, la política y la estética del “capitalismo tardío”, el término, retomado de Ernest Mandel, que Jameson solía favorecer y que simplemente significa “reciente”, pero también alude a cierta “obsolescencia”.

Jameson −teórico marxista quizás más versátil y prolífico desde Theodor W. Adorno− que había enseñado en la Universidad de Duke desde 1985 y entre cuyos numerosos libros se encuentran Marxismo y forma (1971), El inconsciente político (1981), Posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío (1991), Valencias de la dialéctica (2009) o Las antinomias del realismo (2013), desde su temprano encuentro con la obra de Sartre y su “lenguaje filosófico” (t.ly/lI3Wy) y retomando y profundizando nuestro entendimiento de la obra de autores como Hegel, Marx, Gramsci, Lukács, Adorno, Benjamin, Lefebvre o Althusser, exploró los vínculos entre ideología y cultura, economía y estética o historia y lenguaje en la literatura, la arquitectura y el cine, cambiando de modo particular todo el campo de la teoría cultural y la crítica literaria (t.ly/gvE9T).

jueves, 26 de septiembre de 2024

Andrei Fursov: Del estado de decadencia que temía Stalin a una nueva sociedad

«La historia es un choque de voluntades y una competición de alternativas: en cuanto una de ellas gana, las demás alternativas simplemente ceden. Pero mientras no haya un vencedor y la lucha continúe, la historia es de naturaleza probabilística», afirma el historiador ruso Andrei Fursov

Markku Siira, Web Site

Los dirigentes soviéticos abandonaron su propia versión del futuro a mediados de la década de 1960 y se integraron gradualmente en el sistema capitalista, creyendo que por tener armas nucleares y petróleo podían sentarse a la misma mesa que la élite mundial. Las potencias occidentales les siguieron el juego durante un tiempo, pero fueron más astutas que los rusos.

«Aunque Estados Unidos atravesaba una grave crisis a finales de los 60 y principios de los 70, los dirigentes soviéticos no aprovecharon el momento, sino que, por el contrario, creyeron en la llamada «distensión» ofrecida por Occidente», afirma Fursov.

Fursov reitera que la dirección soviética [de Jruschov] abandonó el anticapitalismo sistémico y se unió al sistema capitalista global, poniendo así en marcha la degeneración política que José Stalin temía y que finalmente condujo a la desintegración de la Unión Soviética.

Con la caída de la Unión Soviética, el capitalismo ganó más tiempo. Bajo la segunda presidencia de Bill Clinton, Estados Unidos registró un superávit presupuestario por primera vez en treinta años. «Esto fue a costa del saqueo del campo socialista», argumenta el erudito ruso.

lunes, 23 de septiembre de 2024

Recuperar al camarada Orwell

George Orwell se convirtió en un espejo en el que cualquier posición política puede mirarse y devolverse la mirada. Pero no nos equivoquemos: Orwell pertenece a la izquierda.

Scott Poole, Jacobinlat

Durante la primera semana de revelaciones sobre el programa «Prisma» de la Agencia de Seguridad Nacional, George Orwell se puso al rojo vivo. O, más exactamente, la lectura (o al menos la posesión) de 1984 de Orwell se puso al rojo vivo. Las ventas del clásico se dispararon un 7000% en Amazon a los pocos días de las primeras noticias sobre la nueva y ominosa forma de nuestra cultura de la vigilancia.

La repentina popularidad de Orwell tiene un costo para el legado del autor. La lectura de 1984 y de Rebelión en la granja sólo proporciona una introducción simplista a un pensador complejo. Además, sus escritos y su actuación en medio de luchas intestinas en la izquierda hicieron que su legado sea difícil de comprender sin un análisis minucioso tanto de su vida como de sus obras.

Orwell se convirtió en un espejo en el que todo tipo de posiciones políticas pueden mirarse y, sin falta, verse a sí mismas devolviendo la mirada. Pero ya es hora de reivindicar a Orwell como compañero de lucha por un mundo mejor.

viernes, 6 de septiembre de 2024

Antonio Gramsci: Faro del Nuevo Mundo

«Podéis matarme, pero la idea que hay en mí nunca la mataréis»

Giacomo Matteotti

Alessandro Fanetti, Geopolitika

Antonio Gramsci es uno de los más grandes pensadores que ha visto Italia (y el mundo). Un pensador que podría tener decenas de títulos más, como político, filósofo y escritor. Un hombre que dio su vida por sus ideales y dedicó toda su existencia a hacer madurar conceptos que hasta entonces eran poco conocidos y comprendidos en el panorama mundial. Una vida, por lo tanto, al servicio de los demás, para la construcción de una sociedad más justa y de un mundo mejor. Sin olvidar nunca a las personas que amó hasta el último momento de su vida (a las que escribía recurrentemente incluso desde la cárcel y de las que esperaba ansiosamente cartas de respuesta) y ciertamente también gracias a las cuales consiguió soportar años de dura prisión fascista: Tania, Iulca, Mamma, Delio, Giulia, etc. [1]. El encarcelarlo (hasta la muerte) fue considerado por el régimen que gobernó Italia de 1922 al 43 como la única arma capaz de detener el impulso de las ideas de Antonio Gramsci.

Una ola arrolladora que, sin embargo, no se extinguió entre las cuatro paredes donde estuvo relegado demasiados años, sino que se desbordó imparable, barriendo los cuatro puntos cardinales del planeta. Por ello, aún hoy, casi 90 años después de la muerte del ilustre comunista sardo (líder indiscutible de los comunistas italianos desde el nacimiento del PCI en 1921), sus conceptos, pensamientos, propuestas y personalidad son estudiados, analizados y a menudo adoptados en la organización de las sociedades en su conjunto. Estudiados y analizados no sólo por quienes se inspiran en su persona y sus ideales, sino también por quienes están en las antípodas de estos ideales: en primer lugar, las élites liberal-democráticas que dirigen el llamado «Occidente político». Los estudios y “tomas de tierra” que se dan en América Latina y el Caribe han resultados ser uno de los terrenos más propicios, gracias a movimientos populares y gobiernos, que consideran los análisis de Gramsci un faro indispensable.

lunes, 2 de septiembre de 2024

Historia, “lecciones del pasado” y ausencia del futuro


Maciek Wisniewski, La Jornada

Entender el presente en términos del pasado es una de las maneras populares en que nos posicionamos y tomamos decisiones para actuar. Incapaces de predecir el futuro y detener el presente, el pasado se vislumbra como nuestro único punto de apoyo: una suerte de “atajo a la racionalidad”. La historia, de este modo –al menos según algunos–, provee una serie de “enseñanzas” que, propiamente absorbidas, han de disipar las dudas y estimular el cambio político.

El auge de la extrema derecha en los últimos años en general y la presidencia de Trump en particular, han sido dos momentos en que estos sentimientos se han condensado de manera particular. La idea de que el pasado contiene “lecciones” que a menudo toman forma de comparaciones históricas, prevalece en el discurso público. Esas analogías a menudo van acompañadas de terribles advertencias sobre la suerte de quienes “olvidan” o “ignoran” la historia y luego están “condenados a repetirla”, como reza el dictum atribuido a George Santayana.

miércoles, 21 de agosto de 2024

Comprender el ascenso del fascismo

Los relatos populares del nazismo a menudo afirman que Hitler llegó al poder democráticamente. Pero, el historiador Richard J. Evans argumenta que el fascismo alemán dependía de las milicias armadas, compuestas por veteranos descontentos inspirados por el antisemitismo, para aplastar a los comunistas y socialistas.

Richard J. Evans / Aaron J. Leonard, Jacobin

El historiador británico Richard J. Evans es autor de dieciocho libros, incluida su trilogía sobre el Tercer Reich (La llegada del Tercer Reich, El Tercer Reich en el poder y El Tercer Reich en guerra), que abarca el ascenso y la caída del fascismo en Alemania.

Autor también de Eric Hobsbawm: una vida en la historia, Evans publicó este mes su último libro, titulado Hitler’s People: Faces of the Third Reich. Allí pone el foco sobre el círculo íntimo de Adolf Hitler e intenta comprender la psicología y las vidas del elenco de figuras que llevarían al partido nazi al poder y a Alemania al desastre.

Desde Jacobin conversamos con él sobre las fuerzas políticas que permitieron el ascenso del fascismo en Alemania, así como sobre el papel del antisemitismo y el anticomunismo en la visión nazi del mundo.

lunes, 1 de julio de 2024

El complot franco-británico para desmembrar Rusia

Tras la revolución bolchevique, Gran Bretaña y Francia habían acordado repartirse los vastos recursos de la Unión Soviética, neutralizando al mismo tiempo cualquier perspectiva de que Moscú emergiera como un importante agitador anticapitalista internacional.

Kit Klarenberg, Al Mayadeen

En junio se cumplen varios aniversarios, casi completamente desconocidos hoy en Occidente, de acontecimientos significativos en la invasión aliada contra la Unión Soviética. A saber, cuando todo el desdichado proyecto empezó a desmoronarse espectacularmente. La pérdida del aliado zarista de las potencias aliadas a manos de la revolución de noviembre de 1917, y la posterior concesión por parte de los asediados bolcheviques a Alemania de la hegemonía política y económica sobre Europa Central y Oriental mediante el Tratado de Brest-Litovsk, condujeron a una amplia intervención imperial en la guerra civil rusa, a partir de mayo de 1918.

El esfuerzo fue dirigido por Gran Bretaña y Francia. Soldados procedentes de los respectivos imperios de ambos países, así como de Checoslovaquia, Estonia, Grecia, Italia, Japón, Letonia, Polonia, Rumania, Serbia y EEUU, fueron desplegados en gran número, luchando junto a las fuerzas anticomunistas «blancas» locales. En un principio se desarrolló en gran parte en secreto, pero en junio de 1919 las cosas iban tan mal para los invasores que Londres envió formalmente a la Unión Soviética una «Fuerza de Socorro de Rusia del Norte» de 3.500 soldados. Su aparente misión era defender las posiciones británicas amenazadas en el país.

jueves, 25 de abril de 2024

26 de abril de 1937: Guernica no se olvida

Lo de Guernica fue un genocidio, tal como más tarde lo sería Dresde y hoy Gaza. En los últimos 100 años occidente ha dado muestras del salvajismo y la bestialidad que los mueve.

Claudio Albertani, La Jornada

En 1933, H. G. Wells publicó una novela distópica, La forma de las cosas por venir, en la cual formulaba advertencias apocalípticas sobre el futuro de la humanidad.

Los “magníficos horrores” del pasado, anotaba el escritor, se quedarían cortos ante la Nueva Guerra (con mayúsculas), misma que desembocaría en la masacre científica de la humanidad borrando la antigua distinción entre combatientes y población civil.

Muy pronto se supo que no era ciencia ficción. Narra el historiador británico Paul Preston en La muerte de Guernica que el 19 de julio de 1936, tras el levantamiento militar contra la República Española, Emilio Mola, uno de los generales golpistas, sermoneó así a los alcaldes de la provincia de Navarra: “Hay que sembrar el terror… hay que dar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”.

domingo, 17 de marzo de 2024

El tejido de la realidad

Pronto nos convertimos en un pueblo sin memoria de su pasado; un espacio fantasma de formas rotas u olvidadas hace tiempo.
Alastair Crooke, Al Mayadeen

El célebre filósofo francés Henri Corbin, que enseñaba en la Universidad de Teherán, llamó una vez la atención de un amigo occidental sobre un antiguo armario de un café de Teherán, en el que estaban sentados. La antigua pieza tenía varios estantes -cada uno delimitado por un fino revestimiento- recortados en torno a la silueta de distintos jarrones y urnas, en los que se encajaban en los estantes.

Sólo que, como observó Corbin, los jarrones y urnas estaban ausentes: hacía tiempo que habían desaparecido; rotos o perdidos.

Lo que Corbin quería decir era que, a pesar de todo, el espacio que ocupaban físicamente seguía existiendo en un contorno claro. Y lo mismo ocurre con las ideas, con las cosas dichas o escritas.

No han desaparecido del todo. El espacio persiste y, de algún modo, nos los recuerda implacablemente.

Corbin señalaba aquí algo importante sobre la comprensión shi’a del tiempo y la memoria. Insinuaba que la memoria no reside sólo en nosotros, sino más allá del confín de los cerebros individuales; y que los recuerdos pueden surgir y surgen en la conciencia, desencadenando un recuerdo de algo pasado.

domingo, 28 de enero de 2024

Francis Fukuyama y la creación del burgués como clave de la historia universal

Nicolas Bonnal, Euro-Synergies

He dicho veinte veces lo que pienso de Fukuyama, absolutamente indiscutible desde hace cuarenta años (Reset, unificación digital, dictadura verde, totalitarismo sanitario mundial y globalismo obtuso de la ONU), y no volveré sobre ello. Necesita ser complementado por Kojève para ir más allá de la imbécil observación geopolítica de que «ya veremos qué pasa con los rusos y los chinos» (Kojève ya se ríe de esos «pobres americanos» y le da la risa floja). Para mí, el mejor capítulo de su vertiginoso y cautivador libro es el decimoséptimo (sic), que describe la fabricación del burgués por la ingeniería social de la época (Fukuyama cita esta expresión).

A continuación le escuchamos:
«Hobbes y Locke, los fundadores del liberalismo moderno, trataron de erradicar el thymos de la vida política y sustituirlo por una combinación de deseo y razón. Estos liberales ingleses de principios de la Edad Moderna veían la megalotímia (el orgullo guerrero, la personalidad aristocrática) en forma del orgullo apasionado y obstinado de los príncipes, o del fanatismo sobrenatural de los sacerdotes militantes, como la causa principal de la guerra y, con ello, atacaban todas las formas de orgullo».

sábado, 27 de enero de 2024

Cuando el velo se desgarra: las verdades ocultas del sionismo, de Jabotinsky a Netanyahu

El grupo gubernamental israelí que ya ha asesinado 25.000 palestinos en Gaza no es representativo de los judíos en general. Es más bien heredero de una ideología que ha venido cometiendo ese tipo de crímenes desde hace un siglo. En este artículo, Thierry Meyssan pasa revista a la historia de los sionistas revisionistas, de Vladimir “Zeev” Jabotinsky a Benyamin Netanyahu.

Thierry Meyssan, Red Voltaire

El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, declaró en la universidad de Valladolid (España): «Creemos que una solución de dos Estados debe ser impuesta desde el exterior para traer la paz. Aunque, insisto, Israel se reafirme en esa negativa [ante la creación de dos Estados] que, para impedirla, han llegado ellos mismos a crear el Hamas (…) Sí, Hamas ha sido financiado por el gobierno de Israel para intentar debilitar a la Autoridad Palestina de Fatah. Pero si no intervenimos fuertemente, la espiral de odio y de violencia seguirá generación tras generación, de funeral en funeral.»

Con esas palabras, Borrell rompía con el discurso oficial occidental, según el cual el Hamas es el enemigo que atacó por sorpresa Israel el 7 de octubre, ataque que supuestamente justifica la respuesta actual de Israel y la masacre que ya ha costado la vida a 25 000 civiles palestinos. Borrell afirmaba en su discurso que enemigos de los judíos pueden contar con el apoyo de ciertos judíos, en particular con el de Benyamin Netanyahu. Simultáneamente, el jefe de la diplomacia europea rechazaba la interpretación comunitaria de la historia y analizaba las responsabilidades de ciertos individuos.

Ese cambio en la narrativa se hizo posible con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, hace 4 años. Josep Borrell sabe que la Unión Europea ha financiado el Hamas desde el golpe de Estado que protagonizó en 2006… pero hoy dice al fin lo que ya sabía. Borrell no mencionó los vínculos del Hamas con la Hermandad Musulmana –el Hamas se identifica como la «rama palestina» de esa cofradía–, tampoco habla de la relación de la Hermandad Musulmana con el MI6 –los servicios secretos británicos. Simplemente sugiere que ya es hora de salir de ese engranaje infernal.

sábado, 20 de enero de 2024

Pepe Escobar: Emmanuel Todd y la derrota de Occidente

Emmanuel Todd, historiador, demógrafo, antropólogo, sociólogo y analista político, forma parte de una especie en extinción: uno de los pocos exponentes que quedan de la intelectualidad francesa de la vieja escuela, heredero de aquellos como Braudel, Sartre, Deleuze y Foucault que deslumbraron a sucesivos jóvenes. Generaciones de la Guerra Fría desde Occidente hasta Oriente.
Pepe Escobar, Sputnik

La primera pepita de su último libro, La Défaite de L'Occident (“La derrota de Occidente”) es el pequeño milagro de haber sido publicado la semana pasada en Francia, justo dentro de la esfera de la OTAN: un libro como una granada de mano, de un pensador independiente, basado en hechos y datos verificados, que hace saltar por los aires todo el edificio de la rusofobia erigido en torno a la “agresión” del “zar” Putin.
Al menos algunos sectores de los medios corporativos estrictamente controlados por los oligarcas en Francia simplemente no pudieron ignorar a Todd esta vez por varias razones. Sobre todo porque fue el primer intelectual occidental, ya en 1976, que predijo la caída de la URSS en su libro La Chute Finale, basándose en sus investigaciones en las tasas de mortalidad infantil soviéticas.
Otra razón clave fue su libro de 2002 Apres L'Empire, una especie de avance de la decadencia y caída del Imperio publicado unos meses antes de Shock & Awe en Iraq.

Ahora Todd, en lo que ha definido como su último libro (“Cerré el círculo”) se permite ir a por todas y describir meticulosamente la derrota no sólo de Estados Unidos sino de Occidente en su conjunto, centrándose en su investigación en torno a la guerra en Ucrania.

lunes, 15 de enero de 2024

A cien años de su muerte: ¿podemos aprender algo de Lenin?


Miguel Salas, Sin Permiso

El 21 de enero hará cien años que falleció Vladimir Illich Ulianov, más conocido como Lenin. Uno de sus biógrafos, nada partidario de sus teorías, señaló: “el rastro que ha dejado en la historia del mundo es infinitamente más perceptible, pongamos, que el dejado por Alejandro de Macedonia, Tamerlán o Napoleón, pues él solo cambió el curso de la historia” (Robert Payne. Vida y muerte de Lenin). No fue él solo, pero si fue la cabeza de la primera revolución obrera victoriosa que demostró que otro mundo era posible. A pesar de todas las vicisitudes de la revolución rusa de 1917 sus experiencias, virtudes y errores forman parte del bagaje necesario para quienes aspiran alumbrar una nueva sociedad.

Lenin no está de moda. Las campañas en su contra han logrado que en la conciencia de muchas izquierdas aparezca como incómodo, a quien no es nada conveniente acercarse y menos reivindicarlo. Como máximo se le reconoce su lugar en la historia, como agua pasada que mejor no recordar. Él mismo escribió sobre esto: “Ocurre hoy con la doctrina de Marx lo que ha solido ocurrir en la historia repetidas veces con las doctrinas de los pensadores revolucionarios y de los jefes de las clases oprimidas en su lucha por la liberación. En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para “consolar” y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola” (El Estado y la revolución).

lunes, 8 de enero de 2024

¿Por qué es tan importante Gaza en la lucha palestina?

La historia de la Franja de Gaza revela que el diminuto enclave lleva mucho tiempo condensando la identidad palestina; por eso es ahora el epicentro de la crisis regional.
Concurrida calle frente a la Plaza Medina en Gaza, Agosto 1971

Anne Irfan, +972 Magazine

Más de medio siglo después de que Israel comenzara la ocupación de la Franja de Gaza, cada vez hay más indicios de que está utilizando su ofensiva militar actual para remodelar el territorio por completo.

El 30 de octubre +972 publicó un documento oficial del Ministerio de Inteligencia de Israel que recomendaba expulsar por completo a todos los palestinos de Gaza al desierto del Sinaí. Tras recibir informaciones de que el Gobierno israelí presionaba a Egipto para que aceptara buena parte de la población de Gaza, el primer ministro Benjamin Netanyahu confirmó en una reunión del partido Likud que estaba procurando activamente “transferir” a los palestinos fuera de la Franja. El llamamiento a la expulsión en masa, que ya ganaba partidarios en la derecha israelí antes del 7 de octubre, encuentra cada vez mayor aceptación en el discurso dominante en Israel.

Los ataques a la infraestructura de Gaza y a la población civil parecen corroborar estos planes. El comisionado general de UNRWA, Philippe Lazzarini, ha declarado que por primera vez desde su creación hace 74 años, la agencia es incapaz de cumplir su mandato en Gaza. Algunos analistas sostienen que las acciones de Israel en Gaza ahora constituyen domicidio: la destrucción masiva y deliberada de casas con el objetivo de hacer una zona inhabitable.

La cifra de víctimas mortales palestinas desde el 7 de octubre ya supera el número total de muertos en todas las operaciones israelíes anteriores en la Franja en este siglo. En el momento de escribir estas líneas las fuerzas israelíes han matado a más de 22.500 palestinos en Gaza, el 70% de ellos mujeres y niños; más de 51.000 personas han sido heridas, y casi 1,9 millones de personas, la inmensa mayoría de la población de la Franja, han sido desplazadas.

sábado, 6 de enero de 2024

Arno J. Mayer: muerte y actualidad


Maciek Wisniewski, La Jornada

El 18 de diciembre murió Arno J. Mayer (1926-2023), el historiador estadounidense de origen judío-luxemburgués, autodefinido “marxista disidente de izquierdas”. En 1940, junto con su familia –aunque unos de sus abuelos murieron en el gueto de Theresienstadt en Chequia ocupada–, logró huir de los nazis. Sus principales campos de estudio han sido historia política europea del siglo XX, la diplomacia (donde rompía con una regla no escrita de que uno tenía que ser un diplomático para escribir de ella), el periodo 1914-1945 (que ha bautizado como “la crisis de los 30 años” al estilo a la Guerra de los Treinta Años 1618-1648), el Holocausto, el sionismo y la violencia en la política.

Mayer formó parte –bien escribía Enzo Traverso hace exactamente un año en un exquisito perfil que hoy se lee como un obituario– de una extraordinaria generación de eruditos judíos de habla alemana, como George L. Mosse, Raul Hilberg, Peter Gay o Fritz Stern (siendo Mayer uno de los pocos marxistas de este grupo) que nacieron en Europa entre el final de la Primera Guerra Mundial y el ascenso de Hitler y que acabaron exiliados en Estados Unidos. Sus “hábitos mentales”, forjados por los “cataclismos del siglo XX” les han dado “un agudo sentido de la historia”, algo que supieron traducir en la escritura y así contribuir a nuestra comprensión de la modernidad (bit.ly/3tGAbNn).

miércoles, 3 de enero de 2024

No desestimes a Marx: su crítica del colonialismo es más relevante que nunca

Marcello Musto, Sin Permiso

Durante las últimas dos décadas, hemos sido testigos de un resurgimiento del interés en el pensamiento y la obra de Karl Marx, autor de obras filosóficas, históricas, políticas y económicas fundamentales, y, por supuesto, del Manifiesto Comunista, que es quizás el manifiesto político más popular de la historia del mundo. Este resurgimiento se debe en gran medida a las consecuencias devastadoras del neoliberalismo en todo el mundo: niveles sin precedentes de desigualdad económica, decadencia social y descontento popular, así como a la intensificación de la degradación ambiental que acerca al planeta cada vez más a un precipicio climático, y a la incapacidad de las instituciones formales de la democracia liberal para resolver esta creciente lista de problemas sociales. Pero, ¿sigue siendo Marx relevante para el panorama socioeconómico y político que caracteriza el mundo capitalista de hoy? ¿Y qué pasa con el argumento de que Marx era eurocéntrico y tenía poco o nada que decir sobre el colonialismo?

Marcello Musto, un destacado erudito marxista y profesor de sociología en la Universidad de York en Toronto, Canadá, que ha sido parte del renacimiento del interés en Marx, sostiene en una entrevista exclusiva para Truthout con C.J. Polychroniou que Marx sigue siendo muy relevante hoy en día y desacredita la afirmación de que era eurocéntrico. En la entrevista que sigue, Musto argumenta que Marx fue, de hecho, muy crítico con el impacto del colonialismo.

lunes, 1 de enero de 2024

Engaño, humillación y muerte por el hambre eterna de 'honor y gloria'

Alastair Crooke, Strategic Culture

Un tema importante de la Ilíada de Homero –que de algún modo parece tan fresco y vívido hoy como cuando se escribió por primera vez– es su descripción de cómo ni siquiera los estados más grandes de la civilización logran recuperar lo que pierden. “Los intentos de reparar una pérdida sólo conducen a más pérdidas”, escribe Emily Wilson en su introducción a la Ilíada (2023). "La pérdida nunca se puede recuperar".

Mientras Wilson expone su historia, no se puede escapar a la analogía con la actualidad: con un Biden que busca recuperar la "reputación" estadounidense (Kleos en griego ). También en el caso de los líderes del mundo antiguo, el objetivo de lograr un kleos eterno recorre el poema.

Hoy podríamos referirnos a ello como el "legado" de cada uno. En la Ilíada es definitorio y brinda a los líderes mortales la oportunidad de vivir después de la muerte con honor y gloria. Para el equipo Biden, se suponía que Ucrania sería su Troya. Rusia, al igual que Héctor, fue engañada para pelear y (y como esperaba el equipo Biden) muere bajo los muros de Troya.

sábado, 23 de diciembre de 2023

La muerte de Israel

Los estados coloniales colonos tienen una vida útil terminal. Israel no es una excepción
Chris Hedges, unz

Israel parecerá triunfante una vez que termine su campaña genocida en Gaza y Cisjordania. Con el respaldo de Estados Unidos, logrará su demencial objetivo. Sus ataques asesinos y su violencia genocida exterminarán o limpiarán étnicamente a los palestinos. Su sueño de un Estado exclusivamente para judíos, con los palestinos que sigan despojados de sus derechos básicos, se hará realidad. Se deleitará con su victoria empapada de sangre. Celebrará a sus criminales de guerra. Su genocidio será borrado de la conciencia pública y arrojado al enorme agujero negro de amnesia histórica de Israel. Aquellos que tengan conciencia en Israel serán silenciados y perseguidos.

Pero para cuando Israel logre diezmar Gaza (Israel está hablando de meses de guerra) habrá firmado su propia sentencia de muerte. Su fachada de civismo, su supuesto alarde de respeto por el Estado de derecho y la democracia, su historia mítica del valiente ejército israelí y el nacimiento milagroso de la nación judía, quedarán reducidos a montones de cenizas. El capital social de Israel se gastará. Se revelará como un régimen de apartheid feo, represivo y lleno de odio, que aliena a las generaciones más jóvenes de judíos estadounidenses. Su patrón, Estados Unidos, a medida que las nuevas generaciones lleguen al poder, se distanciará de Israel del mismo modo que se está distanciando de Ucrania. Su apoyo popular, ya erosionado en Estados Unidos, provendrá de los fascistas cristianizados de Estados Unidos que ven la dominación de Israel de la antigua tierra bíblica como un presagio de la Segunda Venida y, en su subyugación de los árabes, un racismo y una supremacía blanca afines.

jueves, 14 de diciembre de 2023

Kissinger, Nixon y el Doctor Victor Frankenstein

Augusto Zamora Rodríguez, Riadi Noureddine

Mary Shelley, nacida Mary Godwin, en Londres, en 1797, publicó, con veinte años, su obra más famosa (de hecho, la única famosa), que tituló Frankenstein o el moderno Prometeo. Fue un éxito inmediato en Gran Bretaña y es, sin género de duda, una de las novelas de terror más famosas jamás escrita, no tanto por la calidad de su prosa, como por el tema que aborda: la creación, por el doctor Victor Frankenstein, de un ser vivo con los restos de humanos muertos. La posibilidad de ser Dios, dando vida a lo inerte. La fama de la criatura devorará al padre, al menos nominalmente. Se olvida el nombre del creador y pasa a conocerse al monstruo como Frankenstein, siendo ése el apellido de su ¿padre?, que queda, así, subsumido por su criatura. Con la popularidad y el tiempo, la criatura se incorpora al imaginario colectivo para denominar como Frankenstein a las obras que terminan convertidas en algo monstruoso, indeseable, inesperado, antinatural.

Prometeo, hijo de Jápeto y de la ninfa Clímene, era hermano de Epimeteo y, ambos, tenían el trabajo de crear a la Humanidad y de dotarla de todo lo necesario para vivir. Fue Prometeo quien hizo a los humanos bípedos y, en la satisfacción de su obra, decidió entregarles el fuego. Zeus se enfureció, porque el fuego era un don divino reservado a los dioses. Para castigarlo, ordenó a Hefestos que encadenara a Prometeo en una cueva, donde, por 30.000 años, un águila le devoraría las entrañas, que se regeneraban cada día. Hércules, camino de Hespérides, encuentra a Prometeo, mata al águila y lo libera. Mary Shelley quiso vincular su novela con el mito de Prometeo porque ambos, Victor Frankenstein y Prometeo, hicieron algo prohibido. Uno, dar vida a la muerte, que es atributo de Dios. El otro, robar el fuego sagrado, que era atributo de los dioses.

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