Según el antropólogo francés Emmanuel Todd, se ha descubierto que la matriz religiosa de la sociedad occidental es: religión activa, religión zombi y, en última instancia, religión cero: la completa separación de la federación y sus valores morales. En Estados Unidos e Israel, que han alcanzado su fase cero, Todd observa el surgimiento de nuevas formas de religiosidad: un evangelicalismo delirante y un judaísmo ultraortodoxo. Pero la verdadera novedad, en ambos países, es el culto a la guerra: una religión de masas posmonoteísta, alimentada por el nihilismo y las deidades guerreras. ¿Su encarnación simbólica? Thor, el dios nórdico de la guerra.
Emmanuel Todd, Krisis
Una secuencia de tres etapas puede describir la disolución de la matriz religiosa de nuestras sociedades: religión activa (creencia y práctica regular), religión zombi (incredulidad acompañada de la supervivencia de valores morales y sociales) y, finalmente, religión cero (desaparición completa).
Inicialmente apliqué este esquema al cristianismo, en todas sus variantes --católica, protestante y ortodoxa-- y luego lo extendí a los otros dos grandes monoteísmos, el islam y el judaísmo, centrándome en el caso del islam en el componente chií.
Así, podemos describir para Escandinavia, por ejemplo, una secuencia típica: «protestantismo activo, protestantismo zombi, protestantismo cero». Para Irán: «chiismo activo, chiismo zombi», con la posibilidad futura de un «chiismo cero». En Israel, sin embargo, la secuencia parece ya completa: «judaísmo activo, judaísmo zombi, judaísmo cero».
El caso israelí, al igual que el estadounidense, requiere mayor investigación: en ambos países han surgido nuevas religiones. En EEUU, un evangelismo delirante; en Israel, un judaísmo ultraortodoxo. Dos fenómenos indudablemente religiosos, pero que representan innovaciones radicales: el primero poscristiano, el segundo posjudío.