Robert Inlakesh muestra cómo los grupos de expertos de Estados Unidos como FDD y WINEP preparan justificaciones ideológicas y políticas para una nueva agresión contra Irán, con el objetivo de aislar a Teherán, debilitar a Irak y Hizbullah, y asegurar el dominio estadounidense-israelí en la región
Robert Inlakesh, Al Mayadeen
Desde que concluyó la guerra entre Irán e "Israel" en junio pasado, los centros de estudios pro-guerra, responsables de influir en la política del gobierno estadounidense, señalan la necesidad de una segunda ronda de ataques contra la República Islámica y su programa nuclear. Ahora están intensificando sus esfuerzos.
A pesar de las declaraciones bulliciosas y triunfales de funcionarios de la administración Trump, que afirmaban con confianza la destrucción total de las instalaciones nucleares iraníes, entre bastidores los principales centros de estudios de Washington parecen mantener la opinión generalizada de que el trabajo no está terminado.
Los paneles de expertos, los análisis y las recomendaciones políticas del gobierno norteño sobre los próximos pasos a seguir con respecto a Irán se centran en la idea de que, a menos que se alcance un acuerdo que implique la declaración de derrota regional por parte la parte iraní, eventualmente será necesaria otra ronda de guerra directa. Sin embargo, suelen matizar esta idea con la salvedad de que la próxima debe poner fin al conflicto de forma definitiva y no prolongarlo hasta que se produzca otra.
En el período de transición entre guerras, el papel de estos centros de estudios es crucial para moldear la comprensión que Washington tiene de las tareas pendientes



















