La región es una de las más desiguales del mundo. El 1% de la población más acaudalada acumula el 45% de la riqueza nacional
José Luis Marín, EOM
La desigualdad extrema lleva muchas décadas siendo un problema endémico en toda América Latina. Tras lustros de dominio de las tesis neoliberales, los movimientos políticos de comienzos de siglo —concentrados en torno al foro de São Paulo y la marea roja del nuevo socialismo— lograron situar este problema en el centro de la batalla ideológica. Y aunque varios países han conseguido reducir las tasas de inequidad de forma destacada, lo cierto es que la región sigue registrando una de las mayores tasas de concentración de la riqueza del mundo.
De acuerdo con los datos de la World Inequality Database, el 1% de la población más rica de América Latina acapara en torno al 45% de la riqueza nacional, frente al 35% que se registra en Estados Unidos, el 31% del este de Asia o el 25% de Europa. Desde el cambio de milenio, de hecho, el nivel de concentración de riqueza en unas pocas manos se ha mantenido relativamente estable en la región, y nunca ha registrado una tasa inferior al 42%.