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lunes, 9 de junio de 2025

La Tercera Guerra Mundial sobre el escritorio


Jorge Majfud, Página 12

Las discusiones sobre las políticas de Donald Trump giran en torno a las posibles consecuencias de sus decretos que han revuelto el planeta. Hay algo que está ausente en los medios dominantes en los análisis académicos, y no son las consecuencias ni las intenciones declaradas, sino el origen de todo. No es un origen histórico; es un origen teleológico, un origen y una causa que está (de forma precaria) en el futuro. Al proceder de esta forma, no sólo encontraremos consistencia en la orgía de aranceles con otras políticas del mismo gobierno, como la guerra contra la inmigración y las universidades, sino también una conclusión dramática.

Estados Unidos tiene déficit comercial y un endeudamiento real, aunque no tan grave como Japón. Los genios de los negocios siempre han basado su éxito, a punta de cañón, en la irresponsabilidad propia y las obligaciones ajenas. Como toda crisis, es usada para el ajuste de los de abajo. Todos tenemos déficit con nuestro supermercado y superávit con nuestro empleador. Sin embargo, la idea anunciada en abril de 2025 (“El día de la liberación”) consistió en una tabula rasa de aranceles mínimos contra todo el mundo.

En 1890 McKinley produjo la mayor recesión del siglo con una política arancelaria. En 1930, Hoover agravó la crisis con más aranceles, produciendo la gran Depresión que obligó al país a socializarse para salir de la catástrofe. Un factor central de esa crisis iniciada en 1929 con el hundimiento de Wall Street se debió a la sobreproducción de productos industriales que no se podían vender porque los obreros no tenían capacidad de compra.

Ahora, imaginemos que se produce un milagro (anacrónico) y Estados Unidos se reindustrializa con salarios que nadie aceptaría hoy. ¿A quién le vamos a vender los productos industriales que nuestra clase media no podrá comprar y tampoco el resto del mundo debido a las barreras arancelarias?

viernes, 6 de junio de 2025

Geoeconomía y Estado

Geoeconomía es el nuevo concepto que algunos de los productores de narrativas políticas buscan instalar como alternativa al declive del ideologema neoliberal

Álvaro García Linera, Pagina 12

Primero fue el FMI que usó la categoría para alertar de la fragmentación regional del globalismo. Luego el Financial Times lo menciona para nombrar el inicio de una nueva era de relaciones internacionales. Geoeconomía es el nuevo concepto que algunos de los productores de narrativas políticas buscan instalar como alternativa al declive del ideologema neoliberal.

Ciertamente hay autores que intentan proporcionar una estructura argumental más seria como Babic (Geoökonomie. Anatomie der neuenWeltordnung, 2025); e, incluso, otros ensayan fórmulas matemáticas básicas con el objeto de parametrizar el concepto y prever comportamientos gubernamentales venideros (Clayton, The political economy of geoeconomic power, 2025). Lo cierto es que estamos ante una categoría que será invocada con más frecuencia por economistas y políticos.

La mayoría de los autores que nombran a la geoeconomía lo hacen para resaltar el uso estatal de coacciones comerciales y financieras para inducir a otros estados a realizar acciones que beneficien económica y geopolíticamente al primer Estado, dando lugar a espacios regionales de influencia y vasallaje.

Las herramientas que se utilizan para tal propósito van desde las sanciones económicas (por ejemplo, excluir a un país del sistema Swift); control de exportaciones (por ejemplo, prohibir la venta de biotecnología a China); reestructurar las cadenas de suministros (por ejemplo, relocalizar los lugares donde se fabrican automóviles); manipular la ayuda exterior para asegurar alineamiento político (por ejemplo, que el FMI otorgue préstamos a un determinado país); presionar a empresas nacionales o extranjeras para que modifiquen sus inversiones (por ejemplo, que Apple fabrique el IPhone en EEUU); subir los aranceles para limitar importaciones (por ejemplo, el 30% a las industrias más eficientes de China o Alemania); subvencionar con fondos públicos emprendimientos privados en el país (por ejemplo la ley CHIPS en EEUU), etcétera.

Por qué Estados Unidos sacrifica el bienestar de sus ciudadanos para atacar a China

El ex economista jefe del Banco Mundial explica por qué Estados Unidos, en lugar de seguir una estrategia que beneficie a ambas partes, ha optado por una lógica de perder-perder

Branko Milanović, Brave New Europe

En un excelente artículo reciente titulado "Guerra y Política Internacional", John Mearsheimer presenta una versión sintética de la teoría realista de las relaciones internacionales, aplicada al mundo multipolar actual. Se centra en la inevitable existencia de la guerra debido a la estructura del sistema internacional: una anarquía en la que ningún país tiene un monopolio de poder similar al que tiene el Estado en la política interna y, por lo tanto, nadie que imponga las reglas.

Mearsheimer critica a los pensadores liberales por su ingenuidad al creer (en la década de 1990) que las guerras terminarían y que la política de las grandes potencias quedaría obsoleta. (Karl Polanyi ya ridiculizó una visión igualmente ingenua en La gran transformación). Mearsheimer explica en parte este error por el hecho de que muchos pensadores liberales maduraron intelectualmente durante el período unipolar, cuando tales sueños, poco conectados con la realidad histórica, podían cultivarse.

Mearsheimer, de paso, hace una observación crucial para los economistas. Escribe:
«Los economistas convencionales pueden concentrarse en facilitar la competencia económica dentro de un sistema mundial fundamentalmente cooperativo porque prestan muy poca atención a cómo los Estados conciben su supervivencia en una anarquía internacional, donde la guerra siempre es una posibilidad. Por lo tanto, conceptos como la competencia por la seguridad y el equilibrio de poder, fundamentales para el estudio de la política internacional, no tienen cabida en la economía convencional… Además, los economistas tienden a priorizar las ganancias absolutas de un Estado, no las relativas; lo que significa que, en gran medida, ignoran el equilibrio de poder».

viernes, 30 de mayo de 2025

¿Qué viene después de la globalización?

El mundo tal y como lo conocemos es producto de la globalización, y esta era podría estar llegando a su fin.

Branko Milanovic, Jacobin

Donald Trump ha vuelto al poder y, por decirlo suavemente, no es precisamente un fanático de la globalización. El presidente estadounidense afirma su patriotismo declarando públicamente su rechazo a un «globalismo» que, en sus palabras, «ha dejado a millones y millones de nuestros trabajadores sin nada más que pobreza y dolor». Para comprender mejor la era actual de la globalización a la que pretende poner fin y su trayectoria, resulta útil compararla con la globalización que tuvo lugar entre 1870 y el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Ambas globalizaciones representan períodos cruciales, años decisivos que dieron forma al mundo actual. Y ambas fueron testigo de la mayor expansión de la producción económica mundial hasta la fecha.

Sin embargo, también fueron muy diferentes en muchos aspectos. La primera globalización estuvo asociada al colonialismo y al dominio hegemónico de Gran Bretaña. Condujo a un gran aumento de la renta per cápita en lo que más tarde se conocería como el «mundo desarrollado». Al mismo tiempo, provocó el estancamiento en el resto del planeta e incluso la disminución de los ingresos en China y África. Las cifras más recientes de la base de datos de estadísticas históricas del Proyecto Maddison muestran que el aumento acumulado del PIB real (ajustado a la inflación) per cápita del Reino Unido entre 1870 y 1910 fue del 35%, mientras que el PIB per cápita se duplicó en Estados Unidos durante el mismo período. Sin embargo, el PIB per cápita de China disminuyó un 4%, y el de la India solo aumentó ligeramente, un 16%. Este tipo particular de desarrollo creó lo que más tarde se conoció como el Tercer Mundo y reforzó las diferencias en los ingresos medios de los países de Occidente y el resto.

Desde el punto de vista de la desigualdad mundial, que es en gran medida un reflejo de estos hechos, la «Globalización I» produjo un aumento de la desigualdad, ya que las zonas ya ricas crecieron más rápidamente y las más pobres se estancaron o incluso retrocedieron.

martes, 27 de mayo de 2025

Esta es la razón por la que China le está dando una paliza a Estados Unidos

“Nuestra mayor prioridad es mejorar la vida de la gente común”
Xi Jinping, presidente de China

Mike Whitney, The Unz Review

Las encuestas muestran claramente que los estadounidenses prefieren el capitalismo al socialismo . De hecho, ni siquiera se acercan. Una encuesta de Gallup de 2021 reveló que el 60% de los estadounidenses tiene una visión positiva del capitalismo, mientras que solo el 38% opina lo mismo sobre el socialismo. Una encuesta de Rasmussen/Heartland de 2025 reveló una disparidad aún mayor, con un impresionante 71% que afirma preferir la economía de libre mercado al socialismo, lo que obtuvo un escaso 12% de apoyo. La clara implicación de estas encuestas es que los estadounidenses apoyan abrumadoramente el capitalismo por encima de un sistema de gobierno en el que el Estado ejerce un mayor control sobre las industrias clave y la distribución de la riqueza.

Sin embargo, hay razones para creer que estas encuestas no ofrecen una imagen precisa de cómo se siente realmente la gente. Si, por ejemplo, revisamos los resultados de otras encuestas, observamos que las actitudes hacia ambos sistemas son más ambivalentes de lo que podríamos pensar. Lo que los encuestadores estadounidenses han descubierto es que, independientemente del partido en el poder, la gran mayoría de la gente no se siente representada y no cree que se aborden los temas que les preocupan. En 2025, por ejemplo, la mayoría de los estadounidenses cree que el país va por mal camino:
Una encuesta de Reuters/Ipsos (25 de abril de 2025) encontró que menos de uno de cada tres estadounidenses cree que el país va en la dirección correcta, y la mayoría expresa preocupación por la economía, los aranceles y el extremismo político.

El seguimiento diario de Morning Consult (12 de mayo de 2025) informó que el 56% de los adultos estadounidenses dicen que el país está en el camino equivocado...

Una encuesta de Ipsos de diciembre de 2024 mostró que el 69% de los independientes, el 59% de los republicanos y el 78% de los demócratas creían que el país estaba en el camino equivocado.

viernes, 23 de mayo de 2025

Repensar las relaciones entre Estados Unidos y China tras el naufragio de los aranceles

Tenemos suerte de que China siga aceptando nuestra moneda y, sin embargo, nuestro Secretario del Tesoro piensa que estar en la miseria nos da “ventaja”. Un hombre así no debería ser Secretario del Tesoro. Ha demostrado repetidamente que no tiene ni la más remota idea de cómo funciona la economía o de qué políticas ayudarán a avanzar los intereses estadounidenses

Mike Whitney, The Unz Review

Cuando el presidente Donald Trump impuso sus aranceles arrolladores el 2 de abril, tenía dos objetivos principales:
  1. Reducir los déficits comerciales
  2. Devolver el empleo y la fabricación a Estados Unidos
Estos eran los objetivos declarados, pero, como pronto descubrimos, el verdadero objetivo era debilitar a China impidiéndole vender bienes a los consumidores estadounidenses.

La administración Trump también utilizó los aranceles para aislar a China ofreciendo incentivos a las naciones que acordaron reducir su comercio con Pekín.

En resumen, los aranceles fueron el arma principal en una guerra comercial contra un competidor de igual a igual que ha superado a EEUU en casi todos los ámbitos de la producción industrial y tecnológica.

Afortunadamente, el plan de Trump fracasó y se vio obligado a suavizar los aranceles sin lograr ninguno de sus objetivos principales.

La razón por la que decimos “afortunadamente” es porque la política de aranceles nunca sirvió a los intereses del pueblo estadounidense. Muy al contrario, los estadounidenses se ven perjudicados por unas políticas unilaterales que ignoran las normas del comercio internacional y perturban innecesariamente las cadenas de suministro.

Lo único que consiguen es subir los precios, reducir el empleo y frenar el crecimiento. Además, manipular los aranceles con la intención de destruir a un rival viola una serie de normas de la OMC ampliamente aceptadas que protegen los intereses de todos.

viernes, 4 de abril de 2025

La debilidad transaccional inclina el equilibrio de poder

No te hagas ilusiones; no hay nada más allá de esta realidad Se avecina un reequilibrio económico en Estados Unidos. Putin tiene razón. El orden económico posterior a la Segunda Guerra Mundial ha desaparecido

Alastair Crooke. Strategic Culture

El resultado geopolítico posterior a la Segunda Guerra Mundial determina efectivamente la estructura económica global de la posguerra. Ambas están experimentando cambios profundos. Sin embargo, lo que permanece arraigado es la cosmovisión general (occidental) de que todo debe "cambiar" solo para que siga igual. La situación financiera seguirá igual; No perturbes el sueño. Se asume que la clase oligarca/donante se encargará de que todo siga igual.

Sin embargo, la distribución del poder en la posguerra fue singular. No hay nada de "eterno" en ella; nada inherentemente permanente.

En una reciente conferencia de industriales y empresarios rusos, el presidente Putin destacó la fractura global y presentó una visión alternativa que probablemente adoptarán los BRICS y muchos otros. Su discurso fue, metafóricamente hablando, la contrapartida financiera de su discurso en el Foro de Seguridad de Múnich de 2007, en el que aumentó el desafío militar que planteaba la «OTAN colectiva».

Putin insinúa ahora que Rusia ha aceptado el desafío que plantea el orden financiero de la posguerra. Rusia ha perseverado frente a la guerra financiera y también está triunfando en ella.

jueves, 13 de febrero de 2025

Trump y su lejano precursor

William McKinley era partidario de la guerra económica con sus aranceles; de la acción militar, como en el caso de la guerra contra España, o del dinero para comprar una isla como Hawái

Atilio Boron, La Haine

Con la exaltación de la figura de William McKinley, presidente de EEUU entre el 4 de marzo de 1897 y el 14 de septiembre de 1901, Donald Trump intenta encontrar en la historia política de EEUU un antecedente universalmente aclamado de sus controvertidas políticas. McKinley murió asesinado, Trump se salvó milagrosamente de correr la misma suerte el 13 de julio del 2024 en Pensilvania. Pero a diferencia del neoyorquino, McKinley era un hombre de la clase política. Salvo por un corto período de dos años (1869-1871) cuando ejerció la abogacía, toda su vida transcurrió en el mundo de la política.

A los 33 años McKinley ingresa a la Cámara de Representantes por el partido Republicano. En 1890 propuso y logró que se le aprobara una ley mediante la cual se aumentaban los aranceles a las importaciones. Poco después sería elegido gobernador de Ohio y, en 1897, presidente de EEUU.

Fue durante su mandato cuando ese país se convirtió en una potencia de alcance mundial: logró la anexión de Hawái al hacerse cargo de la deuda de cuatro millones de dólares que tenía el gobierno local y el año siguiente aprovecha la derrota que los mambises cubanos le habían propinado al ejército español para involucrarse en la guerra de la independencia de Cuba y apoderarse de esa isla, Puerto Rico, Filipinas y Guam. El pretexto fue «brindar ayuda» a los patriotas cubanos, pese a que no la necesitaban. No obstante, para despojar a España de sus territorios, en el Caribe y en el Pacífico, Washington necesitaba entrar en esa guerra.

miércoles, 5 de febrero de 2025

Un führer de farsa


José Blanco, La Jornada

A las 11:19 horas del 1º de octubre de 2018, Donald Trump inició un speech en los jardines de la Casa Blanca, en el que dijo: “Desde hace tiempo sostengo que el NAFTA [TLCAN] fue quizás el peor acuerdo comercial jamás firmado. Desde su adopción, Estados Unidos… perdió enormes cantidades de dinero y… millones de empleos en el sector manufacturero… Es un gran honor para mí anunciar que hemos completado con éxito las negociaciones de un nuevo acuerdo para poner fin al NAFTA… y remplazarlo por un nuevo e increíble acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, llamado USMCA [T-MEC]”. Los elogios al tratado siguieron en cascada. El pasado sábado decidió aplastar el “increíble” acuerdo a golpazos de arancel. Trump demuestra una vez más que, para él, el Estado de derecho nada significa. El Trump de 2025 está en total desacuerdo con el Trump de 2018.

Lo que Trump llama “pérdidas enormes” es el dinero que los ciudadanos de EEUU pagaron por unos bienes que, si hubieran sido producidos en EEUU, hubieran sido sensiblemente más costosos. Pero, como fueron comprados fuera de EEUU, en su contabilidad nacional aparecen como déficit comercial externo. Y ocurrió, para la irritante sorpresa de Trump, que el USMCA arrojó déficits comerciales mayores que los de su odiado NAFTA.

Como este führer de farsa es corto de entendederas, parece no haberse enterado de que cuando el ahorro interno de EEUU es una cifra inferior a su inversión interna, esa diferencia aparece como un déficit en su balanza de pagos.

lunes, 16 de diciembre de 2024

De Shanghái a Chancay

El nuevo puerto de Chancay, permite la llegada de grandes barcos de mayor calado que no podían llegar a otros puertos de la región sur. Desde este puerto, totalmente automatizado, se potenciará la exportación de productos agrícolas, minerales y otros a los puertos de Asia, y recibirán infinidad de manufacturas sin tener que pasar por Estados Unidos y México

Jorge Durand, La Jornada

El nuevo megapuerto de Chancay, en Perú, financiado por China, la compañía COSCO Shipping y capital peruano, de origen minero (40 por ciento), propone un nuevo panorama geopolítico y comercial, para Sudamérica y el Pacífico.

Resulta que las mercancías de los grandes barcos de contenedores que llegaban de China para Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, pasaban primero por Manzanillo, Colima, o por Long Beach, en Los Ángeles, y de ahí se repartían por medio de barcos de menor calado a los respectivos países.

Asimismo, los productos que mandaban los países sudamericanos del Pacífico a China tenían que hacer la misma vuelta, pero ahora, por la vía de Chancay, se ahorran 12 días de navegación y mucho dinero. Para empezar, el puerto peruano puede recibir un millón de contenedores al año. No sólo se trata de un recorrido mucho más largo y de mayor costo, sino de la pérdida de control del espacio geopolítico del Pacífico por parte de Estados Unidos y su aliado comercial México, con el puerto de Manzanillo.

domingo, 11 de agosto de 2024

FMI y el proteccionismo económico


Álvaro García Linera *, Estrategia La

No dejan de sorprender las piruetas ideológicas que está ensayando el FMI. Acostumbrada a pontificar durante décadas sobre unas leyes de mercado escritas incorruptiblemente en roca, hoy, con una dosis de cinismo y asombrosa flexibilidad teórica, coquetea con planteamientos anteriormente excomulgados del léxico económico mainstream.

Déficit fiscal cero, contracción del gasto público, reducción del endeudamiento, supresión de subvenciones, apertura comercial, privatizaciones de empresas públicas y desregulación del mercado laboral eran unos preceptos “universales” distribuidos bajo el formato copy-page a cuanto país del mundo solicite crédito externo. Podía ser Bolivia, Ecuador, Rusia, Polonia, Nigeria, Chile, Grecia o cualquier otra nación en apuros, había un único camino para abrazar la prosperidad occidental. Para problemas e historias distintas, se tenía el mismo inevitable y sagrado destino: el libre mercado que premiaría a los triunfadores y entregaría a la caridad a los perdedores.

lunes, 22 de julio de 2024

El gran reseteo: las ilusiones ideológicas del capitalismo tardío

Esta es la nueva fórmula ideológica emergente en importantes espacios de articulación económica y que ha generado una nada despreciable literatura, sobre todo luego de la pandemia de la covid-19.

José Nováez Guerrero, Al Mayadeen

La esencia mitologizadora de la modernidad capitalista ya fue denunciada por Adorno y Horkheimer en los años cuarenta del siglo XX. Esta necesidad del sistema es resultado de la agudización creciente de las contradicciones que le son inherentes. Los mitos son la forma de explicar y justificar la condición de un orden social que se parece cada vez menos al ideal liberal que lo engendró y cada vez más a las distopías de control dictatorial que nos ha legado la literatura.

Ante la incapacidad del sistema para dar respuesta efectiva a las profundas contradicciones que lo aquejan, sus ideólogos apelan a respuestas esencialmente de esta naturaleza. Es el caso del denominado Gran Reseteo, fórmula cacareada en importantes espacios de articulación económica y que ha generado una nada despreciable literatura, sobre todo luego de la pandemia de la covid-19.

La arquitectura financiera y política que sustenta al capitalismo contemporáneo fue edificada por el imperialismo norteamericano luego de la Segunda Guerra Mundial y tiene en los denominados “Acuerdos de Bretton Woods” su acta de nacimiento. El orden comercial, financiero y político del mundo actual es resultado de la imposición por parte de los Estados Unidos de sus intereses a los países reunidos en el complejo hotelero de Bretton Woods, en New Hampshire, del 1ro al 22 de julio de 1944, lo cual explica el fallo de muchos de estos órganos para ser mediadores eficientes en numerosas circunstancias.

miércoles, 3 de julio de 2024

El Fin de la era del Petrodólar


Islam Farag, United World Int

El 15 de agosto de 1971, el Presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, pronunció un discurso televisado en el que anunció la cancelación de la conversión internacional directa del dólar al oro.
Esta medida supuso el colapso del sistema monetario internacional de Bretton Woods establecido tras la Segunda Guerra Mundial, según el cual el dólar estadounidense era convertible en oro a un tipo de 35 dólares la onza.
En virtud de la medida aprobada por Nixon, otras divisas importantes se vincularon a tipos fijos frente al dólar, allanando el camino para la adopción del actual sistema de tipos de cambio flotantes.

A medida que se desarrollaban las presiones inflacionistas, Washington necesitó otros mecanismos para mantener la fortaleza del dólar. En 1974, el entonces Secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger visitó Arabia Saudí. Durante la visita, los dos países firmaron acuerdos por los que Washington aceptaría la venta de armas de alta tecnología a Arabia Saudí. A cambio, Riad aceptó invertir el excedente de efectivo en bonos del Tesoro estadounidense.

miércoles, 27 de abril de 2022

Shanghai y la crisis del sistema de externalización

El confinamiento de la macrourbe china paraliza su puerto, el mayor del mundo. Gigantes como Apple, Xiaomi y Tesla se han visto obligados a paros parciales
Marina Echebarría Saénz, Rebelión

Todos los días nos acercamos a nuestros comercios y al consumir, sin darnos cuenta, consumamos auténticas proezas. Raramente pensamos en la tecnología y en la planificación que implica que nuestras estanterías estén llenas de uvas de Chile, carne irlandesa, trigo ruso, lino africano o teléfonos made in China. Raramente nos detenemos a pensar que nuestro móvil utiliza metales procedentes de Zaire, Ruanda, Bolivia, Rusia…, que todos estos componentes han sido enviados en trenes y barcos a China, donde han sido ensamblados en macrofactorías y posteriormente embarcados a su vez y distribuidos por todo el planeta. Hemos normalizado vivir en ciudades que importan más del 94% de sus insumos desde más de 100 kilómetros de distancia y en las que la más mínima falla, unas estanterías vacías durante unos pocos días, se convierte en una ofensa a nuestro modo de vida, un síntoma de desorden y caos social. Exigimos (coléricamente) el abastecimiento continuo.

Desde hace poco más de un cuarto de siglo nos sostiene una compleja cadena de extracción, producción, logística y distribución. Una cadena que en realidad es una red, en la que se extraen materias primas de países africanos o latinoamericanos, se transforman en productos en las fábricas del mundo (China, India, Bangladesh, Corea…) y se distribuyen mayormente en el occidente europeo y norteamericano. Todo este entramado se sostiene por una hiperproducción en lugares claves como China, por mano de obra barata en países como Bangladesh, Vietnam, China, y por un tráfico marítimo que incrementa sus volúmenes exponencialmente cada año. El “milagro” económico se basa en el aprovechamiento de los costes más baratos en cualquier espacio del mundo y en una circulación continua de los recursos. Es por eso que en Europa hemos asistido al cierre progresivo de nuestras fábricas y a su traslado a países más económicos para las grandes corporaciones: la externalización. Somos rentistas financieros, países de servicios o productores sobrecualificados, pero ya no somos la Europa industrial del siglo XX. Ya tuve ocasión de reflexionar con ustedes sobre la llamada crisis de suministros, en realidad, los síntomas de que toda esta red comienza a llegar a sus límites y no puede prometer un crecimiento perpetuo. Es en este contexto en el que asistimos a los cuellos de botella o al fallo de los eslabones débiles del sistema, como el provocado por el cierre de Shanghai.

lunes, 7 de febrero de 2022

La nueva Ruta de la Seda, el megaproyecto económico y comercial impulsado por China

La Franja y la Ruta es un proyecto económico de la República Popular China que invoca la antigua Ruta de la Seda para potenciar los vínculos con el resto del mundo a través de la creación de dos grandes rutas comerciales, una marítima y otra terrestre, que unirán al gigante asiático con el corazón de Europa, África y América Latina.

Con este megaproyecto, emblema del Gobierno de Xi Jinping, el país busca traer a la actualidad la legendaria ruta comercial por la que fluyó el comercio entre China y Europa a través de Asia Central durante las dinastías Han (206 AC hasta el 220 DC) y Tang (618 hasta 907), los tiempos más gloriosos de la China imperial, al tiempo que reafirma su vocación de restaurar su tradicional lugar como superpotencia.

La iniciativa, que es vista como un Plan Marshall del siglo XXI con el que China pretende moldear sus vínculos con el mundo, incluye el 75% de las reservas energéticas conocidas en el mundo, el 70% de la población mundial y generaría el 55% del PIB mundial.

miércoles, 27 de octubre de 2021

China tiene en jaque a Occidente con la escasez de sus materias primas

Manuel Viera, El Mostrador

La minería sigue siendo un catalizador de la economía mundial, y cualquier cambio en los ciclos de precios o escasez de sus materias primas impacta en varias economías mundiales.

Según el FMI, los países de Latinoamérica crecerán más de lo esperado este año. La región en su conjunto crecerá en un 6,3%, en buena parte por el veloz aumento de los precios de las materias primas que avalan sus exportaciones y a medida que avanza la recuperación, de la pandemia del Covid-19.

Pero la región crecerá más que la proyección de crecimiento mundial de 5,9% para 2021, debido al menor impulso de las grandes economías que presentan dificultades en sus cadenas de suministros, escasez de materias primas, y enfrentan una inflación elevada.

lunes, 23 de agosto de 2021

En 20 años, China arrebató a EEUU liderato comercial con Sudamérica, Asia y África

Braulio Carbajal, La Jornada

En el año 2000 los países de América (con excepción de Paraguay), casi todos los de Europa y Oceanía, más la mitad de África y Asia tenían a Estados Unidos como su principal socio comercial.

La historia dio un vuelco 20 años después: China se ha convertido en el mayor socio comercial para el total de las naciones de Sudamérica, Asia, África y Oceanía y la mitad de Europa.

La historia dio un vuelco 20 años después: China se ha convertido en el mayor socio comercial para el total de las naciones de Sudamérica, Asia, África y Oceanía y la mitad de Europa.

Lo anterior, de acuerdo con datos que muestra The Economist en un mapa mundial en el que se observa cómo en dos décadas China arrebató a Estados Unidos su papel de principal socio comercial de la mayoría de países a lo largo de los cinco continentes.

jueves, 27 de febrero de 2020

El coronavirus amenaza al comercio mundial


Gustavo Capdevila, ipsnoticias

El crecimiento del volumen del comercio mundial seguirá debilitándose en el comienzo de 2020 y un nuevo componente, el efecto de la enfermedad del coronavirus (Covid-19), se sumará a los factores que determinan la celeridad con que la economía global pueda recuperarse, vaticina la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El último informe periódico de la OMC, el Barómetro del Comercio de Bienes, divulgó la semana pasada los datos recogidos en diciembre de 2019, cuando el fiel que registra las variaciones del volumen del comercio se detuvo en 95,5, inferior a la lectura de 96,6 obtenida en noviembre y en ambos casos por debajo del punto de referencia, 100, que utiliza el índice.

En esa señal se apoya la OMC para adelantar que el crecimiento seguirá siendo débil este año. Y a continuación pronostica que la lenta partida de 2020 puede agravarse en los meses siguientes por las amenazas en la sanidad mundial y otros episodios internacionales recientes que hasta ahora no habían aparecido entre los datos que históricamente se emplean para medir la marcha del comercio global.

Con anterioridad, las estadísticas de la OMC habían señalado que los volúmenes de comercio de mercancías registrados en el tercer cuatrimestre de 2019 cayeron 0,2 por ciento con relación al mismo período de 2018.

miércoles, 8 de enero de 2020

USA, terrorismo comercial


Umberto Mazzei, Rebelión

Los políticos norteamericanos son unánimes en decir que quieren un orden internacional basado en normas comunes obedecidas por la comunidad Internacional. Es un mantra de la clase política de Washington. Esa idea de un concierto internacional sería útil para la paz y la prosperidad mundial. Esa idea fue aplicada al comercio internacional bajo el principio de la libre competencia y demás leyes del mercado, principios plasmados en las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) con sede en Ginebra (1995).

Una de las reglas básicas de la OMC, que obedecen sus 186 miembros, es la consolidación de los aranceles, eso quiere decir que una vez entregadas las listas de aranceles, aplicados por los países a las importaciones, no pueden subirse sin una previa negociación con los países que son proveedores habituales de esos productos. Esa norma es violada con mucha desenvoltura por los Estados Unidos de América, que sube los aranceles cómo y cuándo le da la gana. Los subió unilateralmente a un largo listado de productos chinos y europeos y luego a productos argentinos y brasileños.

Fue una medida ilegal para proteger dos áreas en que la industria de Estados Unidos no son competitivas. Así tiró Estados Unidos por la borda todos sus sermones y principios acerca de una economía mundial de mercado.

viernes, 14 de junio de 2019

La OMC advierte que el comercio mundial podría caer un 17% en plena guerra comercial


El aumento de las tensiones comerciales ha obligado al Fondo Monetario Internacional (FMI) a reducir su pronóstico de crecimiento global del 3,7% al 3,5%. Asimismo, la Organización Mundial de Comercio (OMC), advirtió hoy que en caso de agudizarse la guerra comercial, el comercio mundial colapsaría en un 17%, un desplome solo visto en la recesión 2008/2009.

Keith Rockwell, director de información y relaciones externas de la OMC, dijo a los parlamentarios asiáticos regionales este martes que el declive global sincronizado se debe a las medidas proteccionistas en aumento.
Los aranceles no son infrecuentes entre los socios comerciales, pero la magnitud de los aranceles comerciales entre Estados Unidos y China desde principios de 2018 ha sido preocupante. "Entre octubre de 2017 y octubre de 2018, se implementaron medidas que afectaron el valor de 588 mil millones de dólares en el comercio", dijo Rockwell, en el evento organizado por la Escuela de Estudios Internacionales (RSIS) de S. Rajaratnam y la OMC.

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