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jueves, 17 de abril de 2025

Trump rompe un orden mundial en crisis, pero hay oportunidades en medio de la turbulencia

Las acciones de Trump no fueron ni improvisadas ni caprichosas. La «solución arancelaria» había sido preparada por su equipo durante años

Alastair Crooke, Strategic Culture

El shock de Trump –su descentralización de EEUU del rol de eje del ‘orden’ de posguerra, a través del dólar– ha desatado una profunda división entre, por un lado, quienes obtuvieron enormes beneficios del statu quo; y, por otro, la facción MAGA (Make America’s Greatest Again), que llegó a ver ese statu quo como hostil, incluso una amenaza existencial para los intereses estadounidenses. Las partes han caído en una polarización agria y llena de acusaciones.

Es una de las ironías del momento que el presidente Trump y los republicanos de derechas hayan insistido en denigrar -como una “maldición de los recursos”- los beneficios del estatus de Moneda de Reserva que aportó a EEUU la oleada de ahorro mundial entrante que le permitió disfrutar del privilegio único de imprimir dinero, sin consecuencias negativas: ¡al menos hasta ahora! Parece que, en última instancia, los niveles de deuda importan incluso al Leviatán.

El vicepresidente Vance compara ahora la moneda de reserva con un “parásito” que ha devorado la sustancia de su “huésped”» (la economía estadounidense) imponiendo un dólar sobrevalorado.

Para que quede claro, Trump creía que no tenía elección: o bien subvertía el paradigma existente, a costa de un considerable dolor para muchos de los que dependen del sistema financiarizado, o bien permitía que los acontecimientos avanzaran hacia el inevitable colapso económico de EEUU. Incluso aquellos que entendían el dilema al que se enfrentaba EEUU se quedaron algo sorprendidos por su descarada “imposición de aranceles al mundo”.

miércoles, 16 de abril de 2025

Lógica y consecuencias de la guerra arancelaria de Trump como reflejo de la crisis sistémica del modelo económico neoliberal

Algunos analistas relacionan las políticas arancelarias de Donald Trump con el “Sistema Americano” de Alexander Hamilton, un modelo proteccionista histórico. La Casa Blanca defiende estas medidas como necesarias para combatir prácticas comerciales desleales, disminuir el déficit comercial y reactivar la manufactura nacional. Sin embargo, economistas y expertos advierten que estas políticas podrían ser contraproducentes, generando más perjuicios que ventajas. Más concretamente: la guerra arancelaria impulsada por la administración Trump -basada en un análisis económico falaz- no constituye meramente una disputa comercial aislada, sino que representa un síntoma de la profunda crisis del orden neoliberal y la imperiosa necesidad de un cambio estructural en el sistema económico global.

José Luis Preciado, Mente Alternativa

El historiador Sam Labrier (1) vincula las políticas arancelarias de Donald Trump con el “Sistema Americano”, un modelo económico del siglo XIX promovido por figuras como Alexander Hamilton y Henry Clay, que combinaba aranceles protectores, infraestructura, banca nacional e innovación para impulsar la industrialización. Según Labrier, este sistema fue clave para el crecimiento de EEUU, pero fue debilitado por élites pro libre comercio y financieras, lo que habría llevado a crisis y pérdida de soberanía industrial. Distingue entre aranceles de ingresos (recaudatorios) y protectores (defensa industrial), destacando que líderes como William McKinley los usaron para garantizar salarios altos y autonomía económica, aunque fueran saboteados por intereses financieros internacionales.

Labrier también rastrea la influencia global del Sistema Americano, adoptado en países como Alemania y Japón, pero bloqueado en otros por élites especulativas. En este marco, ve en Trump un intento de revivir ese legado, aunque advierte que los aranceles deben aplicarse con una estrategia clara, como en el modelo original, para evitar efectos negativos. Su análisis sugiere que, sin una visión industrial coherente, las medidas de Trump podrían quedarse en gestos simbólicos sin transformar la economía.

Según la Casa Blanca, estas políticas buscan frenar prácticas desleales, reducir el déficit comercial y revitalizar la industria manufacturera estadounidense. Sin embargo, expertos cuestionan la efectividad de estas medidas, argumentando que podrían generar más daños que beneficios.

Una «bomba atómica» arancelaria

Es imposible entender el «momento Trump» de la actual guerra arancelaria sin tener en cuenta la presión de más de cuarenta años de crónicos y gigantescos déficits comerciales y fiscales en Estados Unidos

Valerio Arcary, Jacobin

Estados Unidos ha desatado una ola de choque en la economía mundial sin parangón en los últimos cuarenta años: una contraofensiva en gran escala para defender la supremacía de Washington en el mercado mundial y en la comunidad internacional de Estados. Quienquiera que subestime las consecuencias de semejante contraofensiva está cometiendo un error imperdonable.

El impacto de esa contraofensiva podría compararse sólo con el «momento Nixon» de 1971, cuando Washington subvirtió los Acuerdos de Bretton Woods y puso fin a la convertibilidad fija del dólar en oro, para lo cual procedió a devaluar la moneda de reserva a fin de poder hacer frente al crecimiento alemán y japonés, al aumento del déficit comercial estadounidense y a la necesidad de financiar la guerra de Vietnam[1].

O con el «momento Reagan», cuando la Reserva Federal elevó al 21,5 % la tasa de interés de referencia para combatir una inflación superior al 13,5 %, el escalamiento de la deuda pública, que alcanzó entonces por primera vez el billón de dólares, la necesidad de financiar la carrera armamentística contra la URSS tras el triunfo revolucionario en Nicaragua —que amenazaba con extenderse a toda Centroamérica—, así como en Irán —que a su vez amenazaba con desatar una ola de radicalización islámica contra Israel—, y la caída de las dictaduras en el cono sur de América Latina[2].

Es imposible entender el «momento Trump» de la guerra arancelaria sin tener en cuenta la presión que ejercen más de cuarenta años de crónicos y gigantescos déficits comerciales y fiscales que son el talón de Aquiles de Estados Unidos, aun cuando no hayan impedido un miniboom con Ronald Reagan en los ochenta, Bill Clinton en los noventa y George Bush hijo en la primera década del siglo XXI. Cualquier otro país, incluso entre las grandes potencias, se habría sumido en una espiral de inflación, desinversión, recesión y desgobierno. Por su comportamiento, tales déficits constituyen una distorsión, una «excepcionalidad» o una «anomalía».

lunes, 14 de abril de 2025

Trump sepulta los mitos del libre comercio y de la globalización


Raphael Machado, Jornal Puro Sangue

Cuando afirmamos el año pasado que la elección de Trump sería más disruptiva para la hegemonía global liberal, los emocionados nos acusaron de “trumpistas”, “neocons” y más una torrente de improperios.

Pero continuamente, las decisiones trumpistas en política interna confirman nuestra evaluación. De hecho, hoy diría que Trump está siendo más disruptivo de lo que podría haber imaginado en 2024.

Recuerdo aquí, por cierto, que cuando se anunció el cierre de la USAID, los miembros de la “izquierda emotiva” (que simplemente no puede aceptar que Trump era una opción más disruptiva que Biden) vinieron corriendo a decir, en tonos divinatorios, que los recursos de la USAID serían, simplemente, reubicados.

No. Esta semana realmente se confirmó el cierre de la USAID y que el dinero volvería al presupuesto, sin ninguna previsión específica de seguir aplicando el mismo dinero de la misma manera a través de otros programas y organismos. Es claro que los EEUU seguirán proyectando su influencia alrededor del mundo, siempre lo han hecho. Pero uno de los principales brazos de esa proyección se ha cerrado y el presupuesto para ese tipo de actividad ha disminuido significativamente. Ahora, la iniciativa privada será aún más relevante en este campo.

Trump inventó el 'engaño de los aranceles' para 'desvincularse' de China


Mike Whitney, The Unz Review

El derroche arancelario de Trump nunca tuvo que ver con déficits comerciales, reindustrialización ni con el regreso de empleos a Estados Unidos. Siempre tuvo que ver con China . Ahora que Trump ha flexibilizado o eliminado los aranceles a otros 90 países, podemos ver qué está pasando realmente. Trump está usando la "cortina de humo arancelaria" para implementar su política de desacoplamiento, una estrategia diseñada para aislar, cercar y, finalmente, aplastar a la República Popular China. Ese es el motivo que impulsa la política. Los aranceles fueron solo un medio para un fin. Esto es de CNN :
El presidente Donald Trump anunció una pausa total de tres meses en todos los aranceles “recíprocos” que entraron en vigor a medianoche, con excepción de China, un sorprendente cambio de postura por parte de un presidente que había insistido en que los aranceles históricamente altos habían llegado para quedarse.

Sin embargo , se mantendrán los enormes aranceles sobre China, la segunda economía más grande del mundo. De hecho, Trump anunció que se incrementarán del 104% al 125 % después de que China anunciara aranceles adicionales como represalia contra Estados Unidos el miércoles. Todos los demás países que estaban sujetos a aranceles recíprocos el miércoles verán sus tasas reducidas al 10%, afirmó.

“Debido a la falta de respeto que China ha mostrado hacia los mercados mundiales, por la presente aumento el arancel que Estados Unidos le impone a China al 125%, con efecto inmediato”, declaró Trump en su publicación en redes sociales. “En algún momento, ojalá en un futuro próximo, China se dará cuenta de que estafar a Estados Unidos y a otros países ya no es sostenible ni aceptable”, escribió. Trump anuncia una pausa de 90 días en los aranceles recíprocos, con excepción de China ( CNN).
¿La "falta de respeto" de China? ¿Entonces, Trump está estableciendo la política comercial estadounidense basándose en sentimientos heridos?

Esa no es una explicación creíble. Algo más está sucediendo aquí.

miércoles, 9 de abril de 2025

La revolución económica de Trump

Trump trata de revitalizar la siniestra e intervencionista "doctrina Monroe” en función del distópico mefistofélico "Destino Manifiesto" para soñar con "hacer que EEUU vuelva a ser grande"

Adrian Sotelo Valencia, La Haine

Como era de esperar, la prensa hegemónica y los medios dominantes de comunicación han ponderado positivamente las agresivas políticas arancelarias del magnate estadounidense que ha venido imponiendo, al margen del Congreso de EEUU y del llamado “orden internacional basado en reglas”, a todos los países que no son de su agrado o que no se alinean a sus intereses hegemónicos.

Por supuesto su objetivo central apunta contra el gigante asiático en ascenso en el plano mundial, China, a quien le ha aplicado impuestos hasta del 54% a sus exportaciones (RT, 5 de abril de 2025).

Trump cree que con esas medidas, más de impacto en el plano mediático que en el real, va a conseguir "reindustrializar" la economía norteamericana obligando a sus empresas transnacionales que operan en el exterior en los países afectados por las políticas proteccionistas a retornar a suelo estadounidense asemejando lo que ocurrió cuando esas empresas se beneficiaron con las políticas proteccionistas de la industrialización sustitutiva de importaciones implementadas por los gobiernos de los países dependientes y subdesarrollados de América Latina en la segunda posguerra del siglo XX.

domingo, 6 de abril de 2025

La mejor respuesta a los aranceles estadounidenses es que los países en desarrollo vendan deuda estadounidense

En el arte del acuerdo, amenazar con colapsar la economía estadounidense llevaría a Trump a la mesa mucho más rápido que una guerra de aranceles

Ian Proud, Strategic Culture

Mientras el presidente Trump amenaza al mundo con aranceles radicales, intenta cambiar las leyes fundamentales de la economía mediante la fuerza de voluntad. No lo conseguirá.

En lugar de contraatacar con aranceles recíprocos, los países en desarrollo deberían vender la deuda estadounidense.

El economista austriaco-estadounidense Ludwig von Mises dijo una vez que
la teoría de la balanza de pagos olvida que el volumen del comercio depende completamente de los precios
Estados Unidos tiene un déficit comercial tan gigantesco, de más de un billón de dólares al año, porque puede comprar productos extranjeros más baratos de lo que puede producirlos en el país.

Algunos países pueden subvencionar la producción para bajar los precios, otros pueden exportar bienes que están más abajo en la cadena de valor en comparación con lo que producirán los productores estadounidenses.

Pero, echando la vista atrás, el dólar estadounidense es tan poderoso que encarece las exportaciones estadounidenses, independientemente de las distorsiones creadas por sus socios comerciales.

Esto forma parte del privilegio exorbitante por el que el dólar estadounidense actúa como la principal moneda de reserva del mundo, con un 58% del total de reservas.

lunes, 17 de febrero de 2025

Trump contra el mundo

No cabe duda de que, fuera de la coyuntura de aparente fortaleza, en el largo plazo, EEUU marcha en sentido contrario al desarrollo histórico contemporáneo

Adrian Sotelo Valencia, La Haine

Con arrogancia, supremacismo y la creencia delirante en la "grandeza" del imperio estadounidense, Trump le ha declarado la guerra al mundo en un afán de "hacer más grande a EEUU otra vez" (Make America Great Again), frase, por cierto, que también pronunció Ronald Reagan en su campaña presidencial de 1980.

Su miopía intelectual lo lleva a postular que el mundo es igual o peor al existente después de la guerra mundial de 1939-1945 cuando el unilateralismo imperialista norteamericano recibió la estafeta de dominación del imperialismo británico que fue hegemónico desde el siglo XIX.

La guerra arancelaria desatada por el magnate de pelo amarillo tiene como objetivo dominar el comercio internacional y obligar a las naciones a entregar sus recursos y a producir sus productos y servicios dentro del territorio estadounidense como condición para no ser penalizados por su gobierno y bajo sus leyes extraterritoriales que aplica sin miramientos en cualquier país que considere "peligroso" u hostil a sus intereses geoestratégicos.

miércoles, 12 de febrero de 2025

La fantasía de Washington de una guerra contra China

Los debates susurrados en Washington no son sobre si EEUU puede alcanzar a China, sino sobre si EEUU puede evitar el sorpasso de China, cada vez más cercano

Vijay Prashad, The Left Chapter

La fragilidad del poder de EEUU quedó clara cuando una pequeña empresa emergente china lanzó el programa de aprendizaje automático (también llamado pomposamente IA) DeepSeek. El mercado bursátil estadounidense Nasdaq se estremeció y las acciones tecnológicas se desplomaron. Este colapso no es un asunto menor para la economía estadounidense. Durante la inflación post-COVID-19 (2021), los inversionistas extranjeros comenzaron a frenar su compra de deuda estadounidense. Luego, después de que Occidente incautó ilegalmente 600.000 millones de dólares en activos en divisas de Rusia (2022), muchos bancos centrales trasladaron sus propias tenencias lejos de la jurisdicción de brazo largo de EEUU. Los bonos del Tesoro de EEUU languidecieron.

Los financieros en EEUU están ahora nerviosos. En 2024, los inversores extranjeros colocaron más de 1 billón de dólares en acciones tecnológicas en los mercados bursátiles estadounidenses. Con la aparición de DeepSeek, ¿se alejarán estos inversores de lo que ahora parece ser un espejismo de posibilidades? Con Trump empeñado en una guerra arancelaria con el mundo, y con la falta de apetito entre los inversores extranjeros por tener letras del Tesoro de EEUU, ¿quién financiará la astronómica deuda de EEUU? ¿Caerá EEUU de cabeza en una vorágine financiera?

miércoles, 5 de febrero de 2025

Un führer de farsa


José Blanco, La Jornada

A las 11:19 horas del 1º de octubre de 2018, Donald Trump inició un speech en los jardines de la Casa Blanca, en el que dijo: “Desde hace tiempo sostengo que el NAFTA [TLCAN] fue quizás el peor acuerdo comercial jamás firmado. Desde su adopción, Estados Unidos… perdió enormes cantidades de dinero y… millones de empleos en el sector manufacturero… Es un gran honor para mí anunciar que hemos completado con éxito las negociaciones de un nuevo acuerdo para poner fin al NAFTA… y remplazarlo por un nuevo e increíble acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, llamado USMCA [T-MEC]”. Los elogios al tratado siguieron en cascada. El pasado sábado decidió aplastar el “increíble” acuerdo a golpazos de arancel. Trump demuestra una vez más que, para él, el Estado de derecho nada significa. El Trump de 2025 está en total desacuerdo con el Trump de 2018.

Lo que Trump llama “pérdidas enormes” es el dinero que los ciudadanos de EEUU pagaron por unos bienes que, si hubieran sido producidos en EEUU, hubieran sido sensiblemente más costosos. Pero, como fueron comprados fuera de EEUU, en su contabilidad nacional aparecen como déficit comercial externo. Y ocurrió, para la irritante sorpresa de Trump, que el USMCA arrojó déficits comerciales mayores que los de su odiado NAFTA.

Como este führer de farsa es corto de entendederas, parece no haberse enterado de que cuando el ahorro interno de EEUU es una cifra inferior a su inversión interna, esa diferencia aparece como un déficit en su balanza de pagos.

lunes, 3 de junio de 2024

Europa atrapada en la guerra 2.0 entre Estados Unidos y China

Al cuadruplicar los aranceles sobre los vehículos eléctricos importados de China, Washington lleva la guerra comercial con Pekín a un nivel superior. Europa se encuentra en primera fila de este enfrentamiento y corre el riesgo de convertirse en un mero campo de batalla entre las dos potencias

Martine Orange, Sin Permiso

La reacción fue inmediata. Mientras el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acababa de confirmar el 14 de mayo que se cuadruplicarían los aranceles a los vehículos eléctricos importados de China, el Canciller alemán, Olaf Scholz, y el Primer Ministro sueco, Ulf Kristersson, manifestaron inmediatamente su desacuerdo con la decisión estadounidense. "Es una mala idea desmantelar el comercio mundial", dijo Ulf Kristersson.

Una vez más, la Unión Europea se ve apartada por su aliado. Los dirigentes europeos, que esperaban que el endurecimiento de la postura estadounidense no fuera más que un paréntesis, ya no pueden albergar la ilusión de que no habrá marcha atrás.

Para frenar el poder económico de China, Estados Unidos ha decidido abandonar el enfoque de laissez-faire que ha prevalecido durante décadas. "Los sueños de los defensores del libre mercado de un mundo sin fricciones en el que los bienes y servicios fluyeran sin problemas de un país a otro han muerto", afirma Larry Elliott, columnista de economía de The Guardian.

miércoles, 28 de abril de 2021

Washington no puede con la economía china

Hedelberto López Blanch, Rebelion

Desde hace unos años Estados Unidos ha hecho lo indecible por tratar de detener el empuje de China pues ha visto cómo el gigante asiático se abre paso para convertirse en la primera economía del planeta.

Resulta que ni las innumerables extorsiones y difamaciones lanzadas por Washington contra Beijing ni los grandes desastres mundiales ocasionados por la Covid-19, han podido detener el avance de ese país asiático cuyo Producto Interno Bruto (PIB) creció 18,3 % en el primer trimestre de 2021.

La Oficina Nacional de Estadística de la nación señaló que el PIB en ese período fue de 24,93 billones de yuanes (3,8 billones de dólares).

El esfuerzo por controlar la pandemia ha sido extraordinario pues le ha permitido remontar los malos momentos económicos del año 2020 cuando el PIB se situó en 2,3 %, el mínimo de los últimos 40 años.

Por su parte, Washington a lo largo de su historia como potencia hegemónica, ha utilizado diversos métodos para hacer valer sus intereses como han sido amenazas o lanzamiento de guerras militares o económicas.

martes, 23 de marzo de 2021

Joe Biden intensifica las sanciones de Estados Unidos contra China

Stephen Lendman, Global Research

Las sanciones son armas de guerra por otros medios.

Son un martillo contra la paz, la estabilidad y las relaciones de cooperación con otros países.

Son un castigo colectivo extrajudicial sobre la población de los países objetivo, lo que prohíbe el derecho internacional.

Son una de las tácticas favoritas de Estados Unidos contra enemigos y adversarios inventados.

Cuando se imponen, no logran sus objetivos geopolíticos.

Sin embargo, Estados Unidos los usa repetidamente contra Rusia, China, Irán y otras naciones que sus legisladores quieren que se transformen en estados vasallos pro occidentales.

Donde va Estados Unidos, otras naciones occidentales lo acompañan con mayor frecuencia.

El lunes, el régimen de Biden en connivencia con Bruselas, Gran Bretaña y Canadá impuso sanciones ilegales a China por abusos inventados de derechos humanos.

martes, 4 de febrero de 2020

Los acuerdos comerciales, esos virus que nos gobiernan con un tufillo racista


Eduardo Camín, CLAE

Después de un año y medio de guerras comerciales, subidas arancelarias, represalias y amenazas que han pasado factura más allá de sus fronteras, había llegado- aparentemente- la hora de rebajar las tensiones.

En efecto los líderes de Estados Unidos y China firmaron este pasado 15 de enero, en la Casa Blanca una tregua, la primera fase de un acuerdo comercial teóricamente más amplio que incluirá temas más espinosos y estratégicos sobre los que hasta ahora, a pesar de la presión, ha sido imposible pactar.

Sin duda que el acuerdo comercial al que llegaron plantea la relevancia internacional de estas dos superpotencias económicas, que tienen grandes consecuencias incluso para países tan alejados de los centros mundiales de decisión.

Si bien el acuerdo suscrito por ambas naciones no resuelve ninguno de los asuntos cruciales que motivaron la escalada y deja sin cambios el grueso de las medidas proteccionistas ya en vigor, al menos despeja la amenaza de nuevos aranceles.

viernes, 4 de octubre de 2019

Cinco claves de la guerra comercial que podría estallar entre la UE y Estados Unidos

Esta disputa se remonta 15 años atrás, a 2004. Donald Trump se relame. La Unión Europea espera que Estados Unidos acepte negociar.

La noticia ha impactado en el mundo económico añadiendo si cabe más incertidumbre a un panorama ya de por sí incierto: a partir del próximo 18 de octubre, Estados Unidos impondrá aranceles a la Unión Europea (UE) sobre más de 1.500 productos. La medida en especial a los cuatro países de la Unión Europea con mayor peso entre ellos España.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha determinado que Washington puede imponer a la Unión Europea sanciones comerciales por valor de 7.500 millones de dólares (unos 6.900 millones de euros) al año.

Estas son algunas de las claves de esta nueva guerra comercial.

¿Por qué ahora?

Esta disputa se remonta 15 años atrás, a 2004. Entonces el Gobierno de Estados Unidos, presionado por el fabricante de aviones Boeing, denunció a la Unión Europea ante la OMC por los ayudas públicas en su opinión excesivas a Airbus, el otro gran fabricante de aviones del mundo.

Francia, Alemania, España y el Reino Unido ofrecieron a Airbus financiación a un tipo de interés más bajo que los del mercado, lo que permitió a la compañía desarrollar algunos de sus modelos más recientes y avanzados.

martes, 27 de agosto de 2019

Japón le declaró la guerra comercial a Corea del Sur


Marco A. Gandásegui, Alai

La guerra comercial declarada por EEUU a China tiene sus efectos negativos sobre los tránsitos y peajes del Canal de Panamá. Todo indica que la otra guerra comercial entre Japón y Corea del Sur también impactará las finanzas de la vía interoceánica. Se habla mucho de los ‘tuit’ de Trump quien ataca a diario a Pekín por su incesante empuje en materia de producción industrial y exportaciones. Sin embargo, es menos lo que se informa sobre las sanciones japonesas a la economía surcoreana y el peligro que representa para el Canal y Panamá.

Corea fue una colonia japonesa entre 1910 y 1945. Derrotado el imperio japonés en la segunda guerra mundial, Washington pretendió quedarse con Corea como botín de guerra. La resistencia coreana provocó el ingreso de China que contuvo las tropas norteamericanas. Al final la península fue dividida en dos Coreas hasta el día de hoy.

En la actualidad, Corea del Sur compite con Japón exportando varias líneas electro-domésticas, automotrices y de informática. Apenas hace 40 años, Corea y Panamá tenían los mismos niveles en calidad de vida y en productividad. Mientras que Panamá se des-industrializó y se estancó en materia de desarrollo social y crecimiento económico, Corea del Sur se disparó. Las exportaciones de Corea del Sur y Japón tienen como su mercado principal a EEUU. Ambos países dependen parcialmente del Canal de Panamá para que sus mercancías lleguen a los consumidores norteamericanos. Japón es el tercer usuario más importante de la vía acuática y Corea del Sur es el sexto.

martes, 13 de agosto de 2019

Guerra de divisas: una nueva etapa en el colapso capitalista


Nick Beams, wsws

La decisión de la Administración de Trump de etiquetar a China como un "manipulador de divisas", en respuesta a la decisión de Beijing de devaluar ligeramente el renminbi (también conocido como yuan) dejándolo caer a un valor menor a siete por dólar, tiene implicaciones que van mucho más allá de la guerra comercial iniciada por los Estados Unidos.

El impacto inmediato de las decisiones tomadas en Washington y Beijing fue enviar a los mercados financieros a una espiral descendente en todo el mundo, incluso en los Estados Unidos, donde Wall Street experimentó un declive significativo. La caída constituyó un reconocimiento de que la guerra económica ha entrado en una nueva fase aún más peligrosa.

Si bien la turbulencia financiera inicial ha disminuido, con los mercados experimentando un cierto repunte a la luz de un ligero aumento en el valor del renminbi, la guerra de divisas se ha colocado firmemente en la agenda.

Desde la crisis financiera mundial de 2008, todas las principales organizaciones económicas internacionales han advertido continuamente que el proteccionismo y las devaluaciones competitivas de la moneda deben evitarse a toda costa. Estas advertencias se han basado en el entendimiento de que tales medidas fueron un factor crucial en la década de 1930 en profundizar la Gran Depresión y crear las condiciones para el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

La prescripción contra las medidas arancelarias proteccionistas ha sido aprobada por la junta en lo que respecta a Estados Unidos. La Administración de Trump no solo ha impuesto aranceles a los productos chinos por valor de cientos de miles de millones de dólares (la última amenaza arancelaria contra China significará que prácticamente todas las exportaciones chinas a EEUU estarán cubiertas), sin que también ha dejado en claro que estos aranceles se utilizarán como un instrumento clave para avanzar su agenda económica en todas partes.

domingo, 28 de julio de 2019

¿Quién va ganando la guerra comercial entre China y EEUU?


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

En México se suele estar abrumado por los multimedia de Estados Unidos/Gran Bretaña y sus sucursales locales, y no se toma en cuenta dialécticamente la antítesis de la contraparte afectada, como es el caso flagrante de China en la guerra comercial que inició Trump.

Si uno se basa en los tuits de Trump, pues prácticamente China estaría liquidada en forma absurda, lo cual atenta contra la realidad.

Trump es un excelente propagandista como se entrenó 13 años en su programa de reality show The Apprentice (https://imdb.to/2K3Pjtn), además de ser un consagrado blufista de póquer, lo aprendió en sus casinos y con su socio israelí Sheldon Adelson, mandamás de Las Vegas y Macao.

Sucede que hay categorías entre los 193 países de la ONU, cuando unos, como vulgares naciones bananeras sucumben al primer amago de amenazas de Trump, y otros, como las superpotencias, Rusia y China –incluso India– lo paran en seco.

domingo, 21 de julio de 2019

La guerra comercial nunca ha dejado de existir


Juan Francisco Martín Seco, Contrapunto

Las medidas proteccionistas de Trump frente a determinados países han hecho saltar las alarmas y tanto políticos como comentaristas avisan sobre el peligro de una guerra comercial entre naciones. Lo cierto es que la batalla comercial se ha producido siempre desde que existe el mercado. Desde que el mercado adquirió una dimensión internacional, por pequeña que fuese, el aumento de las exportaciones y la reducción de las importaciones se convirtió en un objetivo de todos los Estados.
El mercantilismo inició su andadura allá por el siglo XVI y mantuvo su hegemonía al menos hasta el final del siglo XVIII. Parte del hecho de que el enriquecimiento de una nación se encuentra en el ahorro, en la acumulación de metales preciosos (dinero) mediante el saldo positivo del comercio exterior, por lo que pretende incentivar las exportaciones y limitar, a través de contingentes o aranceles, las importaciones.

Con Adam Smith y David Ricardo se cambia radicalmente la óptica. Se establece el libre cambio, que sostiene que la mejor política en el campo del comercio internacional es la de la absoluta libertad, evitando cualquier tipo de restricciones gubernamentales, de manera que cada país se especialice en aquellas actividades para las que disponga de “ventajas comparativas” con respecto al resto. Este punto de vista tiene una aparente lógica que no es otra que la aplicación de la división del trabajo al comercio internacional. La desigualdad de los países en el punto de partida no constituye, según esa teoría, una objeción seria, no invalida sus conclusiones. El equilibrio se produciría de igual modo a través de la apreciación o devaluación de las divisas, dando lugar a nuevas relaciones de intercambio. Se establece así una nueva estructura de costes en la que todos los Estados presentarían ventajas comparativas.

jueves, 18 de julio de 2019

China y la guerra comercial: una perspectiva amplia


Alejandro Nadal,La Jornada

La guerra comercial que ha desatado Donald Trump en contra de China no es un episodio pasajero que terminará en breve para ser rápidamente olvidado.

Esta es la segunda vez en la historia que Estados Unidos utiliza su poderío económico para frenar el auge de una potencia rival en Asia. Desde la restauración Meiji, que puso fin al shogunato de los Tokugawa en 1868, Japón desarrolló una exitosa política económica y tecnológica dirigida a alcanzar un desarrollo industrial comparable al de Inglaterra o Alemania. En los años 1930 presionó a sus vecinos en Asia para construir la Gran esfera de coprosperidad, que le permitiría garantizar mercados para sus exportaciones y una fuente estable de recursos naturales. Estados Unidos, Inglaterra y Francia no vieron con buenos ojos el surgimiento del nuevo rival asiático. Sus esfuerzos por bloquear el ascenso de la nueva potencia rival fueron un factor importante, aunque no el único, en el surgimiento del militarismo japonés. También sirvieron para detonar la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico.

Hoy todo ha cambiado, pero en Asia surgió un nuevo rival. China se convirtió en pocas décadas en una potencia que Estados Unidos considera ya una amenaza. Después de años de guerra y ocupaciones extranjeras, el triunfo del Partido Comunista chino, en 1949, condujo a la creación de la República Popular China. En 1978, Deng Xiaoping introdujo una primera serie de reformas en la conducción de la economía. Entre 1979 y 2013, la economía china mantuvo una tasa promedio de crecimiento anual cercana a 10 por ciento. Al mismo tiempo, Pekín mantuvo la conducción estatal de la estrategia económica y una política industrial y tecnológica que llevó a profundas transformaciones estructurales. China, hoy, aspira a que su moneda sea reconocida como medio de pago y reserva de valor a escala internacional. Su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda es un proyecto de infraestructura y transporte que busca dar una proyección global al poderío económico chino.

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