Las elecciones chilenas mostraron un escenario con tres candidatos de derecha, que reivindicaban a Pinochet y reproducían un discurso xenófobo y negacionista. Está en curso una disputa por el sentido común de la población
Javier Molina, Jacobin
Este domingo se realizaron las elecciones presidenciales —y parlamentarias— en Chile. Como anticipaba la mayoría de las encuestas, la candidata comunista Jeannette Jara se impuso, con algo más de un 26%, por lo que la atención se centró en la disputa interna entre las tres principales candidaturas de las derecha.
Durante los últimos meses, hubo muchas discusioens en la izquierda sobre qué escenario sería mejor para la candidata del oficialismo en un balotaje: si enfrentar a José Antonio Kast (quien finalmente fue quien pasó a la segunda vuelta), a Johannes Kaiser o a Evelyn Matthei. Sin embargo, según las últimas encuestas, Jara perdería en cualquiera de los tres escenarios. Por lo tanto, el problema pasa por caracterizar el discurso de estas derechas que, muy posiblemente, sean el próximo gobierno, tratando de mostrar, más allá de la pelea electoral, qué implica este clima de radicalización de las derechas chilenas y la disputa por el sentido común de la población. No por nada dos de estas candidaturas insistían en que eran «el candidato del sentido común».
Las derechas chilenas después de la dictadura
Primero, veamos cuáles son las líneas ideológicas de estos espacios y cuál sería la gran diferencia entre las candidaturas de derecha. El problema no es tanto si el discurso es pinochetista, paleolibertario, machista, xenófobo o negacionista, porque en mayor o menor medida tanto Matthei como los hermanos KaKa contienen estos elementos, aunque con combinaciones distintas. El hilo conductor de los Chicago Boys, la ideología hegemónica de las derechas chilenas después de la dictadura, no fue superado: solo se diversificó. De hecho, las candidaturas de los supuestos «renovadores» de estas derechas —Kaiser y Kast— son complementarias, y vamos a detallar por qué.
















