De la denuncia de los crímenes y torturas en la Argentina de Jorge Videla, a la admiración manifiesta hacia Jair Bolsonaro, Keiko Fujimori y Javier Milei
Jano Luna, La Haine
Ha fallecido el Premio Nobel peruano, que en 2023 anunció que deja de producir narrativa y periodismo. Un género, el primero, que le ha elevado a los altares de la idolatría literaria. En cambio, los artículos publicados en El País a partir de 1990, le han llevado a controversias por su deslizamiento ideológico desde el comunismo juvenil hasta la extrema derecha. O, más gráficamente, de la denuncia de los crímenes y torturas en la Argentina de Jorge Videla, a la admiración manifiesta hacia Jair Bolsonaro, Keiko Fujimori (de quien pasó de llamarla "cáncer terminal" a decirle "mal menor" del Perú) y Javier Milei.
Su obra pendiente y postrera pudiera ser un ensayo sobre Jean Paul Sartre. Epílogo a su vez de 'Entre Sartre y Camus', publicada en 1981 en la transición del genio de Arequipa a excelente prosista de argumentos menores. Con la excepción --afirman sus críticos-- de olvidable 'La fiesta del chivo' en el año 2000.
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa ha cumplido los 89 con una notable estatura de 178 centímetros para el común de su generación. Entrado en la cuarta edad, reconoce lagunas en la memoria y agobios para cumplir la entrega de sus artículos. Su mirada sin brillo es la de un abuelo en busca de sosiego, aunque no renuncie a los oropeles mundanos que siempre le han satisfecho.
Millonario en comparación a la mayoría inmensa de sus colegas, Vargas Llosa ha recibido todos los premios y distinciones imaginables. Dejará de percibir el millón y medio de euros anticipados por cada nueva novela, tal vez con alivio por parte de la editorial Alfaguara. Sus últimas obras --con calidad decreciente-- sufrían crisis de ventas.