Una mirada no convencional al modelo económico neoliberal, las fallas del mercado y la geopolítica de la globalización
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jueves, 20 de marzo de 2025
La imposición de aranceles de EEUU fue en tiro en su pie
Zhu Jian*, La Jornada
Hace poco concluyeron exitosamente en Pekín las sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional de China y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (Dos Sesiones), eventos claves para que el mundo observe a China. Durante estos encuentros, el señor Wang Yi, miembro del buró político del Comité Central del Partido Comunista de China y ministro de Relaciones Exteriores, planteó cinco preguntas contundentes a Estados Unidos: “EEUU debe repasar primero lo que realmente ha sucedido. ¿Qué ha logrado de las guerras arancelarias y comerciales en estos años? ¿Se ha ampliado o reducido su déficit comercial? ¿Ha aumentado o disminuido su competitividad en la industria manufacturera? ¿Se ha mejorado o empeorado la inflación? ¿Y ha sido mejor o peor la vida de sus ciudadanos?”
Tras la llegada del nuevo gobierno estadounidense al poder, se ha impulsado el memorando Política de Inversiones de Estados Unidos Primero, reinstaurando aranceles al acero y aluminio a sus socios comerciales globales, y ha anunciado la imposición de aranceles recíprocos. Parece que la lista de aranceles no deja de aumentar. Estas amenazas mediante el uso de aranceles son actos de intimidación y unilateralismo, que además violan gravemente las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), desestabilizan las cadenas globales de suministro, obstaculizan el desarrollo económico mundial y perjudican tanto a empresas como a ciudadanos estadounidenses.
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sábado, 15 de marzo de 2025
Mahmoud Khalil, Trump y el legado de Joe Biden
Maciek Wisniewski, La Jornada
La detención el pasado 8 de marzo y la posible deportación de Mahmoud Khalil −un estudiante palestino de la Universidad de Columbia y uno de los líderes de las protestas estudiantiles contra la guerra y el genocidio en Gaza en el campus durante el último año−, por orden de la administración de Donald Trump, como bien han señalado varios comentaristas (t.ly/2A8HM), es el ataque más grave a la Primera Enmienda por parte de cualquier presidente estadunidense en años.
Khalil −nacido en seno de una familia de refugiados palestinos en Siria, casado con una estadounidense y que, después de haber trabajado para el gobierno británico, emigró a Estados Unidos en 2022, completó su tesis de maestría en Políticas Internacionales y Públicas y estaba por graduarse en un par de meses−, es un residente legal permanente en Estados Unidos, habiente de una green card, que, según los agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), “le ha sido revocada por su activismo”. Si bien los green card pueden ser revocadas −si su titular comete ciertos delitos como por ejemplo “apoyar materialmente a una organización terrorista” (en este caso Hamas) lo que parece estar insinuando la administración trumpista, sin haber presentado no obstante ninguna prueba ni acusación oficial al respecto−, pero no por el presidente ni su secretario de Estado sino por el juez de inmigración y menos por tener opiniones o participar en protestas (derechos protegidos por la Constitución) que no son de agrado de la administración en turno (t.ly/H3Umm).
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El nudo europeo
Europa, que odia a Trump, se dispone a hacer exactamente lo que quiere EEUU. Convencida, eso sí, de que está escupiendo al presidente norteamericano. Tratando de entender cuál es el quid de toda la cuestión, porque Europa ya no sabe cómo moverse en el mundo.
Enrico Tomaselli, La Haine
Hay algo paradójico en este levantamiento de los escudos de la cúpula europea -casi en pleno- contra la administración Trump, que entre otras cosas confirma que está compuesta en su mayoría por incompetentes, aquejados de un infantilismo político espantoso sólo a la altura de su arrogancia.
Y lo paradójico es que, creyendo escupirle en la cara a Trump, se disponen a hacer exactamente lo que Trump les pide, es decir, asumir ellos mismos la defensa europea, puesto que EEUU ya no considera tan importante ese teatro de operaciones y quiere dirigir sus recursos militares a otra parte. Además, para quienes no estuvieran ofuscados por su propia incapacidad cognitiva, estaba claro desde hace tiempo que esa era la dirección en la que ya estaba girando EEUU cuando Biden aún estaba en la Casa Blanca. Esto se subrayó repetidamente al escribir sobre el conflicto ucraniano. Lo que deja claro que no se trata de un capricho del nuevo presidente, sino de una evolución estratégica estadounidense a la que Trump sólo ha aportado, si acaso, su estilo áspero y sin filtros.
martes, 11 de marzo de 2025
El arrebato "espontáneo" de Zelensky: un drama en tres actos
La escandalosa aparición de Zelensky en la Casa Blanca no fue un arrebato espontáneo - fue el final de un plan con sus raíces en Londres y los hilos movidos por las élites europeas
Elena Fritz, Politically Incorrect.
El viernes 28 por la noche, la Casa Blanca explotó, no literalmente, sino políticamente: Volodymyr Zelenskyj abandonó Washington antes de tiempo tras una agria disputa con Donald Trump. Un escándalo que provocó la ruptura de los hilos transatlánticos. Pero no fue un estallido espontáneo, sino el remate de un plan cuyas raíces están en Londres y cuyos hilos mueven las élites europeas. Alemania en el meollo. Un drama en tres actos..
Primer acto: la chispa británica en enero.
Rebobinamos hasta enero de 2025: Keir Starmer visita Kiev y firma un «acuerdo de asociación» con Zelensky. Puertos, gas, tierras raras... todo queda bajo control británico. Un movimiento que coge a EEUU por sorpresa. Londres se asegura influencia mientras Trump sigue ocupado con su toma de posesión. ¿Especulación? Ciertamente. Pero el Gobierno británico tiene un motivo: utilizar Ucrania como palanca contra un Trump imprevisible que amenaza con dejar a Europa al margen. El tratado es el pistoletazo de salida, y Alemania asiente, mientras Scholz y Baerbock guardan silencio..
Acto 2: Irlanda como espoleta.
lunes, 10 de marzo de 2025
Los oligarcas estadounidenses son el talón de Aquiles de Trump
Gabriel Zucman, Sin Permiso
Las políticas de “América primero” [America First] de Trump trastocan el orden global, encendiendo los llamamientos a gravar a los oligarcas y perturbar el comercio internacional. A través de un aluvión de órdenes ejecutivas, el presidente estadounidense Donald Trump ha pasado sus primeras semanas en el cargo tratando de desmantelar el orden internacional que Estados Unidos ayudó a crear después de la Segunda Guerra Mundial. Bajo la bandera de “América primero” [America First], su administración se ha retirado del acuerdo climático de París, de la Organización Mundial de la Salud y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Y ahora se dispone a ir más lejos. Se está llevando a cabo una revisión exhaustiva de todas las organizaciones multilaterales para determinar si Estados Unidos debe quedarse o irse.
Trump también está decidido a poner patas arriba el sistema de comercio internacional. Menos de dos semanas después de su toma de posesión, anunció fuertes aranceles: un 25% sobre las importaciones de Canadá y México, y un 10% sobre las importaciones de China (además de los gravámenes ya en vigor). También ha anunciado un arancel del 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio, y ha insinuado gravámenes adicionales sobre automóviles, productos farmacéuticos y chips informáticos. Europa también podría verse pronto en el punto de mira.
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Oligarquía financiera

El gobierno estadounidense de Donald Trump es oligárquico, disfuncional y perjudicial para la economía global
- “Casi todos los hombres pueden soportar la adversidad, pero si quieres probar el carácter de un hombre, dale poder”.
— Abraham Lincoln (1809-1865), decimosexto presidente de los Estados Unidos, 1861-1865. - “Dios me ha encomendado una misión. Dios me decía: 'George, ve y lucha contra esos terroristas en Afganistán'. Y lo hacía. Y luego Dios me decía: 'George, ve y acaba con la tiranía en Irak'. Y lo hacía”.
— George W. Bush (1946- ), presidente estadounidense, 2001-2009, (en 'George Bush: Dios me dijo que pusiera fin a la tiranía en Irak', The Guardian, 7 de octubre de 2005). - “Realmente creo que tenemos a ‘Dios de nuestro lado’”,
—Donald Trump (1946- ), (en un discurso ante la 'Coalición Evangélica por Trump', el 3 de enero de 2020)
Rodrigue Tremblay, Global Research
“La Gran Depresión de 1929 fue tan amplia, tan profunda y tan prolongada porque el sistema económico internacional se volvió inestable por la incapacidad británica y la falta de voluntad de Estados Unidos para asumir la responsabilidad de estabilizarlo mediante el desempeño de cinco funciones:
— Charles Kindleberger (1910-2003), historiador económico estadounidense y autor de La Gran Depresión 1929-1939 (1973)
- Mantener un mercado relativamente abierto para los bienes de primera necesidad;
- proporcionar préstamos anticíclicos, o al menos estables, a largo plazo;
- vigilar un sistema de tipos de cambio relativamente estable;
- garantizar la coordinación de las políticas macroeconómicas;
- actuar como prestamista de última instancia descontando o proporcionando de otro modo liquidez en situaciones de crisis financiera”.
Un presidente desquiciado
Las últimas dos semanas de enero pasarán a la historia como las que presentaron el comportamiento más cuestionable y desquiciado de cualquier presidente estadounidense recién elegido.
Nunca antes, en verdad, había surgido de la Oficina Oval una oleada de decretos presidenciales dictatoriales, algunos de los cuales violaban leyes vigentes adoptadas por el Congreso de Estados Unidos y el sistema constitucional de pesos y contrapesos, como si el gobierno de Estados Unidos se hubiera convertido de pronto en el negocio de un solo individuo. A eso hay que sumarle las declaraciones y la retórica extrañas y cada vez más provocativas de Donald Trump sobre diversos temas, la mayoría de las cuales rara vez, o nunca, se basan en pruebas, estudios o análisis sólidos.
lunes, 3 de marzo de 2025
Humillación en el Despacho Oval
Nahia Sanzo, Slavyangrad
El día se presentaba tranquilo. Solo habían pasado 24 horas desde la plácida reunión entre Keir Starmer y Donald Trump, en la que el presidente de Estados Unidos pretendió no recordar haber calificado a Volodymyr Zelensky de dictador y le definía ahora como “el mejor presidente para Ucrania”. Macron y Starmer habían conseguido con sus visitas halagar lo suficiente a Trump como para lograr que el líder estadounidense no repudiara la idea de la misión de paz de países europeos miembros de la OTAN como garantía de paz una vez logrado el acuerdo. En su intento de apaciguar algunos de los instintos favorables a la paz de su interlocutor, tanto el líder francés como el británico habían optado por una táctica de corregir a Trump, pero hacerlo desde la cercanía y siempre con una sonrisa. La imagen de Emmanuel Macron poniendo la mano sobre la rodilla de su homólogo estadounidense para insistir en que la Unión Europea ha contribuido más que Washington al esfuerzo bélico ucraniano y que no lo ha hecho a crédito o la de Starmer recordando que los países europeos han entregado “dinero de verdad” son ejemplos de ello. Ante la prensa, ambos dirigentes alabaron la capacidad de Trump de “cambiar la conversación” y sus ansias de paz y dejaron para los encuentros privados las partes más controvertidas de la negociación. Es el caso de la participación estadounidense en las garantías de seguridad que Ucrania exige desde que comenzó a hablarse de la posibilidad de una negociación de paz. Starmer se mantuvo estoico, por ejemplo, cuando Trump le preguntaba si el Reino Unido podía con Rusia por sí solo, pese a que la respuesta a esa cuestión es un claro no. De ahí que el Reino Unido y Francia hayan hecho esta semana todos los esfuerzos en su mano para atraer a Donald Trump a su postura.
El plan maestro de Donald Trump para la economía
Yanis Varoufakis, Sin Permiso
Frente a las medidas económicas del presidente Trump, sus críticos centristas oscilan entre la desesperación y una conmovedora fe en que se desvanezca su frenesí arancelario. Suponen que Trump resoplará y resoplará hasta que la realidad deje al descubierto la vacuidad de su razonamiento económico. No han estado prestando atención: la fijación arancelaria de Trump forma parte de un plan económico global que es sólido, aunque sea algo intrínsecamente arriesgado.
Su forma de pensar [de ellos] conecta directamente con un concepto erróneo de cómo se mueven el capital, el comercio y el dinero en todo el mundo. Como el cervecero que se emborracha con su propia cerveza, los centristas acabaron creyéndose su propia propaganda: que vivimos en un mundo de mercados competitivos en el que el dinero es neutral y los precios se ajustan para equilibrar la oferta y la demanda de todo. Ese Trump tan poco sofisticado es, de hecho, mucho más sofisticado que ellos en el sentido de que entiende cómo el poder económico en bruto, y no la productividad marginal, decide quién hace qué a quién, tanto a escala nacional como internacional.
Aunque nos arriesgamos a que el abismo nos devuelva la mirada cuando intentamos darle una ojeada a la mente de Trump, necesitamos comprender su pensamiento en relación con tres cuestiones fundamentales: ¿por qué piensa él que los Estados Unidos están explotados por el resto del mundo? ¿Cuál es su visión de un nuevo orden internacional en el que los Estados Unidos puedan volver a ser “grandes”? ¿Cómo piensa conseguirlo? Sólo entonces podremos elaborar una crítica sensata del plan director económico de Trump.
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domingo, 2 de marzo de 2025
Estados Unidos como república, no como imperio: el “ruido y la furia” de Europa tras los sorprendentes cambios en la política estadounidense
Trump no cree en la mentira primaria que pretende ser el pegamento que mantiene unida toda la estructura geopolítica de la UE
Alastair Crooke, Strategic Culture
Los bits van cayendo en un patrón definido: un patrón previamente preparado.
En la Conferencia de Seguridad de Munich, el Secretario de Defensa Hegseth nos dio cuatro "no": no a la permanencia de Ucrania en la OTAN; no a la vuelta a las fronteras anteriores a 2014; no a los mecanismos de salvaguardia de las fuerzas de paz del "Artículo 5" y "no" a la presencia de tropas estadounidenses en Ucrania. Y, como broche de oro, añadió que las tropas estadounidenses en Europa no son "para siempre" e incluso puso un signo de interrogación sobre la continuidad de la OTAN.
¡Bastante claro! Estados Unidos claramente se está distanciando de Ucrania y tiene intención de normalizar las relaciones con Rusia.
Luego, el vicepresidente Vance lanzó su petardo entre las élites europeas allí reunidas. Dijo que las élites se habían apartado de los valores democráticos “compartidos”; que dependían excesivamente de la represión y la censura de sus pueblos (y que eran propensas a encerrarlos); y, sobre todo, criticó el cordón sanitario europeo (“cortafuegos”) por el cual los partidos europeos que no pertenecen al centro-izquierda son considerados políticamente non gratos: “Es una falsa “amenaza”, sugirió. ¿De qué tienen tanto miedo en realidad? ¿Tienen tan poca confianza en su “democracia”?
Estados Unidos, insinuó, ya no apoyará a Europa si ésta continúa reprimiendo a sus electores, deteniendo a ciudadanos por delitos de expresión y, en particular, cancelando elecciones, como se hizo recientemente en Rumania . “Si uno se presenta a las elecciones con miedo a sus propios votantes”, dijo Vance, “no hay nada que Estados Unidos pueda hacer por uno”.
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Trump: mentiras y verdades
Maciek Wisniewski, La Jornada
En los años recientes, una de las más comentadas facetas de Donald Trump −en el gobierno, después y hoy nuevamente en el poder− es su, para decirlo eufemísticamente, “relación con la verdad”. En algún momento el diario de The Washington Post había contado e informado famosamente que Trump sólo en sus primeros tres años en la Casa Blanca hizo “16 mil 241 afirmaciones falsas y/o engañosas”. Así, con base en esto, el tipo de argumento que vinculaba, sobre todo desde el mainstream liberal, la verdad con la democracia y, por el contrario, las mentiras con el fascismo −de representar a cuál Trump ha sido acusado repetidamente−, se ha vuelto común, y si bien apuntaba a una realidad alarmante, sin ser sometido a ningún escrutinio, degeneró en un tema de conversación banal.
Contrario a este marco que funde la verdad con la democracia −a menudo a base de una, igualmente discutible, equiparación de la democracia con el liberalismo−, la “verdad”, como insisten algunos estudiosos, no es el fundamento del orden democrático, sino más específicamente del sistema liberal tal como lo ha expuesto, por ejemplo, John Stuart Mill. Pero, mientras la preocupación de ese autor tenía en su centro las instituciones −sólo garantizando la libertad de expresión y la del parlamento se podían producir reclamos “verdaderos”, según él, aunque Mill entendía la verdad más como una “forma” en que se sostenía una opinión que como su contenido, algo que se lograba a través de la justificación−, en las décadas recientes, según la “nueva teoría del liberalismo”, las verdades son, por el contrario, producidas por los expertos (pundits) y “fuentes autorizadas” como The New York Times o el mencionado The Washington Post, que han de ser aceptadas como dogmas por todas las personas del “pensamiento correcto”.
sábado, 1 de marzo de 2025
La diplomacia de Trump
Nahia Sanzo, Slavyangrad
“Ya veréis, ocurrirá muy rápido. Pronto se pondrán a los pies de su patrón y moverán alegremente la cola. Todo estará en su sitio”, afirmó un confiado y sonriente Vladimir Putin hace unos días, poco después de que se confirmara la primera llamada telefónica entre los dos presidentes. Era el momento en el que los países europeos aún no habían comprendido lo ocurrido y buscaban a la desesperada una forma de llegar a Donald Trump para rogar que no abandonara a Ucrania en favor de un diálogo con Rusia que implicara un cambio radical en la postura estadounidense. Es así como se ha percibido en Europa el inicio del diálogo con Rusia para reanudar las relaciones bilaterales, que ha dado lugar a dos reuniones, una en Riad y otra esta misma semana en Estambul, y a declaraciones halagüeñas para ambos países. Aunque afirmando mantener la cautela, Moscú veía con esperanza el inicio de las conversaciones y las declaraciones de Donald Trump en las que calificaba a la OTAN como causa del conflicto, se negaba a culpar a Rusia de la guerra y Marco Rubio exigía a Kiev y los países europeos retirar la resolución que exigía la retirada rusa de los territorios ucranianos que iba a votarse en la Asamblea General de Naciones Unidas coincidiendo con el tercer aniversario de la invasión rusa. Sin embargo, tanto el temor ucraniano como la confianza rusa han sido prematuras.
“Gracias por su hospitalidad, gracias por su liderazgo. Esta ha sido una visita muy buena y muy productiva. Y con sus raíces familiares en Escocia… Y su estrecho vínculo con Su Majestad el Rey… Es bueno saber… Que el Reino Unido tiene un verdadero amigo en el Despacho Oval. Y fue tan bueno ver el busto de Winston Churchill de vuelta en su lugar hace un momento”, afirmó Starmer, mostrando el vasallaje propio de la imagen que sugería Vladimir Putin, tras su reunión con Donald Trump en la Casa Blanca, un encuentro que dejó imágenes muy similares a las mostradas tres días antes en la visita de Emmanuel Macron. En ambos casos, los momentos de tratar de corregir al presidente de Estados Unidos quedaron en un segundo plano, ocultos tras las sonrisas, los halagos y el enaltecimiento de la relación transatlántica que ambos líderes intentan rescatar al percibir el peligro posiblemente imaginario de estar a punto de perder a su principal aliado. De la capacidad de los interlocutores de llamar la atención de Donald Trump y convencerle de la importancia de Ucrania para el futuro común de los países aliados dependen las posibilidades de los países europeos de lograr su visión de una paz por medio de la fuerza en la que Ucrania salga beneficiada y Rusia siga sufriendo. Ese es el objetivo común de los Estados miembros de la UE y de la propia Unión, que buscan la forma de equilibrar la retórica de agradecer la posibilidad de paz en Europa con el intento de conseguir el envío de tropas de países de la OTAN a Ucrania.
viernes, 28 de febrero de 2025
Trump y el neobonapartismo
El bonapartismo caracteriza una situación de polarización social entre las clases que, al neutralizarse, permiten el surgimiento de una tercera fuerza, liderada por una figura carismática
Maciek Wisniewski, La Haine
A partir del análisis de Marx del régimen de Louis Bonaparte −sobrino de Napoleón I, presidente de Francia (1848-1852) y luego emperador Napoleón III (1852-1870)−, que inspiró en El 18 brumario de Louis Bonaparte (1851) la famosa idea de que la historia siempre ocurre dos veces: la primera vez como tragedia, la segunda como farsa, el bonapartismo pasó a caracterizar en la teoría marxista −y más allá de ella−, una situación de polarización social entre las clases antagónicas que, al neutralizarse, permitían el surgimiento de una tercera fuerza, liderada por una figura carismática, en cierto modo externa y capaz de concentrar el poder apelando directamente al pueblo, por encima de los modos tradicionales de representación.
Entendido como una forma híbrida −que combinaba el elitismo y el plebeyismo, el autoritarismo y la democracia plebiscitaria, sociedad jerárquica y unión nacional por encima de las clases−, el bonapartismo fue retomado luego por diversos teóricos (Thalheimer, Bauer, Trotsky, Gramsci) para analizar los fenómenos políticos que no se dejaban encasillar fácilmente.
Para Marx, el ascenso de Louis Bonaparte marcó la última forma del dominio burgués y también la decadencia de esa clase, la única forma de gobierno posible en un momento en que la burguesía ya había perdido, y la clase obrera aún no había adquirido la facultad de gobernar la nación.
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domingo, 23 de febrero de 2025
Trump ha decidido gobernar Ucrania directamente
Aleksandr Dugin, Geopolitika
Las conversaciones en Riad son, sin exageración, un gran avance. Incluso la composición de los negociadores, entre los que, por ejemplo, Estados Unidos incluyó al más bien torpe y rígido Kellogg, lo dice todo. Trump envió a las conversaciones a las personas más adecuadas para entender y escuchar la posición de Rusia y luego que se la trasmitan a él.
Al parecer, Trump está muy satisfecho con los primeros resultados de las conversaciones. La parte rusa, por su parte, expresa un optimismo cauteloso. Obviamente, todavía no se ha discutido ningún plan concreto para resolver la cuestión ucraniana. Pero, según todas las apariencias, nuestro excelente grupo dirigido por Ushakov y Lavrov ha transmitido por primera vez de forma objetiva, serena y razonada la posición de la parte rusa a los estadounidenses. Y esto es realmente una novedad, porque antes no había negociaciones, y la posición de Rusia era completamente distorsionada en los Estados Unidos. Así que no se trata sólo de un avance, sino de un avance importante.
Tenemos que tener en cuenta que estamos ante un Estados Unidos completamente diferente, con una ideología diametralmente opuesta a la que dominaba en la administración anterior, incluyendo la de Obama e incluso a Bush Jr. y Clinton. Es decir, por primera vez en décadas, y puede que incluso desde hace mucho más tiempo, Estados Unidos se ha embarcado en un rumbo completamente distinto. Y es muy importante que en estas negociaciones ya haya quedado claro que nosotros, Rusia y Putin, tenemos mucho en común con este Estados Unidos.
sábado, 22 de febrero de 2025
La purga del Estado profundo y el camino a la dictadura
La guerra de la Administración Trump contra el Estado profundo no es purificadora. No va a liberarnos de la tiranía de las agencias de inteligencia, de la policía militarizada, del mayor sistema penitenciario del mundo o de las multinacionales depredadoras ni va a suponer el final de la vigilancia de masas. No restaurará el imperio de la ley para exigir que rindan cuentas los poderosos y los más ricos. No moderará el gasto desmesurado e irresponsable del Pentágono, que asciende a un billón de dólares
Chris Hedges, Chris Hedges Substack
Todos los movimientos revolucionarios, ya sean de izquierda o de derecha, desmantelan las antiguas estructuras burocráticas. Tanto los fascistas en Alemania como los bolcheviques en la Unión Soviética realizaron purgas agresivas en la administración pública una vez alcanzado el poder. Con toda razón, consideran dichas estructuras como un enemigo que obstaculizaría su poder absoluto. Es un golpe de Estado gradual. Ahora nosotros tenemos el nuestro.
Como ocurrió en los primeros años de la Unión Soviética y la Alemania nazi, las batallas de retaguardia están teniendo lugar en los tribunales y los medios de comunicación abiertamente hostiles a Trump. Al principio se producirán victorias pírricas -los bolcheviques y los nazis fueron frenados por sus propios poderes judiciales y su prensa hostil-, pero poco a poco las purgas, ayudadas por un liberalismo en bancarrota que ya no defiende nada ni lucha por nada, asegurarán el triunfo de los nuevos amos.
La Administración Trump ha expulsado o despedido a los funcionarios que investigan irregularidades en el gobierno federal, incluidos 17 inspectores generales. Las agencias federales de aplicación de la ley y de inteligencia, como el FBI y la Seguridad Nacional, están siendo purgadas de aquellos considerados hostiles a Trump. Los tribunales, plagados de jueces vengativos, serán mecanismos de persecución de los “enemigos” del Estado y ofrecerán protección a los poderosos y los ricos. El Tribunal Supremo, que ha concedido inmunidad legal a Trump, ya ha llegado a esta fase.
La estrategia de «paz» anglo-francesa
Nahia Sanzo, Slavyangrad
“Aunque Estados Unidos y Putin negocian, la inteligencia muestra que no está interesado «en un verdadero acuerdo de paz», afirman las fuentes”, titulaba hace tres días la NBC en un artículo en el que, citando a “cuatro funcionarios de inteligencia occidentales y dos funcionarios del Congreso de Estados Unidos”, insistía que “los servicios de inteligencia sugieren que el presidente ruso, Vladimir Putin, está haciendo todo lo posible y sigue pensando que puede llegar a controlar toda Ucrania”. Toda la teoría se basa en la misma creencia: Rusia busca un parón únicamente temporal. “Los seis oficiales explicaron que creen que Putin podría aceptar un alto el fuego y un acuerdo de paz más amplio porque daría a su ejército tiempo para reajustarse y reconstruirse”. Ninguno de esos oficiales explica la lógica de desear un parón en estos momentos, cuando Rusia cuenta con la iniciativa, Ucrania sufre en el frente de Donbass, es posible que la asistencia militar estadounidense prometida por Biden se agote antes de que los países europeos logren compensar esas pérdidas. Como ocurrió en el otoño de 2014 y la primavera de 2015, dos momentos en los que Rusia negoció e impuso un alto el fuego pese a que las Repúblicas Populares de Donbass se encontraban a la ofensiva y Ucrania sufría riesgo de colapso, un proceso de alto el fuego beneficiaría al bando que actualmente está a la defensiva. No es Rusia, sino Ucrania quien sufre más dificultades para reponer sus bajas y podría utilizar un parón en la lucha activa para recuperarse del desgaste. Sin embargo, apelando al dogma de que Rusia siempre es culpable y de ella puede esperarse solo traición y venganza, pero nunca buena fe en las negociaciones, la voluntad de Vladimir Putin de someter a toda Ucrania se utiliza una vez más como argumento para continuar con los planes actuales y seguir apoyando militar y económicamente a Kiev mientras sea necesario, es decir, hasta que se produzca un momento en el que Occidente y sus socios ucranianos puedan negociar en posición de fuerza con Rusia.
A la opción de la guerra eterna se opone la agenda de negociación de Donald Trump, actualmente inmerso en un brutal ataque personal contra Volodymyr Zelensky que ha tensionado las relaciones entre los socios, que intentan reaccionar como forma de minimizar los daños con el objetivo de mantener cierto nivel de control. “Rusia intentará dividirnos. No caigamos en sus trampas. Trabajando junto con Estados Unidos, podemos lograr una paz justa y duradera, en los términos de Ucrania”, escribió Kaja Kallas, firme defensora de la guerra hasta la victoria final, tras su conversación con Marco Rubio, el menos trumpista de los encargados de la política exterior, pero que ha virado su discurso a la necesidad de paz y diplomacia directa con la Federación Rusa que tanto han criticado sus socios europeos. Pese a las palabras que se escucharon en boca de JD Vance en Múnich, la actuación de Estados Unidos dejando claro que el papel de los países europeos será secundario en el proceso de resolución, que no tendrán un lugar en la mesa de negociación y que tendrán que hacerse cargo de la factura de la posguerra, el atlantismo continental continúa, además de perplejo, tratando de recuperar el favor de su aliado estratégico. Macron, que ha admitido no comprender “la lógica” de la actuación y las palabras de Donald Trump, busca reunirse personalmente para conversar con el líder estadounidense, como afirmaba el exdiplomático francés Gérard Araud, “sin el intermediario de Fox News. Como el líder francés, también Keir Starmer desea mantener un encuentro en la Casa Blanca. Ambos líderes se han consolidado esta semana como la avanzadilla europea en el intento de mantener el statu quo y conseguir recuperar para los países europeos la influencia perdida o, cuando menos, no ser ninguneado en el proceso diplomático y tener que enterarse del desarrollo de los acontecimientos a través de los medios de comunicación.
jueves, 20 de febrero de 2025
No tiene sentido hablar sobre Ucrania
Aleksandr Dugin, Geopolitika
Lo más importante que debería ocurrir en Arabia Saudí debe ser la discusión entre dos líderes mundiales, que son representantes de las grandes potencias nucleares, Vladimir Putin y Donald Trump, acerca de la arquitectura del futuro orden mundial.
Vemos que Estados Unidos ha experimentado recientemente una profunda revolución ideológica que resulta muy real y cuya importancia difícilmente puede sobrestimarse. Trump y su equipo, los trumpistas, tienen una visión completamente diferente del destino de la humanidad, de Occidente, de Oriente, de amigos y enemigos, que la distancia de la administración Biden, y antes de ella, de Obama, Bush hijo, Clinton….
En las últimas décadas, Estados Unidos ha estado dominado por el modelo y la ideología globalistas liberales, incluida la idea de que debería producirse un avance gradual hacia la limitación de la soberanía de los Estados-nación y la transformación de la humanidad en una masa única bajo un gobierno mundial. Este modelo ha dominado tanto los procesos globales como la política nacional estadounidense, incluyendo otros ámbitos como la economía y la cultura. Pero Trump ha destruido ese globalismo liberal.
Para el globalismo, Rusia, como Estado y sociedad soberanos que defienden los valores tradicionales y tienen un perfil cultural, diplomático, político y civilizacional propio y único, era un enorme obstáculo. Entre otras cosas, esta fue la razón por la que se busco provocar y que acorralar a nuestro país, conduciéndonos a la guerra con el Occidente colectivo globalista en Ucrania.
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miércoles, 19 de febrero de 2025
El imperio se autodestruye
Estados Unidos comparte las patologías de todos los imperios moribundos con su mezcla de bufonería, corrupción rampante, fiascos militares, colapso económico y salvaje represión estatal
Chris Hedges, Chris Hedges Substack
Los multimillonarios, fascistas cristianos, estafadores, psicópatas, imbéciles, narcisistas y facinerosos que han tomado el control del Congreso, de la Casa Blanca y de los tribunales están canibalizando la maquinaria del Estado. Estas heridas autoinfligidas, características de todos los imperios tardíos, paralizarán y destruirán los tentáculos del poder. Y entonces, como un castillo de naipes, el imperio se derrumbará.
Cegados por su arrogancia, incapaces de comprender la disminución del poder del imperio, los mandarines de la administración Trump se han refugiado en un mundo de fantasía donde los hechos duros e indeseables ya no tienen peso. Escupen absurdas incoherencias mientras usurpan la Constitución, y sustituyen la diplomacia, el multilateralismo y la política, por amenazas y juramentos de lealtad. Agencias y departamentos creados y financiados por las leyes del Congreso van desapareciendo.
Están eliminando informes y datos gubernamentales sobre el cambio climático retirándose del Acuerdo climático de París. Se han retirado de la Organización Mundial de la Salud. Han sancionado a los funcionarios que trabajan en la Corte Penal Internacional, que emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por sus crímenes de guerra en Gaza. Sugirieron que Canadá se convirtiera en el estado número 51. Han formado una fuerza especial para "erradicar los prejuicios anticristianos". Piden la anexión de Groenlandia y la toma del Canal de Panamá. Proponen construir resorts de lujo en la costa de una Gaza despoblada, bajo la supervisión de EEUU, control que, de concretarse, derribaría los regímenes árabes que han sido apuntalados por EEUU.
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lunes, 17 de febrero de 2025
Trump contra el mundo
No cabe duda de que, fuera de la coyuntura de aparente fortaleza, en el largo plazo, EEUU marcha en sentido contrario al desarrollo histórico contemporáneo
Adrian Sotelo Valencia, La Haine
Con arrogancia, supremacismo y la creencia delirante en la "grandeza" del imperio estadounidense, Trump le ha declarado la guerra al mundo en un afán de "hacer más grande a EEUU otra vez" (Make America Great Again), frase, por cierto, que también pronunció Ronald Reagan en su campaña presidencial de 1980.
Su miopía intelectual lo lleva a postular que el mundo es igual o peor al existente después de la guerra mundial de 1939-1945 cuando el unilateralismo imperialista norteamericano recibió la estafeta de dominación del imperialismo británico que fue hegemónico desde el siglo XIX.
La guerra arancelaria desatada por el magnate de pelo amarillo tiene como objetivo dominar el comercio internacional y obligar a las naciones a entregar sus recursos y a producir sus productos y servicios dentro del territorio estadounidense como condición para no ser penalizados por su gobierno y bajo sus leyes extraterritoriales que aplica sin miramientos en cualquier país que considere "peligroso" u hostil a sus intereses geoestratégicos.
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La coalición de Trump se desintegrará
La coalición de Trump se desintegrará. La desilusión se instalará y, al final, su base de masas se desintegrará. Estas son las condiciones para que se desarrolle una opción popular de izquierda, pero también son condiciones bajo las cuales la tendencia fascista podría consolidarse en un abierto fascismo del siglo XXI.
William I. Robinson, Al Mayadeen
El trumpismo es una respuesta neofascista de extrema derecha a la crisis social y económica de la clase trabajadora y a la crisis de legitimidad del Estado que esta crisis socioeconómica ha producido. La clase trabajadora estadunidense ha experimentado una desestabilización continua de sus condiciones de vida durante este último medio siglo de globalización capitalista y neoliberalismo, con un deterioro particularmente agudo desde el colapso financiero de 2008 y a raíz de la pandemia de la covid-19. Se enfrenta a una precariedad creciente, inestabilidad laboral, desempleo y subempleo generalizados y en aumento, salarios miserables, marginalización y descomposición social, inseguridad alimentaria y crisis de atención médica, infravivienda y sinhogarismo.
En 2023, más de 100 mil personas murieron por sobredosis de opioides por tercer año consecutivo y las cifras crecieron, reflejo de una crisis explosiva de salud mental que refleja a su vez la crisis social y económica. Desde 2021, la inseguridad alimentaria aumentó 40 por ciento y, durante ese lapso, la pobreza creció 67 por ciento.
Más de la mitad de los hogares de clase trabajadora viven en la pobreza o justo por encima de la línea de pobreza, aunque los datos oficiales disfrazan el alcance de la pobreza al establecer un nivel ridículamente bajo. Según el gobierno federal, 38 por ciento de hogares carecen de dinero suficiente para cubrir un gasto de emergencia de 400 dólares, frente a 32 por ciento en 2021. Más de la mitad de los hogares estadounidenses no reciben un ingreso estable y dependen de oportunidades de trabajo contingentes a medida que se presentan, mientras 80 por ciento informa que vive de sueldo a sueldo.
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domingo, 16 de febrero de 2025
EEUU: Lo que los oligarcas realmente quieren
“Los oligarcas, con sus enormes recursos, están librando una guerra contra la clase trabajadora de este país, y es una guerra que tienen la intención de ganar”.
Bernie Sanders, Counter Punch
Vivimos en una época extremadamente peligrosa. Las generaciones futuras recordarán este momento, lo que hacemos ahora, y si tuvimos el valor de defender nuestra democracia contra las crecientes amenazas de la oligarquía y el autoritarismo. Recordarán si estuvimos con el presidente Abraham Lincoln en Gettysburg, quien en 1863, mirando un campo de batalla donde miles murieron en la lucha contra la esclavitud, declaró que «esta nación, bajo Dios, tendrá un nuevo nacimiento de libertad, y que un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no perecerá de la tierra». ¿Apoyamos la visión de Lincoln de Estados Unidos o permitimos que este país se convierta en un gobierno de los multimillonarios, por los multimillonarios y para los multimillonarios?
Pero no es solo la oligarquía lo que debería preocuparnos, y la realidad es que las tres personas más ricas de Estados Unidos poseen ahora más riqueza que la mitad inferior de nuestra sociedad: 170 millones de personas. No es solo que la brecha entre los muy ricos y todos los demás se esté ampliando, y que hoy tengamos más desigualdad de ingresos y riqueza que nunca.
También es que estamos viendo un rápido movimiento, bajo el presidente Trump, hacia el autoritarismo. Cada vez más poder en menos manos.
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