El "laboratorio BRICS" posee un espíritu creativo incansable y en constante adaptación. Supera la demencia arancelaria en todo momento.
Pepe Escobar, Strategic Culture
El Politburó ha programado la cuarta sesión plenaria del Partido Comunista de China para octubre (sin fechas precisas anunciadas; probablemente cuatro días durante la segunda quincena de octubre). Es entonces cuando Pekín deliberará sobre los lineamientos de su próximo plan quinquenal. Se espera que al pleno asistan más de 370 miembros del Comité Central de la élite del partido.
¿Por qué es tan crucial? Porque China es el principal objetivo indiscutible, junto con los principales miembros del BRICS, de la nueva "ley" universal ideada por el Imperio del Caos: Arancelo, luego existo. Así pues, el próximo plan quinquenal deberá considerar todos los factores derivados de la nueva "ley".
El pleno tendrá lugar unas semanas después de que Pekín organice un gran desfile para celebrar el fin de la Segunda Guerra Mundial; Vladimir Putin es uno de los invitados de honor de Xi.
Además, el pleno tendrá lugar justo antes de la cumbre anual de la APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico), que comienza el 31 de octubre en Seúl. Esta cumbre ofrece una oportunidad para un encuentro directo entre Trump y Xi, algo que el maestro de ceremonias, a pesar de su postura y tergiversaciones, busca activamente.
El pleno deberá sopesar cuidadosamente cómo una guerra comercial, tecnológica y geopolítica de facto entre Estados Unidos y China solo se volverá más intensa. Si bien el programa "Hecho en China 2025" resultó ser un éxito rotundo, a pesar de la presión de Trump 1.0, las nuevas decisiones tecnológicas chinas tomadas en 2025 definirán la hoja de ruta futura en todos los ámbitos, desde la inteligencia artificial hasta la computación cuántica, la biotecnología y la fusión nuclear controlada.