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viernes, 3 de octubre de 2025

Trump y el ocaso del sueño americano

El despliegue militar de la Marina de Guerra de Estados Unidos en el Caribe y la declarada intención de atacar a Venezuela es una de las probables, y desgraciadas, consecuencias de este lento pero inexorable ocaso del viejo orden unipolar …

Atilio Boron

A punto de cumplirse ocho meses de la juramentación de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos el balance de su gestión es deficitario. Sus bravuconadas de campaña y en la noche misma en la que asumió la primera magistratura se desvanecieron con el paso del tiempo.

Sus disparates, desde la pretensión de anexar a Canadá como estado número 51 de la Unión Americana hasta la compra coercitiva de Groenlandia se convirtieron en divertidos memes para consumo del gran público pero, además, indispusieron a Washington con dos países de excepcional importancia en el tablero geopolítico estadounidense.

Canadá y Estados Unidos comparten la frontera más larga del mundo: 8.991 kilómetros y, además, es la más segura cuando se la compara con la más corta pero mucho más turbulenta frontera de 3.150 kilómetros que separa a este país de México. Podríamos agregar, siguiendo un notable texto del dominicano Juan Bosch, al Caribe como la tercera frontera imperial, cuna de múltiples desafíos y conflictos desde hace más de un siglo.

Gracias a la incontinencia verbal de Trump, las actitudes amigables que los canadienses tenían en relación con su vecino cambiaron radicalmente. Una reciente encuesta del prestigioso Pew Research Center halló que ahora el 59% de los encuestados consideraban a Estados Unidos como la mayor amenaza a su país contra el 17% que señalaba a China y el 11% a Rusia, lo que configura un giro de ciento ochenta grados en el clima de opinión imperante por décadas en Canadá.

jueves, 2 de octubre de 2025

El Perro del Desierto


Enrico Tomaselli, Strategic Thinking

Donald Trump está acostumbrado a vender la piel del oso antes de atraparlo. Lo hizo —precisamente…— con el oso ruso, y ahora lo vuelve a hacer con la maraña de Oriente Medio. Considera el conflicto de Gaza una solución, gracias a otro plan elaborado por su administración, que, sin embargo, ignora la voluntad de las partes implicadas —la resistencia palestina e Israel— quienes, por razones diferentes y opuestas, simplemente nunca aceptarán su plan.

El cual, en su última versión, incluso dejando de lado la obscena idea de confiar a Tony Blair el liderazgo de este organismo internacional que se supone debe gobernar los territorios palestinos, casi una reedición del Mandato Británico para Palestina, contiene elementos absolutamente inaceptables tanto para Netanyahu como para Hamás.

Existen plazos de implementación que, en sí mismos, plantearían enormes obstáculos: la Resistencia tendría que liberar a todos los prisioneros israelíes inmediatamente y las Fuerzas de Defensa de Israel tendrían que retirarse gradualmente de Gaza, dos condiciones desfavorables para los palestinos. Otras son inciertas: la composición de la fuerza internacional que garantizaría la seguridad durante el período de transición de cinco años; no está claro si estará compuesta por fuerzas de la ONU o por contratistas especialmente reclutados.

miércoles, 1 de octubre de 2025

Solidaridad internacional contra el colonialismo neoliberal

Zelensy en su show televisivo "Servidor del Pueblo"

Maxim Goldarb, Rebelión

El presidente de Colombia Gustavo Petro participó en las masivas manifestaciones de Nueva York contra la guerra en Palestina. Hizo un llamamiento a los militares estadounidenses para que no obedecieran las órdenes de Trump. Este gesto tuvo un coste para Petro: el Gobierno de Estados Unidos se apresuró a anular su visado.

Desde un punto de vista formal, actos como el del dirigente colombiano constituyen una interferencia en los asuntos internos de otro Estado, en este caso EE.UU. Así que la decisión de Washington puede presentarse como una “defensa de la soberanía”.

Pero se trata de una cínica paradoja. A fin de cuentas, es Estados Unidos el que ha interferido descaradamente en los asuntos internos de docenas de países durante décadas: de Latinoamérica a Oriente Próximo, de África a Europa Oriental. Y en todas las ocasiones su intervención ha provocado la destrucción de Estados, golpes militares, hambruna, millones de víctimas y décadas de pobreza.

La "estrategia de la tensión" europea frente a Rusia

El alarmismo y la intransigencia de Europa prometen prolongar (y tal vez agravar) el enfrentamiento con Moscú, y corren el riesgo de contribuir a reavivar el conflicto con Teherán.
El primer ministro polaco, Donald Tusk,
y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte


Roberto Iannuzzi, Intelligence for the People

Desde hace más de dos semanas, la prensa europea y estadounidense está repleta de artículos que denuncian las “provocaciones imprudentes” de Rusia contra Polonia y Estonia, cuyo espacio aéreo habría sido violado intencionadamente por drones y aviones de Moscú.

A estas denuncias se suman las de supuestos episodios de “guerra híbrida” de los que habrían sido víctimas otros países europeos, siempre a manos de Rusia.

Analistas como Ben Hodges, excomandante del ejército estadounidense en Europa y asesor de la OTAN, sostienen que se trata de acciones deliberadas para poner a prueba las defensas de la OTAN.

En este caso, el presidente ruso Vladimir Putin “estaría muy satisfecho con el resultado”, concluyó el Financial Times aludiendo a una supuesta debilidad de la Alianza Atlántica.

Refiriéndose al episodio ocurrido en su país, el primer ministro polaco, Donald Tusk, lo calificó de “lo más parecido a un conflicto abierto [con Moscú] que hemos tenido desde la Segunda Guerra Mundial”.

Por su parte, la alta representante para la política exterior europea y ex primera ministra estonia Kaja Kallas habló de una “provocación extremadamente peligrosa” que “aumenta aún más las tensiones en la región” en relación con la supuesta violación rusa del espacio aéreo de Estonia.

domingo, 28 de septiembre de 2025

Nerviosismo europeo, armas milagrosas ucranianas


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Dispuesta a todo para conseguir la ayuda de Estados Unidos en la guerra de Ucrania, a día de hoy eje central, si no único, de su política exterior, la Unión Europea no se ha molestado por los términos del acuerdo económico, que impone aranceles a los productos europeos, obliga a abrir el mercado continental a los productos agrícolas estadounidenses -cuya regulación es contraria a la de la UE- y compromete a los países miembros a adquirir un volumen de energía estadounidense por encima de sus posibilidades. Bruselas tampoco consideró humillante la reunión en el Despacho Oval, en el que sus representantes, acompañados de Starmer y Rutte, actuaron de guardaespaldas de Zelensky en una audiencia en la que se les informó del encuentro que habían mantenido los dos actores con capacidad de decisión en esta guerra, Rusia y Estados Unidos. Por supuesto, tampoco ha habido quejas sobre las órdenes que Donald Trump ha dado públicamente tanto al bloque como a los países miembros: cumplir con las promesas de adquirir las cantidades de energía que la UE afirmaba que eran solo declaraciones de intenciones que todas las partes sabían que no iban a cumplirse, cesar completamente las adquisiciones de petróleo y gas natural licuado ruso e imponer sanciones secundarias contra India y China que, sin duda, provocarían la respuesta de los dos países más poblados del planeta.

En febrero de 2022, la UE declaró la guerra de Ucrania existencial y solo vio una opción, vincular su suerte a la de Estados Unidos, el único país capaz de sostener la producción, logística y economía que implica un conflicto de alta intensidad prolongado en el tiempo entre dos ejércitos fuertemente armados. Esa postura ha sometido la posición geopolítica europea a los intereses de Estados Unidos, obligando a Bruselas a actuar con cuidado de no ofender a su socio transoceánico, para el que Ucrania es una herramienta útil en el desgaste de un enemigo histórico que es, además, aliado importante de su rival real, China, pero no es una cuestión existencial. Si con Joe Biden Bruselas podía contar con el apoyo de la Casa Blanca en prácticamente todos los aspectos relacionados con la guerra, aunque en ocasiones hubiera que presionar y ejercer de lobby para conseguir, por ejemplo, el permiso de Washington para que Ucrania utilizara misiles estadounidenses, británicos y franceses en territorio ruso, la llegada al poder de Donald Trump ha modificado el cálculo.

jueves, 25 de septiembre de 2025

Tiempo de actuar


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Mi petición: Sean la fuerza que actúe. Actuemos juntos. Unámonos de una vez para detener la guerra de Rusia. Sabemos cómo garantizar la seguridad. Lo que necesitamos ahora es un fuerte impulso para forzar a Rusia hacia la paz”, escribió Volodymyr Zelensky en referencia a su sentida comparecencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la que utilizó el argumento de la paz para, sin sutilezas, exigir más intervención directa en la lucha contra Rusia, que aparentemente considera mundial y colectiva y en la que todos están obligados a participar. La visión que trasladó Zelensky, en la que “Rusia sin China no es nada”, es exactamente la misma que viene utilizando su principal proveedor, Estados Unidos, que desde hace varias semanas trata de calificar el conflicto de guerra proxy de Beijing contra Occidente, añadiendo que India tiene las manos manchadas de sangre por adquirir de Rusia el petróleo que garantiza ingresos suficientes para que el Kremlin pueda continuar luchando. Esta versión de los hechos ignora que Estados Unidos es el principal suministrador de armas y que en cada momento en el que, tanto antes como después de la invasión rusa, ha sido posible guiar el conflicto hacia la diplomacia, los aliados de Kiev han rechazado incentivar el diálogo.

Ante todo, la retorcida imagen de una guerra de China en la que Rusia es un mero proxy mientras India se lucra en la distancia es una proyección de la actuación estadounidense, que como insistió el lunes Donald Trump actualmente solo vende las armas que los países europeos posteriormente entregan a Ucrania. “No estamos gastando dinero en la guerra, la guerra está siendo financiada por la OTAN, y la OTAN está comprando nuestro equipamiento. De hecho, no quiero ganar dinero, pero estamos ganando dinero con la guerra”, afirmó. Rusia y Ucrania ponen los muertos; la Unión Europea la financiación y Estados Unidos se lleva los beneficios. Sin ninguna perspectiva de negociación y de nuevo en una fase de escalada, es previsible que las grandes empresas armamentísticas estadounidenses puedan seguir lucrándose de la desgracia ajena durante un largo periodo de tiempo, algo que parece haber dejado de preocupar a Donald Trump, que estoicamente recordó en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas que esperaba que la guerra de Ucrania fuera la más sencilla de resolver de las muchas que dice haber solucionado. Y aunque su discurso fue una mezcla de campaña para conseguir el Nobel de la paz y una intervención en el debate sobre el Estado de la Nación, el conflicto fue uno de los temas destacados. En sus reproches a los países europeos, a los que insistió -utilizando el argumentario habitual de la extrema derecha- que están siendo destruidos por la inmigración y las energías renovables, Donald Trump exigió el cese inmediato de las adquisiciones de petróleo y gas ruso y la imposición de las sanciones que ordenó la semana pasada por medio de un post en su red social personal. Trump, ejerciendo desde la tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas de portavoz informal de la industria del gas y el petróleo de su país, busca que Estados Unidos se lucre aún más de la coyuntura de la guerra y se consolide la ruptura continental, que ha de perdurar más allá de un futuro cese de la violencia.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Trump destruye la economía de EEUU


Michael Hudson, Counter Punch

Trump ha provocado una crisis en la agricultura estadounidense con su utilización del comercio exterior como un arma en la Guerra Fría con China y Rusia, en la industria manufacturera como resultado de sus aranceles sobre el acero y el aluminio, de inflación de los precios al consumidor principalmente por sus aranceles, y en la vivienda asequible con sus recortes de impuestos que han mantenido altas las tasas de interés a largo plazo para hipotecas, compras de automóviles y equipos, y la desregulación de los mercados dando carta blanca a los monopolios para fijar los precios.

1. El empobrecimiento de Trump de la agricultura de EEUU

Trump ha creado una tormenta perfecta para la agricultura estadounidense, primero en su política de Guerra Fría que ha cerrado China como mercado para la soja, contra Rusia, segundo objetivo de su política arancelaria bloqueando las importaciones y, por lo tanto, aumentando los precios de los equipos agrícolas y otros insumos, y tercero por sus déficits presupuestarios inflacionarios que mantienen altas las tasas de interés para la vivienda y los préstamos hipotecarios agrícolas y la financiación de equipos, mientras mantiene bajos los precios de las tierras agrícolas.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

El mito del narcoestado utilizado por EEUU para atacar a Venezuela

La supuesta lancha de narcotráfico atacada por EEUU


Roger Harris, Counter Punch

Una gran limusina Cadillac con matrícula de Jersey estaba aparcada al final de la manzana. Pocos vecinos de East Harlem tenían coche, y mucho menos uno nuevo. Curioso, pregunté a los niños de la calle qué pasaba. Me explicaron con naturalidad que los mafiosos venían cada semana a recoger el dinero de la droga. Más tarde encontré un parque infantil que cada noche se convertía en un auténtico mercadillo de narcóticos. Si un blanquito de los suburbios y unos niños de tercero de primaria podían descubrir el comercio ilícito, me preguntaba por qué las autoridades, que habían empapelado la ciudad con carteles de «Mantengamos Nueva York libre de drogas», no podían hacer lo mismo.

Eso fue a finales de la década de 1960, y todavía me pregunto por qué Estados Unidos —el mayor consumidor de estupefacientes del mundo, el mayor blanqueador de dinero ilícito procedente de las drogas y el principal proveedor de armas a los cárteles— no ha resuelto estos problemas.

Una cosa está clara: el problema de las drogas se proyecta sobre América Latina. La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, advirtió sobre «malvados narcoterroristas que intentan envenenar nuestra patria». La interceptación de drogas se ha convertido en un arma para imponer la dominación imperial, sobre todo contra Venezuela.

lunes, 15 de septiembre de 2025

Trump y el mundo posestadounidense


Melvin Goodman, Sin Permiso

La descarada campaña de Donald Trump para obtener el Premio Nobel de la Paz tiene un nuevo argumento para su currículum: su “diplomacia” está contribuyendo a un nuevo orden mundial. Por desgracia, se trata de un orden mundial en el que no solo no hay lugar para Estados Unidos, sino que este país queda excluido de forma activa. Este orden mundial está contribuyendo al florecimiento de unas relaciones sin precedentes entre Rusia y China, así como entre China, India, Corea del Norte y Rusia. Las relaciones de Estados Unidos con cada uno de estos países están en declive. Las relaciones entre Estados Unidos y la India son la víctima más reciente de la formación del nuevo orden mundial.

Estados Unidos había sido la clave para comprender el orden mundial creado al final de la Segunda Guerra Mundial. Por primera vez en 80 años, Estados Unidos se encuentra al margen, no solo en Europa, sino también en la región indopacífica. El declive de Washington se puede percibir en términos de poder, influencia, credibilidad y prestigio. Por primera vez en 80 años, Estados Unidos carece de un equipo de seguridad nacional influyente que pueda trabajar en estrecha colaboración con un presidente que tiene ideas peculiares sobre la política y los procesos. El hecho de que Marco Rubio ocupe el cargo de secretario de Estado y asesor de seguridad nacional en funciones (y tenga una influencia muy limitada en ambos puestos) pone de manifiesto el problema. Como resultado, Rubio ha dedicado sus poderes a limitar los visados para los extranjeros, en particular para los estudiantes extranjeros, un factor clave en el aislamiento de Estados Unidos.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Israel está fuera de control… ¿Quién detendrá a los sionistas?

El fracaso del ataque sionista fue una sorpresa impactante para Donald Trump. Ahora tiene que lidiar con el hecho de que Estados Unidos estuvo, una vez más, implicado en un crimen de guerra

Larry Johnson, Observatorio de la Crisis

El intento fallido de asesinar a los negociadores de Hamás en Doha, Qatar, es solo un ejemplo más de la perfidia y malicia de Estados Unidos e Israel. Como dos luchadores profesionales dementes, Estados Unidos e Israel forman un equipo con un plan bien ensayado.

Funciona así: Estados Unidos presenta una propuesta de acuerdo —que podría ser un alto al fuego o conversaciones para impedir que Irán construya un arma nuclear— y atrae a la otra parte a una reunión; Estados Unidos pasa información de inteligencia sobre el lugar y la hora de la reunión a Israel; e Israel lanza un bombardeo masivo contra ese lugar a la hora indicada. Se lo hicieron al líder de Hezbolá, Nasrallah, se lo hicieron al gobierno de Irán y a sus científicos nucleares, y se volvió a hacer hoy en Qatar.

La lección es clara —o al menos debería serlo—: Estados Unidos no es un socio negociador confiable. Israel se ha consolidado como la principal entidad terrorista del mundo. Desde el 7 de octubre de 2023, los sionistas enloquecidos han atacado y asesinado a civiles en estos países o territorios:

jueves, 4 de septiembre de 2025

El proteccionismo de Trump protege al 1% más rico

Los aranceles de Donald Trump equivalen a un impuesto encubierto a las clases medias y trabajadoras, envuelto en el lenguaje de la soberanía. En la práctica, se trata de una redistribución hacia arriba y de una especulación corporativa, lo que alimenta una desigualdad que corroe la estabilidad y erosiona la democracia

Chritopher Marquis, Jacobin

El éxito del presidente Donald Trump en impulsar su agenda arancelaria viene suscitando duras críticas, no solo por el abuso de poder y los riesgos económicos que genera, sino también por el sector que resultará más perjudicado. Al elevar los precios al consumo de todo, desde los alimentos hasta los electrodomésticos, estos aranceles funcionarán como un impuesto encubierto para los estadounidenses de clase media y trabajadora. Los hogares más pobres, que gastan una mayor parte de sus ingresos en productos básicos, serán los más afectados.

Pero el peligro no está solo en el aumento de la factura de la compra o en el recorte de las redes de seguridad para pagar sus recortes fiscales. Décadas de pruebas apuntan a la misma conclusión: canalizar la riqueza hacia arriba no solo castiga a los pobres, sino que socava los cimientos de la economía y la propia democracia. La desigualdad no es un efecto secundario desafortunado, sino un veneno lento que debilita el crecimiento, alimenta el resentimiento y hace que las sociedades sean más frágiles.

Para entender por qué, es fundamental distinguir entre pobreza y desigualdad. La pobreza es una condición absoluta: la falta de acceso a necesidades básicas como la alimentación, la vivienda, la atención sanitaria y la educación. La desigualdad, por el contrario, es una medida de la diferencia relativa: cómo se distribuyen los ingresos, la riqueza y las oportunidades en la sociedad. Una nación puede reducir la pobreza absoluta y, al mismo tiempo, volverse más desigual.

jueves, 28 de agosto de 2025

Donald Trump y el retorno del nihilismo capitalista

La administración Trump opera con frecuencia por fuera de la lógica del interés propio capitalista, impulsada por un apetito de crueldad y destrucción por la crueldad y la destrucción mismas, y por un resentimiento absoluto

Steve Fraser, Jacobin

Donald Trump todavía era apenas un casero y un matón televisivo cuando Steve Bannon —que luego sería su intermitente demagogo en jefe— se declaró enemigo despiadado del Estado administrativo. Autodramatizador como es, las palabras de Bannon no dejaron de provocar un estremecimiento: «Soy leninista y Lenin quería destruir el Estado, y ese es también mi objetivo. Quiero que todo se derrumbe y destruir el establishment actual».

Insurgentes y revolucionarios a lo largo del espectro político buscaron, de distintos modos y por distintas razones, aplastar al Estado. Hasta hace poco, sin embargo, pocos se habían mostrado abiertamente críticos de la democracia. Incluso sus opositores más confesos, desde hace años, usaban el lenguaje de la democracia para argumentar y justificar su recorte. Eso ya no es así. Tomemos a Stephen Moore, uno de los asesores económicos de Trump. Conservador del patrón oro, expresidente del Club for Growth y miembro tanto del consejo editorial del Wall Street Journal como de la Heritage Foundation, dejó muy en claro sus ideas en 2016: «El capitalismo es mucho más importante que la democracia. Ni siquiera creo demasiado en la democracia».

Buena parte de lo que hace la nueva administración no es más que la continuación de gobiernos republicanos y demócratas anteriores y su conocida pulsión de salvaguardar el bienestar de los ricos y poderosos. El desguace del Estado de bienestar fue la base de la contrarrevolución de Ronald Reagan y se consolidó con sus sucesores, tanto republicanos como demócratas. Alimentar la máquina de guerra fue un empeño bipartidista desde siempre.

miércoles, 27 de agosto de 2025

El regreso de James Monroe

El primer objetivo de Washington es cortar, o al menos reducir, las relaciones entre Caracas, Moscú y Teherán. El segundo objetivo es el petróleo..."

Enrico Tomaselli, Sinistra in Rete

La tensión ahora histórica entre Estados Unidos y Venezuela ha visto la postura agresiva de Washington intensificarse en los últimos días, incluso si, cuando todo está dicho y hecho, esto parece ser más una gran operación psicológica. Estados Unidos siempre se ha opuesto a la Revolución Bolivariana de Chávez, pero desde que Maduro asumió el poder, la presión estadounidense se ha vuelto mucho más fuerte. Innumerables intentos de golpe de Estado, apoyo a figuras que rayan en lo ridículo como Guaidó, quien se autoproclamó presidente interino antes de desaparecer en el aire del que emergió, finalmente han llevado a acusaciones de ser un narcotraficante, de hecho, ser el jefe del Cártel de los Soles. Muy apropiadamente, en las últimas semanas la recompensa por Maduro se ha elevado a U$50 millones (como si estuviéramos en el Salvaje Oeste), y se ha aprobado una orden ejecutiva secreta que equipara a los cárteles de la droga con organizaciones terroristas, lo que hace posible tomar medidas contra ellos con las fuerzas armadas.

Sin embargo, la cuestión, más allá del caso venezolano específico, debe situarse en un contexto mucho más amplio. Latinoamérica, al menos desde la proclamación de la llamada Doctrina Monroe —afirmada por el presidente James Monroe en 1823—, siempre ha considerado al subcontinente americano como su propio patio trasero. Tras el lema "América para los americanos ", la doctrina buscaba esencialmente garantizar la hegemonía estadounidense en el hemisferio occidental; la intención principal era eliminar la influencia europea, adoptando un lenguaje propagandístico soberanista-populista, pero el objetivo final era precisamente reemplazar a los europeos, y con el término "americanos" se refería en realidad a los norteamericanos.

Esta dominación estadounidense sobre Latinoamérica se prolongó durante todo el siglo XX y se caracterizó por dictaduras despiadadas, masacres de poblaciones indígenas y un derecho absoluto de saqueo por parte de las multinacionales estadounidenses.

viernes, 8 de agosto de 2025

La estrategia global detrás de los aranceles estadounidenses

En definitiva, los aranceles, las políticas monetarias y el paraguas de seguridad son expresiones de una política de chantaje con la que Estados Unidos intenta financiarse a costa del resto del mundo, incluidos sus aliados. Se trata de un comportamiento parasitario, basado en la acumulación por expropiación y típico de la fase imperialista del capitalismo.

Domenico Moro, Laboratorio por el Socialismo del sXXI

Los aranceles están marcando la segunda presidencia de Donald Trump. Sin embargo, el presidente tiene un comportamiento vacilante en materia arancelaria, amenazando y suspendiendo los aranceles para luego aumentarlos o reducirlos.

Si queremos comprender las causas profundas de los aranceles y el comportamiento vacilante de Trump, debemos alejarnos de lo contingente y tratar de entender cuál es la estrategia global. A este respecto, debemos referirnos a Stephen Miran, estratega de la política arancelaria y actual presidente del Consejo de Asesores Económicos, un organismo interno de la Oficina Ejecutiva del Presidente de los Estados Unidos, cuya tarea es asesorar al presidente en materia económica. Durante la primera administración Trump, Miran fue asesor principal del Ministerio del Tesoro y, posteriormente, estratega principal de Hudson Bay Capital Management, un gran inversor institucional dentro del Trump Media & Technology Group, que también gestiona la plataforma Truth Social.

En particular, debemos hacer referencia a un texto de Miran que representa el manifiesto de la política arancelaria, A User’s Guide to Restructuring the Global Trading System (Guía del usuario para la reestructuración del sistema comercial mundial), publicado por Hudson Bay en noviembre de 2024, coincidiendo con la victoria de Trump.

Introducción

Empecemos, pues, por ver qué dice este texto. Miran comienza atribuyendo a la sobrevaloración del dólar la causa del déficit comercial con el extranjero y del declive de la industria manufacturera estadounidense. Miran se propone identificar las herramientas para remediar estos problemas. El instrumento unilateral más importante son los aranceles, que, contrariamente a la opinión general, no aumentan necesariamente la inflación. De hecho, cuando en 2018-2019, durante el primer mandato de Trump, se aumentaron los aranceles, no se produjeron aumentos apreciables de la inflación, en parte porque los aranceles se vieron contrarrestados por el fortalecimiento del dólar.

martes, 5 de agosto de 2025

Trump: la ideología triunfa sobre los intereses económicos

Trump está derogando incluso las leyes económicamente sensatas del Gobierno de Biden. Porque su política sigue otra lógica.

Dani Rodrik, Sin Permiso

Entre todas las catástrofes que ha provocado el presidente estadounidense Donald Trump con la ley fiscal y presupuestaria que él mismo ha calificado de «One Big Beautiful Bill», hay una que destaca especialmente para los representantes de la economía política: la abolición radical prevista en la ley de las subvenciones a las energías limpias introducidas hace tres años por el presidente Joe Biden. Muchos consideraban que estas subvenciones eran intocables en caso de cambio de presidente, ya que creaban nuevos puestos de trabajo y aumentaban los ingresos de las empresas en los estados «rojos», tradicionalmente republicanos. Por muy alérgico que sea el Partido Republicano, controlado por Trump, a la política verde, se pensaba que no se atrevería a eliminar estas ventajas. Pero eso es precisamente lo que ha hecho.

Una decisión contraria a la lógica

¿En qué radicaba el error de esta opinión generalizada? Los investigadores que se ocupan de los procesos de toma de decisiones políticas suelen centrarse en los costes y beneficios económicos. Argumentan que las leyes tienden a aprobarse cuando proporcionan ventajas materiales a grupos bien organizados y bien conectados, mientras que aportan desventajas difusas al resto de la sociedad. Desde esta perspectiva, muchos elementos de la ley de Trump se explican muy bien: en particular, prevé una redistribución drástica de los ingresos en favor de los ricos a expensas de los pobres.

domingo, 3 de agosto de 2025

Tercermundización de la clase trabajadora


William I. Robinson, La Jornada

La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, pronunció un discurso poco difundido el pasado 8 de julio. En respuesta a las preocupaciones de la agroindustria de que la campaña de deportación está socavando la oferta laboral, advirtió que las deportaciones masivas continuarán y que “no habrá amnistía bajo ninguna circunstancia” para los trabajadores agrícolas. “En última instancia, la respuesta es la automatización, y también algunas reformas dentro de la estructura gubernamental actual”, dijo. “Y, además, hay 34 millones de adultos sanos en nuestro programa de Medicaid (salud pública). Hay muchos trabajadores en Estados Unidos”.

Existe una lógica subyacente en todas las recientes acciones estadounidenses, desde las deportaciones masivas y la guerra arancelaria hasta el proyecto de ley de presupuesto aprobado por el Congreso, la intervención en Medio Oriente, la negociación de un “acuerdo de paz” en el Congo, etcétera. Todo tiene un propósito común: abordar la crisis del capitalismo global liberando al capital trasnacional para que persiga una nueva ronda de expansión depredadora en todo el mundo mediante la digitalización, la apropiación extractivista de recursos, la guerra, la degradación de las clases trabajadoras y populares y la reestructuración radical del Estado capitalista hacia formas autoritarias y neofascistas.

viernes, 1 de agosto de 2025

Zorros chinos, tiburones americanos, roedores europeos

El "laboratorio BRICS" posee un espíritu creativo incansable y en constante adaptación. Supera la demencia arancelaria en todo momento.

Pepe Escobar, Strategic Culture

El Politburó ha programado la cuarta sesión plenaria del Partido Comunista de China para octubre (sin fechas precisas anunciadas; probablemente cuatro días durante la segunda quincena de octubre). Es entonces cuando Pekín deliberará sobre los lineamientos de su próximo plan quinquenal. Se espera que al pleno asistan más de 370 miembros del Comité Central de la élite del partido.

¿Por qué es tan crucial? Porque China es el principal objetivo indiscutible, junto con los principales miembros del BRICS, de la nueva "ley" universal ideada por el Imperio del Caos: Arancelo, luego existo. Así pues, el próximo plan quinquenal deberá considerar todos los factores derivados de la nueva "ley".

El pleno tendrá lugar unas semanas después de que Pekín organice un gran desfile para celebrar el fin de la Segunda Guerra Mundial; Vladimir Putin es uno de los invitados de honor de Xi.

Además, el pleno tendrá lugar justo antes de la cumbre anual de la APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico), que comienza el 31 de octubre en Seúl. Esta cumbre ofrece una oportunidad para un encuentro directo entre Trump y Xi, algo que el maestro de ceremonias, a pesar de su postura y tergiversaciones, busca activamente.

El pleno deberá sopesar cuidadosamente cómo una guerra comercial, tecnológica y geopolítica de facto entre Estados Unidos y China solo se volverá más intensa. Si bien el programa "Hecho en China 2025" resultó ser un éxito rotundo, a pesar de la presión de Trump 1.0, las nuevas decisiones tecnológicas chinas tomadas en 2025 definirán la hoja de ruta futura en todos los ámbitos, desde la inteligencia artificial hasta la computación cuántica, la biotecnología y la fusión nuclear controlada.

sábado, 26 de julio de 2025

Destruir Rusia. ¿Fracasar? No hay problema. ¡Destruyamos China!

Nunca subestimes el tsunami de «análisis» disruptivos y programación predictiva que ya se está gestando en la guerra híbrida contra China y, en un plano más amplio, contra los BRICS.

Pepe Escobar, Strategic Culture

No subestimes el tsunami de «análisis» disruptivos y programación predictiva que ya se avecina, integrado en la guerra híbrida contra China y la guerra más amplia contra los BRICS.

Fíjate en el último informe de 128 páginas del Instituto Hudson de Washington DC, titulado de forma tan profética China después del comunismo: preparándose para una China post-PCCh.

Tienes todo el derecho a reaccionar al estilo de los Caballeros que dicen «¡Ni!» de Monty Python cuando te enfrentes a este absurdo sin sentido. Pero no te equivoques, ellos se lo toman muy en serio. Los think tanks estadounidenses son maestros en transmitir con años de antelación y con todo lujo de detalles sus sueños de cambio de régimen y sus miedos existenciales.

Así ocurrió con el cutre informe de RAND sobre la destrucción de Rusia en varios frentes, o con el cutre informe de Brookings sobre el desmembramiento de Persia, en realidad Irán. Ahora le toca el turno al más poderoso del nuevo triángulo Primakov (RIC) en los BRICS: China.

Realmente están tocando «Light my Fire» con esteroides, creyendo que «un colapso repentino del régimen en China no es del todo impensable». Se remontan a la antigua OSS —precursora de la CIA— y a sus operaciones en China durante la Segunda Guerra Mundial para sugerir que «las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses (SOF) pueden ayudar a estabilizar una China post-PCCh».

miércoles, 23 de julio de 2025

"Punto de no retorno"

Zelensky y Zaluzhny en Kyev, febrero 2024

Nahia Sanzo, Slavyangrad

El pasado fin de semana, el legendario periodista de investigación Seymour Hersh, que alcanzó la cumbre desvelando la masacre estadounidense de civiles vietnamitas en la localidad de Mi Lai, publicaba un nuevo artículo sobre Ucrania en el que sugería que Estados Unidos considera amortizado a Zelensky y busca reemplazarlo por Valery Zaluzhny. El actual embajador de Ucrania en el Reino Unido sigue siendo la figura más popular según las encuestas de intención de voto pese a que está siendo crecientemente criticado por ver la guerra en la distancia, por su papel en la desastrosa contraofensiva terrestre de 2023, que finalmente le costó el puesto, y por imágenes como un post en las redes sociales en el que destacaba su sufrimiento con una imagen de sí mismo corriendo en el gimnasio, mientras los soldados mueren en las trincheras. La oleada de apoyo al heroico presidente vestido de verde, que era recibido por multitudes en todo el mundo, decayó con el debilitamiento de la situación de Ucrania en el frente y el cansancio que han supuesto en la población las condiciones económicas de la guerra, en la que la prioridad sigue siendo adquirir más armas y movilizar, aunque sea por la fuerza, a más hombres. Pero el desgaste de la figura del presidente, cuya popularidad solo se recuperó temporalmente tras la humillación en el Despacho Oval, ya que no hay nada que una como la sensación de agresión, nunca ha recuperado el terreno perdido en intención de voto frente a Zaluzhny.

El artículo de Hersh, demasiado contundente teniendo en cuenta las circunstancias, se produce en un momento en el que, pese a la certeza de que sus fuentes en la cuestión ucraniana han sido cuestionables en el pasado -Hersh llegó a decir que Polonia, uno de los países más beligerantes y antirrusos de Europa, exigía a Ucrania que pactara con Rusia un alto el fuego-, la credibilidad del periodista vuelve a estar en alza. El ataque de Estados Unidos contra Irán ocurrió exactamente tal y como el periodista había escrito apenas unas horas antes, muestra de que cuenta con fuentes fiables en el entorno del actual equipo de Gobierno de la Casa Blanca. Contra el argumento de Hersh del cansancio estadounidense y la voluntad de deshacerse de su principal interlocutor en Ucrania está el evidente cambio de actitud de Donald Trump hacia su persona. El presidente de Estados Unidos ha pasado de criticar abiertamente a su homólogo ucraniano, al que sometió a un escarnio público retransmitido en directo por televisiones de todo el mundo a afirmar que es un buen presidente, el mejor que Ucrania podría tener en las actuales condiciones. El ultimátum de Trump no está ya dirigido a Ucrania, sino a Rusia y la voluntad de Estados Unidos está lejos de desentenderse de la cuestión ucraniana y ha quedado claro que, previo pago de los países europeos de la OTAN, la Casa Blanca está dispuesta a implicarse aún más a base de aumentar el flujo de asistencia militar para continuar luchando en el frente. De ahí que las noticias sobre el intento de sustituir al presidente suenen, cuando menos, exageradas.

lunes, 21 de julio de 2025

El componente militar de las amenazas de Trump

Donald Trump habría preguntado a Zelensky por qué Ucrania no ha atacado Moscú o San Petersburgo y si disponía de las armas para hacerlo. Tras la publicación de los detalles de la conversación, la Casa Blanca trató de negar los hechos y Trump, acostumbrado a refutar la realidad y tratar de cambiar el significado de sus palabras, alegó que solo se había tratado de una "inocente pregunta"

Nahia Sanzo, Slavyangrad

“El rechazo del presidente ruso, Vladímir Putin, a las propuestas de paz del presidente Donald Trump y sus continuas matanzas de civiles ucranianos en ataques a ciudades han frenado las esperanzas de alcanzar un acuerdo que ponga fin a la guerra o repare las relaciones de Moscú con Occidente”, escribe en su último artículo sobre la guerra de Putin el diario estadounidense The Washington Post. Este discurso, prácticamente único esta semana en los medios, evita explicar que el actual conflicto no puede resolverse con breves conversaciones entre presidentes y que nunca se ha llegado a un proceso de negociación en el que las partes trataran las cuestiones políticas, militares, territoriales y sociales que han llevado a la guerra, prerrequisito para un acuerdo que sea más que una imagen de compromiso de alto el fuego que presentar como un éxito que colapsaría poco después. Los análisis que están publicándose estos días omiten incluso que Estados Unidos ni siquiera dio a Rusia tiempo para responder o matizar la “propuesta final” preparada por Steve Witkoff antes de que esa hoja de ruta se convirtiera, gracias a la intervención de Keith Kellogg y Marco Rubio, en la contrapropuesta de Ucrania y sus aliados europeos.

En apenas unos días, la intervención externa hizo que los términos de la propuesta de Witkoff, tan breves y vagos que habrían sido manipulables como lo fueron los de Minsk, dejando abiertas las cuestiones territoriales y de seguridad, incluían el levantamiento de sanciones contra Rusia y el reconocimiento estadounidense de la soberanía sobre Crimea, fueran abandonados en favor de un documento en el que se especificaba que no habría limitaciones a la presencia de tropas extranjeras en territorio ucraniano, una de las causas de la guerra. Conscientes de que Rusia no puede aceptar si no es militarmente derrotada un documento en el que no se determinan unas fronteras -que quedan deliberadamente en el aire-, se abre la puerta a la adhesión futura de Ucrania a la OTAN y ni siquiera se levantan las sanciones, los países europeos, cuya propuesta era maximalista precisamente para evitar que pudiera ser debatida y acordada, elevaron la apuesta con un ultimátum. Francia, Alemania, el Reino Unido y Polonia dieron a Rusia 48 horas para aceptar un alto el fuego incondicional que ni siquiera venía acompañado de promesas de una negociación para lograr el final del conflicto, posiblemente porque mantenerlo sigue siendo la estrategia de los países europeos. De la guerra eterna al conflicto -político, económico y social- eterno.

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