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jueves, 21 de noviembre de 2024

¿Es Trump 2 el fin del «síndrome de ruptura del orden neoliberal»?

La política occidental se ha reestructurado cada vez más como una contienda no entre “izquierda” y “derecha”, sino entre “centristas” y populistas, que puede tener cabida dentro de las estructuras de poder existentes

Lee Jones, Brave New Europe

¿No parece que esta vez la situación es diferente? ¿Es posible que el establishment liberal finalmente esté dejando atrás su rabieta de ocho años y aceptando la realidad? Aunque puede ser demasiado pronto para saberlo, las reacciones a la reelección de Donald Trump sugieren que algo está cambiando fundamentalmente.

En retrospectiva, hasta Francis Fukuyama podría admitir ahora que 2016 fue el "fin del fin de la historia", como sostiene desde hace tiempo Bungacast, el podcast de política global. Pero en aquel entonces, la respuesta al referendo del Brexit y luego a la primera elección de Trump sólo podía describirse como desquiciada e histérica.

En Gran Bretaña, los políticos y comentaristas centristas se rebelaron contra el electorado, culpando a todo, desde los robots rusos y la desinformación hasta la estupidez y el racismo de los votantes, por la decisión de votar por el Brexit. Como relatamos en nuestro libro Taking Control (Tomando el control) , estas acusaciones no tenían ninguna base en la realidad, pero prepararon el terreno para una confrontación de tres años entre el electorado y quienes decían representarlo, lo que provocó un caos político en el que las acusaciones de "fascismo" aparecieron de manera rutinaria.

lunes, 18 de noviembre de 2024

La «amenaza de Trump»


Nahia Hanzo, Slavyangrad

“Trump amenaza con ser bueno para Ucrania”, sentencia en su titular Político, un medio muy cercano a la administración Demócrata y que ha apoyado la postura occidental de defensa a ultranza y suministro militar a Ucrania desde 2022. Aunque aún no se han anunciado todos los nombres de quienes gestionarán la aplicación de la idea de America First en su versión de política exterior, el medio cita a un alto oficial ucraniano que confirma que Kiev está “alentada por el hecho de que hay halcones entre ellos”. Entre ellos se encuentran Marco Rubio, que no se desmarcó de la idea de aumentar el volumen de asistencia militar hasta que aspiró a un puesto en el gabinete de Trump, o Michael Waltz, previsible Asesor de Seguridad Nacional, que horas antes de la jornada electoral calificó a Rusia de “gasolinera con armas nucleares” y apeló a “quitar las esposas” a Ucrania en la cuestión del uso de armamento occidental en territorio ruso.

El artículo de Político es representativo del momento actual por los cambios que se han producido a raíz de la coyuntura política internacional y, sobre todo, debido al desequilibrio de fuerzas patente en el frente. Aunque el apoyo a Joe Biden y Kamala Harris había sido tan explícito como la visita de campaña de Zelensky y el gobernador Shapiro (Demócrata) de Pensilvania a una de las fábricas que producen la munición que posteriormente se envía a Ucrania, acto que causó la ira de Donald Trump, Ucrania realizó rápidamente un giro de guion para posicionarse como fieles seguidores de la idea de paz a través de la fuerza que Zelensky ya había incluido estratégicamente en su discurso. La lógica que trasciende de las declaraciones anónimas que oficiales ucranianos están realizando de forma coordinada e interesada a los medios estadounidenses es la de la ruptura de un statu quo que no resultaba satisfactorio para Kiev, por lo que el cambio puede suponer un punto de inflexión hacia una situación más favorable.

domingo, 17 de noviembre de 2024

¿El instinto de Trump determinará el destino de la guerra israelí?

Trump está convencido de que el instinto de supervivencia de Estados Unidos debe ser reducir las cargas financieras gastadas en guerras extranjeras lejos de las fronteras de su obsesivo país.

Rana Abi Jomaa, Almayadeen

El primer ministro de "Israel", Benjamín Netanyahu, fue el primero en apresurarse a felicitar al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, por la victoria, calificada de “histórica” y “abrumadora” en los comicios presidenciales de 2024.

La rápida felicitación no es necesariamente el resultado de la “amistad” presumida por Netanyahu con Trump, ni siquiera de los regalos políticos que Trump le hizo anteriormente a “Tel Aviv” en su primer mandato.

Son muchas las novedades y los datos de los últimos cuatro años que servirán para determinar el curso del actual mandato, aunque la personalidad del presidente estadounidense es tal que es difícil predecir sus pasos y sus reacciones.

Por ejemplo, no hay duda de que Trump no olvidó las felicitaciones de Netanyahu al presidente estadounidense Joe Biden en 2020 y su descripción de él como un “gran amigo de Israel” con quien ha tenido “cálidas relaciones durante 40 años”. Esto puede resultar en un reproche “real” distinto de las palabras que Trump escuchó del jefe del gobierno de ocupación. No cabe duda de que este último no olvidó lo que Trump le aconsejó “sobre la necesidad de poner fin a la guerra en Gaza” antes de asumir la presidencia.

Trump y Oriente Medio: ¿Qué nos espera?


Gilbert Achcar, Viento Sur

La victoria de Trump en la carrera por la presidencia de Estados Unidos es una gran catástrofe para los pueblos de la región, que se suma a la enorme Nakba que arrasa [Gaza] desde el diluvio de Al-Aqsa dirigido por Hamás. Benjamin Netanyahu esperaba ansiosamente esta victoria e hizo todo lo que pudo para contribuir a su consecución, ya fuera incitando a sus aliados de derechas estadounidenses o negándose a conceder a Joe Biden y a la campaña presidencial demócrata la tregua en Gaza que esperaban para proporcionarles un argumento electoral que necesitaban desesperadamente. Entonces, ¿qué nos espera ahora que se ha confirmado el regreso de Trump a la Casa Blanca?

La información disponible —considerando el comportamiento de Trump durante su primer mandato presidencial, las posturas que ha expresado durante su reciente campaña y lo que se ha filtrado de sus círculos— indica que está deseoso de aparecer como un líder que logra la paz, en contraste con su imagen de Biden como quien perpetua la guerra y es incapaz de resolverla. Aunque Trump busca poner fin a las guerras en las que no ve interés para Estados Unidos, sigue deseoso de lograr sus objetivos en los casos en los que ve un interés definido. Así, mientras negociaba con los talibanes durante su anterior mandato para preparar la retirada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán y quería retirar la cobertura militar estadounidense a los kurdos en Siria a petición del presidente turco Erdogan, apoyaba la permanencia de las fuerzas de su país en Irak, expresando descaradamente su interés en la riqueza petrolera de ese país.

sábado, 16 de noviembre de 2024

Sobre el significado de la segunda "era Trump"


Enrico Tomaselli, Strategic Thinking

En estos días que siguieron a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, he reiterado varias veces que los posibles aspectos positivos de una administración Trump fueron decididamente sobreestimados, en los círculos - digamos - de la disidencia o, en cualquier caso, favorables al multipolarismo. También subrayé que era conveniente esperar a los primeros nombramientos, porque a partir de la formación del equipo sería posible comprender mucho mejor cuál sería la dirección de los cuatro años venideros.

Ahora estamos empezando a tener una imagen real, aunque todavía faltan algunos cuadros.

Lo que surge esencialmente parece ser una confirmación de lo que razonablemente podría esperarse, con algunas observaciones.

En primer lugar, incluso si algunos de los viejos neoconservadores que acompañaron la primera presidencia fueran eliminados (Pompeo, Bannon, Haley...), algunas de las posiciones clave que acabamos de definir todavía se refieren al área neoconservadora de los republicanos e, incluso Si están más de acuerdo sobre si todos están o no a favor de la retirada del frente ucraniano, eso no significa que puedan ser definidos como moderados o pacifistas. Al contrario, surge un equipo de ultras bastante belicosos. Excepto que el foco se desplaza de Europa del Este hacia Oriente Medio y, sobre todo, China.

jueves, 14 de noviembre de 2024

«Es la economía, estúpido»


Lance Selfa, Sharon Smith, Viento Sur

La historia de las elecciones de 2024 resultó ser notablemente sencilla. En un entorno político en el que la mayoría del electorado pensaba que el país avanzaba en la dirección equivocada, en el que percibía que la economía era deficiente y en el que la mayoría afirmaba que la inflación les había causado graves dificultades, los votantes decidieron echar al partido en el poder que representaba la vicepresidenta Kamala Harris.


Donald Trump ganó el voto popular por primera y única vez, y lo hizo no sólo en las zonas rurales, sino también en los suburbios, e incluso en bastiones del Partido Demócrata como Nueva York y Chicago. Según las encuestas a pie de urna, a Harris le fue mejor que a Joe Biden en 2020 con las los estadounidenses más acomodados, pero Trump mejoró respecto a 2020 con el resto.
Uno de los tópicos de la política estadounidense es: Es la economía, estúpido. Si la economía está creciendo y la gente tiene trabajo y salarios más altos, el partido en el poder suele ser reelegido. Si la economía está en declive y la gente tiene problemas para llegar a fin de mes, el electorado suele echar a los vagos votando al aspirante. Durante la mayor parte del gobierno de Biden, mientras la economía en general se recuperaba de las sacudidas recibidas durante la pandemia de la covid-19, Biden fue un presidente extraordinariamente impopular. La impopularidad de Biden confundía a sus asesores, que no lograban cuadrarla con los indicadores macroeconómicos que mostraban que EEUU alcanzaba la recuperación más fuerte tras la covid de todos sus pares.

Sin embargo, la covid dejó tras de sí trastornos económicos, entre ellos las tasas de inflación más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación. Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Estados Unidos: un abismo en el centro

La suicida corrida hacia la derecha de los Demócratas facilitó la aplastante victoria del magnate. En varios temas claves era muy difícil discernir cuál era la diferencia entre éste y su adversaria

Atilio Borón, La Haine

La rotunda derrota de Kamala Harris en la reciente elección presidencial de EEUU certifica, por enésima vez, que cuando una sociedad ha sido ganada por una generalizada crispación, las propuestas tibias, moderadas, evasivas como las planteadas por la candidata demócrata son el seguro camino para sufrir un aplastante revés electoral.

El malhumor social producido por frustraciones de tipo económico o político; o por el temor perversamente infundido por la clase dominante; o por el odio direccionado en contra de categorías sociales estigmatizadas, los inmigrantes de origen latino en el caso norteamericano, hace que la ciudadanía sea atraída por quienes mejor sintonizan con su enojo y su frustración. Y Trump apareció ante los ojos de millones como alguien dispuesto a poner fin a ese estado de cosas.

Conclusión: cuando las circunstancias sociales están signadas por la inmoderación, la moderación se convierte en un pecado. Y la candidata demócrata lo cometió.

Harris ciertamente corrió con desventaja. Entró muy tarde en la campaña, producto del inesperado derrumbe de la candidatura de Biden después del fatídico debate con Donald Trump. Para colmo de males, su gestión como vicepresidenta tuvo un tono grisáceo que poco o nada colaboró para construir una imagen presidenciable y atractiva ante los ojos de la opinión pública. Y una sociedad bombardeada por la continua prédica catastrofista de la ultraderecha, azuzados sus peores instintos tribales por el demencial conspiracionismo de Trump y sus voceros hablando de un país “invadido” por indeseables extranjeros, mal podía prestar su apoyo a quien era vista como corresponsable de tan infausta situación, habida cuenta de su condición de vicepresidenta de EEUU.

lunes, 11 de noviembre de 2024

El terremoto de Trump

Los objetivos podrían incluir desde México (para "asegurar la frontera") hasta Venezuela (para "asegurar el petróleo"), Yemen (para "asegurar el Mar Rojo") y, por supuesto, Irán

Pepe Escobar, Strategic Culture

En la escala política de Richter, eso fue literalmente un asesinato. Lo que se suponía que iba a ser un espectáculo totalitario liberal fue barrido sin contemplaciones. Antes del día de las elecciones, el pensamiento crítico era consciente de lo que estaba en juego. Con fraude, Kamala gana. Sin fraude, Trump gana. Hubo, en el mejor de los casos, intentos (fallidos) de fraude. La pregunta clave sigue siendo: ¿qué quiere realmente el Estado profundo de EEUU?

Mi bandeja de entrada está llena de informes llorosos de los "think tanks" estadounidenses que se preguntan, incrédulos, por qué Kamala podría perder. Es bastante sencillo, aparte de su absoluta incompetencia y mediocridad, es un personaje que se ríe a carcajadas histéricas.

El legado de la administración de la que formó parte es espantoso: desde 'Crash Test Dummy' (maniquí para ensayos de choque promovidos por el senador Ron Wyden) hasta 'Little Butcher Blinkie' (Antony Blinken, secretario de Estado).

En lugar de preocuparse por la lamentable situación que se vive a todos los niveles en torno a esa entidad mítica, el "pueblo estadounidense", decidieron invertirlo todo en una guerra de poder fabricada por los neoconservadores para infligir una "derrota estratégica" a Rusia, robando activos rusos, desatando un tsunami de sanciones, enviando a Zelensky armas prodigiosas. La militarización de Ucrania provocó la muerte de innumerables ucranianos y la inevitable e inminente humillación "cósmica" de la OTAN en el suelo negro de Novorossiya.

domingo, 10 de noviembre de 2024

Trump, un producto de la bancarrota moral del Partido Demócrata

Votar a Trump para resolver los problemas de las condiciones de vida de la clase obrera estadounidense es como dejar a alguien en el desierto porque tiene sed.

Hugo Dionísio, Strategic Culture

Inmigración, aborto, wokismo, guerra de Ucrania, guerras eternas, reindustrialización y proteccionismo. Con excepción del aborto y el wokismo (identitarismo), que son cuestiones que conciernen a la conciencia de cada uno más que a la política estructural, todos ellos representan, de alguna manera, algunas de las consecuencias más brutales del neoliberalismo en Estados Unidos y se encuentran entre las principales causas de la derrota de Kamala y la victoria de Trump.

La desindustrialización, a la que Trump atribuye una de las principales causas de la pérdida de poder de Estados Unidos, se produjo como resultado directo de la financiarización de la economía (acelerada por el republicano Nixon), que convirtió el negocio de los casinos de Wall Street en el motor económico de Estados Unidos. Sin la industria, se produjo un deterioro del poder real que se resolvió mediante la creación de conflictos eternos. Las guerras eternas afectan gravemente a la economía occidental (también a la europea) y obstaculizan la inversión pública en infraestructura y otras necesidades sociales. El botín que hacen posible para Blackrock, Monsanto, Goldman Sachs y otros no vuelve al pueblo estadounidense, sino a la acumulación de unos pocos.

Como forma de desviar la atención, asustar y anestesiar a las masas, se están reviviendo la rusofobia, la Guerra Fría y el identitarismo, lo que provoca la atomización social y la fractura de los movimientos sociales que podrían desafiar esta situación de manera consistente y coherente. El resultado es un sentimiento humano de inestabilidad y precariedad en todos los aspectos de la vida.

El fascismo neoliberal es ahora la ideología dominante en los Estados Unidos

La formación de un frente unido contra este realineamiento de extrema derecha es más importante y urgente que nunca.

C.J. Polychroniou, Common Dreams

Es oficial. El fascismo neoliberal se ha vuelto dominante en Estados Unidos. Ésta es la única conclusión racional que se puede sacar de la victoria decisiva de Trump en las elecciones de 2024. De hecho, la histórica victoria de Trump (que incluye llevar al Partido Republicano a una mayoría mayor de lo esperado en el Senado y potencialmente a controlar la Cámara de Representantes) ha cambiado la naturaleza del Partido Republicano y ha desplazado el centro de gravedad de la política estadounidense en un mundo tan... de manera tan demoledora que ha llevado al colapso real del Partido Demócrata.

El fascismo neoliberal es ahora la orientación político-ideológica dominante en Estados Unidos y sus funestas consecuencias sin duda se sentirán en los años venideros tanto dentro del país como en todo el mundo. En este contexto, la formación de un frente único contra el fascismo es más importante y urgente que nunca.

sábado, 9 de noviembre de 2024

Kamala Harris: Hillary Clinton redux


Maciek Wisniewski, La Jornada

Observando cómo en los últimos meses (t.ly/OH0p1) Kamala Harris y los demócratas apostaron a convertir las elecciones estadounidenses solamente en un debate simbólico acerca de “la democracia” y “el carácter de Trump”, en lugar de centrarse en la política y en las soluciones a los temas que los votantes señalaban en las encuestas como sus mayores preocupaciones –el estado de la economía, la inflación o el genocidio en Gaza (t.ly/414GU)—, emulando así, en efecto, la estrategia perdedora de Hillary Clinton de 2016, cuando desistió de competir por el voto progresista y el de la clase trabajadora, prefiriendo cortejar a los republicanos “Nunca Trump” de los suburbios, uno no podía dejar de tener una siniestra sensación de déjà vu.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Trump, un lumpencapitalista

Lo más importante de Donald Trump no es su tan debatida condición psicológica, sino el hecho de que es un gran capitalista. Y de un tipo particular: un gran lumpencapitalista

Samuel Farber, Jacobin

A pesar de su triunfo contra Harris, nadie sabe bien cómo entender a Donald Trump. Poco después de que asumiera la presidencia por primera vez, un grupo de 27 psiquiatras y especialistas en salud mental confeccionaron una extensa lista de sus trastornos de personalidad: narcisismo, trastorno delirante, paranoia, hedonismo desenfrenado, entre otros. Si bien algunos de estos diagnósticos podrían ser acertados, las denominaciones psicológicas no son la mejor manera de develar el fenómeno Trump. Para examinarlo como actor político en toda su complejidad, debemos subsumir sus características personales en la estructura social de EEUU.

Trump es un capitalista. Eso lo sabemos todos. Pero es un tipo particular de capitalista: un lumpencapitalista.

Una trayectoria de embustes


En La lucha de clases en Francia. 1848-1850, Karl Marx escribió que la aristocracia financiera de la época, «lo mismo en sus métodos de adquisición que en sus placeres, no es más que el renacimiento del lumpemproletariado en las cumbres de la sociedad burguesa». El erudito marxista Hal Draper aclaró que la «aristocracia financiera» de Marx no refería al capital financiero que juega un rol esencial en la economía burguesa, sino a los «buitres y carroñeros» que se mueven entre la especulación y la estafa y que son los cuasicriminales o excrecencias delictivas del cuerpo social de los ricos, al igual que el «lumpenproletariado» propiamente dicho es la excrecencia de los pobres.

domingo, 13 de octubre de 2024

Trump, Biden y la continuidad del imperio


Maciek Wisniewski, La Jornada

1. Después de haber traicionado casi todas sus promesas electorales progresistas y girado a la derecha, retomando y continuando muchas de las políticas internas de Trump que él mismo criticaba −por ejemplo, las políticas migratorias (t.ly/Riwnv, t.ly/PNB6)− e igualmente después de un bizarro episodio de “trumpificación en tiempo real”, cuando el presidente se negaba a abandonar, debido a su avanzada edad, la contienda electoral dando “pataletas” dignas de su predecesor (t.ly/BoDrt), finalmente queda claro que la política exterior de Joe Biden se entiende igualmente mucho mejor en términos de continuidad, no ruptura, con Trump.

2. Si bien en años pasados había toda una legión de analistas que trataban de tildar −incorrectamente− la política exterior de Trump como “aislacionista”, hablando de allí, por vía de asociarlo con ciertas corrientes aislacionistas filonazis estadunidenses, incluso de una suerte de “fascismo aislacionista” de Trump (t.ly/mCMM2), la mejor manera de entender toda su “geoeconomía” es, tiene razón Adam Tooze (t.ly/ovWnC) −que igualmente apuntando con razón a las radicales diferencias del contexto histórico se opone a las comparaciones de Trump al fascismo empujadas por los círculos liberales (t.ly/WJHSz)−, verla como una suerte de “revisionismo”, no de “aislacionismo”

sábado, 31 de agosto de 2024

La política multimillonaria: un peligro para la democracia


Amy Goodman, Denis Moynihan, Democracy Now

Donald Trump fue “entrevistado” en la red social X, anteriormente conocida como Twitter.

El entrevistador fue el propio Elon Musk, propietario de la plataforma. Las preguntas de Musk a Trump fueron tan serviles que End Citizens United, una organización que aboga por una reforma de las leyes relativas al financiamiento de las campañas electorales, presentó rápidamente una denuncia ante la Comisión de Elecciones Federales. En la denuncia, la organización describe a la transmisión en vivo, de más de dos horas de duración, como “una flagrante contribución corporativa en especie que infringió las leyes relativas al financiamiento de campañas”. Este acontecimiento representa apenas un momento de unas elecciones presidenciales sumamente tensas y pone de relieve el creciente poder de los multimillonarios que intentan manipular el proceso político en beneficio propio.

Elon Musk es la persona más rica del planeta. El periódico The Wall Street Journal ha publicado algunos de los artículos más reveladores sobre la intensificación de la actividad política de Musk, especialmente su compromiso, recientemente revelado, de ayudar a Trump a ganar las elecciones presidenciales de noviembre.

viernes, 26 de julio de 2024

¿Y si gana Trump?

Marc Vandepitte, De Wereld Morgen

Las posibilidades de reelección de Trump han aumentado vertiginosamente tras el intento de asesinato. ¿Qué podemos esperar de un segundo mandato de Trump?
En cualquier caso, será (incluso) más duro que en su primer mandato. En 2016 Donald Trump era todavía siendo un absoluto outsider, alguien al margen de la clase dirigente, sin experiencia de gobierno, sin un plan detallado y sin una red de apoyo en Washington o dentro del partido republicano. Los altos cargos y legisladores de la corriente de centro-derecha de su partido frenaron sus ambiciones más agresivas.
Mientras tanto ha rehecho totalmente a su imagen el aparato del partido. Esta vez tiene un plan bien elaborado y podrá confiar en un grupo de partidarios experimentados y muy leales.

Ofrecemos un panorama de los acontecimientos que son de temer.

En el ámbito interno


1. Toma de poder

Trump quiere poder gobernar sin ser molestado y limitar cualquier resistencia por parte del aparato estatal, para lo que quiere purgar las más altas esferas de dicho aparato estatal. Tiene previsto despedir a unos 50.000 funcionarios y exigir a todos los empleados federales una prueba de lealtad.

Los altos cargos del Pentágono temen que Trump nombre a personas autoritarias para los puestos más altos del servicio de inteligencia y del ejército, y que incluso trate de poner a los oficiales de menor rango del ejército favorables a Trump en contra de los altos mandos del ejército. Trump ya se había pronunciado en el pasado a favor de utilizar a las tropas contra alborotadores o manifestantes.

jueves, 25 de julio de 2024

¿Más instrumentalización de la CIA? El Servicio Secreto pide a Trump que deje de celebrar mitines al aire libre


Tyler Durden, Zero Hedge

El Servicio Secreto está convirtiendo limones casi asesinos en limonada del Estado Profundo. Tras su catastrófico fracaso a la hora de proteger el mitin de Donald Trump del 13 de julio en Butler, Pensilvania, el Servicio Secreto ha ideado una «solución» que apesta a motivos ocultos: la agencia ha aconsejado a la campaña de Trump que deje de celebrar grandes mítines al aire libre.

La noticia de la patética receta de la agencia, publicada por el Washington Post, llega horas después de la dimisión de la directora del Servicio Secreto, Kimberley Cheatle, tras un maratoniano interrogatorio el lunes en el Capitolio, en el que fue utilizada como saco de boxeo por miembros de los dos principales partidos. La incompetencia multidimensional de su agencia en Pensilvania dejó un ex presidente y dos espectadores heridos, y otro muerto.

lunes, 22 de julio de 2024

Enrico Tomaselli: El Factor Trump

Trump tendrá que restaurar la economía del país, que tiene una deuda pública de más 35 billones de dólares. Probablemente tendrá que enfrentarse a una resistencia institucional muy fuerte por parte de los demócratas, y obviamente deberá lidiar con el Estado profundo. Aunque su elección será probablemente triunfal, las diferencias no tardarán en surgir.

Enrico Tomaselli, Enrico's Substack

Habiendo escapado, afortunadamente, del atentado en Butler, Trump navega hacia una muy probable victoria en las elecciones presidenciales de noviembre. Y es muy probable que también Estados Unidos haya escapado, al menos por ahora, al estallido de una guerra civil; si moría, las posibilidades de que se iniciara una reacción en cadena eran realmente grandes.
Está claro que el atentado en sí fue un acontecimiento que cambió el juego; en este momento la partida está esencialmente perdida para los demócratas, y por tanto ya no tiene sentido buscar un candidato alternativo a Biden. No tendría sentido quemar ahora una candidatura que pueda utilizarse dentro de cuatro años. Pero harán bien en encontrar rápidamente un líder (o una líder…), y prepararlo para el desafío: J.D. Vance es joven y luchador (y su biografía, «Hillabilly Elegy», es un éxito de ventas).
Si Trump confirma las predicciones y es elegido presidente por segunda vez, tendrá por delante un periodo de tiempo limitado para desarrollar sus políticas; e incluso si Vance es, como algunos dicen, un clon suyo, no es seguro que sea elegido en 2028.

En ese lapso de tiempo se enfrentará a numerosos retos, tanto internos como internacionales, y ambos aspectos están entrelazados.

lunes, 15 de julio de 2024

El intento de asesinato contra Donald Trump demuestra que Estados Unidos es un Estado fallido

Estados Unidos ya no es el país de la libertad y la democracia, sino un ejemplo de Estado fallido y cercano al colapso social absoluto.

Lucas Leiroz, Strategic Culture

El expresidente estadounidense Donald Trump fue atacado durante un mitin en Pensilvania. Un francotirador disparó contra Trump, rozándole la cabeza e hiriendo a otras personas que asistían al evento. El servicio secreto estadounidense neutralizó rápidamente al tirador después de los disparos, sin embargo, testigos en la calle dijeron que informaron a la policía sobre la posición del tirador antes del ataque, y los agentes aparentemente ignoraron los informes.

Trump está bien, las heridas no le han causado ningún daño grave. Más que eso, Trump está políticamente más fuerte que nunca. Su imagen de “superviviente” y “mártir” le da una gran ventaja en la carrera electoral frente a su rival Joe Biden, quien ha sido objeto de críticas incluso por parte de sus partidarios, debido a su grave estado de debilidad mental.

sábado, 6 de julio de 2024

Trump se presenta como pacificador para Ucrania después de avivar la guerra como presidente de EEUU

La paz en Ucrania llegará cuando los gobernantes imperialistas estadounidenses se den cuenta de que las condiciones de Rusia son la única opción aceptable.

Editorial de Strategic Culture Foundation

Bueno, al menos se puede decir que Donald Trump habla de poner fin al conflicto en Ucrania. El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos ha estado últimamente pidiendo que se ponga fin a esa “horrible guerra”.

Con su característica temeridad, Trump promete a los votantes estadounidenses que, si es elegido el 5 de noviembre, podrá mediar un acuerdo de paz “en 24 horas”.

En cuanto a Joe Biden, el demócrata titular de la Casa Blanca, ha dicho repetidamente que no tiene intención de buscar un acuerdo diplomático y ha prometido apoyar al régimen de Kiev “hasta el último ucraniano” en lo que es una guerra inútil contra Rusia.

Esta semana, el gobierno de Biden prometió otros 2.300 millones de dólares en ayuda militar al régimen irremediablemente corrupto de Zelenski para que siga luchando en la guerra por delegación de la OTAN, una guerra que ha costado la vida a más de 500.000 militares ucranianos.

lunes, 1 de julio de 2024

En el debate presidencial de Trump y Biden quedó claro que la democracia estadounidense es como un episodio de Beavis y Butt-Head


Alexander Dugin, Mente Alternativa

En los años 1990, la caricatura animada “Beavis y Butt-Head” dirigida por Mike Judge era popular en los Estados Unidos y Rusia. Sus héroes eran dos adolescentes estadounidenses con retraso mental, que se decían groserías el uno al otro y expresaban un pensamiento absurdo tras otro, incapaces de resolver ninguna situación doméstica. Sin embargo, a pesar de su total inutilidad e insensatez, sobrellevaban la vida de algún modo.

Cada vez que una serie de acciones idiotas los llevaban al borde del desastre total, un accidente igualmente ridículo o una ruptura en la lógica de los acontecimientos los salvaba, dándoles otra oportunidad. Pero la desperdiciaban de inmediato y el patrón se repetía. Fracaso tras fracaso, a partir de decisiones completamente equívocas, los personajes rompían todas las conexiones lógicas posibles y, al final del día, se sentaban en un sofá frente al televisor a ver vídeos de heavy metal en los que hombres con cuernos y guitarras eléctricas devoraban cabras o mujeres vivas.

Lo que el mundo vio durante el debate electoral entre Trump y Biden fue solo un nuevo episodio de Beavis y Butt-Head. Y de alguna manera ambos parecen sacados de personajes de dibujos animados: Trump es una nueva versión de Butt-Head (hasta tiene exactamente el mismo peinado), y Biden es una nueva versión de Beavis. Pero lo más alarmante es que el contenido del debate estuvo totalmente en consonancia con el espíritu del espectáculo.

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Ver: Espectáculo de payasos o stand-up comedy: el nivel político de EEUU nunca ha sido tan bajo


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