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domingo, 14 de septiembre de 2025

El día en que el dólar parpadeó

Así que la verdadera «nueva civilización» está aún lejos. Pero la política de Estados Unidos y de sus satélites europeos es un gran catalizador para acelerar la gran transición

Michael-Hudson.com

Las reuniones de la Organización de Cooperación de Shanghái celebradas en China la semana pasada (2 y 3 de septiembre) dieron un notable paso adelante en la definición de cómo el mundo se dividirá en dos grandes bloques, a medida que los países de la mayoría global tratan de liberar sus economías no solo del caos arancelario de Donald Trump, sino también de los intentos cada vez más intensos de guerra caliente patrocinados por Estados Unidos para imponer un control unipolar sobre toda la economía mundial, aislando a los países que tratan de resistirse a este control, sometiéndolos al caos comercial y monetario, así como a la confrontación militar directa.

Las reuniones de la OCS se convirtieron en un foro pragmático para definir los principios básicos que sustituirán la independencia comercial, monetaria y militar de otros países respecto a Estados Unidos por el comercio y la inversión mutuos entre ellos, cada vez más aislados de la dependencia de los mercados estadounidenses para sus exportaciones, del crédito estadounidense para sus economías nacionales y del dólar estadounidense para las transacciones comerciales y de inversión entre ellos.

Los principios anunciados por el presidente chino Xi, el presidente ruso Putin y otros miembros de la OCS sentaron las bases para detallar un nuevo orden económico internacional en la línea de lo que se prometió hace 80 años, al final de la Segunda Guerra Mundial, pero que Estados Unidos y sus satélites han tergiversado hasta dejarlo irreconocible, en lo que los países asiáticos y otros países de la mayoría global esperan que haya sido solo un largo desvío de la historia, alejado de las reglas básicas de la civilización y su diplomacia, comercio y finanzas internacionales.

No debería sorprender que ni una sola palabra de estos principios o de su motivación haya aparecido en la prensa occidental dominante.

jueves, 4 de septiembre de 2025

La Cumbre de Tianjin consolida a la OSC como un polo estratégico del Sur Global

La Organización de Cooperación de Shanghái une a gran parte de la Mayoría Global. Y todo ello sin necesidad de convertirse en un gigante militar ofensivo como la OTAN

Pepe Escobar, Strategic Culture

¡Qué espectáculo! Un espectáculo pan-asiático, pan-euroasiático y del Sur Global, con la brillante y dinámica Tianjin como telón de fondo, disfrutado como tal por la abrumadora mayoría del planeta, mientras que, como era previsible, generaba una oleada de envidia en el fragmentado Occidente, desde el todopoderoso Imperio del Caos hasta la Coalición de los Chihuahuas Desdentados.

La historia registrará que, así como los BRICS finalmente cobraron protagonismo en la cumbre de Kazán en 2024, la OCS replicó la misma decisión en la cumbre de Tianjin en 2025.

Entre un festín de momentos destacados, difícilmente superable por la presencia de Putin y Modi de la mano, este fue, por supuesto, el baile de MC Xi. La RIC original (Rusia, India y China), tal como la concibió el Gran Primakov a finales de los 90, finalmente volvía a la palestra, unida.

Pero fue Xi quien personalmente estableció las directrices principales, proponiendo nada menos que un nuevo y amplio modelo de gobernanza global, con ramificaciones importantes como un banco de desarrollo de la OCS que debería complementar el NDB de los BRICS, así como una estrecha cooperación en inteligencia artificial en contraste con el tecnofeudalismo de Silicon Valley.

La gobernanza global, al estilo chino, abarca cinco principios fundamentales. El más crucial, sin duda, es la igualdad soberana. Esta se conecta con el respeto al estado de derecho internacional, y no con un orden internacional basado en normas que se modifica a voluntad. La gobernanza global promueve el multilateralismo. Y también, inevitablemente, fomenta un enfoque centrado en las personas, muy elogiado, alejado de los intereses creados.

viernes, 29 de agosto de 2025

El Fin de las Superpotencias: Hacia un Orden Mundial Fragmentado

A diferencia de la Hegemonía estadounidense en siglo XX, el siglo XXI se definirá por múltiples centros de poder, cada uno de los cuales configurará su esfera sin dominar el mundo

Peiman Salehi. Oriental Review

Durante décadas, la política mundial se ha entendido a través del prisma de la hegemonía. La Guerra Fría ofreció una lucha bipolar, mientras que la era posterior a 1991 fue testigo del auge de la unipolaridad estadounidense, proclamada como el “fin de la historia”. Hoy, sin embargo, el mundo está entrando en una fase completamente diferente: no es la sustitución de una superpotencia por otra, sino el fin de las superpotencias en su conjunto. El siglo XXI se perfila como un panorama en el que las potencias regionales y las grandes potencias coexisten, se alinean y compiten en un sistema fragmentado y aislado, sin un hegemón universal.

La erosión de la primacía estadounidense no es simplemente el resultado del auge de China o la persistencia de Rusia. Es, más fundamentalmente, el producto de las contradicciones internas de Estados Unidos. Estados Unidos atrajo en su día al mundo no solo por su riqueza o su superioridad militar, sino también por sus valores liberales. Durante la Guerra Fría, la fuerza de Estados Unidos residía en presentarse como una tierra de oportunidades donde la raza, la religión y los orígenes no determinaban las perspectivas de futuro. Atraía a talentos de todo el mundo, simbolizando la libertad y el pluralismo. Hoy en día, ese magnetismo se ha desvanecido.

La construcción de muros en la frontera con México, la restricción de la inmigración y la vigilancia del discurso en los campus universitarios en nombre de la ortodoxia política son síntomas de una nación que abandona sus propios ideales liberales. Cuando los líderes estadounidenses amenazan a los estudiantes extranjeros con la expulsión por protestar contra Israel, revelan la vacuidad de las mismas libertades que en su día distinguieron a Estados Unidos de sus rivales. La superpotencia se está corroyendo desde dentro, no tanto porque otros estén ascendiendo, sino porque ha dejado de encarnar los valores que sustentaban su atractivo.

viernes, 22 de agosto de 2025

Asia Central como punto vulnerable en la Gran Eurasia


Glenn Diesen, Steigan.no

Asia Central es un punto neurálgico clave en el centro geográfico de la Gran Eurasia y constituye un eslabón vulnerable debido a la relativa debilidad de sus países, la competencia por el acceso a los recursos naturales, la fragilidad de sus instituciones políticas, el autoritarismo, la corrupción y las tensiones religiosas y étnicas, entre otros problemas.

Estas debilidades pueden ser aprovechadas por potencias extranjeras en la rivalidad entre grandes potencias centrada en la Gran Eurasia. Asia Central es vulnerable tanto a la rivalidad «interna» que existe dentro de la asociación gran-euroasiática como al sabotaje «externo» de aquellos que buscan socavar la integración regional para restaurar la hegemonía estadounidense. Este artículo esbozará los factores externos e internos en relación con la forma en que se puede manipular Asia Central.

Interferencia externa: mantener dividida a Eurasia

Las potencias marítimas europeas lograron el dominio desde principios del siglo XVI al conectar físicamente el mundo con la periferia marítima de Eurasia, llenando así el vacío que dejó la desaparición de la antigua Ruta de la Seda. La expansión del Imperio ruso a través de Asia Central en el siglo XIX, respaldada por el desarrollo de los ferrocarriles, reavivó las conexiones con la antigua Ruta de la Seda. El desarrollo de la tesis del corazón de Eurasia por parte de Halford Mackinder a principios del siglo XX se basó en el reto de que Rusia conectara Eurasia por tierra, amenazando así con socavar la base estratégica del dominio británico como potencia marítima.

lunes, 11 de agosto de 2025

Ferrocarriles vitales chino-iraníes

Una forma de fomentar la estabilidad en Afganistán es que China, Irán y Afganistán establezcan un marco conjunto de seguridad y defensa y firmen acuerdos de cooperación económica

Hadi bin Hurr, Strategic Culture

En mayo de 2025, Irán y China inauguraron oficialmente una línea ferroviaria directa de mercancías que redujo el tiempo de envío de mercancías de los 30 a 40 días habituales por mar a tan solo 15 días por tierra. El primer tren, que partió de Xi'an el 10 de mayo, llegó al puerto seco iraní de Aprin, cerca de Teherán, el 25 de mayo. Tan solo 19 días después —y no por casualidad—, la coalición israelí-estadounidense lanzó un ataque contra Irán, con las fuerzas aéreas israelíes atacando, entre otros lugares, la infraestructura petrolera iraní. Claramente, este ferrocarril —considerado por muchos como un "salvavidas"— era visto en los centros de poder occidentales como una amenaza estratégica mucho antes de que se completara su construcción.

Gracias a un Memorando de Entendimiento (MdE) de 1992, Estados Unidos obtuvo acceso a la Base Naval Changi (CNB) de Singapur, inaugurada en 2001 y con capacidad para albergar incluso los buques de guerra estadounidenses más grandes. Pekín comprendió de inmediato las implicaciones: en caso de guerra, la Armada estadounidense podría fácilmente amenazar las líneas de suministro marítimo de China a través del Estrecho de Malaca y sus rutas alternativas. Esta preocupación fue uno de los principales impulsores del corredor ferroviario inaugurado en mayo, que conecta Urumqi (China) a través de Almaty (Kazajistán), Taskent, Samarcanda y Bujará (Uzbekistán), Asjabad (Turkmenistán), y continúa hacia Irán, llegando a Mashhad, Sharud y finalmente a Teherán. Con la apertura de esta ruta terrestre, Irán rompe efectivamente su aislamiento económico, mientras que China garantiza un suministro energético fiable, incluso en tiempos de guerra. Por lo tanto, se espera que Washington y sus aliados hagan todo lo posible para interrumpir el flujo de mercancías a lo largo de este corredor. Según el Programa de Cooperación de 25 Años entre Irán y China, firmado en 2021, China se comprometió a invertir alrededor de 400 000 millones de dólares en la economía iraní a cambio de petróleo a precio reducido. Sin embargo, la verdadera importancia de Irán para Pekín reside en su posición estratégica como nodo central de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), que ofrece a China acceso al Golfo Pérsico y al Océano Índico. Dado que el corredor existente, junto con todas las demás rutas planificadas o hipotéticas entre China e Irán, presenta inconvenientes técnicos y vulnerabilidades geopolíticas, sería prudente desarrollar el mayor número posible de conexiones para garantizar el comercio ininterrumpido entre ambas naciones.

viernes, 1 de agosto de 2025

Zorros chinos, tiburones americanos, roedores europeos

El "laboratorio BRICS" posee un espíritu creativo incansable y en constante adaptación. Supera la demencia arancelaria en todo momento.

Pepe Escobar, Strategic Culture

El Politburó ha programado la cuarta sesión plenaria del Partido Comunista de China para octubre (sin fechas precisas anunciadas; probablemente cuatro días durante la segunda quincena de octubre). Es entonces cuando Pekín deliberará sobre los lineamientos de su próximo plan quinquenal. Se espera que al pleno asistan más de 370 miembros del Comité Central de la élite del partido.

¿Por qué es tan crucial? Porque China es el principal objetivo indiscutible, junto con los principales miembros del BRICS, de la nueva "ley" universal ideada por el Imperio del Caos: Arancelo, luego existo. Así pues, el próximo plan quinquenal deberá considerar todos los factores derivados de la nueva "ley".

El pleno tendrá lugar unas semanas después de que Pekín organice un gran desfile para celebrar el fin de la Segunda Guerra Mundial; Vladimir Putin es uno de los invitados de honor de Xi.

Además, el pleno tendrá lugar justo antes de la cumbre anual de la APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico), que comienza el 31 de octubre en Seúl. Esta cumbre ofrece una oportunidad para un encuentro directo entre Trump y Xi, algo que el maestro de ceremonias, a pesar de su postura y tergiversaciones, busca activamente.

El pleno deberá sopesar cuidadosamente cómo una guerra comercial, tecnológica y geopolítica de facto entre Estados Unidos y China solo se volverá más intensa. Si bien el programa "Hecho en China 2025" resultó ser un éxito rotundo, a pesar de la presión de Trump 1.0, las nuevas decisiones tecnológicas chinas tomadas en 2025 definirán la hoja de ruta futura en todos los ámbitos, desde la inteligencia artificial hasta la computación cuántica, la biotecnología y la fusión nuclear controlada.

"Cañones o mantequilla"


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“La presidenta de la Comisión Úrsula von der Leyen ha presentado este miércoles los planes para recortar la financiación de la Política Agraria Común de la Unión Europea de 386.600 millones de euros a apenas 300.000 millones a partir de 2027 como parte de la revisión profunda del próximo presupuesto a largo plazo del bloque”, explicaba ayer la edición europea de Politico. Para complementar esa noticia, habría que recordar el plan de rearme por valor de 800.000 millones de euros que la sonriente von der Leyen presentó el pasado marzo o el compromiso de invertir 600.000 millones más allá del nivel habitual en armamento estadounidense. El resultado es buena demostración de las prioridades del bloque comunitario y fiel reflejo de la expresión inglesa “guns or butter”, cañones o mantequilla.

“Al obligarle a elegir entre los cañones o la mantequilla, las sanciones le encierran en un vicio que se aprieta poco a poco”, afirmó en 2022 sobre las sanciones europeas el entonces líder de la diplomacia de la UE Josep Borrell. En ocasiones, las sanciones resultan contraproducentes y dañan tanto o más a los países que las imponen. Las tasas de crecimiento y el aumento de los salarios han sido, en estos tres primeros años de guerra rusoucraniana, superiores en Rusia que en la Unión Europea, que ahora elige los cañones, no necesariamente los propios, por delante de la mantequilla.

¿Cuándo abandonará Francia el atlantismo?

Es improbable que Francia logre imprimir una renovación estratégica a la Unión Europea, dada la reciente capitulación de Bruselas ante el chantaje arancelario de Trump

Raphael Machado, Strategic Culture

Un nuevo informe político francés pasó desapercibido para la mayoría de los analistas geopolíticos, pero representa un documento estratégico fundamental que podría determinar cambios significativos en la dirección internacional del Palacio del Elíseo.

Se trata del Informe Nº 1588 de la Comisión de Asuntos Europeos de la Asamblea Nacional Francesa, centrado en las relaciones entre la Unión Europea y China. El documento, elaborado con la participación de representantes de todos los partidos de la Asamblea, tiene como objetivo analizar las relaciones entre la UE y China a la luz del contexto geopolítico actual y sugerir cambios en su trayectoria.

Como una de las principales naciones de la UE, Francia naturalmente tiene mayor influencia en las políticas exteriores del bloque, en caso de que el Elíseo adopte las recomendaciones de la Comisión de la Asamblea Nacional.

El informe parte de la observación de que las relaciones entre la UE y China nunca han sido tan tensas. Si bien la UE inicialmente acogió con satisfacción la apertura económica de China en la década de 1970 y buscó ampliar los lazos comerciales bilaterales, hoy, a pesar de los fuertes intercambios en curso, la diplomacia se ve empañada por declaraciones hostiles de funcionarios de Bruselas contra Pekín, como calificar a China de "rival sistémico" en 2019.

martes, 29 de julio de 2025

El juego de suma cero de la Unión Europea contra China


“La vieja China en el extremo del mundo ha sobrevivido con su constitución semimongólica como una ruina de remota antigüedad. (…) Este pueblo, como algunos otros de la tierra, se ha detenido a mitad de camino en su proceso educativo, quedándose, en cierta manera, en la niñez porque la maquinaria de una moral mecanizada impidió para siempre una libre evolución del espíritu y en el Imperio despótico no apareció ningún otro Confucio”.

-Johann Gottfried Herder (1744-1803)

“Los chinos son considerados como un pueblo menor de edad, y sus costumbres revelan falta de independencia. Con toda la grandeza de su emperador, el pueblo chino se desprecia a sí mismo, y más aún que lo desprecian los otros. Hay en los chinos esa conciencia de la abyección, de la que ya hemos hablado antes. La gran inmoralidad de los chinos guarda íntima relación con esta abyección. Son sumamente inclinados al robo y astutos, como los indios; son, además, de ágil complexión y muy hábiles en toda suerte de manejos de las manos. Son conocidos por engañar donde pueden; el amigo engaña al amigo y ninguno lo toma a mal, si el engaño fracasa o llega a su conocimiento. Proceden en esto de un modo ladino y taimado, de manera que los europeos han de mirarse muchísimo en el trato con ellos”

-Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831)

Nahia Sanzo, Slavyangrad

“El orientalismo”, decía Edward Said, “no es una fantasía que creó Europa acerca de Occidente, sino un cuerpo de teoría y práctica en el que, durante muchas generaciones, se ha realizado una inversión considerable. Debido a esta continua inversión, el orientalismo ha llegado a ser un sistema para conocer Oriente, un filtro aceptado que Oriente atraviesa para penetrar en la conciencia occidental”. El intelectual palestino-estadounidense añadía que ese concepto no distaba mucho de “la idea de Europa, una noción colectiva que nos define a nosotros europeos, contra todos aquellos no europeos y se puede decir que el componente principal de la cultura europea es precisamente aquel que contribuye a que esta cultura sea hegemónica tanto dentro como fuera de Europa: la idea de una identidad europea superior a todos los pueblos y culturas no europeas”.

En esta percepción del otro es difícil no recordar aquella declaración de Josep Borrell cuando aún era el líder de la diplomacia europea. “Europa es un jardín. Hemos construido un jardín. Todo funciona. Es la mejor combinación de libertad política, prosperidad económica y cohesión social que la humanidad ha sido capaz de construir. Las tres cosas juntas”, afirmó Borrell para contrastar ese jardín de la Unión Europea con el resto del mundo antes de añadir que “el resto del mundo no es exactamente un jardín. Gran parte del resto del mundo es una jungla y la jungla podría invadir el jardín”. El entonces Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea tomó prestada la analogía de uno de los neocon más conocidos, Robert Kagan, cofundador del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, en cuyo libro de 2018 sentencia que “la jungla vuelve a crecer”. La lógica de Kagan coincide con la de Borrell en el énfasis del mantenimiento del statu quo ante un evidente cambio, aunque difiere en parte de los hechos concretos. Frente a las palabras de Borrell, que en gran parte se referían a la cuestión del intento europeo de reducir la inmigración de países que considera inferiores, Kagan pretende volver a los tiempos del fin de la historia para tratar de mantener lo que define como el orden liberal internacional, en realidad la versión creada por y para Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y que ha tratado de imponer por medio de guerras, golpes de estado o del simple ordeno y mando más allá de sus fronteras.

domingo, 27 de julio de 2025

Sobre la Multipolaridad Estructural


Leonid Savin, The Postil Magazine

Si observamos el estado del sistema internacional moderno, podemos concluir sin lugar a dudas que se encuentra en una etapa de transición, con procesos de transformación que afectan a la economía, la política, la geopolítica, las normas jurídicas e incluso las religiones. Dicho esto, también se habló de un período de transición en la década de 1990, cuando se derrumbó el sistema bipolar.

¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre la transición actual y la anterior, y hacia dónde se dirige el sistema? Los países occidentales hablan ahora de la necesidad de preservar un «orden basado en normas», que remontan al final de la Segunda Guerra Mundial y al surgimiento del modelo de economía internacional de Bretton Woods.

Esta posición muestra claramente que el periodo de transición anterior no afectaba a este orden occidental, sino que tenía como objetivo cambiar los regímenes de aquellos países que se oponían o criticaban el modelo capitalista en economía y el liberalismo en política. En aquel momento, Occidente hablaba con entusiasmo de la transición del autoritarismo a la democracia y ofrecía, o más bien imponía, su visión de la estructura del Estado y las relaciones internacionales.

Al mismo tiempo, Occidente, especialmente Estados Unidos, apoyaba activamente las autocracias en Oriente Medio y otras regiones, siempre que siguieran la política del Consenso de Washington. Esta doble moral persiste hasta hoy, como lo demuestra el apoyo de Occidente a la política de genocidio descarado de Israel contra los palestinos y su crítica paralela a Rusia, que desde 2014 aboga por la protección de los derechos de los civiles en Ucrania, incluido el derecho a hablar su lengua materna, el ruso.

miércoles, 16 de julio de 2025

El giro euroasiático de Irán es la clave para evitar la Tercera Guerra Mundial

Las ambiciones imperiales de Washington y el fanatismo de Tel Aviv han llevado al mundo al borde de la aniquilación nuclear. Pero la integración de Irán en el eje euroasiático ofrece a la humanidad una salida vital.

Matthew Ehret, The Cradle

El mundo se encuentra ahora al borde del abismo nuclear y, si se dejara únicamente en manos de las maquinaciones de Estados Unidos y del Estado de ocupación israelí, hace tiempo que habríamos caído en el infierno.

Antes del ataque conjunto de Estados Unidos e Israel contra Irán, el mundo estaba a punto de resolver la crisis sobre el programa nuclear de la República Islámica. El 9 de junio, Rusia e Irán firmaron un nuevo acuerdo de gran alcance destinado no solo a reestructurar la arquitectura energética de Asia Occidental, sino también a ofrecer una salida crítica del camino hacia la guerra.

La última advertencia de Rusia al imperio

Este acuerdo implica la construcción por parte de la empresa rusa Rosatom de al menos ocho nuevos reactores atómicos en Irán. Mohammad Eslami, jefe de Energía Atómica de Irán, declaró que «tenemos un contrato con Rusia para construir ocho centrales nucleares en Irán, cuatro de las cuales estarán en Bushehr».

Este proyecto fue en gran parte el resultado del Pacto Estratégico Integral entre Rusia e Irán, ratificado por el Parlamento iraní el 21 de mayo y que será financiado por Rusia, que proporcionará más de 10 gigavatios (GW) de energía a Irán. Según los planes actuales, Irán tiene la intención de «aumentar la capacidad de energía nuclear a 20 000 megavatios (20 GW) para 2041».

viernes, 11 de julio de 2025

La estrategia iraní de “mirar hacia el este” en Asia Central da frutos

Irán aprovecha su ubicación estratégica y su política de "mirar hacia el este" para profundizar los lazos comerciales y de tránsito con Asia Central, con el objetivo de eludir las sanciones occidentales y emerger como un conector regional vital

F.M. Shakil, Al Mayadeen

Antes del injustificable e injustificado bombardeo de “Israel” sobre las instalaciones nucleares y militares de Irán el viernes 13 de junio, la nación islámica estaba buscando oportunidades comerciales pacíficas en la región de Asia Central, lo que difería de las percepciones sostenidas por los sionistas y los Estados Unidos.

La política de “mirar hacia el Este” produjo resultados positivos para Teherán al mejorar las relaciones comerciales con la región de Asia Central (RCA); sin embargo, se vio obligado a pausar sus esfuerzos comerciales para salvaguardar la soberanía y la integridad del país.

La creciente influencia de Irán en Asia Central es ventajosa tanto para ellos como para la región, gracias a sus puertos estratégicos en el Océano Índico y su completa red de carreteras y ferrocarriles.

La iniciativa de Asia Central sin litoral para crear un corredor comercial a través de Irán

Durante las últimas tres décadas, los países sin litoral de Asia Central buscaron activamente rutas comerciales hacia la India y, desde 2022, lograron avances notables a través de Afganistán. A pesar de ello, las cifras indican una falta de adelantos, principalmente debido a las difíciles condiciones de las carreteras, la falta de infraestructura ferroviaria en Afganistán y los obstáculos burocráticos que dificultan el transporte de mercancías entre Pakistán y la India.

miércoles, 9 de julio de 2025

El debate artificial sobre si a Teherán le faltaba ayuda de sus aliados

Mientras Occidente dice prepararse para una guerra, el otro lado del planeta prosigue consolidándose –y también armándose. Los europeos, como siempre, carne de cañón

Pepe Escobar, The Cradle

Los ministros de Defensa de los 10 miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) se reunieron la semana pasada en Qingdao, en la provincia china de Shandong.

Esto, en sí mismo, es un acontecimiento. No sólo porque se trataba de un precalentamiento para la principal cumbre anual de la OCS, que se celebrará a finales de año en Tianjin con la presencia de jefes de Estado. Sino sobre todo porque en la misma mesa estaban los principales miembros de los BRICS, Rusia, China, India e Irán, además de Pakistán; un ministro de Defensa indio que visitaba China por primera vez en cinco años y se enfrentaba a su homólogo pakistaní tras su último intercambio serio de disparos; y el ministro iraní en estrecho contacto con Pekín inmediatamente después del kabuki de alto el fuego entre Israel e Irán orquestado por POTUS.

Por si esto no fuera suficientemente intrigante, la reunión de la OCS en Qingdao tuvo lugar casi simultáneamente con la cumbre de la OTAN en La Haya.

El ministro de Defensa pakistaní, Khawaja Muhammad Asif, fue al grano y señaló que, a diferencia de la OTAN, la OCS puede «fomentar la paz en esta región». El Ministro de Defensa chino, Dong Jun, subrayó que la OCS desempeña el papel de «ancla estabilizadora».

El ahora fragmentado (gracias a Trump) Occidente colectivo no tiene ni idea de qué va la OCS. La OCS es una organización multilateral con 25 años de antigüedad, fundada unos meses antes del 11-S, y formada por 10 Estados miembros de pleno derecho, dos naciones observadoras y 14 socios para el diálogo: casi la mitad de la población mundial, desde Europa del Este (Hungría) hasta el Océano Índico y la cuenca del Pacífico.

jueves, 12 de junio de 2025

Taiwán es una provincia de China


Zhu Jian*, La Jornada

Sólo existe una China en el mundo.

Taiwán forma parte inalienable de China, y el gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China. La comunidad internacional se opone amplia y firmemente a cualquier forma de “independencia de Taiwán” y apoya firmemente a China en su reunificación nacional.

Es totalmente evidente la historia sobre Taiwán, China.

Taiwán ha formado parte del territorio chino desde hace mucho tiempo. Desde el año 230 dC, el gobierno central chino registró por escrito la existencia de la isla de Taiwán y gradualmente implementó su gobernanza. Durante las dinastías Ming y Qing, se estableció allí el gobierno provincial. Taiwán fue ocupada forzosamente por Japón en 1895 y, tras la Segunda Guerra Mundial, fue devuelta a China según la Declaración de El Cairo y la Proclamación de Potsdam, por lo que Taiwán volvió a la soberanía china después de la guerra. En 1949, se fundó la República Popular China, sustituyendo al gobierno de la República de China como único gobierno legítimo del país. Este cambio de régimen no ha supuesto ningún cambio en la posición de China como sujeto de derecho internacional. La soberanía y las fronteras territoriales inherentes de China no han cambiado. El gobierno de la República Popular China goza y ejerce naturalmente la sobera nía de China, incluida la soberanía sobre Taiwán.

La Resolución 2758 de la ONU establece claramente que Taiwán no tiene estatus independiente.

viernes, 6 de junio de 2025

Por qué Estados Unidos sacrifica el bienestar de sus ciudadanos para atacar a China

El ex economista jefe del Banco Mundial explica por qué Estados Unidos, en lugar de seguir una estrategia que beneficie a ambas partes, ha optado por una lógica de perder-perder

Branko Milanović, Brave New Europe

En un excelente artículo reciente titulado "Guerra y Política Internacional", John Mearsheimer presenta una versión sintética de la teoría realista de las relaciones internacionales, aplicada al mundo multipolar actual. Se centra en la inevitable existencia de la guerra debido a la estructura del sistema internacional: una anarquía en la que ningún país tiene un monopolio de poder similar al que tiene el Estado en la política interna y, por lo tanto, nadie que imponga las reglas.

Mearsheimer critica a los pensadores liberales por su ingenuidad al creer (en la década de 1990) que las guerras terminarían y que la política de las grandes potencias quedaría obsoleta. (Karl Polanyi ya ridiculizó una visión igualmente ingenua en La gran transformación). Mearsheimer explica en parte este error por el hecho de que muchos pensadores liberales maduraron intelectualmente durante el período unipolar, cuando tales sueños, poco conectados con la realidad histórica, podían cultivarse.

Mearsheimer, de paso, hace una observación crucial para los economistas. Escribe:
«Los economistas convencionales pueden concentrarse en facilitar la competencia económica dentro de un sistema mundial fundamentalmente cooperativo porque prestan muy poca atención a cómo los Estados conciben su supervivencia en una anarquía internacional, donde la guerra siempre es una posibilidad. Por lo tanto, conceptos como la competencia por la seguridad y el equilibrio de poder, fundamentales para el estudio de la política internacional, no tienen cabida en la economía convencional… Además, los economistas tienden a priorizar las ganancias absolutas de un Estado, no las relativas; lo que significa que, en gran medida, ignoran el equilibrio de poder».

jueves, 5 de junio de 2025

En Pekín, en una mañana tranquila, el reinado del dólar se esfumó

Es el temor a que Estados Unidos no pueda seguir el ritmo de los nuevos ecosistemas financieros construidos por China, o de la sofisticación del yuan digital

Alastair Crooke, Giubbe Rosse News

Creo que para comprender la revolución de Trump debemos partir de la idea de que la derrota conduce a la revolución. La experiencia que se está viviendo en Estados Unidos, aunque no sabemos exactamente cómo será, es una revolución. ¿Es una revolución en sentido estricto? ¿Es una contrarrevolución?.

Así lo afirmó el filósofo francés Emmanuel Todd en su conferencia celebrada en abril en Moscú, «Desde Rusia con amor»
Esta [revolución de Trump] está, en mi opinión, ligada a la derrota. Varias personas me han informado de conversaciones entre miembros del equipo de Trump, y lo que llama la atención es su conciencia de la derrota. Personas como JD Vance, el vicepresidente, y muchos otros, son personas que han comprendido que Estados Unidos ha perdido esta guerra.
Esta conciencia estadounidense de la derrota, sin embargo, contrasta fuertemente con la sorprendente falta de conciencia de los europeos —o más bien, con su negación— de la derrota:
Para Estados Unidos, se trata fundamentalmente de una derrota económica. La política de sanciones ha demostrado que el poder financiero de Occidente no era omnipotente. A los estadounidenses se les ha recordado la fragilidad de su industria militar. Quienes trabajan en el Pentágono saben bien que una de las limitaciones de su acción es la capacidad limitada del complejo militar-industrial estadounidense. «Que Estados Unidos se encuentra en medio de una grave revolución, en este momento —fácilmente comparable al fin de la URSS—, es algo que pocos comprenden». Sin embargo, nuestros prejuicios —políticos e intelectuales— a menudo nos impiden ver y asimilar el alcance de esta realidad.
Todd, en su honor, admite sin reparos la dificultad de la percepción:
Debo admitir que cuando el sistema soviético se derrumbó efectivamente, no fui capaz de prever la magnitud de la desintegración y el nivel de sufrimiento que esta desintegración causaría a Rusia. Mi experiencia me ha enseñado algo importante: el colapso de un sistema es tanto mental como económico… No entendía que el comunismo no era solo una organización económica, sino también un sistema de creencias, una cuasi-religión, que estructuraba la vida social soviética y rusa. La desintegración de las creencias conduciría a una desorganización psicológica mucho mayor que la desorganización económica. Hoy en día, en Occidente estamos llegando a una situación de este tipo.

martes, 27 de mayo de 2025

Esta es la razón por la que China le está dando una paliza a Estados Unidos

“Nuestra mayor prioridad es mejorar la vida de la gente común”
Xi Jinping, presidente de China

Mike Whitney, The Unz Review

Las encuestas muestran claramente que los estadounidenses prefieren el capitalismo al socialismo . De hecho, ni siquiera se acercan. Una encuesta de Gallup de 2021 reveló que el 60% de los estadounidenses tiene una visión positiva del capitalismo, mientras que solo el 38% opina lo mismo sobre el socialismo. Una encuesta de Rasmussen/Heartland de 2025 reveló una disparidad aún mayor, con un impresionante 71% que afirma preferir la economía de libre mercado al socialismo, lo que obtuvo un escaso 12% de apoyo. La clara implicación de estas encuestas es que los estadounidenses apoyan abrumadoramente el capitalismo por encima de un sistema de gobierno en el que el Estado ejerce un mayor control sobre las industrias clave y la distribución de la riqueza.

Sin embargo, hay razones para creer que estas encuestas no ofrecen una imagen precisa de cómo se siente realmente la gente. Si, por ejemplo, revisamos los resultados de otras encuestas, observamos que las actitudes hacia ambos sistemas son más ambivalentes de lo que podríamos pensar. Lo que los encuestadores estadounidenses han descubierto es que, independientemente del partido en el poder, la gran mayoría de la gente no se siente representada y no cree que se aborden los temas que les preocupan. En 2025, por ejemplo, la mayoría de los estadounidenses cree que el país va por mal camino:
Una encuesta de Reuters/Ipsos (25 de abril de 2025) encontró que menos de uno de cada tres estadounidenses cree que el país va en la dirección correcta, y la mayoría expresa preocupación por la economía, los aranceles y el extremismo político.

El seguimiento diario de Morning Consult (12 de mayo de 2025) informó que el 56% de los adultos estadounidenses dicen que el país está en el camino equivocado...

Una encuesta de Ipsos de diciembre de 2024 mostró que el 69% de los independientes, el 59% de los republicanos y el 78% de los demócratas creían que el país estaba en el camino equivocado.

viernes, 23 de mayo de 2025

Repensar las relaciones entre Estados Unidos y China tras el naufragio de los aranceles

Tenemos suerte de que China siga aceptando nuestra moneda y, sin embargo, nuestro Secretario del Tesoro piensa que estar en la miseria nos da “ventaja”. Un hombre así no debería ser Secretario del Tesoro. Ha demostrado repetidamente que no tiene ni la más remota idea de cómo funciona la economía o de qué políticas ayudarán a avanzar los intereses estadounidenses

Mike Whitney, The Unz Review

Cuando el presidente Donald Trump impuso sus aranceles arrolladores el 2 de abril, tenía dos objetivos principales:
  1. Reducir los déficits comerciales
  2. Devolver el empleo y la fabricación a Estados Unidos
Estos eran los objetivos declarados, pero, como pronto descubrimos, el verdadero objetivo era debilitar a China impidiéndole vender bienes a los consumidores estadounidenses.

La administración Trump también utilizó los aranceles para aislar a China ofreciendo incentivos a las naciones que acordaron reducir su comercio con Pekín.

En resumen, los aranceles fueron el arma principal en una guerra comercial contra un competidor de igual a igual que ha superado a EEUU en casi todos los ámbitos de la producción industrial y tecnológica.

Afortunadamente, el plan de Trump fracasó y se vio obligado a suavizar los aranceles sin lograr ninguno de sus objetivos principales.

La razón por la que decimos “afortunadamente” es porque la política de aranceles nunca sirvió a los intereses del pueblo estadounidense. Muy al contrario, los estadounidenses se ven perjudicados por unas políticas unilaterales que ignoran las normas del comercio internacional y perturban innecesariamente las cadenas de suministro.

Lo único que consiguen es subir los precios, reducir el empleo y frenar el crecimiento. Además, manipular los aranceles con la intención de destruir a un rival viola una serie de normas de la OMC ampliamente aceptadas que protegen los intereses de todos.

viernes, 16 de mayo de 2025

La torpeza arancelaria de Trump termina siendo un tiro por la culata

Donald Trump tiró los dados y salió mal. Pensó que podía intimidar a China, pero China le tomó la palabra. Ahora debe informar de su fracaso al pueblo estadounidense tratando de hacer que el mayor error comercial de la historia del país parezca un “impresionante triunfo de la voluntad”. Buena suerte con eso.

Mike Whitney, The Unz Review

Afortunadamente, tenemos un indicador fiable para determinar si Trump ha tenido éxito o ha fracasado. Si China hace concesiones para preservar el comercio con Estados Unidos, entonces podremos decir que Trump “ha ganado”. Pero si Trump se ve obligado a retirar sus aranceles antes de que China acepte reanudar el comercio, entonces Trump “ha perdido”. Así que, en realidad, solo es cuestión de quién parpadea primero.

Creemos que Trump “parpadeará primero” basándonos en el hecho de que “no tiene cartas que jugar”. China lo tiene contra las cuerdas y lo sabe. Muchos analistas lo sabían desde el principio, pero sus opiniones quedaron ahogadas por el ejército de escritores y expertos antichinos que piensan que los poderosos Estados Unidos pueden aplastar a China cuando quieran.

Ahora van a ver que el mundo no funciona así. Ahora van a ver que un país mal gobernado, con una deuda de 36 billones de dólares y que se desliza hacia una insolvencia irreversible, no puede dictar las reglas. Esto es de un artículo de la CNN (del domingo):

Los altos funcionarios estadounidenses que participaron en las negociaciones comerciales de alto nivel con China salieron de dos días de conversaciones alabando los “avances sustanciales” y pareciendo confirmar que se había alcanzado un acuerdo entre los dos países, lo que podría tener enormes implicaciones para la economía mundial.

“Me complace informar de que hemos logrado avances sustanciales entre Estados Unidos y China en las importantísimas negociaciones comerciales”, declaró el secretario del Tesoro, Scott Bessent, en un breve comunicado emitido el domingo en Ginebra (Suiza), donde se celebraron las conversaciones, calificando las negociaciones de “productivas”.

jueves, 15 de mayo de 2025

La solidaridad china con Palestina y los «guerreros dientes de león»

La postura de China sobre el conflicto israelí-palestino experimentó un viraje clave entre 1950 y 1976, pasando de la evaluación de una relación diplomática con Israel al apoyo incondicional de la lucha palestina, proporcionándole apoyo militar, financiero y diplomático.
Imagen de la historieta china La bandera ondeante de combate, que dice: «La bandera de Palestina, con espíritu de lucha, ondea ahora en el cielo de la tierra de Palestina. El pequeño Talat contempla la bandera y su rostro brilla con la alegría de la victoria».


Zhang Sheng, Mondoweiss

La frontera de la lucha antiimperialista internacional: las percepciones de China sobre la lucha palestina entre 1955 y 1976


Es probable que China sea uno de los pocos Estados que cambió drásticamente su postura diplomática sobre el «conflicto palestino-israelí» entre la década de 1950 y 1970. En solo 20 años, la política exterior oficial de la República Popular China cambió drásticamente, pasando de estar a punto de entablar relaciones diplomáticas con Israel en 1950 a negarle toda legitimidad al Estado israelí en las décadas de 1960 y 1970. Como pretende demostrar este artículo, la era maoísta, especialmente de 1955 a 1976, sentó las bases del apoyo diplomático chino al movimiento de liberación palestino, y este legado sigue siendo uno de los principales factores que orientan la postura oficial de China con respecto a Palestina en la actualidad.

De 1950 a 1976, durante la era de Mao, China profundizó gradualmente su comprensión de la cuestión palestina y finalmente concluyó que la lucha palestina era un movimiento de liberación nacional anticolonial y antiimperialista. Desde el punto de vista diplomático, la República Popular China en esa época no solo demostró su solidaridad con la lucha armada palestina al brindar apoyo diplomático, financiación e incluso entrenamiento militar, sino que también creó diversos programas de intercambio cultural entre diplomáticos e intelectuales palestinos y chinos. En cuanto a su política interna, China en esta época también lanzó una campaña integral de propaganda y educación, con el objetivo de reforzar la solidaridad propalestina en el sentir del pueblo chino.

Tras concluir la era de Mao, China profundizó cada vez más sus relaciones bilaterales con Israel, especialmente los lazos económicos, y la función de apoyo de China a la liberación palestina no solo quedó relegada, sino que también disminuyó considerablemente en comparación con sus posturas anteriores. Sin embargo, la importancia de la política propalestina entre las décadas de 1950 y 1970 fue un contrapeso que orientaba al Estado chino, y la juventud china ha redescubierto y energizado estos legados históricos de solidaridad entre China y Palestina durante el genocidio en curso en Gaza.

Por lo tanto, para comprender verdaderamente las dinámicas matizadas del movimiento de solidaridad chino con Palestina y la reacción de China al genocidio que está ocurriendo en Gaza, este artículo pretende brindar un análisis sistemático no solo de la evolución de las percepciones de China sobre la lucha palestina, sino también de los esfuerzos de la China maoísta por tender redes de solidaridad con el movimiento palestino, tanto en términos de vías diplomáticas como de las propias campañas internas de propaganda y educación en China.

Con una fuerte influencia de la Unión Soviética, la recién fundada República Popular China veía a Israel como un Estado poscolonial liderado por un Gobierno nacional-burgués de izquierda y, por lo tanto, estaba dispuesta a reconocer a Israel (Shichor 1979:22). El 9 de enero de 1950, el ministro de Relaciones Exteriores de Israel envió una carta al primer ministro chino Zhou Enlai reconociendo a la República Popular China, lo que convirtió a Israel en «el primer Gobierno de Oriente Medio en reconocer a la República Popular China» (Shichor 1979:21). Esta noticia apareció en el Diario del Pueblo, el periódico oficial chino, el 17 de enero de 1950 como un éxito diplomático de China («Yiselie afuhan» 1950). Sin embargo, la Liga Árabe, en consenso alcanzado en agosto de 1950, decidió no reconocer a la República Popular China, lo que alentó aún más la visión favorable de China hacia Israel (Harris 1993:80).

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