Para alguien que a menudo se presenta como una figura con una visión más globalizada e integrada que su rival, Donald Trump, Joe Biden ha adoptado claramente un enfoque hipócrita en sus últimos días en el cargo.
Hamzah Rifaat, Al Mayadeen
El presidente estadounidense Joe Biden tiene previsto dejar paso al presidente electo Donald Trump en enero de 2025. Sin embargo, su salida está marcada por unas calificaciones abismalmente bajas en el país, lo que se debe en parte a la mala gestión de su administración del genocidio de "Israel" en Palestina.
Ahora, el presidente caído en desgracia está tratando desesperadamente de revertir su caída interna ideando trucos de política exterior. El último implica la luz verde a una ayuda militar por valor de 571 millones de dólares para los separatistas del Partido Progresista Democrático (PPD) en Taiwán. Esto ha socavado una vez más el "principio de una sola China" al que se adhiere Estados Unidos, así como los precedentes establecidos en los comunicados conjuntos anteriores entre los dos países.
Esto no es más que desesperación por parte del saliente Joe Biden, que ha intentado responder a la desaprobación interna adoptando medidas que socavan los vínculos entre Estados Unidos y China. Esto también es evidencia de un enfoque miope y de miras estrechas, que insinúa una autodestrucción.