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sábado, 22 de noviembre de 2025

El globalismo de Trump


Katehon

Trump confirmó recientemente que Estados Unidos boicoteará la próxima cumbre del G20, que se celebrará en Johannesburgo este fin de semana, debido a la cuestión de los bóers, que su administración considera un genocidio. Antes de eso, se esperaba que JD Vance asistiera en su lugar, por lo que los diplomáticos estadounidenses participaron en las reuniones preparatorias del evento. Sin embargo, el New York Times informó de que estaban «vigilando las palabras y frustrando acuerdos», lo que amenazaba con obstaculizar el acuerdo sobre el comunicado conjunto anual.

Todo lo relacionado con el G20 no es legalmente vinculante, ya que solo funciona como un foro de las principales economías del mundo, pero el simbolismo de que Estados Unidos se interponga en el camino de un consenso sobre muchas cuestiones sigue siendo significativo, ya que ha defendido el globalismo durante décadas. Durante su primer mandato, Trump y su equipo también emplearon un enfoque obstruccionista similar hacia su funcionamiento, pero en menos de un año ya han hecho mucho más por cambiar el anterior modelo globalista en general que durante los cuatro años anteriores.
Para ser claros, el G20 puede seguir funcionando a pesar de la obstrucción de Estados Unidos o incluso de su ausencia, ya que el comunicado conjunto puede limitarse a mencionar los puntos en los que Estados Unidos no está de acuerdo, por lo que no puede estropearlo todo para todos. Trump 2.0 tampoco se opone al G20 en principio, ya que él mismo está muy orgulloso de que Estados Unidos acoja la cumbre del próximo año en Miami, en el Trump National Doral. Dicho esto, la cuestión de los bóers proporciona un pretexto conveniente para que Estados Unidos boicotee el evento de este año, lo que favorece la agenda de su segundo mandato.

lunes, 17 de noviembre de 2025

Dick Cheney (1941-2025), artífice de la guerra sin fin

Dick Cheney, el arquitecto de la guerra contra el terrorismo e inventor de la "armas de destrucción masiva" para justificar la invasión a Irak, fue una de las figuras más poderosas de la historia a costa de las mentiras y los abusos

Kelley Beaucar - Vlahos Jim Lobe, Sin Permiso

Dick Cheney murió el pasado 4 de noviembre a la edad de 84 años. El vicepresidente de George W. Bush fue probablemente el más poderoso de la historia, pero a costa de los Estados Unidos.

Formidable asesor de la Casa Blanca y del Departamento de Defensa (durante el mandato de los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford), abandonó el cargo para dirigir una empresa petrolera igualmente formidable con sede en Texas (con cuantiosos contratos federales) y regresó más tarde a Washington como vicepresidente de George W. Bush. Cheney es probablemente la figura más simbólica del fracaso de las guerras posteriores al 11 de septiembre de 2001. En particular, de la guerra de Irak. Fue su acumulación de poder y su grupo especial de operadores conocidos como neoconservadores, dentro del antiguo edificio de la Oficina Ejecutiva y el Anillo E del Pentágono, quienes, con alevosía estratégica, dominaron la política y la información de inteligencia necesarias para llevar a Washington a la invasión de 2003 y propagar una guerra global contra el terrorismo que perduró mucho más allá de su mandato.

Según todos los indicios, fueron sus mentiras sobre las armas de destrucción masiva las que nos llevaron ahí, seguidas de los errores (como no anticipar la insurgencia iraquí), la pérdida de millones de vidas, el coste para nuestro tesoro público y la aparición de una nueva forma de guerra marcada por las ejecuciones extrajudiciales, la tortura, el secretismo y la guerra sin fin que transformó la sociedad y la política norteamericanas, acaso para siempre.

domingo, 16 de noviembre de 2025

El regreso de las cañoneras

El pretexto de la guerra contra el narcoterrorismo oculta la intención de producir un cambio de régimen. Para lograrlo, la Casa Blanca estudia un conjunto de opciones que tienen como base la guerra psicológica, sustentada en la ostentación de una fuerza naval que diariamente exhibe su capacidad letal sobre barcazas desarmadas

Jorge Elbaum, Pagina 12

El mayor general del Cuerpo de Marines Smedley Butler fue uno de los tres militares más condecorados de la historia de los Estados Unidos. Fue galardonado con dos medallas de honor, la más alta condecoración concedida a un militar por heroísmo en combate. Luego de su retiro, en 1931, publicó un texto titulado La guerra es un latrocinio. Y cuatro años después, en noviembre de 1935, un artículo en el New York Times titulado "Puede que le haya dado algunas pistas a Al Capone“. En esta columna, Butler declaraba “haber servido durante 30 años y cuatro meses en los Marines. Tengo el sentimiento de haber actuado durante todo ese tiempo de bandido, altamente calificado, al servicio de las grandes empresas de Wall Street y sus banqueros (…) En una palabra, he sido un pandillero al servicio del capitalismo (…) Fui premiado con honores, medallas y ascensos. Pero cuando miro hacia atrás, considero que podría haber dado algunas sugerencias a Al Capone. Él, como gánster, operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como Marine, operé en tres continentes.”

La geopolítica se consolidó como disciplina, apelando a reminiscencias históricas. Sus analistas están permanentemente en diálogo con los sucesos del pasado: los imitan, los rechazan o los adaptan. Pero siempre tienen en cuenta los antecedentes para acomodar sus enseñanzas al presente. En la actualidad, Estados Unidos está actualizando esas referencias. Mientras se impacienta por redefinir la configuración de América Latina y el Caribe, rechaza aceptar que se han producido profundos cambios estructurales en la región, producto de su debilitamiento económico relativo. Desde los inicios del siglo XIX, la Doctrina Monroe apeló primero a la diplomacia de las cañoneras y luego al método del Gran Garrote. Ambos dispositivos se combinaron, tiempo después, para dar lugar a la Doctrina de la Seguridad Nacional y la desaparición de personas como práctica del terrorismo de Estado.

sábado, 15 de noviembre de 2025

Los cuatro escenarios bélicos de Trump

El imperio estadounidense enfrenta numerosos desafíos, todos ellos de difícil solución. Para complicar aún más las cosas, es necesario abordarlos prácticamente todos simultáneamente y cualquier fracaso tendrá repercusiones inmediatas en los otros escenarios

Enrico Tomaselli, Sinistra in Rete

Siempre he sostenido y sigo estando absolutamente convencido de que la elección de Trump a la presidencia de Estados Unidos se debió a una combinación de factores, dos de los cuales son primordiales.

El primero fue que una minoría del poder profundo estadounidense creía urgentemente necesario cambiar la forma en que se gestionaba la estrategia imperial-hegemónica de Estados Unidos, en particular por parte de ese bloque de poder identificado como la convergencia entre el mundo político democrático (entendido como un partido) y los neoconservadores. El segundo fue la disponibilidad de una figura —Trump, específicamente— que poseía las características necesarias para competir con éxito en las elecciones, especialmente con el movimiento MAGA.

Todo esto, por supuesto, debe considerarse a la luz de una premisa obvia pero a menudo ignorada: para una potencia imperial, es absolutamente esencial contar con una estrategia global a largo plazo, una que no pueda estar sujeta a cambios radicales cada cuatro años, basados en la rotación presidencial. Esto implica no solo que dichas estrategias se definan principalmente fuera de las administraciones individuales, sino que debe existir un aparato que no solo las desarrolle, sino que también garantice su implementación.

Y esto es precisamente lo que actualmente llamamos Estado profundo (y lo que yo prefiero llamar poder profundo); que, sin embargo, no debe concebirse como una organización secreta, una especie de Spectre, sino —precisamente— como un conjunto de poderes, tanto institucionales como de otra índole, cuya duración no está sujeta al voto popular y cuya composición puede, dentro de ciertos límites, ser mutable.

Las provocaciones de Trump fortalecen a la izquierda

En toda América Latina, las movidas agresivas de Donald Trump —desde los aranceles hasta los ataques a embarcaciones en el Caribe, pasando por la injerencia en las elecciones argentinas— están uniendo a las fuerzas progresistas en la oposición y apuntalando las expectativas políticas de la izquierda.

Steve Ellner, Jacobin

Cuando Donald Trump asumió la presidencia en enero de 2025, los gobiernos de la marea rosa en América Latina venían perdiendo terreno. La aprobación del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva caía al nivel más bajo de sus tres mandatos, mientras que la de Gustavo Petro en Colombia apenas llegaba al 34 por ciento. Y tras los resultados muy disputados de las elecciones presidenciales de julio de 2024 en Venezuela, con Nicolás Maduro cada vez más aislado en la región.

Ahora, menos de un año después, el panorama político cambió. Las extravagancias de Trump —como renombrar el Golfo de México, el uso de los aranceles como arma y las acciones militares agresivas en el Caribe y el Pacífico— revitalizaron a los gobiernos de la marea rosa y a la izquierda en general. América Latina reaccionó a la invocación trumpista de la Doctrina Monroe con un auge del sentimiento nacionalista, manifestaciones masivas y denuncias de figuras políticas de casi todo el espectro, incluso algunas de centroderecha.

Mientras Estados Unidos aparece cada vez más como un hegemón poco confiable y en declive, China busca posicionarse como defensora de la soberanía nacional y voz de la sensatez en materia de comercio e inversión internacionales. En julio, cuando Trump le impuso un arancel del 50 por ciento a la mayoría de las importaciones brasileñas, los chinos intervinieron para ayudar a cubrir el bache en las exportaciones de soja, cruciales para el país.

viernes, 14 de noviembre de 2025

Los centros de estudios pro israelíes de Washington buscan pretextos para una nueva guerra con Irán

Robert Inlakesh muestra cómo los grupos de expertos de Estados Unidos como FDD y WINEP preparan justificaciones ideológicas y políticas para una nueva agresión contra Irán, con el objetivo de aislar a Teherán, debilitar a Irak y Hizbullah, y asegurar el dominio estadounidense-israelí en la región

Robert Inlakesh, Al Mayadeen

Desde que concluyó la guerra entre Irán e "Israel" en junio pasado, los centros de estudios pro-guerra, responsables de influir en la política del gobierno estadounidense, señalan la necesidad de una segunda ronda de ataques contra la República Islámica y su programa nuclear. Ahora están intensificando sus esfuerzos.

A pesar de las declaraciones bulliciosas y triunfales de funcionarios de la administración Trump, que afirmaban con confianza la destrucción total de las instalaciones nucleares iraníes, entre bastidores los principales centros de estudios de Washington parecen mantener la opinión generalizada de que el trabajo no está terminado.

Los paneles de expertos, los análisis y las recomendaciones políticas del gobierno norteño sobre los próximos pasos a seguir con respecto a Irán se centran en la idea de que, a menos que se alcance un acuerdo que implique la declaración de derrota regional por parte la parte iraní, eventualmente será necesaria otra ronda de guerra directa. Sin embargo, suelen matizar esta idea con la salvedad de que la próxima debe poner fin al conflicto de forma definitiva y no prolongarlo hasta que se produzca otra.
En el período de transición entre guerras, el papel de estos centros de estudios es crucial para moldear la comprensión que Washington tiene de las tareas pendientes

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Nord Stream: el peligro de la justicia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Los daños causados a los gasoductos Nordstream 1 y Nordstream 2 en aguas internacionales del mar Báltico son motivo de profunda preocupación”, afirmaba el breve comunicado publicado por la OTAN tras los sabotajes de gasoducto que unía Rusia y Alemania, para confirmar que “toda la información disponible hasta el momento indica que se trata del resultado de actos de sabotaje deliberados, imprudentes e irresponsables”. “Estas fugas están poniendo en peligro la navegación y causando daños medioambientales considerables” añadía adhiriéndose a una preocupación medioambiental que, como las ansias de investigar lo sucedido en septiembre de 2022, desapareció rápidamente en el momento en el que todas las pistas comenzaron a apuntar decisivamente a un aliado, Ucrania, y no al enemigo ruso. “Como aliados, nos hemos comprometido a prepararnos, disuadir y defendernos contra el uso coercitivo de la energía y otras tácticas híbridas por parte de actores estatales y no estatales. Cualquier ataque deliberado contra la infraestructura crítica de los aliados recibirá una respuesta unida y decidida”, concluía el comunicado que, teniendo en cuenta el desarrollo de la investigación y las reacciones políticas que han provocado los detalles que se han conocido, solo puede ser leído con ironía. La importancia de ese pasaje radica en la certeza de que los hechos habrían sido presentados como un acto de guerra o incluso un ataque no solo contra Alemania, sino contra el colectivo de países miembros de la OTAN -y de la Unión Europea- en caso de que hubiera podido probarse la participación del actor al que el continente europeo acusa de todos los actos de guerra híbrida, Rusia.

Corrientes cruzadas occidentales: Populismo cultural contra arquitectura profunda

Cuando el equilibrio fundamental de un ‘orden’ se rompe más allá de cierto punto; cuando los jóvenes se rebelan contra la ilusión y comienzan a buscar algo nuevo que sustituya a los viejos esquemas agotados… esto se conoce como la espera de la luna nueva.

Alastair Crooke, Strategic Culture

Las elecciones de mitad de mandato de 2026 en Estados Unidos comenzaron esta semana con tres elecciones importantes y otra igualmente importante para la redefinición de los distritos electorales celebrada en California.

Los demócratas obtuvieron una victoria aplastante en tres elecciones importantes (Nueva York, Nueva Jersey y Virginia), así como en la propuesta de redefinición de los distritos electorales en California.

La redefinición de los distritos electorales en California podría garantizar a los demócratas otros cinco escaños en la Cámara de Representantes.

Pero la lente a través de la cual interpretar estos acontecimientos es quizás mejor que la de las últimas elecciones generales británicas: el partido en el poder estaba desacreditado y era muy impopular.

El electorado británico quería darle una sonora bofetada, y así lo hizo. El problema era que los votantes tampoco apreciaban mucho a los partidos alternativos. Pero para enviar el mensaje, tenían que votar por algo.

El Partido Laborista obtuvo una mayoría aplastante, pero ningún mandato real. El primer ministro Starmer, y su partido (al parecer), son tan impopulares como los anteriores.

Por ahora, la política en el Reino Unido está en crisis. La situación es más o menos la misma en Francia.

martes, 11 de noviembre de 2025

Ucrania: Herramientas para la lucha política interna y burocrática

Hace una semana la CIA desclasificó un documento sobre la visita de Joe Biden a Kiev en diciembre de 2015, un viaje en el que, según el documento publicado, las autoridades ucranianas mostraron su sorpresa y su disgusto por el escaso valor político de las intervenciones del entonces vicepresidente. Biden, según esas fuentes, Biden se mostraba más interesado en sus negocios privados en Ucrania que en mostrar el apoyo esperado al Gobierno de Poroshenko.

Nahia Sanzo, Slavyangrad

Mientras los países europeos buscan la forma de utilizar los activos rusos retenidos en la Unión Europea para financiar la continuación de la guerra, al otro lado del Atlántico se ha plantedo otro problema. Estados Unidos ha dejado claro que no va a volver a emplear más dinero para mantener la guerra, por lo que espera que sean los países europeos quienes eleven la apuesta y se hagan cargo de una guerra que, recuerdan, se produce en su continente. Esta argumentación olvida que, como país más importante de la OTAN, circunstancia que Donald Trump ha señalado como una de las causas de la guerra, también Washington tiene una responsabilidad. Sin embargo, la actual coyuntura, con una UE completamente subordinada a Estados Unidos en su intento de mantener cierta relevancia internacional, permite a la Casa Blanca dar órdenes en la distancia y pasar de ser el principal espónsor de las Fuerzas Armadas de Ucrania a principal beneficiario de la venta de armas a los países europeos para su envío a Kiev. Como muestran las palabras del embajador de Estados Unidos en la OTAN, Washington espera que sus aliados europeos de la OTAN aumenten su inversión en ese papel de financiadores de la guerra que Donald Trump les ha adjudicado.

“Creo que Europa debe hacer más. Desde la OTAN, les instamos a diario a que hagan dos cosas. Primero, deben brindar más apoyo a Ucrania. Esta es una guerra europea, y los europeos deben pagarla. En segundo lugar, necesitan invertir más y con mayor rapidez en su propia defensa y seguridad. Les estamos ayudando en este sentido, pero tienen problemas sistémicos que deben abordarse, en particular los relacionados con la industria de la defensa y el aumento de la producción. Actualmente no están a la altura de las circunstancias, y deberían hacerlo. Esto es crucial para toda la organización”, afirmó el embajador Whitaker en una aparición en Fox News. El mensaje de Estados Unidos es claro: los países europeos deben gastar más dinero en armas para Ucrania y aumentar el gasto militar para su propia seguridad. Es evidente que Washington es consciente de que cualquier aumento de la inversión militar implica la adquisición de armas estadounidenses, un importante beneficio para el complejo militar industrial estadounidense.

lunes, 10 de noviembre de 2025

El peligro de la amnesia histórica y el rearme de Alemania

Al final, todo tendrá que terminar como antes… reescribiendo la historia, absolviendo a los criminales y encarcelando a las víctimas

Hugo Dionisio, Strategic Culture

Hay momentos en la historia en que la sensación de déjà vu es tan intensa que nos llega el olor a naftalina de uniformes guardados y raciones de combate en descomposición, esperando tiempos mejores cuando la memoria no sobrevive al paso del tiempo o cuando, al sobrevivir, el olvido inducido es tan abrumador que quien recuerda corre el riesgo de parecer más loco que sabio. Quienes recuerdan más allá del presente evidente suelen ser tachados de mentirosos.

Algunos dicen que la historia se repite; otros, que no. Quizás ambos tengan razón, ya que no se repite de la misma manera, pero las variables fundamentales de la historia humana se comportan cíclicamente y, en ese sentido, operan una suerte de repetición de contextos materiales, que resulta del hecho de que, en cada contexto social, en cada época histórica, los constituyentes fundamentales del movimiento son los mismos, idénticos, se repiten, solo que incorporan distintas formas. El mismo cuerpo, distinta vestimenta.

Precisamente por eso esta época se parece tanto a otra de hace cien años. Las diferencias son muchas, pues mucho ha cambiado —y mejorado— desde entonces, pero, cien años después, tras el fracaso del salto civilizatorio que pretendían quienes lucharon por derrocar el capitalismo en Occidente, nos enfrentamos, una y otra vez, al mismo tipo de problemas.

domingo, 9 de noviembre de 2025

Pánico en Londres y Wall Street: China abandona el PIB como métrica de la economía mientras Rusia rompe con la disuasión militar clásica

El orden unipolar occidental se descompone mientras surgen nuevas leyes de causalidad política desde la multipolaridad: China sustituye el PIB por la innovación como motor del progreso, Rusia consolida el poder estratégico con sus adelantos militares, y Occidente se hunde en la crisis financiera causada por su economía de casino. La convergencia de estos factores anuncia que el antiguo orden económico y militar ya no es viable, y que la única salida consiste en una arquitectura global basada en la cooperación estratégica y la supervivencia mutua.

José Luis Preciado, Mente Alternativa

En un informe reciente publicado por Executive Intelligence Review, el geoestratega Dennis Small (1) desarrolla un análisis de gran alcance sobre el viraje económico e ideológico que representa la decisión de China de abandonar el PIB como métrica de progreso, junto con los adelantos militares de Rusia. Según Small, se trata de un cambio que aterra a Londres y Wall Street, no solo por su significado técnico, sino por sus implicaciones estratégicas de fondo: China está reemplazando el paradigma monetarista por un modelo basado en la economía física, la innovación científica y el desarrollo productivo real. Rusia, por su parte, ha introducido un nuevo equilibrio estratégico con las armas Burevestnik y Poseidón, impulsadas por pequeños reactores nucleares.

En su informe, Small no se limita a exponer un dato económico; plantea una ruptura de civilización. Su discurso se articula en torno a la idea de que el eje de la economía mundial se está desplazando hacia el Sur Global, donde iniciativas como la Franja y la Ruta avanzan mientras Occidente se estanca. Este cambio, ocurre porque ni Londres ni Wall Street han logrado doblegar a Rusia ni a China en los terrenos militar, tecnológico o conceptual.

China ha desarmado la agresión económica estadounidense: la reciente conversación entre Donald Trump y Xi Jinping demostró que Washington se vio obligado a retroceder en sanciones y aranceles. La campaña económica fracasó porque la economía china ya no medirá su éxito en términos de PIB, sino de innovación, autosuficiencia y creatividad, como se anunció en el marco de la presentación del Plan Quinquenal 2026-2030, del cual hablaré más adelante.

sábado, 8 de noviembre de 2025

Imperialismo versus Bolivarismo


Gaetano Colonna, Sinistra in Rete

La historia del Occidente anglosajón encierra un pecado original: la confusión entre capitalismo e imperialismo. Así como el capitalismo no puede comprenderse sin la expansión colonial y mercantil inglesa, tampoco puede olvidarse que, a finales del siglo XIX en Gran Bretaña, la dominación sobre los pueblos del mundo comenzó a justificarse en aras de la defensa de la riqueza acumulada por la oligarquía británica.

Este pecado original se transmitió, a través de las guerras del siglo XX, al poder estadounidense; un hecho que en última instancia explica por qué ninguna administración estadounidense, independientemente de su afiliación partidista, puede renunciar a una política imperialista.

En este momento desconocemos si el gobierno de Trump atacará militarmente a Venezuela o no, pero lo que ha ocurrido durante décadas en las relaciones entre la superpotencia estadounidense y Venezuela es uno de los testimonios históricos más claros de lo que se acaba de decir.

La culpa de Venezuela, a ojos de las distintas administraciones que se han sucedido en la Casa Blanca a lo largo de las décadas, es solo una: haber intentado escapar de la dominación imperial que Estados Unidos ha ejercido sobre el continente latinoamericano desde finales del siglo XIX.

República Bolivariana

Hugo Chávez, el militar venezolano que dirigió el país desde 1999 hasta 2013, respaldado durante todo este período no tan corto por un apoyo popular incuestionable e indiscutible, además de haber configurado un sistema político que en cierto modo era una alternativa al modelo ultraliberal que imperaba en Sudamérica (y más allá...), también intentó establecer su propia base ideológica, que sigue siendo el punto de referencia para su sucesor Nicolás Maduro.

Trump y el Estado profundo: El estancamiento del Tomahawk y la ilusión de la autonomía presidencial

El tema del Tomahawk es vital para determinar el futuro político de Donald Trump

Lucas Leiroz, Strategic Culture

La actual controversia sobre la posible entrega de misiles Tomahawk a Ucrania reaviva un debate crucial en la política estadounidense: ¿hasta qué punto controla realmente el presidente de Estados Unidos las decisiones estratégicas de su país? Este episodio sugiere que Donald Trump, a pesar de su retórica de independencia y su supuesto deseo de un “acercamiento pragmático” con Moscú, sigue sujeto a las limitaciones del llamado Estado profundo: la estructura burocrático-corporativa-militar que ha dictado el rumbo de la política exterior de Washington durante décadas.

Según fuentes de medios occidentales, el Pentágono había dado luz verde a la Casa Blanca para liberar los misiles Tomahawk, argumentando que la transferencia no perjudicaría las reservas estadounidenses. Sin embargo, la decisión final recaería en Trump. Inicialmente, el presidente indicó que no tenía intención de enviar los misiles, afirmando que «no podemos renunciar a lo que necesitamos para proteger nuestro país». No obstante, pocos días después cambió de opinión, y luego volvió a cambiarla tras una conversación telefónica con el presidente ruso Vladímir Putin.

Esta oscilación refleja, más que una indecisión personal, la tensión entre dos proyectos de poder contrapuestos dentro de Estados Unidos. Por un lado, Trump busca mantener una política exterior más moderada, centrada en la recuperación económica nacional y en evitar la tensión de una confrontación directa con Rusia. Por otro lado, el complejo militar-industrial y sus aliados en el Congreso, los medios de comunicación y los servicios de inteligencia siguen presionando para que se intensifique la guerra en Ucrania.

viernes, 7 de noviembre de 2025

¿Estamos en el umbral de una nueva Guerra Fría Nuclear?


Misión Verdad

"Estados Unidos está cumpliendo su destino como pacificador, pero es una paz que se logra mediante la fuerza": esto lo dijo Donald Trump en su discurso ante las Naciones Unidas en septiembre de 2020.

Aquel mensaje, inspirado en la doctrina de Ronald Reagan de alcanzar la paz por medio de la fuerza, sintetizaba la esencia de su visión para este nuevo mandato.

Así, a finales de octubre de 2025, el presidente estadounidense anunció por Truth Social la reanudación de las pruebas de armas nucleares, justificando la medida con los programas de ensayo desarrollados por Rusia y China.
"Estados Unidos posee más armas nucleares que cualquier otro país. Esto se logró, incluyendo una completa modernización y renovación del arsenal existente, durante mi primer mandato. Rusia ocupa el segundo lugar, y China un distante tercer puesto, pero la situación se igualará en cinco años. Debido a los programas de pruebas de otros países, he ordenado al Departamento de Guerra que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Este proceso comenzará de inmediato"
Con ese anuncio, Trump dejó claro que la administración estaba dando un giro importante a la política de disuasión o de guerra nuclear estadounidense.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Una oportunidad «histórica»: la «ganga» de invertir en muerte


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“«La historia enseña que las guerras comienzan cuando los gobiernos creen que el precio de la agresión es barato», argumentó el presidente Ronald Reagan en 1984. Supervisó un enorme aumento del presupuesto de defensa de Estados Unidos que la Unión Soviética solo podía contrarrestar destrozando su economía. A finales de la década, el «imperio del mal» se estaba derrumbando”. Así, citando a un presidente que apoyó cada uno de los regímenes de extrema derecha en Centroamérica para utilizarlos en su guerra sucia contra el sandinismo nicaragüense, sembrando la zona de escuadrones de la muerte y permitiendo -y participando en- el tráfico de drogas para financiar la parte de Contra del escándalo Irán-Contra, es como The Economist comienza uno de sus muchos artículos de este mes dedicados a la propagada bélica y a exigir una mayor implicación de los países europeos en términos económicos. La lucha conta el imperio del mal -de todos los regímenes de la historia, fue la que liberó Auschwitz al que Estados Unidos otorgó ese calificativo- lo justificaba todo, incluso la participación en masacres como la de El Mozote, donde 553 de los casi mil asesinados eran menores de edad, y tras la que un joven Elliot Abrams, entonces subsecretario de Estado de Derechos Humanos, trató de culpar a las guerrillas, no a la Contra financiada, armada y asesorada por Washington.

La vieja política exterior estadounidense está en entredicho según sus propios analistas

El viejo mundo acomodado no va a regresar. La clase dirigente estadounidense y europea no volverán a la comodidad de sus casas, con un suspiro de alivio al ver que se puede reactivar su antigua agenda.

Alastair Crooke, ex diplomático británico

La política exterior estadounidense ha estado impregnada de la arrogancia; creen que Estados Unidos ganó la Guerra Fría militarmente (en Afganistán), económicamente (con los mercados liberales) y también culturalmente (Hollywood), y que por lo tanto merece, como diceTrump, el «placer» de «gobernar el país y el mundo». Ahora, esta percepción se encuentra, por primera vez, en entredicho.

Porque esto importa

Este mes, la Organización RAND, una institución cuya sombra se ha proyectado durante mucho tiempo sobre los asuntos de política exterior de Estados Unidos, ha cuestionado la arrogancia de la Guerra Fría con respecto a China.

Aunque el informe se centra en la preocupación de Estados Unidos por la amenaza del ascenso de China, las implicaciones de cuestionar la doctrina oficial—que no se puede tolerar ningún desafío a la hegemonía estadounidense, ya sea financiera o militar— sí afectan al núcleo mismo de la práctica de la política exterior estadounidense.

La principal conclusión de RAND es que “China y Estados Unidos deberían esforzarse por lograr un modus vivendi juntos” mediante “la aceptación mutua de la legitimidad política del otro, limitando los esfuerzos por socavarse mutuamente, al menos en un grado razonable”.

domingo, 2 de noviembre de 2025

Operaciones especiales


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El viernes causó cierta sorpresa el hecho de que en la reunión pública que escenificó Volodymyr Zelensky con la inteligencia ucraniana estuviera presente Vasyl Malyuk, director del SBU, pero no Kirilo Budanov, director del GUR, la inteligencia militar ucraniana. La ausencia de Budanov era aún más notoria teniendo en cuenta que una de las operaciones de las que ambas inteligencias se jactaron durante la reunión fue conjunta y supuestamente exitosa. La inteligencia ucraniana alegó, sin aportar ningún tipo de prueba, haber destruido un misil ruso Oreshnik. El evento fue utilizado para contrarrestar las malas noticias que llegaban de Pokrovsk y Kupyansk, dos ciudades importantes para Ucrania y donde sus tropas viven una situación que se ha deteriorado notablemente esta última semana. Como suele ocurrir, en momentos adversos, Kiev trata de contraprogramar con buenas noticias, sean reales o imaginarias, e insiste en que todo se encuentra bajo control, no hay riesgo de cerco ni se va a dar órdenes de retirada de las tropas. El evidente nerviosismo del lenguaje corporal de Zelensky traicionaba el discurso de normalidad y triunfalismo que quería transmitir el Gobierno ucraniano.

Por la noche, con la confirmación por parte de varias cuentas de seguimiento de la guerra y periodistas occidentales como Oliver Carroll, corresponsal de The Economist, se explicaba la ausencia de Budanov en la reunión de Kiev. “Se rumorea que la inteligencia militar ucraniana está llevando a cabo una audaz contraofensiva cerca de Pokrovsk para reabrir importantes líneas logísticas. Algunos vídeos que me han compartido muestran, supuestamente, un lanzamiento de suministros desde helicópteros en zonas que Rusia afirma controlar”, escribió Carroll, que añadía una explicación necesaria. “No he podido verificar los vídeos de forma independiente”, insistía. Con un poco más de triunfalismo, cuentas de propaganda como Visegrad 24 explicaban que “cerca de Pokrovsk, las fuerzas especiales y la aviación de la inteligencia militar ucraniana han lanzado una compleja operación aerotransportada. Fuentes de las Fuerzas de Defensa confirmaron a los medios ucranianos que unidades de asalto de inteligencia han entrado en zonas de la ciudad que los generales rusos habían declarado previamente capturadas”. La realidad de la batalla urbana, especialmente en un contexto de amplio uso de drones, peligro mortal para todas las tropas de uno y otro bando tanto en el frente como en una franja cada vez más amplia de territorios cercanos a la línea de contacto, es de ausencia de un frente real y una batalla caótica hasta expulsar a las tropas enemigas, ya sean las ucranianas para capturar la ciudad o las rusas

sábado, 1 de noviembre de 2025

Zelensky asegura que "Todo está bajo control"


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Se está librando una seria batalla por Pokrovsk y a los rusos se les ha encomendado tomarla, porque no pudieron tomar Sumi, no pudieron tomar Kupyansk”, declaró ayer Volodymyr Zelensky en su reunión con el director del SBU. El presidente ucraniano trató de calmar la situación pese a que tanto su discurso como su lenguaje corporal mostraban un nerviosismo perfectamente justificado teniendo en cuenta el estado en el que actualmente se encuentra el frente. “Putin dice que quiere visitar Pokrovsk”, se burló Zelensky, que, sugiriendo sutilmente que podría ser atacado ahí, animó a su homólogo ruso a acercarse a la ciudad “porque sabemos cómo va a terminar eso”.

Aunque los pasos que están dando los países europeos en relación a la búsqueda de una hoja de ruta que imponer a Rusia en una futura negociación merecen un análisis más profundo, cualquiera de los escenarios que se están manejando actualmente admite que el más favorable a Ucrania supondría mantener el territorio del que dispone actualmente. Es más, uno de los puntos del aparente plan de doce puntos en el que trabajan las capitales europeas busca que Ucrania tenga algo que decir en la gobernanza de los “territorios temporalmente ocupados”, esos que Kiev no va a admitir haber perdido, pero que incluso Bruselas es consciente de que no puede recuperar. En ese contexto político y militar, el contraataque mediático ucraniano es exagerar tanto sus éxitos como los fracasos rusos sin importar la distancia que exista entre el discurso y lo que ocurre en la línea del frente, especialmente en Pokrovsk-Mirnograd, donde siguen constatándose avances rusos que admiten incluso los sectores más radicales del nacionalismo ucraniano.

Burevestnik: el misil ruso que cambia las reglas de la guerra

Cuando Putin anunció al mundo la introducción de un nuevo misil de crucero con alcance ilimitado, gracias a su propulsión nuclear, estaba convirtiendo a la OTAN y al espacio europeo en estratégicamente inútiles para Estados Unidos

Giuseppe Masala, investigador militar italiano

En 2016, cuando se anunció la primera prueba del misil hipersónico ruso Zircon, capaz de volar a Mach 5, escribí un artículo para Megachip en el que explicaba que nos encontrábamos ante un arma revolucionaria, capaz de alterar el equilibrio de poder, especialmente en los océanos, dado que se trataba de un misil diseñado esencialmente para la guerra marítima y capaz de poner en peligro la superioridad marítima de Estados Unidos. Como sabemos, Estados Unidos cuenta con una enorme flota dividida en poderosos grupos de ataque liderados por un superportaaviones, pero que carece de defensas contra misiles que vuelan a velocidades hipersónicas.

Ese anuncio, en mi opinión, fue la primera llamada de atención para la hiperpotencia hegemónica estadounidense: había países capaces de infligir enormes daños en una guerra convencional y, por tanto, sin necesidad de amenazar con el uso de armas nucleares.

Otros factores agravantes fueron el hecho de que Zircon amenazaba (y todavía amenaza) la superioridad estadounidense en el mar, que es la piedra angular del poder militar estadounidense: no es casualidad que los estudiosos de la geopolítica siempre hayan definido a Estados Unidos como una talasocracia, es decir, una potencia fundada en el dominio comercial y militar de los mares.

Estados Unidos tuvo la suerte de que Rusia no fuera en sí misma una talasocracia y, por lo tanto, nunca se centró realmente en este misil hipersónico para la guerra naval, construyendo a su alrededor una flota capaz de contrarrestar las flotas estadounidenses.

miércoles, 29 de octubre de 2025

El panorama financiero y geopolítico mundial en un tenso momento de escalada bélica

Cada una de estas relaciones geopolíticas podría incendiarse: Ucrania-Rusia, Venezuela-EEUU, Irán-Israel-Siria-Líbano, Pakistán-India y, por supuesto, Gaza y Cisjordania, son solo algunos de los puntos calientes

Alastair Crooke, Giubbe Rosse News

El intento de Trump de construir un “escenario Budapest” —es decir, una cumbre Putin-Trump basada en el anterior “acuerdo” en Alaska— fue cancelado unilateralmente (por Estados Unidos) en medio de la polémica. Putin había iniciado la llamada telefónica del lunes, que duró dos horas y media. Al parecer, contenía duras declaraciones de Putin sobre la falta de preparación de Estados Unidos para un marco político, tanto en lo que respecta a Ucrania como, sobre todo, a las necesidades más amplias de seguridad de Rusia.

Sin embargo, cuando fue anunciada por la parte estadounidense, la propuesta de Trump había vuelto (una vez más) a la doctrina de Keith Kellogg (el enviado estadounidense para Ucrania) de un “conflicto congelado” en la línea de contacto existente antes de cualquier negociación de paz, y no al revés.

Trump debía saber mucho antes de que se discutieran las conversaciones de Budapest que esta doctrina de Kellogg había sido rechazada repetidamente por Moscú. Entonces, ¿por qué reiteró su petición? En cualquier caso, el escenario de la cumbre de Budapest tuvo que cancelarse después de que la llamada telefónica “preparatoria” acordada previamente entre el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado, Marco Rubio, se topara con un muro. Lavrov reiteró que un alto el fuego al estilo Kellogg no funcionaría.

Al parecer, la administración estadounidense esperaba que sus amenazas de suministrar misiles Tomahawk a Ucrania, en el contexto del endurecimiento de la retórica estadounidense sobre los ataques en profundidad a Rusia, ejercieran suficiente presión como para que Putin aceptara una congelación inmediata, posponiendo sine die cualquier discusión sobre los detalles y una solución más amplia.

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