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sábado, 16 de agosto de 2025

La normalización es la muerte de la soberanía árabe, Siria es el mejor ejemplo

Robert Inlakesh sostiene que la normalización de las relaciones de Siria con Israel ha erosionado su soberanía, profundizado la inestabilidad y convertido al país en una herramienta de la política estadounidense-israelí; una advertencia para el mundo árabe

Robert Inlakesh, Al Mayadeen

Hemos llegado a un punto en el que ya no se puede negar que el liderazgo sirio está completamente a merced de Estados Unidos y sus aliados. Su esfuerzo de normalización, mediante el cual sus funcionarios se reúnen con sus homólogos israelíes, no son negociaciones, sino conversaciones destinadas a lograr la mejor implementación de las órdenes de "Tel Aviv".

Cuando los estados árabes toman la decisión de capitular ante la normalización entre "Israel" y Estados Unidos y el modelo económico neoliberal, se exponen a una pérdida de soberanía y a convertirse, en el mejor de los casos, en una herramienta para los responsables políticos en Washington.

Si observamos los modelos jordano y egipcio, vemos que sus acuerdos no los han salvado de la creciente inestabilidad y el declive económico, especialmente en el caso de Egipto. En su momento, se convirtió en un asunto crucial cuando el presidente Hosni Mubarak comenzó a vender gas a los israelíes; ahora, El Cairo compra gas a través de sus propios gasoductos que han invertido el flujo.

Centrándonos en la situación actual de Siria, ni siquiera es correcto considerar que se basa en el modelo egipcio. De hecho, a pesar de algunas similitudes, se encuentra en una situación aún peor que la de Sudán.

Tras la caída de su exlíder Omar Bashir, el Estado sudanés entró en una fase de transición en la que el Ejército y la milicia de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) acordaron una fase de reparto del poder. Durante este periodo, la Entidad Sionista intervino para aprovechar la situación, fomentando las relaciones con ambas partes, pero en particular con las FAR del notorio señor de la guerra Hemedti, poseedor de una mina de oro.

Un primer paso hacia la diplomacia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La base conjunta Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, vivió ayer su jornada más mediática. Rodeada de una movilización proucraniana preparada a lo largo de la semana, la delegación rusa llegó al territorio que vendió a Estados Unidos en el siglo XIX para la primera cumbre ruso-estadounidense en tres años. Las imágenes del gran cartel “Alaska 2025” con la alfombra roja desde la escalerilla del avión a la espera de la delegación liderada por Donald Trump y a la encabezada por Vladimir Putin, el presidente de Estados Unidos recibiendo a su homólogo ruso, posando junto a él y ambos abandonando el lugar en el mismo vehículo de camino a la reunión fueron la representación perfecta del fracaso de la política europea de aislamiento de Rusia. De ahí que no deban sorprender titulares como el publicado por El País, que afirmaba que “lo más inquietante de la cumbre de Alaska es que pueda salir algo”. Ese era el principal temor de los países europeos y de Ucrania, para quienes, como declaró hace unos meses la primera ministra danesa, “la paz puede ser más peligrosa que la guerra”. Ausentes de la cumbre, aunque tras haber marcado en una conferencia telefónica colectiva con Donald Trump sus líneas rojas, los países europeos esperaban evitar un escenario en el que los dos presidentes pactaran un marco en el que resolver la guerra. Frente a ese escenario, el más negativo para Europa y Ucrania, que deberían resignarse a obtener lo máximo posible dentro de unas líneas previamente marcadas, la esperanza era que Donald Trump saliera de la reunión afirmando lo que ya ha declarado en el pasado, su frustración por haber tenido una buena conversación, pero no haber conseguido que Vladimir Putin cediera en sus exigencias.

jueves, 14 de agosto de 2025

Antes de la cumbre: las exigencias ucranianas


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La atención informativa en Ucrania continúa centrada en dos aspectos diferentes, pero directamente vinculados: la situación en el frente y la preparación de la reunión de este viernes entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska. En ambos casos, el estado de ánimo oscila entre el miedo a perderlo todo y la insistencia en que todo va bien y la victoria está a la vuelta de la esquina. Mientras las autoridades del ejército afirman que la brecha al noreste de Pokrovsk-Mirnograd en dirección a Dobropilia es fruto del avance de tres grupos de sabotaje rusos formados por apenas una docena de personas y se insiste en que uno de ellos ya ha sido neutralizado y los otros dos serán destruidos, ayer, el mapa de control del territorio -o de presencia de tropas en zonas del frente en ausencia de tropas enemigas- se extendió aún más, aunque ya no con la rapidez de los últimos días. Ante la calma absoluta que quieren proyectar Volodymyr Zelensky y su entorno, oficiales, soldados e influencers militares alertan, en muchos casos en posts plagados de improperios, de que la situación está lejos de estar bajo control. Aunque muy posiblemente exagerada, ya que no hay movimiento de blindados rusos ni avance masivo de tropas, la versión crítica está obteniendo el favor de la prensa occidental. Al fin y al cabo, ¿era necesario movilizar a algunas de las mejores unidades disponibles para acabar con tres grupos de sabotaje rusos que no suponían un peligro grave?

Como en ocasiones anteriores, frente a los problemas, hay un chivo expiatorio claro, Oleksandr Syrsky, un arte que, como recordaba ayer Leonid Ragozin, “es un género manido en Ucrania (con gente como Bezuhla y Krotevych, de Azov, a la cabeza), pero aquí hay medios occidentales serios que se suman al coro con la dupla simplista de Syrsky «soviético» versus comandantes «progresistas» ilustrados por la OTAN y la altamente exitosa cadencia de Zaluzhny versus Syrskys plagados de derrotas”. El comentario del periodista opositor ruso se refería a un extenso reportaje de The Wall Street Journal en el que se argumenta, como comentaba Yaroslav Trofimov, uno de sus periodistas más prominentes, que “Ucrania triunfó durante el primer año de la guerra porque su ejército luchó de forma diferente. Tras la sustitución de Zaluzhny por Syrsky el año pasado, la guerra se ha convertido en una guerra entre un pequeño ejército soviético y un gran ejército soviético, con consecuencias predecibles”. “Syrsky no es más soviético que Zaluzhny”, recordaba Ragozin, pero cuenta con el hándicap de haber nacido en Rusia, un argumento suficiente para quienes prefieren buscar explicaciones sencillas a problemas complejos. “Cuando al ejército ucraniano le va bien, es porque le enseñamos la doctrina y el material occidentales. Cuando le va mal, es porque sigue siendo soviético”, comentaba la activista feminista Almut Rochowanski, a lo que el sociólogo ucraniano Volodymyr Ischenko añadía el “elefante en la habitación”, “la falta de voluntad de la mayoría de los ucranianos para sacrificarse por este Estado y la asombrosa debilidad de su capacidad de movilización —no solo en el sentido militar estricto, sino en términos sociales más amplios—, que el reclutamiento forzoso no ha hecho más que erosionar aún más. Ni siquiera un general brillante puede ganar una guerra sin soldados”. A esos argumentos hay que añadir que Ucrania tuvo sus mejores éxitos en la primera fase de la guerra y no ha podido repetirlos después por la capacidad de adaptación y mejora en la actuación de la Federación Rusa, es decir, ese gran ejército soviético.

El oso y el águila se enfrentan en Alaska

EEUU solo tiene una cosa que ofrecer: la promesa (temporal) de no perjudicar. No tiene nada positivo que ofrecer, dada su desindustrialización y la desdolarización mundial

Pepe Escobar, Observatorio de la Crisis

Dos semanas después de Alaska se celebra la cumbre anual de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Tianjin, China. Narendra Modi, de la India, y Masoud Pezeshkian, de Irán, se unirán, entre otros, a Xi Jinping y Vladimir Putin en la misma mesa. Una mesa BRICS/OCS.

El 3 de septiembre, en Pekín, se conmemora el 80º aniversario de lo que se define oficialmente como la victoria de la «Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Mundial Antifascista». Putin es el invitado de honor. El ensayo, con 22.000 participantes, tuvo lugar el pasado fin de semana en la Plaza de Tiananmén.

Ese mismo día, en Vladivostok, Rusia, comienza el Foro Económico Oriental, que aborda todos los aspectos de la iniciativa rusa para desarrollar el Ártico y la Siberia oriental, el equivalente a la campaña china «Go West» iniciada a finales de los años 90. Participarán importantes actores euroasiáticos. Putin se dirigirá a la sesión plenaria el 5 de septiembre.

Mientras tanto, los principales líderes de los BRICS (China, Rusia, Brasil e India) participan activamente en una serie de llamadas telefónicas para coordinar una respuesta colectiva a las guerras arancelarias, parte de la guerra híbrida del Imperio del Caos contra los BRICS y el Sur Global.

martes, 12 de agosto de 2025

Contraataque europeo


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Caótico en las formas, contradictorio en los contenidos y liderado por personas cuya autoridad es dudosa -Witkoff negociaba con Irán la reducción de la cantidad de uranio que el país persa podría enriquecer hasta que Trump irrumpió en el diálogo para exigir la prohibición de todo enriquecimiento- y cuyo conocimiento es cuestionable, el proceso diplomático de búsqueda de paz en Ucrania sigue caminando en círculos. El proceso, carente de continuidad y plagado de vaivenes, cambios de opinión y falta de una estrategia coherente, se reduce al intento de acomodar posturas contradictorias a partir del diálogo directo o indirecto entre tres actores fundamentales: Estados Unidos, la Federación Rusa y la dupla Ucrania-países europeos. A base de incentivos y amenazas y siguiendo la lógica del plan publicado hace más de un año por Kellogg y Fleitz como parte del planteamiento de política exterior del America First Policy Institute como aspirante a convertirse en el programa político de la administración Trump, Estados Unidos ha tratado de convertirse en el nexo de unión entre todos los intereses encontrados.

En ese proceso, Washington se ha garantizado lucro económico de Ucrania, sigue intentando hacer lo propio de Rusia (fundamentalmente en su sector energético) y ha llegado a un acuerdo comercial con la Unión Europea en el que Estados Unidos obtiene todos los beneficios y los países europeos realizan todas las concesiones, entre ellas un compromiso de invertir en energía y armamento estadounidense. Las cesiones europeas para lograr un acuerdo comercial según los términos dictados por Donald Trump buscaban, además de evitar la inestabilidad e incertidumbre económica, adquirir crédito con el actual presidente estadounidense para conseguir una postura favorable a los intereses europeos en la cuestión ucraniana, una “mala guerra” para Trump, pero calificada como existencial por Bruselas, Berlín, París y también Londres. En este proceso de idas y venidas, reproches y acusaciones cruzadas, la principal preocupación de los actores europeos ha sido el temor a una paz que, como admitiera la primera ministra danesa, podría ser, para los países europeos, “incluso más peligrosa que la guerra”. Sería así en caso de que se produjera como resultado de un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos, ignorando los intereses y la voluntad de los países europeos, que desde que las delegaciones lideradas por Marco Rubio y Sergey Lavrov se reunieran por primera vez rompiendo la voluntad occidental de aislar completamente a Moscú, han tratado de imponer su presencia en la negociación para la resolución de la guerra.

lunes, 11 de agosto de 2025

El rapto de Europa


Carles Manera, Economistas frente a la crisis

Un toro blanco, hermoso, Zeus encarnado, seduce a una princesa fenicia, Europa. Es engañada. Hemos visto la reedición mitológica en Escocia, hace unos días: un elefante republicano, en este caso, nada hermoso, ha acabado por persuadir a una Europa sin capacidad reactiva, entregada. Engañada. Y es que Trump ha ganado el pulso a Von der Layen. El encuentro, realizado en territorio europeo, pero en la propiedad del magnate –uno de sus campos de golf–, supuso una puesta en escena que fregaba claramente la humillación de la dirigente comunitaria, generosa en exceso a los deseos de Trump. Un desequilibrio lacerante para los intereses del viejo continente. Porque este desenlace significa, claro y raso: que Europa paga, y que Estados Unidos recauda. Los productos europeos, que tenían unos aranceles del 1,47%, se alzarán a una media del 15%, sin contrapartida por parte de Estados Unidos. En paralelo, Europa se compromete a comprar armamento y energía al país norteamericano. Un negocio redondo para la administración estadounidense.

En esta negociación no ha habido equilibrio alguno. Se ha dinamitado la teoría del equilibrio de John Nash, que dice que el equilibrio se da cuando no existen incentivos para que ningún jugador cambie su estrategia, dado que cualquier cambio unilateral desembocaría en un peor resultado para ese jugador. Es pura teoría de juegos. Von der Layen ha variado, de manera unilateral, su estrategia de mantener una firmeza económica frente a Estados Unidos, teniendo en cuenta la variabilidad de situaciones comerciales entre los estados miembros y la potencia americana. Si el temor era evitar una guerra comercial, ese objetivo es fallido: ya existe.

domingo, 10 de agosto de 2025

La CIA creó cientos de sitios web encubiertos. Esto es lo que ocultaban

La CIA no solo se infiltró en gobiernos, sino en internet. Durante más de una década, Langley operó una extensa red de sitios web encubiertos que funcionaban como terminales de espionaje globales camuflados en blogs, centros de noticias y páginas de fans inofensivos.

Alan Macleod, The Unz Review

A partir de 2004, la CIA estableció una vasta red de al menos 885 sitios web , desde páginas de fans de Johnny Carson y Star Wars hasta foros en línea sobre el movimiento rastafari. Con 29 idiomas y dirigidos directamente a al menos 36 países, estos sitios web estaban dirigidos no solo a adversarios como China, Venezuela y Rusia, sino también a países aliados, como Francia, Italia y España, lo que demuestra que Estados Unidos trata a sus amigos de la misma manera que a sus enemigos.

Blogs de fútbol encubiertos y contraseñas pirateadas

Gholamreza Hosseini es un exinformante de la CIA. En 2007, este ingeniero industrial residente en Teherán contactó con la agencia y se ofreció a compartir información sobre el programa de energía nuclear de Irán. Sus contactos en la CIA le enseñaron a usar IranianGoals.com para comunicarse con ellos. IranianGoals era un sitio web en farsi que parecía estar dedicado a noticias locales de fútbol. Sin embargo, lo que parecía una barra de búsqueda al final de la página principal era en realidad un campo para contraseña. Al escribir la palabra correcta, se iniciaba un proceso de inicio de sesión, revelando una interfaz de mensajería secreta. Cada informante tenía su propia página web, diseñada específicamente para ellos, para aislarlos de los demás en la red.

sábado, 9 de agosto de 2025

El Mundo según Rusia y la Pax Americana


Leonid Savin, Katehon

La visita del enviado especial del presidente de Estados Unidos, Stephen Witkoff, a Moscú y las declaraciones oficiales sobre la próxima reunión del presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, para discutir la resolución del conflicto en Ucrania vuelven a plantear la cuestión de un posible cese de las hostilidades y el inicio de un proceso de paz, si las condiciones satisfacen a todas las partes. Aunque se habla de paz, surgen connotaciones contradictorias y preguntas adicionales. ¿Se alcanzarán los objetivos de la operación militar especial anunciados por los dirigentes rusos? ¿Debilitará el supuesto alto el fuego a Rusia o, por el contrario, le dará nuevas oportunidades para defender sus intereses? ¿Qué pasará con las sanciones?

La próxima reunión y las posibles negociaciones se producen en un contexto de ampliación de la zona de control ruso en la línea de contacto, por lo que son evidentes los temores de que las decisiones diplomáticas puedan frustrar el éxito militar y político. Los precedentes históricos de las guerras ruso-otomanas y, en particular, la política traicionera de Gran Bretaña y, más tarde, de Estados Unidos, hacen que este riesgo sea bastante alto.
Pero, ante todo, al reflexionar sobre la paz, hay que tener en cuenta que la entendemos de forma algo diferente a, por ejemplo, los representantes de la cultura anglosajona. Una incursión en la etimología es importante para comprender lo que nos espera en el futuro.

viernes, 8 de agosto de 2025

El camino incierto de la diplomacia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El encuentro entre Vladimir Putin y Steve Witkoff, enviado de Trump tanto para Oriente Medio como para Rusia, sigue marcando la actualidad política alrededor del conflicto rusoucraniano y quizá, al menos en parte, también la militar. Como en días anteriores, Ucrania ha continuado atacando con sus drones instalaciones energéticas de la Federación Rusa. Sin embargo, no se ha producido ningún gran ataque con misiles por parte de Rusia tal y como se especulaba ayer, cuando se observaban indicios de esa posibilidad. Solicitada por el Kremlin -esa fue al menos la afirmación de Donald Trump, que antes del viaje de Witkoff no mostraba grandes esperanzas de lograr avances significativos-, la reunión era el último cartucho del que disponía Rusia antes de que expirara el ultimátum del 8 de agosto marcado por la Casa Blanca para mostrar progresos tangibles hacia la paz. Hasta ahora, Moscú había mantenido la retórica de normalidad, había continuado su actuación en el frente sin cambios reseñables -ni aceleración de la guerra terrestre, ni aumento o reducción de los ataques en la retaguardia-, había restado importancia a la amenaza de las sanciones contra Rusia y deslegitimado las amenazas de sanciones secundarias a los clientes de su sector energético.

“Parece que Rusia está ahora más abierta a un alto el fuego. La presión sobre ellos está funcionando”, afirmó después de que se conocieran los primeros detalles de la reunión en Moscú Volodymyr Zelensky. Siguiendo la tendencia de aplicar una dosis de triunfalismo a cualquier acontecimiento -como prueba que esta semana Ucrania esté celebrando el “éxito” de la operación de Kursk ahora que se cumple un año de su inicio-, el presidente de Ucrania celebró de forma anticipada una versión de la reunión de la que únicamente conocía el texto publicado por Donald Trump. Como ya se intuía por el mensaje de Donald Trump, única fuente que daba a entender que Rusia y Estados Unidos habían acordado una reunión a tres en la que participaría también Volodymyr Zelensky, por la mañana el optimismo se redujo notablemente al conocerse la versión de Moscú. Según Yury Ushakov, el asesor más importante de Vladimir Putin en materia de política internacional, Moscú y Washington llegaron a un principio de acuerdo para celebrar, a la mayor brevedad, una cumbre entre los dos presidentes. A la pregunta de si se produciría un encuentro con el presidente ucraniano, Vladimir Putin insistió ayer en su comparecencia junto al presidente de los Emiratos Árabes Unidos, uno de los candidatos a albergar la reunión con Donald Trump, en que dicha reunión requeriría de un trabajo previo que aún no se ha realizado. Mientras el presidente estadounidense da a entender que existe la posibilidad de imponer esa reunión a tres, el ruso insiste en una cumbre a dos y deja para un futuro en el que se hayan negociado los aspectos importantes de la guerra un cara a cara con Zelensky.

jueves, 7 de agosto de 2025

Propuestas y sanciones


Nahia Sanzo, Slavyangrad

A finales de junio, cuando comenzaba a hacerse evidente que la postura de Donald Trump hacia Rusia había cambiado completamente, Samuel Charap, de RAND Corporation, comentaba en The Trialogue -un podcast dedicado a las relaciones entre Estados Unidos, China y Rusia- la postura rusa hacia Washington y los países europeos. Charap, uno de los dos expertos que ha tenido acceso a los documentos de trabajo de las negociaciones Rusia-Ucrania de 2022 y cuya teoría es que lo trabajado entonces sigue siendo una base sobre la que construir una resolución a la guerra en el momento en el que se decida que el conflicto debe terminar, calificaba de “esquizofrénica” la postura rusa con respecto a los países europeos y Estados Unidos. En su valoración del cambio que se percibe en el liderazgo ruso, Charap mencionaba especialmente el calificativo que el Kremlin había dado en el pasado a los países europeos como simples proxis de Estados Unidos, origen de las políticas impuestas y, por lo tanto, culpable de sus consecuencias. Esta postura fue clara durante la administración Biden, cuando las capitales a ambos lados del Atlántico caminaban con pasos coordinados, pero bajo el claro liderazgo de Washington. Como destacaba Charap, el ascenso de Trump, con su retórica de buscar la paz y una estrategia muy diferente a la de Biden, provocó rápidamente un cambio en el discurso ruso, que pasó a destacar el beligerante papel, no de Estados Unidos, sino de los países europeos.

miércoles, 6 de agosto de 2025

La semana del ultimátum


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La semana del ultimátum comenzó ayer con una pregunta clara a Donald Trump: “¿Hay algo que pueda hacer Rusia para evitar las sanciones?”. Sin embargo, para Ucrania, más centrada en utilizar la anécdota para restar atención a la situación en el frente, la pregunta verdaderamente importante es dónde está Medvedev. “El concepto de paz a través de la fuerza funciona. En el momento en que aparecieron los submarinos nucleares estadounidenses, un borracho ruso, que acababa de amenazar con una guerra nuclear en X, de repente se quedó en silencio. Rusia sólo entiende una cosa: la fuerza”, escribió ayer por la mañana el siempre exultante jefe de la Oficina del Presidente. Aparentemente, paz quiere decir que Dmitry Medvedev haya recibido algún tipo de advertencia y haya dejado de postear en las redes sociales durante unos días. En esta guerra, en la que la batalla informativa parece para Ucrania tan importante como la real, cualquier cuestión, por mínima que sea, es susceptible de convertirse en un asunto capaz de cambiar el desarrollo de los acontecimientos. Así lo ha demostrado la actuación de Donald Trump que, al más puro estilo del espectáculo que rodea a su administración y a su familia, ha movilizado submarinos nucleares contra dos posts en las redes sociales.

martes, 5 de agosto de 2025

Trump: la ideología triunfa sobre los intereses económicos

Trump está derogando incluso las leyes económicamente sensatas del Gobierno de Biden. Porque su política sigue otra lógica.

Dani Rodrik, Sin Permiso

Entre todas las catástrofes que ha provocado el presidente estadounidense Donald Trump con la ley fiscal y presupuestaria que él mismo ha calificado de «One Big Beautiful Bill», hay una que destaca especialmente para los representantes de la economía política: la abolición radical prevista en la ley de las subvenciones a las energías limpias introducidas hace tres años por el presidente Joe Biden. Muchos consideraban que estas subvenciones eran intocables en caso de cambio de presidente, ya que creaban nuevos puestos de trabajo y aumentaban los ingresos de las empresas en los estados «rojos», tradicionalmente republicanos. Por muy alérgico que sea el Partido Republicano, controlado por Trump, a la política verde, se pensaba que no se atrevería a eliminar estas ventajas. Pero eso es precisamente lo que ha hecho.

Una decisión contraria a la lógica

¿En qué radicaba el error de esta opinión generalizada? Los investigadores que se ocupan de los procesos de toma de decisiones políticas suelen centrarse en los costes y beneficios económicos. Argumentan que las leyes tienden a aprobarse cuando proporcionan ventajas materiales a grupos bien organizados y bien conectados, mientras que aportan desventajas difusas al resto de la sociedad. Desde esta perspectiva, muchos elementos de la ley de Trump se explican muy bien: en particular, prevé una redistribución drástica de los ingresos en favor de los ricos a expensas de los pobres.

Los multimillonarios no deberían existir

El mito de que los multimillonarios ganan, inventan o donan su fortuna de forma virtuosa no resiste un análisis riguroso. La riqueza de los multimillonarios no se basa en el genio, sino en la inversión pública, y se traduce en el poder de influir en la legislación, el mercado laboral y los mercados

Christopher Marquis, Jacobin

Cuando Zohran Mamdani declaró en Meet the Press que «no deberíamos tener multimillonarios», la reacción fue inmediata. Las élites adineradas y sus defensores se apresuraron a pintar a los multimillonarios como benefactores indispensables. El titán de los fondos de cobertura Bill Ackman insistió en que Mamdani estaba completamente equivocado, alegando que ayudar a los pobres y necesitados depende totalmente de la generosidad de los residentes adinerados de la ciudad de Nueva York (en forma de ingresos fiscales.

Ackman parece tan preocupado por el destino de estos neoyorquinos necesitados que él y sus amigos están dispuestos a gastar «cientos de millones de dólares» en una campaña electoral general contra el socialista demócrata de treinta y tres años. El propio Trump afirmó que «salvará la ciudad de Nueva York» de Mamdani, y amenazó con arrestarlo.

Existe la creencia obstinada de que los multimillonarios son buenos para la sociedad: que su riqueza beneficia a todos, que estimulan la innovación y que se la han ganado. Como resultado, muchos ven el yate de 500 millones de dólares de Jeff Bezos navegando por Venecia como una muestra razonable de éxito. Y muchos sostienen que la «One Big Beautiful Bill Act» de Trump, una amplia rebaja fiscal para los ricos que pagarán los estadounidenses más pobres, se preocupa legítimamente por «todos los estadounidenses trabajadores», como dijo el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.

viernes, 1 de agosto de 2025

Zorros chinos, tiburones americanos, roedores europeos

El "laboratorio BRICS" posee un espíritu creativo incansable y en constante adaptación. Supera la demencia arancelaria en todo momento.

Pepe Escobar, Strategic Culture

El Politburó ha programado la cuarta sesión plenaria del Partido Comunista de China para octubre (sin fechas precisas anunciadas; probablemente cuatro días durante la segunda quincena de octubre). Es entonces cuando Pekín deliberará sobre los lineamientos de su próximo plan quinquenal. Se espera que al pleno asistan más de 370 miembros del Comité Central de la élite del partido.

¿Por qué es tan crucial? Porque China es el principal objetivo indiscutible, junto con los principales miembros del BRICS, de la nueva "ley" universal ideada por el Imperio del Caos: Arancelo, luego existo. Así pues, el próximo plan quinquenal deberá considerar todos los factores derivados de la nueva "ley".

El pleno tendrá lugar unas semanas después de que Pekín organice un gran desfile para celebrar el fin de la Segunda Guerra Mundial; Vladimir Putin es uno de los invitados de honor de Xi.

Además, el pleno tendrá lugar justo antes de la cumbre anual de la APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico), que comienza el 31 de octubre en Seúl. Esta cumbre ofrece una oportunidad para un encuentro directo entre Trump y Xi, algo que el maestro de ceremonias, a pesar de su postura y tergiversaciones, busca activamente.

El pleno deberá sopesar cuidadosamente cómo una guerra comercial, tecnológica y geopolítica de facto entre Estados Unidos y China solo se volverá más intensa. Si bien el programa "Hecho en China 2025" resultó ser un éxito rotundo, a pesar de la presión de Trump 1.0, las nuevas decisiones tecnológicas chinas tomadas en 2025 definirán la hoja de ruta futura en todos los ámbitos, desde la inteligencia artificial hasta la computación cuántica, la biotecnología y la fusión nuclear controlada.

"Cañones o mantequilla"


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“La presidenta de la Comisión Úrsula von der Leyen ha presentado este miércoles los planes para recortar la financiación de la Política Agraria Común de la Unión Europea de 386.600 millones de euros a apenas 300.000 millones a partir de 2027 como parte de la revisión profunda del próximo presupuesto a largo plazo del bloque”, explicaba ayer la edición europea de Politico. Para complementar esa noticia, habría que recordar el plan de rearme por valor de 800.000 millones de euros que la sonriente von der Leyen presentó el pasado marzo o el compromiso de invertir 600.000 millones más allá del nivel habitual en armamento estadounidense. El resultado es buena demostración de las prioridades del bloque comunitario y fiel reflejo de la expresión inglesa “guns or butter”, cañones o mantequilla.

“Al obligarle a elegir entre los cañones o la mantequilla, las sanciones le encierran en un vicio que se aprieta poco a poco”, afirmó en 2022 sobre las sanciones europeas el entonces líder de la diplomacia de la UE Josep Borrell. En ocasiones, las sanciones resultan contraproducentes y dañan tanto o más a los países que las imponen. Las tasas de crecimiento y el aumento de los salarios han sido, en estos tres primeros años de guerra rusoucraniana, superiores en Rusia que en la Unión Europea, que ahora elige los cañones, no necesariamente los propios, por delante de la mantequilla.

miércoles, 30 de julio de 2025

La lógica del momento: guerra y financiación


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Siguiendo el ejemplo de Donald Trump, capaz de abandonar una negociación y exigir a la otra parte que retorne a la diplomacia o de bombardear un país y exigir por ello un premio de la paz, Volodymyr Zelensky ha querido salir del embrollo político que ingenuamente se creó la semana pasada defendiendo las dos medidas tomadas. En esta guerra en la que el discurso es más importante que los hechos y los acontecimientos no tienen por qué corresponderse mínimamente con la opinión publicada, el presidente ucraniano ha presentado como un intento de garantizar la independencia de las instituciones anticorrupción -batalla que, contra toda evidencia, dice seguir luchando- tanto la legislación aprobada la semana pasada como la que espera aprobar esta. El discurso de Zelensky se mantiene firme y las palabras son las mismas para definir la ley que ponía a las instituciones creadas por y para el control occidental bajo el mando de la Fiscalía General que cuando exige a la Rada que vote, apenas unos días después, volver a devolverle la autonomía.

La contradicción no existe en la narrativa, creada a partir de las necesidades y no de la realidad. Para tapar ligeramente la evidente marcha atrás del presidente que sobreestimó sus fuerzas y subestimó las de sus oponentes, Zelensky se centra ahora en la idea de que los cambios buscaban y siguen buscando únicamente evitar la influencia rusa. Ayuda al presidente el hecho de que la retórica de la oposición haya sido exactamente la misma. Siguiendo la máxima que se ha repetido con sorna tantas veces en las redes sociales rusas, un agente ruso acusaba de ser agente ruso a otro. Mientras el bando de Zelensky acusaba a las agencias anticorrupción de haber sido infiltradas por Rusia, la oposición respondía señalando que el SBU, cuerpo que estaba realizando las redadas, era el que trabajaba para Moscú. Lógica decía que iba a ser suficiente, especialmente en un país que ha hecho de culpar a Rusia el único argumento necesario para justificar sus políticas, desde la operación antiterrorista que inventó para iniciar la guerra de Donbass hasta la prohibición de partidos pasando por la limitación progresiva del uso de la lengua rusa, vehicular en gran parte del país e incluso actualmente en el frente entre quienes luchan en el bando ucraniano.

sábado, 26 de julio de 2025

Destruir Rusia. ¿Fracasar? No hay problema. ¡Destruyamos China!

Nunca subestimes el tsunami de «análisis» disruptivos y programación predictiva que ya se está gestando en la guerra híbrida contra China y, en un plano más amplio, contra los BRICS.

Pepe Escobar, Strategic Culture

No subestimes el tsunami de «análisis» disruptivos y programación predictiva que ya se avecina, integrado en la guerra híbrida contra China y la guerra más amplia contra los BRICS.

Fíjate en el último informe de 128 páginas del Instituto Hudson de Washington DC, titulado de forma tan profética China después del comunismo: preparándose para una China post-PCCh.

Tienes todo el derecho a reaccionar al estilo de los Caballeros que dicen «¡Ni!» de Monty Python cuando te enfrentes a este absurdo sin sentido. Pero no te equivoques, ellos se lo toman muy en serio. Los think tanks estadounidenses son maestros en transmitir con años de antelación y con todo lujo de detalles sus sueños de cambio de régimen y sus miedos existenciales.

Así ocurrió con el cutre informe de RAND sobre la destrucción de Rusia en varios frentes, o con el cutre informe de Brookings sobre el desmembramiento de Persia, en realidad Irán. Ahora le toca el turno al más poderoso del nuevo triángulo Primakov (RIC) en los BRICS: China.

Realmente están tocando «Light my Fire» con esteroides, creyendo que «un colapso repentino del régimen en China no es del todo impensable». Se remontan a la antigua OSS —precursora de la CIA— y a sus operaciones en China durante la Segunda Guerra Mundial para sugerir que «las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses (SOF) pueden ayudar a estabilizar una China post-PCCh».

miércoles, 23 de julio de 2025

"Punto de no retorno"

Zelensky y Zaluzhny en Kyev, febrero 2024

Nahia Sanzo, Slavyangrad

El pasado fin de semana, el legendario periodista de investigación Seymour Hersh, que alcanzó la cumbre desvelando la masacre estadounidense de civiles vietnamitas en la localidad de Mi Lai, publicaba un nuevo artículo sobre Ucrania en el que sugería que Estados Unidos considera amortizado a Zelensky y busca reemplazarlo por Valery Zaluzhny. El actual embajador de Ucrania en el Reino Unido sigue siendo la figura más popular según las encuestas de intención de voto pese a que está siendo crecientemente criticado por ver la guerra en la distancia, por su papel en la desastrosa contraofensiva terrestre de 2023, que finalmente le costó el puesto, y por imágenes como un post en las redes sociales en el que destacaba su sufrimiento con una imagen de sí mismo corriendo en el gimnasio, mientras los soldados mueren en las trincheras. La oleada de apoyo al heroico presidente vestido de verde, que era recibido por multitudes en todo el mundo, decayó con el debilitamiento de la situación de Ucrania en el frente y el cansancio que han supuesto en la población las condiciones económicas de la guerra, en la que la prioridad sigue siendo adquirir más armas y movilizar, aunque sea por la fuerza, a más hombres. Pero el desgaste de la figura del presidente, cuya popularidad solo se recuperó temporalmente tras la humillación en el Despacho Oval, ya que no hay nada que una como la sensación de agresión, nunca ha recuperado el terreno perdido en intención de voto frente a Zaluzhny.

El artículo de Hersh, demasiado contundente teniendo en cuenta las circunstancias, se produce en un momento en el que, pese a la certeza de que sus fuentes en la cuestión ucraniana han sido cuestionables en el pasado -Hersh llegó a decir que Polonia, uno de los países más beligerantes y antirrusos de Europa, exigía a Ucrania que pactara con Rusia un alto el fuego-, la credibilidad del periodista vuelve a estar en alza. El ataque de Estados Unidos contra Irán ocurrió exactamente tal y como el periodista había escrito apenas unas horas antes, muestra de que cuenta con fuentes fiables en el entorno del actual equipo de Gobierno de la Casa Blanca. Contra el argumento de Hersh del cansancio estadounidense y la voluntad de deshacerse de su principal interlocutor en Ucrania está el evidente cambio de actitud de Donald Trump hacia su persona. El presidente de Estados Unidos ha pasado de criticar abiertamente a su homólogo ucraniano, al que sometió a un escarnio público retransmitido en directo por televisiones de todo el mundo a afirmar que es un buen presidente, el mejor que Ucrania podría tener en las actuales condiciones. El ultimátum de Trump no está ya dirigido a Ucrania, sino a Rusia y la voluntad de Estados Unidos está lejos de desentenderse de la cuestión ucraniana y ha quedado claro que, previo pago de los países europeos de la OTAN, la Casa Blanca está dispuesta a implicarse aún más a base de aumentar el flujo de asistencia militar para continuar luchando en el frente. De ahí que las noticias sobre el intento de sustituir al presidente suenen, cuando menos, exageradas.

Uno, dos, tres, ¿por qué luchamos? Las guerras de la OTAN


El coronel Lawrence Wilkerson lo dijo sucintamente:
Ya estamos en la Tercera Guerra Mundial. De hecho, ya estamos inmersos en el extenso preámbulo de la Tercera Guerra Mundial.

Pepe Escobar, Strategic Culture

Todos los veteranos de Vietnam y quienes se resistieron al reclutamiento reconocerán el origen del titular de esta columna (es el estribillo de una canción antiguerra de Country Joe MacDonald de 1965). Ah, sí, ya no estamos a finales de los 60, así que es hora de renovarla (sin necesidad de IA) y expandirla: de ahora en adelante, tengan la seguridad que todos en el salvaje Oeste se verán obligados a luchar y/o soportar tres guerras de la OTAN que se solapan.

Guerra número 1

Es Europa contra Rusia, por supuesto. Ya no es una cuestión de poder: es una guerra directa, áspera y violenta. Considerando la avanzada podredumbre del frente ucraniano, ya proliferan nuevos frentes: el Cáucaso Sur; operaciones clandestinas en el Mar Báltico; el frenesí de reclutamiento del MI6 en Asia Central; nuevos actos terroristas en el Mar Negro, especialmente en Crimea.

El coronel Lawrence Wilkerson lo dijo sucintamente: ya estamos en la III Guerra Mundial. De hecho, ya estamos inmersos en el extenso preámbulo de la III Guerra Mundial. El director de circo de Washington D. C. y la clase multimillonaria y donante que lo respalda no tienen ni idea. Releer a Keynes (Las consecuencias económicas de la paz) es imprescindible como nunca antes. La historia se repite. Sin embargo, no estamos en 1914 ni en 1935; ahora podrían entrar en juego las armas nucleares.

martes, 22 de julio de 2025

Los cinco problemas estratégicos de Israel


Enrico Tomaselli, Sinistra in Rete

Históricamente, Israel siempre ha contado con un liderazgo plenamente consciente de la importancia de sus fuerzas armadas, entendidas no como un hipotético bastión defensivo del país, sino como un instrumento activo y constante de la política estatal. A su vez, las fuerzas armadas israelíes han proporcionado con frecuencia importantes líderes políticos, lo que ha garantizado que el liderazgo político y militar del Estado judío siempre se haya caracterizado por una plena integración de ambos aspectos. Sin embargo, este equilibrio comenzó a desmoronarse cuando, en la sociedad israelí, comenzó a afianzarse un radicalismo de derecha con fuertes tintes mesiánicos, que encontró su guía en Netanyahu. Para el líder del Likud, de hecho, el ejército es en todos los aspectos un instrumento de poder político, que utiliza a su antojo; y aunque es indudablemente un pragmático —digamos incluso inescrupuloso—, también se muestra muy reacio a escuchar a quienes discrepan de él.

A lo largo de sus treinta años de carrera política, Netanyahu ha ejercido gradualmente un control más estricto sobre el aparato estatal (precisamente para consolidar y defender su poder personal), principalmente sobre las fuerzas armadas y los servicios de seguridad. A menudo en desacuerdo con ambos, siempre ha impuesto su voluntad. Esta divergencia , que en cierta medida ha afectado a la sociedad, sin duda ha creado una grieta en la propia capacidad operativa de Israel.

Esto se hace evidente macroscópicamente a partir de la divisoria de aguas del 7 de octubre de 2023.

Sin entrar aquí en los méritos de la Operación Inundación de Al Aqsa , y en las diversas interpretaciones que se han hecho de ella, es evidente que desde ese momento Israel se ha involucrado en una serie de conflictos –prácticamente ininterrumpidos– que culminaron en el ataque a Irán el 13 de junio.

Estos conflictos –Gaza, Cisjordania, Líbano, Yemen, Siria, Irán– han enfrentado a las FDI esencialmente a grupos guerrilleros (Resistencia Palestina, Hezbolá), con los que se han enfrentado de cerca, mientras que con entidades estatales (Siria, Yemen, Irán) el enfrentamiento siempre se ha mantenido a distancia.

Esto permitió a las fuerzas israelíes ejercer su superioridad militar sobre estos últimos, a través de la fuerza aérea, y sobre los primeros a través de estos últimos y sus fuerzas terrestres.

Pero esta superioridad ha demostrado claramente ser insuficiente para resolver los conflictos.

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