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miércoles, 20 de agosto de 2025

¿Qué pasó realmente en Alaska?

Trump está intentando elaborar, con su característica fanfarria, lo que podría venderse como una estrategia de salida del Estado Profundo, hacia la próximo Guerra Eterna

Pepe Escobar, Observatorio de la Crisis

Alaska no se trataba solo de Ucrania. Alaska se trataba principalmente de las dos principales potencias nucleares del mundo, que intentaban reconstruir la confianza y frenar un tren descontrolado en una frenética carrera ferroviaria de alta velocidad hacia la confrontación nuclear.

No hubo garantías, dado el carácter volátil de Trump, quien pidió la reunión de alto perfil con su homólogo ruso, Vladímir Putin. Sin embargo, un nuevo paradigma podría estar gestándose. Rusia ha sido reconocida de facto por EEUU como una potencia par. Esto implica, como mínimo, el regreso de la diplomacia de alto nivel donde más se necesita.

Mientras tanto, Europa envió a Washington una legión de líderes impotentes para que se dobleguen ante el Emperador. El destino de la UE quedó sellado: en el basurero de la irrelevancia geopolítica.

Lo decidido conjuntamente por Trump, personalmente, y Putin, incluso antes de que Moscú propusiera la polémica Alaska como sede de la cumbre, permanece en secreto. No se filtrará el contenido completo. Sin embargo, es bastante significativo que el propio Trump haya calificado a Alaska con un 10 sobre 10.

domingo, 17 de agosto de 2025

Consecuencias de la cumbre de Alaska


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Día de reacciones a la reunión de Alaska, a las imágenes que dejó y a sus implicaciones, los diferentes actores trataron de adaptarse ayer a la nueva situación que dejó el nuevo cambio de postura de Donald Trump, que se observó el viernes por la noche y que se confirmó el sábado con en su llamada a los socios europeos y su publicación en las redes sociales. Rusia había llegado a la reunión en una posición que se suponía vulnerable, especialmente tras la aparente adopción de los postulados y líneas rojas europeas por parte de Estados Unidos. Donald Trump se adhirió, al menos a juzgar por lo que ha trascendido de la reunión, a la idea de “nada sobre Ucrania sin Ucrania”, aunque no necesariamente al “nada sobre Europa sin Europa”. Así lo sugiere el comentario de Vladimir Putin en la comparecencia junto a su homólogo estadounidense, en la que el presidente ruso se refirió a un “entendimiento” con la Casa Blanca –y no a un acuerdo, como erróneamente tradujeron, provocando una importante confusión, varios medios-y advirtió a los países europeos contra un intento de sabotear o intentar manipular los términos.

No es difícil ver en esa declaración un recuerdo al proceso de Minsk, en el que tanto Francia como Alemania protegieron a Ucrania para que pudiera permitirse no cumplir con los términos que había firmado. Pese a ese supuesto entendimiento, la ausencia de preguntas en la rueda de prensa, la breve intervención del líder estadounidense y su escaso entusiasmo mostraron lo que Trump confirmó en su posterior entrevista con Sean Hannity, un periodista afín que le dio la oportunidad de colocar su mensaje. Según Trump, el acuerdo con Rusia está cerca, aunque hay algunos temas, especialmente uno que el presidente no especificó, pero que es sencillo de deducir –la seguridad-, aún no lo hay.

sábado, 16 de agosto de 2025

Un primer paso hacia la diplomacia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La base conjunta Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, vivió ayer su jornada más mediática. Rodeada de una movilización proucraniana preparada a lo largo de la semana, la delegación rusa llegó al territorio que vendió a Estados Unidos en el siglo XIX para la primera cumbre ruso-estadounidense en tres años. Las imágenes del gran cartel “Alaska 2025” con la alfombra roja desde la escalerilla del avión a la espera de la delegación liderada por Donald Trump y a la encabezada por Vladimir Putin, el presidente de Estados Unidos recibiendo a su homólogo ruso, posando junto a él y ambos abandonando el lugar en el mismo vehículo de camino a la reunión fueron la representación perfecta del fracaso de la política europea de aislamiento de Rusia. De ahí que no deban sorprender titulares como el publicado por El País, que afirmaba que “lo más inquietante de la cumbre de Alaska es que pueda salir algo”. Ese era el principal temor de los países europeos y de Ucrania, para quienes, como declaró hace unos meses la primera ministra danesa, “la paz puede ser más peligrosa que la guerra”. Ausentes de la cumbre, aunque tras haber marcado en una conferencia telefónica colectiva con Donald Trump sus líneas rojas, los países europeos esperaban evitar un escenario en el que los dos presidentes pactaran un marco en el que resolver la guerra. Frente a ese escenario, el más negativo para Europa y Ucrania, que deberían resignarse a obtener lo máximo posible dentro de unas líneas previamente marcadas, la esperanza era que Donald Trump saliera de la reunión afirmando lo que ya ha declarado en el pasado, su frustración por haber tenido una buena conversación, pero no haber conseguido que Vladimir Putin cediera en sus exigencias.

lunes, 11 de agosto de 2025

Reunión en Alaska


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Si el precio por la supervivencia de Ucrania es la ocupación temporal rusa, que así sea”, titulaba el 4 de agosto parafraseando al presidente checo Petr Pavel Ukrainska Pravda. “En este momento, Ucrania, con todo el apoyo occidental, no está en condiciones de liberar los territorios ocupados en un plazo breve sin un coste significativo en vidas humanas. Y, por supuesto, sería muy injusto que Occidente presionara a Ucrania para que liberara todos los territorios ocupados en este momento, porque no queremos exterminar a la nación ucraniana. Queremos que sobrevivan como un país independiente y soberano. Y si preservar Ucrania como un Estado independiente y autónomo tiene un coste, si el coste es aceptar que parte del territorio estará temporalmente ocupado, sin reconocerlo legalmente, que así sea. Nunca reconoceremos estos territorios ocupados como legalmente rusos”, afirmó según citaba el artículo del medio ucraniano.

Pese al rechazo público que ha causado a lo largo de los tres últimos años cualquier propuesta que implicara la pérdida de territorios -siempre planteada como temporal, aunque hace ya once años que Ucrania perdió Crimea y parte de Donbass, donde Ucrania es vista hace mucho tiempo como algo del pasado-, lo que planteaba Pavel es, al menos desde el fracaso de la contraofensiva de 2023, la única opción realista. Preservar el Estado y la independencia ucraniana no implica dar por hecho que Rusia aspire aún, si es que ese fue su deseo en 2022, a ocupar toda Ucrania o a realizar un cambio de régimen para mantener al país bajo su esfera de influencia, sino detener la pérdida de población y destrucción que implica la continuación de la guerra. Sin embargo, para quienes han visto la guerra de Ucrania como existencial y la han utilizado para luchar contra el enemigo ruso y acercarse al aliado estadounidense, este escenario equivale a una derrota estratégica.

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