Mostrando las entradas con la etiqueta Trump. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Trump. Mostrar todas las entradas

miércoles, 20 de agosto de 2025

¿Qué pasó realmente en Alaska?

Trump está intentando elaborar, con su característica fanfarria, lo que podría venderse como una estrategia de salida del Estado Profundo, hacia la próximo Guerra Eterna

Pepe Escobar, Observatorio de la Crisis

Alaska no se trataba solo de Ucrania. Alaska se trataba principalmente de las dos principales potencias nucleares del mundo, que intentaban reconstruir la confianza y frenar un tren descontrolado en una frenética carrera ferroviaria de alta velocidad hacia la confrontación nuclear.

No hubo garantías, dado el carácter volátil de Trump, quien pidió la reunión de alto perfil con su homólogo ruso, Vladímir Putin. Sin embargo, un nuevo paradigma podría estar gestándose. Rusia ha sido reconocida de facto por EEUU como una potencia par. Esto implica, como mínimo, el regreso de la diplomacia de alto nivel donde más se necesita.

Mientras tanto, Europa envió a Washington una legión de líderes impotentes para que se dobleguen ante el Emperador. El destino de la UE quedó sellado: en el basurero de la irrelevancia geopolítica.

Lo decidido conjuntamente por Trump, personalmente, y Putin, incluso antes de que Moscú propusiera la polémica Alaska como sede de la cumbre, permanece en secreto. No se filtrará el contenido completo. Sin embargo, es bastante significativo que el propio Trump haya calificado a Alaska con un 10 sobre 10.

martes, 19 de agosto de 2025

Cumbre en la Casa Blanca

Donald Trump muestra a Zelensky el nuevo Mapa de Ucrania


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Frustrado por no haber logrado del presidente ruso el compromiso de alto el fuego que llevaba semanas exigiendo, Donald Trump compareció ante los medios de comunicación el pasado viernes en Alaska mucho más callado de lo que acostumbra, sin responder preguntas y dejando que fuera Vladimir Putin quien transmitiera una serie de puntos posiblemente pactados de antemano y, sin duda, planteados para no ofender al hombre al que trataba de convencer. Sin embargo, tras esa conversación de la que apenas han trascendido detalles, el presidente de Estados Unidos modificó notablemente la estrategia con la que había iniciado su cruzada en busca de imponer una paz por medio de la fuerza que nunca tuvo la suficiente agresividad a juicio de los países europeos y Ucrania. El cambio, un paso de la apuesta por un alto el fuego, “que a veces se cumplen y a veces no” a la certeza de que es preciso un acuerdo definitivo. Esa nueva táctica, tan sorprendente como preocupante para Bruselas, Londres, París y Berlín ha obligado a la intervención realizada ayer desde la sumisión absoluta de la UE a Estados Unidos, en clara posición de inferioridad y prácticamente suplicando ser recibidos. Una pequeña alfombra roja se desplegó ayer en Washington para que una representante de la Casa Blanca recibiera a los invitados europeos. Al otro lado no esperaba Donald Trump aplaudiendo, como había ocurrido en Alaska el pasado viernes. Como estados clientes a los que el presidente de Estados Unidos ya ha comprobado que puede dar órdenes, su valor es simplemente transaccional, por lo que las relaciones son mucho más sencillas y menos frustrantes que con el Gobierno de Vladimir Putin, autónomo en las relaciones internacionales y sin dependencia más que de sus propios recursos para continuar o no la guerra.

domingo, 17 de agosto de 2025

Consecuencias de la cumbre de Alaska


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Día de reacciones a la reunión de Alaska, a las imágenes que dejó y a sus implicaciones, los diferentes actores trataron de adaptarse ayer a la nueva situación que dejó el nuevo cambio de postura de Donald Trump, que se observó el viernes por la noche y que se confirmó el sábado con en su llamada a los socios europeos y su publicación en las redes sociales. Rusia había llegado a la reunión en una posición que se suponía vulnerable, especialmente tras la aparente adopción de los postulados y líneas rojas europeas por parte de Estados Unidos. Donald Trump se adhirió, al menos a juzgar por lo que ha trascendido de la reunión, a la idea de “nada sobre Ucrania sin Ucrania”, aunque no necesariamente al “nada sobre Europa sin Europa”. Así lo sugiere el comentario de Vladimir Putin en la comparecencia junto a su homólogo estadounidense, en la que el presidente ruso se refirió a un “entendimiento” con la Casa Blanca –y no a un acuerdo, como erróneamente tradujeron, provocando una importante confusión, varios medios-y advirtió a los países europeos contra un intento de sabotear o intentar manipular los términos.

No es difícil ver en esa declaración un recuerdo al proceso de Minsk, en el que tanto Francia como Alemania protegieron a Ucrania para que pudiera permitirse no cumplir con los términos que había firmado. Pese a ese supuesto entendimiento, la ausencia de preguntas en la rueda de prensa, la breve intervención del líder estadounidense y su escaso entusiasmo mostraron lo que Trump confirmó en su posterior entrevista con Sean Hannity, un periodista afín que le dio la oportunidad de colocar su mensaje. Según Trump, el acuerdo con Rusia está cerca, aunque hay algunos temas, especialmente uno que el presidente no especificó, pero que es sencillo de deducir –la seguridad-, aún no lo hay.

sábado, 16 de agosto de 2025

Un primer paso hacia la diplomacia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La base conjunta Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, vivió ayer su jornada más mediática. Rodeada de una movilización proucraniana preparada a lo largo de la semana, la delegación rusa llegó al territorio que vendió a Estados Unidos en el siglo XIX para la primera cumbre ruso-estadounidense en tres años. Las imágenes del gran cartel “Alaska 2025” con la alfombra roja desde la escalerilla del avión a la espera de la delegación liderada por Donald Trump y a la encabezada por Vladimir Putin, el presidente de Estados Unidos recibiendo a su homólogo ruso, posando junto a él y ambos abandonando el lugar en el mismo vehículo de camino a la reunión fueron la representación perfecta del fracaso de la política europea de aislamiento de Rusia. De ahí que no deban sorprender titulares como el publicado por El País, que afirmaba que “lo más inquietante de la cumbre de Alaska es que pueda salir algo”. Ese era el principal temor de los países europeos y de Ucrania, para quienes, como declaró hace unos meses la primera ministra danesa, “la paz puede ser más peligrosa que la guerra”. Ausentes de la cumbre, aunque tras haber marcado en una conferencia telefónica colectiva con Donald Trump sus líneas rojas, los países europeos esperaban evitar un escenario en el que los dos presidentes pactaran un marco en el que resolver la guerra. Frente a ese escenario, el más negativo para Europa y Ucrania, que deberían resignarse a obtener lo máximo posible dentro de unas líneas previamente marcadas, la esperanza era que Donald Trump saliera de la reunión afirmando lo que ya ha declarado en el pasado, su frustración por haber tenido una buena conversación, pero no haber conseguido que Vladimir Putin cediera en sus exigencias.

jueves, 14 de agosto de 2025

Antes de la cumbre: las exigencias ucranianas


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La atención informativa en Ucrania continúa centrada en dos aspectos diferentes, pero directamente vinculados: la situación en el frente y la preparación de la reunión de este viernes entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska. En ambos casos, el estado de ánimo oscila entre el miedo a perderlo todo y la insistencia en que todo va bien y la victoria está a la vuelta de la esquina. Mientras las autoridades del ejército afirman que la brecha al noreste de Pokrovsk-Mirnograd en dirección a Dobropilia es fruto del avance de tres grupos de sabotaje rusos formados por apenas una docena de personas y se insiste en que uno de ellos ya ha sido neutralizado y los otros dos serán destruidos, ayer, el mapa de control del territorio -o de presencia de tropas en zonas del frente en ausencia de tropas enemigas- se extendió aún más, aunque ya no con la rapidez de los últimos días. Ante la calma absoluta que quieren proyectar Volodymyr Zelensky y su entorno, oficiales, soldados e influencers militares alertan, en muchos casos en posts plagados de improperios, de que la situación está lejos de estar bajo control. Aunque muy posiblemente exagerada, ya que no hay movimiento de blindados rusos ni avance masivo de tropas, la versión crítica está obteniendo el favor de la prensa occidental. Al fin y al cabo, ¿era necesario movilizar a algunas de las mejores unidades disponibles para acabar con tres grupos de sabotaje rusos que no suponían un peligro grave?

Como en ocasiones anteriores, frente a los problemas, hay un chivo expiatorio claro, Oleksandr Syrsky, un arte que, como recordaba ayer Leonid Ragozin, “es un género manido en Ucrania (con gente como Bezuhla y Krotevych, de Azov, a la cabeza), pero aquí hay medios occidentales serios que se suman al coro con la dupla simplista de Syrsky «soviético» versus comandantes «progresistas» ilustrados por la OTAN y la altamente exitosa cadencia de Zaluzhny versus Syrskys plagados de derrotas”. El comentario del periodista opositor ruso se refería a un extenso reportaje de The Wall Street Journal en el que se argumenta, como comentaba Yaroslav Trofimov, uno de sus periodistas más prominentes, que “Ucrania triunfó durante el primer año de la guerra porque su ejército luchó de forma diferente. Tras la sustitución de Zaluzhny por Syrsky el año pasado, la guerra se ha convertido en una guerra entre un pequeño ejército soviético y un gran ejército soviético, con consecuencias predecibles”. “Syrsky no es más soviético que Zaluzhny”, recordaba Ragozin, pero cuenta con el hándicap de haber nacido en Rusia, un argumento suficiente para quienes prefieren buscar explicaciones sencillas a problemas complejos. “Cuando al ejército ucraniano le va bien, es porque le enseñamos la doctrina y el material occidentales. Cuando le va mal, es porque sigue siendo soviético”, comentaba la activista feminista Almut Rochowanski, a lo que el sociólogo ucraniano Volodymyr Ischenko añadía el “elefante en la habitación”, “la falta de voluntad de la mayoría de los ucranianos para sacrificarse por este Estado y la asombrosa debilidad de su capacidad de movilización —no solo en el sentido militar estricto, sino en términos sociales más amplios—, que el reclutamiento forzoso no ha hecho más que erosionar aún más. Ni siquiera un general brillante puede ganar una guerra sin soldados”. A esos argumentos hay que añadir que Ucrania tuvo sus mejores éxitos en la primera fase de la guerra y no ha podido repetirlos después por la capacidad de adaptación y mejora en la actuación de la Federación Rusa, es decir, ese gran ejército soviético.

El oso y el águila se enfrentan en Alaska

EEUU solo tiene una cosa que ofrecer: la promesa (temporal) de no perjudicar. No tiene nada positivo que ofrecer, dada su desindustrialización y la desdolarización mundial

Pepe Escobar, Observatorio de la Crisis

Dos semanas después de Alaska se celebra la cumbre anual de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Tianjin, China. Narendra Modi, de la India, y Masoud Pezeshkian, de Irán, se unirán, entre otros, a Xi Jinping y Vladimir Putin en la misma mesa. Una mesa BRICS/OCS.

El 3 de septiembre, en Pekín, se conmemora el 80º aniversario de lo que se define oficialmente como la victoria de la «Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Mundial Antifascista». Putin es el invitado de honor. El ensayo, con 22.000 participantes, tuvo lugar el pasado fin de semana en la Plaza de Tiananmén.

Ese mismo día, en Vladivostok, Rusia, comienza el Foro Económico Oriental, que aborda todos los aspectos de la iniciativa rusa para desarrollar el Ártico y la Siberia oriental, el equivalente a la campaña china «Go West» iniciada a finales de los años 90. Participarán importantes actores euroasiáticos. Putin se dirigirá a la sesión plenaria el 5 de septiembre.

Mientras tanto, los principales líderes de los BRICS (China, Rusia, Brasil e India) participan activamente en una serie de llamadas telefónicas para coordinar una respuesta colectiva a las guerras arancelarias, parte de la guerra híbrida del Imperio del Caos contra los BRICS y el Sur Global.

El estadista Putin vs el show man Trump en una reunión subordinada a múltiples intereses

La historia es una sustancia viva, dinámica, que señala en sus registros los agotamientos, los ciclos y las duraciones

Jhosman Barbosa, Strategic Culture

Con sorpresa para el mundo en general se dio la noticia de una reunión bilateral entre los presidentes Vladímir Putin y Donald Trump. Esto indica por un lado que debieron tener conversaciones subrepticias de larga data o al menos paralelas a las negociaciones en Estambul con la contraparte ucraniana.

Nadie en el mundo, por acceso que tenga a fuentes secretas, puede indicar con precisión de qué se hablará el viernes 15 de agosto en Alaska, EE.UU. Considero además que no son los hombres los que deciden sobre el final o desenlace de grandes estructuras históricas como la actual transición global de la unipolaridad a la multipolaridad. Por esta razón, aún sin acceso a fuentes privilegiadas considero que la reunión no rendirá los frutos que la espectacularidad del ‘show man’ Donald Trump desea ni que las víctimas del conflicto en Ucrania y Rusia merecen y anhelan. Por el contrario, está cargada de riesgos. Es preocupante esta reunión por varias razones que dejo enumeradas de lo particular a lo general.

1. La guerra en Ucrania es la guerra por la transición o no hacia un mundo multipolar y policéntrico, basado en la trípode China – Rusia – EEUU. Es una avanzada de EEUU y la OTAN sobre Rusia para llegar a China; razón por la cual las negociaciones se dan en lugares diferentes a las naciones principales del conflicto.

¿Por qué la administración rusa accede ir a un lugar que ofrece extrema vulnerabilidad a la seguridad física del presidente Putin? ¿Cómo su esquema de seguridad podrá montarse de manera eficiente con tan solo diez días de aviso? ¿En verdad creen que es tiempo de simbolismos como el llamado de Alaska como la ‘América rusa’ para situar conciliaciones que el momento histórico no contempla? ¿Por qué darle esta ventaja de hablar como local al megalómano y mitómano Donald Trump?

lunes, 11 de agosto de 2025

Reunión en Alaska


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Si el precio por la supervivencia de Ucrania es la ocupación temporal rusa, que así sea”, titulaba el 4 de agosto parafraseando al presidente checo Petr Pavel Ukrainska Pravda. “En este momento, Ucrania, con todo el apoyo occidental, no está en condiciones de liberar los territorios ocupados en un plazo breve sin un coste significativo en vidas humanas. Y, por supuesto, sería muy injusto que Occidente presionara a Ucrania para que liberara todos los territorios ocupados en este momento, porque no queremos exterminar a la nación ucraniana. Queremos que sobrevivan como un país independiente y soberano. Y si preservar Ucrania como un Estado independiente y autónomo tiene un coste, si el coste es aceptar que parte del territorio estará temporalmente ocupado, sin reconocerlo legalmente, que así sea. Nunca reconoceremos estos territorios ocupados como legalmente rusos”, afirmó según citaba el artículo del medio ucraniano.

Pese al rechazo público que ha causado a lo largo de los tres últimos años cualquier propuesta que implicara la pérdida de territorios -siempre planteada como temporal, aunque hace ya once años que Ucrania perdió Crimea y parte de Donbass, donde Ucrania es vista hace mucho tiempo como algo del pasado-, lo que planteaba Pavel es, al menos desde el fracaso de la contraofensiva de 2023, la única opción realista. Preservar el Estado y la independencia ucraniana no implica dar por hecho que Rusia aspire aún, si es que ese fue su deseo en 2022, a ocupar toda Ucrania o a realizar un cambio de régimen para mantener al país bajo su esfera de influencia, sino detener la pérdida de población y destrucción que implica la continuación de la guerra. Sin embargo, para quienes han visto la guerra de Ucrania como existencial y la han utilizado para luchar contra el enemigo ruso y acercarse al aliado estadounidense, este escenario equivale a una derrota estratégica.

sábado, 9 de agosto de 2025

El Mundo según Rusia y la Pax Americana


Leonid Savin, Katehon

La visita del enviado especial del presidente de Estados Unidos, Stephen Witkoff, a Moscú y las declaraciones oficiales sobre la próxima reunión del presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, para discutir la resolución del conflicto en Ucrania vuelven a plantear la cuestión de un posible cese de las hostilidades y el inicio de un proceso de paz, si las condiciones satisfacen a todas las partes. Aunque se habla de paz, surgen connotaciones contradictorias y preguntas adicionales. ¿Se alcanzarán los objetivos de la operación militar especial anunciados por los dirigentes rusos? ¿Debilitará el supuesto alto el fuego a Rusia o, por el contrario, le dará nuevas oportunidades para defender sus intereses? ¿Qué pasará con las sanciones?

La próxima reunión y las posibles negociaciones se producen en un contexto de ampliación de la zona de control ruso en la línea de contacto, por lo que son evidentes los temores de que las decisiones diplomáticas puedan frustrar el éxito militar y político. Los precedentes históricos de las guerras ruso-otomanas y, en particular, la política traicionera de Gran Bretaña y, más tarde, de Estados Unidos, hacen que este riesgo sea bastante alto.
Pero, ante todo, al reflexionar sobre la paz, hay que tener en cuenta que la entendemos de forma algo diferente a, por ejemplo, los representantes de la cultura anglosajona. Una incursión en la etimología es importante para comprender lo que nos espera en el futuro.

viernes, 8 de agosto de 2025

El camino incierto de la diplomacia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El encuentro entre Vladimir Putin y Steve Witkoff, enviado de Trump tanto para Oriente Medio como para Rusia, sigue marcando la actualidad política alrededor del conflicto rusoucraniano y quizá, al menos en parte, también la militar. Como en días anteriores, Ucrania ha continuado atacando con sus drones instalaciones energéticas de la Federación Rusa. Sin embargo, no se ha producido ningún gran ataque con misiles por parte de Rusia tal y como se especulaba ayer, cuando se observaban indicios de esa posibilidad. Solicitada por el Kremlin -esa fue al menos la afirmación de Donald Trump, que antes del viaje de Witkoff no mostraba grandes esperanzas de lograr avances significativos-, la reunión era el último cartucho del que disponía Rusia antes de que expirara el ultimátum del 8 de agosto marcado por la Casa Blanca para mostrar progresos tangibles hacia la paz. Hasta ahora, Moscú había mantenido la retórica de normalidad, había continuado su actuación en el frente sin cambios reseñables -ni aceleración de la guerra terrestre, ni aumento o reducción de los ataques en la retaguardia-, había restado importancia a la amenaza de las sanciones contra Rusia y deslegitimado las amenazas de sanciones secundarias a los clientes de su sector energético.

“Parece que Rusia está ahora más abierta a un alto el fuego. La presión sobre ellos está funcionando”, afirmó después de que se conocieran los primeros detalles de la reunión en Moscú Volodymyr Zelensky. Siguiendo la tendencia de aplicar una dosis de triunfalismo a cualquier acontecimiento -como prueba que esta semana Ucrania esté celebrando el “éxito” de la operación de Kursk ahora que se cumple un año de su inicio-, el presidente de Ucrania celebró de forma anticipada una versión de la reunión de la que únicamente conocía el texto publicado por Donald Trump. Como ya se intuía por el mensaje de Donald Trump, única fuente que daba a entender que Rusia y Estados Unidos habían acordado una reunión a tres en la que participaría también Volodymyr Zelensky, por la mañana el optimismo se redujo notablemente al conocerse la versión de Moscú. Según Yury Ushakov, el asesor más importante de Vladimir Putin en materia de política internacional, Moscú y Washington llegaron a un principio de acuerdo para celebrar, a la mayor brevedad, una cumbre entre los dos presidentes. A la pregunta de si se produciría un encuentro con el presidente ucraniano, Vladimir Putin insistió ayer en su comparecencia junto al presidente de los Emiratos Árabes Unidos, uno de los candidatos a albergar la reunión con Donald Trump, en que dicha reunión requeriría de un trabajo previo que aún no se ha realizado. Mientras el presidente estadounidense da a entender que existe la posibilidad de imponer esa reunión a tres, el ruso insiste en una cumbre a dos y deja para un futuro en el que se hayan negociado los aspectos importantes de la guerra un cara a cara con Zelensky.

miércoles, 6 de agosto de 2025

La semana del ultimátum


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La semana del ultimátum comenzó ayer con una pregunta clara a Donald Trump: “¿Hay algo que pueda hacer Rusia para evitar las sanciones?”. Sin embargo, para Ucrania, más centrada en utilizar la anécdota para restar atención a la situación en el frente, la pregunta verdaderamente importante es dónde está Medvedev. “El concepto de paz a través de la fuerza funciona. En el momento en que aparecieron los submarinos nucleares estadounidenses, un borracho ruso, que acababa de amenazar con una guerra nuclear en X, de repente se quedó en silencio. Rusia sólo entiende una cosa: la fuerza”, escribió ayer por la mañana el siempre exultante jefe de la Oficina del Presidente. Aparentemente, paz quiere decir que Dmitry Medvedev haya recibido algún tipo de advertencia y haya dejado de postear en las redes sociales durante unos días. En esta guerra, en la que la batalla informativa parece para Ucrania tan importante como la real, cualquier cuestión, por mínima que sea, es susceptible de convertirse en un asunto capaz de cambiar el desarrollo de los acontecimientos. Así lo ha demostrado la actuación de Donald Trump que, al más puro estilo del espectáculo que rodea a su administración y a su familia, ha movilizado submarinos nucleares contra dos posts en las redes sociales.

domingo, 3 de agosto de 2025

Incentivos y amenazas


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Incapaz de mantener una mínima consistencia en su forma de actuar, Donald Trump ha pasado de afirmar en actos electorales que sería capaz de finalizar la guerra en 24 horas e incluso antes de tomar posesión del cargo a una política de bandazos que muestran su incapacidad para imponer el resultado que desea y también la desesperación de quien ya no sabe muy bien qué hacer para conseguir lo que pensaba haber logrado ya. Trump, que no esconde que opina que merece premios de la paz y que afirma haber resuelto conflictos de 500 años -posiblemente en referencia a India y Pakistán y su conflicto por Cachemira, cuyo origen está en 1948, no en la conquista de Akbar el Grande en 1586 y que no ha desaparecido sino que ha vuelto al statu quo anterior al ataque de Pahalgam-, ha renunciado a cualquier papel de mediación y exige una resolución rápida. Al fin y al cabo, qué es un conflicto de solo once años para el hombre que ha resuelto conflictos milenarios.

Lo que la prensa ha presentado como un cambio de rumbo del presidente de Estados Unidos, inicialmente favorable a Moscú, pero que finalmente ha sabido ver que Vladimir Putin no quiere la paz, se gestó el mes pasado y dio lugar al ultimátum de 50 días dado al presidente ruso para lograr la resolución de la guerra. De lo contrario, Rusia se expondría a sanciones prohibitivas que compartiría con los principales clientes de su sector energético, India y China, países a los que añadió también a Brasil, fundamentalmente como venganza política. En realidad, el cambio de rumbo no debe sorprender y se corresponde exactamente con el plan publicado hace más de un año por el America First Policy Institute y cuyo coautor es el general Keith Kellogg.

viernes, 1 de agosto de 2025

"Cañones o mantequilla"


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“La presidenta de la Comisión Úrsula von der Leyen ha presentado este miércoles los planes para recortar la financiación de la Política Agraria Común de la Unión Europea de 386.600 millones de euros a apenas 300.000 millones a partir de 2027 como parte de la revisión profunda del próximo presupuesto a largo plazo del bloque”, explicaba ayer la edición europea de Politico. Para complementar esa noticia, habría que recordar el plan de rearme por valor de 800.000 millones de euros que la sonriente von der Leyen presentó el pasado marzo o el compromiso de invertir 600.000 millones más allá del nivel habitual en armamento estadounidense. El resultado es buena demostración de las prioridades del bloque comunitario y fiel reflejo de la expresión inglesa “guns or butter”, cañones o mantequilla.

“Al obligarle a elegir entre los cañones o la mantequilla, las sanciones le encierran en un vicio que se aprieta poco a poco”, afirmó en 2022 sobre las sanciones europeas el entonces líder de la diplomacia de la UE Josep Borrell. En ocasiones, las sanciones resultan contraproducentes y dañan tanto o más a los países que las imponen. Las tasas de crecimiento y el aumento de los salarios han sido, en estos tres primeros años de guerra rusoucraniana, superiores en Rusia que en la Unión Europea, que ahora elige los cañones, no necesariamente los propios, por delante de la mantequilla.

miércoles, 30 de julio de 2025

La lógica del momento: guerra y financiación


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Siguiendo el ejemplo de Donald Trump, capaz de abandonar una negociación y exigir a la otra parte que retorne a la diplomacia o de bombardear un país y exigir por ello un premio de la paz, Volodymyr Zelensky ha querido salir del embrollo político que ingenuamente se creó la semana pasada defendiendo las dos medidas tomadas. En esta guerra en la que el discurso es más importante que los hechos y los acontecimientos no tienen por qué corresponderse mínimamente con la opinión publicada, el presidente ucraniano ha presentado como un intento de garantizar la independencia de las instituciones anticorrupción -batalla que, contra toda evidencia, dice seguir luchando- tanto la legislación aprobada la semana pasada como la que espera aprobar esta. El discurso de Zelensky se mantiene firme y las palabras son las mismas para definir la ley que ponía a las instituciones creadas por y para el control occidental bajo el mando de la Fiscalía General que cuando exige a la Rada que vote, apenas unos días después, volver a devolverle la autonomía.

La contradicción no existe en la narrativa, creada a partir de las necesidades y no de la realidad. Para tapar ligeramente la evidente marcha atrás del presidente que sobreestimó sus fuerzas y subestimó las de sus oponentes, Zelensky se centra ahora en la idea de que los cambios buscaban y siguen buscando únicamente evitar la influencia rusa. Ayuda al presidente el hecho de que la retórica de la oposición haya sido exactamente la misma. Siguiendo la máxima que se ha repetido con sorna tantas veces en las redes sociales rusas, un agente ruso acusaba de ser agente ruso a otro. Mientras el bando de Zelensky acusaba a las agencias anticorrupción de haber sido infiltradas por Rusia, la oposición respondía señalando que el SBU, cuerpo que estaba realizando las redadas, era el que trabajaba para Moscú. Lógica decía que iba a ser suficiente, especialmente en un país que ha hecho de culpar a Rusia el único argumento necesario para justificar sus políticas, desde la operación antiterrorista que inventó para iniciar la guerra de Donbass hasta la prohibición de partidos pasando por la limitación progresiva del uso de la lengua rusa, vehicular en gran parte del país e incluso actualmente en el frente entre quienes luchan en el bando ucraniano.

viernes, 30 de mayo de 2025

Trump o la encarnación de la incertidumbre


Raúl Zibechi, LaJornada

La conducta de Trump es una puesta en escena de la incertidumbre”, sostuvo el historiador Emmanuel Todd en su conferencia en la Academia de Ciencias de Rusia, el 23 de abril en Moscú (https://goo.su/C0ilz). El título de su conferencia fue “Antropología y realismo estratégico en las relaciones internacionales” y aborda cuestiones que ya mencionó en su libro La derrota de Occidente, mientras analiza otras como el gobierno de Donald Trump, que no aparecían en su obra.

Voy a desgranar algunas ideas que nos pueden interesar a los movimientos anticapitalistas, centradas en las consecuencias de la inevitable caída del imperio. Para ilustrar la profundidad de esa caída, Todd sostiene que no estamos simplemente ante el fracaso económico y militar de Estados Unidos, sino ante algo mayor que define como “una dislocación de las creencias que han organizado la vida social occidental durante varias décadas”. No tiene dudas de que estamos ante el comienzo de una caída de Estados Unidos, pero indica que “debemos estar preparados para ver cosas mucho más dramáticas”.

Para no reincidir en cuestiones ya comentadas que vienen en su último libro, me centraré en lo que Todd denomina “la revolución de Trump”. Como toda revolución, contiene una violencia extraordinaria que se manifiesta, internamente, en “una lucha contra las universidades, contra la teoría de género, contra la cultura científica, contra la política de inclusión de los negros en las clases medias estadunidenses, contra el libre comercio y contra la inmigración”.

jueves, 29 de mayo de 2025

Una tormenta en Occidente: el paradigma intelectual liberal está roto

Héctor es engañado para entrar en combate y muere bajo las murallas de Troya. Trump bien podría entender la moraleja de la historia de La Ilíada.

Alastair Crooke, Strategic Culture

El año pasado, en San Petersburgo, me pregunté: ¿Saldrá Occidente de su guerra cultural como un socio potencial más receptivo? ¿O se desintegrará y recurrirá a la belicosidad para intentar mantener la paz?

Bueno, eso era entonces. La «contrarrevolución» está ahora en marcha bajo la forma de la «tormenta» de Trump. Y Occidente ya se ha desmoronado : el Proyecto Trump está poniendo patas arriba a Estados Unidos, y en Europa hay crisis, desesperación y una furia por derrocar a Trump y a «toda su obra».

¿Es esto entonces «todo»? ¿La rebelión anticipada contra la imposición cultural «progresista»?

No. Este no es el alcance de los sigilosos y estruendosos cambios que se están produciendo en Estados Unidos. Estos están provocando cambios políticos mucho más complejos. No será un simple duelo entre republicanos y demócratas. Porque aún queda otro golpe por dar, más allá de la revolución MAGA.

La verdadera acción en Estados Unidos no se desarrolla en seminarios en Brookings ni en artículos de opinión del New York Times . Sucede entre bastidores, fuera de la vista; fuera del alcance de la alta sociedad y, en su mayoría, fuera de guion. Estados Unidos está experimentando una transformación más parecida a la que sufrió Roma en la época de Augusto.

miércoles, 28 de mayo de 2025

Ucrania: ¿La Paz imposible?

A la luz de las posiciones irreconciliables de Kiev y Moscú, del maximalismo europeo y de la escasa incisividad de Trump, la perspectiva de una resolución de la guerra en Ucrania parece alejarse

Roberto Iannuzzi, Intelligence for the People

Las conversaciones de Estambul del 16 de mayo, las primeras entre Rusia y Ucrania en tres años pusieron de manifiesto todos los obstáculos para alcanzar un acuerdo de paz entre Moscú y Kiev. Estos obstáculos se confirmaron en la conversación telefónica entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin tres días después.

No obstante, la reunión de Estambul supuso un paso adelante, si se tiene en cuenta que hace solo tres meses el Gobierno ucraniano rechazaba incluso la idea de un diálogo con el Kremlin, por considerarlo ilegal, y exigía la retirada rusa de todos los territorios de Ucrania como condición previa para cualquier negociación. Pero el desarrollo de las conversaciones siguió siendo incierto hasta el último momento y tenso durante su breve duración (menos de dos horas).

Como lamentó el diplomático ruso Rodion Miroshnik, la delegación ucraniana estaba compuesta en su mayor parte por miembros del ejército y los servicios de inteligencia, lo que confirma que solo había acudido a Estambul para negociar los detalles de un posible alto el fuego. Había muy pocos diplomáticos y figuras políticas capaces de discutir los elementos de una paz duradera. Pero hasta el último momento, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky había pedido la aplicación de un alto el fuego de treinta días como condición previa para el inicio de las negociaciones. Trump reiteró esta petición en su posterior conversación telefónica con Putin, aunque en este caso se limitó esencialmente a actuar como portavoz de Kiev y sus aliados europeos.

Sin embargo, esta es una condición que Moscú siempre ha rechazado, considerándola un pretexto de Kiev para reorganizarse militarmente, movilizar nuevos efectivos y rearmarse. Por otra parte, los países occidentales aliados de Ucrania tampoco han aceptado nunca la petición rusa de cesar los suministros militares a Kiev como condición para un alto el fuego.

martes, 27 de mayo de 2025

La Unión Europea paga por fin el precio de sus prácticas comerciales desleales

…la Unión Europea, a pesar de ser uno de los bloques económicos más ricos del mundo, ha suprimido sistemáticamente la demanda interna mediante políticas de austeridad, contención fiscal y compresión salarial.

Thomas Fazi, Un Herd

El viernes, Donald Trump anunció un asombroso arancel del 50% sobre los productos de la Unión Europea, que entrará en vigor el 1 de junio de 2025, a menos que la UE acepte concesiones comerciales significativas. Esta escalada desde un arancel previamente reducido del 20% (ahora del 10% hasta el 8 de julio) ha desatado una tormenta de reacciones, desde el rechazo diplomático hasta la agitación de los mercados.

La propuesta arancelaria de Trump se dirige a los 550.000 millones de dólares anuales de exportaciones de la UE a EEUU. Alegando barreras comerciales “injustas” y una balanza comercial desequilibrada, Trump pretende forzar las negociaciones. El anuncio sigue una pauta de retórica comercial agresiva, que recuerda a la de su primer mandato, en el que a menudo se proponían aranceles, pero a veces se suavizaban tras las reacciones en contra. La UE, un aliado fundamental de EEUU y el mayor bloque comercial del mundo, se enfrenta ahora a un momento crucial para sortear este ultimátum económico.

Los líderes de la UE respondieron con mesurada moderación, señalando su deseo de evitar una guerra comercial en toda regla mientras se preparan para las represalias. Maros Sefcovic, Comisario de Comercio y Seguridad Económica de la UE, subrayó el compromiso con un “acuerdo basado en el respeto, no en las amenazas”. El primer ministro irlandés, Micheál Martin, calificó la amenaza arancelaria de “enormemente decepcionante”, argumentando que socava una relación comercial vital y la estabilidad económica mundial. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Johann Wadephul, se hizo eco de ello, advirtiendo de que tales aranceles perjudicarían a ambas economías e instando a la UE a preservar el acceso al mercado.

viernes, 23 de mayo de 2025

Repensar las relaciones entre Estados Unidos y China tras el naufragio de los aranceles

Tenemos suerte de que China siga aceptando nuestra moneda y, sin embargo, nuestro Secretario del Tesoro piensa que estar en la miseria nos da “ventaja”. Un hombre así no debería ser Secretario del Tesoro. Ha demostrado repetidamente que no tiene ni la más remota idea de cómo funciona la economía o de qué políticas ayudarán a avanzar los intereses estadounidenses

Mike Whitney, The Unz Review

Cuando el presidente Donald Trump impuso sus aranceles arrolladores el 2 de abril, tenía dos objetivos principales:
  1. Reducir los déficits comerciales
  2. Devolver el empleo y la fabricación a Estados Unidos
Estos eran los objetivos declarados, pero, como pronto descubrimos, el verdadero objetivo era debilitar a China impidiéndole vender bienes a los consumidores estadounidenses.

La administración Trump también utilizó los aranceles para aislar a China ofreciendo incentivos a las naciones que acordaron reducir su comercio con Pekín.

En resumen, los aranceles fueron el arma principal en una guerra comercial contra un competidor de igual a igual que ha superado a EEUU en casi todos los ámbitos de la producción industrial y tecnológica.

Afortunadamente, el plan de Trump fracasó y se vio obligado a suavizar los aranceles sin lograr ninguno de sus objetivos principales.

La razón por la que decimos “afortunadamente” es porque la política de aranceles nunca sirvió a los intereses del pueblo estadounidense. Muy al contrario, los estadounidenses se ven perjudicados por unas políticas unilaterales que ignoran las normas del comercio internacional y perturban innecesariamente las cadenas de suministro.

Lo único que consiguen es subir los precios, reducir el empleo y frenar el crecimiento. Además, manipular los aranceles con la intención de destruir a un rival viola una serie de normas de la OMC ampliamente aceptadas que protegen los intereses de todos.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Diplomacia a distancia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Absolutamente marcado por el anuncio de Donald Trump de su conversación con Vladimir Putin y Volodymyr Zelensky, el fin de semana, al igual que el día de ayer, transcurrió bajo la lógica de la presión de los países europeos y Ucrania a Estados Unidos en busca de más presión contra Rusia. Con un guion preparado mucho antes de la reunión de Estambul y que ignora completamente la voluntad de Moscú a negociar un alto el fuego -un escenario inaceptable, ya que las capitales europeas exigen una aceptación incondicional de los cambiantes e inviables términos de Ucrania-, el establishment político europeo se ha centrado en comunicarse con Donald Trump y su equipo para conseguir ganarse su confianza. El domingo, un sonriente y apacible Volodymyr Zelensky, cuya imagen contrastaba con el presiente enfurruñado y agresivo que sufrió la humillación del Despacho Oval, se reunió con JD Vance, segundo protagonista de aquella gresca, para escenificar la unidad entre los dos países. Tanto Ucrania como sus socios continentales han comprendido a la perfección que la opinión del presidente estadounidense es maleable y que, como solía decirse del último Romanov, Nicolás II, su opinión parece determinada por la última persona con la que había tratado un tema concreto. Esos súbitos cambios de opinión, de lo que Ucrania quiere aprovecharse para convencer al líder de la Casa Blanca de que la ausencia de Putin fue un rechazo de facto a la negociación, son el motivo del duro trabajo de grupo de presión realizado el fin de semana, con llamadas de todos los líderes europeos de importancia y halagos más allá de lo creíble.

Tras su reunión del domingo con Zelensky, el vicepresidente Vance, considerado junto a Donald Trump Jr. exponente de la parte del equipo de Trump menos favorable a Ucrania, ofrecía buenas palabras sobre el presidente de Ucrania e insistía en la necesidad de lograr el final de esta sangrienta guerra. Antes, Vance había criticado a Rusia afirmando que “exige demasiado”. Las supuestas condiciones rusas para lograr el final de la guerra, publicadas por varios medios estadounidenses, posiciones de partida que Rusia es consciente de que no puede obtener por la vía de la diplomacia, incluyen aspectos territoriales y también de seguridad. En su propuesta de máximos -equivalente a la que exige Ucrania con la rendición unilateral rusa que planteaba Zelensky con su Fórmula de Paz y Plan de Victoria– implicaría la aceptación de la neutralidad, prohibición de presencia militar extranjera y el reconocimiento de la soberanía rusa de los cuatro territorios ucranianos anexionados en 2022 y Crimea, que se adhirió a Rusia en 2014.

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin