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lunes, 14 de abril de 2025

Trump sepulta los mitos del libre comercio y de la globalización


Raphael Machado, Jornal Puro Sangue

Cuando afirmamos el año pasado que la elección de Trump sería más disruptiva para la hegemonía global liberal, los emocionados nos acusaron de “trumpistas”, “neocons” y más una torrente de improperios.

Pero continuamente, las decisiones trumpistas en política interna confirman nuestra evaluación. De hecho, hoy diría que Trump está siendo más disruptivo de lo que podría haber imaginado en 2024.

Recuerdo aquí, por cierto, que cuando se anunció el cierre de la USAID, los miembros de la “izquierda emotiva” (que simplemente no puede aceptar que Trump era una opción más disruptiva que Biden) vinieron corriendo a decir, en tonos divinatorios, que los recursos de la USAID serían, simplemente, reubicados.

No. Esta semana realmente se confirmó el cierre de la USAID y que el dinero volvería al presupuesto, sin ninguna previsión específica de seguir aplicando el mismo dinero de la misma manera a través de otros programas y organismos. Es claro que los EEUU seguirán proyectando su influencia alrededor del mundo, siempre lo han hecho. Pero uno de los principales brazos de esa proyección se ha cerrado y el presupuesto para ese tipo de actividad ha disminuido significativamente. Ahora, la iniciativa privada será aún más relevante en este campo.

Trump inventó el 'engaño de los aranceles' para 'desvincularse' de China


Mike Whitney, The Unz Review

El derroche arancelario de Trump nunca tuvo que ver con déficits comerciales, reindustrialización ni con el regreso de empleos a Estados Unidos. Siempre tuvo que ver con China . Ahora que Trump ha flexibilizado o eliminado los aranceles a otros 90 países, podemos ver qué está pasando realmente. Trump está usando la "cortina de humo arancelaria" para implementar su política de desacoplamiento, una estrategia diseñada para aislar, cercar y, finalmente, aplastar a la República Popular China. Ese es el motivo que impulsa la política. Los aranceles fueron solo un medio para un fin. Esto es de CNN :
El presidente Donald Trump anunció una pausa total de tres meses en todos los aranceles “recíprocos” que entraron en vigor a medianoche, con excepción de China, un sorprendente cambio de postura por parte de un presidente que había insistido en que los aranceles históricamente altos habían llegado para quedarse.

Sin embargo , se mantendrán los enormes aranceles sobre China, la segunda economía más grande del mundo. De hecho, Trump anunció que se incrementarán del 104% al 125 % después de que China anunciara aranceles adicionales como represalia contra Estados Unidos el miércoles. Todos los demás países que estaban sujetos a aranceles recíprocos el miércoles verán sus tasas reducidas al 10%, afirmó.

“Debido a la falta de respeto que China ha mostrado hacia los mercados mundiales, por la presente aumento el arancel que Estados Unidos le impone a China al 125%, con efecto inmediato”, declaró Trump en su publicación en redes sociales. “En algún momento, ojalá en un futuro próximo, China se dará cuenta de que estafar a Estados Unidos y a otros países ya no es sostenible ni aceptable”, escribió. Trump anuncia una pausa de 90 días en los aranceles recíprocos, con excepción de China ( CNN).
¿La "falta de respeto" de China? ¿Entonces, Trump está estableciendo la política comercial estadounidense basándose en sentimientos heridos?

Esa no es una explicación creíble. Algo más está sucediendo aquí.

sábado, 12 de abril de 2025

El mejor amigo

Nahia Sanzo, Slavyangrad

Coherente en su incoherencia, la reunión en la que Donald Trump recibió al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, fue un ejemplo de su visión transaccional tanto de la guerra de Ucrania como de su intento de limpieza étnica de Gaza con la emigración voluntaria de un millón y medio de personas cuyas vidas no cuentan en absoluto para el presidente de Estados Unidos. “Ya saben lo que pienso de la franja de Gaza, creo que es una pieza increíble de importantes bienes inmuebles”, afirmó Trump, que no esconde que el interés empresarial es para él la cuestión clave. No es la primera ocasión en la que un miembro del clan Trump se manifiesta en ese sentido. El propio presidente publicó hace unas semanas un vídeo creado por la inteligencia artificial en el que presentaba su Riviera Francesa en el Mediterráneo oriental, donde la población árabe quedaba limitada al espectáculo y él podía tomarse una copa en la piscina del hotel Trump junto a Netanyahu. Antes, también su yerno Jared Kushner, pareja de Ivanka Trump, había mostrado su interés por adquirir propiedades en la primera línea de playa de Gaza.

“Si se traslada a los palestinos a diferentes países, y hay muchos países dispuestos a hacerlo, y se crea una zona de libertad, una zona libre”, afirmó Trump sin necesidad de aclarar que el significado de esa última expresión es zona libre de población palestina. “No entiendo por qué Israel la cedió. Israel era su dueño. Se apropiaron de propiedades frente al mar”, insistió Trump en su flagrante revisionismo histórico en el que no hace falta esconder el deseo de hacer desaparecer lo que Israel ha dejado de sus viviendas y sus vidas a un millón y medio de personas. Gaza nació como la franja que ahora conocemos tras la Nakba de 1948, cuando se concentró ahí una enorme población que había sido expulsada de sus localidades y de sus viviendas ante el avance sionista, cuya intención fue siempre lograr “la mayor cantidad posible de territorio, con la menor cantidad posible de árabes”. En 2005, por decisión de Ariel Sharon ante lo insostenible de los asentamientos ilegales en Gaza, Israel se retiró de la zona de ocupaba para pasar a sitiar el territorio, en el que desde entonces ha controlado la entrada y salida de personas, el suministro eléctrico, el acceso de la ayuda humanitaria e incluso la carga comercial, por lo que pese a haber abandonado los asentamientos, sigue siendo considerada la potencia ocupante de la misma manera que lo es en Cisjordania, donde mantiene sus localidades construidas infringiendo la legalidad internacional y, en ocasiones, incluso la israelí. La situación no es nueva sino que se ha perpetuado durante las últimas casi ocho décadas, en las que Estados Unidos ha sido el principal valedor de la ocupación e impunidad israelí.

Trump ha amenazado a Irán con un ultimátum que tal vez no pueda cumplirse

Lo que se entiende ahora es que «ya no estamos jugando al ajedrez». Ya no hay reglas.

Alastair Crooke, Strategic Culture

¿El ultimátum de Trump a Irán? El coronel Doug Macgregor compara el ultimátum de Trump a Irán con el que Austria-Hungría entregó a Serbia en 1914: una oferta, en resumen, que «no podía ser rechazada». Serbia aceptó nueve de las diez demandas. Pero rechazó una, y Austria-Hungría declaró inmediatamente la guerra.

El 4 de febrero, poco después de su toma de posesión, el presidente Trump firmó un Memorando Presidencial de Seguridad Nacional (NSPM,); es decir, una directiva legalmente vinculante que exige a las agencias gubernamentales llevar a cabo las acciones especificadas con precisión.

Las exigencias son que se le niegue a Irán un arma nuclear; se le nieguen misiles intercontinentales y se le nieguen también otras capacidades de armas asimétricas y convencionales. Todas estas exigencias van más allá del TNP y del PAIC existente. Con este fin, la NSPM ordena que se imponga la máxima presión económica; que el Tesoro de EE. UU. actúe para reducir a cero las exportaciones de petróleo de Irán; que EE. UU. trabaje para activar la reversión de las sanciones del JCPOA; y que se neutralice la «influencia maligna de Irán en el extranjero», es decir, sus «representantes».

La reimposición de sanciones de la ONU expira en octubre, por lo que queda poco tiempo para cumplir los requisitos de procedimiento para la reimposición. Todo esto sugiere por qué Trump y los funcionarios israelíes dan la primavera como fecha límite para un acuerdo negociado.

El ultimátum de Trump a Irán parece estar llevando a Estados Unidos por un camino en el que la guerra es el único resultado, como ocurrió en 1914, un resultado que finalmente desencadenó la Primera Guerra Mundial.

¿Podría ser esto solo fanfarronería de Trump?

domingo, 6 de abril de 2025

«Al imperialismo no se le puede confiar ni tantito así»

Esta emblemática frase del Che Guevara mantiene su plena vigencia incluso seis décadas después

Eduardo Vasco, Strategic Culture

Esta emblemática frase del Che Guevara mantiene su plena vigencia incluso seis décadas después. Cada día que pasa, más personas en todo el mundo se dan cuenta de que están siendo engañadas por el canto de sirena de las potencias imperialistas, especialmente Estados Unidos.

Lo que Donald Trump está haciendo con los ucranianos es un claro ejemplo de cómo funciona el imperialismo. Según el Wall Street Journal, el acuerdo sobre minerales exigiría que Ucrania entregue el control de sus recursos naturales e infraestructura a cambio de la ayuda militar proporcionada por el Pentágono, con efectos retroactivos.

Kiev tendría, así, que ceder el control de su economía a Estados Unidos como pago por la ayuda militar recibida, de acuerdo con el informe filtrado al periódico estadounidense. El plan, aún en discusión, crearía un fondo de inversión bilateral que daría prioridad a empresas estadounidenses en proyectos estratégicos ucranianos.

El acuerdo en negociación prevé la creación de un “Fondo de Reconstrucción e Inversión EEUU-Ucrania”, registrado en Delaware, que tendría derecho de preferencia sobre todos los proyectos futuros y existentes relacionados con recursos naturales (metales, petróleo, gas y minerales críticos) e infraestructura (puertos, oleoductos, gasoductos y otras obras estratégicas).

viernes, 4 de abril de 2025

Las absurdas políticas comerciales de Trump empobrecerán a los estadounidenses y dañarán al mundo


Jeffrey Sachs, Common Dreams

El presidente estadounidense, Donald Trump, está destrozando el sistema de comercio mundial por una falacia económica básica. Afirma erróneamente que el déficit comercial de Estados Unidos se debe a que el resto del mundo estafa a Estados Unidos, afirmando repetidamente cosas como: «Durante décadas, nos han estafado como ningún otro país en la historia…».

Trump pretende cerrar el déficit comercial imponiendo aranceles, lo que obstaculizaría las importaciones y restablecería la balanza comercial (o induciría a otros países a dejar de estafar a Estados Unidos). Sin embargo, los aranceles de Trump no cerrarán el déficit comercial, sino que empobrecerán a los estadounidenses y perjudicarán al resto del mundo.

El déficit comercial de un país (o, más precisamente, su déficit en cuenta corriente) no indica prácticas comerciales desleales por parte de los países con superávit. Indica algo completamente distinto. Un déficit en cuenta corriente significa que el país deficitario gasta más de lo que produce. Es decir, ahorra menos de lo que invierte.

El déficit comercial de Estados Unidos refleja el despilfarro de la clase dominante corporativa estadounidense, más específicamente, el resultado de déficits presupuestarios crónicamente elevados derivados de recortes de impuestos a los ricos, combinados con billones de dólares desperdiciados en guerras inútiles. Los déficits no son la perfidia de Canadá, México y otros países que venden más a Estados Unidos de lo que Estados Unidos les vende.

viernes, 21 de marzo de 2025

Negociación a varias bandas


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“El presidente Donald Trump parece mucho más dispuesto a llegar a un acuerdo de paz en Ucrania que el presidente ruso Vladimir Putin. Esa es la conclusión obvia de la llamada de dos horas del martes entre los dos líderes”, escribía ayer en The Washington Post uno de los columnistas estrella del medio, David Ignatius. “No creo una sola palabra de lo que Trump y Putin dicen sobe Ucrania”, titulaba en The New York Times Thomas Friedman, que en septiembre de 2023, en un viaje de 72 horas en las que no salió de Kiev, comprendió todo lo que necesitaba saber del país y del conflicto. “Ucrania es un país que cambiará las reglas del juego para Occidente, para bien o para mal, dependiendo del resultado de la guerra. Su integración algún día en la Unión Europea y en la OTAN constituiría un cambio de poder que podría rivalizar con la caída del Muro de Berlín y la unificación alemana”, escribió entonces el articulista sin ninguna noción de la hipérbole.

Tres años después del inicio de una guerra cuya causa fundamental es una reliquia de la Guerra Fría, la OTAN, que perdió su razón de ser con la desaparición de la Unión Soviética, los abusos de la historia para justificar la postura actual siguen estando a la orden del día. “Como escribía recientemente Monica Duffy Toft, profesora de política internacional en la Universidad de Tufts, en Foreign Affairs, «el panorama geopolítico actual se parece especialmente al del final de la Segunda Guerra Mundial» porque «las principales potencias están intentando negociar un nuevo orden mundial principalmente entre ellas, de forma muy parecida a como lo hicieron los líderes aliados cuando redibujaron el mapa del mundo» en Yalta”, afirmaba ayer The New York Times, sin caer en la cuenta de que el mundo unipolar del momento actual, el rearme de unas potencias europeas contra otras y la guerra en una zona periférica del continente se asemeja más a los años que derivaron en la Primera Guerra Mundial que al contexto político, geopolítico o militar tras la Segunda.

Una intensa lluvia caerá, desde el Oeste hasta el Este

En esta coyuntura incandescente, lo que importa es lo que no se dice.

Pepe Escobar. Strategic Culture

Empecemos con esa llamada telefónica. La lectura del Kremlin es bastante sobria, pero revela algunas pepitas. Todavía no hay un acuerdo completo entre Moscú y Washington. Ni mucho menos: estamos en la fase inicial y tentativa de hablar y hablar sobre varios expedientes interconectados.

El presidente Putin no reveló absolutamente nada. La pausa acordada en los ataques a la infraestructura energética —no energía y, en cursiva, infraestructura— se traduce en que Putin impone un alto a los peligrosos ataques ucranianos a la central nuclear de Zaporizhzhia.

Puede que esto se pierda entre toda la histeria occidental; pero hay dos condiciones absolutas expresadas por Moscú para que cualquier cosa en este acertijo comience a cumplir con la realidad objetiva —y no se desarrolle como un desastre narrativo de un reality show:

  1. “El acuerdo en Ucrania debe tener en cuenta la necesidad incondicional de eliminar las causas fundamentales de la crisis, los intereses legítimos de seguridad de Rusia”.
  2. “La condición clave para evitar la escalada del conflicto debe ser el cese total de la ayuda militar extranjera y el suministro de información de inteligencia a Kiev”.
El enviado especial de Estados Unidos, Witkoff, está diciendo que los ‘detalles’ del alto el fuego se resolverán el domingo en Arabia Saudí. No importa la cantidad de gritos, Kiev tendrá que aceptarlo.

jueves, 20 de marzo de 2025

Sobre las negociaciones de Putin y Trump


Aleksandr Dugin, Geopolitika

Las conversaciones telefónicas de ayer entre Trump y Putin son un acontecimiento muy importante. Los líderes de las dos grandes potencias discutieron muchos problemas entre ellos. Creo que no se trató solo de Ucrania, sino también de la arquitectura futura del mundo, sobre el orden de las grandes potencias que se está creando ante nuestros ojos y que no tiene nada que ver con el mundo liberal unipolar del globalismo o el orden mundial que fue impuesto a toda la humanidad por la anterior administración estadounidense y cuyos restos aún vemos en la Unión Europea.

En esta conversación Putin y Trump establecieron los lineamientos para la formación de una nueva arquitectura de las relaciones internacionales. Por supuesto, el diálogo continuará, pero lo más importante es que existe, que nuestros líderes están hablando entre sí, intercambiando puntos de vista para resolver ciertos problemas. Por lo tanto, el hecho mismo de esta conversación es difícil de valorar; de hecho, ya se ha convertido en un punto de inflexión en la historia reciente y el inicio del desescalamiento.

Sí, Trump sigue en guerra con Rusia, pero esta no es su guerra, él no la empezó y quiere acabarla cuanto antes. Otra cosa es que no sepa cómo hacerlo y tampoco entienda qué es Ucrania para nosotros. Al parecer, tiene una visión bastante simplista de las herramientas y las formas en que se puede poner fin a este conflicto. Pero, al mismo tiempo, tiene la firme voluntad de poner fin a esta guerra. Quiere detenerla o simplemente hacerla a un lado, dejándosela a los ucranianos y la Unión Europea.

miércoles, 19 de marzo de 2025

El Kremlin comenta la conversación entre Putin y Trump: puntos clave

El presidente ruso y su homólogo estadounidense han mantenido este martes una llamada telefónica de más de dos horas durante la cual discutieron el conflicto ucraniano y la normalización de las relaciones bilaterales.

Sputnik

El Kremlin comentó la conversación telefónica entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su par estadounidense, Donald Trump, que duró más de dos horas.

«Los dirigentes han realizado un intercambio de puntos de vista detallado y franco sobre la situación en Ucrania. Vladímir Putin expresó su gratitud a Donald Trump por su empeño en promover el noble objetivo de poner fin a las hostilidades y a las pérdidas humanas», reza el comunicado.

Durante la conversación, el presidente ruso dijo estar «dispuesto a trabajar junto con sus socios estadounidenses en un examen exhaustivo de las posibles vías de una solución, que debería ser global, sostenible y a largo plazo» y debe tener en cuenta los legítimos intereses de seguridad de Rusia y la «necesidad incondicional de eliminar las causas profundas de la crisis».

Iniciativa de alto el fuego

Además, los presidentes discutieron la posibilidad de un alto el fuego de 30 días entre Rusia y Ucrania. «En el contexto de la iniciativa del presidente de EEUU de introducir un alto el fuego de 30 días, la parte rusa ha señalado una serie de puntos esenciales relativos al control efectivo de un posible alto el fuego a lo largo de toda la línea de contacto, la necesidad de detener la movilización forzosa en Ucrania y el rearme de las Fuerzas Armadas ucranianas», comunicó el Kremlin.

En este contexto, la parte rusa expresó su preocupación por «los graves riesgos asociados a la falta de compromiso por parte del régimen de Kiev, que ya ha saboteado y violado repetidamente los acuerdos alcanzados».

martes, 18 de marzo de 2025

Líneas rojas de la negociación


Nahia Sanzo, Slavyangrad

A la espera si la conversación telefónica que mantendrán hoy Donald Trump y Vladimir Putin resultará en algún tipo de anuncio importante como el presidente de Estados Unidos parece esperar, los medios siguen tratando de determinar cuál es la posición negociadora de las partes y, sobre todo, cuáles son las verdaderas líneas rojas de Kiev y Moscú entre las que puede discurrir la negociación. El domingo, Marco Rubio habló de un “plan A y plan B”, en realidad una fase A y fase B, un alto el fuego inicial y una posterior negociación, una postura más cercana a la posición rusa que a la ucraniana o europea. Sorprendentemente teniendo en cuenta el autoritarismo de Donald Trump y que es Estados Unidos quien tiene en su mano cartas con las que presionar seriamente a Kiev y a Moscú, la postura de Washington es más favorable a la negociación, frente a la inflexible postura de la Unión Europea y el Reino Unido, que esperan que Moscú reciba una oferta de alto el fuego o de paz en la que no tenga voz más que para aceptar.

Las declaraciones de esos últimos meses de Marco Rubio, Mike Waltz o Steve Witkoff, que siguen realizando intervenciones mediáticas en las que se les exige anunciar cuáles serán las concesiones que exigirán a Moscú, muestran que el objetivo del entorno de Trump es conseguir para Ucrania el máximo posible, pero sin arriesgarse a una situación de enfrentamiento directo con la Federación Rusa, algo que comparten con la administración Biden, y renunciando a la guerra eterna a la que los países europeos parecían dispuestos hasta la pasada semana, cuando rápidamente comprendieron las bondades de un alto el fuego de 30 días que Rusia tenía que aceptar sin preguntas. Con ciertas dificultades para esquivar las preguntas de qué se va a exigir a Moscú teniendo en cuenta que ha quedado claro que Estados Unidos espera que Ucrania renuncie temporalmente a parte de sus territorios, Steve Witkoff mencionó tres temas. “Hay regiones en las que todos sabemos que los rusos están centrados. Hay un reactor nuclear que suministra bastante electricidad al país de Ucrania. Hay que ocuparse de eso. Está el acceso a los puertos. Está el potencial acuerdo del Mar Negro”, afirmó.

Putin desenmascara la farsa teatral del alto el fuego

Putin nunca sacrificará las demandas de “indivisibilidad de la seguridad” que Rusia planteó a Washington en diciembre de 2021 y que no recibió respuesta alguna.

Pepe Escobar, Strategic Culture

El “alto el fuego” anunciado con su característica grandilocuencia por el equipo de Trump 2.0 debería verse como un kabuki de mal gusto dentro de una matrioska barata.

A medida que vamos quitando las máscaras sucesivas, la última que queda en el interior de la matrioska es una pequeña bailarina travesti despierta: una Minsk 3 disfrazada de drag.

Ahora es el momento de un nuevo “alto el fuego”: el presidente Putin, solo en uniforme por segunda vez desde el inicio de la SMO, muy serio, visita la línea del frente en Kursk.

Finalmente, la clave para la verdadera operación de desprendimiento: la conferencia de prensa de Putin después de su reunión con Lukashenko en Moscú.

¿Alto el fuego? Por supuesto. Lo apoyamos. Y luego, metódica y diplomáticamente, el presidente ruso, con un estilo Caravaggio, aplicó un claroscuro total a cada detalle geopolítico y militar de la estrategia estadounidense. Una deconstrucción artística y consumada.

Resultado final: la pelota vuelve a estar en manos de Donald Trump. Dicho sea de paso, el líder del Imperio del Caos, en proceso de renovación, no tiene la última palabra.

domingo, 16 de marzo de 2025

Kursk, la historia y la teoría de la conspiración


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La conversación telefónica mantenida el mes pasado por Vladimir Putin y Donald Trump y la inmediata histeria provocada en el establishment europeo, temeroso de quedar fuera del círculo de toma de decisiones sobre una guerra que hace tres años consideraron existencial y que tratan de mantener activa hasta que Ucrania pueda dictar los términos de su resolución, causaron todo tipo de analogías, generalmente burdas y sin la mayor validez, sobre la situación actual y la traición de Múnich en 1938, donde los poderes occidentales sacrificaron a Checoslovaquia frente al fascismo en busca de una paz que no iba a llegar. Dialogar con la Federación Rusa era visto como el paso previo para aceptar una resolución de la guerra impuesta desde Moscú. La reacción fue inmediata, especialmente porque los países europeos vieron, por primera vez desde que lo hiciera Charles De Gaulle, que quizá Estados Unidos no acudiría al rescate de sus aliados europeos en el -más que improbable- caso de ser atacada.

El plan ReArm Europe, la movilización masiva de fondos y créditos para aumentar el gasto en defensa alegando la urgencia de una guerra que comenzó hace tres años es la principal conclusión, aunque no la única. El viernes, los medios informaban de la propuesta de Kaja Kallas de hasta 40.000 millones de euros para “reforzar el envío de material militar a Ucrania”. El objetivo busca mantener el nivel de asistencia militar de la UE a Ucrania por la vía de la creación de un fondo voluntario para que países comunitarios y extracomunitarios pudieran sumarse a la inversión, evitando así los posibles vetos de países potencialmente díscolos como Hungría o Eslovaquia. El debate sobre el aumento de la aportación militar a Ucrania se produce, no solo cuando se ha reanudado ya el flujo de material e inteligencia estadounidense a Ucrania, sino cuando se habla de la posibilidad de un alto el fuego que dé lugar a una negociación para buscar una salida diplomática y poner fin a un conflicto que se ha cobrado cientos de miles de víctimas, ha destrozado partes importantes de territorios ucranianos y rusos y ha provocado una escalada política que amenaza con crear un polvorín europeo en el que incluso la paz no signifique el final de la amenaza de choque entre potencias continentales.

viernes, 7 de marzo de 2025

Grietas en el Occidente Colectivo

Washington tiene ahora otras prioridades, y el enemigo a vencer es China, no Rusia. Y para esa pelea la Casa Blanca considera que Europa, y la guerra en Ucrania, son un estorbo

Atilio Boron, La Haine

Lo ocurrido en la Oficina Oval de la Casa Blanca el pasado viernes 28 de febrero (foto) carece por completo de precedentes en la historia de EEUU y en la de la mayoría de los países. La acalorada discusión entre los anfitriones, Trump y su vice, James David Vance y el invitado especial, el presidente/dictador de Ucrania, Volodimir Zelenski ante varias decenas de periodistas y camarógrafos que habían sido invitados a los efectos de registrar lo que se esperaba fuese una amable conversación que se salió de madre y a punto estuvo de terminar como una riña callejera.

Trump había citado al presidente ucraniano para firmar un acuerdo mediante el cual Ucrania cedía a EEUU el control -no total sino parcial, en todo caso- sobre los yacimientos de “tierras raras” y otros minerales existentes en el territorio del país europeo, como contraprestación por el apoyo que Washington le dio a Kiev desde el inicio de la guerra en febrero del 2022. Apoyo, hay que anotar, que Trump dice que fue del orden de los 500.000 millones de dólares (en otros momentos dijo 350.000) cuando en realidad lo comprobado es una suma del orden de los 140.000 millones de dólares, no muy diferente a la que aportaron los países de la Unión Europea. Antes de viajar a Washington Zelenski había dicho que ignoraba los términos específicos de ese acuerdo, la “letra chica”, digamos, pero que conocía sus líneas generales con las cuales había manifestado su conformidad.

Sin embargo, cuando cayó en la cuenta de que ese instrumento jurídico no contenía una cláusula de seguridad de los EEUU en el posible acuerdo de paz que se está urdiendo entre el Kremlin y la Casa Blanca a espaldas de Ucrania y sus mentores europeos, Zelenski se negó a firmar el acuerdo. Esto motivó un áspero diálogo en donde Trump y Vance vapulearon a Zelenski acusándolo de apostar al estallido de una III Guerra Mundial y poner en peligro la vida de millones de personas; también de faltarle el respeto a EEUU pese a la ayuda que le había brindado para resistir la agresión rusa y de su ingratitud porque no había agradecido por esa ayuda.

martes, 4 de marzo de 2025

Trump se enfrenta al "occidente Colectivo"

En cualquier caso, puede que su sustitución no sea algo terrible, ya que obligaría a celebrar las elecciones tan esperadas y conduciría al surgimiento de un liderazgo legítimo en Kiev, que ahora se ha convertido en una necesidad imperiosa para que prevalezca lo que Trump llamaría ‘sentido común’.

M. K. Bhadrakumar, Indian PunchLine

La dramática escena en el Despacho Oval el viernes por la noche indica que el presidente Donald Trump está desvinculando a Estados Unidos de la “guerra eterna” en Ucrania que dejó su predecesor Joe Biden.

La guerra está a punto de terminar con un gemido, pero su “efecto mariposa” en nuestro mundo increíblemente complejo y profundamente interconectado definirá la seguridad europea e internacional durante las próximas décadas.

Los medios de comunicación occidentales, hostiles a Trump, han aprovechado la oportunidad para caricaturizarlo como una figura impulsiva en un intercambio de roles con Zelensky. En realidad, sin embargo, Trump ha sido literalmente llevado a este punto por la administración Biden.

La reacción emocional muy cargada de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, compadeciéndose del presidente Zelensky, habla por sí sola:
Su dignidad honra la valentía del pueblo ucraniano. Sea fuerte, sea valiente, no tenga miedo. Nunca está solo, querido presidente.
La negativa de Trump a conceder una cita a Von der Leyen puede explicar en parte su furia como mujer despreciada. En verdad, el ‘Occidente colectivo’ se encuentra en una encrucijada y no sabe qué camino tomar.

Sin la cobertura aérea y las aportaciones por satélite de EEUU, el despliegue de tropas occidentales en Ucrania será imposible. Incluso el francés Emmanuel Macron estaría de acuerdo en que sus tropas serán trituradas.

Zelenski y Ucrania están acabados


Aleksandr Dugin, Geopolitika

Es demasiado pronto para sacar conclusiones trascendentales sobre lo que ocurrió ayer en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Pero ya es evidente que se trata de un acontecimiento de gran envergadura. Evaluaremos sus consecuencias más adelante, pero Trump ya ha dejado claro que la guerra que inició Biden no tiene sentido para él y que es un crimen.

Por supuesto, Trump y Vance todavía tienen que declarar que la guerra en Ucrania, la cual ha durado tres años, fue un crimen de Biden. Pero ayer finalmente quedó claro para muchos en Occidente apoyar a un dictador y asesino que no sabe cómo comportarse, vestirse o negociar en una situación en la que a sabiendas no tiene ventaja absoluta no es nada más que un criminen. La estrategia de confrontación con Rusia de la administración Biden era, de hecho, el camino hacia una guerra nuclear.

En general, no es tanto que Trump y Vance estén apoyando a Zelenski. ¿Y quién es él, de todos modos, para que una potencia sacrifique todo por su causa? No es más que un don nadie, un diminuto loco al servicio del gobierno globalista anterior, un engranaje que desempeñó el papel de lacayo obediente, pero que no tuvo tiempo de cambiar su discurso para ponerse en sintonía con el nuevo gobierno de Estados Unidos que está atravesando por una verdadera revolución conservadora, la cual ha cambiado la ideología y la política de ese país en 180 grados. Lo mismo se aplica a la geopolítica.

lunes, 3 de marzo de 2025

¿A qué se debe la preocupación de Trump por poner fin al conflicto en Ucrania?

"Quiero tener seguridad de poseer las tierras raras”, dijo Trump a los periodistas a principios de febrero. Pero también coquetear con los rusos para frenar los avances tecnológicos chinos

Vijay Prashad, La Haine

En su primer mes de regreso en la Casa Blanca Trump indicó su interés en anexar Groenlandia y negociar un acuerdo de paz para Ucrania que incluiría el acceso a los minerales y metales ucranianos.

Es importante señalar que Groenlandia ya ha sido un punto de discordia en torno a sus vastas reservas de minerales de tierras raras, con nombres tan notables como disprosio, neodimio, escandio e itrio (hay diecisiete minerales de tierras raras que son fundamentales para cualquier tecnología avanzada).

Dado que Groenlandia forma parte de Dinamarca, está sujeta a las normas de la Unión Europea. En 2011, la UE publicó una lista de materias primas críticas, que incluía estos minerales de tierras raras. Luego, en 2023, la UE aprobó la Ley de Materias Primas Críticas, que instaba a la producción nacional de estos minerales y metales críticos y a su importación al continente.

Ucrania, por su parte, posee un enorme tesoro de tierras raras (desde apatita hasta circonio), así como reservas de litio y titanio (aunque buena parte se encuentra en las nuevas provincias rusas). Trump exigió a Ucrania al menos 500.000 millones de dólares de estas reservas como pago por el apoyo de EEUU en la guerra. "Quiero tener seguridad de tener las tierras raras", dijo Trump a los periodistas a principios de febrero, sonando como un personaje de El Señor de los Anillos.

jueves, 27 de febrero de 2025

Steve Bannon: el arquitecto ideológico del trumpismo


Aleksandr Dugin, Geopolitika

Stephen Kevin Bannon es una de las figuras más controvertidas e influyentes de la política estadounidense contemporánea. Exbanquero, productor de cine y exredactor en jefe del influyente Breitbart News, fue uno de los estrategas clave de Donald Trump durante su primera campaña presidencial y su gobierno. Bannon dejó una huella indeleble en el movimiento Make America Great Again (MAGA), siendo, de hecho, su inspirador ideológico y arquitecto. Sus ideas basadas en el nacionalismo económico, el antiglobalismo y el populismo se convirtieron en los cimientos de la filosofía política del trumpismo.

Steve Bannon nació el 27 de noviembre de 1953 en Norfolk, Virginia, de padres católicos irlandeses. En su carrera ha sido polifacética: sirvió como oficial en la Marina estadounidense, trabajó como banquero de inversiones en Goldman Sachs, luego en una producción cinematográfica de Hollywood y, finalmente, se convirtió en magnate de los medios de comunicación y estratega político. Bannon se hizo más conocido como presidente ejecutivo de Breitbart News, un sitio web que él mismo describió como «una plataforma para la derecha alternativa». Su enfoque del periodismo era intransigente: Breitbart se convirtió en la voz de las ideas conservadoras y resonó entre millones de estadounidenses descontentos con el establecimiento liberal globalista.

Breitbart News Network fue fundada en 2007 por el periodista, escritor, empresario y magnate de los medios de comunicación estadounidense Andrew Breitbart. Tras su muerte en 2012, Steve Bannon se convirtió en presidente ejecutivo y transformó el sitio en una poderosa plataforma de ideas conservadoras, populistas y defensora del movimiento MAGA. Breitbart es conocido por criticar a las élites liberales y promover una agenda antiglobalista. Este sitio, bajo la dirección de Bannon, desempeñó un papel clave en la campaña de Trump del 2016, convirtiéndose en el portavoz de los «estadounidenses olvidados» y de una amplia audiencia del «corazón de Estados Unidos».

lunes, 24 de febrero de 2025

Salvar al soldado Zelensky


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Volodymyr Oleksandrovych Zelensky era un cómico sin experiencia política cuando anunció que se presentaría a las elecciones presidenciales ucranianas de 2019”, escribe la BBC en un artículo en el que recuerda que, pese a su falta de experiencia política, “ganó con un aplastante 73% de los votos, prometiendo luchar contra la corrupción y traer la paz al este de Ucrania”. El temor a que resultara ser otro títere de un grupo oligárquico, añade, no se cumplió y Zelensky resultó ser “más independiente de lo que esperaban quienes dudaban de él”. Para sorpresa de votantes y detractores, el actual presidente nunca trató de poner en marcha sus promesas de limitar la brecha social que había causado la agenda nacionalista iniciada con la victoria de Maidan. “Muchos ucranianos también consideraron demasiado tímida la retórica de Zelensky sobre el conflicto en la región oriental de Donbass y las relaciones con Rusia”, continúa la BBC, que califica de esa manera la promesa electoral del candidato Zelensky de hacer todo lo posible por conseguir el final de la guerra en el este del país.

“Sus intentos de negociar con Rusia no tuvieron más que un éxito limitado”, sentencia sin explicar que las cada vez más frecuentes infracciones al alto el fuego que menciona no solo procedían de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk ni la creciente beligerancia de Zelensky, que apeló al Reino Unido a instalar bases militares en el país o publicar la Declaración Crimea, percibida en Rusia como algo similar a una declaración de guerra. Queda también en el olvido la nula intención ucraniana de implementar los acuerdos de Minsk, situación que, unida a las exigencias de Ucrania a integrarse en la OTAN y la negativa de Occidente a admitir públicamente lo que, según el profesor Jeffrey Sachs se admitía en privado, que Ucrania no sería incluida en la Alianza, derivó en el reconocimiento ruso de la RPD y la RPL el 22 de febrero de 2022 y la invasión rusa dos días después.

jueves, 20 de febrero de 2025

Trump contra Zelensky


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El martes en Riad, según el editorial de ayer de El País “hasta el país elegido para la reunión es una decisión pésima”, se vio la imagen del fracaso de la estrategia de tratar de imponerse a Rusia por la fuerza. En la ciudad saudí se reunieron el secretario de Estado Marco Rubio, el Asesor de Seguridad Nacional Mike Waltz y el enviado de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff por parte de Estados Unidos y el ministro de Asuntos Exteriores Sergey Lavrov y el asesor de política exterior Yury Ushakov en representación rusa. En la sombra quedó Kiril Dmitrev, director del Fondo Ruso de Inversiones Directas, cuya cercanía al grupo negociador indica las aspiraciones rusas a negociar acuerdos económicos o la certeza de que ese aspecto será utilizado, ya sea como palo o como zanahoria, por la parte estadounidense. Aunque Sergey Lavrov quiso rebajar notablemente las expectativas que, para bien o para mal, presagiaban el inicio del fin de la guerra, la reunión, extensa y aparentemente fructífera como forma de romper el hielo tras tres años sin contactos cara a cara entre la diplomacia de los dos países, las declaraciones de su homólogo estadounidense apuntaban a resultados concretos resaltando el acuerdo de normalización de las relaciones bilaterales, creación de equipos de negociación para lograr el final dialogado a la guerra de Ucrania, gestión diplomática de las cuestiones “irritantes” entre los dos países y “oportunidades económicas y de inversión históricas” en territorio ruso. La apertura del país a las empresas petroleras estadounidenses para permitir que el entorno de Donald Trump pueda drill, baby, drill parece un hecho. Rusia es consciente de que el beneficio económico es la forma con la que puede ganarse el favor del presidente de Estados Unidos.

Horas antes, Volodymyr Zelensky, contrariado y preocupado por no haber sido invitado a la reunión a pesar de encontrarse en la región -el presidente ucraniano había viajado a los Emiratos Árabes Unidos y tenía previsto visitar Riad ayer, viaje que fue cancelado para no dar ninguna legitimidad o reconocimiento al encuentro-, había renegado de la cumbre y afirmado que Ucrania no participaría aunque recibiera una invitación. El pasado fin de semana, Kiev y Bruselas comprendieron lo comprometido de su posición ante la decisión de Washington de no pedir su opinión e iniciar motu proprio la labor de dictar el momento de la negociación, sus términos y los actores que deben tener voz y, sobre todo, voto. Al contrario que Ucrania, que depende de sus aliados a la hora de continuar luchando, Rusia es dueña de su propio destino. Su independencia, aislamiento según la terminología europea, le ha garantizado disponer del material con el que luchar pero, sobre todo, capacidad de decisión. Ningún país, tampoco China como han soñado en ocasiones Annalena Baerbock o Antony Blinken, puede hacer que Rusia tenga que renunciar a la vía militar.

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