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domingo, 7 de septiembre de 2025

Cogito interruptus: la época que ha dejado de pensar


Diego Fusaro, Posmodernia

Como ha evidenciado Heidegger en ¿Qué significa pensar?, “lo que es más digno de pensar” (das Bedenklichste) hoy en día es el hecho de que el pensamiento ha desaparecido por completo, sustituido por el cálculo y por la cuantificación, por el número y por la cantidad. Parafraseando la fórmula de Descartes, con la que se inaugura la aventura de la filosofía moderna y su centralidad del Sujeto, vivimos en el tiempo del cogito interruptus: la época ha dejado de pensar y se ha rendido a las razones del cálculo y de la cantidad, de la acción productiva y de la valorización del valor.

El llamado “pensamiento único” –pensée unique, tematizado por Bourdieu y abordado por nosotros en Pensar diferente– se convierte, de esta manera, en la figura paradigmática de la desvitalización de la facultad de pensar que actualmente se registra en todas las latitudes: el Uccidente, en efecto, también está teniendo éxito en la labor de aniquilar el “pensamiento pensante”, asfixiado bajo una capa de homologación mental que esteriliza toda energía intelectual y promueve la confortable condición en la que los súbditos de la jaula de hierro son dispensados del esfuerzo de emplear activamente su propia cabeza. Tal vez nada más que el “pensamiento crítico” –aunque, en verdad, la expresión resulte redundante, pues cualquier pensamiento, para ser auténticamente tal, presupone el elemento de la κρίσις –krísis-, del “juicio” y de la “decisión”– molesta al Uccidente global-nihilista: el pensar, de hecho, interrumpe el orden “natural” de la producción y del actuar, llamándolo socráticamente a rendir cuentas de sí mismo y de sus presupuestos, de sus orientaciones y de sus implicaciones. Pone en discusión lo que se supone que sea natural y esté más allá de cualquier cuestionamiento posible.

jueves, 28 de agosto de 2025

Donald Trump y el retorno del nihilismo capitalista

La administración Trump opera con frecuencia por fuera de la lógica del interés propio capitalista, impulsada por un apetito de crueldad y destrucción por la crueldad y la destrucción mismas, y por un resentimiento absoluto

Steve Fraser, Jacobin

Donald Trump todavía era apenas un casero y un matón televisivo cuando Steve Bannon —que luego sería su intermitente demagogo en jefe— se declaró enemigo despiadado del Estado administrativo. Autodramatizador como es, las palabras de Bannon no dejaron de provocar un estremecimiento: «Soy leninista y Lenin quería destruir el Estado, y ese es también mi objetivo. Quiero que todo se derrumbe y destruir el establishment actual».

Insurgentes y revolucionarios a lo largo del espectro político buscaron, de distintos modos y por distintas razones, aplastar al Estado. Hasta hace poco, sin embargo, pocos se habían mostrado abiertamente críticos de la democracia. Incluso sus opositores más confesos, desde hace años, usaban el lenguaje de la democracia para argumentar y justificar su recorte. Eso ya no es así. Tomemos a Stephen Moore, uno de los asesores económicos de Trump. Conservador del patrón oro, expresidente del Club for Growth y miembro tanto del consejo editorial del Wall Street Journal como de la Heritage Foundation, dejó muy en claro sus ideas en 2016: «El capitalismo es mucho más importante que la democracia. Ni siquiera creo demasiado en la democracia».

Buena parte de lo que hace la nueva administración no es más que la continuación de gobiernos republicanos y demócratas anteriores y su conocida pulsión de salvaguardar el bienestar de los ricos y poderosos. El desguace del Estado de bienestar fue la base de la contrarrevolución de Ronald Reagan y se consolidó con sus sucesores, tanto republicanos como demócratas. Alimentar la máquina de guerra fue un empeño bipartidista desde siempre.

lunes, 25 de agosto de 2025

Cómo murió la democracia occidental

El régimen neoliberal pospolítico en Occidente es un sistema donde las opciones políticas se reducen a Pepsi o Coca-Cola: diferencias superficiales dentro de un marco inmutable

Thomas Fazi, Krisis

En Alemania, la policía registró recientemente los domicilios de cientos de ciudadanos acusados de insultar a políticos o publicar discursos de odio en la red. En Francia, la fiscalía abrió una investigación penal contra la plataforma X de Elon Musk, acusándola de injerencia extranjera mediante la manipulación de algoritmos y la difusión de discursos de odio. Esto se produjo tras el registro policial de la sede de la Agrupación Nacional, el principal partido de la oposición francesa, tras la apertura de una nueva investigación sobre financiación de campañas, tan solo unos meses después de que Marine Le Pen, exlideresa del partido, fuera condenada a cinco años de inhabilitación por malversación de fondos de la UE.

En el Reino Unido, más de 100 personas han sido arrestadas simplemente por llevar carteles que decían «Me opongo al genocidio, apoyo a Acción Palestina», una organización recientemente prohibida por 'terrorismo'. Mientras tanto, en EEUU, Trump está implementando una amplia represión de la libertad de expresión, en particular contra las críticas a Israel.

Estos casos no son excepciones, sino síntomas de una deriva más profunda y sistémica hacia el autoritarismo. En Occidente, la censura se ha convertido en una práctica habitual, la disidencia se criminaliza cada vez más, la propaganda es cada vez más descarada y los sistemas judiciales se utilizan como armas para silenciar a la oposición. En los últimos meses, esta tendencia ha degenerado en ataques directos a las instituciones democráticas fundamentales: en Rumanía, por ejemplo, se anularon unas elecciones completas por haber producido un resultado erróneo, y en otros países la UE está considerando medidas similares.

jueves, 21 de agosto de 2025

Cuando negar el genocidio es la norma

Poner fin al genocidio de Israel en Gaza y aislar a Israel en la escena internacional debe convertirse en la causa de todos los países que dicen representar los valores humanos
Palestinos hambrientos, entre ellos mujeres y niños, esperan con ollas en las manos para recibir comida mientras Israel sigue bloqueando la ayuda humanitaria para la Franja de Gaza, el 10 de agosto de 2025. (Khames Alrefi / Anadolu vía Getty Images)

Martin Shaw, Jacobin

Desde la Segunda Guerra Mundial, Alemania y su pueblo han tenido que afrontar la participación de sus antepasados en el mal emblemático de la era moderna, el Holocausto. Procesar los crímenes inimaginables que cometieron los nazis se convirtió en un tema importante para muchas familias. Pero también lo fue para el Estado alemán, que lo resolvió haciendo de la solidaridad con Israel (y el antisemitismo) su Staatsräson, literalmente, «razón de Estado». De hecho, a medida que el genocidio nazi se convirtió en un «mal sagrado» universal en el pensamiento occidental, estos mismos temas se convirtieron (en un lenguaje más familiar) en razones de Estado que unificaban todo el mundo liberal-democrático.

Cuando Hamás asesinó a cientos de civiles israelíes el 7 de octubre de 2023, los líderes y los formadores de opinión occidentales se apresuraron a interpretar sus acciones en este marco establecido. Hamás eran el nuevo nazismo, quienes alertaban sobre el ataque masivo de Israel contra civiles palestinos eran pro-Hamás y antisemitas, y la contraofensiva estaba plenamente justificada como «defensa propia».

Casi dos años después, la campaña que Occidente respaldó se ha transformado en el genocidio emblemático de nuestro siglo, y ese marco parece desgastado. Lejos de defenderse, Israel ha destruido sin piedad Gaza, ha matado, herido, desalojado y hambreado a su población, y ha amenazado con expulsar a los supervivientes del territorio para construir nuevas colonias judías y la «riviera» de Donald Trump. En el camino, el líder israelí, Benjamin Netanyahu, ha sacrificado a los rehenes de su país, a quienes Occidente adoptó como la razón principal para respaldar su campaña, en aras de la violencia sin fin y la supervivencia de su gobierno de extrema derecha.

viernes, 15 de agosto de 2025

El fracaso histórico de las democracias liberales

El egoísmo individualista promovido por el liberalismo ha generado representantes egocéntricos, la privatización de las ganancias, la socialización de las pérdidas y la impotencia del pueblo, desde la crisis de las hipotecas subprime hasta el genocidio palestino ignorado, lo que llama la atención es la clara manifestación del fracaso histórico de las democracias liberales. La voluntad popular se ve vaciada, mientras los medios de comunicación y las instituciones reprimen cualquier disidencia. Una consolidación de un sistema oligárquico encubierto.

Andrea Zhok, Mega Chip

Antes de profundizar en el tema, es necesario reflexionar un momento sobre qué haría, en principio, que un régimen democrático fuera cualitativamente mejor que las alternativas autocráticas u oligárquicas.

La ventaja teórica de los sistemas democráticos reside en su potencial mayor flexibilidad y capacidad de respuesta a las necesidades de la mayoría. Dicho de otro modo, se puede decir que un sistema democrático es comparativamente mejor en la medida en que facilita la comunicación entre los más altos y los más bajos, entre los individuos menos influyentes y los más influyentes, entre quienes no ostentan el poder y quienes sí lo tienen.

Los sistemas autocráticos u oligárquicos tienen el defecto de conseguir que escuchar a los débiles sea una opción para quienes están en la cima. Dado que no existen sistemas de comunicación efectivos de abajo hacia arriba (existían cosas como las "audiencias reales", pero obviamente eran improvisadas), es necesario confiar en los intereses y la benevolencia de quienes están en la cima para garantizar que se atiendan los intereses del pueblo.

Ahora bien, sería erróneo pensar que tales situaciones de interés y benevolencia desde arriba fueran raras en la historia, sin embargo los elementos de arbitrariedad y accidentalidad eran evidentes, y un emperador, rey o gobernante ilustrado podía ser sucedido por uno insensible, obtuso, belicista, etc.

lunes, 11 de agosto de 2025

El rapto de Europa


Carles Manera, Economistas frente a la crisis

Un toro blanco, hermoso, Zeus encarnado, seduce a una princesa fenicia, Europa. Es engañada. Hemos visto la reedición mitológica en Escocia, hace unos días: un elefante republicano, en este caso, nada hermoso, ha acabado por persuadir a una Europa sin capacidad reactiva, entregada. Engañada. Y es que Trump ha ganado el pulso a Von der Layen. El encuentro, realizado en territorio europeo, pero en la propiedad del magnate –uno de sus campos de golf–, supuso una puesta en escena que fregaba claramente la humillación de la dirigente comunitaria, generosa en exceso a los deseos de Trump. Un desequilibrio lacerante para los intereses del viejo continente. Porque este desenlace significa, claro y raso: que Europa paga, y que Estados Unidos recauda. Los productos europeos, que tenían unos aranceles del 1,47%, se alzarán a una media del 15%, sin contrapartida por parte de Estados Unidos. En paralelo, Europa se compromete a comprar armamento y energía al país norteamericano. Un negocio redondo para la administración estadounidense.

En esta negociación no ha habido equilibrio alguno. Se ha dinamitado la teoría del equilibrio de John Nash, que dice que el equilibrio se da cuando no existen incentivos para que ningún jugador cambie su estrategia, dado que cualquier cambio unilateral desembocaría en un peor resultado para ese jugador. Es pura teoría de juegos. Von der Layen ha variado, de manera unilateral, su estrategia de mantener una firmeza económica frente a Estados Unidos, teniendo en cuenta la variabilidad de situaciones comerciales entre los estados miembros y la potencia americana. Si el temor era evitar una guerra comercial, ese objetivo es fallido: ya existe.

jueves, 31 de julio de 2025

Sobre el colapso moral de Occidente

Occidente es la realización de una política de poder económico-militar, que nace en la Era de los Imperios, desemboca en las dos guerras mundiales y retoma el gobierno del mundo a mediados de los años 70 del siglo XX

Andrea Zhok, Arianna Editrice

Occidente es un concepto extraño, reciente y espurio. Por “Occidente” se entiende, en realidad, una configuración cultural que surge con la unificación mundial de la Europa política y de lo que a partir de 1931 tomará el nombre de “Commonwealth” (parte del Imperio Británico).

Esta configuración alcanza su unidad bajo el signo del capitalismo financiero, a partir de su emergencia hegemónica en las últimas décadas del siglo XX.

Occidente no tiene nada que ver con la Europa cultural, cuyas raíces son grecolatinas y cristianas.

Occidente es la realización de una política de poder económico-militar, que nace en la Era de los Imperios, desemboca en las dos guerras mundiales y retoma el gobierno del mundo a mediados de los años 70 del siglo XX.

Lamentablemente, también en Europa la idea de que “somos Occidente” ha pasado a formar parte del sentido común.

La Europa histórica, por ejemplo, siempre ha tenido vínculos estructurales fundamentales con Oriente, tanto cercano como lejano (Eurasia), mientras que Occidente se percibe a sí mismo como intrínsecamente contrario a Oriente. Así, la Europa cultural está en evidente continuidad con Rusia, mientras que para Occidente Rusia es totalmente ajena a sí misma.

lunes, 28 de julio de 2025

Israel ha hecho de Gaza un infierno en la Tierra

¿Cuánto tiempo más vamos a seguir viendo cómo Israel mata de hambre a los niños y masacra a civiles que buscan comida antes de que los líderes políticos occidentales pongan fin a esta locura?

Seraj Assi, Jacobin

A más de veinte meses del inicio del genocidio, Israel ha convertido Gaza en un infierno en la Tierra. Este infierno no es obra de Dios, ni un desastre natural, ni una fuerza mayor: es una catástrofe provocada por seres humanos, orquestada por Israel, financiada y armada por Estados Unidos, y celebrada por las élites políticas de Occidente.

Durante cinco meses infernales, Israel ha impuesto un bloqueo total sobre Gaza, impidiendo toda entrega de alimentos a una población de dos millones de palestinos que muere de hambre, casi la mitad de ellos niños, y condenando a cientos a una muerte lenta y agonizante. Insatisfecho con el hambre forzada a gran escala, el ejército israelí llevó a cabo casi a diario el equivalente de la masacre ocurrida cuando buscaban harina, asesinando a más de mil palestinos que intentaban conseguir comida. El miércoles, más de cien organizaciones internacionales de ayuda y derechos humanos hicieron un llamado urgente a los gobiernos para que actúen de inmediato en Gaza, donde más de 100.000 niños enfrentan una muerte masiva inminente si esta barbarie continúa.

La catástrofe humanitaria es tan atroz que altos funcionarios de la ONU han abandonado su habitual tono moderado para emitir condenas indignadas y cargadas de emoción. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, reprendió a la comunidad internacional por ignorar el sufrimiento del pueblo palestino en Gaza, lo que calificó como una «crisis moral que desafía la conciencia global».

«No puedo explicar el nivel de indiferencia e inacción que vemos en buena parte de la comunidad internacional: la falta de compasión, de verdad, de humanidad», dijo Guterres a los participantes de la asamblea global de Amnistía Internacional.

Europa ha muerto en Gaza


Benedetta Sabene, Sin Permiso

Los dos conflictos del siglo —Ucrania y Palestina— marcan la muerte política de Bruselas. A la que no le queda más remedio que rearmarse hasta los dientes y crear enemigos imaginarios para darse un nuevo sentido de existencia.

Las dos principales crisis internacionales que marcarán para siempre esta década, si no este siglo —la guerra en Ucrania y la masacre en curso en Gaza— han puesto al descubierto la total inconsistencia política de la Unión Europea, carente de autonomía decisoria y reducida a un apéndice vacío de la política exterior estadounidense.

A pesar de la eliminación colectiva de la guerra en Ucrania, que ha pasado de ser un acontecimiento trascendental que convirtió a casi todos los italianos en expertos en geopolítica a un aburrido ruido de fondo que ya no despierta el interés de nadie, no se puede pensar en analizar lo que está sucediendo en Gaza sin tener en cuenta lo que ocurre en Kiev. Hablar de «incapacidad» del liderazgo europeo en la gestión de las dos crisis es extremadamente parcial, ya que el doble rasero entre Ucrania y Palestina no es un simple error metodológico o un problema moral, sino una estrategia perfectamente coherente con la estructura de las relaciones internacionales y con la división del mundo en bloques militares y esferas de influencia.

Con la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, la Unión Europea ha mostrado un activismo humanitario sin precedentes: paquetes de sanciones contra Moscú, miles de millones de euros en ayuda militar y humanitaria a Kiev, acogida incondicional de los refugiados, censura de todos los medios de comunicación rusos con la excusa de «combatir la propaganda» (mientras que en Italia se relanzaba la de Kiev: en los primeros meses del conflicto, yo misma desmentí personalmente decenas y decenas de noticias rotundamente falsas publicadas por nuestra prensa, copiadas y pegadas directamente de «The Kyiv Independent» y otros medios ucranianos comprometidos en una propaganda bélica martilleante) y una movilización diplomática y mediática sin precedentes a favor del Gobierno ucraniano.

sábado, 26 de julio de 2025

Campo Gaza

Palestinos caminan por una carretera hacia una zona en el norte de la Franja de Gaza por donde ingresan camiones con ayuda humanitaria, en la ciudad de Gaza, el viernes 25 de julio de 2025. Foto AP
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Maciek Wisniewski, La Jornada

Si bien los objetivos de Israel respecto a Gaza fluctuaban en el tiempo y la franja ha sido sujeta a diferentes regímenes de control, en las décadas recientes la figura del “campo de concentración” −uno de los paradigmas de la modernidad según Giorgio Agamben que en una ocasión famosamente había denunciado “que Israel ha hecho de toda Palestina un ‘gran campo de concentración’” (Il Manifesto, 3/6/2010)–, pasó de una mera comparación calculada a aumentar la consciencia sobre la suerte de los palestinos bajo la interminable ocupación militar israelí, a ser una estricta descripción de la realidad que hoy está siendo llevada a sus extremos y “lógicos” desenlaces.

Al apoderarse de Gaza en la Guerra de los Seis Días (1967) −que desde 1948 estaba bajo el control egipcio y cuya población casi se triplicó de golpe con los refugiados expulsados durante la Nakba por las milicias sionistas−, Israel, desde los inicios, intentaba reducir su población, buscando “transferirla” a Egipto, Libia, Irak e incluso a Paraguay (sic) (t.ly/ JJIPN). Pero después de varios intentos frustrados, el sistema de seguridad concluyó que era preferible “contenerla” en un solo lugar −donde podía ser vigilada y disciplinada−, en vez de dispersarla por la región.

Aunque en la narrativa israelí 2007 −fecha en que Hamas tomó el control de Gaza después de la retirada de las tropas israelíes del interior, dos años antes que ahora, se limitaron a vigilar el perímetro y todo lo que entraba y salía de la franja, hasta el punto de contar las calorías mínimas para que su población pudiera subsistir (¿a qué nos suena esto, eh?)−, aparece como el momento en que se tuvieron que tomar “medidas desagradables, pero necesarias”: bloqueos, operaciones punitivas, etcétera, la fecha exacta de la “campificación” de Gaza ha sido bien señalada por Amira Hass, la decana del periodismo israelí (e hija de una sobreviviente del campo de concentración de Bergen-Belsen).

Destruir Rusia. ¿Fracasar? No hay problema. ¡Destruyamos China!

Nunca subestimes el tsunami de «análisis» disruptivos y programación predictiva que ya se está gestando en la guerra híbrida contra China y, en un plano más amplio, contra los BRICS.

Pepe Escobar, Strategic Culture

No subestimes el tsunami de «análisis» disruptivos y programación predictiva que ya se avecina, integrado en la guerra híbrida contra China y la guerra más amplia contra los BRICS.

Fíjate en el último informe de 128 páginas del Instituto Hudson de Washington DC, titulado de forma tan profética China después del comunismo: preparándose para una China post-PCCh.

Tienes todo el derecho a reaccionar al estilo de los Caballeros que dicen «¡Ni!» de Monty Python cuando te enfrentes a este absurdo sin sentido. Pero no te equivoques, ellos se lo toman muy en serio. Los think tanks estadounidenses son maestros en transmitir con años de antelación y con todo lujo de detalles sus sueños de cambio de régimen y sus miedos existenciales.

Así ocurrió con el cutre informe de RAND sobre la destrucción de Rusia en varios frentes, o con el cutre informe de Brookings sobre el desmembramiento de Persia, en realidad Irán. Ahora le toca el turno al más poderoso del nuevo triángulo Primakov (RIC) en los BRICS: China.

Realmente están tocando «Light my Fire» con esteroides, creyendo que «un colapso repentino del régimen en China no es del todo impensable». Se remontan a la antigua OSS —precursora de la CIA— y a sus operaciones en China durante la Segunda Guerra Mundial para sugerir que «las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses (SOF) pueden ayudar a estabilizar una China post-PCCh».

martes, 22 de julio de 2025

El principio de Ozymandias y la decadencia del orden occidental

El principio de Ozymandias inspirado en el célebre poema de Percy Shelley, ilustra la bancarrota moral y estructural del sistema occidental que los países del BRICS y el Sur Global están dejando atrás, afirma Dennis Small. Según el geoestratega, la verdadera crisis existencial que enfrenta hoy Occidente no se reduce a líderes autócratas o políticas económicas fallidas, sino a los axiomas y estructuras mentales que han sustentado durante siglos un orden fundado en el dominio, el saqueo colonial y la negación de la ley natural.

José Luis Preciado, Mente Alternativa

En su artículo The Ozymandias Principle, publicado en EIR el 8 de julio de 2025, Dennis Small expone con agudeza poética e histórica el colapso civilizatorio del sistema occidental mediante la metáfora del “principio de Ozymandias”, inspirado en el célebre poema de Percy Shelley. Small argumenta que la verdadera crisis existencial que enfrenta hoy Occidente no se reduce a líderes autócratas o políticas económicas fallidas, sino a los axiomas y estructuras mentales que han sustentado durante siglos un orden fundado en el dominio, el saqueo colonial y la negación de la ley natural.

El principio de Ozymandias, como lo explica Small siguiendo a Lyndon LaRouche, es un marco de pensamiento que revela cómo sistemas sociales y políticos pueden construirse sobre definiciones, axiomas y postulados tan rígidos y falsos como los de una geometría euclidiana mal aplicada a las complejidades humanas. El resultado es una civilización cuya arrogancia y desdén por la cooperación solidaria ha conducido a una “colosal ruina”, como advierte el poema, ahora visible en la desintegración económica, social y moral del sistema transatlántico.

domingo, 13 de julio de 2025

Peones del Apocalipsis

El respaldo incondicional de Occidente a Israel, su represión del activismo propalestino y la normalización del genocidio en Gaza exponen la bancarrota moral del orden liberal internacional. Urge construir una fuerza capaz de desafiar esta complicidad criminal.

Alberto Toscano, Jacobin

El 2 de julio, el Parlamento británico votó a favor de que se proscribiera al grupo Palestine Action luego de calificárselo de organización terrorista. La decisión se produjo a raíz de la última acción directa realizada por el grupo el 20 de junio, en la que sus activistas causaron daños a dos aviones Voyager de reabastecimiento en pleno vuelo estacionados en Brize Norton, desde donde salen periódicamente vuelos hacia RAF Akrotiri, la base en Chipre desde la que han despegado cientos de vuelos de reconocimiento en dirección a Gaza. Si bien el gobierno británico insiste en que sus vuelos de reconocimiento tienen como único objetivo localizar y rescatar a rehenes, los activistas sostienen que el intercambio de inteligencia con Israel involucra al Reino Unido en la comisión de crímenes de guerra.

En un apasionado discurso ante el Parlamento, la diputada Zarah Sultana —quien ha dimitido del Partido Laborista del primer ministro Keir Starmer y se propone formar un nuevo partido de izquierda antibelicista conjuntamente con el exlíder laborista Jeremy Corbyn— denunció la penalización de una «red no violenta de estudiantes, enfermeros y enfermeras, profesores, bomberos y defensores de la paz» cuyo «verdadero delito ha consistido en mostrarse lo suficientemente audaces para sacar a la luz los sanguinarios vínculos entre este gobierno y el genocida Estado de apartheid israelí y su maquinaria bélica». Sultana citó el hecho de que a Palestine Action se la proscribiera junto a dos organizaciones de extrema derecha y supremacistas blancas explícitamente comprometidas con la violencia contra civiles, las denominadas Maniac Murder Cult (o Culto de Asesinos Maníacos) y el Movimiento Imperial Ruso. En la Cámara de los Lores, el parlamentario laborista y exactivista contra el apartheid Peter Hain condenó la equiparación de Palestine Action con ISIS o Al Qaeda y la calificó de «intelectualmente insolvente, políticamente carente de principios y moralmente errónea». Ya han comenzado las detenciones por el mero hecho de manifestar apoyo al grupo.

jueves, 10 de julio de 2025

No hay alternativa al multilateralismo


Luiz Inácio Lula da Silva*, La Jornada

El año 2025 debería ser un momento de celebración, dedicado a los 80 años de existencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Pero corre el riesgo de pasar a la historia como el año en que colapsó el orden internacional construido a partir de 1945.

Las grietas ya eran visibles. Desde las invasiones de Irak y Afganistán, la intervención en Libia y la guerra en Ucrania, algunos miembros permanentes del Consejo de Seguridad han banalizado el uso ilegal de la fuerza. La omisión ante el genocidio en Gaza representa una negación de los valores más fundamentales de la humanidad. La incapacidad para superar las diferencias fomenta una nueva escalada de violencia en Medio Oriente, cuyo capítulo más reciente incluye el ataque a Irán.

La ley del más fuerte también amenaza el sistema multilateral de comercio. Los aranceles masivos desorganizan las cadenas de valor y lanzan la economía mundial a una espiral de precios altos y estancamiento. La Organización Mundial del Comercio ha sido vaciada y nadie recuerda ya la Ronda de Desarrollo de Doha.

martes, 8 de julio de 2025

Es hora de una nueva revolución estadounidense

La bandera invertida es una señal de socorro. Esta ondeó en la manifestación "Manos Fuera" en Olympia, Washington, el 5 de abril. Crédito: Wikipedia Commons


Patrick Mazza, Counter Punch

La República Constitucional en peligro

Otro 4 de julio. Han pasado 249 años desde la declaración de la independencia en Filadelfia, a un año de cumplirse un cuarto de milenio de existencia nacional estadounidense. Esta noche subiré a mi terraza con vistas al lago Union y veré los fuegos artificiales de Seattle. No me perdería el espectáculo, pero este año no hay mucho que celebrar.

Es un momento en el que es incierto si la república constitucional sobrevivirá de alguna forma reconocible para cuando se celebre el 250.º aniversario de la nación . Un fallo de la Corte Suprema del pasado julio otorgó inmunidad penal por las acciones presidenciales realizadas en el marco de sus funciones oficiales. Una decisión reciente despojó a los tribunales de distrito de la facultad de dictar fallos que afectan a toda la nación, revocando decisiones que limitarían la facultad de la administración Trump para revocar la ciudadanía por nacimiento. Ahora debemos esperar que una Corte Suprema derechista dicte sentencia a favor de la nación.

Estas decisiones fueron tomadas por jueces seleccionados por la Sociedad Federalista, que defiende la doctrina del ejecutivo unitario. Esta establece que todos los poderes del poder ejecutivo residen en el presidente. Las órdenes ejecutivas de Trump, que buscan eliminar la independencia de las agencias reguladoras, se ajustan a esta doctrina. Al igual que las dos decisiones recientes, que otorgan un poder casi desmedido a un hombre inclinado a ir más allá de los límites legales.

viernes, 4 de julio de 2025

Lucrarse con el genocidio

El Informe Albanese :: El genocidio requiere de miles de millones de dólares para sostenerse. El régimen sionista no podría llevar a cabo su matanza masiva de palestinos sin este ecosistema

Chris Hedges, La Haine

La guerra es un negocio. El genocidio también. El último informe presentado por Francesca Albanese, Relatora Especial sobre los Territorios Palestinos Ocupados, enumera 48 empresas e instituciones, entre las que se encuentran Palantir Technologies Inc., Lockheed Martin, Alphabet Inc., Amazon, International Business Machine Corporation (IBM), Caterpillar Inc., Microsoft Corporation, CAF, Sidenor y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), junto con bancos y empresas financieras como Blackrock, aseguradoras, empresas inmobiliarias y organizaciones benéficas, que, en violación del derecho internacional, están obteniendo miles de millones de dólares gracias a la ocupación y el genocidio de los palestinos.

El informe, que incluye una base de datos de más de 1.000 entidades corporativas que colaboran con Israel, exige a estas empresas e instituciones que rompan sus vínculos con el régimen de Netanyahu o que rindan cuentas por su complicidad en crímenes de guerra. Describe la «ocupación eterna» de Israel como «el campo de pruebas ideal para los fabricantes de armas y las grandes empresas tecnológicas, ya que proporciona una oferta y una demanda significativas, poca supervisión y cero responsabilidad, mientras que los inversores y las instituciones públicas y privadas se benefician libremente».

Los juicios a los industriales tras el Holocausto y la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica sentaron las bases legales para reconocer la responsabilidad penal de las instituciones y empresas que participan en crímenes internacionales. Este nuevo informe deja claro que las decisiones de la Corte Internacional de Justicia obligan a las entidades a «no participar y/o retirarse total e incondicionalmente de cualquier acuerdo relacionado, y a garantizar que cualquier compromiso con los palestinos permita su autodeterminación».

«El genocidio en Gaza no ha cesado porque es lucrativo, porque es rentable para demasiadas personas», me dijo Albanese. «Es un negocio. Hay entidades corporativas, incluso de Estados amigos de Palestina, que durante décadas han hecho negocios y obtenido beneficios de la economía de la ocupación. Israel siempre ha explotado la tierra, los recursos y la vida de los palestinos. Los beneficios han continuado e incluso aumentado a medida que la economía de la ocupación se ha transformado en una economía de genocidio».

domingo, 29 de junio de 2025

Lecciones de EEUU y la credibilidad de Occidente

EEUU ha dado al mundo una lección definitiva. En el nuevo mundo que ellos han hecho nacer, sólo existirán dos tipos de súbditos: los siervos y los poseedores de armas nucleares

Andrea Zhok, La Haine

Si una nación quiere ser un Estado soberano e independiente, no sólo tendrá que tener un ejército, que en sí mismo puede ser en gran medida decorativo: tendrá que presentarse como una amenaza nuclear creíble.

A partir de ahora, adiós a los tratados de no proliferación nuclear: se aplicará el «todos contra todos», y las décadas venideras serán décadas de una renovada carrera armamentística terminal (sobre todo clandestina, porque si te sometes al escrutinio internacional, basta un Rafael Grossi cualquiera para que te bombardeen).

El fallo evidente de Irán no es que fuera una amenaza excesiva, sino que no era lo bastante amenazadora. Su culpa no fue ser inmoral, sino exceder –según los estándares internacionales actuales– los escrúpulos morales.

Por cierto, esto también es cierto a nivel nacional. Si Irán hubiera sido el espantoso y llamativo estado policial como se lo presenta, no habría tenido docenas de científicos y líderes militares durmiendo en casa, con sus familias, con direcciones públicamente disponibles.

En Israel no se habría podido producir una infiltración de inteligencia de este nivel, precisamente porque es un Estado policial. La paranoia de la que a menudo se burlan las películas de Hollywood sobre el antiguo Pacto de Varsovia era en realidad realismo, en una guerra que se sabía se jugaba con adversarios totalmente despreocupados.

En la victoria de Zohran Mamdani, la izquierda estadounidense venció al statu quo

Hay un deseo profundo de una política audaz y transformadora en Estados Unidos en este momento. Zohran Mamdani demuestra que la izquierda puede presentarse con un mensaje firme y coherente, que conecte con las preocupaciones reales de la gente. Y ganar

Nick French, Jacobin

Anoche (martes 24 de junio), un rayo político cayó sobre la ciudad de Nueva York. Contra todo pronóstico, Zohran Mamdani, socialista democrático de treinta y tres años y miembro de la Asamblea Estatal por tercera vez, obtuvo una amplia ventaja en la primera vuelta de las votaciones por orden de preferencia frente al ex gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, favorito en las primarias. Al final de la noche, Cuomo reconoció la derrota frente a su joven rival.

La carrera tiene el potencial de remodelar la política nacional, alterando el equilibrio de fuerzas dentro del Partido Demócrata y abriendo el camino a una nueva era de posibilidades para la izquierda.

Incluso antes de que empezaran a llegar los resultados ayer, estaba claro que la carrera había adquirido una gran importancia política, tanto a nivel local como nacional. Mamdani había superado un enorme déficit de reconocimiento y de gasto en campaña para reducir la distancia con Cuomo, y algunas encuestas de las últimas semanas mostraban a los dos más o menos empatados. Sin embargo, casi ninguna de las encuestas predecía que Mamdani superaría al exgobernador en la primera vuelta, y por un amplio margen.

martes, 24 de junio de 2025

Irán y Palestina construyen la tumba del nazisionismo

Ahora es el turno de Irán y Palestina, más todo el Eje de la Resistencia, que están construyendo con enorme sacrificio, y los dolores consabidos, la tumba definitiva del imperialismo y el sionismo

Carlos Aznárez, Al Mayadeen

Era francamente ineludible para los Estados Unidos que finalmente ese país se subiera con todo a la declaración de guerra sionista contra la República Islámica de Irán. ¿Por qué razón? Simplemente porque son parte de un mismo cuerpo en el cual la dirección de ambos países está en manos de lobby judío representado por el Consejo Judío Mundial, con sede permanente en Washington.

Son ellos los que deciden cuando es la ocasión para que uno u otro emprendan ataques, pasando, como en el caso de Washington, por encima de cualquier tipo de legalidad, incluso la meramente formal del Parlamento norteamericano, que en realidad es el que debe dar la autorización para que un perro rabioso como Trump haga lo que hizo por estas horas.

Pero más allá de estas formalidades inocuas, como también lo son las resoluciones de esa entidad inexistente llamada ONU, lo cierto es que en esta ocasión, el taimado Trump, que creyó haber engañado a todo el mundo con que se iba a tomar un par de semanas para decidir si atacaba o no, tuvo que mostrarle lealtad a la casa matriz sionista (por más multimillonario que sea, él también se arrodilla ante los pupilos de Theodoro Herzl) puesto que a "Tel Aviv" se le están acabando los insumos interruptores de misiles, y era necesario que alguien más se sumara a la idea de destruir a la nación islámica.

domingo, 15 de junio de 2025

La doble vara de medir de Occidente

Irán no tiene derecho a defenderse ni a responder a la agresión de Israel, como tampoco la resistencia palestina merece apoyo frente a la violencia genocida de Netanyahu. Occidente se ha dejado manipular por un psicópata que debería estar en la cárcel desde mucho antes del 7 de octubre, y que inventó la guerra y sus múltiples escaladas sólo para evitar la prisión. Y eso lo tolera Occidente. De ahí la profunda derrota, el rotundo fracaso y la bancarrota occidental que se hunde en el abismo de la violencia

Nahia Sanzo, Slavyangrad

Desde que comenzó en 2014 tras el golpe de Estado del Maidán, pero especialmente desde la invasión rusa de 2022, que provocó la respuesta conjunta de Occidente en defensa de Kiev, el conflicto ucraniano ha estado formado por tres aspectos fundamentales: un conflicto civil interno que se manifestó en la guerra de Donbass, el conflicto Ucrania-Rusia por Crimea y el énfasis ucraniano en su adhesión a la OTAN y una disputa más amplia entre Rusia y los países occidentales por la influencia en Ucrania.

Ese aspecto geopolítico ha implicado estos últimos tres años un intento de debilitar a Moscú militarmente para lograr los objetivos en Ucrania, pero también como parte de la lucha de EEUU y sus aliados europeos por mantener la hegemonía ante el ascenso de potencias como China o India, ambas miembros de los BRICS junto a Rusia, y perpetuar la sumisión del llamado Sur Global.

Convencer a esos países de que Rusia también es su enemigo ha sido uno de los objetivos de la diplomacia ucraniana, de las cancillerías europeas y del Departamento de Estado de EEUU durante la era Biden. Conseguir que esos países se sumaran a las sanciones contra Rusia, que al no haber sido aprobadas por el Consejo de Seguridad eran simplemente unilaterales y, desde el punto de vista de esos países, ilegales e ilegítimas, era la única forma de que se cumplieran las exageradas expectativas de Bruselas y Washington.

La ofensiva de llamadas, presiones y amenazas no fructificó y fueron solo los mejores amigos de la OTAN los que adoptaron las sanciones occidentales contra Rusia, mientras que otros países, entre los que destaca China, pero también India, un país mucho más cercano a las potencias occidentales, evitaron su imposición y han actuado en muchos casos como terceros países en la labor de esquivar las restricciones. El caso paradigmático no es el de la continuación de la venta de productos que Occidente considera de uso dual -civiles con posible uso militar, argumento por el cual periódicamente se culpa a China de colaborar con Rusia en una guerra en la que no ha suministrado armas-, sino la actuación de India (y Turquía, miembro de la OTAN) como país intermediario en la venta de crudo ruso.

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