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jueves, 9 de abril de 2020

Vuelve Keynes, el coronavirus derrotó al neoliberalismo


Roberto Pizarro, El Desconcierto

La teoría del “sálvese quien pueda” de los economistas neoliberales ha sido arrasada por el coronavirus. La sociedad y el Estado existen. Son siempre imprescindibles para que sobrevivan las personas, y ello queda hoy al desnudo en medio de la pandemia atroz.

El Financial Times, destacado periódico liberal, pero inteligente, nos dice en su editorial del 3 de abril:
“Se requieren reformas radicales para forjar una sociedad que funcione para todos. La pandemia de coronavirus ha expuesto la fragilidad de la economía de muchos países”.
“La pandemia del Covid-19 ha inyectado una sensación de solidaridad en sociedades polarizadas. Pero el virus, y los cierres de empresas necesarios para combatirlo, también arrojan una reveladora luz sobre las desigualdades existentes, e incluso crean nuevas desigualdades”.
La crisis económica que se anuncia será tan dura como la que se conoció durante la depresión de los años treinta. En aquella época, la teoría económica clásica, de corte liberal, y sus defensores no consiguieron responder frente al sistema capitalista en estado de descomposición. Tuvo que venir John Maynard Keynes a salvarlo. Keynes no era un socialista, pero entendió que los desmanes del capitalismo eran consecuencia de la ausencia de regulación en los mercados, así como de la incapacidad de las políticas públicas ortodoxas para enfrentar las crisis económicas.

Keynes propuso incrementar el gasto público para estimular la inversión y disminuir el desempleo. Confiaba en que la intervención del Estado en la economía podía moderar la crisis capitalista. Sostenía que el desempleo se debía a una insuficiencia de demanda y no a un desequilibrio en el mercado de trabajo. Entonces, cuando la demanda agregada se hacía insuficiente, las ventas disminuían y el desempleo crecía. Precisamente lo que está sucediendo ahora en Chile y en todo el mundo.

martes, 27 de diciembre de 2016

¿Llegó la hora de resucitar la economía keynesiana?

Larry Elliot, The Guardian

Imaginemos este escenario: a finales de 1936, poco después de la publicación de la Teoría General, su clásico, John Maynard Keynes es congelado criogénicamente para ser devuelto a la vida 80 años después.

El panorama en ese momento era desalentador. Empezaba la Guerra Civil en España, las purgas de Stalin estaban a toda marcha y Hitler había desobedecido el Tratado de Versalles remilitarizando la región de Renania. La recuperación de la Gran Depresión aún era frágil, era el año de la marcha de Jarrow en Reino Unido y Franklin D. Roosevelt ganaba por segunda vez las elecciones presidenciales en EEUU.

Cuando se despierta en 2016, Keynes quiere saber qué ha ocurrido en las últimas ocho décadas. Le dicen que el desempleo masivo de los años treinta se resolvió por fin pero solo porque las grandes potencias redoblaron la producción militar mientras se lanzaban a la guerra por segunda vez en 25 años.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Niall Ferguson culpa a Keynes

Simon Wren-Lewis, Mainly Macro

Una cuantas personas me han pedido que responda al artículo de Niall Ferguson en el Financial Times ["El Partido Laborista debería culpar a Keynes de su derrota electoral", del 10 de mayo]. Yo me he mostrado remiso, pues no es más que una pizca de tonterías conservadoras. Que cosas así lleguen a publicarse en el Financial Times es una desgracia, pero me temo que en este caso no resultan sorprendentes. Sin embargo, quiero escribir luego acerca de otra cosa que hacía referencia a ello, así que podría resultar de utilidad decir aquí unas cuantas cosas primero.

miércoles, 22 de abril de 2015

Keynesianismo hidráulico y la máquina Moniac


Alejandro Nadal, La Jornada

El mensaje central de la obra de Keynes puede resumirse en una frase: las economías capitalistas son intrínsecamente inestables. Pero esa conclusión, a la que Keynes llegó en 1936 después de un tortuoso recorrido, siempre fue inaceptable para los poderes establecidos.

En 1949 William Phillips construyó un modelo de la economía de Inglaterra. El dispositivo construido por el entonces estudiante de la London School of Economics (LSE) era una computadora analógica que pretendía simular el comportamiento de la economía inglesa a través de mecánica de fluidos.

jueves, 29 de agosto de 2013

La vigencia del "Tratado del dinero" de Keynes

Victoriano Martín, El Economista

El absoluto desconcierto de la profesión de los economistas ante la persistencia de la crisis y la recesión está provocando multitud de arbitrios y ocurrencias en lugar de una análisis razonado de las causas de los problemas que han provocado y siguen provocando miseria y sufrimiento a una parte importante de la población, sobre todo en Estados Unidos y Europa, arbitrios y ocurrencias que lejos de solucionar los problemas los están agravando o perpetuándolos en el tiempo en el mejor de los casos.

sábado, 12 de enero de 2013

De Keynes a Roosevelt: reparar el mal que niega la realidad

Alejandro Nadal, Attac

El 31 de diciembre de 1933 el economista John Maynard Keynes dirigió una carta abierta a Franklin Roosevelt, el único presidente de Estados Unidos que se ha enfrentado al capital financiero. Si Keynes estuviera vivo, este fin de año habría enviado a Obama una carta parecida. Considerando el estado actual de la economía mundial, y no sólo la estadounidense, es importante recuperar los puntos medulares de esa misiva.

Escribió Keynes al mandatario: Usted se enfrenta a una doble tarea: recuperación de la crisis y la aprobación de reformas económicas y sociales que debieron haber sido introducidas hace mucho. El objetivo de la recuperación es incrementar el producto y el empleo. En nuestro mundo el producto se destina a ser vendido y su volumen depende del poder de compra que le hará frente en el mercado. Un incremento en el producto requiere de por lo menos uno de tres factores. Las personas deben ser inducidas a gastar una mayor parte de su ingreso, o las empresas deben ser persuadidas, ya sea por una mayor confianza o por una menor tasa de interés, a contratar más personal y así crear más ingresos en manos de sus empleados. Alternativamente, la autoridad pública debe ser llamada a crear ingresos adicionales a través del gasto público. Cuando los tiempos son malos no se puede esperar que el primer factor funcione a una escala adecuada. El segundo factor no podrá operar sino hasta que el gobierno haya revertido la situación a través del gasto público. En consecuencia, el mayor impulso para salir del bache sólo puede provenir del tercer factor.

jueves, 1 de noviembre de 2012

El capitalismo incrementa los deseos pero reduce la posibilidad de satisfacerlos

El economista y biógrafo de Keynes, Robert Sikidelsky, lanza junto a su hijo, Edward, el ensayo '¿Cuánto es suficiente?' Una obra que reflexiona sobre los usos de la riqueza, la naturaleza de la felicidad y propone alternativas para conseguir una “vida buena”

Alejandro Torrús, Público.es

En 1930 el economista estadounidense John Maynard Keynes escribió Las posibilidades económicas de nuestros nietos, una especie de ensayo-pronóstico en el que el reputado economista predecía que en el año 2030 las sociedades industrializadas habrían progresado tanto que la mayoría de sus ciudadanos se dedicaría fundamentalmente al ocio con una jornada laboral de apenas 15 horas semanales. 82 años después de aquel vaticinio resulta evidente que el economista estaba equivocado. La mayoría de la sociedad no sólo no vive como Keynes predijo sino que ve como su nivel de vida y sus posibilidades de mejorar van disminuyendo.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Una salida realista de la crisis del euro: convertir la moneda única en un conjunto de Derechos Especiales de Giro

Steve Keen, Sin Permiso

El euro es la moneda nacional de un país que no existe. Aunque existe un continente europeo, como existe Norteamérica, nunca ha habido un país llamado Estados Unidos de Europa, y probablemente nunca lo habrá.

El euro no es, así pues, una moneda como el dólar norteamericano, y sin embargo se le obliga –de mala manera— a fingirlo con el Tratado de Maastricht, por el que los países europeos abandonaron el derecho a producir sus propias monedas nacionales.

Con el volumen del euro controlado por una autoridad supranacional (el BCE) y con estados miembros punible por quebrantar las reglas del gasto público (un déficit máximo del 3% y un máximo de un 60% de déficit acumulado), el euro, lejos de funcionar como una moneda, funciona más bien como un conjunto de Derechos Especiales de Giro (DEG), según fueron concebidos por Keynes en su plan para Bretton Woods. En su programa de un sistema monetario internacional para después de la II Guerra Mundial, Keynes propuso que se usara para el comercio internacional una moneda (el “Bancor”), reservando el uso de las monedas nacionales para el comercio interior. Las tasas de cambio entre las monedas nacionales y el Bancor estarían fijadas de modo tal, que los países con déficit comercial persistente se verían obligados a la austeridad y a la devaluación, mientras que los países persistentemente excedentarios tendrían gravámenes en Bancors y se les exigiría estimular sus economías para incrementar sus importaciones.

viernes, 27 de julio de 2012

¿Qué diría Keynes ante la crisis económica actual?

John Gray, BBC Mundo
"Nos puedo ver como arañas de agua, agraciadamente ojeando, tan brillantes y razonables como el aire, la superficie de la corriente sin ningún contacto con los remolinos y las corrientes de la profundidad".
Así fue como John Maynard Keynes recordaba en 1938 a sus amigos y a sí mismo, que juntos habían presenciado los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial, en el Grupo de Bloomsbury.

El influyente economista de Cambridge ha sido una de las figuras claves en los debates que se han generado después del golpe económico de 2007-2008. Keynes era un ingeniero social que planteó usar el poder del gobierno para sacar a la economía de la devastadora depresión de los años '30.

domingo, 24 de junio de 2012

El paraíso perdido de la mano de obra

Robert Skidelsky, Project Syndicate

Debido a que las personas en el mundo desarrollado se preguntan cómo sus países volverán al pleno empleo después de la Gran Recesión, podría resultarnos beneficioso echar un vistazo a un ensayo visionario que John Maynard Keynes escribió en el año 1930, titulado "Posibilidades económicas para nuestros nietos" Economic Possibilities for our Grandchildren.

La obra de Keynes Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero, publicada en el año 1936, equipó a los gobiernos con herramientas intelectuales para luchar contra el desempleo provocado por las depresiones. Sin embargo, en el ensayo citado al principio, Keynes distinguió entre desempleo causado por crisis económicas de carácter temporal y lo que él denominó “desempleo tecnológico”, es decir, “el desempleo debido al descubrimiento de medios para economizar el uso de mano de obra a un ritmo que supera el ritmo con el cual podemos encontrar nuevos usos para dicha mano de obra”.

miércoles, 6 de junio de 2012

Paul Krugman: El programa de la austeridad

"El auge económico, y no la crisis, es el momento adecuado para la austeridad”. Eso afirmaba John Maynard Keynes hace 75 años, y tenía razón. Aun cuando se tenga un problema de déficit a largo plazo —¿y quién no lo tiene?—, recortar drásticamente el gasto mientras la economía está profundamente deprimida es una estrategia contraproducente porque no hace más que agravar la depresión.

¿Y por qué el Reino Unido está haciendo exactamente lo que no debería hacer? A diferencia de los Gobiernos de, por ejemplo, España o California, el Gobierno británico puede adquirir préstamos con total libertad a unos tipos de interés más bajos que nunca. Así que, ¿por qué el Gobierno está reduciendo drásticamente la inversión y eliminando cientos de miles de puestos de trabajo en el sector público en vez de esperar a que la economía sea más fuerte?

jueves, 17 de mayo de 2012

¿Cómo resolvería Keynes la crisis de la Eurozona? Reduciendo la deuda sin austeridad


Ricardo Larrechea, El Economista

El diario británico Financial Times publica un análisis de Marcus Miller y Robert Skidelsky, profesor de economía de la Universidad de Warwick y profesor emérito de política económica de la misma universidad, respectivamente, en el que tratan de dar una visión de los consejos que el famoso economista John Maynard Keynes daría para solucionar la actual crisis de deuda de la Eurozona, que está derivando cada vez más en una crisis política.

Siguiendo los argumentos del economista inglés, la receta que proponen es clara: estimular el crecimiento y que los grandes acreedores, principalmente Alemania, arrimen el hombro de alguna manera (eurobonos, quitas, carencias..) para sacar a los más países débiles del hoyo actual. En una idea, hay que buscar formas de reducir la deuda sin seguir recurriendo a la austeridad.

martes, 13 de diciembre de 2011

Keynes y el euro


Fernando Esteve Mora, EconoNuestra

Toda la zona euro es hoy por hoy un desastre económico y lo seguirá siendo porque el sistema monetario europeo basado en el euro está, de entrada, mal diseñado. Esa es la opinión, creo, que hubiera tenido John Maynard Keynes de haber vivido en estos tiempos. Keynes murió en 1946, por lo que hablar de lo que hubiera opinando sobre un fenómeno actual como es la unión monetaria europea es más que arriesgado. Con seguridad ni se imaginó algo semejante a una Unión Europea ni una moneda común, ni menos aún, que fuese Alemania quien dirigiese los destinos de una y otra. Y, sin embargo, me voy a atrever a pensar y decir lo que Keynes, de haber vivido en estos tiempos, pudiera haber pensado y dicho acerca de cómo se ha desarrollado el proceso de construcción de la unión monetaria europea a tenor de lo que dijo en Bretton Woods. Creo que Keynes hubiese hallado al euro y su zona un experimento fallido y potencialmente destructor. Veamos.

viernes, 19 de agosto de 2011

La nueva contienda entre Keynes y Hayek

Robert Skidelsky, Project Syndicate

El economista austriaco Friedrich von Hayek, que murió en 1992 a la edad de 93 años, dijo una vez que quien desee tener la última palabra sólo tiene que sobrevivir a sus oponentes. Su gran fortuna fue sobrevivir a Keynes por casi 50 años, y por tanto reclamar una victoria póstuma sobre un rival que lo había embestido intelectualmente cuando estaba vivo

La apoteosis de Hayek ocurrió en la década de 1980, cuando la primera ministro británica Margaret Thatcher llegó a citar Camino de servidumbre (1944), su ataque clásico a la planificación central. Sin embargo, en economía nunca hay sentencias definitivas. Si bien la defensa de Hayek del sistema de mercado contra la ineficiencia de la planificación central fue ganando cada vez más partidarios, la opinión de Keynes de que los sistemas de mercado requieren una estabilización continua persistió en los ministerios de finanzas y bancos centrales.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Las "habas contadas" de Keynes

Cuelgo este notable artículo de Fernando Esteve, verdaderamente imperdible, publicado en Rankia. Este es sólo el primer párrafo:
John Maynard Keynes era un tipo genial, en el sentido más común del término, aquel que se refiere a la capacidad para sacar del sentido común todo lo que éste puede dar de sí, pero nada más, sólo lo justo. Y uno de los muchos momentos en los que hizo un uso apropiado de esa capacidad y de ese sentido fue cuando elaboró su propuesta para organizar el orden monetario internacional tras la II Guerra Mundial. Esa propuesta para la conferencia internacional que se celebró en 1944 en Bretton Woods, el llamado Plan Keynes, tenía como objetivo el evitar recaer en el desorden monetario internacional que contribuyó a profundizar la depresión de los años 30. Pero, sin embargo,no fue aceptado en esa conferencia, pues sus participantres pensaron que era una excentricidad de un soñador, un sinsentido común, y eligieron en su lugar el plan propuesto por el Secretario del Tesoro norteamericano, el llamado Plan White.

Sugiero continuar la lectura en el enlace original, para aprender algo sobre el comercio internacional, Bretton Woods y las ideas de John Maynard Keynes, plenamente vigentes en esta nueva gran crisis.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Para volver a leer a Keynes, una entrevista a Robert Skidelsky

Marcelo Justo, Página 12

La “insensatez” de los países dominantes, criticada por la Unasur el pasado viernes, se da en el marco de un “gran experimento” en política económica del mundo desarrollado. Si la primera reacción al estallido financiero de 2008 fue un acuerdo “keynesiano” del G-20 para evitar una recesión como la del ’30, una vez neutralizado el pánico, los gobiernos centrales se inclinaron con alguna que otra excepción por atacar el déficit con la tradicional receta de recorte del gasto público y aumentos impositivos para aplacar a los mercados financieros (a los que acaban de rescatar). Eminente autoridad en John Maynard Keynes, Lord Robert Skidelsky, profesor enemérito de la Universidad de Warwick y autor de Keynes: The return of the master, cree que los países centrales han hecho un gran laboratorio de ensayo con sus propias economías. “Están poniendo a prueba la teoría keynesiana que sirvió para salir de la debacle de los años ’30. Si la consolidación fiscal es la ruta de la recuperación, deberíamos enterrar a Keynes. Si por el contrario, los mercados financieros y los políticos que los obedecen son los “asnos” de los que hablaba Keynes, tendremos que pensar qué hacemos con los mercados para poder volver a gobernar”, señaló Lord Skidelsky a Página/12.

–El experimento del que usted habla ya lleva más de un año. ¿Cuál es a su juicio el veredicto hasta el momento?

miércoles, 29 de junio de 2011

Keynes nunca fue keynesiano

J. Jacks, Cotizalia

Entre 1920 y 1929, la economía de EEUU creció sin límite, gracias en parte a que la Fed aumentó la oferta monetaria en ese período en un 62%. El crecimiento fue tan intenso que las empresas acumularon dinero como para financiarse con sus beneficios sin tener que depender del crédito de las entidades financieras.

Entre 1920 y 1929, la mayoría de los inversores en Bolsa lo hacían con "margin loans". Sólo pagaban el 10% de la acción con su dinero. El otro 90% era prestado por las entidades financieras. Esto permitía invertir sin disponer de recursos. La desventaja era que las entidades podían exigir a los inversores la devolución de ese 90% en 24 horas.

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