viernes, 4 de julio de 2025

El "perro loco"

…Israel es un poco como el perro loco de Estados Unidos. No siempre es obediente y a menudo intenta escapar al control, metiendo a Washington en líos. Pero no se le puede abandonar a su suerte, y lo sabe.

Enrico Tomaselli, Giubbe Rosse News

¿Son los Estados Unidos quienes dirigen a Israel, que es su dócil instrumento para controlar Oriente Medio, o es al contrario Israel quien controla de facto a los Estados Unidos, gracias también a la acción capilar de la AIPAC 1, que entre financiaciones y ostracismos ad hoc tiene en sus manos todo el Congreso?

Desde hace mucho tiempo existe un acalorado debate sobre la relación entre Estados Unidos e Israel, sobre la naturaleza de esta relación, que ciertamente no puede resumirse simplemente en términos geopolíticos.

La opinión predominante, al menos en los círculos de la llamada “disidencia”, parece ser que son los EEUU quienes llevan las riendas del mando y, como siempre en estos casos, una vez asumida una tesis, se termina interpretando cada hecho como coherente con la misma.

Mi opinión personal al respecto es que la naturaleza de esta relación es, en realidad, mucho más compleja de lo que puede resumirse en una elección binaria, A o B. Y que, en última instancia, ambos tienen poderosos instrumentos para condicionar las decisiones del otro, así como, en consecuencia, ambos se necesitan mutuamente.

El reciente conflicto con Irán, la llamada “guerra de los 12 días”, es una excelente oportunidad para verificar estas diferentes tesis.

Lo que podemos dar por seguro es que Washington sabía que Tel Aviv estaba preparando el ataque. Y, obviamente, esto puede interpretarse de diferentes maneras. Puede significar que la negociación iniciada por Witkoff con la mediación de Qatar no era, desde el principio, más que una cortina de humo para encubrir el ataque.

O, por el contrario, dado que la firmeza iraní estaba bloqueando las negociaciones, Trump pensó que la acción israelí podría inducir a Teherán a adoptar una postura más moderada.

En cualquier caso, la verdadera pregunta es: teniendo en cuenta que tanto Washington como Tel Aviv no podían ignorar los límites estructurales de la operación Rising Lion, ¿cuál era el verdadero objetivo?

jueves, 3 de julio de 2025

El capitalismo financiero es más peligroso que nunca

Se suponía que la crisis de 2008 auguraba el fin del capitalismo financiero ultraespeculativo. Sin embargo, los actores financieros salieron fortalecidos y el capital ficticio supone una amenaza mayor que nunca para la estabilidad económica mundial

Matthias Schmelzer, Jacobin

El texto que sigue es un fragmento adaptado de Freedom for Capital, Not People: The Mont Pèlerin Society and the Origins of the Neoliberal Monetary Order, disponible en Verso Books.

Algunos autores tomaron el período posterior a la crisis del capitalismo financiero de 2008 como el «fin del neoliberalismo» o el advenimiento del «pos-neoliberalismo». Otros lo describieron como una versión «mutante» o «zombi» de un neoliberalismo que, en realidad, está «medio muerto, medio vivo».

En una era de creciente proteccionismo, ideología de derecha y desglobalización, las ideologías neoliberales sin duda sufrieron un revés. Pero también se rearticularon forjando nuevas alianzas y adoptando formas novedosas. Cabe destacar tres dimensiones de la coyuntura actual.

La política del dinero

Hoy, como en la década de 1960, hay un enorme interés por la forma que adopta el dinero como factor central en la política y la vida social. La política monetaria es hoy más que nunca una cuestión política que interpela directamente incluso a quienes no se interesan por sus arcanos. Hay motivos para pensar que el sistema global de dinero y finanzas se está acercando a un umbral disruptivo de importancia histórica, con el potencial de transformar la manera en que las sociedades invierten, se aseguran y comercian.

Lo que no se hace por amor a la libertad

¡Qué no se hace para liberar a las mujeres afganas! 200 mil muertes y 20 años de ocupación, y todo porque sentimos el imperioso deber moral de exportar nuestros valores. Con un éxito evidente

Andrea Zhok, Sinistra in Rete

Un rápido recorrido por las páginas de los principales periódicos, noticieros y programas de entrevistas muestra cómo ha comenzado la calma para los caballos de tiro del periodismo europeo: "¡Es la hora del disidente iraní!". Así, desde hace unos días se ha convocado un concurso para entrevistar a exiliados y disidentes iraníes, para dar voz, con una mirada contrita y dolorosa, a su sufrimiento espiritual y material, en el sagrado nombre de la Libertad.

El patrón es siempre el mismo: desde la época de los disidentes rusos, pasando por los exiliados cubanos, hasta los refugiados libios, iraquíes y sirios, etc. Es como andar en bicicleta: una vez que aprendes a hacerlo, puedes hacerlo con los ojos cerrados. Alimenta y facilita económicamente, con permisos especiales de residencia, etc., la creación de redes de exiliados, que deben alimentar la narrativa según la cual el país X, que nos gustaría desmantelar, no es más que la enésima encarnación del Mal a exterminar.

Simultáneamente, se ejercen todas las presiones externas para hacer la vida en el país de origen lo más miserable posible, con el fin de aumentar el número de personas descontentas. Si todo funciona correctamente, tarde o temprano la opinión pública está lo suficientemente preparada como para justificar cualquier truco sucio, siempre que sea en detrimento de esa encarnación del Mal, desde Playa Girón (Bahía de Cochinos según los invasores gringos) hasta el bombardeo de Bagdad.

miércoles, 2 de julio de 2025

El plan de Trump para restaurar el dominio financiero de EEUU

Detrás del aparente caos de la política arancelaria de Trump hay un plan coherente para reiniciar lo que Peter Gowan denominó el «régimen del dólar-Wall Street». Su objetivo es fortalecer el poder de EEUU en torno a los oligarcas digitales de alta tecnología

Vassilis Fouskas, Jacobin

Dejando de lado la política cultural, MAGA (Make America Great Again) es un proyecto conservador-nacionalista coherente en todos los sentidos. Su objetivo principal es restaurar algunas variables interconectadas que se establecieron tras el fin del sistema de Bretton Woods en 1971.

MAGA busca mantener la centralidad del Poder Ejecutivo estadounidense en la política mundial a través de acuerdos de tipo «hub and spoke» (modelo de centro y radios), junto con la primacía indiscutida del dólar y de la Reserva Federal en los mercados de divisas y en el sistema monetario internacional, reciclando los excedentes globales hacia el propio Estados Unidos a través de bonos del Tesoro.

El proyecto también pretende mantener el poder offshore de Wall Street, garantizando operaciones financieras transfronterizas ilimitadas y subordinando a los sectores productivos de los Estados vasallos a los Estados Unidos. Este conjunto integrado es lo que el difunto Peter Gowan, en su premiado libro de 1999 The Global Gamble, denominó el régimen del dólar-Wall Street (DWSR, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, las fuerzas históricas estructurales, junto con la incompetencia de los actores liberales y neoconservadores, provocaron la desintegración del DWSR, especialmente desde la crisis financiera mundial de 2007-2008. Al examinar más detenidamente las razones que subyacen a esta desintegración, podemos hacernos una idea más clara del éxito que puede tener el proyecto MAGA.

La guerra contra Irán es una lucha por el control unipolar del mundo por parte de EEUU

Michael Hudson explica cómo la guerra pretende impedir que los países se separen del control unipolar de EEUU y la hegemonía del dólar, y perturbar la integración euroasiática con China y Rusia
Michael Hudson, The Unz Review

Los detractores de la guerra con Irán afirman que esta no beneficia a los intereses estadounidenses, ya que Irán no representa ninguna amenaza visible para EEUU.

Este llamamiento a la razón pasa por alto la lógica neoconservadora que ha guiado la política exterior estadounidense durante más de medio siglo y que ahora amenaza con sumir a Oriente Medio en la guerra más violenta desde la de Corea.

Esa lógica es tan agresiva, tan repugnante para la mayoría de las personas, tan contraria a los principios básicos del derecho internacional, las Naciones Unidas y la Constitución de los EEUU, que es comprensible la timidez de los autores de esta estrategia a la hora de explicar lo que está en juego.

Lo que está en juego es el intento de EEUU de controlar Oriente Medio y su petróleo como pilar de su poder económico, y de impedir que otros países avancen hacia la creación de su propia autonomía respecto al orden neoliberal centrado en EEUU y administrado por el FMI, el Banco Mundial y otras instituciones para reforzar el poder unipolar estadounidense.

En la década de 1970 se debatió mucho sobre la creación de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI). Los estrategas estadounidenses lo consideraron una amenaza y, dado que mi libro 'Superimperialismo' fue utilizado irónicamente como una especie de libro de texto por el Gobierno, me invitaron a comentar cómo creía que los países se liberarían del control estadounidense.

Yo trabajaba en el Instituto Hudson con Herman Kahn y, en 1974 o 1975, él me llevó a participar en un debate sobre estrategia militar en el que se discutían los planes que ya se estaban elaborando en ese momento para derrocar a Irán y dividirlo en partes étnicas.

Herman consideró que el punto más débil era Baluchistán, en la frontera de Irán con Pakistán. Los kurdos, los tayikos y los azeríes turcos eran otras etnias que se iban a enfrentar entre sí, lo que daría a la diplomacia estadounidense una dictadura cliente potencial clave para remodelar la orientación política tanto de Irán como de Pakistán si fuera necesario.

Tres décadas más tarde, en 2003, el general Wesley Clark señaló a Irán como la piedra angular de los siete países que EEUU necesitaba controlar para dominar Oriente Medio, empezando por Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia y Sudán, y culminando en Irán.

martes, 1 de julio de 2025

El caso olvidado contra Milton Friedman

En 1967, Milton Friedman lanzó una contrarrevolución en la economía que derribó la teoría keynesiana de la inflación. Tres años más tarde, el economista James Tobin publicó una contundente refutación teórica, que quedó prácticamente olvidada para la corriente económica dominante
Los economistas Milton Friedman (izquierda) y James Tobin (derecha)


Seth Ackerman entrevista a Thomas Palley, Jacobin

Milton Friedman revolucionó la macroeconomía con su discurso de 1967 ante la Asociación Americana de Economía (AEA), que presidía, en el que presentó por primera vez la teoría de la llamada tasa natural de desempleo. Ese discurso, que desempeñó un papel fundamental en el descrédito del keynesianismo que prevalecía en el pensamiento económico liberal de la posguerra, sigue siendo uno de los documentos más citados de toda la economía.

Mucho menos recordada es la refutación de las ideas de Friedman por parte de otro futuro premio Nobel de Economía en otro discurso como presidente de la AEA, cuatro años más tarde: James Tobin, de la Universidad de Yale. La teoría de la inflación de Tobin planteaba la posibilidad de una vía alternativa para la economía y la política macroeconómica, pero muy raramente recibió el mismo reconocimiento o interés académico.

Seth Ackerman, de Jacobin, habló con Thomas Palley, coeditor de Review of Keynesian Economics y exdirector adjunto de políticas públicas de la AFL-CIO, sobre la importancia actual de la teoría de la inflación de Tobin y sobre por qué la cuestión de la inflación sigue desconcertando tanto a la corriente dominante de la economía como a la izquierda.

SA: Siempre fuiste crítico de la ortodoxia económica. Hace unas semanas entrevisté a James Forder, autor de un libro que me gusta mucho —seguro que lo conoces— titulado Macroeconomics and the Phillips Curve Myth (Macroeconomía y el mito de la curva de Phillips).

En ese libro desmonta como un mito la historia que se cuenta sobre la inflación en los años sesenta y setenta, cuando se plantea que una profesión económica miope y dominada por el keynesianismo sustentaba una visión muy ingenua de la inflación y no entendía la importancia de las expectativas inflacionistas a la hora de determinarla, lo que se tradujo en un descontrol inflacionario. Lo que me parece interesante es que la visión supuestamente «ingenua» que se dice que estaba tan extendida en los años sesenta no es tan diferente, en sus conclusiones, de la tuya.

¿Qué significa ganar?

…igual de preocupante es lo alejado que el equipo de Trump ha demostrado estar, en una serie de casos, de la realidad geopolítica en sus valoraciones de la situación. Las luces amarillas parpadean en muchas capitales del mundo

Alastair Crooke, Strategic Culture

Desde cierto punto de vista, Irán ha “ganado” claramente. Trump habría querido ser aclamado por una espléndida “victoria” al estilo de los reality shows.

El ataque del domingo 22 de junio contra tres instalaciones nucleares fue proclamado a bombo y platillo por Trump y Hegseth como tal: habían ‘aniquilado’ el programa de enriquecimiento nuclear iraní, afirmaron. ‘Destruido por completo’, insisten.

Solo que… no lo han conseguido: el ataque causó daños superficiales, tal vez. Y, al parecer, fue coordinado de antemano con Irán a través de intermediarios, para que fuera una operación ‘única’.

Este es un patrón habitual de Trump (coordinación previa). Fue el método utilizado en Siria, Yemen e incluso con el asesinato de Qasem Soleimani por parte de Trump, todo ello con el fin de garantizar a Trump una rápida ‘victoria’ mediática.

El llamado ‘alto el fuego’ que siguió rápidamente a los ataques estadounidenses, aunque no estuvo exento de contratiempos, fue una “cesación de hostilidades” orquestada a toda prisa (y no un alto el fuego, ya que no se acordaron condiciones).

Fue un “parche”. Esto significa que el estancamiento de las negociaciones entre Irán y Witkoff sigue sin resolverse.

El Líder Supremo ha expresado con firmeza la posición de Irán: “No hay rendición”; el enriquecimiento continúa; y Estados Unidos debe abandonar la región y no interferir en los asuntos iraníes.

Zohran Mamdani ha provocado un terremoto político en EEUU


Ben Davis, Sin Permiso

El sorprendente éxito electoral de Zohran Mamdani, socialista democrático de 33 años que se presenta a la alcaldía de Nueva York, la ciudad más destacada del planeta, representa un terremoto político. Ni las encuestas, ni los pronosticadores, ni sabio alguno predijo la amplitud y el alcance de sus resultados. Las ramificaciones de este vuelco se dejarán sentir durante años, en todos los Estados Unidos y en el mundo desarrollado.

Al final, ni siquiera hubo un resultado apretado. El atractivo generalizado de Mamdani representa el derrumbe total de un Partido Demócrata que había capeado el primer mandato de Donald Trump con resistencia retórica, y torpemente el comienzo del segundo con el apaciguamiento de la triangulación. Este año, la condición de favorito del Partido Demócrata se ha desplomado a mínimos históricos, no por la popularidad de la administración Trump o del Partido Republicano, sino por la impopularidad de los demócratas entre sus propios votantes. Chuck Schumer, al ceder ante el presidente en una ley de gasto republicana impopular y devastadora, fue para muchos la gota que colmó el vaso. El Partido Demócrata y la resistencia a Trump quedaron divididos una primera vez.

Hay enfado en todo el país con los líderes, demócratas y republicanos, en ciudades, zonas residenciales y áreas rurales. Al decir de los norteamericanos, las cosas no van bien. Los precios suben, los salarios bajan y la inestabilidad alcanza cotas sin precedentes. En ningún lugar es esto más cierto que en nuestra ciudad más grande, Nueva York, en donde el alcalde, Eric Adams, demócrata moderado, hizo un trato quid pro quo para librarse de la cárcel por cargos de corrupción, a cambio de hacer cumplir las medidas políticas de Trump en una ciudad en la que Trump ha gozado de un apoyo político mínimo.

lunes, 30 de junio de 2025

Triunfo de Jeannette Jara abre nuevo mapa de la izquierda chilena


Álvaro Ramis

Impacta la victoria de la candidata comunista

El contundente triunfo de Jeanette Jara (PC), con más del 60% de los votos en las recientes primarias, marca un hito que sin duda definirá el nuevo ciclo político del país. Este resultado histórico no solo redefine el liderazgo dentro del Partido Comunista, sino que también establece un nuevo panorama para la izquierda chilena. Como bien anticipó el analista Ernesto Ottone, "Lo que aquí está en juego es quién va a tener el rol hegemónico en la izquierda", y la victoria abrumadora de Jara ha respondido a esa interrogante con claridad.

La evaluación de estas primarias del 29 de junio debe situarse en el contexto de la coalición progresista que apoya al gobierno actual. En este sentido, la celebración misma del proceso electoral representa un logro significativo, demostrando una capacidad de articulación que ni la derecha ni otros sectores políticos han alcanzado. Mantener esta unidad es crucial para el futuro, especialmente frente a las tensiones internas. Tanto la centroizquierda, a veces autocomplaciente con la transición, como ciertas voces de la izquierda radical, buscan periódicamente debilitar la cohesión del sector. La realización de estas primarias contribuye a superar esas tendencias centrífugas.

Si bien la baja participación es un indicio de problemas organizativos y de comunicación en el sector progresista, no debe ensombrecer el compromiso de las 1.419.723 personas que sí votaron. Cabe recordar que, en 2021, la primaria de Chile Vamos no superó los 1.350.000 votantes. Es fundamental que el dato de la abstención impulse una reflexión seria sobre cómo revitalizar la propuesta política del sector y ampliar su capacidad de convocatoria en futuros procesos. No obstante, es importante reconocer que la energía política actual no se caracteriza por la movilización ni por grandes expectativas de triunfo en noviembre. Un aspecto crítico de esta elección es que la agenda programática quedó relegada del debate, cediendo espacio a discusiones centradas en el perfil, las trayectorias personales y el carisma de las candidaturas. Ahora es el momento de construir un programa sólido y bien articulado que pueda convocar mucho más allá de la centroizquierda.

El presidente del Banco Central de China presentó un plan global de desdolarización

China lanza un mensaje claro: propone reemplazar la hegemonía del dólar con un sistema financiero internacional basado en múltiples monedas clave

Elena Panina, Mente Alternativa

El director del Banco Popular de China, Pan Gongsheng, presentó un plan para la creación de un sistema financiero internacional sustentado en varias monedas importantes. Aunque evitó mencionar directamente al dólar estadounidense, como señala The New York Times, el mensaje fue inequívoco: Pan criticó con detalle “el peligro potencial de la dependencia internacional de la moneda de un solo país”, especialmente cuando dicho país enfrenta “problemas financieros y regulatorios” internos.

«Estos problemas podrían extenderse al mundo entero como riesgos financieros e incluso convertirse en una crisis financiera internacional», advirtió Pan durante el Foro Lujiazui en Shanghái, el evento más relevante del ámbito financiero en China. Subrayó además que «un país con una moneda dominante inevitablemente intentará usarla injustamente como arma».

Tras estas críticas al sistema centrado en el dólar, Pan instó a promover los pagos transfronterizos utilizando nuevas tecnologías, incluido el yuan digital. En otras palabras, la transición de un modelo dominado por el dólar hacia un sistema basado en múltiples divisas —con el yuan como uno de sus pilares— fue planteada oficialmente por China al más alto nivel financiero. Dada la relevancia institucional del evento, esta propuesta representa un consenso tanto del liderazgo político de la República Popular China como de los principales actores del sector financiero privado del país.

Bombas estadounidenses para la "paz", como Hiroshima y Nagasaki


Manlio Dinucci, Voltaire

El presidente Trump se congratuló de haber aplastado a Irán y amenazó con repetirlo si lo consideraba necesario. También elogió su acuerdo con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Y, por si fuera poco, comparó la Operación Martillo de Medianoche con los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Posteriormente, fijó un objetivo de gasto militar para los aliados de la OTAN —pero no para Estados Unidos— con el fin de dar empleo a los trabajadores armamentísticos estadounidenses.

El 20 de junio, el presidente Trump declaró que tardaría dos semanas en decidir si atacaría o no a Irán. Sin embargo, los radares mostraron el traslado de bombarderos a Oriente Medio. Por lo tanto, en el programa Grandangolo, emitido la noche del 20 de junio, anunciamos el inminente ataque a Irán por parte de Estados Unidos. Esto ocurrió unas 24 horas después. En su discurso a la Nación del 21 de junio, Trump declaró:
«Esta noche puedo decirle al mundo que los ataques fueron un éxito militar espectacular. Las principales plantas de enriquecimiento nuclear de Irán han sido destruidas total y completamente. Irán, el acosador de Oriente Medio, debe ahora hacer la paz. Si no lo hace, los futuros ataques serán mucho mayores y mucho más fáciles».
Trump ignora la historia de cómo «el acosador de Oriente Medio» lanzó su programa nuclear. En 1952, el primer ministro iraní, elegido democráticamente, Mohammad Mossadegh, nacionalizó la empresa británica que monopolizaba el petróleo iraní. En 1953, Mossadegh fue arrestado y juzgado en un golpe de estado organizado por la CIA estadounidense y el MI6 británico. Estados Unidos y Gran Bretaña mantuvieron al shah Reza Pahlevi en el poder, protegiendo sus intereses. Este estableció un régimen severo y represivo en Irán e inició la occidentalización forzada del país. Fue durante este período que el presidente Dwight Eisenhower incluyó a Irán en su programa «Átomos para la Paz». Pahlevi destinó miles de millones de dólares a la adquisición de la primera instalación nuclear de Estados Unidos, que acogió a jóvenes científicos iraníes en cursos especiales de formación nuclear en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En 1974, Irán firmó un acuerdo de 4000 millones de dólares con Francia, en virtud del cual el sha recibió cinco reactores nucleares.

Las consecuencias económicas del rearme europeo


Robert Skidelsky, Sin Permiso

En mi anterior publicación critiqué la premisa de que el rearme de Europa era necesario para hacer frente a una amenaza «existencial» por parte de Rusia. La pregunta que se plantea en esta publicación es: ¿cómo se va a financiar? ¿Y qué otras consecuencias económicas cabe esperar?

El Plan ReArm Europe / Readiness 2030 propuesto por la Comisión Europea en marzo de 2025 tiene como objetivo recaudar más de 800 000 millones de euros para 2030: 650 000 millones activando las cláusulas de escape fiscal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, 150 000 millones mediante préstamos de la CE a los miembros para la adquisición conjunta, más otras sumas posibles a través del Banco Europeo de Inversiones y un nuevo Banco de Rearme. El efecto combinado de estas medidas duplicaría aproximadamente el gasto de la UE en defensa en cinco años, pasando del 2,5% del PIB al 5%.

Lo más llamativo del plan de rearme tal y como se ha presentado es que se financiará íntegramente con préstamos. La «flexibilización de las normas fiscales» significa que los déficits anuales de los Estados miembros de la UE no se limitarán al 3%, ni su deuda al 60% de su PIB. La propia Comisión pedirá préstamos para concederlos. No se menciona la necesidad de aumentar los impuestos ni de recortar el gasto civil para hacer hueco al gasto militar.

La petición de duplicar el gasto en defensa se produce en un contexto de estancamiento económico y elevado endeudamiento. Las economías europeas apenas han crecido desde 2008, a pesar de los dos enormes paquetes de estímulo monetario tras el colapso bancario de 2008-2009 y la epidemia de COVID-19 de 2020-2022. No se trata de un estancamiento por satisfacción, como podría ser el caso de Japón, sino de un estancamiento provocado por el aumento de la pobreza.

domingo, 29 de junio de 2025

Lecciones de EEUU y la credibilidad de Occidente

EEUU ha dado al mundo una lección definitiva. En el nuevo mundo que ellos han hecho nacer, sólo existirán dos tipos de súbditos: los siervos y los poseedores de armas nucleares

Andrea Zhok, La Haine

Si una nación quiere ser un Estado soberano e independiente, no sólo tendrá que tener un ejército, que en sí mismo puede ser en gran medida decorativo: tendrá que presentarse como una amenaza nuclear creíble.

A partir de ahora, adiós a los tratados de no proliferación nuclear: se aplicará el «todos contra todos», y las décadas venideras serán décadas de una renovada carrera armamentística terminal (sobre todo clandestina, porque si te sometes al escrutinio internacional, basta un Rafael Grossi cualquiera para que te bombardeen).

El fallo evidente de Irán no es que fuera una amenaza excesiva, sino que no era lo bastante amenazadora. Su culpa no fue ser inmoral, sino exceder –según los estándares internacionales actuales– los escrúpulos morales.

Por cierto, esto también es cierto a nivel nacional. Si Irán hubiera sido el espantoso y llamativo estado policial como se lo presenta, no habría tenido docenas de científicos y líderes militares durmiendo en casa, con sus familias, con direcciones públicamente disponibles.

En Israel no se habría podido producir una infiltración de inteligencia de este nivel, precisamente porque es un Estado policial. La paranoia de la que a menudo se burlan las películas de Hollywood sobre el antiguo Pacto de Varsovia era en realidad realismo, en una guerra que se sabía se jugaba con adversarios totalmente despreocupados.

En la victoria de Zohran Mamdani, la izquierda estadounidense venció al statu quo

Hay un deseo profundo de una política audaz y transformadora en Estados Unidos en este momento. Zohran Mamdani demuestra que la izquierda puede presentarse con un mensaje firme y coherente, que conecte con las preocupaciones reales de la gente. Y ganar

Nick French, Jacobin

Anoche (martes 24 de junio), un rayo político cayó sobre la ciudad de Nueva York. Contra todo pronóstico, Zohran Mamdani, socialista democrático de treinta y tres años y miembro de la Asamblea Estatal por tercera vez, obtuvo una amplia ventaja en la primera vuelta de las votaciones por orden de preferencia frente al ex gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, favorito en las primarias. Al final de la noche, Cuomo reconoció la derrota frente a su joven rival.

La carrera tiene el potencial de remodelar la política nacional, alterando el equilibrio de fuerzas dentro del Partido Demócrata y abriendo el camino a una nueva era de posibilidades para la izquierda.

Incluso antes de que empezaran a llegar los resultados ayer, estaba claro que la carrera había adquirido una gran importancia política, tanto a nivel local como nacional. Mamdani había superado un enorme déficit de reconocimiento y de gasto en campaña para reducir la distancia con Cuomo, y algunas encuestas de las últimas semanas mostraban a los dos más o menos empatados. Sin embargo, casi ninguna de las encuestas predecía que Mamdani superaría al exgobernador en la primera vuelta, y por un amplio margen.

El mito antibélico de Trump y la realidad sionista


José Alberto Niño, The Unz Review

El mensaje de "Estados Unidos Primero" de Donald Trump prometía el fin de los enredos extranjeros, pero su agresiva política hacia Irán nos cuenta una historia diferente. La decisión de su administración de llevar a cabo ataques aéreos contra las instalaciones nucleares iraníes en Isfahán, Fordow y Natanz el 21 de junio de 2025 subraya aún más esta contradicción. Pero al analizar su historial general, se comprende que Trump ha sido un firme defensor de la línea dura contra Irán desde el primer día.

La afirmación de Trump de ser un presidente antibélico ha sido un pilar fundamental de su imagen política desde su primera aparición en la escena nacional. Ha declarado repetidamente : «Las grandes naciones no libran guerras interminables». Durante la campaña, se posicionó como el candidato que rompería con el consenso intervencionista del pasado, criticando la guerra de Irak y las «guerras eternas» de sus predecesores. En su discurso sobre el Estado de la Unión de 2019, declaró al Congreso y a la nación: «Nuestras valientes tropas llevan casi diecinueve años luchando en Oriente Medio... Es hora de dar una cálida bienvenida a casa a nuestros valientes guerreros en Siria».

Incluso en su segunda campaña, Trump insistió : “No voy a iniciar guerras, voy a detenerlas”. Pero esta retórica antibélica siempre ha sido una cortina de humo, especialmente cuando se trata de Irán, un país que ha sido el foco singular de las acciones más agresivas e intervencionistas de Trump.

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