Se suponía que la crisis de 2008 auguraba el fin del capitalismo financiero ultraespeculativo. Sin embargo, los actores financieros salieron fortalecidos y el capital ficticio supone una amenaza mayor que nunca para la estabilidad económica mundial
Matthias Schmelzer, Jacobin
El texto que sigue es un fragmento adaptado de Freedom for Capital, Not People: The Mont Pèlerin Society and the Origins of the Neoliberal Monetary Order, disponible en Verso Books.
Algunos autores tomaron el período posterior a la crisis del capitalismo financiero de 2008 como el «fin del neoliberalismo» o el advenimiento del «pos-neoliberalismo». Otros lo describieron como una versión «mutante» o «zombi» de un neoliberalismo que, en realidad, está «medio muerto, medio vivo».
En una era de creciente proteccionismo, ideología de derecha y desglobalización, las ideologías neoliberales sin duda sufrieron un revés. Pero también se rearticularon forjando nuevas alianzas y adoptando formas novedosas. Cabe destacar tres dimensiones de la coyuntura actual.
La política del dinero
Hoy, como en la década de 1960, hay un enorme interés por la forma que adopta el dinero como factor central en la política y la vida social. La política monetaria es hoy más que nunca una cuestión política que interpela directamente incluso a quienes no se interesan por sus arcanos. Hay motivos para pensar que el sistema global de dinero y finanzas se está acercando a un umbral disruptivo de importancia histórica, con el potencial de transformar la manera en que las sociedades invierten, se aseguran y comercian.