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martes, 25 de marzo de 2025

La crisis del orden de posguerra nos dio el neoliberalismo

El auge del neoliberalismo no se debió simplemente a que los políticos centristas y de derecha decidieran darle rienda suelta a las fuerzas del mercado. Reflejó una verdadera crisis del orden económico de la posguerra, y la ausencia de un movimiento obrero poderoso que impulsara una alternativa de izquierda.

Colin Gordon, Jacobin

Bajo cualquier forma de medición, la desigualdad económica se disparó en el último medio siglo. Desde 1970, la proporción de la renta nacional que se lleva la mitad inferior de los asalariados cayó del 21,3 % a solo el 13,6 %, mientras que la que se lleva el 1 % superior casi se duplicó, pasando del 11,6 % al 19,1 %. Aunque los programas sociales redujeron la pobreza sustancialmente durante ese periodo, los criterios de elegibilidad mezquinos y la discreción a nivel estatal han erosionado los medios de vida de las familias con bajos ingresos. La brecha racial de riqueza, sostenida por generaciones de explotación y exclusión en el sector inmobiliario privado y los programas públicos, es ahora tan amplia como lo era en la década de 1960.

Una historia común viste estas tendencias con ropajes partidistas: los demócratas lucharon por extender o apuntalar el New Deal; los republicanos, por fervor ideológico o por servil deferencia a los intereses privados, intentaron derribarlo todo con la misma determinación. Hay un atisbo de verdad en esta ordenada narrativa, pero solo un atisbo. De hecho, el regreso de la desigualdad a niveles no vistos desde la Edad Dorada fue un proyecto frecuentemente bipartidista: los demócratas llevaron la delantera (controlando tanto la Cámara de Representantes como el Senado, o la presidencia y una o ambas cámaras) durante treinta de los últimos cincuenta y cuatro años. Sus huellas, en diversos grados, están en todas y cada una de las políticas que aumentaron la desigualdad durante este período.

Esa hoja de antecedentes penales es el hilo conductor de Left Behind (Abandonados), el provocador examen de la historiadora Lily Geismer sobre la presidencia de Bill Clinton, sus raíces políticas e intelectuales y su impacto duradero. Left Behind comienza trazando la ya familiar historia del Consejo de Liderazgo Democrático (DLC, por sus siglas en inglés), fundado en 1985, y su determinación de liberar al partido de sus «intereses especiales» (sindicatos, minorías raciales, movimiento feminista, etc.) y dividir la improbable diferencia entre la Gran Sociedad y las políticas económicas de la época de Reagan (Reaganomía). Como argumenta Geismer, las invocaciones clintonianas de una «tercera vía» o «un puente hacia el siglo XXI» apenas podían ocultar la verdadera intención y el resultado: abandonar a los sectores de la mitad inferior de la distribución de ingresos en favor de soluciones de mercado que harían sonrojar a Friedrich Hayek.

lunes, 17 de marzo de 2025

El error del neoliberalismo

Este ensayo de Alain de Benoist, «L'erreur du liberalism», se publicó originalmente en el número 28-29 de Éléments, en marzo de 1979. Alain de Benoist sostiene que tanto el liberalismo como el marxismo, aunque aparentemente opuestos, comparten el mismo defecto fundamental de reducir la sociedad humana a relaciones económicas y considerar a los seres humanos principalmente como actores económicos. El ensayo critica cómo el liberalismo, en nombre de la igualdad universal y la libertad individual, en realidad sustituye las jerarquías sociales tradicionales por desigualdades económicas, al tiempo que erosiona las identidades culturales, los lazos comunitarios y el poder del Estado.

Alain de Benoist, Nouvelle Droite

La concepción del hombre como «animal/ser económico» (el Homo oeconomicus de Adam Smith y su escuela) es el símbolo mismo que connota tanto el capitalismo burgués como el socialismo marxista. Liberalismo y marxismo nacieron como polos opuestos de un mismo sistema de valores económicos. Uno defiende al «explotador», el otro defiende al «explotado», pero en ambos casos, no escapamos a la alienación económica.

Liberales (o neoliberales) y marxistas coinciden en un punto esencial: para ellos, la función determinante de una sociedad es la economía. Esta constituye la verdadera infraestructura de cualquier grupo humano. Son sus leyes las que permiten evaluar «científicamente» la actividad humana y predecir los comportamientos. Los marxistas dan el papel predominante al modo de producción en la actividad económica, mientras que los liberales consideran más importante el mercado. Es el modo de producción o el modo de consumo (economía «de partida» o economía «de llegada») lo que determina la estructura social. En esta concepción el bienestar material es el único objetivo que la sociedad civil consiente en asignarse. Y el medio adaptado a este objetivo es el libre ejercicio de la actividad económica.

viernes, 14 de marzo de 2025

Noam Chomsky y la alternativa socialista al caos climático

La contribución política más conocida de Noam Chomsky es su poderosa y prolongada crítica de la política exterior estadounidense. Pero Chomsky también utilizó su alcance global para dar la voz de alarma sobre la crisis climática y trazar un camino para evitar el desastre.

Robert Pollin, Jacobin

Si decidimos tomarnos en serio el abrumador consenso de los científicos climáticos más creíbles, tenemos que aceptar que el cambio climático representa una amenaza verdaderamente existencial para la continuación de la vida en la Tierra tal como la conocemos.

Dada esta realidad, no es de extrañar que Noam Chomsky se haya comprometido a educar a la mayor audiencia global posible sobre la ciencia básica que hay detrás de la crisis climática, los factores que la produjeron y la forma de avanzar hacia un camino viable para revertirla.

Tampoco es sorprendente que Chomsky entienda a la crisis como una grave malignidad del capitalismo neoliberal contemporáneo y que, en consecuencia, anticipe que el trabajo de revertirla requerirá de una movilización popular masiva que derrote al neoliberalismo bajo las banderas combinadas de la justicia social y de la cordura ecológica.

Por supuesto, las contribuciones de investigación profundamente impactantes de Chomsky, que abarcan más de siete décadas, cubrieron principalmente los campos de la lingüística, la filosofía, la psicología y la ciencia cognitiva. Nunca afirmó ser un experto en los detalles técnicos de la ciencia climática o en la economía de la construcción de un sistema alternativo de energía limpia.

Al mismo tiempo, Chomsky, legendariamente, es un hombre que «lee de todo». Y no se limita a leer de todo. Más bien, a lo largo de décadas, Chomsky demostró una asombrosa capacidad para absorber una enorme variedad de material sobre cuestiones sociales y políticas de importancia crítica. También es capaz de explicar estos temas a millones de lectores en todo el mundo a través de su combinación sin igual de pasión moral, rigor, profundidad de visión, claridad y también —cuando decide desatarla— una fuerza retórica estimulante.

domingo, 2 de marzo de 2025

Trump: mentiras y verdades


Maciek Wisniewski, La Jornada

En los años recientes, una de las más comentadas facetas de Donald Trump −en el gobierno, después y hoy nuevamente en el poder− es su, para decirlo eufemísticamente, “relación con la verdad”. En algún momento el diario de The Washington Post había contado e informado famosamente que Trump sólo en sus primeros tres años en la Casa Blanca hizo “16 mil 241 afirmaciones falsas y/o engañosas”. Así, con base en esto, el tipo de argumento que vinculaba, sobre todo desde el mainstream liberal, la verdad con la democracia y, por el contrario, las mentiras con el fascismo −de representar a cuál Trump ha sido acusado repetidamente−, se ha vuelto común, y si bien apuntaba a una realidad alarmante, sin ser sometido a ningún escrutinio, degeneró en un tema de conversación banal.

Contrario a este marco que funde la verdad con la democracia −a menudo a base de una, igualmente discutible, equiparación de la democracia con el liberalismo−, la “verdad”, como insisten algunos estudiosos, no es el fundamento del orden democrático, sino más específicamente del sistema liberal tal como lo ha expuesto, por ejemplo, John Stuart Mill. Pero, mientras la preocupación de ese autor tenía en su centro las instituciones −sólo garantizando la libertad de expresión y la del parlamento se podían producir reclamos “verdaderos”, según él, aunque Mill entendía la verdad más como una “forma” en que se sostenía una opinión que como su contenido, algo que se lograba a través de la justificación−, en las décadas recientes, según la “nueva teoría del liberalismo”, las verdades son, por el contrario, producidas por los expertos (pundits) y “fuentes autorizadas” como The New York Times o el mencionado The Washington Post, que han de ser aceptadas como dogmas por todas las personas del “pensamiento correcto”.

sábado, 1 de marzo de 2025

Contra la izquierda neoliberal,
de Sahra Wagenknecht

Instrucciones para el uso en el razonamiento sobre las razones de la afirmación del derecho en Occidente y en Alemania. El representante de la izquierda de moda no quiere que le llamen socialista, ni siquiera en el sentido socialdemócrata. Se considera un ciudadano del mundo sin demasiados vínculos con su propio país.

Vladimiro Giacché *, Sinistra in Rete

«La izquierda fue una vez sinónimo de búsqueda de justicia y seguridad social, de resistencia, de rebelión contra la clase media alta y de compromiso con aquellos que no habían nacido en una familia rica y tenían que mantenerse con trabajos duros y a menudo poco estimulantes. “Estar a la izquierda significaba perseguir el objetivo de proteger a estas personas de la pobreza, la humillación y la explotación, abriéndoles oportunidades de formarse y progresar socialmente, haciendo sus vidas más fáciles, más organizadas y planificables”. […]

Un libro escandaloso

Creo que los lectores no tendrán ninguna dificultad en compartir esta descripción propuesta por Sahra Wagenknecht en el primer capítulo de su libro. Esta descripción es también el mejor punto de partida para introducir las que creo que son las tesis principales de este texto, aquellas que lo convierten en un libro importante y apropiadamente escandaloso.

Érase una vez que la izquierda era precisamente esto. ¿Y hoy? Hoy en día las cosas han cambiado mucho. Si alguna vez los problemas sociales y económicos estaban en el centro de los intereses de quienes se definían como de izquierda, hoy ya no es así.

Ahora bien, observa la autora, «el imaginario público de la izquierda social está dominado por una tipología que definiremos a partir de ahora como la izquierda de moda [el original alemán es Lifestyle-Linke , literalmente 'izquierda del estilo de vida'], puesto que sus partidarios ya no sitúan en el centro de la política de izquierda los problemas sociales y político-económicos, sino más bien cuestiones relativas al estilo de vida, a los hábitos de consumo y a los juicios morales sobre el comportamiento […]. Está convencido de que el Estado nacional es un modelo en peligro de extinción y se considera un ciudadano del mundo sin demasiados vínculos con su propio país. El representante de la izquierda de moda no puede –ni quiere– ser definido como “socialista”, ni siquiera en el sentido socialdemócrata del término: si acaso, como un liberal de izquierda.

lunes, 17 de febrero de 2025

La economía dominante, catálogo de horrores


James K. Galbraith, Sin Permiso

En un notable catálogo de horrores publicado en The New York Times, el periodista Ben Casselman detalla los «principios centrales» de la economía dominante que han caído políticamente en desgracia: libre comercio, fronteras abiertas, impuestos sobre el carbono, austeridad fiscal. En su cobertura de la reciente reunión anual de la American Economic Association celebrada en San Francisco, Casselman señala los problemas que los economistas no han resuelto: la desindustrialización, el crac de 2008 y la consiguiente recesión, o la ralentización del crecimiento a largo plazo. Y subraya sus mayores fallos de previsión: la crisis financiera de 2007-09, la crisis de precios de 2021-22 y la naturaleza transitoria de la inflación resultante, que hasta ahora ha retrocedido sin desencadenar una recesión.

Con admirable moderación, Casselman informa de la opinión de Jason Furman de que los economistas tienen que «hacer mejor su trabajo... comprendiendo los problemas que les preocupan a la gente», y de la observación de Glenn Hubbard de que hay demasiados profesionales que se han mostrado «desdeñosos e insensibles» ante tales preocupaciones. No es broma.

No es de extrañar que un periodista se encontrara con semejante conglomerado de fracasos -y con casi nadie con una opinión discrepante- en esta reunión de economistas «de primera fila». Por supuesto, hay economistas que han abrazado ideas contrarias sobre los aranceles y el desarrollo, los fraudes y la crisis financieras, las raíces de la desindustrialización en los años 80, la política industrial y medioambiental, y el dinero, el déficit y la deuda. Pero, cuando estos expertos asisten a las reuniones - firmemente controladas por la corriente dominante – se ven marginados en pequeñas habitaciones de hoteles satélites. No hay error que pueda avergonzar a los economistas «de primera fila» como para que renuncien a los puestos de honor.

domingo, 16 de febrero de 2025

Eternos jóvenes e inmaduros: la condición neoliberal


Diego Fusaro, Posmodernia

A diferencia de las precedentes formas de la producción y de las relaciones sociales, que se basaban esencialmente en la continuidad y la conservación de las condiciones dadas y sobre el «mantenimiento inalterado del antiguo orden de producción», el modo de producción capitalista existe revolucionando continuamente, sin tregua, los instrumentos de producir y las relaciones sociales en las que se estructura, haciendo del cambio incesante su propio fundamento. La “movilización total” de los entes es su base ineludible.

Tales prerrogativas, con mayor razón, pueden atribuirse a aquello que ya Pasolini catalogaba como el «neocapitalismo revolucionario, progresista y unificador», que transforma todo en nombre del progreso, unificando al mundo entero bajo el signo de lo mismo, o sea de la economía fetichizada. Vive volviendo líquido y mutante lo que, en los anteriores modos de producción, se daba en formas estables y rígidas, cuando no petrificadas:
“La agitación constante de la producción, el incesante cuestionamiento de todas las condiciones sociales, la incertidumbre y el movimiento perpetuo diferencian la época burguesa de todas aquellas que la han precedido”.
Esta tendencia, inscrita en las premisas y promesas del capital desde su mirada auroral, puede considerarse llevada a cumplimiento con el tránsito a la hodierna fase absoluta, correspondiente con el tiempo de la flexibilidad global y de la transitoriedad universal.

miércoles, 5 de febrero de 2025

Neoliberalismo e ideología del Fin de la Historia


Diego Fusaro, Posmodernia

En el marco de un régimen temporal que, caracterizado por el fanatismo de la economía, debe pensarse como eterno, inenmendable y, en definitiva, como Fin de la Historia, no puede haber espacio para la dimensión del futuro, para la praxis transformadora, para la categoría ontológica de posibilidad y para el plano de la historicidad. Por este motivo, la hodierna lógica ideológica en la que se condensa el espíritu de nuestro tiempo debe demonizar continuamente estas cuatro determinaciones mutuamente inervadas; de modo que se imponga, a nivel de imaginario, el eterno presente del capital imperfecto pero inenmendable, ineluctable y sin historia y, por tanto, entendido no como producto temporalmente determinado y siempre reprogramable de un hacer, sino como condición natural-eterna de la que no es lícito plantear ningún éxodo. Fin de la Historia, sensación de la férrea necesidad del todo, presente omnipresente y sentimiento frustrante de impotencia constituyen los rasgos sobresalientes de la actual constelación ideológica. Interpretado el requiem por la dialéctica, era necesario hacer lo mismo también por la historicidad, dada la relación simbiótica entre las dos.

El ordo oeconomicus de la presente fase histórica se caracteriza por su naturaleza absoluto-totalitaria, porque ha saturado el mundo (totalizándolo tanto a nivel real como simbólico) y así ha alcanzado la correspondencia in actu con su propio concepto. Las prestaciones imaginativas y la capacidad de proyectar futuros distintos han sido aniquiladas. Si en las sociedades premodernas era hegemónica la dimensión del pasado y en las modernas ha dominado el futuro, el contemporáneo paisaje posmoderno está comprimido sobre el presente, con añadida desestructuración de la historicidad como posibilidad real del cambio y del devenir abierto sobre las extensiones del aún-no-devenido.

La galopante eliminación forzada de la historicidad parece presentarse, en este contexto, como la plataforma ideológica ideal para naturalizar el capital como destino irrevocable: vale decir para laminar la determinación histórica, o si se quiere también, para sustraerlo de un devenir que, en cuanto tal, podría eventualmente conducirlo al declive, o incluso simplemente reactivar, en el imaginario colectivo, el inoportuno pensamiento de futuros alternativos. El tránsito al actual régimen de temporalidad del eterno presente se rige, por demás, sobre la supresión de los elementos dialécticos que, en la fase precedente, volvieron practicable el conflicto por un mañana alternativo.

domingo, 2 de febrero de 2025

Capitalismo de villanos

De Donald Trump a Javier Milei, los principales referentes de la extrema derecha contemporánea son asociados de manera deliberada a los villanos más disfuncionales del cine. Si fuera ficción, quizás sería divertido. Pero no lo es.

Natalio Pagés y Agustín Molina y Vedia, Jacobin

La oscuridad es buena: Dick Cheney,
Darth Vader, Satanás. Eso es poder.

—Steve Bannon
En su prólogo a El capital, Karl Marx aclara que, para el análisis del modo de producción capitalista, la moral importa poco y nada. Si en su libro los capitalistas no aparecen «pintados color de rosa», el verdadero esfuerzo de intelección debe orientarse a los mecanismos impersonales que, mientras tiranizan a las grandes masas obreras, dictaminan también el comportamiento de los que mandan. La bondad circunstancial de un patrón o su crueldad pueden acaso conmovernos o indignarnos, pero este margen de libre albedrío se prueba insignificante cuando lo vemos desde la mirada impávida del sujeto que lo gobierna: Das Kapital.

Cuando desciende al barro de la historia, Marx flaquea. En el capítulo XXIV de ese mismo libro, la calculada explicación de las tendencias autodestructivas de la acumulación intercala descripciones del régimen de cama caliente, el trabajo infantil y los castigos corporales aplicados para disciplinar a la mano de obra. Al cerrar el libro, quedan pocas dudas acerca de la catadura de quienes, no obstante las determinaciones objetivas, cometen esos abusos. En la Comuna de París chocan, no cabe duda, un sistema que no termina de nacer y otro que no termina de morir, pero también una clase heroica, leal, franca y solidaria contra otra sibilina, pérfida y deleznable.

El péndulo no es filosófico. En la historia de la dominación burguesa abundan las oscilaciones entre ideología biempensante y crueldad deliberada. Nuestro capitalismo se parece al que filmaba Elio Petri: una élite del poder compuesta de canallas embriagados por su propia impunidad y coaligados para la manipulación inescrupulosa del público. En los largometrajes de Petri, ningún poderoso está confundido, extraviado o humanizado por sentimientos nobles. A su turno, todos miran a cámara y explican con lujo de detalles cómo sostienen su reino contra cualquier noción concebible de justicia.

lunes, 20 de enero de 2025

Estados Unidos en 2025: Problemas sociales negados mediante retóricas de rechazo


Richard Wolf, Counter Punch

Las sociedades sobreviven y crecen cuando logran sortear sus contradicciones. Sin embargo, con el tiempo, las contradicciones acumuladas superan los medios existentes para sortearlas. Entonces surgen problemas sociales que persisten o empeoran dentro de esas sociedades porque no se los sortea con éxito o no se los atiende. A veces, la reacción consciente dominante ante esos problemas sociales es la negación, la negativa a verlos. La negación de los problemas sociales internos desplaza la resolución de las contradicciones que los causan. El declive social resultante, al igual que el conjunto de contradicciones internas que refleja, se niega e ignora. En cambio, pueden surgir narrativas o retóricas que posicionen a esas sociedades como víctimas de abuso por parte de extranjeros. Estados Unidos en 2025 ilustra este proceso: su retórica de rechazo apunta a poner fin a su victimización.

En los Estados Unidos de hoy, una de esas retóricas es la de no permitir que los extranjeros sigan abusando de ellos “que amenazan nuestra seguridad nacional”. Esta retórica culpa a los malos líderes políticos estadounidenses de no haber puesto a Estados Unidos en primer lugar y, por lo tanto, haberlo hecho grande de nuevo. Otra retórica exige que “nosotros” nos neguemos a permitir que “nuestra democracia” sea destruida por enemigos extranjeros (y sus equivalentes nacionales): personas que, según se dice, odian, no entienden o subestiman “nuestra democracia”. Otra retórica de rechazo es la de que los extranjeros “engañen” a Estados Unidos en los procesos de comercio y migración. La mayoría de los estadounidenses adoptan una o más de esas retóricas, pero, como nos proponemos demostrar aquí, esas retóricas son cada vez menos eficaces.

miércoles, 15 de enero de 2025

El fracaso del Neoliberalismo global: solo creó nuevos conflictos

Dos centros de poder están surgiendo en la escena mundial: Estados Unidos y sus aliados, por un lado; China y Rusia, por el otro. En lugar de superar los conflictos, se han generado otros nuevos y más peligrosos. La política económica ha fracasado, pero sobre todo ha fracasado una idea de igualdad. Se requiere un cambio de paradigma

Andrea Ventura, Sinistra in Rete

La década de 1990 vio la plena afirmación de la ideología neoliberal. La Unión Soviética se había disuelto y gobiernos de todo tipo, desde Europa hasta Estados Unidos y países en desarrollo, estaban liberalizando, privatizando y reduciendo las protecciones sociales. En esta ideología no sólo había una concepción de eficiencia económica, sino también una idea de socialización: frente al poder de los gobiernos y las instituciones, el mercado era visto como el terreno privilegiado para el desarrollo de las libertades individuales, además en consonancia con una antropología, desprovista de evidencia objetiva, que remonta el comportamiento encaminado al beneficio económico hasta el "salvaje del trueque" de los albores de la humanidad. Al lograr la igualdad entre todos los seres humanos en la democracia y el orden de mercado, se lograría nada menos que el “fin de la historia”. Esto no significa, subrayó Fukuyama en su ensayo de 1989, que ya no habrá hechos históricos, pero sí que ya no habrá oposición entre diferentes formas de convivencia humana. En nombre de los valores occidentales, la mercantilización de las relaciones humanas habría tenido un valor universal, evitando así el riesgo de conflictos a gran escala entre naciones.

En 2001, China ingresó a la Organización Mundial del Comercio. Además de fomentar la deslocalización y poner a los trabajadores de los países avanzados en competencia con los de China, que están mal pagados y carecen de protección social, la idea era que ese país también, como Rusia, se adhiriera al modelo social de Occidente. Pero la historia no se desarrolló siguiendo esta línea.

Entre 2007 y 2011 Occidente se vio afectado por una gravísima crisis financiera, cuyas causas residen precisamente en la idea de autorregulación de los mercados. Los Estados y los gobiernos, que según la ideología neoliberal debían permanecer fuera de la economía, han intervenido fuertemente, y no para apoyar a aquellos grupos sociales empobrecidos por la globalización y la crisis misma, sino en beneficio de aquellas oligarquías de la financiarización y la globalización que habían recibido beneficios con mayor fuerza. La crisis del orden neoliberal, a lo largo de los años, ha producido protestas e inestabilidad política en importantes países occidentales como Grecia, Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y Estados Unidos.

miércoles, 8 de enero de 2025

“Contra la izquierda liberal”
de Sahra Wagenknecht


Domenico Moro, Sinistra in Rete

“Contra la izquierda liberal” de Sahra Wagenknecht es sin duda uno de los libros más importantes sobre la crítica a la sociedad del capitalismo avanzado, especialmente en Europa Occidental, que ha sido negada en los últimos años. No es casualidad que en Alemania el libro, cuyo título original es Die Selbstgerechten, es decir, los presuntuosos, esté desde hace mucho tiempo en lo más alto de las listas de ventas.

De hecho, el texto está escrito de forma muy sencilla, capaz de ser comprendido por un gran público incluso si los temas tratados son complejos. El principal interés del libro consiste en que su autora realiza una crítica a la izquierda dominante en la actualidad, desarrollando un análisis de las sociedades capitalistas avanzadas, de la ideología de izquierda y sobre todo de la composición social de las clases sociales derivada de las modificaciones. debido a la modernización capitalista de las últimas décadas.

Sin embargo, lo que hace intrigante la lectura de este libro es también el hecho de que la autora no es una simple intelectual, sino más bien una política muy conocida en Alemania, que ha logrado resultados positivos con su fuerza política recientemente creada. BSW (Bündnis Sahra Wagenknecht – Vernunft und Gerechtigkeit, en italiano Alleanza Sahra Wagenknecht – Razón y Justicia) es una división del partido Die Linke y fue fundada el 26 de septiembre de 2023 como asociación y el 8 de diciembre de 2024 como partido. En sólo seis meses, BSW ha demostrado inesperadamente que es un partido capaz de conseguir resultados gratificantes. En todas las elecciones europeas de julio de 2024, el quinto partido obtuvo el 6,2% de los votos, mientras que Die Linke cayó al 2,7%. Los bastiones de BSW se encuentran en la antigua Alemania del Este, la zona más pobre del país, donde en toda Europa era el tercer partido con un 13,8%. El resultado positivo en la antigua Alemania del Este se repitió en las elecciones regionales celebradas en septiembre en Turingia (15,8%) y Sajonia (11,8%), donde BSW se confirmó como tercera fuerza política.

El fin de la clase media: El rediseño de la sociedad postindustrial de enclaves dominada por la élite y sometida a la desigualdad

En un mundo cada vez más polarizado, los dueños del sistema están configurando una sociedad donde la clase media desaparece, dejando solo una élite reducida y una mayoría empobrecida. Este modelo, diseñado para concentrar el poder y los recursos, redefine la educación, la crianza y el acceso a oportunidades, creando un futuro dominado por enclaves rígidos y represivos.

Andrei Fursov, Mente Alternativa

En el mundo que están construyendo los propietarios del Juego, no hay necesidad de que haya muchas personas educadas en la cima. Solo se requiere una élite muy reducida. La clase media será degradada hasta desaparecer, dejando únicamente dos estratos: ricos y pobres. Esto es lo que los sociólogos occidentales llamaron hace dos décadas la “sociedad 20/80”: 20% de ricos y 80% de pobres, sin una clase media. Sin embargo, creo que esta proporción es demasiado optimista. En realidad, será más bien una sociedad 10/90 como máximo.

La clase media solía tener varias fuentes de sustento. En primer lugar, el rápido crecimiento industrial impulsado por la Segunda Revolución Industrial. En segundo lugar, la expansión colonial. Y, en el siglo XX, la existencia de la Unión Soviética. Los capitalistas de esa época necesitaban mantener económicamente a la clase media para evitar que apoyara a los partidos de izquierda o buscara alternativas en el modelo soviético. Hoy en día, esas dinámicas ya no existen.

martes, 7 de enero de 2025

La naturaleza de la violencia

Si alguien se está ahogando ante mis ojos y empiezo a negociar las condiciones para entregarle un chaleco salvavidas, ¿en qué sentido no sería esto violencia?

Andrea Zhok, Arianna Editrice

Tras el asesinato en EEUU del director general de United Healthcare, Brian Thompson, a manos de Luigi Mangione, de 26 años, se ha desarrollado otro falso debate, cuya verdadera función es enterrar las dinámicas esenciales bajo un manto estéril. Las líneas del simulacro de debate enfrentan a quienes piden «10, 100, 1.000 Mangiones» para corregir los errores perpetrados por el sistema de seguro médico estadounidense con quienes preguntan «dios mío, ¿dónde vamos a terminar con toda esta violencia?»

Ahora, en el momento en que el debate termina en la oposición binaria entre santificación o condena de la «violencia ilegal», se pierde de vista un hecho fundamental.

Lo que se elimina es la naturaleza de la violencia. En un mundo como el moderno, enormemente complejo, entrelazado de interdependencias, en el que ningún individuo es capaz de ganarse la vida en una «relación individual directa con la naturaleza», la violencia se ejerce de muchas maneras. Aquellos en los que se disparan armas de fuego en la calle no son necesariamente los peores casos.

¿Cuál es la esencia de la violencia en un contexto social? La esencia de la violencia no está en los golpes, no está en el fluir de la sangre, no está en el hematoma, en la fractura, en la herida, en la excitada precipitación de los acontecimientos. La esencia de la violencia radica en la DESTRUCCIÓN FORZADA DE LA VIDA Y LA SALUD, FÍSICA Y MENTAL.

viernes, 3 de enero de 2025

Jimmy Carter empeoró el malestar que él mismo denunciaba

En julio de 1979, Jimmy Carter se refirió a una «crisis de confianza» que podía «destruir el tejido social y político de Estados Unidos». Pero las políticas neoliberales de su gobierno contribuyeron a hacer del país una sociedad más atomizada y mezquina.

Nick French, Jacobin

El 15 de julio de 1979, el entonces presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter se dirigió a la nación en directo por televisión. El discurso que pronunció esa noche —a menudo llamado el «discurso sobre el malestar»— es probablemente uno de los momentos más recordados de su mandato al frente de la Casa Blanca.

El motivo inmediato del discurso fue la inflación en curso, causada en gran parte por la escalada de los precios del petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Pero Carter creía haber diagnosticado un problema más profundo. Los estadounidenses no solo estaban descontentos con la subida constante de los precios de la gasolina; debido a una serie de traumas nacionales que habían comenzado en la década de 1960 —los asesinatos de John F. Kennedy y Robert F. Kennedy y Martin Luther King Jr, la guerra de Vietnam, Watergate, la persistente inflación—, los ciudadanos sufrían «una crisis de confianza» que «amenazaba con destruir el tejido social y político de Estados Unidos».

El discurso está lleno de nostalgia romántica por una época más sencilla de optimismo y objetivos nacionales compartidos. Por supuesto, tal cosa nunca existió realmente. Pero algo de lo que Carter en aquella ocasión dijo suena a verdad:

martes, 31 de diciembre de 2024

Cuando la única justicia es la venganza

Vuestras concepciones burguesas de la libertad, la cultura, el derecho, etc., son también un producto de las relaciones burguesas de producción y propiedad, así como vuestra ley no es otra cosa que la voluntad de vuestra clase elevada a ley

K. Marx – F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista
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Eros Barone, Sinistra in Rete

“Negar, retrasar, defender"

El 4 de diciembre, Brian Thompson, de 50 años, director ejecutivo de la compañía de seguros UnitedHealthcare, fue asesinado a tiros frente al hotel Hilton Midtown de Nueva York, donde se alojaba para asistir a la reunión anual de inversores. El hombre, que ya había recibido amenazas de muerte en el pasado, fue asesinado por un arma de fuego y las palabras "Negar, Demorar, Defender" estaban escritas con un rotulador en las balas utilizadas en la emboscada, en clara referencia a la estrategia operativa del seguro. empresas que pretenden retrasar pagos, negar reembolsos debidos y defender estas acciones iniciando largas batallas legales. Un hombre ha sido detenido por presuntamente matar al citado ejecutivo de la multinacional estadounidense UnitedHealthcare.

El sospechoso, Luigi Mangione, fue arrestado el 9 de diciembre en Pensilvania y la policía cree que se trató de un asesinato premeditado. En el momento de su detención, Mangione llevaba consigo un "manifiesto" en el que se condena a la compañía de seguros de enfermedad por haber obtenido enormes beneficios especulando de diversas formas con las enfermedades de los pacientes. En el "manifiesto" se dice claramente que "estos parásitos lo pedían".1

Son muchas las personas que, en Estados Unidos y en otros países del mundo, han expresado su comprensión por el enfado de Luigi Mangione hacia esta multinacional sanitaria privada. El consenso de grandes masas de ciudadanos que aprobaron el asesinato en Internet reveló una verdad incómoda: en el fondo, millones de estadounidenses soñaban con tal venganza. Entre todas las fuerzas anónimas e incontrolables que gobiernan la vida cotidiana de los ciudadanos, la asistencia sanitaria comercial es, de hecho, la que inflige el mayor sufrimiento y las injusticias más crueles a los ciudadanos indefensos.

viernes, 27 de diciembre de 2024

Con los de arriba nerviosos

45.000 personas de abajo mueren cada año a causa de la industria de seguros médicos privados en EEUU. Ahora murió uno de arriba

Jorge Majfud, La Haine

Cuando en diciembre de 2024 se informó del ajusticiamiento del CEO de UnitedHealthcare en una calle de Nueva York, camino a una convención de inversores, los medios comentaron sin cesar sobre el brutal crimen de una persona importante. Poco después, ocurrió un fenómeno que puso nervioso a los millonarios CEOs como Brian Thompson y desconcertó al resto. El asesino se convirtió en una especie de Zorro justiciero. Cuando se supo que la bala que lo había matado tenía la inscripción Delay, Deny, Defend (Retrasar, Negar, Defender) ya no quedaron dudas. El asesino había actuado por venganza contra la práctica más conocida y odiada de las mafias de los lobbies de la salud que se presentan como "industria de seguros de salud", un oxímoron triple.

Solo UnitedHealth Group está valuado en 500 mil millones de dólares, más que toda la economía de Colombia. Su récord en salud es cuestionable. Ya en 2009, un estudio de la Universidad de Harvard había concluido que "45.000 personas mueren cada año a causa de la industria de seguros médicos privados". Eso pasa cuando una necesidad básica deja de ser un derecho para convertirse en un negocio, una mercancía que empobrece a todo un pueblo al tiempo que enriquece a menos del uno por ciento.

La imprevista reacción popular, que tiene un antecedente en otro período de obscenas diferencias sociales (la Edad de Oro antes de la Gran Recesión de finales del siglo XIX) puso nerviosos a muchos. La justicia reaccionó de la misma forma que entonces: acusó a Luigi Mangione no de asesinato, sino de terrorismo. Todas los períodos de orgías de millonarios fueron acompañadas con este tipo de violencia y terminaron en quiebres sociales.

Ninguna de las orgías anteriores compite con la actual. A pesar de que Elon Musk no fue elegido nunca por nadie, su fortuna no sólo ha comprado medios de manipulación masiva, como Twitter, sino presidentes como Trump, a quien le donó 250 millones de dólares para su campaña electoral. Trump le retribuyó con un cargo gubernamental de poder político y social extremo, aparte del que ya tenía con su compañía de satélites, apoyada por la CIA. Desde las alturas de ese poder (y desde sus noches bajo los efectos de las drogas) Musk, el hijo del apartheid de Sud África, el inmigrante más peligroso de EEUU, ahora nombrado como Jefe del Department of Government Efficiency en el próximo gobierno, ha mencionado dos medidas para solucionar los problemas del país: deportar a los inmigrantes pobres (no blancos) y recortar los seguros sociales para la clase trabajadora.

jueves, 26 de diciembre de 2024

La difusión mundial de la producción y el concepto de imperialismo


Prabhat Patnaik, Peoples Democracy

En la economía mundial se ha producido una importante difusión de la producción. Muchos llaman a este fenómeno el paso de una economía mundial liderada por EEUU a una «economía mundial multipolar», pero se piense lo que se piense de esta descripción, el hecho de la difusión es indudable. En 1994, por ejemplo, los países del G-7 (EEUU, Reino Unido, Alemania, Francia, Japón, Italia y Canadá) producían el 45,3% de la producción mundial, mientras que los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, junto con los nuevos miembros Irán, los EAU, Egipto y Etiopía) producían el 18,9%; en 2022, sin embargo, las proporciones habían pasado a ser del 29,3 y el 35,2 respectivamente. (Son cifras del Banco Mundial citadas por el economista Jeffrey Sachs).

Incluso si tomamos una agrupación algo mayor, a saber, EEUU, Reino Unido, Canadá, UE, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, su participación en la producción mundial ha caído del 56% en 1994 al 39,5% en 2022. La negativa de EEUU a reconocer las ramificaciones de esta difusión, y su intento de conservar el poder del que gozaba sobre el mundo en los viejos tiempos, le hace ser extremadamente agresivo frente a Rusia, China, Irán y otros; de hecho, su agresividad está empujando al mundo a peligrosos enfrentamientos militares.

sábado, 14 de diciembre de 2024

Bernie Sanders: «Vencer la codicia neoliberal requiere un movimiento de masas»

Chandler Dandridge entrevista a Bernie Sanders sobre la crisis de la sanidad privada y con ánimo de lucro en Estados Unidos, que esta semana se cobró a una primera víctima con el asesinato del máximo ejecutivo de una aseguradora sanitaria. El presunto asesino ha recibido una ola de apoyo de la gente demostrando la insatisfacción social con el sistema de Salud de EEUU, uno de los más costosos del mundo, y ha sido tldado de "héroe liberador". Como dice Sanders, para vencer la codicia del neoliberalismo se requerirá de un gran movimiento de masas

Entrevista de Chandler Dandridge, Jacobin

El asesinato del CEO de la empresa de seguros de salud UnitedHealthcare, Brian Thompson, la semana pasada en Manhattan, ha suscitado un mayor escrutinio mediático sobre el sistema sanitario estadounidense que el que hubo en toda la campaña presidencial de 2024. Muchos están aprovechando la ocasión para debatir la idoneidad de la respuesta pública, que ha tendido a ser poco comprensiva. Quizá una pregunta más apremiante sea: si los estadounidenses opinan así de los seguros sanitarios privados, ¿por qué los políticos han abandonado el tema? Tras el asesinato, presuntamente perpetrado por Luigi Mangione, de veintiséis años, está claro que personas de todo el espectro político están indignadas por la codicia de las compañías de seguros y la incapacidad del sistema para proporcionar una atención adecuada a los estadounidenses. Pero sin un movimiento de masas en torno a Medicare for all encabezado por un fuerte liderazgo político, es difícil imaginar cómo la rabia y la desesperación de la gente pueden canalizarse en un cambio duradero.

El senador Bernie Sanders habló con Chandler Dandridge, colaborador de Jacobin, sobre la reacción al asesinato de Thompson, la crueldad del sistema sanitario con ánimo de lucro, los argumentos a favor de Medicare for all, cómo promover la unidad entre los votantes de la clase trabajadora y la necesidad de que los líderes del Partido Demócrata decidan de qué lado van a estar.

jueves, 21 de noviembre de 2024

¿Es Trump 2 el fin del «síndrome de ruptura del orden neoliberal»?

La política occidental se ha reestructurado cada vez más como una contienda no entre “izquierda” y “derecha”, sino entre “centristas” y populistas, que puede tener cabida dentro de las estructuras de poder existentes

Lee Jones, Brave New Europe

¿No parece que esta vez la situación es diferente? ¿Es posible que el establishment liberal finalmente esté dejando atrás su rabieta de ocho años y aceptando la realidad? Aunque puede ser demasiado pronto para saberlo, las reacciones a la reelección de Donald Trump sugieren que algo está cambiando fundamentalmente.

En retrospectiva, hasta Francis Fukuyama podría admitir ahora que 2016 fue el "fin del fin de la historia", como sostiene desde hace tiempo Bungacast, el podcast de política global. Pero en aquel entonces, la respuesta al referendo del Brexit y luego a la primera elección de Trump sólo podía describirse como desquiciada e histérica.

En Gran Bretaña, los políticos y comentaristas centristas se rebelaron contra el electorado, culpando a todo, desde los robots rusos y la desinformación hasta la estupidez y el racismo de los votantes, por la decisión de votar por el Brexit. Como relatamos en nuestro libro Taking Control (Tomando el control) , estas acusaciones no tenían ninguna base en la realidad, pero prepararon el terreno para una confrontación de tres años entre el electorado y quienes decían representarlo, lo que provocó un caos político en el que las acusaciones de "fascismo" aparecieron de manera rutinaria.

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