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viernes, 30 de mayo de 2025

¿Qué viene después de la globalización?

El mundo tal y como lo conocemos es producto de la globalización, y esta era podría estar llegando a su fin.

Branko Milanovic, Jacobin

Donald Trump ha vuelto al poder y, por decirlo suavemente, no es precisamente un fanático de la globalización. El presidente estadounidense afirma su patriotismo declarando públicamente su rechazo a un «globalismo» que, en sus palabras, «ha dejado a millones y millones de nuestros trabajadores sin nada más que pobreza y dolor». Para comprender mejor la era actual de la globalización a la que pretende poner fin y su trayectoria, resulta útil compararla con la globalización que tuvo lugar entre 1870 y el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Ambas globalizaciones representan períodos cruciales, años decisivos que dieron forma al mundo actual. Y ambas fueron testigo de la mayor expansión de la producción económica mundial hasta la fecha.

Sin embargo, también fueron muy diferentes en muchos aspectos. La primera globalización estuvo asociada al colonialismo y al dominio hegemónico de Gran Bretaña. Condujo a un gran aumento de la renta per cápita en lo que más tarde se conocería como el «mundo desarrollado». Al mismo tiempo, provocó el estancamiento en el resto del planeta e incluso la disminución de los ingresos en China y África. Las cifras más recientes de la base de datos de estadísticas históricas del Proyecto Maddison muestran que el aumento acumulado del PIB real (ajustado a la inflación) per cápita del Reino Unido entre 1870 y 1910 fue del 35%, mientras que el PIB per cápita se duplicó en Estados Unidos durante el mismo período. Sin embargo, el PIB per cápita de China disminuyó un 4%, y el de la India solo aumentó ligeramente, un 16%. Este tipo particular de desarrollo creó lo que más tarde se conoció como el Tercer Mundo y reforzó las diferencias en los ingresos medios de los países de Occidente y el resto.

Desde el punto de vista de la desigualdad mundial, que es en gran medida un reflejo de estos hechos, la «Globalización I» produjo un aumento de la desigualdad, ya que las zonas ya ricas crecieron más rápidamente y las más pobres se estancaron o incluso retrocedieron.

jueves, 8 de agosto de 2024

El desacoplamiento y sus fuerzas


Aleksandr Dugin, Ria Novosti

Sin duda, es muy probable que en las próximas décadas la palabra “desacoplamiento” (декаплинг) se convierta en uno de los conceptos más importantes y utilizados por todos. Esta palabra proviene del inglés “decoupling” y significa literalmente “desengancharse”, siendo utilizada para referirse a una amplia gama de fenómenos que van desde la física a la economía. Sin embargo, en todos estos campos se usa para referirse a la desconexión entre dos sistemas que son más o menos dependientes entre sí. No existe una palabra exacta en ruso para traducir este concepto, aunque podemos usar términos como “desconexión” (размыкание), “decapitación” (расцепление) y “ruptura de par en par” (разрыв пары) para designar este fenómeno. En el idioma chino (una lengua que debería tenerse en cuenta de ahora en adelante) se usa el término 脫鉤 (tuōgōu), donde el carácter 脫 (tuō) significa “separación”, “ruptura”, y el carácter 鉤 (gōu) significa “enganche”. De todos modos, sigue siendo más exacto usar el término inglés “decoupling” (декаплинг) en ruso y vamos a explicar el por qué más adelante.

lunes, 30 de marzo de 2020

El Covid-19 y la muerte de la conectividad


Walden Bello, Sin Permiso

La pandemia del COVID-19 es la segunda mayor crisis de la globalización en una década. La primera fue la crisis financiera global de 2008-2009; la economía global necesitó años para llegar a una recuperación aparente. No aprendimos la lección de la primera y puede que por esto el impacto de la segunda sea incluso más grande.

Billones de dólares de riqueza efectiva se esfumaron durante la crisis de 2008, pero pocos gritaron por los actores financieros que provocaron la crisis. Los impactos en la economía real fueron más serios.

Decenas de millones perdieron sus empleos; solo en China 25 millones de personas en la segunda mitad de 2008. El transporte aéreo cayó un 20% en un año. Las cadenas globales de suministros, muchas de ellas conectadas con China, se interrumpieron gravemente.

The Economist lamentó que la “integración de la economía mundial se encuentra en retroceso prácticamente en todos los frentes”, añadiendo que “a algunos críticos del capitalismo esto parece alegrarles, como a Walden Bello, un economista filipino que quizá pueda reivindicar haber acuñado el término [desglobalización] en su libro Deglobalization: Ideas for a New World Economy.”

viernes, 25 de noviembre de 2016

La era de la desglobalización ha comenzado


Hasta hace pocos días, el modelo a seguir era uno solo: la globalización. Pero desde el triunfo de Donald Trump y el Brexit, la palabra de moda es el antónimo: desglobalización. Durante casi medio siglo, el mundo solo escuchó hablar de las ventajas de la apertura y el libre cambio. Este discurso adquirió toda su fuerza cuando hace 25 años se disolvió la Unión Soviética. Parecía que iban a caer todas las fronteras en un mundo hegemonizado por Estados Unidos. Sin embargo, las cosas que nos prometen eternas también terminan. Esto ya sucedió al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, que puso fin a 40 años de extendido crecimiento del comercio internacional.

En un artículo publicado en The New York Times, Ruchir Sharma analiza la recurrencia de estos ciclos de apertura y de proteccionismo, y señala que no se trata de periodos cortos, sino que abarcan décadas de la historia. La brutal contracción provocada tras el fin de la Primera Guerra y de la Gran Depresión de 1929, redujo el comercio mundial a solo un 10% del producto bruto global, cuando en 1914 era del 30%. Los inmigrantes a Estados Unidos, que llegaban al millón por año antes de 1914, se redujeron a unas pocas decenas de miles al finalizar el conflicto bélico. Después de 1945, la rueda volvió a girar. En 1970, el comercio mundial logró recuperar los niveles de 1914 y desde entonces se duplicó, llegando al 60% del producto global. Pero a partir de 2008, empezamos el camino inverso: el comercio mundial cayó a 55%, el flujo de capital se redujo a menos del 2% del producto bruto mundial, cuando había llegado a ser del 16% en 2007. Y la migración también se frenó: a pesar de la oleada de refugiados en Europa, la migración a los países ricos se redujo a cuatro millones de personas entre 2011 y 2015, según los datos aportados por Sharma. Antes de que Trump empiece a aplicar sus medidas, desde 2011, el número de mexicanos que se han ido de Estados Unidos ha superado a los recién llegados en 140.000.

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