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sábado, 9 de noviembre de 2024

Bernie Sanders critica a su partido por la derrota ante Trump

Bernie Sanders

No debería ser gran sorpresa que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado. Primero fue la clase trabajadora de raza blanca y después los trabajadores latinos y negros también. Mientras los líderes demócratas defienden el statu quo, el pueblo estadunidense está enojado y quiere el cambio. Y tiene razón.

Hoy, mientras a los muy ricos les va de maravilla, 60 por ciento de los estadunidenses viven al día y tenemos más desigualdad de ingreso y riqueza que nunca. Resulta increíble, pero el salario semanal real, ajustado a la inflación, del trabajador estadunidense promedio es más bajo hoy que hace 50 años.

domingo, 8 de marzo de 2020

Clase: La pequeña palabra que las élites quieren que olvides

imagen: Mr. Fish

Chris Hedges, TruthDig

Aristóteles, Nicolás Maquiavelo, Alexis de Tocqueville, Adam Smith y Karl Marx fundamentaron sus filosofías en el entendimiento de que existe un antagonismo natural entre los ricos y el resto de nosotros. Los intereses de los ricos no son nuestros intereses. Las verdades de los ricos no son nuestras verdades. Las vidas de los ricos no son nuestras vidas. La gran riqueza no solo genera desprecio por quienes no la tienen, sino que faculta a los oligarcas para pagar ejércitos de abogados, publicistas, políticos, jueces, académicos y periodistas para censurar y controlar el debate público y sofocar la disidencia. El neoliberalismo, la desindustrialización, la destrucción de los sindicatos, la reducción e incluso la eliminación de los impuestos a los ricos y las corporaciones, el libre comercio, la globalización, el estado de vigilancia, la guerra sin fin y la austeridad -las ideologías o herramientas utilizadas por los oligarcas para promover sus propios intereses- son presentadas al público como ley natural, los mecanismos para el progreso social y económico, incluso cuando los oligarcas dinamitan los fundamentos de una democracia liberal y exacerban una crisis climática que amenaza con extinguir la vida humana.

Los oligarcas están felices de hablar de razas. Están felices de hablar sobre identidad sexual y género. Están felices de hablar sobre patriotismo. Están felices de hablar sobre religión. Están felices de hablar sobre inmigración. Están felices de hablar sobre el aborto. Están felices de hablar sobre el control de armas. Están felices de hablar sobre degeneración cultural o libertad cultural. Pero no están contentos de hablar sobre “clase”. La raza, el género, la religión, el aborto, la inmigración, el control de armas, la cultura y el patriotismo son cuestiones que se utilizan para dividir al público, para enfrentar al vecino contra el vecino, para alimentar odios y antagonismos virulentos. Las guerras culturales dan a los oligarcas, tanto demócratas como republicanos, la tapadera para continuar el saqueo. Hay pocas diferencias sustanciales entre los dos partidos políticos gobernantes en los Estados Unidos. Es por eso que oligarcas como Donald Trump y Michael Bloomberg pueden cambiar sin esfuerzo de un partido a otro. Una vez que los oligarcas toman el poder, escribió Aristóteles, una sociedad debe aceptar la tiranía o elegir la revolución.

sábado, 29 de febrero de 2020

Wall Street no puede acabar con Bernie


Jeffrey Sachs, Project-Syndicate

El narcisismo y el desconcierto panglossiano de la elite de Wall Street es una maravilla para contemplar. Sentados en sus pedestales de poder, y disfrutando de exenciones impositivas, dinero fácil y mercados bursátiles en alza, están seguros de que todo está perfecto en éste, el mejor de los mundos posibles. Los críticos deben ser tontos o demonios.

Cuando he mencionado mi apoyo al candidato presidencial norteamericano Bernie Sanders en compañía de ellos, he recibido resuellos audibles, como si hubiera invocado el nombre de Lucifer. Están seguros de que Sanders es inelegible o de que, si por algún motivo resulta electo, generará el colapso de la república. En diferentes grados, los mismos sentimientos se pueden encontrar en medios “liberales” como The New York Times y The Washington Post.

Este desdén es elocuente y, a la vez, absurdo. En Europa, Sanders sería un socialdemócrata tradicional. Quiere devolverle alguna decencia básica a la vida norteamericana: atención médica universal financiada por el estado; salarios por encima de la pobreza para los trabajadores a tiempo completo, además de beneficios básicos como la licencia familiar posnatal y la licencia paga por enfermedad; educación universitaria que no sumerja a los adultos jóvenes en una deuda de por vida; elecciones que los multimillonarios no puedan comprar; y políticas públicas determinadas por la opinión pública, y no por el lobby corporativo (que alcanzó 3.470 millones de dólares en Estados Unidos en 2019).

jueves, 13 de febrero de 2020

Las siete propuestas de Bernie Sanders que ponen nerviosa a la élite liberal de EEUU


Las dos primeras paradas de las elecciones primarias del Partido Demócrata, Iowa y New Hampshire, han dado un empujón a Bernie Sanders que hace temblar al establishment político del partido. El senador progresista ha sido el candidato más votado en ambas elecciones y por primera vez se ha situado como el favorito en la media de encuestas nacionales realizada por Real Clear Politics.

Desde su enfrentamiento con Hillary Clinton en las primarias de 2016, Sanders se ha convertido en el gran símbolo del giro a la izquierda del Partido Demócrata y muchas de sus medidas, que antes hubiesen parecido radicales en EEUU pero que ahora ganan adeptos, ponen nerviosa a la élite liberal del país. Aqui repasamos algunas.

Universidad gratis: adiós a las tasas en centros públicos
Estudiar en una universidad pública de EEUU cuesta de media 10.440 dólares al año –21.000 incluyendo alojamiento–, según los datos de la organización College Board. Sanders ha prometido eliminar esos precios y aprobar una ley que financie estas universidades con 48.000 millones de dólares.
"En el siglo XXI, un sistema de educación pública que vaya de preescolar hasta el instituto ya no es suficiente. Si queremos tener éxito como nación, la universidad pública debe ser gratuita y un derecho para todos, no un privilegio de unos pocos", sostiene Sanders en su programa.

domingo, 9 de febrero de 2020

Los jóvenes de EEUU han perdido la fe en el capitalismo y simpatizan con Bernie Sanders


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

El 70 por ciento de los millennials y/o "generación Y", quienes nacieron después de 1980, simpatizan con un socialista, pese a que el término socialismo es anatema en EEUU y del que el renergizado Trump, después del fallido impeachment, ha hecho su tiro al blanco propagandístico para enarbolar las bondades del capitalismo de Wall Street que ha llevado sus acciones a la estratósfera, en contraste con su economía que exhibe una patente mediocridad –exceptuando la aristocrática economía digitálica de Silicon Valley.

Los jóvenes de EEUU "han perdido la fe en el capitalismo y ahora abrazan al socialismo" mientras que la principal propuesta de cuidados médicos de Bernie Sanders, confeso socialista demócrata, quien ondea la bandera de "Cuidados médicos para todos" que ha atraído a los millennials y ha movido a la izquierda al Partido Demócrata en forma significativa (https://bit.ly/3bllP72).

El 50 por ciento de los millennials y el 51 por ciento de la generación Z sienten que el sistema económico de EEUU ha trabajado en su contra y tienen una mayor vista desfavorable del capitalismo. Muchos de los jóvenes se encuentran abrumados con sus deudas colegiales, mientras que el socialismo y comunismo no aportan las mismas asociaciones negativas y memorias que sus generaciones previas.

lunes, 18 de marzo de 2019

Ante creciente insatisfacción con el sistema capitalista surge el "socialismo millennial"

The Economist usa el término “socialismo millennial” debido a que 51 por ciento de los estadounidenses de 18 a 29 años tiene una visión positiva del socialismo. Existe una creciente insatisfacción con el sistema capitalista en el mundo occidental. En ese contexto, se verifica el fenómeno del aumento de la atracción popular del socialismo en países del Primer Mundo. El socialismo vuelve a aparecer porque ha formado una crítica incisiva de lo que ha ido mal en las sociedades occidentales

Andrés Ferrari Haines y André Moreira Cunha, Pagina 12

Una dificultad en resolver la grieta es que se la toma como una cuestión nacional. The Economist en la edición del 14 de febrero demuestra que grietas como la argentina o la brasileña son sólo una pequeña expresión de una grieta mucho mayor: la creciente insatisfacción con el sistema capitalista en el mundo occidental. Bajo el título “El crecimiento del socialismo millennial”, la tradicional revista procura entender el fenómeno del aumento de la atracción popular del socialismo en países del Primer Mundo, particularmente en Estados Unidos.

Hace treinta años, cuando cayó el Muro de Berlín, “el capitalismo había ganado y el socialismo se convirtió en sinónimo de fracaso económico y opresión política”, se afirma en el artículo. Pero hoy “el socialismo está de moda nuevamente” en referencia a nuevos líderes políticos como Alexandria Ocasio-Cortez que califica como “una sensación” y Jeremy Corbyn en Gran Bretaña.

Para The Economist: “El socialismo vuelve a aparecer porque ha formado una crítica incisiva de lo que ha ido mal en las sociedades occidentales. Mientras que los políticos de la derecha han abandonado con demasiada frecuencia la batalla de las ideas y se han retirado hacia el chovinismo y la nostalgia, la izquierda se ha centrado en la desigualdad, el medio ambiente y la forma de otorgar poder a los ciudadanos en lugar de a las elites”.

martes, 18 de octubre de 2016

De lo que no se informa y/o no se conoce sobre las elecciones en EEUU

Vicenç Navarro, Público

Está claro que las grandes instituciones representativas del Estado federal de EEUU y los mayores medios de información de aquel país (lo que se llama el establishment político-mediático estadounidense) no entienden lo que está pasando en EEUU. La aparición de las candidaturas de Donald Trump en el Partido Republicano y de Bernie Sanders en el Partido Demócrata ha cogido por sorpresa a tal establishment. El candidato Trump ha alcanzado en algunos momentos de la campaña electoral unos niveles de popularidad cercanos a los de la candidata demócrata Hillary Clinton, y el candidato Sanders casi venció en las primarias del Partido Demócrata (ganó en 22 de los 50 Estados), y ello a pesar de la clara y documentada hostilidad del aparato del Partido Demócrata, que utilizó todas las malas artes en la campaña para derrotarlo.

Y uno de los elementos de lo que está ocurriendo que ha sorprendido más al establishment político-mediático ha sido el apoyo a tales candidatos, Trump y Sanders, por parte de la clase trabajadora (de raza blanca), un sector de la población que tales establishments creían que ya no existía en aquel país, pues su percepción de la estructura social del país había sustituido incluso el término de “clase trabajadora” por el de “clase media”, definiendo como tal a toda la población que ni es rica ni es pobre. Según la percepción generalizada que tiene el establishment político-mediático de la realidad estadounidense, las categorías de clase social prácticamente han desaparecido, pues la mayoría de la población es y se siente de clase media. En esta visión de Estados Unidos, la clase trabajadora o bien ha desaparecido, o se ha convertido en clase media (por extraño que parezca, esta percepción de la estructura social de los países capitalistas desarrollados también está generalizada en el establishment político-mediático español).

jueves, 7 de julio de 2016

“El sonambulismo liberal del pueblo negro está a punto de acabar”


En esta entrevista, Cornel West habla del neopopulismo de Bernie Sanders, del neofascismo de Donald Trump, y arrasa con el narcisismo miope que impidió cualquier tipo de crítica al neoliberalismo de Obama

George Souvlis, OpenDemocracy

El año pasado, cuando Bernie Sanders anunció su candidatura a las Primarias demócratas a la presidencia de los Estados Unidos, muy pocos creyeron que fuera a tener éxito. La mayoría asumió que la defensa pública de ideas como “socialismo democrático” o “revolución política” alejaría al electorado americano. Pero lo que vino fue una serie de increíbles victorias en varios Estados americanos.

Pocos pueden explicar mejor este cambio, así como el preocupante ascenso de Donald Trump, que el filósofo norteamericano Cornel West. Sus trabajo sobre el rol de la raza, el género y la clase en la sociedad americana, y su experiencia política como destacado militante del Democratic Socialists of America, le proporcionan una profunda comprensión del momento político, y de su significado para la izquierda. Su voz adquiere mayor peso aún en el escenario político actual, ya que Sanders lo eligió para formar parte de su plataforma en el Partido Demócrata.

George Souvlis (GS): ¿Cual es el legado de la administración Obama?

miércoles, 6 de julio de 2016

Hay vida después de Sanders: en busca del futuro político del movimiento

Dan La Botz, New Politics

El ambiente entre los 3 000 seguidores de Bernie Sanders reunidos en el McCormick Place de Chicago rezumaba un optimismo improbable. Muchas de las personas que intervinieron proclamaron, entre vítores de la multitud, que el movimiento había triunfado, a pesar de que Hillary Clinton, la candidata oficial del Partido Demócrata, haya obtenido la mayoría de los votos populares y cuente con el apoyo de la mayoría de delegados y superdelegados, además del respaldo del presidente Barack Obama, del vicepresidente Joe Biden y de la senadora Elizabeth Warren. Esta paradoja –entre la creencia del movimiento de Sanders de que hemos logrado algo muy importante y la clara victoria de Clinton en las primarias– marca el contexto contradictorio de esta conferencia de gentes, yo entre ellos, progresistas, radicales y socialistas que buscan una vía hacia el futuro.

Visión – ni organización, ni estrategia

En el cavernoso centro de convenciones de McCormick Place, las sesiones plenarias de la Cumbre Popular se celebraron en una sala enorme, suficiente para albergar a 3 000 personas sentadas junto a grandes mesas redondas, con varias pantallas de gran tamaño que mostraban la imagen de las y los oradores. La conferencia parecía un congreso sindical o político, y prácticamente cada minuto del orden del día estaba organizado y planeado hasta el último detalle; la lista de oradores y los coloquios estaban programados para cubrir cada sesión. Los participantes podían acceder a la información y responder a las consultas mediante una aplicación creada para la ocasión. Este formato ofrecía un espacio muy limitado para el debate, salvo en las pocas discusiones de mesa y los descansos. Y tampoco hubo espacio para la espontaneidad y la creatividad, ni para formular propuestas. Si el movimiento Occupy había inspirado al movimiento de apoyo a Bernie, desde luego no inspiró esta Cumbre.

domingo, 8 de mayo de 2016

Trump y Sanders: ¿Nuevo despertar contra Wall Street y su globalización?

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

El polémico Samuel Huntington, en su libro mexicanófobo que busca la nueva identidad de EEUU –¿Quiénes somos? (https://goo.gl/2MY7uH)”– alega que los historiadores distinguen cuatro grandes despertares en la historia del protestantismo estadounidense, cada uno relacionado con grandes iniciativas de reformas políticas.

La palabra despertar en inglés (awakening) comporta una profundidad espiritual de la religión protestante que no expresa su traducción literal al castellano católico.

Hace poco postulé (http://goo.gl/7zZAQC) que existe una perturbadora convergencia entre el teórico de la guerra permanente mediante el Choque de 8 Civilizaciones, Samuel Huntington, y el pragmático multimillonario Donald Trump sobre el supremacismo blanco de los WASP (blancos anglosajones protestantes).

Mas allá de las escandalosas contingencias electoreras del controvertido presbiteriano Donald Trump, el trumpismo, excrecencia doméstica del universal supremacismo blanco de Samuel Huntington, representa el brote de un nuevo despertar de protesta de los WASP, que se remonta genealógicamente al siglo XVIII, y que se complementa con la votación masiva de los jóvenes blancos por el socialista Bernie Sanders, de 74 años –admirable judío jázaro antisionista de esposa católica– contra la plutocracia de Wall Street y su desregulada globalización en crisis.

jueves, 28 de abril de 2016

Los propios estadounidenses tendrán la palabra

Manuel E. Yepe, Alainet

El pueblo de Estados Unidos -se ha dicho muchas veces- es el único que podría llevar a cabo la titánica hazaña de hacer caer al imperio más poderoso y sanguinario que haya conocido la humanidad, que espera ansiosa ver a ese pueblo actuar para ofrecerle la solidaridad a que se hará acreedor.

Las frecuentes guerras asimétricas de Estados Unidos contra países incomparablemente mucho más pobres y militarmente débiles que la superpotencia única, despertaron la conciencia humanitaria de muchos estadounidenses que se ha manifestado enérgicamente en solidaridad con estos pueblos abusados.

La continuada exposición de vergonzosas violaciones de los derechos humanos de prisioneros, incluyendo torturas y gravísimos vejámenes en cárceles públicas o clandestinas estadounidenses diseminadas por el mundo, despertaron la conciencia de millones de estadounidenses que condenaron tales injusticias.

sábado, 9 de abril de 2016

Bernie Sanders gana primarias demócratas de Wyoming


El aspirante a la Casa Blanca Bernie Sanders extendió este sábado su racha ganadora en la primaria demócrata al derrotar a su rival Hillary Clinton en el caucus del pequeño estado de Wyoming, según medios de Estados Unidos. El senador socialista por el estado de Vermont lograba 56 por ciento del apoyo de la base demócrata, frente a 44 por ciento para la exsecretaria de Estado, de acuerdo con proyecciones de la cadena CNN basadas en la casi totalidad de los votos emitidos. Este pequeño estado en el noroeste de Estados Unidos, poblado por poco más de medio millón de habitantes, tiene sólo 14 delegados a la convención demócrata, pero permite a Bernie Sanders mantener su ritmo a medida que se aproxima la primaria crucial en Nueva York, el 19 de abril.
Esta victoria en Wyoming, un estado que suele votar por el Partido Republicano en las presidenciales, le permite acercarse más a la favorita Hillary Clinton, que todavía tiene más de 200 delegados de ventaja, a los que se agregan casi 500 "superdelegados", considerados una especie de caciques del Partido Demócrata.
Clinton actualmente cuenta con más de la mitad de los 2 mil 383 delegados necesarios para ganar la nominación y lleva una ventaja de más de 250 sobre Sanders. La brecha aumenta cuando se incluye el número de superdelegados en el conteo, que son líderes demócratas que pueden decidir a quién respaldar durante la convención del partido en julio. Sanders y Clinton estuvieron buena parte de la semana pasada en Nueva York, donde se llevarán a cabo las primarias del 19 de abril y donde están en juego un total de 291 delegados.

domingo, 21 de febrero de 2016

En las elecciones de EEUU van ganando las fuerzas contrarias al establishment


Robert Reich, Sin Permiso

Oirán ustedes a los expertos analizar las primarias de New Hampshire y concluir que los “extremos” políticos ganan enteros en la política norteamericana, que los demócratas se han movido a la izquierda y los republicanos se han ido a la derecha, y que el “centro” no aguantará.

Tonterías. La verdad es que el “centro” putativo – en el que encontró refugio el Democratic Leadership Council [Consejo Directivo del Partido Demócrata] y la triangulación de Bill Clinton de los años 90, que dominaron George W. Bush y sus compis de empresa y sus asesores neoconservadores, y en el que el Departamento del Tesoro de Barack Obama le otorgó a los bancos de Wall Street enormes rescates, pero sin rescatar a los propietarios de viviendas desesperados – hicieron su trabajo con el resto de Norteamérica y se enfrentan hoy a un ajuste de cuentas.

No están ganando terreno los “extremos”. Están ganándolo las fuerzas de tierra del pueblo norteamericano contrarias al establishment. Hay quienes están tan hartos que siguen a un intolerante autoritario. Otros, más sabiamente, se apuntan a una “revolución política” para recuperar a Norteamérica de los intereses adinerados.

viernes, 12 de febrero de 2016

Bernie Sanders y la oportunidad para el cambio político en EEUU

Dan La Botz, Viento Sur

En EEUU Estamos asistiendo a un movimiento importante y muy significativo.

Por primera vez desde los años 1930, asistimos a debates sobre el socialismo y el fascismo en los medios de comunicación de masas. Bernie Sanders se define, de forma franca, como un socialista democrático, al mismo tiempo que la candidatura de Donald Trump alimenta el debate sobre el fascismo.

Por primera vez desde los años 1980, es decir, de la campaña de Jesse Jackson, tenemos un candidato progresista en las filas del Partido Demócrata y empezamos a oír una nueva (o quizás deberíamos decir muy vieja) retórica que habla de la "clase de los multimillonarios" y de la necesidad de una "revolución política".

También está presente el debate sobre la inmigración mejicana y musulmana, a quienes Trump acusa de amenazar a la sociedad americana. Trump propone construir un enorme muro entre México y EEUU, así como la expulsión de la población musulmana.

Por último, asistimos a un intenso y rico debate entre Sanders y el movimiento Black Lives Matter (“Las vidas de los negros importan”).

miércoles, 10 de febrero de 2016

Lo que se oculta o ignora en la prensa y en la televisión sobre las elecciones de EEUU

Vicenç Navarro, Público.es

La cobertura de lo que está ocurriendo en las elecciones primarias para el cargo de Presidente de EEUU por parte de los mayores medios de información españoles es, con limitadísimas excepciones, muy sesgada, traduciendo la orientación conservadora y/o neoliberal que caracteriza a la gran mayoría de tales medios. La bien conocida (a nivel internacional) falta de diversidad ideológica en la televisión y radio españolas, así como en la prensa escrita, con escasísima presencia de voces críticas de sensibilidad progresistas de izquierdas, se refleja en su presentación de lo que está ocurriendo en aquel país. Sus corresponsales en EEUU se limitan, por lo general, a traducir al castellano (o al catalán en Catalunya) lo que dicen los mayores medios de información estadounidenses, sin ir más allá y sin profundizar críticamente en lo que dicen aquellos medios. Y para complicar más las cosas, en su traducción de lo que dice la prensa estadounidense al español, copian literalmente lo que se escribe en tales medios, sin darse cuenta de que algunos términos tienen un significado opuesto a los dos lados del Atlántico. Así, el término “liberal” en EEUU se utiliza en aquel país para definir a un político que apoya el intervencionismo del Estado en la actividad económica, proponiendo medidas redistributivas y expansión del gasto público. Liberal, en EEUU, quiere decir lo que en Europa se conoce como socialdemócrata, mientras que en este continente, y por lo tanto en España, liberal define a un político que está en contra del intervencionismo del Estado, desfavorece las políticas redistributivas, y promueve la privatización de lo público. Definir en los medios españoles a los políticos de la izquierda estadounidense como liberales crea enormes confusiones en España (ver, como ejemplo de este error, el artículo de la corresponsal de El País en Washington, Amanda Mars, “Sanders centra su estrategia en asociar a Clinton con el poder financiero”, El País, 06/02/2016).

lunes, 28 de diciembre de 2015

El legado de Joe Hill, Woody Guthrie y Pete Seeger, y cómo la música puede ser muy peligrosa para el capitalismo

David Brooks, La Jornada

Se acaba un año triste, espantoso, feo, casi inaguantable en este país: odio, temor, xenofobia y racismo con tintes fascistas, brutalidad e impunidad oficial, además de desastres naturales, guerras no naturales y crisis humanitarias, ambientales y de derechos humanos, mientras los políticos ofrecen más de lo mismo o algo peor. O sea, uno de esos años en que un periodista sólo recuerda que tenía que reportar cosas intolerables sólo para descubrir que demasiados de nosotros nos estamos acostumbrando a aguantar lo inaceptable.

Pero este año que se acaba también hubo ecos de una historia que se cuenta menos, que casi nunca se incluye en las listas de fin de año, esa historia donde lo más noble insiste en cantar a pesar de todo, en medio de todo, que invita no a un fin, sino siempre a un principio.

En 2015 se recordó el centenario de la muerte de Joe Hill, trabajador inmigrante (sueco) que se convirtió en una figura rebelde legendaria, conocida tanto por organizar a mineros, estibadores y trabajadores madereros para el gran sindicato anarquista International Workers of the World o IWW, como por sus canciones y caricaturas que acompañaron estas grandes luchas. Fue considerado tan peligroso por los dueños de minas de cobre y otros que decidieron culparlo de un homicidio que no cometió y por el cual fue fusilado por el estado de Utah en 1915. Entre sus últimas palabras figuran las que envió en un telegrama al líder del IWW: No pierdan el tiempo llorando por mí. ¡Organicen!, lema que se volvió el grito de batalla en luchas sociales en este país. Poco después de su muerte, miles se sumaron a una procesión funeral en Chicago y al llegar al cementerio con sus cenizas se ofrecieron discursos en inglés, sueco, ruso, polaco, español, italiano, alemán y húngaro, entre otros idiomas.

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