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martes, 6 de febrero de 2024

Matando al dragón: el mundo está al borde de una guerra global

Alexander Dugin profundiza en la intrincada dinámica de un mundo multipolar en rápida evolución a medida que avanzamos en 2024, destacando los cambios fundamentales y los conflictos que remodelan la geopolítica global.

Alexander Dugin, Arktos Journal

El principal problema en 2024 sigue siendo el mismo problema fundamental de antes: la confrontación entre dos olas: la ola menguante de un orden mundial unipolar con la hegemonía estadounidense y el Occidente colectivo, y la ola creciente de un mundo multipolar, encarnado en los BRICS-10.

Este problema no surgió ahora, pero como Occidente, habiendo adquirido en un momento histórico la apariencia de dominio planetario exclusivo (después del colapso de la URSS), demostró ser incapaz de implementar su liderazgo en la práctica, nuevos polos soberanos comenzaron a afirmarse: Rusia y China. Otros polos están en camino: India, la civilización islámica, África y América Latina. En total, siete centros de poder, incluido Occidente. Seis de ellos se han unido en BRICS, comenzando a construir un orden multipolar.

miércoles, 31 de enero de 2024

Recordar quiénes somos. Identidad y Tradición para resistir al Globalismo


Diego Fusaro, Posmodernia

En el tiempo de la «noche del mundo» prevalecen, como horizonte único, visiones del ser instaladas en un realismo ingenuo y anegado de altas dosis ideológicas, que disuelven lo posible en lo existente. La ontología impuesta, la funcional a la clase dominante, está centrada en la intransformabilidad del orden de las cosas y, al mismo tiempo, en el primado del hacer técnico, que instrumentaliza los entes con vistas al aumento infinito de la voluntad de poder.

Como hemos intentado mostrar en Idealismo o barbarie (Ed. esp. 2018), la primera revolución consiste en el cambio del marco ontológico de referencia y, específicamente, en la variación del coeficiente de inevitabilidad. A la mística de la necesidad y al absolutismo de la realidad dada, o sea los dos principios ontológicos sobre los que se funda la hegemonía del polo dominante (según el teorema del there is no alternative), es necesario contraponer una ontología de la posibilidad histórica. Esta última debe estar basada en una concepción del ser no como un datum inmodificable, sino como historia y posibilidad, por lo tanto susceptible de transformación mediante el proceso de la praxis subjetiva organizada colectivamente.

viernes, 26 de enero de 2024

Los últimos acontecimientos en Texas, ¿Pueden desatar una guerra civil?

Alexander Dugin examina el cambio del pragmatismo a las políticas globalistas en la política estadounidense, previendo una guerra civil inevitable debido a estas profundas contradicciones filosóficas.

Alexander Dugin, Arktos

En Estados Unidos, la cuna del pragmatismo, el pragmatismo ha desaparecido. Los globalistas, especialmente bajo el régimen de Biden, representan una forma extrema de dictadura globalista, rompiendo lazos con la tradición típicamente estadounidense establecida por Charles Peirce y William James. La tradición del pragmatismo se basó en una completa indiferencia hacia la prescripción de contenido normativo tanto para el sujeto como para el objeto. Para un verdadero pragmático, las percepciones del sujeto sobre sí mismo, el objeto u otro sujeto son irrelevantes; lo que importa es que todo funcione efectivamente mediante la interacción. Sin embargo, los globalistas difieren significativamente y se alinean más estrechamente con los positivistas británicos y los fervientes materialistas franceses. Persisten con una brutalidad totalitaria, dictando quién y qué debe ajustarse a sus prescripciones.

Para un pragmático, es intrascendente si uno cambia de género o permanece igual, siempre que le funcione. Por el contrario, los globalistas exigen cambios de género, haciéndolos cumplir a través de la ley y promoviéndolos como un valor universal y progresista. Cualquiera que se oponga a esta opinión es tildado de "fascista" o comparado con Trump o Putin. Insistirán en este enfoque, independientemente de su eficacia o de su naturaleza contraproducente. Sorprendentemente, los globalistas comparten muchos rasgos con los ucranianos: un parecido inquietante.

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