Cuando Adam Smith articuló su defensa de los mercados libres en «La riqueza de las naciones», imaginó el mercado como un espacio en el que los individuos se encontraban en pie de igualdad con la esperanza de llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso. Hoy en día ese escenario resulta inconcebible.
Desde el siglo XVII, la concepción de la elección humana ha experimentado profundas transformaciones. En la era neoliberal, nuestra existencia se vio cada vez más dominada por una idea de libertad especialmente individualista y orientada al mercado.
Paul Schofield, Jacobin
El artículo que sigue es una reseña de The Age of Choice: A History of Freedom in Modern Life, de Sophia Rosenfeld (Princeton University Press, 2025).
A veces se dice que los seres humanos nos definimos por nuestra capacidad de elegir. Es decir, no actuamos solo por instinto: elegimos qué hacer y cómo hacerlo. Esto es parte de lo que significa ser humano.
Immanuel Kant, el influyente filósofo alemán de la Ilustración, contribuyó como pocos a transformar esta doctrina, en su día controvertida, en algo parecido al sentido común. Según él, la vida humana es una serie de elecciones. Decidir qué hacer es nuestra cruz. De hecho, mientras que la historia de Adán, Eva y la manzana prohibida se interpreta tradicionalmente como el relato de la entrada del mal en el mundo, Kant la reimaginó como el relato de nuestra importantísima transformación en seres conscientes de nuestras elecciones:
La ocasión original para abandonar el instinto natural pudo haber sido insignificante. Pero fue el primer intento del hombre de tomar conciencia de su razón como un poder que puede extenderse más allá de los límites a los que están confinados todos los animales. (…) Esta fue una ocasión suficiente para que la razón hiciera violencia a la voz de la naturaleza y, a pesar de su protesta, hiciera el primer intento de libre elección. […] Descubrió en sí mismo el poder de elegir por sí mismo una forma de vida, de no estar atado sin alternativa a una sola forma, como los animales. Se encontraba, por así decirlo, al borde de un abismo.Este pasaje podría interpretarse en el sentido de que la elección se introdujo en el universo hace mucho tiempo y ha permanecido prácticamente inalterada desde entonces. Sin embargo, el excelente nuevo libro de Sophia Rosenfeld, The Age of Choice: A History of Freedom in Modern Life [La era de la elección: una historia de la libertad en la vida moderna], nos advierte contra este pensamiento ingenuo. Tras examinar la historia de actividades como las compras, el romance y el voto, Rosenfeld ofrece un relato cautivador del desarrollo de la elección desde sus primeras versiones hasta su forma actual. La elección, según muestra, ha evolucionado con el tiempo. Y si Kant tenía razón sobre su importancia fundamental para la vida humana, entonces también nosotros debemos haber cambiado.