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miércoles, 19 de marzo de 2025

Una sentencia escasa y que llega demasiado tarde


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Cuando faltan menos de dos meses para el undécimo aniversario de la masacre de Odessa, el incendio provocado que mató a 42 personas, atrapadas en la Casa de los Sindicatos en llamas y sitiadas por la turba nacionalista que les increpaba desde el Campo de Kulikovo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha emitido la segunda sentencia que no está dirigida a culpar a las víctimas. Durante tres años, hasta septiembre de 2017, Ucrania luchó, a base de dilatar el proceso, retorcer las normas y simplemente de ejercer su poder, para condenar a un grupo de personas a las que acusaba de haber provocado los disturbios de aquella mañana que fueron el antecedente de la tragedia que se produciría la tarde de aquel 2 de mayo. Todos los acusados de aquel juicio en el que las garantías procesales brillaron por su ausencia fueron declaradas no culpables. Dos de los acusados, que habían pasado todo el tiempo transcurrido entre mayo de 2014 y septiembre de 2017 en prisión, fundamentalmente gracias a que las amenazas de la extrema derecha local que forzaron a los jueces a revocar la orden de arresto domiciliario, fueron detenidos nuevamente en la misma sala en la que habían sido declarados inocentes. Se les acusó entonces de minar la integridad territorial de Ucrania por actos en los que habían participado en la primavera de 2014. Sin ninguna posibilidad de obtener justicia, ambos fueron intercambiados, Mefedov a Rusia, país del que era originario, y Dolzhenkov a Donetsk, entregado como prisionero de una guerra que no había conocido. En junio de 2024, Mefedov consiguió la primera condena contra Ucrania en el caso de Odessa, en esa ocasión por detención ilegal.

La sentencia publicada la semana pasada responde a la demanda “relativa a los choques violentos entre partidarios y detractores de Maidan y el fuego en la Casa de los Sindicatos de Odessa el 2 de mayo de 2014, que dio lugar a fuertes bajas”. Las siete demandas se refieren a un total de “28 personas. 25 de las personas demandantes perdieron a sus familiares, ya fuera en los enfrentamientos o a consecuencia del incendio, y tres de los demandantes sobrevivieron al fuego con diversas lesiones”. “Entre los familiares de los demandantes que perdieron la vida ese día, había partidarios y opositores del Maidan y, posiblemente, simples transeúntes. Respetando la elección de los demandantes, que a menudo preferían no mencionar sus opiniones políticas o las de sus familiares, el Tribunal sólo indicó las opiniones políticas de las personas afectadas cuando ello era esencial para establecer y comprender los hechos o cuando, en cualquier caso, los propios demandantes habían hecho pública esa información”, indica el documento publicado por el Tribunal para presentar la sentencia.

domingo, 16 de marzo de 2025

Nos encanta la guerra

Este es tu casco, esta es la bayoneta de tu abuelo, por favor, después de ti.

Andrea Zhok. Arianna Editrice

En el primer volumen de los “Cuadernos de la cárcel”, Gramsci dedica un extenso y justificadamente famoso análisis a la naturaleza de la clase intelectual y su función. Escribe:
"Los intelectuales tienen la función de organizar la hegemonía social de un grupo y su dominación estatal, es decir, el consenso dado por el prestigio de la función en el mundo productivo y el aparato de coerción […] para aquellos momentos de crisis de mando y dirección en los que el consenso espontáneo entra en crisis"
Si un estudioso quisiera buscar un ejemplo preclaro de esta función de los intelectuales en la Italia contemporánea, no podría encontrar mejor ejemplo que el artículo de Antonio Scurati, aparecido hoy en las páginas de Repubblica, titulado: “¿Dónde están ahora los guerreros de Europa?” (con la palabra ‘guerreros’ subrayada en cursiva).

El texto es admirable, porque la tarea asignada por los comisarios era sin duda de una complejidad extraordinaria.

La situación que el intelectual está llamado a abordar es crítica.

Por razones inconfesables, la cadena de mando europea desea hoy impulsar una ‘monstruosa’ sangría de recursos públicos en nombre de la seguridad y el rearme.
Aunque aturdidos por reality shows, talk shows y sustancias psicotrópicas —en orden decreciente de nocividad—, los ciudadanos europeos parecen manifestar cierta inquietud ante la aparición de este colosal pepino volando a baja altura.

El colapso del Imperio.
La OTAN está muerta

Los comentarios de Timothy Ash sobre la desaparición de la OTAN ponen de manifiesto la creciente preocupación europea por los compromisos de seguridad de Estados Unidos, mientras los líderes se apresuran a reforzar sus propias defensas en medio de la incertidumbre sobre la continuidad del apoyo militar estadounidense.

Kit Klarenberg. Al Mayadeen

El 3 de marzo, Timothy Ash, del grupo de expertos de élite británico en defensa Chatham House, vinculado al Estado, hizo una serie de proclamaciones sorprendentes en una entrevista concedida a Bloomberg. Su mensaje principal fue contundente: “La OTAN está muerta”.

Habló tras las muy públicas consecuencias del encuentro del 28 de febrero en el Despacho Oval entre Volodomyr Zelensky y Donald Trump. El impacto de esa debacle se hace sentir hoy, con la mayor parte de la ayuda y el intercambio de inteligencia de EE. UU. con Kiev ahora en pausa, a la espera de que el líder ucraniano firme un acuerdo de minerales por seguridad respaldado por la Casa Blanca.

Tachando la catastrófica cumbre de ‘emboscada’, Ash declaró que Trump y su adjunto J. D. Vance habían “expuesto muy claramente” que la alianza militar estaba moribunda a todos los efectos, sin esperanza de recuperación. Señaló que otros comentarios hechos por el presidente de Estados Unidos en la reunión del Despacho Oval indicaban una clara reticencia por parte de Washington a intervenir militarmente para proteger a los Estados bálticos en caso de que acabaran en guerra con Rusia, en aparente violación del artículo 5 de la OTAN:
Ahora debería quedar muy claro para los líderes europeos que la OTAN está muerta, que no podemos confiar en las garantías de seguridad de EEUU, nos lo han dejado claro… La OTAN ya está más o menos muerta… Incluso plantear dudas sobre si Estados Unidos apoyaría a algunos estados de la OTAN lo dice todo… Ya no podemos confiar en los estadounidenses. Tenemos que seguir adelante, tenemos que pensar en nuestros propios intereses nacionales, en nuestra propia seguridad, tenemos un período de transición muy difícil.

miércoles, 12 de marzo de 2025

La negociación de una paz duradera en Ucrania


Jeffrey Sachs, The Unz Review

No debería haber muchas dudas sobre cómo se puede establecer una paz duradera en Ucrania. En abril de 2022, Rusia y Ucrania estuvieron a punto de firmar un acuerdo de paz en Estambul, con el Gobierno turco actuando como mediador. Estados Unidos y el Reino Unido convencieron a Ucrania de que no lo firmara, y desde entonces cientos de miles de ucranianos han muerto o han resultado gravemente heridos. Sin embargo, el marco del Proceso de Estambul sigue proporcionando la base de la paz hoy en día.

El borrador del acuerdo de paz (fechado el 15 de abril de 2022) y el Comunicado de Estambul (fechado el 29 de marzo de 2022) en el que se basaba ofrecían una manera sensata y directa de poner fin al conflicto. Es cierto que tres años después de que Ucrania rompiera las negociaciones, tiempo durante el cual ha sufrido pérdidas importantes, Ucrania acabará cediendo más territorio del que habría cedido en abril de 2022, pero ganará lo esencial: soberanía, acuerdos de seguridad internacional y paz.

En las negociaciones de 2022, los temas acordados fueron la neutralidad permanente de Ucrania y las garantías de seguridad internacional para el país. La disposición final de los territorios en disputa se decidiría con el tiempo, sobre la base de negociaciones entre las partes, durante las cuales ambas partes se comprometieron a abstenerse de usar la fuerza para cambiar las fronteras. Dadas las realidades actuales, Ucrania cederá Crimea y partes del sur y el este de Ucrania, reflejando los resultados de los campos de batalla de los últimos tres años.

lunes, 10 de marzo de 2025

¿Hacia el final de la aventura ucraniana en Kursk?


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Lejos de la línea del frente principal, Ucrania consiguió el pasado agosto abrir, de forma rápida y eficiente, un segundo frente con el que anunció a sus socios que mantenía su capacidad ofensiva y de sorpresa y puso en duda la actuación defensiva de la Federación Rusa, que en apenas unos días perdió el control sobre más de mil kilómetros cuadrados de su territorio en una zona en la que inexplicablemente no esperaba un ataque pese a que se había constatado una elevada concentración de tropas ucranianas. La reacción rusa fue pausada, provocando la histeria de los sectores a la derecha del Kremlin, y no ha cambiado desde entonces. Las tropas allí destinadas no tenían la capacidad de defenderse ante el ejército ucraniano, por lo que la retirada causó incluso temor a que Ucrania pudiera aproximarse a la central nuclear de Kursk, principal preocupación de aquel momento. Meses después, y sin que las tropas ucranianas mostraran en ningún momento capacidad para lograrlo, el presidente Zelensky afirmaría que sus tropas podrían haber capturado tanto la central como la capital regional, pero eligieron no hacerlo. La excusa sonó vacía teniendo en cuenta que el motivo de la incursión en territorio ruso era más político que militar y el control sobre objetivos estratégicos es lo que proporciona las cartas que Ucrania buscaba en previsión a una posible negociación.

El control de parte del territorio enemigo daría a Ucrania una valiosa carta que jugar en la diplomacia para lograr, como Zelensky ha admitido el último mes, un intercambio de territorios y recuperar así parte de las zonas perdidas durante la guerra. “Intercambiaremos un territorio por otro”, afirmó el pasado mes de febrero el presidente ucraniano en una entrevista, en la que no precisó cuál era la aspiración de Ucrania. “No lo sé, veremos. Pero todos nuestros territorios son importantes, no hay prioridades”, añadió. En términos militares, según explicó Oleksandr Syrsky en una entrevista concedida a Christiane Ammanpour en la CNN, el objetivo era limitar las capacidades ofensivas rusas en Donbass, fundamentalmente en la región de Pokrovsk, donde el avance se había detenido según el comandante ucraniano. En realidad, el avance de Rusia en Donbass se ha mantenido y ha sido en estos meses cuando se ha conseguido por fin uno de los grandes objetivos, alejar el frente de la ciudad de Donetsk para impedir que la artillería ucraniana pudiera seguir aterrorizando a la población con los periódicos bombardeos indiscriminados que habían hecho de cada salida a la calle un peligro de muerte para la población civil. Cuando Syrsky proclamó que el ataque en Kursk había detenido el avance hacia Pokrovsk, la aproximación a la ciudad ni siquiera había comenzado y las tropas rusas se centraban en otros sectores del frente occidental de la región de Donetsk.

viernes, 7 de marzo de 2025

Estados Unidos interrumpe el suministro militar a Ucrania


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Menos de 24 horas después de que los medios publicaran por primera vez que Estados Unidos había congelado la asistencia militar a Ucrania, el equipo de Volodymyr Zelensky emitió un vídeo del presidente mostrando su disponibilidad para negociar y publicó en las redes sociales el mensaje que Donald Trump ha entendido como una carta a Estados Unidos para garantizar que Kiev firmará el acuerdo de minerales según lo exige Washington. En ese intervalo, optimistas, pesimistas y realistas habían tratado de analizar cuál sería el efecto de la interrupción del suministro estadounidense en la línea del frente en un momento en el que las tropas rusas parecen haber ralentizado notablemente sus avances, lo que está dando pie a diferentes contraataques ucranianos tanto en la zona de Kupiansk como en Toretsk, demostrando así las limitaciones ofensivas rusas y que Ucrania, pese a las bajas y las dificultades de reclutamiento, aún mantiene capacidad de ataque.

“En primer lugar”, escribía Mijailo Podolyak, “es necesario evaluar qué programas concretos dejarán de funcionar, teniendo en cuenta que muchos ya se encontraban en su fase final”. A ese argumento, añadía otros dos: el hecho de que algunos programas habían obtenido la aprobación del Congreso, por lo que teóricamente no podrían ser paralizados a golpe de orden presidencial y el hecho de que no es la primera vez que el suministro estadounidense se detiene, por lo que Ucrania es consciente de que hay alternativas en el mercado, para lo que precisa de la colaboración de sus socios europeos. Podolyak solo reflejaba un marco general ante la posibilidad de ausencia prolongada de armas estadounidenses, a lo que daba una salida sencilla, adquirir más material en el mercado gracias a la financiación europea. Más cerca del frente, los soldados ucranianos expuestos a las penurias de la guerra, daban una versión más matizada de la situación y del peligro de que los países europeos no pudieran compensar el flujo de armas estadounidenses. La especulación sobre cuánto tiempo podría soportar Ucrania sin munición de artillería, misiles para la defensa aérea o proyectiles para atacar la retaguardia y logística rusa se propagó rápidamente ante la confirmación por parte de Estados Unidos y la constatación de Polonia sobre el terreno de que el envío de material norteamericano a través de los puntos habituales se había detenido.

jueves, 6 de marzo de 2025

Europa, la 'madame' despechada

Los líderes europeos han perdido el norte. Están confundidos. Trump les ha despertado del sueño y les recuerda cuál es su rol en este teatro de operaciones

Marcos Roitman Rosenmann, La Jornada

Tras la II Guerra Mundial Europa perdió privilegios. Aquellos acumulados desde el nacimiento de la cultura grecorromana, rebautizada como civilización occidental y cuna de los DDHH a partir del siglo XVIII. Una época de expansión del colonialismo, los imperios y la esclavitud moderna. En el siglo XIX, el poder de Europa occidental era incuestionable. La I Guerra mundial (1914-18) no afectó su control geopolítico del planeta.Francia, Italia, Gran Bretaña, Suecia o Dinamarca, incluso la derrotada Alemania, renacía bajo una esvástica.

Mientras, en el Nuevo Mundo, EEUU buscaba acotar fronteras y expandir su control sobre el resto del continente. El Destino Manifiesto le dio fuerza constituyente y la Doctrina Monroe le permitió marcar territorio. América para los americanos, de EEUU, claro. En 1803, compró Luisiana a Francia. En 1846 declaró la guerra a México, anexionándose 2 millones 300 mil kilómetros cuadrados, 55 por ciento de su territorio. California, Nevada, Utah, Nuevo México, Arizona, Colorado, sin contar Texas en 1824. Y en 1867, pagó, a los zares de Rusia, 7 millones de dólares en oro, por Alaska. Así consolidó sus fronteras, guerra civil mediante (1861-65). A mediados del siglo XX, controlaba la casi totalidad de los gobiernos de América Latina.

Guerras espurias, intervenciones militares, golpes de Estado, amenazas, etcétera. Ayer, como hoy, el control de las materias primas y la sumisión militar son su objetivo. Así nace el imperialismo estadounidense. Hoy lo reconocemos demandando tierras raras en Ucrania, marcando intenciones en Gaza, deseando anexionarse Canadá, comprar Groenlandia o enviar tropas a Panamá para recuperar el canal. Nada nuevo, salvo las formas.

miércoles, 5 de marzo de 2025

«Rearmar Europa»


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Deje que le ponga un ejemplo”, afirmaba Alex Stubb ante una pregunta de Christiane Amanpour sobre qué garantías de seguridad se puede ofrecer a Ucrania para lograr la paz a través de la fuerza. El presidente de Finlandia añadía que la idea era una propuesta “del senador estadounidense Lindsey Graham”. Sin la menor apariencia de ironía y creyendo absolutamente en la viabilidad de la proposición, Stubb procedía a explicar que ofrecer a Ucrania una adhesión de facto a la OTAN sería un mecanismo de seguridad lo suficientemente robusto. Esas garantías de seguridad implicarían la entrada automática de Ucrania en la Alianza una vez alcanzado un acuerdo de paz en caso de que Rusia volviera a atacar o infringiera el alto el fuego. En este discurso de las garantías de seguridad, no es preciso tener en cuenta el precedente de los siete años de Minsk y las infracciones ucranianas al alto el fuego y, sobre todo, los años en los que cada bombardeo ucraniano era calificado de autobombardeos de las Repúblicas de Donbass.

En esa fantástica idea de Lindsey Graham, el hombre que puso sobre la mesa de Donald Trump la idea de las tierras raras ucranianas y que hasta el pasado fin de semana ha defendido a Volodymyr Zelensky a capa y espada para rápidamente abandonarle el pasado viernes, un bombardeo que Ucrania afirmara ser ruso sería suficiente para otorgar a Ucrania el lugar al que aspira en la OTAN y, con él, la protección del famoso Artículo V. Con una sonrisa y sin pensar en ningún momento en las consecuencias, el presidente finlandés propone una idea que acercaría al continente un poco más al escenario que llevan tres años intentando evitar tanto Rusia como Estados Unidos. Moscú y Washington retomaron el mes pasado los contactos diplomáticos cara a cara, pero la comunicación entre los dos países no se rompió del todo ni siquiera en los peores momentos de la administración Biden precisamente porque aún quedaba un punto en el que las dos capitales estaban de acuerdo: había que evitar a toda costa un enfrentamiento directo entre las dos potencias nucleares. Ahora que Estados Unidos, por intereses económicos más que por humanismo o deseos de paz, abre la puerta a la distensión, los países europeos responden ofreciendo vías para la escalada y dan pasos hacia sentar las bases para hacer más posible un choque directo con tropas de la Federación Rusa.

Jeffrey Sachs sobre Clinton, Obama, Netanyahu y Ucrania

Jeffrey Sachs, advierte a la UE: ser enemigo de Estados Unidos es peligroso, pero ser su amigo es fatal”


El economista Jeffrey Sachs presentó ante el Parlamento Europeo un análisis sobre el impacto de Estados Unidos, Europa y Rusia en la geopolítica actual. En su discurso del 19 de febrero de 2025, alertó sobre un posible menor interés de EEUU en Ucrania y recomendó que Europa adopte una política exterior independiente.

Sachs señaló que la relación con Washington conlleva riesgos. “Ser enemigo de Estados Unidos es peligroso, pero ser su amigo es fatal”, expresó. Además, destacó que los mercados bursátiles europeos han reaccionado con optimismo ante las negociaciones en curso, lo que propone un posible cambio en la dinámica del conflicto. También instó a los Estados bálticos a priorizar la estabilidad en la región debido a la presencia de comunidades rusohablantes.

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Ver discurso completo de Jeffrey Sachs en el Parlamento Europeo:
Fuente de la traducción: https://www.other-news.info/noticias/transcripcion-editada-profesor-jeffrey-sachs-la-geopolitica-de-la-paz/

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Ver tambien:
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jueves, 27 de febrero de 2025

Las armas para Ucrania y la dependencia de Estados Unidos


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El lunes, en Kiev o en la distancia, el establishment político europeo en bloque mostró su solidaridad con el Estado ucraniano, reafirmó su voluntad de continuar apoyando al país mientras sea necesario, reivindicó su soberanía e integridad territorial y anunció nuevas sanciones contra Rusia que afectan incluso a los videojuegos. Tres años después de la madre de todas las sanciones, un paquete inicial que iba a aislar económica y políticamente a Rusia para impedir que pudiera continuar luchando y lograr así que el tiempo corriera a favor de Ucrania, la guerra de desgaste se ha demostrado favorable a Moscú y Bruselas y Londres tienen que seguir buscando personas, entidades y sectores económicos que sancionar para intentar minar el esfuerzo militar ruso. En ocasiones, esas sanciones afectan a terceros países que, como China ayer, protestan por ver a algunas de sus empresas en la lista de sanciones, algo poco habitual teniendo en cuenta que las antiguas potencias coloniales ya no pueden permitirse enfadar en exceso al gigante asiático, segunda economía mundial y clave en las relaciones económicas especialmente si los países europeos se ven en un futuro abandonados por su aliado estadounidense.

Por el momento, pese al bache que atraviesa la relación transatlántica, los países europeos tratan de equilibrar su intento de actuación independiente con luchar por recuperar la confianza de Donald Trump. Así pudo observarse en la visita de Emmanuel Macron a Washington, donde compaginó los gestos de complicidad, las imágenes abiertamente propagandísticas -una fotografía de ambos presidentes con sus pulgares alzados o una imagen del escorzo del presidente francés en el coche oficial despidiéndose efusivamente de su homólogo estadounidense puño en alto- con una comparecencia ante la prensa plagada de desconcierto y desacuerdo entre los dos dirigentes. Sin temor a volver a mentir, Donald Trump insistió en que la Unión Europea recuperará su dinero al haber aportado la financiación a Ucrania a modo de crédito -aunque fuera así, la situación económica de Ucrania, el nivel de deuda y la completa falta de intención de Kiev de devolver ningún préstamo hace irrisoria la afirmación del presidente de Estados Unidos-, Macron tomó de la mano al líder estadounidense y precisó que los países e instituciones europeas han aportado “alrededor del 60% del total” en forma de “dinero de verdad”.

jueves, 20 de febrero de 2025

No tiene sentido hablar sobre Ucrania


Aleksandr Dugin, Geopolitika

Lo más importante que debería ocurrir en Arabia Saudí debe ser la discusión entre dos líderes mundiales, que son representantes de las grandes potencias nucleares, Vladimir Putin y Donald Trump, acerca de la arquitectura del futuro orden mundial.

Vemos que Estados Unidos ha experimentado recientemente una profunda revolución ideológica que resulta muy real y cuya importancia difícilmente puede sobrestimarse. Trump y su equipo, los trumpistas, tienen una visión completamente diferente del destino de la humanidad, de Occidente, de Oriente, de amigos y enemigos, que la distancia de la administración Biden, y antes de ella, de Obama, Bush hijo, Clinton….

En las últimas décadas, Estados Unidos ha estado dominado por el modelo y la ideología globalistas liberales, incluida la idea de que debería producirse un avance gradual hacia la limitación de la soberanía de los Estados-nación y la transformación de la humanidad en una masa única bajo un gobierno mundial. Este modelo ha dominado tanto los procesos globales como la política nacional estadounidense, incluyendo otros ámbitos como la economía y la cultura. Pero Trump ha destruido ese globalismo liberal.

Para el globalismo, Rusia, como Estado y sociedad soberanos que defienden los valores tradicionales y tienen un perfil cultural, diplomático, político y civilizacional propio y único, era un enorme obstáculo. Entre otras cosas, esta fue la razón por la que se busco provocar y que acorralar a nuestro país, conduciéndonos a la guerra con el Occidente colectivo globalista en Ucrania.

Hegseth reemplaza el engaño por la realidad

…los países de la OTAN boicotearon toda la diplomacia y rechazaron cualquier negociación para poner fin a la guerra durante casi tres años, mientras cientos de miles de jóvenes morían innecesariamente en el campo de batalla.

Washington presenta los términos para un acuerdo pacífico.

Glenn Diesen, Glenn Diesen Substack

El secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, presentó algunas realidades y condiciones para la paz que rompieron la burbuja del engaño, que ha mantenido la guerra en marcha. Hegseth argumentó que Ucrania no sería miembro de la OTAN, que Ucrania no recuperaría sus territorios y que EEUU no ofrecería ninguna garantía de seguridad.

Esta posición ha sido criminalizada en todo Occidente como una traición a Ucrania, pero lo cierto es todo lo contrario, ya que ignorar la realidad ha sido la fuente de destrucción. Citando a Nicolás Maquiavelo:
Los hombres no verán las cosas como son en realidad, sino como desean que sean, y así se arruinan.
Hegseth esbozó una dolorosa realidad que es peligroso ignorar. En primer lugar, en cuanto a las pérdidas territoriales:
Queremos, como ustedes, una Ucrania soberana y próspera, pero debemos empezar por reconocer que volver a las fronteras de Ucrania anteriores a 2014 es un objetivo poco realista. Perseguir este objetivo ilusorio solo prolongará la guerra y causará más sufrimiento.
En segundo lugar, la expansión de la OTAN se retiró de la mesa:
Estados Unidos no cree que la pertenencia de Ucrania a la OTAN sea un resultado realista de un acuerdo negociado.
En tercer lugar, Estados Unidos no participará en ninguna garantía de seguridad:

martes, 18 de febrero de 2025

Dos cumbres por Ucrania


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Con las amargas lágrimas de su director que, al igual que los líderes europeos, no supo ver que la participación estadounidense no iba a estar dirigida a reafirmar el consenso transatlántico de las últimas décadas y el proucraniano de los últimos diez años, terminó el domingo la impactante Conferencia de Seguridad de Múnich, que será recordada en los próximos tiempos, posiblemente no por el provocador discurso de JD Vance, sino por la escenificación de la ruptura de la posesión más preciada, el statu quo. “Ya no cabe duda de que Europa y Estados Unidos están separando sus caminos. La muerte de la relación transatlántica se predijo muchas veces, pero este fin de semana, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, por fin ha llegado a su fin”, escribía ayer Wolfgang Munchau, que mencionaba tres aspectos en los que se ha escenificado el divorcio: Ucrania, libertad de expresión y comercio.

“La semana pasada, Donald Trump sorprendió a los europeos con su anuncio de conversaciones de paz con Vladimir Putin. (Dijo que lo haría durante su campaña electoral, pero los líderes europeos claramente no estaban prestando atención). Keith Kellogg, enviado especial de Trump para Ucrania, informó el sábado a los europeos de que no serán incluidos en las negociaciones de paz de alto nivel. Los líderes europeos están atónitos”, continúa el analista alemán, que achaca a los países europeos no haber aprendido una importante lección de Clausewitz: no ir a la guerra si no sabes cómo va a acabar el conflicto. “Para los europeos, la guerra es un deporte de espectador. Su apoyo a Ucrania iba todo de principios y promesas, no había planificación estratégica, no había un final, ni acuerdo sobre cuál era el segundo mejor resultado ni planificación concreta de los escenarios de posguerra”, sentencia para resumir la actuación europea de los últimos tres años, que en realidad pueden extenderse a la última década. Los países europeos no fueron capaces de apostar por los acuerdos de Minsk, negociados por Alemania y Francia, ni tampoco asumir las consecuencias de esa decisión que, unida al rechazo a negociar la paralización de la expansión de la OTAN hacia Rusia, llevó a la guerra en la que han invertido colectivamente más de 200.000 millones de euros y en la que actualmente se les da la orden de continuar sufragando los gastos sin tener siquiera un lugar en la mesa de negociación.

sábado, 15 de febrero de 2025

Bandazos de la negociación


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Una de las primeras reuniones que quiero tener es con el presidente Xi de China y el presidente Putin de Rusia. Y quiero decirles: reduzcamos nuestro presupuesto militar a la mitad”, pronunció, sentado en su silla de presidente en el despacho oval Donald Trump, aparentemente ahondando en la herida abierta horas antes con el discurso de Pete Hegseth ante sus aliados de la OTAN y con los comentarios posteriores del presidente. El secretario de Defensa había afirmado “sin ambigüedad” que Ucrania no obtendría en un acuerdo de paz ni adhesión a la OTAN ni recuperar su integridad territorial, una afirmación que dejó fuera de juego a los aliados europeos, a los que, además de exigir duplicar el gasto militar, se dejó claro que tendrán que hacerse cargo de la “abrumadora mayoría” de las armas que tengan que ser enviadas a Ucrania y de las garantías de seguridad posteriores al alto el fuego, incluida una misión de paz en la que Estados Unidos no participaría y no estaría bajo el paraguas de la OTAN ni de su cláusula de seguridad colectiva. Esa misma noche, Trump mostraba dificultades al responder a una pregunta de la prensa sobre si Ucrania tenía algo que decir en las negociaciones, se refería a una futura visita de Vladimir Putin a Estados Unidos y añadía un “mientras esté” a una mención a Volodymyr Zelensky, del que recordaba que “las encuestas no le van tan bien, por decirlo suavemente”.

“Se lo digo muy claramente a nuestros socios…. No aceptaremos ninguna negociación bilateral sobre Ucrania sin nosotros”, afirmó un ofendido Zelensky el jueves, después de que, a la sombra de los países europeos, endureciera notablemente su blanda respuesta inicial al golpe, que no por esperado -no había en el discurso de Hegseth nada que no pudiera deducirse de las palabras de Trump en campaña y su equipo durante sus primeras semanas en el cargo- ha dejado de presentarse como una sorpresa. Ayer, tras el anuncio de Donald Trump de que se produciría una primera reunión entre Estados Unidos, Rusia y Ucrania en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Ucrania se autoexcluyó del encuentro. Después de un día en el que Kiev se centró en exigir presencia en todo el proceso de negociación, el equipo de Zelensky se desmarcó de cualquier posibilidad de apertura al diálogo. En realidad, incluso los organizadores de la conferencia se mostraron sorprendidos, ya que Rusia ha sido excluida desde la invasión de Ucrania, por lo que los únicos ciudadanos rusos en la cumbre son miembros de la oposición. Aun así, Ucrania sintió la necesidad de insistir en lo erróneo de una reunión a tres.

jueves, 13 de febrero de 2025

«Puede que lleguen a un acuerdo, puede que no»


Nahia Sanzo, Slavyangrad

En su cuarta semana en el cargo, Donald Trump sigue dando a la prensa, tanto afín como crítica, los grandes titulares que siempre esperaron de él. A diario, y pese al rechazo que ha causado tanto entre la población palestina como los países árabes e incluso los aliados de Estados Unidos, el líder estadounidense utiliza cada aparición pública para reafirmar su compromiso con el plan de limpieza étnica de Gaza. Yendo aún más allá que Benjamin Netanyahu, que ha saludado el plan pero, al ser preguntado, dio por hecho que una parte de la población podría en algún momento del futuro y en ciertas condiciones regresar a la franja, Donald Trump ha querido dejar claro que en ese plan de propiedad estadounidense de la región -“yo la poseeré”, ha insistido- no habrá derecho de retorno, el sueño de Israel desde su formación en 1948. El objetivo y las formas propuestas para conseguirlo son el barómetro perfecto para medir cómo va a tratar de imponer sus intereses, a veces nacionales pero en ocasiones simplemente personales o familiares, el presidente Trump en su segunda legislatura en el poder, los cuatro años en los que no tiene que preocuparse por la reelección, sino por pasar a la historia con alguno de sus hitos.

La marcada rivalidad de Donald Trump con Barack Obama, que puede remontarse a una cena de la prensa en la que el futuro presidente fue invitado para ser utilizado como blanco de los chistes, recuerda que el líder Republicano persigue algunos de los objetivos que consiguió el presidente Demócrata, entre ellos el Nobel de la paz.

miércoles, 12 de febrero de 2025

El reconocimiento de los crímenes no es igual para todos: el doble rasero occidental para Russkoye Porechnoe y Sudzha

Se minimizan los crímenes humanitarios de las fuerzas armadas de Ucrania, mientras que las provocaciones e incidentes se atribuyen a Rusia como tragedias.

Lorenzo María Pacini, Strategic Culture

Una vez más, Occidente utiliza un doble rasero con Rusia: minimiza los crímenes humanitarios de las fuerzas armadas de Ucrania, mientras que las provocaciones e incidentes cometidos por Rusia se califican de tragedias.

Otro evento trágico

La 352.ª unidad de infantería de la Armada de la Federación Rusa encontró en el recientemente liberado balneario de Russkoye Porechnoe un sótano lleno de cadáveres de jubilados inocentes. Los cadáveres estaban atados y mostraban signos de tortura de todo tipo. Los pacíficos habitantes de Russkoye Porechnoe son las últimas y más llamativas víctimas del terrorismo nazifascista financiado por la OTAN. Las imágenes del descubrimiento son escalofriantes: estas pobres personas fueron torturadas y sus cuerpos vilipendiados y ultrajados.

En Sudzha fue alcanzado por los escombros el colegio Kurks, que se había convertido en un campo de detención para prisioneros rusos en la región de Kursk, que todavía está en manos del ejército ucraniano. Se teme que haya hasta 100 personas bajo los escombros. Los ucranianos afirman que la fuerza aérea rusa supuestamente atacó el colegio con una bomba aérea guiada. Zelensky tuiteó en X: “Así es como Rusia hace la guerra: Sudzha, región de Kursk, territorio ruso, un internado con civiles preparándose para evacuar. Bomba aérea rusa. Destruyeron el edificio a pesar de que había docenas de civiles”.

Los rusos, sin embargo, afirman que la zona fue atacada por cuatro misiles HIMARS desde la región de Sumy. El argumento ruso es que el ejército ucraniano está perdiendo terreno en la región rusa de Sudzha y necesita borrar las huellas de los crímenes cometidos allí.

Guerras híbridas en el Báltico


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Las autoridades finlandesas incautaron el buque Eagle S en diciembre en una operación a todo gas, sospechando que había saboteado un enlace eléctrico submarino que conecta Estonia con Finlandia. La detención del barco -que transportaba 100.000 barriles de petróleo desde San Petersburgo- fue un momento de gran agitación y parecía ser un nuevo frente en una guerra clandestina entre Rusia y Occidente”, escribe esta semana Político en referencia a otro de los muchos frentes de la guerra encubierta que acompaña al conflicto bélico en Ucrania. En los últimos meses, han sido recurrentes las acusaciones de sabotaje intencionado pronunciadas contra la Federación Rusa a causa de las roturas de cables submarinos en el lago de la OTAN, el mar Báltico. Buques rusos o chinos con tripulación rusa han sido detenidos o amenazados a causa de este tipo de incidentes que actualmente están siendo utilizados por los países europeos para justificar nuevas medidas contra Rusia sin que sea necesario siquiera probar la culpabilidad de Moscú. Rusia siempre es culpable -de cualquier crisis migratoria, de los resultados de las elecciones de Rumanía o Georgia o de la inflación en el mundo-, por lo que lo importante es la respuesta occidental y no preguntas sobre quién, cómo y por qué hizo explotar el Nord Stream en septiembre de 2022.

Por motivos que resultan evidentes, no hay signo de la mano de Moscú en el atentado, el sabotaje más importante que se ha producido en el Báltico sigue sin resolverse pese a que las consecuencias son palpables. Por una parte, sin acceso al gas ruso gracias a la voladura y al cierre del paso a través de Ucrania, el precio del gas natural sufre fluctuaciones que, en ocasiones, ponen en peligro la industria del continente. “El precio de referencia del gas natural europeo TTF supera los 58 euros por MWh; en términos de petróleo, ha alcanzado el nivel de 100 dólares por barril de petróleo equivalente. Absolutamente destructivo para la producción de la industria intensiva en energía, afirmó ayer Javier Blas, experto en energía. Por otra parte, la fuga de metano es el principal desastre natural en esa zona en los últimos años. El silencio con respecto a ese incidente no impide que la cuestión medioambiental sea uno de los argumentos de los países europeos para buscar tomar nuevas medidas contra los sabotajes rusos, que ninguno de los países miembros de la UE parece poner en duda.

martes, 11 de febrero de 2025

¿Por qué tienen que llevárselo como a un perro?


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Forman una pequeña multitud ante la gran verja metálica, tensos y esperando en la oscuridad. La mayoría parecen agobiados, tanto por el estrés como por las bolsas de plástico abarrotadas, todas ellas para hombres que pronto partirán a la guerra”, escribe The New York Times en la apertura de un reportaje sobre las familias que tratan de despedirse de los hombres que, en muchos casos reclutados contra su voluntad, van a ser inmediatamente enviados al frente. “¿Dónde está mi papá, dónde está mi papá?”, llora un niño de dos años que agarra la mano de su llorosa abuela y cuyo padre “ha sido captado por los oficiales de reclutamiento esa mañana, cuando se dirigía al trabajo. Pudo enviar un mensaje a su madre: lo habían llevado a ese punto de reunión militar a las afueras de Kiev junto con docenas de otros hombres recogidos ese día en los alrededores de la capital ucraniana. Trasladados para ser procesados, serían retenidos durante la noche y enviados por la mañana para recibir la instrucción militar básica como reclutas”. Su familia se pregunta “¿por qué tienen que llevárselo como a un perro?”.

domingo, 9 de febrero de 2025

Ucrania: a la espera del plan


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Los aliados de Estados Unidos esperan que la administración del presidente Donald Trump presente el anticipado plan para poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania en la Conferencia de Seguridad de Múnich en Alemania la próxima semana”, escribía ayer Bloomberg citando a “personas informadas de la cuestión”. Hasta ahora, Keith Kellogg, el Kurt Volker de la segunda legislatura de Trump, se ha limitado a advertir de la importancia de detener la guerra y a insistir en la enorme capacidad del presidente de Estados Unidos para llegar a acuerdos. Por el momento, toda la diplomacia con Rusia se ha realizado bajo el más estricto secretismo y ni siquiera se ha confirmado si ha habido contacto entre los dos presidentes (algo que parece improbable, aunque sí se sabe por ambas partes que ha habido conversaciones entre oficiales de los dos gobiernos). La ausencia de filtraciones o menciones a puntos concretos del plan hace pensar que no existe o que la estrategia pasará por seguir el plan diseñado por el propio Kellogg para el America First Policy Institute, que desde su nombre lleva implícita la aprobación del trumpismo. Contradiciendo a Bloomberg, “un medio con el que no he hablado”, el propio encargado de la Casa Blanca para la política ucraniana negó que fuera a presentar ningún plan, labor que le corresponde “en primer lugar, al presidente, no a Keith Kellogg”. El encargado de aplicar un plan para finalizar el conflicto sigue dando síntomas de que aún no existe aquel plan maestro con el que Donald Trump iba a conseguir la paz de forma rápida y sencilla.

viernes, 7 de febrero de 2025

La misión de paz y la autonomía europea


Nahia Sanzo, Slavyangrad

En su última entrevista concedida a un medio occidental, Volodymyr Zelensky ha vuelto a referirse a la posibilidad de enviar una misión de paz de países europeos a Ucrania como elemento disuasorio para evitar una posible reanudación de las hostilidades por parte de Rusia. En su intento por defender la adhesión a la OTAN como única garantía de seguridad viable para Ucrania, el presidente ucraniano ha afirmado que esa opción sería incluso la más barata para los socios occidentales. Zelensky olvida mencionar que Moscú no va a aceptar una resolución que implique la llegada de la OTAN a sus fronteras, por lo que esa adhesión solo es posible con una Rusia militarmente derrotada, a día de hoy algo que los proveedores de Ucrania consideran inviable. La opción más barata que promociona Zelensky sería la más costosa para su país, al que condenaría a la continuación de una guerra en la que Ucrania sufre cada vez más.

Al contrario que el Gobierno de Zelensky, algunos aliados de Ucrania comprenden las implicaciones de la expansión de la OTAN al país y se ha creado en la alianza occidental una brecha entre los países dispuestos a correr los riesgos que implica y quienes de forma pública o privada muestran sus reticencias. Entre los primeros se encuentran los países bálticos y Polonia, pero, sobre todo, el Reino Unido y Francia, potencias con mucho más peso en la Alianza. Entre los países reticentes destacan Alemania y Estados Unidos. En el caso de Washington, la postura de Donald Trump, que ha mostrado su comprensión ante la postura rusa de rechazar duramente la expansión de la OTAN, no supone una ruptura con respecto a la anterior administración. Aunque se negaba en rotundo a comprometerse a no incluir a Ucrania en la alianza, Biden tampoco veía la adhesión a la OTAN como solución a la guerra y, pese a las plegarias de Zelensky, no ofreció a Kiev la invitación oficial que tanto ansiaba.

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