Cuando Boris Johnson voló a Kiev en mayo de 2022, la paz en Ucrania estaba al alcance de la mano. Tres años y un millón de libras después, Europa está pagando el precio por un hombre corrupto y el silencio de un continente.
9 de abril de 2022
Ricardo Martins, New Eastern Outlook
Cuando la historia vuelva a examinar el conflicto de Ucrania, un episodio podría destacar como punto de inflexión: la repentina visita de Boris Johnson a Kiev en abril de 2022, justo después de que se rubricara un acuerdo de paz provisional en Estambul.
En ese momento, el alto el fuego estaba al alcance de la mano. Sin embargo, según se informa, Johnson, entonces primer ministro británico, instó al presidente Volodymyr Zelensky a no firmar, asegurándole que Occidente armaría a Ucrania “durante el tiempo que fuera necesario”.
Esa decisión, ahora objeto de un nuevo escrutinio tras las revelaciones de The Guardian, puede haber cambiado el curso del conflicto y el destino político de Europa.
El acuerdo de Estambul que nunca fue
A principios de abril de 2022, los negociadores ucranianos y rusos habían acordado en principio un marco que podría haber puesto fin a las hostilidades.
Ucrania renunciaría a su adhesión a la OTAN a cambio de garantías de seguridad. Pero tras la visita sorpresa de Johnson a Kiev, las conversaciones fracasaron.