Trump ha llevado a cabo una serie de acciones que de hecho reactivan la carrera armamentista
Manlio Dinucci, La Haine
Trump ha declarado que «la guerra en Ucrania no es [su] problema». Y de hecho es cierto, en la medida en que esa guerra se inició en 2014, con el golpe de la plaza Maidan, bajo la batuta de la administración del entonces presidente Barack Obama, con Joe Biden como vicepresidente de EEUU.
Pero también está el hecho que el presidente Trump, después de haberse comprometido durante su campaña electoral a poner fin a la guerra negociando directamente con el presidente Putin, no lo ha hecho, pero sigue suministrando armas a Kiev desde que Zelenski firmó el acuerdo que permitiría a EEUU explotar los recursos minerales de Ucrania. Al mismo tiempo, la OTAN, en cuyo seno Washington mantiene el mando, prosigue su escalada belicista contra Rusia.
En ese contexto aparece el 17º paquete de "sanciones" de la Unión Europea contra Rusia -los dirigentes de la UE anunciaron incluso que ya están preparando un 18º paquete de medidas contra Rusia. Y, al mismo tiempo, la Unión Europea proporciona a Kiev un apoyo financiero creciente con el que sigue alimentando la guerra contra Rusia. Ese apoyo europeo ya se eleva, por ahora, a 148 000 millones de euros, suma que incluye más de 50 000 millones destinados a objetivos directamente militares, como la compra de armamento y el entrenamiento de las tropas ucranianas. A todo eso hay que agregar el gasto militar en constante aumento de los países europeos miembros de la OTAN.