El multipolarismo es la verdadera revolución en curso de nuestra era que marcará el destino del mundo, y de cuyo resultado dependerá la posibilidad de una nueva perspectiva socialista
Marcelo Colussi, La Haine
"Occidente dice llevar libertad y democracia a otras naciones. Esa democracia es superexplotación, y esa libertad es esclavitud y violencia. Esa democracia es hipócrita hasta la médula".
Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa.
Occidente imperialista
El capitalismo surgió en lo que habitualmente se llama Occidente: Europa, y de ahí pasó a las colonias norteamericanas. EEUU, ya independizada de la corona británica, paso a paso terminó siendo la gran potencia capitalista, ejerciendo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial un dominio planetario. Pero hoy, ya bien entrado el siglo XXI, las cosas tienden a cambiar. La gradual caída de Occidente como imperio dominante y la aparición de nuevos polos de gran poder en Asia no significan el inmediato abandono del capitalismo.En este momento, con esta recomposición que están impulsando Rusia y China y la puesta en marcha de los BRICS, nada indica la superación del sistema capitalista. O, al menos, no está sucediendo lo que se puede haber predicho 150 años atrás, cuando el capitalismo industrial parecía indicar una marcha hacia "la sociedad socialista". Rusia camina ahora por una senda de libre mercado: "No debemos volver a 1917", dice uno de los asesores cercanos del presidente Putin. El "socialismo de mercado" puesto en marcha por Pekín no augura claramente un horizonte postcapitalista; a su numerosa población le está dando resultados -se sacaron de la pobreza rural crónica 400 millones de campesinos-, pero al resto del mundo no le abre un mundo de mayor justicia y equidad. No, al menos, en lo inmediato.