Si se mira desapasionadamente, o bien los israelíes están invitando a su propia desaparición al extenderse demasiado en siete frentes, o su esperanza reside en invocar la amenaza de su desaparición como medio para atraer a EEUU a una guerra total.
Alastair Crooke, Strategic Culture
Con el asesinato de Sayed Hassan Nasrallah y de varios altos dirigentes de Hizbulá en Beirut -expresamente sin previo aviso al Pentágono- Netanyahu dio el pistoletazo de salida a una ampliación implícita de la guerra por parte de Israel a los "tentáculos del pulpo", terminó israelí para referirse a Hizbulá en el Líbano, Yemen, Siria y las fuerzas iraquíes de Hash'ad A-Shaabi.
Bueno, después del asesinato de Ismail Haniyeh y parte del liderazgo de Hizbulá (incluyendo un alto general iraní), Irán -demonizado como la "cabeza del pulpo"- entró en el conflicto con una andanada de misiles que apuntaron a aeródromos, bases militares y a el cuartel general del Mossad, pero no causaron muertes intencionalmente.
Israel convirtió así a EEUU (y a la mayor parte de Europa) en socios y cómplices de una guerra que ahora se presenta definitivamente como una guerra neoimperialista contra todo el mundo no occidental. Los palestinos -los íconos globales de la lucha por la liberación nacional- debían ser aniquilados de su territorio: la Palestina histórica.