La idea de infligir “derrotas estratégicas” a Rusia ha sido una piedra angular de la política estadounidense durante tanto tiempo que trasciende las líneas partidarias.
Alastair Crooke, Strategic culture
La retórica de Trump sobre que Rusia ha perdido un millón de hombres en el conflicto de Ucrania no es simplemente una tontería (el número real ni siquiera llega a 100.000), sino que su recurso a ella subraya que el meme habitual de que Trump está lamentablemente mal informado parece cada vez menos plausible.
Después de hablar de un millón de muertes rusas, Trump sugiere que Putin está destruyendo a Rusia al no llegar a un acuerdo. Agrega (aparentemente como un comentario al margen) que Putin tal vez ya haya decidido "no llegar a un acuerdo".
En cambio, de una manera curiosamente desinteresada, Trump señala que las negociaciones dependerán completamente de si Putin está interesado o no . Afirma además que la economía de Rusia está en ruinas y, sobre todo, dice que consideraría sancionar o imponer aranceles a Rusia si Putin no llega a un acuerdo. En una publicación posterior en Truth Social, Trump escribe: "Voy a hacer un FAVOR muy grande a Rusia, cuya economía está fallando, y al presidente Putin".
En otras palabras, se trata de una historia de un orden completamente diferente: ya no la dice su enviado Kellogg u otro miembro de su equipo, sino las propias palabras de Trump como presidente. Trump responde a la pregunta de un periodista: “¿Sancionaría a Rusia” si Putin no se sienta a la mesa de negociaciones? A lo que responde: “Eso parece probable”.
¿Cuál es la estrategia de Trump? Parece más bien que Trump se está preparando para un Brexit sin acuerdo. Debe ser consciente de que Putin ha dejado claro en repetidas ocasiones que está interesado y abierto a negociar con Trump. De eso no hay duda.














