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miércoles, 22 de enero de 2025

El capitalismo muskiano y su odisea espacial


Luis Hernández Navarro, La Jornada

A lo largo de la historia, los imperios se han establecido conquistado territorios, mares y aire. Ya no es suficiente. Desde la lógica de las su perpotencias y sus magnates, el futuro será de quien domine el espacio exterior.

Así de claro lo advirtió Donald Trump, en su discurso frente de toma de posesión frente al Monumento al presidente Abraham Lincoln: “Vamos a ir otra vez a la Luna, y plantaremos la bandera de Estados Unidos en Marte pronto”, dijo. En esta apuesta por el porvenir, sobresale el hombre más rico del mundo, Elon Musk. Consejero delegado de la fabricante de automóviles Tesla, fundador de la compañía aeroespacial SpaceX, que, según él, se propone llevar a la humanidad a Marte y garantizar la supervivencia de la especie.

Controla, también, la red social X, la firma de inteligencia artificial xAI y la empresa de túneles Boring Co. Su fortuna se calcula en más de 421 mil millones dólares, según la lista de mutimillonarios de Forbes. Nacido en Pretoria, en 1971, migró de Sudáfrica a los 17 años para eludir el servicio militar. Su visión de la vida está marcada tanto por la mercalodatria como por la ciencia ficción. La primera película que vio, y que influyó en su ensoñación con los viajes interestelares, fue Star Wars: Episodio IV; una nueva esperanza.

jueves, 9 de enero de 2025

Un imperio en decadencia y parasitario

Los británicos, por su arrogancia, siguen pensando que el resto del mundo es una multitud de súbditos. El apoyo servil a los Estados Unidos les garantiza sólo una cierta supervivencia, pero pocos privilegios.

Eduardo Vasco, Strategic Culture

La victoria en la Segunda Guerra Mundial fue el canto del cisne del Imperio Británico. Lo que vimos después fue una decadencia desenfrenada, que sólo evitó tocar fondo porque los británicos se aferraron a los estadounidenses para salvarse. Como resultado, se convirtieron en un apéndice del imperio estadounidense. Esto comenzó con la propia guerra. Antes de ella, los británicos y los estadounidenses competían por los mercados mundiales. En la propia América Latina, la competitividad británica sólo fue superada por los Estados Unidos después del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, la Corona perdió cientos de millones de súbditos con la independencia de unas 50 colonias que se convirtieron en naciones en las tres décadas siguientes.

Hoy, el imperio donde nunca se ponía el sol no es más que nostalgia. Como los británicos son muy arrogantes, siguen pensando que el resto del mundo es una multitud de súbditos. El apoyo servil a los Estados Unidos sólo les garantiza cierta supervivencia, pero pocos privilegios. Cuando Bush invadió y devastó Irak, las empresas británicas se quedaron con la pulpa, cuyo jugo fue consumido por las multinacionales estadounidenses. Pero los sucesores de Tony Blair mantuvieron su política de buitres (aunque la investigación Chilcot dictaminó que su participación en la invasión de Irak era ilegal) y desde hace más de un año bombardean Yemen junto con los estadounidenses, en nombre de la liberación de los mares para la navegación… por parte de los Estados Unidos, que hace tiempo que sustituyeron a Londres como gran potencia marítima.

jueves, 30 de noviembre de 2023

El Imperio Anglo-estadounidense de la Deuda se dirige al colapso, tal como Grecia y Roma en la Antigüedad

En este artículo, el analista Pepe Escobar hace eco del nuevo libro del profesor Michael Hudson, “El colapso de la Antigüedad: Grecia y Roma como punto de inflexión oligárquico de la civilización”, cuya tesis propone demostrar que las prácticas económicas/financieras de la antigua Grecia y Roma -los pilares de la civilización occidental- sentaron las bases de lo que está ocurriendo hoy delante de nuestros ojos: un imperio reducido a una economía rentista, que se derrumba desde dentro. El denominador común de todos y cada uno de los sistemas financieros occidentales es que todo gira en torno a la deuda, que crece inevitablemente gracias al interés compuesto. Pero hay otro denominador común: todo estos imperios han estado dirigidos por las mismas aristocracias de origen cananita, proto-venecianas y anglo-venecianas, que siempre han utilizado el factor “judío” como cortina de humo y operador de sus agendas. Lo bueno es que hay alternativas a todo esto.
En una conferencia en la Universidad Global de China en julio de 2022, el profesor Hudson explicó cómo para salvarse de ser arrastrados por el torbellino de destrucción económica que envuelve a Occidente, los países del núcleo euroasiático están desarrollando nuevas instituciones económicas basadas en una filosofía social y económica alternativa, y una política que es, en muchos sentidos, un retorno a las ideas básicas de resistencia que caracterizaron a la mayor parte de la civilización antes de la Grecia y la Roma clásicas. China, por ejemplo, ha creado un Estado lo suficientemente fuerte como para resistir la aparición de una oligarquía financiera que se haga con el control de la tierra y de los activos rentables. Por el contrario, las economías occidentales actuales están repitiendo el impulso oligárquico que polarizó y destruyó las economías de la Grecia y la Roma clásicas, siendo Estados Unidos el análogo moderno de Roma. Hoy, China, India, Irán y otras economías euroasiáticas han dado el primer paso como condición previa para un mundo multipolar, y la guerra por delegación de la OTAN en Ucrania contra Rusia es el catalizador que está fracturando el mundo en dos esferas opuestas con filosofías económicas incompatibles.


Por Pepe Escobar, mentealternativa

La tesis principal del profesor Hudson es absolutamente devastadora: se propone demostrar que las prácticas económicas/financieras de la antigua Grecia y Roma -los pilares de la civilización occidental- sentaron las bases de lo que está ocurriendo hoy delante de nuestros ojos: un imperio reducido a una economía rentista, que se derrumba desde dentro.

Y eso nos lleva al denominador común de todos y cada uno de los sistemas financieros occidentales: todo gira en torno a la deuda, que crece inevitablemente gracias al interés compuesto.

Ay, ahí está el problema: antes de Grecia y Roma, tuvimos casi 3.000 años de civilizaciones a través de Asia Occidental haciendo exactamente lo contrario.

Todos estos reinos sabían de la importancia de cancelar las deudas. De lo contrario, sus súbditos caerían en la esclavitud, perderían sus tierras a manos de un montón de acreedores ejecutores hipotecarios y éstos, por lo general, intentarían derrocar al poder gobernante.

Aristóteles lo expuso sucintamente: “Bajo la democracia, los acreedores empiezan a hacer préstamos y los deudores no pueden pagar y los acreedores consiguen más y más dinero, y acaban convirtiendo una democracia en una oligarquía, y entonces la oligarquía se hace hereditaria, y tienes una aristocracia”.

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