La coalición CDU/CSU de la canciller Angela Merkel ha obtenido la victoria en las elecciones generales con el 32,9% de los votos, a pesar de haber sufrido una gran caída desde el 41,5% que obtuvo en los anteriores comicios de 2013. El partido socialdemócrata SPD logró el segundo lugar, con el 20,8% de los votos encajando su peor resultado en unas elecciones generales desde el Segunda Guerra Mundial, mientras que el ultraderechista e islamófobo AfD (Alternativa por Alemania) recibió el apoyo de más del 13% de los votantes y se convierte en el primer partido de ultraderecha que accede al Bundestag desde el fin del nazismo, al superar al Partido Liberal (FPD, 10,5%), a los Verdes (Grüne 8,9%) y a La Izquierda (Die Linke, 8,9%). Estos resultados preliminares se traducirán en 218 escaños (-93) de CDU/CSU, 138 diputados (-53) del SPD, 87 parlamentarios (+87) de AfD, 70 (+70) del FDP, 59 (-4) de Grüne y 59 (-5) de Die Linke, según las estimaciones de DPA-Infocom.
Los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD), con Alexander Gauland y Alice Weidel a la cabeza, fueron los grandes triunfadores de la noche electoral, al obtener en torno a un 13 por ciento de los votos e irrumpir por primera vez y como tercera fuerza política en el Parlamento desde su fundación en 2013. Contarán probablemente con 86 o 89 diputados en el parlamento.
Después de que los socialdemócratas, que tuvieron el peor desempeño electoral en su historia, descartaran reeditar la gran coalición con Merkel, sólo se perfila un pacto de Gobierno posible para la canciller: la llamada alianza "Jamaica" (por los colores de las agrupaciones, equivalentes a la bandera de ese país) entre la CDU/CSU, Los Verdes y el Partido Liberal alemán (FDP). Esta alianza es inédita a escala federal pero ya existe en el estado norteño de Schleswig-Holstein. Más allá de las alianzas, el principal desafío para Merkel será la entrada de la ultraderecha al Parlamento por primera vez, lo que constituye un giro en la historia alemana de la posguerra. Alemania, debido a su pasado nazi, fue durante mucho tiempo uno de los pocos países europeos en no haber tenido un movimiento antiinmigrantes, a diferencia de Francia, Holanda o Austria.
Rápidamente, la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, felicitó a AfD por su "histórico resultado electoral". "Este es un nuevo símbolo del despertar de los pueblos europeos", mostró su satisfacción la jefa del Frente Nacional francés a través de Twitter.