El diario Washington Post en una nota que titula “La Elección en Egipto” (The Choise in Egypt) hace un análisis referente a la falta de claridad sobre su salida más adecuada. Define la situación como “inmersa en un juego de suma cero”(1). Dice que empantanados entre la Hermandad Musulmana y los militares les resulta imposible determinar qué es lo más conveniente para los Estados Unidos. De todas formas no es a este aspecto al que quiero referirme. Lo llamativo es el párrafo que dice:
“Los regímenes autoritarios que apoyamos en Corea del Sur, Taiwán, Filipinas, Chile, Brasil, incluso España y Portugal (gobernado por los fascistas hasta mediados de la década de 1970) en tiempo dieron resultados democráticos. El general Augusto Pinochet, después de 16 años de gobierno de hierro cedió a la presión de EE.UU. y permitió elecciones libres que perdió, marcando el comienzo de la era actual de florecimiento democrático de Chile. ¿Cuántas veces comunistas o islamitas han permitido que eso suceda?” (2)