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lunes, 7 de julio de 2025

Trump se desdobla entre su pulsión exterminadora y su yo mesiánico

El análisis de la coyuntura, tras derrumbarse algunos mitos y mentiras, deja varias conclusiones de tipo provisional

Carlos Fazio, La Haine

En sólo tres días, del 21 y 23 de junio, una alocada y frenética sucesión de hechos que incluyó el bombardeo de tres centrales nucleares pacíficas iraníes, puso al mundo al borde de una gran conflagración bélica y culminó con un inestable y transitorio cese al fuego entre Irán y el eje EEUU/Israel que podría derivar en una guerra de desgaste con implicaciones geopolíticas de signo incierto. No obstante -y más allá del reality show protagonizado urbi et orbi por Trump, que incluyó una histriónica campaña de intoxicación propagandística-, el análisis de la coyuntura, tras derrumbarse algunos mitos y mentiras, deja varias conclusiones de tipo provisional.

En particular, que Irán y el régimen de los ayatolás son un hueso duro de roer para la potencia imperial y sus vasallos; el tan cacareado Domo de Hierro que garantizaba la seguridad de Israel resultó un fiasco, y según una evaluación temprana de la Agencia de Inteligencia de Defensa y el Comando Central de EEUU -presuntamente filtrada por Israel y difundida por CNN, NBC News y The New York Times-, los ataques a las instalaciones de Fordo, Natanz e Isfahán no lograron destruir los componentes centrales del programa atómico de Teherán y probablemente solo lo retrasaron seis meses, lo que contradice los categóricos dichos de Trump y el Pentágono de que la operación militar tuvo un "éxito abrumador" y efectos similares a los de... ¡Hiroshima y Nagasaki!

Trump, Netanyahu y la ruptura limpia

El 21 de junio la guerra infinita del Estado imperial dio un nuevo giro. Como adelantó Seymour Hersh dos días antes de los hechos, tras sucumbir a las presiones del Estado profundo (deep state) y ordenar atacar de manera artera e ilegal tres instalaciones nucleares pacíficas de Irán, el presidente Donald Trump escaló la guerra de agresión iniciada, con su consentimiento, por el subimperialismo israelí en Medio Oriente.

sábado, 5 de julio de 2025

Rusia reconoce a los talibanes: ¿Qué otros países pueden seguir su ejemplo?

Desde China hasta Irán, varios países han estado en contacto con los talibanes. Ambos países podrían ser los siguientes.
El embajador ruso en Afganistan Dmitry Zhirnov y el ministro de Asuntos Exteriores de Afganistan Amir Khan Muttaqi, este jueves en Kabul

Sarah Shamim, Al Jazeera

Rusia se ha convertido en el primer país en aceptar al gobierno talibán en Afganistán desde que el grupo tomó el poder en 2021, tras años de compromiso más silencioso y marcando un giro dramático respecto de las profundas hostilidades que marcaron sus vínculos durante el primer período del grupo en el poder.

Desde que los talibanes irrumpieron en Kabul en agosto de hace cuatro años, arrebatando el poder al entonces presidente Ashraf Ghani, varias naciones, incluidas algunas que históricamente los han considerado enemigos, han tendido un puente con ellos. Sin embargo, hasta el jueves, nadie los había reconocido formalmente.

Entonces, ¿qué hizo exactamente Rusia? ¿La acción de Moscú allanará el camino para que otros también inicien relaciones diplomáticas plenas con los talibanes?

¿Qué dijo Rusia?

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia publicó un comunicado diciendo que el reconocimiento por parte de Moscú del gobierno talibán allanará el camino para la cooperación bilateral con Afganistán.
“Creemos que el acto de reconocimiento oficial del gobierno del Emirato Islámico de Afganistán dará impulso al desarrollo de una cooperación bilateral fructífera entre nuestros países en diversos campos”, señala el comunicado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que buscará cooperación en energía, transporte, agricultura e infraestructura.

jueves, 3 de julio de 2025

El capitalismo financiero es más peligroso que nunca

Se suponía que la crisis de 2008 auguraba el fin del capitalismo financiero ultraespeculativo. Sin embargo, los actores financieros salieron fortalecidos y el capital ficticio supone una amenaza mayor que nunca para la estabilidad económica mundial

Matthias Schmelzer, Jacobin

El texto que sigue es un fragmento adaptado de Freedom for Capital, Not People: The Mont Pèlerin Society and the Origins of the Neoliberal Monetary Order, disponible en Verso Books.

Algunos autores tomaron el período posterior a la crisis del capitalismo financiero de 2008 como el «fin del neoliberalismo» o el advenimiento del «pos-neoliberalismo». Otros lo describieron como una versión «mutante» o «zombi» de un neoliberalismo que, en realidad, está «medio muerto, medio vivo».

En una era de creciente proteccionismo, ideología de derecha y desglobalización, las ideologías neoliberales sin duda sufrieron un revés. Pero también se rearticularon forjando nuevas alianzas y adoptando formas novedosas. Cabe destacar tres dimensiones de la coyuntura actual.

La política del dinero

Hoy, como en la década de 1960, hay un enorme interés por la forma que adopta el dinero como factor central en la política y la vida social. La política monetaria es hoy más que nunca una cuestión política que interpela directamente incluso a quienes no se interesan por sus arcanos. Hay motivos para pensar que el sistema global de dinero y finanzas se está acercando a un umbral disruptivo de importancia histórica, con el potencial de transformar la manera en que las sociedades invierten, se aseguran y comercian.

miércoles, 2 de julio de 2025

El plan de Trump para restaurar el dominio financiero de EEUU

Detrás del aparente caos de la política arancelaria de Trump hay un plan coherente para reiniciar lo que Peter Gowan denominó el «régimen del dólar-Wall Street». Su objetivo es fortalecer el poder de EEUU en torno a los oligarcas digitales de alta tecnología

Vassilis Fouskas, Jacobin

Dejando de lado la política cultural, MAGA (Make America Great Again) es un proyecto conservador-nacionalista coherente en todos los sentidos. Su objetivo principal es restaurar algunas variables interconectadas que se establecieron tras el fin del sistema de Bretton Woods en 1971.

MAGA busca mantener la centralidad del Poder Ejecutivo estadounidense en la política mundial a través de acuerdos de tipo «hub and spoke» (modelo de centro y radios), junto con la primacía indiscutida del dólar y de la Reserva Federal en los mercados de divisas y en el sistema monetario internacional, reciclando los excedentes globales hacia el propio Estados Unidos a través de bonos del Tesoro.

El proyecto también pretende mantener el poder offshore de Wall Street, garantizando operaciones financieras transfronterizas ilimitadas y subordinando a los sectores productivos de los Estados vasallos a los Estados Unidos. Este conjunto integrado es lo que el difunto Peter Gowan, en su premiado libro de 1999 The Global Gamble, denominó el régimen del dólar-Wall Street (DWSR, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, las fuerzas históricas estructurales, junto con la incompetencia de los actores liberales y neoconservadores, provocaron la desintegración del DWSR, especialmente desde la crisis financiera mundial de 2007-2008. Al examinar más detenidamente las razones que subyacen a esta desintegración, podemos hacernos una idea más clara del éxito que puede tener el proyecto MAGA.

La guerra contra Irán es una lucha por el control unipolar del mundo por parte de EEUU

Michael Hudson explica cómo la guerra pretende impedir que los países se separen del control unipolar de EEUU y la hegemonía del dólar, y perturbar la integración euroasiática con China y Rusia
Michael Hudson, The Unz Review

Los detractores de la guerra con Irán afirman que esta no beneficia a los intereses estadounidenses, ya que Irán no representa ninguna amenaza visible para EEUU.

Este llamamiento a la razón pasa por alto la lógica neoconservadora que ha guiado la política exterior estadounidense durante más de medio siglo y que ahora amenaza con sumir a Oriente Medio en la guerra más violenta desde la de Corea.

Esa lógica es tan agresiva, tan repugnante para la mayoría de las personas, tan contraria a los principios básicos del derecho internacional, las Naciones Unidas y la Constitución de los EEUU, que es comprensible la timidez de los autores de esta estrategia a la hora de explicar lo que está en juego.

Lo que está en juego es el intento de EEUU de controlar Oriente Medio y su petróleo como pilar de su poder económico, y de impedir que otros países avancen hacia la creación de su propia autonomía respecto al orden neoliberal centrado en EEUU y administrado por el FMI, el Banco Mundial y otras instituciones para reforzar el poder unipolar estadounidense.

En la década de 1970 se debatió mucho sobre la creación de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI). Los estrategas estadounidenses lo consideraron una amenaza y, dado que mi libro 'Superimperialismo' fue utilizado irónicamente como una especie de libro de texto por el Gobierno, me invitaron a comentar cómo creía que los países se liberarían del control estadounidense.

Yo trabajaba en el Instituto Hudson con Herman Kahn y, en 1974 o 1975, él me llevó a participar en un debate sobre estrategia militar en el que se discutían los planes que ya se estaban elaborando en ese momento para derrocar a Irán y dividirlo en partes étnicas.

Herman consideró que el punto más débil era Baluchistán, en la frontera de Irán con Pakistán. Los kurdos, los tayikos y los azeríes turcos eran otras etnias que se iban a enfrentar entre sí, lo que daría a la diplomacia estadounidense una dictadura cliente potencial clave para remodelar la orientación política tanto de Irán como de Pakistán si fuera necesario.

Tres décadas más tarde, en 2003, el general Wesley Clark señaló a Irán como la piedra angular de los siete países que EEUU necesitaba controlar para dominar Oriente Medio, empezando por Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia y Sudán, y culminando en Irán.

martes, 1 de julio de 2025

¿Qué significa ganar?

…igual de preocupante es lo alejado que el equipo de Trump ha demostrado estar, en una serie de casos, de la realidad geopolítica en sus valoraciones de la situación. Las luces amarillas parpadean en muchas capitales del mundo

Alastair Crooke, Strategic Culture

Desde cierto punto de vista, Irán ha “ganado” claramente. Trump habría querido ser aclamado por una espléndida “victoria” al estilo de los reality shows.

El ataque del domingo 22 de junio contra tres instalaciones nucleares fue proclamado a bombo y platillo por Trump y Hegseth como tal: habían ‘aniquilado’ el programa de enriquecimiento nuclear iraní, afirmaron. ‘Destruido por completo’, insisten.

Solo que… no lo han conseguido: el ataque causó daños superficiales, tal vez. Y, al parecer, fue coordinado de antemano con Irán a través de intermediarios, para que fuera una operación ‘única’.

Este es un patrón habitual de Trump (coordinación previa). Fue el método utilizado en Siria, Yemen e incluso con el asesinato de Qasem Soleimani por parte de Trump, todo ello con el fin de garantizar a Trump una rápida ‘victoria’ mediática.

El llamado ‘alto el fuego’ que siguió rápidamente a los ataques estadounidenses, aunque no estuvo exento de contratiempos, fue una “cesación de hostilidades” orquestada a toda prisa (y no un alto el fuego, ya que no se acordaron condiciones).

Fue un “parche”. Esto significa que el estancamiento de las negociaciones entre Irán y Witkoff sigue sin resolverse.

El Líder Supremo ha expresado con firmeza la posición de Irán: “No hay rendición”; el enriquecimiento continúa; y Estados Unidos debe abandonar la región y no interferir en los asuntos iraníes.

lunes, 23 de junio de 2025

Las consecuencias económicas de la agresión de Israel

Más conflicto significa estancamiento económico, caos climático y mayores beneficios para los fabricantes de armas y la industria de los combustibles fósiles

Grace Blakeley, Sin Permiso

Israel es un Estado delincuente. Ha violado repetidamente el derecho internacional a lo largo de su genocidio en Gaza y ahora ha iniciado agresivamente otro conflicto con su vecino.

Nadie cree que Israel haya atacado Irán porque este país tenga una bomba nuclear, del mismo modo que los principales partidarios de Israel no invadieron Irak por temor a las «armas de destrucción masiva». Israel ha atacado Irán porque se ha convertido en una fuerza militar con una nación a sus espaldas, una economía que gira en torno al conflicto constante y un líder que es consciente de que no sobrevivirá a la paz.

Mientras tanto, los líderes occidentales se alinean para apoyar a Netanyahu, con la misma obediencia con la que Vladimir Putin y Xi Jinping se alinean para apoyar a Kim Jong Un. Su apoyo se produce a pesar de que este conflicto va a ser desastroso para la economía mundial y puede acabar echando por tierra las vías económicas que han intentado forjar para sus propios países.

Capitalismo de los combustibles fósiles

A principios de este año, muchos economistas pronosticaban que 2025 sería un año de caída de los precios del petróleo. La creciente probabilidad de recesión en muchas economías apuntaba a una probable caída de la demanda de petróleo, mientras que las relaciones cada vez más tensas entre los miembros de la OPEP hacían presagiar que la oferta podría ser menos restrictiva. La caída de los precios del petróleo habría sido una buena noticia para los consumidores occidentales que aún se enfrentan a las consecuencias de la crisis del coste de la vida, y una mala noticia para el régimen de Putin, que depende de los altos precios del petróleo para financiar su desastrosa guerra en Ucrania.

viernes, 20 de junio de 2025

El bombardeo de Teherán, o el suicidio de Occidente

Gaza agoniza, y con ella las mujeres de Teherán. ¡Cuánto dolor inocente e inútil! Israel y Occidente se sienten amenazados existencialmente por una bomba inexistente, mientras contribuyen al incendio de la única amenaza que los seguirá agobiando durante años y años. Se llama terrorismo: la reacción inevitable de los hijos de esas mujeres que estamos atrapando con el pretexto de salvarlas, de todos aquellos que lo han perdido todo en Gaza. De todas estas víctimas, solo quedará el recuerdo, y ninguna arma inteligente de Israel podrá borrarlo

Sergio Labate, Volere la Luna

En Gaza, la gente sigue muriendo. Y mientras Gaza agoniza, tenemos algo más con lo que llenar nuestras redes sociales: la bomba atómica de Irán, esta gigantesca "amenaza existencial" para Israel y para todos nosotros. Que, de hecho, como todos saben, no existe y se coloca junto, como arma propagandística, a la "amenaza existencial" de Putin, quien ya está listo para invadir Lisboa. Un arma de destrucción masiva transformada en un arma de distracción masiva.

Ahora bien, aquí también vale la pena señalar lo obvio: no siento ninguna simpatía por el régimen iraní ni tengo intención de defenderlo. Sin embargo, me gustaría ceñirme a los hechos. Son muy simples: Irán tiene un programa nuclear en marcha, cuyo fin —admitiendo las peores intenciones— no solo está por llegar, sino que se ve frenado por estrictos controles de terceros y organizaciones internacionales (volveremos sobre esto). Israel posee un arsenal atómico exhibido y probado que, sin embargo, se encuentra pública y descaradamente fuera de cualquier control.

Cualquiera que lea estas líneas y se deje adoctrinar por los guardianes del poder (genitivo subjetivo) —los diversos Bocchino, Mieli, Meloni, Crosetto, Picierno, Fassino— dirá que se trata de un punto de vista ideológico. Pues bien, este es precisamente el punto que hay que reivindicar en la era de la posverdad. Estos hechos no son una perspectiva subjetiva de las cosas, sino las cosas tal como son, nada más y nada menos.

La diferencia entre Bocchino y yo es muy simple: soy fiel a la verdad. Así pues, basándonos en los hechos y en lo que respecta a las "amenazas existenciales", nos encontramos ante una escena en la que una persona con un arma en la mano ataca a otra que no podrá usar el arma —suponiendo que la tenga— durante mucho tiempo. Y la justificación de su ataque es que tener un arma en la mano constituye una "amenaza existencial". ¿Cómo no estar de acuerdo en observar esto con atención? Israel es, a estas alturas, una amenaza existencial para todos.

Irán es ahora la primera línea de defensa de los BRICS y del Sur Global

A los gritos de alegría en todo el mundo islámico se suma el enorme trauma psicológico infligido a Israel. El mito de la invencibilidad israelí ha sido definitivamente destrozado

Pepe Escobar, The Unz Review

La guerra de Israel contra Irán es lo más serio que puede pasar. Analicemos el tablero de ajedrez, desde lo micro hasta lo macro.
La sombra que llora en la danza fúnebre,
el sonoro lamento de la quimera desconsolada
TS Eliot, Burnt Norton
La estrategia de Israel para conmocionar a Irán -directamente del manual de estrategias estadounidenses- fracasó esencialmente, a pesar de la combinación inicial de velocidad, meticulosa planificación militar y el elemento sorpresa, incluyendo el hackeo de las comunicaciones electrónicas iraníes dentro de la red militar; la decapitación de parte de la nomenclatura vertical del CGRI; el manual de estrategias para ataques con drones en forma de telaraña; y el bombardeo -finalmente ineficaz- de nodos clave de la infraestructura nuclear iraní.

Los técnicos iraníes de alto nivel tardaron horas en recuperar su red. Y una vez que eso sucedió, la situación empezó a cambiar, hasta el punto de que, tras una serie de ráfagas de misiles en plena noche del domingo, el CGRI anunció su capacidad para interrumpir gravemente los sistemas de mando y control de Israel mediante «inteligencia mejorada», rompiendo así la Cúpula de Hierro (más bien Cúpula de Papel).

Nodos de infraestructura absolutamente clave en Tel Aviv y Haifa han sido destruidos, desde el complejo de fabricación de armas Rafael (especializado en misiles, drones, ciberguerra y componentes de la Cúpula de Hierro) hasta la central eléctrica y la refinería de petróleo de Haifa. Esto es histórico en más de un sentido.

A los gritos de alegría en todo el mundo islámico se suma el enorme trauma psicológico infligido a Israel. El mito de la invencibilidad israelí ha sido definitivamente destrozado. Desatar el infierno desde arriba, asesinar mujeres y niños y dar vueltas como si no hubiera un mañana no gana una guerra contra un oponente real.

miércoles, 18 de junio de 2025

¿Se está desmoronando el Proyecto Trump?

La confianza lo es todo. Y ese "capital" se está erosionando rápidamente

Alastair Crooke, Strategic Culture

El conflicto entre Musk y Trump (al menos por ahora) tiene un marcado carácter televisivo. Pero no se dejen engañar por el contenido de entretenimiento. La disputa ilustra una contradicción fundamental en el corazón de la coalición MAGA. Es muy posible que esta contradicción surja en algún momento y acabe desencadenando la lenta decadencia del Proyecto Trump.

Un momento crucial en las últimas elecciones estadounidenses fue el cambio de los oligarcas tecnológicos ultrarricos de Silicon Valley, que dejaron de apoyar a los demócratas para apoyar a Trump. Esto trajo consigo dinero y el potencial premio deslumbrante de que Estados Unidos se hiciera con el monopolio del almacenamiento global de datos, la IA y lo que Yanis Varoufakis llama "capital de la nube": la supuesta capacidad de obtener rentas (es decir, tarifas) por el acceso al supuesto acervo masivo de datos de Estados Unidos y a las plataformas asociadas de las grandes tecnológicas. Se creía que dicho monopolio de datos otorgaría a Estados Unidos la capacidad de manipular la forma de pensar del mundo y de definir los productos y las plataformas consideradas "de moda".

La idea también era que un monopolio sobre los centros de datos podría ser potencialmente tan lucrativo como el monopolio estadounidense del dólar usado como principal moneda comercial, lo que podría generar importantes entradas de capital para compensar la deuda.

Sin embargo, la cualidad explosiva de una coalición de oligarcas tecnológicos con los populistas MAGA es que ambas facciones tienen visiones irreconciliables, tanto para lidiar con la crisis de deuda estructural de Estados Unidos como para el futuro cultural del país.

lunes, 16 de junio de 2025

El eje imperialista y la guerra contra Irán

El eje imperialista del sionismo genocida, la OTAN expansionista y la guerra neocolonial contra Irán en la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos


Alex A. Chamán Portugal, Inmediaciones.org

La guerra actual del régimen sionista y genocida de Israel contra Irán no es un evento aislado, sino la expresión más reciente de un proyecto expansionista que, desde hace siglos, busca someter a las naciones oprimidas. Con el respaldo político y militar del perverso imperialismo estadounidense, la complicidad política de la vasalla Unión Europea y el apoyo logístico de la siniestra OTAN, Israel ha operado como un Estado genocida y expansionista, perpetuando masacres en Palestina, Líbano, Siria y Yemen. Este ensayo analiza la agresión contra Irán como parte de una estrategia neocolonial, donde la OTAN actúa como brazo armado del capitalismo decadente de Estados Unidos en alianza con la mayor parte de Europa para garantizar la dominación geopolítica. Este eje de poder —integrado por el sionismo criminal, el genocida imperialismo estadounidense y la terrorista alianza atlántica— sostiene un sistema de violencia estructural que solamente puede ser derrotado mediante la resistencia organizada de los pueblos oprimidos.

1. Israel es un enclave colonial y herramienta del imperialismo

La fundación de Israel en 1948 implicó la cruel expulsión colonial de más de 750,000 palestinos (Nakba), un crimen que prosigue hoy con la ocupación, destrucción y masacres contra Gaza y Cisjordania, calificado por la ONU como apartheid (ESCWA, 2017). La doctrina militar del sionismo terrorista se basa en la «disuasión por terror» (Chomsky, 2002), constantes bombardeos y aniquilaciones civiles en Líbano, asesinando impunemente científicos en Irán, atacando infraestructuras civiles en Siria hasta ocupar vastos territorios y destruís infraestructura estratégica en Yemen. Israel no es un Estado «democrático», sino un proxy de EE.UU. y la OTAN en el denominado Medio Oriente, cuyo objetivo es fragmentar la región para controlar sus recursos (Petras, 2015). El régimen sionista israelí es un enclave del imperialismo yanqui y sus socios.

domingo, 15 de junio de 2025

Israel inició una guerra con Irán, pero no sabe cómo terminará

El ataque de Israel contra Irán comenzó como una campaña contra su programa nuclear, pero ya ha comenzado a transformarse en algo mucho más arriesgado: un cambio de régimen. Su estrategia se basa en una profunda participación estadounidense, pero las líneas divisorias entre ambos ya son visibles

Abdaljawad Omar, Mondoweiss

La guerra entre Israel e Irán marca la culminación de décadas de enfrentamientos entre Teherán y Tel Aviv. Esta guerra, que durante mucho tiempo ha ocultado su negación, se ha manifestado en asesinatos, operaciones cibernéticas y diversas formas de enredos desde Damasco hasta el Mar Rojo. Sus reglas no estaban escritas, pero eran ampliamente comprendidas: escalada sin ruptura total. Pero ahora se está desplegando en un sorpresivo ataque militar y de inteligencia israelí, que fue respondido con una posterior represalia iraní contra instalaciones militares e infraestructura estratégica israelíes.

Si bien la capacidad de Israel para apuntar con precisión —sus asesinatos de científicos nucleares,la muerte de comandantes iraníes y sus ataques a sitios de enriquecimiento— rara vez ha estado en duda, su horizonte estratégico más amplio sigue visiblemente borroso.

Los comunicados oficiales israelíes insinúan, con una ambigüedad ritual, el uso de un lenguaje de victoria y de negación de la capacidad nuclear de Irán, pero la ambición subyacente parece a la vez más elusiva y más grandiosa: la ejecución de un golpe tan decisivo que no sólo paralizaría el programa nuclear de Irán, sino que fracturaría por completo la resolución política de la República Islámica.

Sin embargo, esto está lejos de hacerse realidad. Las instalaciones subterráneas de Irán permanecen intactas, y su programa de enriquecimiento, lejos de estar estancado, parece ahora envalentonado ideológica y políticamente. Las dudas sobre la adquisición de armas nucleares probablemente serán revisadas. Irán, si bien sufrió un golpe directo que paralizó su cadena de mando y lo puso a la defensiva, logró recuperarse y lanzar varias andanadas de misiles balísticos contra Israel.

Y, sin embargo, tras esta coreografía israelí de tenacidad operativa se esconde una lógica más discreta y oculta. No es solo a Irán a quien Israel pretende provocar, sino también a Estados Unidos. Si Israel no puede destruir Natanz o Fordow por sí solo, aún podría lograr crear las condiciones bajo las cuales Washington se sienta obligado a actuar en su lugar. Esta, quizás, sea la verdadera táctica: no una confrontación directa con Irán, sino la creación de un ambiente de urgencia y provocación que haga que la intervención estadounidense, como mínimo, sea una posibilidad. En otras palabras, el teatro militar de Israel es una trampa para Estados Unidos.

lunes, 9 de junio de 2025

Europa se aferra al statu quo de un mundo que ya no existe

La UE se ha convertido en un club de élites afines, unidas en apariencia pero movidas por la rivalidad y el interés propio

F. Andrew Wolf, Jr., The European Conservative

El rasgo distintivo de Europa Occidental hoy no es la unidad y fortaleza prometidas por sus fundadores, sino la obstinada ausencia de visión de futuro. Mientras Estados Unidos, China, Rusia e India construyen activamente su porvenir a largo plazo, Europa Occidental permanece anclada en la nostalgia. Sus políticos se aferran a soluciones del pasado. La agenda continental parece tener un único objetivo: preservar el statu quo de un mundo desaparecido.

La mentalidad retrógrada del liderazgo europeo ha convertido esta “unión” en un enclave de élites afines que compiten por influencia mientras se sabotean en privado. Concebida como fuerza geopolítica unificada, la UE se ha reducido a un club de intereses cínicos que perpetúa el dominio de unos pocos.

Alemania lucha por mantener su hegemonía económica, asegurando a Washington que es el único socio transatlántico confiable. Francia, expulsada de sus antiguas colonias africanas, compensa exhibiendo su arsenal nuclear sobre Europa. Reino Unido, antes reacio, ahora coquetea con reintegrarse al proyecto europeo. Los países más pequeños comprenden su papel de peones en el tablero geopolítico.

Bruselas se ha convertido en escenario de teatro burocrático. Figuras como Von der Leyen y Kallas pronuncian discursos grandilocuentes carentes de sustento real. La pantomima de unidad europea se revela cada vez más hueca.

martes, 3 de junio de 2025

¿Quiere Putin restaurar la URSS?

Los debates en el Foro Jurídico Internacional de San Petersburgo provocaron una tensión histérica entre liberales, neoconservadores y partidarios de Ucrania

Rafael Machado, Strategic Culture

Los debates en el Foro Jurídico Internacional de San Petersburgo provocaron una tensión histérica entre liberales, neoconservadores y partidarios de Ucrania. Según ellos, Putin está lanzando una ofensiva destinada a "restaurar la URSS" de un plumazo.

El quid de la cuestión reside en los comentarios de Antón Kobiakov, asesor del Kremlin, durante el mencionado Foro. Argumentó que la disolución de la URSS se produjo de forma turbia, sin cumplir los requisitos legales básicos, como la legitimidad activa. Kobiakov sostiene que, dado que la URSS fue creada en 1922 por el Congreso de los Sóviets (o Congreso de los Diputados del Pueblo), entidad posteriormente disuelta y reemplazada, habría sido necesario volver a convocar el organismo (mediante elecciones) para denunciar el tratado que la estableció y disolver la Unión.

Dado que esto no se hizo, Kobyakov afirma que, legalmente hablando, la URSS se encuentra en un limbo, sin haber dejado nunca de existir de iure . En este contexto específico, incluso podría argumentarse que la crisis ucraniana es un asunto interno de la URSS y no un acontecimiento de derecho internacional.

La discusión es, por supuesto, formalista, como la mayoría de los debates en congresos jurídicos. Kobyakov es, sin duda, un intelectual respetado y experto en los círculos oficiales rusos, pero no dicta la política ni su declaración pretendía crear un objetivo político. Al contrario, reconoció que era innegable que la URSS había dejado de existir políticamente.

sábado, 31 de mayo de 2025

Yemen es una pesadilla para Israel y las empresas energéticas occidentales

El bloqueo a Haifa marca un punto de inflexión debido a que, por primera vez, Tel Aviv enfrenta presión energética directa desde Yemen
El estrecho de Bab el Mandeb conecta el mar Rojo con el golfo de Adén y es una de las rutas más transitadas por el comercio internacional

Eder Peña, Misión Verdad

El pasado 20 de mayo, las fuerzas Ansarolá de Yemen anunciaron la imposición de un bloqueo naval al puerto de Haifa, en Palestina ocupada, como respuesta a la genocida agresión israelí contra la Franja de Gaza.

La presión militar yemení logró afectar al puerto de Umm al-Rashrash, también conocido como Eilat, que cesó sus operaciones desde que comenzara la última escalada en 2024.

Estas acciones se unen a un importante y extenso registro de acciones desde Yemen, contra embarcaciones en el Mar Rojo e instalaciones aéreas y portuarias en territorio palestino ocupado, imponiendo una nueva simetría regional.

Los yemeníes han desplegado misiles de tipo balístico, crucero y hasta hipersónicos, así como una extensa nueva generación de drones artillados y kamikazes aéreos y marítimos. Lo han logrado con base en tecnologías y apoyo técnico ofrecido por Irán. Esto ha cambiado las facultades de Yemen para interactuar en diversos planos, alterando las condiciones militares en su área de incidencia, en tierra, mar y aire.

Las acciones acumuladas de los hutíes yemenitas durante estos años han impuesto un cambio significativo en la logística comercial del Estado israelí, afectando ciertas operaciones. Pero el amplio espectro de acciones se ha colateralizado sobre el difícil contexto energético internacional, haciendo del Mar Rojo un gran factor de atención para intereses occidentales.

viernes, 30 de mayo de 2025

¿Qué viene después de la globalización?

El mundo tal y como lo conocemos es producto de la globalización, y esta era podría estar llegando a su fin.

Branko Milanovic, Jacobin

Donald Trump ha vuelto al poder y, por decirlo suavemente, no es precisamente un fanático de la globalización. El presidente estadounidense afirma su patriotismo declarando públicamente su rechazo a un «globalismo» que, en sus palabras, «ha dejado a millones y millones de nuestros trabajadores sin nada más que pobreza y dolor». Para comprender mejor la era actual de la globalización a la que pretende poner fin y su trayectoria, resulta útil compararla con la globalización que tuvo lugar entre 1870 y el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Ambas globalizaciones representan períodos cruciales, años decisivos que dieron forma al mundo actual. Y ambas fueron testigo de la mayor expansión de la producción económica mundial hasta la fecha.

Sin embargo, también fueron muy diferentes en muchos aspectos. La primera globalización estuvo asociada al colonialismo y al dominio hegemónico de Gran Bretaña. Condujo a un gran aumento de la renta per cápita en lo que más tarde se conocería como el «mundo desarrollado». Al mismo tiempo, provocó el estancamiento en el resto del planeta e incluso la disminución de los ingresos en China y África. Las cifras más recientes de la base de datos de estadísticas históricas del Proyecto Maddison muestran que el aumento acumulado del PIB real (ajustado a la inflación) per cápita del Reino Unido entre 1870 y 1910 fue del 35%, mientras que el PIB per cápita se duplicó en Estados Unidos durante el mismo período. Sin embargo, el PIB per cápita de China disminuyó un 4%, y el de la India solo aumentó ligeramente, un 16%. Este tipo particular de desarrollo creó lo que más tarde se conoció como el Tercer Mundo y reforzó las diferencias en los ingresos medios de los países de Occidente y el resto.

Desde el punto de vista de la desigualdad mundial, que es en gran medida un reflejo de estos hechos, la «Globalización I» produjo un aumento de la desigualdad, ya que las zonas ya ricas crecieron más rápidamente y las más pobres se estancaron o incluso retrocedieron.

lunes, 26 de mayo de 2025

¿Keynesianismo militar?


Robert Skidelsky, Substack

Nota: John Maynard Keynes creía que los gobiernos debían incurrir en déficit fiscal cuando fuera necesario para estimular el crecimiento y el empleo. La sabiduría económica contemporánea insiste en equilibrar el presupuesto, excepto en un caso: el gasto militar. Hoy en día, los gobiernos se apresuran a romper sus «reglas fiscales» en respuesta a la llamada «amenaza rusa».

Como señaló recientemente John Lanchester (LRB, 27 de abril de 2025), «por poco dinero que haya para cualquier otra cosa, siempre hay suficiente para una guerra». Los fracasos de la economía neoliberal amenazan con todo tipo de reacciones políticas, algunas de las cuales ya se han visto en el giro nacionalista de las relaciones internacionales. El «keynesianismo militar» es una tentadora salida al impasse político, ya que proporciona una justificación geopolítica a medidas económicas que serían rechazadas por motivos económicos neoliberales.

El gasto público en obras públicas se remonta a mucho antes de que John Maynard Keynes apareciera para proporcionarle una base científica. Como señaló Keynes con sarcasmo: «La construcción de pirámides, los terremotos e incluso las guerras pueden servir para aumentar la riqueza, si la educación de nuestros estadistas en los principios de la economía clásica se interpone en el camino de algo mejor». Dado que la educación de los políticos contemporáneos ha retrocedido aproximadamente al nivel de la época de Keynes, el keynesianismo militar ofrecerá a los gobiernos una forma cada vez más tentadora de combinar la economía del pleno empleo con la retórica de la seguridad nacional.

sábado, 24 de mayo de 2025

Lo viejo funciona: el marxismo y la crisis

Si lo que queremos es apretar el freno de emergencia que evite que el tren desbocado del capitalismo nos lleve al desastre, no podemos conformarnos con cambiar patrones insensibles por patrones con sensibilidad, ni gobiernos malos por gobiernos menos malos. El asunto es abolir las relaciones capitalistas de producción.

Ariel Petruccelli, Jacobin

«Hoy en día, el argumento más fuerte contra el capitalismo es la combinación de crisis ecológica y polarización social que está engendrando»
—Perry Anderson, Los fines de la historia, 1992

Explicaciones de la crisis

La necesaria autolimitación humana, indispensable para afrontar los desafíos ecosociales que enfrentamos, depende de entender las causas del dinamismo ciego que está agotando los recursos, destruyendo los suelos, extinguiendo especies, contaminando el ambiente, cambiando el clima, alienando a las personas. ¿Su motor es sustancialmente una filosofía equivocada, una episteme perniciosa, una cosmovisión inadecuada o una narrativa errada, como creen pensadores decoloniales como Walter Mignolo o escritoras como Naomi Klein? ¿Se trata más bien de la técnica o de la industria en sí mismas, como pensaban Lewis Mumford o Martin Heidegger? ¿Es la consecuencia del patriarcado, obnubilado en el dominio de las mujeres y de la naturaleza, como creen algunas ecofeministas? ¿O es un subproducto de la blanquitud y del colonialismo, como sostienen muchas corrientes anti-racistas?

Mi respuesta, clásicamente marxista, es que la fuerza tras este desarrollo desquiciado es el capitalismo[1]. Se pueden ofrecer distintos argumentos en favor de esta tesis y en contra de las restantes (y también cuestionar la hipótesis de una fusión no jerarquizada de todas o varias de ellas). Veamos. Sociedades patriarcales, racistas y coloniales las ha habido de todos los tipos y a lo largo de siglos, si no de milenios. Pero ninguna de ellas desató el tipo y el ritmo de crecimiento económico autosostenido que caracteriza a las sociedades capitalistas.

Ni el racismo, ni el colonialismo, ni el patriarcado parecen explicar el alocado dinamismo, la tendencia a la innovación permanente, que caracteriza a las sociedades contemporáneas y que amenaza, a esta altura, con destruirlas. Podría ser plausible apelar a una ideología en particular, desprendiéndonos de la cual todo marcharía sobre ruedas. Pero además de que este tipo de explicación es clásicamente «idealista», para decirlo un tanto burdamente, la objeción fundamental a la misma es empírica más que teórica: el capitalismo se ha mostrado compatible con las ideologías y las religiones más diversas, y allí donde se implanta encuentra las maneras de que todas las tradiciones culturales, religiosas y doctrinarias se amolden a él.

India y Pakistán: La amenaza bélica como estrategia

Los gobiernos de la India y de Pakistán se alejaron del abismo bélico en Cachemira porque ninguno puede permitirse una guerra a gran escala. Pero la retórica bélica y el clima de nacionalismo estridente ayudó a ambos gobiernos a hacerle frente a sus problemas internos.

Farooq Sulehria y Sushovan Dhar, Jacobin

El conflicto armado entre India y Pakistán supuso una amenaza importante para el subcontinente. Habría sido una guerra que ningún país podía permitirse. El 10 de mayo, el presidente estadounidense Donald Trump negoció, según se informó, un alto el fuego inicial entre ambas partes.

Este anuncio fue seguido de una reunión de los directores generales de operaciones militares (DGMOs) el 12 de mayo, durante la cual ambas partes acordaron mantener su compromiso de no emprender acciones agresivas u hostiles. Además, la India y Pakistán «considerarían medidas inmediatas para garantizar la reducción de tropas».

El actual acuerdo de paz puede parecer frágil, especialmente con una nueva ronda de gestos por parte del primer ministro indio, Narendra Modi, y su homólogo pakistaní, Shehbaz Sharif. No obstante, cualquier distensión bélica es claramente bienvenida en aras de la estabilidad y la paz regionales. Parece improbable que cualquiera de las partes pueda lograr una victoria decisiva, lo que probablemente arrastraría a la región a un período de crisis e incertidumbre prolongadas.

Tambores de guerra

Todo comenzó el 7 de mayo, cuando la Fuerza Aérea India llevó a cabo una serie de ataques aéreos contra objetivos en Pakistán y en la zona de Cachemira, administrada por Pakistán. Esta ofensiva recibió el nombre en clave de «Operación Sindoor». La agresión militar fue provocada por un ataque mortal contra turistas en Pahalgam, Cachemira, el 22 de abril, que causó la muerte de veintiséis civiles.

jueves, 22 de mayo de 2025

El falso dilema entre proteccionismo y libre comercio

La política arancelaria del segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos representa una reconfiguración del comercio global y plantea serios desafíos para los movimientos contra los tratados de libre comercio en todo el mundo.

Luciana Ghiotto, Jacobin

El segundo gobierno de Donald Trump parece haber modificado el tablero del comercio global. La administración trumpista puso el foco en el libre comercio porque lo entiende como una práctica que ha dañado la hegemonía de Estados Unidos al generar desbalances comerciales con sus socios (especialmente China). Desde esa perspectiva, los altos aranceles podrían ayudar a recuperar parte del poderío industrial y económico perdido con la globalización. «La palabra más bonita del diccionario es arancel», decía Trump en 2024, y desde su asunción en enero hemos entendido que no estaba exagerando.

En este artículo nos proponemos examinar las políticas arancelarias de Trump desde una perspectiva crítica, trascendiendo las interpretaciones predominantes que las presentan como una ruptura radical con el orden económico global previo. Nuestra investigación se estructura en torno a tres objetivos fundamentales. Primero, desarrollar un análisis riguroso sobre la naturaleza, alcance e historicidad de las transformaciones generadas por las políticas arancelarias trumpistas, situándolas en la trayectoria más amplia de las relaciones entre Estado y capital en el capitalismo contemporáneo.

Segundo, problematizar críticamente la concepción dominante del «libre comercio», interrogando si las políticas proteccionistas actuales representan una verdadera ruptura con el paradigma librecambista o si constituyen, más bien, una reconfiguración de los mecanismos de acumulación dentro de la misma lógica sistémica. Tercero, examinar las implicaciones de estas transformaciones para los movimientos sociales que han articulado sus estrategias en torno a la crítica del libre comercio durante las últimas tres décadas, evaluando los desafíos que este nuevo escenario plantea para sus marcos interpretativos y prácticas políticas.

Sostenemos que una lectura crítica del momento actual resulta fundamental para repensar las estrategias de los movimientos sociales, particularmente en lo que respecta a su relación con los Estados nacionales y a las formas de construir solidaridades transnacionales efectivas. Las transformaciones en curso exigen reconsiderar tanto los sujetos políticos protagonistas de las resistencias como las escalas en que estas deben articularse para confrontar un sistema cuyas contradicciones se manifiestan simultáneamente en múltiples niveles.

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