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jueves, 10 de marzo de 2022

Las sanciones de Biden a Afganistán amenazan con matar a más civiles que dos décadas de guerra

Mark Weisbrot, USA Today

Cuando el presidente Joe Biden decidió retirar el ejército estadounidense de Afganistán el año pasado, gran parte de los medios de comunicación estadounidenses se le echaron encima como una tonelada de ladrillos. Los republicanos se sumaron y calificaron la retirada como un "desastre absoluto".

Pero salir fue el movimiento correcto.

De hecho, el verdadero error fue todo lo contrario: la administración Biden no puso fin a la guerra, sino que la continuó por otros medios, que están resultando más violentos y desestabilizadores. Las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos y sus aliados están provocando un hambre severa y generalizada en este país desesperadamente pobre.

A menos que esas sanciones se reviertan pronto, se estima que más personas morirán por el impacto económico de las sanciones durante el próximo año que el número de personas que murieron en 20 años de guerra.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Veinte años de guerras de EEUU costaron 8 millones de millones de dólares y un millón de muertes

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

En 20 años Estados Unidos pasó del paradigma del 11-S –guerras eternas de la triada Baby Bush/Dick Chenney/Donald Rumsfeld– al caos global (https://bit.ly/2XiNJ0O) que ha infectado su propio hogar con el nuevo paradigma del 1º de enero (captura del Capitolio en Washington; https://bit.ly/3bJoeuP).

El derrumbe de las torres trillizas (sic; https://bit.ly/3AdImP9) –por la tarde se derrumbó la tercera torre sin ayuda de aviones (https://bit.ly/3tOkBuQ), aunque los seguros pagaron doble en forma chusca por ser gemelas (https://bit.ly/3z5nmsE)– sirvió de pretexto para invadir Afganistán (https://bit.ly/2Xiyghi) e Irak que 20 años después abandona Biden cuando Estados Unidos se repliega del Gran Medio Oriente para concentrarse militarmente en el océano Índico y el Mar del Sur de China y Taiwán contra China.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Ruleta del casino afgano: el general Mark Milley advierte la probabilidad de una guerra civil

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Esquivo abordar ahora la impactante reseña del científico ruso Dimitry Orlov(https://bit.ly/3jM65QX), no se diga del francés Thierry Meyssan (https://bit.ly/3tjhivl), sobre la cadena de mentiras imbricadas al montaje hollywoodense del 11/9 al que sucumbió la mayoría del planeta debido al control de los multimedia/redes sociales y a su perenne guerra de propaganda: quizá la más eficiente arma del eje anglosajón de EEUU y Gran Bretaña, hoy resquebrajado.

Hasta The Washington Post expone “Los papeles de Afganistán: la guerra contra la verdad de EEUU (https://bit.ly/3BLtLuQ)”.

Desde que sigo la guerra de la CIA en Afganistán hace ya 40 años no pierdo de vista la indeleble entrevista a Le Nouvel Observateur de Zbigniew Brzezinski (ZB) –ex-asesor de Seguridad Nacional con Carter, íntimo de Obama y máximo geoestratega del Partido Demócrata–, quien confesó haberle tendido una trampa a la ex URSS, con su marioneta Osama Bin Laden –muy cercano al nepotismo dinástico de los Bush– para que Moscú se empantanara en Afganistán, lo cual contribuyó a la disolución del imperio soviético (https://bit.ly/3BBtH0C).

domingo, 5 de septiembre de 2021

El matrimonio por conveniencia de Estados Unidos y los talibanes contra Isis-K

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Los multimedia del Partido Comunista Chino son feroces sobre la destrucción de Afganistán por Estados Unidos durante su ocupación de 20 años (https://bit.ly/3jQnCYh), pero abordan poco el devenir del nuevo régimen de los talibanes en Kabul.

Días antes a la caída de Kabul, China recibió a una delegación de talibanes (alumnos coránicos). Lo que más teme China en sus 91 km de frontera con Afganistán –en el corredor Wakhan (https://bit.ly/3gZyzob)– es la contaminación terrorista en su provincia autónoma islámica de Xinjiang, donde habitan 11 millones de uigures cuando sus fuerzas enemigas promueven el desestabilizador concepto islámico/turco-mongol del virtual Turquestán Oriental.

martes, 31 de agosto de 2021

La ruta de Afganistán a Haití pasa por Estados Unidos

Pedro Brieger, Nodal

La distancia entre Afganistán y Haití induce a pensar que no tienen nada en común. Sus historias, culturas, idiomas, orígenes étnicos y geografía son incomparables, y difícilmente se pueda encontrar algo que emparente a los dos países. Sin embargo lo hay y es muy potente: Estados Unidos.

Mientras la primera potencia mundial está retirando sus tropas de Afganistán después de casi veinte años de ocupación, nuevamente llegan a Haití soldados estadounidenses. Ahora dicen que traen ayuda humanitaria por el reciente terremoto del 14 de agosto y es posible que así sea. Claro que la presencia en 2021 se suma a una larga lista de intervenciones norteamericanas en el pequeño país que comparte la isla La Española con la República Dominicana.

Hace más de un siglo, en 1915, los marines desembarcaron después del asesinato del presidente Jean Vilbrun Guillaume Sam para resguardar sus intereses y se quedaron -como en Afganistán- casi veinte años. En aquellas épocas no existía Al Qaeda ni se hablaba del “terrorismo islámico”, y ni siquiera había nacido la Unión Soviética.

domingo, 29 de agosto de 2021

¿A quién conviene una guerra civil y la balcanización de Afganistán?

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

En Afganistán, antes y después de la toma de Kabul, se muere más por los atentados que por la pandemia del Covid-19 –en forma insólita, es de los países menos golpeados, con sólo 7 mil 101 muertes y 153 mil casos, en un país de 38 millones de habitantes, cuya mitad de la población es menor de 14 años: quizá ése haya sido uno de sus factores protectores (https://bit.ly/3zr4MMB).

El abominable atentado a la entrada del aeropuerto de Kabul, controlado por el ejército de Estados Unidos, cobró 175 decesos afganos y 13 muertos estadounidenses que han puesto contra la pared a Biden, y que fue adjudicado por ISIS-Khorasan, grupúsculo que proviene de una genealogía yihadista de hace 40 años y de la metamorfosis caleidoscópica de los muyahidines y su engendro de Al-Qaeda.

viernes, 27 de agosto de 2021

Afganistán y la guerra vs. China

John Saxe-Fernández, la Jornada

Los riesgos de una Tercera Guerra Mundial aumentan. Ambas super potencias nucleares Estados Unidos y Rusia, en alerta máxima de tiempo atrás y Kurt Campbell, experto en Asia, en papel de coordinador de la Casa Blanca de Biden liderando la ofensiva de guerra fría y bélica contra China, la potencia económica de Asia, son parte de la constelación multilateral de hoy. Para navegar esa complejidad, hay que revisar lo que John Bellamy Foster revela en su vital estudio La nueva guerra fría contra China, Monthly Review, julio-agosto 2021.

En lo que podría ser la antesala de una confrontación mayor, es relevante la percepción del retiro de las tropas de ocupación de Afganistán como una intensificación de los preparativos de guerra contra China, para lo que es necesario revisar los costos humanos y estratégicos de esta caótica retirada de EEUU.

jueves, 26 de agosto de 2021

Colonialismo y epistemología de la ignorancia: una lección afgana

Boaventura de Sousa Santos, Público

La retirada abrupta y caótica de Estados Unidos de Afganistán a mediados de agosto ha copado los noticiarios de todo el mundo. Los principales temas tratados han ido variando, pero los siguientes son dominantes: humillación para EEUU y sus aliados europeos; repetición de la retirada de Vietnam en 1975; misión cumplida según EEUU, misión fallida según los aliados en voz de Ángela Merkel; la huida desesperada de los afganos que colaboraron con los aliados; el peligro inminente para los derechos de las mujeres si se impone la sharía según la interpretación del islam por parte de los talibanes; más de dos billones de dólares gastados en una misión contra los terroristas para que, veinte años después, entren triunfalmente y sin ninguna resistencia en el palacio presidencial, pero ahora ya no como terroristas, sino como una fuerza política con la que los EEUU, la principal fuerza militar en Afganistán, firmó un acuerdo en febrero de 2020, tras más de un año de negociaciones en Doha. Como resultado de ese acuerdo, EEUU se comprometió a retirar las fuerzas militares en un plazo de catorce meses, un hecho que pasó inadvertido para muchos porque el acuerdo ocurrió cuando estalló la pandemia de la COVID-19.

miércoles, 25 de agosto de 2021

Freedom Fighters: Contras y Talibanes

Jorge Majfud, Alainet

Luego de la derrota en Vietnam, el ex secretario de Estado Henry Kissinger y la ex socialista y futura halcón de la derecha del gobierno de Reagan, Jeane Kirkpatrick, manifestaron que, para recuperar el prestigio perdido, Estados Unidos debía inventar alguna guerra que pudiesen ganar. Según Kirkpatrick, Nicaragua era una buena candidata, pero mejor aún era Granada, una isla en el Caribe de apenas cien mil habitantes, cuyo presidente había cometido la osadía de declarar que su país era independiente y soberano y, por lo tanto, podía tener comercio con quien se le antojase. La gloriosa invasión y la liberación de los estudiantes estadounidenses que no querían ser liberados de una tiranía inexistente, tuvo lugar en 1983 y hasta los burócratas que nunca abandonaron sus escritorios en Washington recibieron medallas al valor en la guerra.

La estrategia procede de los primeros años del siglo XIX, cuando Washington quiso anexar Canadá y terminó con la casa de gobierno en llamas (a partir de ahí pintada de blanco, para esconder la infamia del humo), por lo que decidió expandirse hacia el oeste y hacia el sur, tierra de razas inferiores y desarmadas. A finales del mismo siglo, luego de predecir “una explosión” en Cuba y un año antes de inventar el mito del hundimiento del USS Maine, en 1897, apenas nombrado secretario adjunto de la marina por el presidente McKinley, el futuro presidente Theodore Roosevelt le escribió a un amigo: “estoy a favor de casi cualquier guerra, y creo que este país necesita una”. Nada mejor que ser ofendidos a noventa millas de distancia por un imperio que se caía a pedazos como lo era España, armados con barcos de madera para defenderse de navíos metálicos y con tecnología de última generación.

martes, 24 de agosto de 2021

Afganistán muestra por qué la Guerra contra el Terrorismo es una gran mentira y un gran fiasco

Marc Vandepitte, De Wereld Morgen

En lugar de luchar contra el terrorismo, la Guerra contra el Terrorismo no ha hecho más que alimentarlo. Es una cortina de humo para que Estados Unidos mantenga el dominio mundial, para mantener a China pequeña y una buena excusa para que el complejo industrial militar siga ganando dinero.

La “guerra contra el terrorismo” comenzó hace veinte años tras los atentados del 11 de septiembre. El Pentágono entró en guerra contra al Qaeda y sus patrocinadores, los talibanes. Fue un poco extraño, porque al Qaeda era de cosecha propia. Nada menos que Hillary Clinton, entonces Secretaria de Estado, admitió que estaban luchando contra unos terroristas que ellos mismos habían creado, armado y financiado.

Afganistán resultó ser sólo un anticipo. Las intervenciones extranjeras de Occidente en Irak y Siria dieron origen a grupos terroristas como el ISIS y Jabhaat al-Nusra. La guerra contra Libia provocó el caos en toda la región y dio alas a numerosos grupos yihadistas. Saquearon los arsenales de armas de Libia y las usaron para lanzar sus guerras santas en numerosos países vecinos. En la actualidad hay grupos terroristas fundamentalistas activos en diez países africanos.

jueves, 19 de agosto de 2021

Afganistán: derrota prevista del imperialismo

Tariq Ali, La Jornada

La caída de Kabul ante los talibanes el 15 de agosto es una gran derrota política e ideológica para el imperio estadounidense. Los atestados helicópteros que transportaban a los funcionarios de la embajada de EEUU al aeropuerto de Kabul recordaban escenas en Saigón, ahora Ciudad Ho Chi Minh, en abril de 1975. La velocidad con que las fuerzas talibanes invadieron el país fue impresionante; notable perspicacia estratégica. Una ofensiva de una semana terminó triunfante en Kabul. El ejército afgano de 300 mil hombres se derrumbó. Muchos se negaron a pelear. De hecho, miles acudieron a los talibanes, quienes inmediatamente exigieron la rendición incondicional del gobierno títere. El presidente Ashraf Ghani, uno de los favoritos de los medios estadunidenses, huyó del país y buscó refugio en Omán. La bandera del emirato revivido ahora ondea sobre su palacio presidencial. De alguna manera, la analogía más cercana no es Saigón, sino el Sudán del siglo XIX, cuando las fuerzas del Mahdi invadieron Jartum y martirizaron al general Gordon. William Morris celebró la victoria del Mahdi como un revés para el imperio británico. Aun así, mientras los insurgentes sudaneses mataron a toda una guarnición, Kabul cambió de manos con poco derramamiento de sangre. Los talibanes ni siquiera intentaron apoderarse de la embajada de EEUU, y mucho menos atacar a su personal.

martes, 17 de agosto de 2021

Todos quieren negociar con el Talibán

Patrick Cockburn, The Independent

Mientras los combatientes del Talibán entran en Kabul, todos, desde el gobierno de Estados Unidos hasta los policías, buscan hacer un trato con los nuevos gobernantes de Afganistán. Como alternativa, buscan huir del país lo antes posible.

El régimen afgano accedió el fin de semana a un gobierno de transición, lo que evitará un asalto militar directo a la capital y permitirá una transferencia pacífica del poder. Por lo menos al principio de esta transición, puede ser de interés para el Talibán mostrar un rostro moderado y no exacerbar la oposición dentro y fuera del país con ejecuciones y castigos públicos.

Desde el punto de vista de los afganos, el ex presidente Trump realizó en 2020 una serie de acuerdos unilaterales que benefician al Talibán, enfoque confirmado por el presidente Biden en su discurso del 14 de abril pasado. Biden reiteró que la retirada final del ejército estadounidense culminará en el vigésimo aniversario del 9-11, pasara lo que pasara.

martes, 10 de diciembre de 2019

EEUU ha mentido 18 años sobre la guerra de Afganistán


Lo de Estados Unidos no tiene remedio. Dicen que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Eso es lo que ha sucedido con los últimos tres presidente de ese país: Bush, Obama y Trump que han mentido y han vuelto a repetir los mismos errores de Nixon, Ford y Carter sobre la Guerra de Vietnam. Ahora, con respecto a la guerra en Afganistán. Una investigación del Washington Post reveló que la misión militar en el país asiático ha sido un fracaso tan estruendoso para EEUU como lo fue la guerra de Vietnam. El reporte dice que los sucesivos gobiernos han declarado públicamente desde 2002 que están haciendo progresos contra los insurgentes en Afganistán, mientras admiten lo contrario en privado.

Titulada “En guerra con la verdad”, esta investigación se basa en más de 2,000 documentos de la Inspección General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (Sigar), creada en 2008 para revisar los gastos abusivos relacionados con el conflicto en ese país. Las entrevistas con funcionarios involucrados en los esfuerzos de guerra y reconstrucción evocan un presupuesto gastado sin control, en un país sin un gobierno central fuerte, lo que alimentó la corrupción generalizada y llevó a la población a rechazar la coalición internacional (Isaf) para volcarse hacia los talibanes.

jueves, 21 de febrero de 2019

La derrota de Estados Unidos en Afganistán

Hace 40 años los soviéticos cayeron en la trampa. En condiciones mucho más favorables, los americanos han multiplicado su desastre
Rafael Poch de Feliu, ctxt

Hace cuarenta años el ejército soviético entró en Afganistán. Aquel diciembre de 1979 hacia ya cinco meses que el Presidente Carter y su consejero de seguridad, el fanático antiruso de origen polaco Zbigniew Brzezinski, habían iniciado, con sus amigos saudíes, una multimillonaria ayuda para fomentar, financiar y armar un integrismo sunita en Afganistán. Los celebres muyaidines, “luchadores por la libertad”.

En París, algunos de los que entonces eran entusiastas valedores de aquellos oscuros personajes del siglo XVIII y los elevaban al título de héroes positivos, son hoy especialistas en su consecuencia: el terrorismo integrista que llega a sus ciudades como resultado, entre otras cosas, de aquella cruzada anticomunista. Todo sin mediar la más mínima consideración autocrítica.

Hasta mediados de los años setenta, Afganistán era un país atávico que los hippies cruzaban en su ruta hacia la India. Los fusiles de los invasores británicos del siglo XIX que se cargaban por el cañón, las escopetas de caza y los trabucos, eran las armas habituales en su mundo rural. El conflicto Este/Oeste transformó aquello en un universo de armas automáticas, blindados, helicópteros, minas antipersonal, morteros y misiles antiaéreos portátiles “Stinger”, creando un desastre bíblico con más de dos millones de muertos y la destrucción de una sociedad que se contaba (y se cuenta) entre las mas pobres del mundo.

El dinero de la CIA y de los saudíes y los cuadros del servicio secreto pakistaní, el ISI, introducían el fundamentalismo islámico en las repúblicas de tradición musulmana de la URSS, y también algunos comandos en acciones de sabotaje cerca de la frontera en las entonces repúblicas soviéticas de Tadjikistán y Uzbekistán. En Paquístán la CIA y el ISI organizaron una red de campos de entrenamiento para los afganos, cuyos comandos entraban en el país acompañados por supervisores militares paquistaníes en acciones de sabotaje.

lunes, 13 de octubre de 2014

Afganistán, las interminables intervenciones del exterior

Immanuel Wallerstein, La jornada

¿Cuándo comienza esta historia? Es difícil decidirlo. La historia moderna comenzó en el siglo XIX, cuando los británicos y los rusos pelearon en el gran juego, compitiendo por influir y controlar Afganistán. Lucharon directamente y mediante apoderados afganos. Los británicos piensan haberlo hecho mejor, pero esto fue en gran medida una mera ilusión. Yo diría que fue un empate.

En la década de los 60, el juego recomenzó con la llegada al poder de un gobernante que buscó instituir una nueva Constitución liberal. Fracasó, pero abrió el camino para que emergieran partidos a la izquierda y a la derecha. Su sucesor, Mohamed Daoud, fue derrocado en 1978 por el Partido Democrático del Pueblo de Afganistán (PDPA), en la actualidad un partido comunista. El PDPA estableció un régimen totalmente laico, con igualdad total para las mujeres. Había recomenzado el gran juego. La Unión Soviética respaldó el régimen del PDPA y Estados Unidos (sucesor de Gran Bretaña) respaldó a los mujaidines que lucharon contra él y en favor de un régimen islamita.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Afganistán, el reino del opio

Hedelberto López Blanch, Rebelión

Sabía usted que la producción de opio en Afganistán ha ascendido en una enorme espiral ascendente desde que los talibanes fueron expulsados del gobierno en 2001 por la invasión estadounidense.

Los cultivos y producción del estupefaciente se han convertido en la principal fuente de divisas del régimen de Hamid Karzai, impuesto por Estados Unidos después de la ocupación del país.

Datos de Organizaciones No Gubernamentales afirman que esa nación obtiene del negocio de la droga, el 25 % de su Producto Interno Bruto, mientras la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas, señaló en un informe que en 1999 el talibán había ilegalizado su cultivo y dos años más tarde la planta estaba prácticamente erradicada.

lunes, 14 de junio de 2010

Descubren en Afganistán recursos minerales por valor de un billón de dólares

Afganistán continuará en abierto peligro. Estados Unidos ha descubierto en las tierras de ese país yacimientos minerales por valor de casi un billón de dólares, lo suficiente para cambiar de raíz la economía afgana devastada por varias décadas de hostilidades y dependiente hoy del narcotráfico y la ayuda internacional, como escribe el diario The New York Times citando a altos funcionarios del Gobierno estadounidense.

Estos depósitos, desconocidos hasta ahora, incluyen grandes cantidades de hierro, cobre, oro, cobalto y metales industriales que permitirían a Afganistán transformarse en uno de los centros más importantes de la minería global. Un memo que circula en el Pentágono señala que Afganistán podría ser "la Arabia Saudí del litio", materia prima que es clave a la hora de producir pilas para portátiles y celulares. ¿Qué significa esto?

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