miércoles, 15 de septiembre de 2021

Veinte años de guerras de EEUU costaron 8 millones de millones de dólares y un millón de muertes

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

En 20 años Estados Unidos pasó del paradigma del 11-S –guerras eternas de la triada Baby Bush/Dick Chenney/Donald Rumsfeld– al caos global (https://bit.ly/2XiNJ0O) que ha infectado su propio hogar con el nuevo paradigma del 1º de enero (captura del Capitolio en Washington; https://bit.ly/3bJoeuP).

El derrumbe de las torres trillizas (sic; https://bit.ly/3AdImP9) –por la tarde se derrumbó la tercera torre sin ayuda de aviones (https://bit.ly/3tOkBuQ), aunque los seguros pagaron doble en forma chusca por ser gemelas (https://bit.ly/3z5nmsE)– sirvió de pretexto para invadir Afganistán (https://bit.ly/2Xiyghi) e Irak que 20 años después abandona Biden cuando Estados Unidos se repliega del Gran Medio Oriente para concentrarse militarmente en el océano Índico y el Mar del Sur de China y Taiwán contra China.

Veinte años más tarde se abre un nuevo frente doméstico (https://bit.ly/3tEoH8N) cuando dos ex presidentes republicanos se enfrentan públicamente: Baby Bush, quien inició las guerras contra el terror del 11-S, fustiga el terror doméstico del 1º de enero, supuestamente atizado por Trump, quien le recuerda a su contrincante que él fue el catalizador de los fracasos militares de Estados Unidos (https://wapo.st/3Ah1M5O).

Un seminal estudio colaborativo de Watson Institute de la Universidad Brown (Rhode Island) y la Universidad de Boston expone a 10 días del 20 aniversario del 11-S: "Los costos presupuestales de Estados Unidos en las guerras posteriores al 11-S" (https://bit.ly/3kais9t), cuando "la administración Biden ha requerido alrededor de 5.8 millones de millones dólares (trillions en inglés) en reacción al 11-S, que incluyen los "costos directos e indirectos de gasto en Estados Unidos en las zonas de guerra después del 11-S, esfuerzos de seguridad del hogar para el contraterrorismo, pagos por intereses por los préstamos de guerra".

Los excelsos centros académicos ignoran u ocultan a los recipiendarios financieros de los pagos por intereses y lo adeudado a la plutocracia bancaria de Wall Street https://bit.ly/2XfPBaL).

Sin Covid-19 de por medio, los costos para cuidados médicos y pagos por discapacidad para los veteranos es el mayor (sic) gasto a largo plazo y es probable que en las próximas décadas exceda 2.2 millones de millones de dólares (trillions) del gasto federal.

En total, los costos presupuestales y las obligaciones financieras futuras alcanzarán 8 millones de millones de dólares (trillons) en dólares presentes.

Se trasluce que el Pentágono gastó más de 14 millones de millones de dólares desde el inicio de la guerra de Afganistán con 7 millones de millones redireccionados a los contratistas –renglón que he venido señalando–: las pequeñas y grandes trasnacionales han sido de lejos (sic) los mayores beneficiarios del surgimiento del gasto militar después del 11-S, donde brilla Blackwater/Academi/Xe y cuyo mandamás se dio el lujo de evacuar a sus empleados, colaboradores, traductores por 6 mil 500 dólares el pasaje para fugarse de Afganistán.

Solamente en el caso de Afganistán (https://bit.ly/3tETdiC) –sin contar Irak, Siria, Libia, Somalia y Yemen– constituyó una mina de oro de la cleptocracia privatizada del complejo militar industrial de Estados Unidos, donde el supuestamente muy bien entrenado ejército afgano se rindió de forma ignominiosa ante el blitzkrieg de los talibanes.

El saqueado, depredado y devastado Afganistán también exhibió en forma pornográfica la inmensa fortuna con la que se fugó el ex presidente Ashraf Ghani a Dubái y los 6.5 millones de dólares en cash y lingotes de oro encontrados en la casa del ex vicepresidente Amrullah Saleh (https://bit.ly/3ApPBnv).

Se desprende que las guerras del posteriores al 11-S constituyen guerras económicas donde los paramilitares y sus cleptomaniacos contratistas repiten el modelo ya muy visto, hoy a escala tecnológica, de los Robber Barons (Barones Ladrones; https://amzn.to/399da82) que fondean al más salvaje capitalismo cuando hoy se confunden la militarización bancaria y la financiarización militar y paramilitar.

Hoy los Barones Ladrones del siglo XXI usan armas de destrucción masiva, drones y su letal ciberterrorismo.

1 comentario:

  1. Por increible que parezca segun la ONU solo se mataron 60 personas, unos 59 que se opusieron a la entrada de las tropas liberadoras del pueblo afgano el primer dia, mas la ejecución de Bin Laden mas tarde, el resto 999 940 se mataron entre ellos o se suicidaron. Aunque parece que los suicidios fueron dos o tres millones mas segun los datos demográficos.

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