viernes, 15 de agosto de 2025

El fracaso histórico de las democracias liberales

El egoísmo individualista promovido por el liberalismo ha generado representantes egocéntricos, la privatización de las ganancias, la socialización de las pérdidas y la impotencia del pueblo, desde la crisis de las hipotecas subprime hasta el genocidio palestino ignorado, lo que llama la atención es la clara manifestación del fracaso histórico de las democracias liberales. La voluntad popular se ve vaciada, mientras los medios de comunicación y las instituciones reprimen cualquier disidencia. Una consolidación de un sistema oligárquico encubierto.

Andrea Zhok, Mega Chip

Antes de profundizar en el tema, es necesario reflexionar un momento sobre qué haría, en principio, que un régimen democrático fuera cualitativamente mejor que las alternativas autocráticas u oligárquicas.

La ventaja teórica de los sistemas democráticos reside en su potencial mayor flexibilidad y capacidad de respuesta a las necesidades de la mayoría. Dicho de otro modo, se puede decir que un sistema democrático es comparativamente mejor en la medida en que facilita la comunicación entre los más altos y los más bajos, entre los individuos menos influyentes y los más influyentes, entre quienes no ostentan el poder y quienes sí lo tienen.

Los sistemas autocráticos u oligárquicos tienen el defecto de conseguir que escuchar a los débiles sea una opción para quienes están en la cima. Dado que no existen sistemas de comunicación efectivos de abajo hacia arriba (existían cosas como las "audiencias reales", pero obviamente eran improvisadas), es necesario confiar en los intereses y la benevolencia de quienes están en la cima para garantizar que se atiendan los intereses del pueblo.

Ahora bien, sería erróneo pensar que tales situaciones de interés y benevolencia desde arriba fueran raras en la historia, sin embargo los elementos de arbitrariedad y accidentalidad eran evidentes, y un emperador, rey o gobernante ilustrado podía ser sucedido por uno insensible, obtuso, belicista, etc.

Brecht no creía que la guerra fuese el destino trágico de la humanidad

El 14 de agosto de 1956 falleció Bertolt Brecht, uno de los dramaturgos, poetas y pensadores más importantes del siglo XX. Un marxista poco ortodoxo que buscó nuevas formas de unir el arte y la política

Harrison Stetler, Jacobin

En la reciente puesta en escena de Madre Coraje y sus hijos, dirigida por Lisaboa Houbrechts y presentada en junio en París dentro de una gira europea, la decisión más audaz fue reemplazar el célebre carro de mercado por una enorme bola y una cadena. En la obra maestra de Brecht, una parábola sobre los peligros de la guerra, el carro ya funciona como una carga absurda —y hasta como un personaje en sí mismo).

En 1933, cuando los nazis llegaron al poder, Brecht se vio forzado a huir de su Alemania natal. Escribió la obra en 1939, durante su exilio, junto a su frecuente colaboradora Margarete Steffin. En ese momento se encontraba en la cima de su talento poético y político, produciendo obras que denunciaban los peligros inminentes del fascismo y el militarismo. Madre Coraje no se estrenó sino hasta 1941, en Suiza. Para entonces, sin embargo, la marcha hacia la guerra ya había estallado en otro conflicto de alcance mundial.

Sería exagerado calificar a Brecht de pacifista. Su conocimiento de primera mano de la amenaza del fascismo en su época era demasiado agudo para ello. Los frescos políticos e históricos de Brecht, como La vida de Galileo o Terror y miseria del tercer Reich, son casi documentales, con un trasfondo políticamente comprometido y firmemente pedagógico. Pero, como también sabía Brecht, los conflictos tienden a cobrar vida propia, absorbiendo los motivos de los beligerantes e imponiendo su propia lógica hasta que la guerra se convierte en un fin en sí misma.

jueves, 14 de agosto de 2025

Antes de la cumbre: las exigencias ucranianas


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La atención informativa en Ucrania continúa centrada en dos aspectos diferentes, pero directamente vinculados: la situación en el frente y la preparación de la reunión de este viernes entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska. En ambos casos, el estado de ánimo oscila entre el miedo a perderlo todo y la insistencia en que todo va bien y la victoria está a la vuelta de la esquina. Mientras las autoridades del ejército afirman que la brecha al noreste de Pokrovsk-Mirnograd en dirección a Dobropilia es fruto del avance de tres grupos de sabotaje rusos formados por apenas una docena de personas y se insiste en que uno de ellos ya ha sido neutralizado y los otros dos serán destruidos, ayer, el mapa de control del territorio -o de presencia de tropas en zonas del frente en ausencia de tropas enemigas- se extendió aún más, aunque ya no con la rapidez de los últimos días. Ante la calma absoluta que quieren proyectar Volodymyr Zelensky y su entorno, oficiales, soldados e influencers militares alertan, en muchos casos en posts plagados de improperios, de que la situación está lejos de estar bajo control. Aunque muy posiblemente exagerada, ya que no hay movimiento de blindados rusos ni avance masivo de tropas, la versión crítica está obteniendo el favor de la prensa occidental. Al fin y al cabo, ¿era necesario movilizar a algunas de las mejores unidades disponibles para acabar con tres grupos de sabotaje rusos que no suponían un peligro grave?

Como en ocasiones anteriores, frente a los problemas, hay un chivo expiatorio claro, Oleksandr Syrsky, un arte que, como recordaba ayer Leonid Ragozin, “es un género manido en Ucrania (con gente como Bezuhla y Krotevych, de Azov, a la cabeza), pero aquí hay medios occidentales serios que se suman al coro con la dupla simplista de Syrsky «soviético» versus comandantes «progresistas» ilustrados por la OTAN y la altamente exitosa cadencia de Zaluzhny versus Syrskys plagados de derrotas”. El comentario del periodista opositor ruso se refería a un extenso reportaje de The Wall Street Journal en el que se argumenta, como comentaba Yaroslav Trofimov, uno de sus periodistas más prominentes, que “Ucrania triunfó durante el primer año de la guerra porque su ejército luchó de forma diferente. Tras la sustitución de Zaluzhny por Syrsky el año pasado, la guerra se ha convertido en una guerra entre un pequeño ejército soviético y un gran ejército soviético, con consecuencias predecibles”. “Syrsky no es más soviético que Zaluzhny”, recordaba Ragozin, pero cuenta con el hándicap de haber nacido en Rusia, un argumento suficiente para quienes prefieren buscar explicaciones sencillas a problemas complejos. “Cuando al ejército ucraniano le va bien, es porque le enseñamos la doctrina y el material occidentales. Cuando le va mal, es porque sigue siendo soviético”, comentaba la activista feminista Almut Rochowanski, a lo que el sociólogo ucraniano Volodymyr Ischenko añadía el “elefante en la habitación”, “la falta de voluntad de la mayoría de los ucranianos para sacrificarse por este Estado y la asombrosa debilidad de su capacidad de movilización —no solo en el sentido militar estricto, sino en términos sociales más amplios—, que el reclutamiento forzoso no ha hecho más que erosionar aún más. Ni siquiera un general brillante puede ganar una guerra sin soldados”. A esos argumentos hay que añadir que Ucrania tuvo sus mejores éxitos en la primera fase de la guerra y no ha podido repetirlos después por la capacidad de adaptación y mejora en la actuación de la Federación Rusa, es decir, ese gran ejército soviético.

El oso y el águila se enfrentan en Alaska

EEUU solo tiene una cosa que ofrecer: la promesa (temporal) de no perjudicar. No tiene nada positivo que ofrecer, dada su desindustrialización y la desdolarización mundial

Pepe Escobar, Observatorio de la Crisis

Dos semanas después de Alaska se celebra la cumbre anual de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Tianjin, China. Narendra Modi, de la India, y Masoud Pezeshkian, de Irán, se unirán, entre otros, a Xi Jinping y Vladimir Putin en la misma mesa. Una mesa BRICS/OCS.

El 3 de septiembre, en Pekín, se conmemora el 80º aniversario de lo que se define oficialmente como la victoria de la «Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Mundial Antifascista». Putin es el invitado de honor. El ensayo, con 22.000 participantes, tuvo lugar el pasado fin de semana en la Plaza de Tiananmén.

Ese mismo día, en Vladivostok, Rusia, comienza el Foro Económico Oriental, que aborda todos los aspectos de la iniciativa rusa para desarrollar el Ártico y la Siberia oriental, el equivalente a la campaña china «Go West» iniciada a finales de los años 90. Participarán importantes actores euroasiáticos. Putin se dirigirá a la sesión plenaria el 5 de septiembre.

Mientras tanto, los principales líderes de los BRICS (China, Rusia, Brasil e India) participan activamente en una serie de llamadas telefónicas para coordinar una respuesta colectiva a las guerras arancelarias, parte de la guerra híbrida del Imperio del Caos contra los BRICS y el Sur Global.

El estadista Putin vs el show man Trump en una reunión subordinada a múltiples intereses

La historia es una sustancia viva, dinámica, que señala en sus registros los agotamientos, los ciclos y las duraciones

Jhosman Barbosa, Strategic Culture

Con sorpresa para el mundo en general se dio la noticia de una reunión bilateral entre los presidentes Vladímir Putin y Donald Trump. Esto indica por un lado que debieron tener conversaciones subrepticias de larga data o al menos paralelas a las negociaciones en Estambul con la contraparte ucraniana.

Nadie en el mundo, por acceso que tenga a fuentes secretas, puede indicar con precisión de qué se hablará el viernes 15 de agosto en Alaska, EE.UU. Considero además que no son los hombres los que deciden sobre el final o desenlace de grandes estructuras históricas como la actual transición global de la unipolaridad a la multipolaridad. Por esta razón, aún sin acceso a fuentes privilegiadas considero que la reunión no rendirá los frutos que la espectacularidad del ‘show man’ Donald Trump desea ni que las víctimas del conflicto en Ucrania y Rusia merecen y anhelan. Por el contrario, está cargada de riesgos. Es preocupante esta reunión por varias razones que dejo enumeradas de lo particular a lo general.

1. La guerra en Ucrania es la guerra por la transición o no hacia un mundo multipolar y policéntrico, basado en la trípode China – Rusia – EEUU. Es una avanzada de EEUU y la OTAN sobre Rusia para llegar a China; razón por la cual las negociaciones se dan en lugares diferentes a las naciones principales del conflicto.

¿Por qué la administración rusa accede ir a un lugar que ofrece extrema vulnerabilidad a la seguridad física del presidente Putin? ¿Cómo su esquema de seguridad podrá montarse de manera eficiente con tan solo diez días de aviso? ¿En verdad creen que es tiempo de simbolismos como el llamado de Alaska como la ‘América rusa’ para situar conciliaciones que el momento histórico no contempla? ¿Por qué darle esta ventaja de hablar como local al megalómano y mitómano Donald Trump?

miércoles, 13 de agosto de 2025

Argumentos para la paz o para la guerra


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Un día más cerca de la cumbre en la que los países europeos temen que, sin su presencia ni la de Zelensky, se determine el sentido de la guerra, los diferentes actores continúan tratando de poner sus cartas sobre la mesa para influir en lo posible en lo que va a ocurrir el viernes en Alaska. A día de hoy, y a la espera de si la táctica para las últimas horas previas cambia tras la reunión telefónica de líderes europeos con Donald Trump, el discurso ucraniano pasa por la repetición ad nauseam de tres ideas principales: insistir en que no es un obstáculo para la paz, exigir a Rusia un alto el fuego incondicional y acercarse, de la manera que sea, a sus aliados en busca de garantías de protección futura. En su conversación de ayer con el primer ministro indio Narendra Modi, Zelensky se refirió a la actualidad como “un momento en que finalmente existe una posibilidad diplomática de poner fin a la guerra. En lugar de demostrar su disposición a un alto el fuego, Rusia solo muestra su deseo de continuar la ocupación y las matanzas”. Ucrania se escuda en haber aceptado el pasado marzo el alto el fuego ordenado por Trump, que ni Kiev ni Bruselas deseaban y que suponía que Moscú no aceptaría. Se trataba de una tregua incondicional impuesta sin negociación previa y sin promesas de dar paso a un proceso diplomático para poner fin a la guerra por medio de una resolución definitiva, por lo que Rusia, más fuerte que Ucrania en el frente, no tenía ningún aliciente para someterse a la voluntad de Trump.

Ese farol ucraniano ha dado buenos resultados, ya que permite a Ucrania seguir presentando a Rusia como obstáculo a los avances, exigiendo concesiones a Moscú y ha conseguido poner a Donald Trump de su parte, algo importante teniendo en cuenta que de ello depende la continuación del suministro militar necesario para la guerra o para la paz armada del día después. Sin embargo, pese a la retórica de defensa de la paz, las condiciones exigidas por Ucrania son garantía de que no puede producirse un alto el fuego pactado entre los dos países en guerra, algo que Zelensky compensa a base de discurso y exigencias a Rusia de que acuda a la mesa de negociación en la que ya está. Como ocurriera en el caso de Estados Unidos contra Irán, la orden de negociar es solo un eufemismo con el que se quiere decir acudir a la mesa de negociación para aceptar el dictado de los países occidentales, algo que solo puede hacerse en una posición de fuerza de la que Zelensky carece.

Retrospectiva sobre la Guerra en Ucrania

Tres años y medio después de la entrada de las tropas rusas en Ucrania, Alain de Benoist denuncia las ilusiones de una Europa ahora convertida en escenario de guerra, lejos de su supuesto ideal de paz, y analiza las derivas morales e ideológicas que han paralizado cualquier intento de mediación, sumiendo al continente en una crisis existencial

Alain de Benoist, Revue éléments

Para justificar la construcción europea, se ha repetido durante medio siglo que «Europa es paz». Hoy, Europa es guerra. Hace tres años y medio que las tropas rusas entraron en Ucrania. El balance humano, estimado en alrededor de un millón y medio de víctimas (muertos y heridos), es enorme. A ello se suma la profunda tristeza de quienes, como yo, tienen amigos tanto ucranianos como rusos, y que solo sienten horror ante la idea de que se estén masacrando mutuamente.

Al mismo tiempo, desde hace más de tres años, los partidarios de Ucrania y los partidarios de Rusia no dejan de exponer sus argumentos, sin convencerse nunca, por supuesto. Es hora de tomar distancia respecto a estas polémicas y, sobre todo, de tomarlas con perspectiva.

Una observación para empezar

En general, cuando estalla una guerra, los no beligerantes pueden adoptar diferentes actitudes. En primer lugar, pueden optar por apoyar a uno de los dos bandos, lo que suelen hacer en función de sus intereses. Dado que sus intereses respectivos no son los mismos, es probable que no todos tomen la misma decisión. Sin embargo, en el caso de Ucrania, eso es lo que ha ocurrido. Los países occidentales, que no tenían ningún interés vital que defender en este asunto, han optado casi todos por alinearse con las posiciones estadounidenses y se han pronunciado a favor de un apoyo incondicional al bando ucraniano. Por lo tanto, ninguno ha podido asumir su posición de tercero. Este es un hecho muy importante.

Ya en 1907, Georg Simmel había subrayado en sus escritos la importancia del tercero en el marco de los conflictos. El tercero puede mantenerse en una posición de neutralidad. También puede utilizar su no pertenencia al bando de los beligerantes para influir en la situación, ofreciendo su mediación para lograr una solución política a los problemas que han desembocado en la guerra. Puede intervenir como mediador o como árbitro. En lugar de alimentar la guerra, contribuye así a la paz.

martes, 12 de agosto de 2025

El problema con Israel va mucho más allá de Netanyahu

Los demócratas moderados defienden cada vez con más fuerza un sionismo «aceptable», afirmando que apoyan a Israel pero se oponen a Bibi Netanyahu. Sin embargo, los horrores de Gaza son el resultado de procesos mucho más amplios que no se pueden resumir al problema de un líder de derecha

Ben Burgis, Jacobin

La semana pasada, los senadores demócratas aprobaron, por veintisiete votos contra diecisiete, una resolución presentada por Bernie Sanders para detener el envío de rifles de asalto a Israel. Veinticuatro de esos senadores también votaron a favor de otra resolución de Sanders, que habría bloqueado 675 millones de dólares en ventas totales de armas al país.

Por muy dramático que haya sido este cambio con respecto a los patrones de voto anteriores, la brecha entre los representantes electos del partido y la base demócrata sigue siendo enorme. Según las últimas encuestas, solo el 8 % de los votantes demócratas apoya las acciones de Israel en Gaza. (Entre los estadounidenses en general, esa cifra se sitúa en el 32 %). Incluso la más amplia de las dos resoluciones votadas solo se refería a las armas «ofensivas», dejando intacta la ayuda «defensiva», como la financiación estadounidense para el escudo antimisiles israelí Iron Dome. Se trata de una distinción bastante dudosa, dado que los gastos de defensa cubiertos por Estados Unidos liberan fondos para operaciones «ofensivas» y que Israel tiene mucha más libertad para iniciar conflictos cuando puede defenderse fácilmente de los contraataques.

Aun así, una votación como esta habría sido impensable hace unos años. El apoyo a Israel siempre fue bipartidista. Ahora, la mayoría de los senadores demócratas votaron en contra de la venta de armas apoyada por todos y cada uno de sus colegas republicanos. Las placas tectónicas de la opinión pública se movieron drásticamente en esta cuestión, e incluso muchos políticos del establishment se apresuran a averiguar cómo posicionarse.

En los últimos dos años, Israel le ordenó a millones de civiles palestinos que abandonen sus hogares. El número absoluto de víctimas civiles supera con creces el de guerras importantes que asolaron durante años a países mucho más grandes, y Gaza tiene ahora la mayor población de niños amputados per cápita de todo el planeta. Dos años de bombardeos indiscriminados destruyeron tantos edificios que las imágenes aéreas de Gaza se parecen cada vez más a la superficie de la Luna. Y la política de Israel de bloquear la entrada de la mayor parte de la ayuda alimentaria en la franja provocó una grave malnutrición en toda la población, que recientemente se transformó en una situación catastrófica de hambruna.

Contraataque europeo


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Caótico en las formas, contradictorio en los contenidos y liderado por personas cuya autoridad es dudosa -Witkoff negociaba con Irán la reducción de la cantidad de uranio que el país persa podría enriquecer hasta que Trump irrumpió en el diálogo para exigir la prohibición de todo enriquecimiento- y cuyo conocimiento es cuestionable, el proceso diplomático de búsqueda de paz en Ucrania sigue caminando en círculos. El proceso, carente de continuidad y plagado de vaivenes, cambios de opinión y falta de una estrategia coherente, se reduce al intento de acomodar posturas contradictorias a partir del diálogo directo o indirecto entre tres actores fundamentales: Estados Unidos, la Federación Rusa y la dupla Ucrania-países europeos. A base de incentivos y amenazas y siguiendo la lógica del plan publicado hace más de un año por Kellogg y Fleitz como parte del planteamiento de política exterior del America First Policy Institute como aspirante a convertirse en el programa político de la administración Trump, Estados Unidos ha tratado de convertirse en el nexo de unión entre todos los intereses encontrados.

En ese proceso, Washington se ha garantizado lucro económico de Ucrania, sigue intentando hacer lo propio de Rusia (fundamentalmente en su sector energético) y ha llegado a un acuerdo comercial con la Unión Europea en el que Estados Unidos obtiene todos los beneficios y los países europeos realizan todas las concesiones, entre ellas un compromiso de invertir en energía y armamento estadounidense. Las cesiones europeas para lograr un acuerdo comercial según los términos dictados por Donald Trump buscaban, además de evitar la inestabilidad e incertidumbre económica, adquirir crédito con el actual presidente estadounidense para conseguir una postura favorable a los intereses europeos en la cuestión ucraniana, una “mala guerra” para Trump, pero calificada como existencial por Bruselas, Berlín, París y también Londres. En este proceso de idas y venidas, reproches y acusaciones cruzadas, la principal preocupación de los actores europeos ha sido el temor a una paz que, como admitiera la primera ministra danesa, podría ser, para los países europeos, “incluso más peligrosa que la guerra”. Sería así en caso de que se produjera como resultado de un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos, ignorando los intereses y la voluntad de los países europeos, que desde que las delegaciones lideradas por Marco Rubio y Sergey Lavrov se reunieran por primera vez rompiendo la voluntad occidental de aislar completamente a Moscú, han tratado de imponer su presencia en la negociación para la resolución de la guerra.

lunes, 11 de agosto de 2025

Ferrocarriles vitales chino-iraníes

Una forma de fomentar la estabilidad en Afganistán es que China, Irán y Afganistán establezcan un marco conjunto de seguridad y defensa y firmen acuerdos de cooperación económica

Hadi bin Hurr, Strategic Culture

En mayo de 2025, Irán y China inauguraron oficialmente una línea ferroviaria directa de mercancías que redujo el tiempo de envío de mercancías de los 30 a 40 días habituales por mar a tan solo 15 días por tierra. El primer tren, que partió de Xi'an el 10 de mayo, llegó al puerto seco iraní de Aprin, cerca de Teherán, el 25 de mayo. Tan solo 19 días después —y no por casualidad—, la coalición israelí-estadounidense lanzó un ataque contra Irán, con las fuerzas aéreas israelíes atacando, entre otros lugares, la infraestructura petrolera iraní. Claramente, este ferrocarril —considerado por muchos como un "salvavidas"— era visto en los centros de poder occidentales como una amenaza estratégica mucho antes de que se completara su construcción.

Gracias a un Memorando de Entendimiento (MdE) de 1992, Estados Unidos obtuvo acceso a la Base Naval Changi (CNB) de Singapur, inaugurada en 2001 y con capacidad para albergar incluso los buques de guerra estadounidenses más grandes. Pekín comprendió de inmediato las implicaciones: en caso de guerra, la Armada estadounidense podría fácilmente amenazar las líneas de suministro marítimo de China a través del Estrecho de Malaca y sus rutas alternativas. Esta preocupación fue uno de los principales impulsores del corredor ferroviario inaugurado en mayo, que conecta Urumqi (China) a través de Almaty (Kazajistán), Taskent, Samarcanda y Bujará (Uzbekistán), Asjabad (Turkmenistán), y continúa hacia Irán, llegando a Mashhad, Sharud y finalmente a Teherán. Con la apertura de esta ruta terrestre, Irán rompe efectivamente su aislamiento económico, mientras que China garantiza un suministro energético fiable, incluso en tiempos de guerra. Por lo tanto, se espera que Washington y sus aliados hagan todo lo posible para interrumpir el flujo de mercancías a lo largo de este corredor. Según el Programa de Cooperación de 25 Años entre Irán y China, firmado en 2021, China se comprometió a invertir alrededor de 400 000 millones de dólares en la economía iraní a cambio de petróleo a precio reducido. Sin embargo, la verdadera importancia de Irán para Pekín reside en su posición estratégica como nodo central de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), que ofrece a China acceso al Golfo Pérsico y al Océano Índico. Dado que el corredor existente, junto con todas las demás rutas planificadas o hipotéticas entre China e Irán, presenta inconvenientes técnicos y vulnerabilidades geopolíticas, sería prudente desarrollar el mayor número posible de conexiones para garantizar el comercio ininterrumpido entre ambas naciones.

El rapto de Europa


Carles Manera, Economistas frente a la crisis

Un toro blanco, hermoso, Zeus encarnado, seduce a una princesa fenicia, Europa. Es engañada. Hemos visto la reedición mitológica en Escocia, hace unos días: un elefante republicano, en este caso, nada hermoso, ha acabado por persuadir a una Europa sin capacidad reactiva, entregada. Engañada. Y es que Trump ha ganado el pulso a Von der Layen. El encuentro, realizado en territorio europeo, pero en la propiedad del magnate –uno de sus campos de golf–, supuso una puesta en escena que fregaba claramente la humillación de la dirigente comunitaria, generosa en exceso a los deseos de Trump. Un desequilibrio lacerante para los intereses del viejo continente. Porque este desenlace significa, claro y raso: que Europa paga, y que Estados Unidos recauda. Los productos europeos, que tenían unos aranceles del 1,47%, se alzarán a una media del 15%, sin contrapartida por parte de Estados Unidos. En paralelo, Europa se compromete a comprar armamento y energía al país norteamericano. Un negocio redondo para la administración estadounidense.

En esta negociación no ha habido equilibrio alguno. Se ha dinamitado la teoría del equilibrio de John Nash, que dice que el equilibrio se da cuando no existen incentivos para que ningún jugador cambie su estrategia, dado que cualquier cambio unilateral desembocaría en un peor resultado para ese jugador. Es pura teoría de juegos. Von der Layen ha variado, de manera unilateral, su estrategia de mantener una firmeza económica frente a Estados Unidos, teniendo en cuenta la variabilidad de situaciones comerciales entre los estados miembros y la potencia americana. Si el temor era evitar una guerra comercial, ese objetivo es fallido: ya existe.

Reunión en Alaska


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Si el precio por la supervivencia de Ucrania es la ocupación temporal rusa, que así sea”, titulaba el 4 de agosto parafraseando al presidente checo Petr Pavel Ukrainska Pravda. “En este momento, Ucrania, con todo el apoyo occidental, no está en condiciones de liberar los territorios ocupados en un plazo breve sin un coste significativo en vidas humanas. Y, por supuesto, sería muy injusto que Occidente presionara a Ucrania para que liberara todos los territorios ocupados en este momento, porque no queremos exterminar a la nación ucraniana. Queremos que sobrevivan como un país independiente y soberano. Y si preservar Ucrania como un Estado independiente y autónomo tiene un coste, si el coste es aceptar que parte del territorio estará temporalmente ocupado, sin reconocerlo legalmente, que así sea. Nunca reconoceremos estos territorios ocupados como legalmente rusos”, afirmó según citaba el artículo del medio ucraniano.

Pese al rechazo público que ha causado a lo largo de los tres últimos años cualquier propuesta que implicara la pérdida de territorios -siempre planteada como temporal, aunque hace ya once años que Ucrania perdió Crimea y parte de Donbass, donde Ucrania es vista hace mucho tiempo como algo del pasado-, lo que planteaba Pavel es, al menos desde el fracaso de la contraofensiva de 2023, la única opción realista. Preservar el Estado y la independencia ucraniana no implica dar por hecho que Rusia aspire aún, si es que ese fue su deseo en 2022, a ocupar toda Ucrania o a realizar un cambio de régimen para mantener al país bajo su esfera de influencia, sino detener la pérdida de población y destrucción que implica la continuación de la guerra. Sin embargo, para quienes han visto la guerra de Ucrania como existencial y la han utilizado para luchar contra el enemigo ruso y acercarse al aliado estadounidense, este escenario equivale a una derrota estratégica.

domingo, 10 de agosto de 2025

La CIA creó cientos de sitios web encubiertos. Esto es lo que ocultaban

La CIA no solo se infiltró en gobiernos, sino en internet. Durante más de una década, Langley operó una extensa red de sitios web encubiertos que funcionaban como terminales de espionaje globales camuflados en blogs, centros de noticias y páginas de fans inofensivos.

Alan Macleod, The Unz Review

A partir de 2004, la CIA estableció una vasta red de al menos 885 sitios web , desde páginas de fans de Johnny Carson y Star Wars hasta foros en línea sobre el movimiento rastafari. Con 29 idiomas y dirigidos directamente a al menos 36 países, estos sitios web estaban dirigidos no solo a adversarios como China, Venezuela y Rusia, sino también a países aliados, como Francia, Italia y España, lo que demuestra que Estados Unidos trata a sus amigos de la misma manera que a sus enemigos.

Blogs de fútbol encubiertos y contraseñas pirateadas

Gholamreza Hosseini es un exinformante de la CIA. En 2007, este ingeniero industrial residente en Teherán contactó con la agencia y se ofreció a compartir información sobre el programa de energía nuclear de Irán. Sus contactos en la CIA le enseñaron a usar IranianGoals.com para comunicarse con ellos. IranianGoals era un sitio web en farsi que parecía estar dedicado a noticias locales de fútbol. Sin embargo, lo que parecía una barra de búsqueda al final de la página principal era en realidad un campo para contraseña. Al escribir la palabra correcta, se iniciaba un proceso de inicio de sesión, revelando una interfaz de mensajería secreta. Cada informante tenía su propia página web, diseñada específicamente para ellos, para aislarlos de los demás en la red.

Roger Waters compone un himno atemporal a la resistencia y la perseverancia


Pepe Escobar, Strategic Culture

Roger Waters tiene una canción nueva. Se llama Sumud . Una balada, pero no una balada cualquiera: en realidad, un himno atemporal a la resistencia. De ahora en adelante, estos sonidos, y su grito de guerra, deberían abarcar el espectro global desde Mali hasta Java, forjando una ya incipiente Alianza Global de Resistencia.

Suavemente, casi en un susurro, creando una atmósfera a lo Leonard Cohen, Roger comienza presentando "Sumud" en árabe: "perseverancia inquebrantable". Como en la resistencia cotidiana no violenta, a todos los niveles, contra la ocupación, la explotación y la brutal colonización forzada de Palestina. Pero lo que está en juego es aún más grande, más grande que la vida misma, ya que evoca cómo "las voces se unen en armonía" hasta llegar al coro positivo y catártico. La resistencia contra la injusticia, conceptualmente, debería implicar el profundo compromiso de todos nosotros.

Roger evoca a mártires desde Rachel Corrie hasta Marielle Franco – “oh, hermanas mías, ayúdenme a abrirles los ojos” – tendiendo puentes “a través de la gran división” hasta llegar a un estado de conciencia a medida que “la razón alcanza la mayoría de edad”.

sábado, 9 de agosto de 2025

Facebook, Instagram, X, and Company. La nueva caverna platónica


Diego Fusaro, Posmodernia

Las redes sociales, desde Facebook a Instagram, se fundan sobre el dispositivo del like –me gusta-, mediante el cual el usuario manifiesta su aprecio por imágenes o consideraciones publicadas por otros usuarios. De manera que los likes que pueblan las redes sociales establecen el valor del homo digitalis en el mercado social electrónico: cada uno vale en función de los likes que ha obtenido, es decir, en base al agrado que ha sido capaz de suscitar entre los demás cibernautas.

No es difícil entender cómo un mecanismo de este tipo genera formas de nivelación y de homologación, induciendo a cada miembro a adaptarse voluntariamente al gusto predominante y eliminando cualquier posición y cualquier expresión que pudiera discrepar con la communis opinio.

En esto reposa el dispositivo de la prueba social: induce a los jóvenes a comportarse exactamente igual que los demás a fin de obtener su aprobación por medio de los tan codiciados “me gusta” en la red. El mecanismo, además, imita el de la comercialización integral de todo y de todos: de hecho, persiguiendo el objetivo del like, el homo digitalis se exhibe como una mercancía, en el intento de seducir al «comprador» interpelando sus gustos y su atención.

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