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jueves, 6 de noviembre de 2025

Estupor financiero y la burbuja de todo: El FMI y expertos advierten sobre el colapso sistémico global

El FMI y Harley Schlanger advierten que la economía mundial vive un “estupor financiero” sin precedentes que podría detonar la “burbuja de todo”. Mientras el FMI diagnostica la descomposición técnica del sistema, Schlanger propone —siguiendo a Lyndon LaRouche— una reestructuración económica basada en crédito productivo e inversión real.

José Luis Preciado, Mente Alternativa

La economía mundial exhibe hoy una extraña mezcla de aparente calma y vulnerabilidad estructural: mercados en alza, rentabilidades concentradas en un puñado de empresas tecnológicas y, al mismo tiempo, un entramado de riesgos sistémicos que, acumulados, hacen patente la posibilidad de un colapso mayor al de 2008. Ese diagnóstico, técnico y contundente, fue formulado por el Fondo Monetario Internacional en su Global Financial Stability Report (1) y su World Economic Outlook (2) de octubre y noviembre de 2025, que advierten sobre valoraciones estiradas, creciente papel de instituciones no bancarias (NBFI), presiones en mercados de deuda soberana y un reordenamiento de correlaciones y mecanismos que antes servían de “colchón” al sistema financiero. El FMI enfatiza que las herramientas tradicionales de defensa (espacio fiscal, margen de maniobra de bancos centrales, separación de riesgos) se han reducido, dejando al sistema más expuesto a contagios y fallas de mercado.

Esa constatación técnica encuentra eco —y añade dimensión política— en un par de análisis recientes (3, 4) del historiador Harley Schlanger, de la Organización LaRouche. Schlanger resume el fenómeno en términos coloquiales pero contundentes: la “burbuja de todo” combina activos sobrevalorados, apalancamiento extremo fuera de balance y una cultura financiera que sustituye inversión productiva por apuestas especulativas. Para Schlanger, las similitudes con 2008 (hipotecas subprime) y la crisis de las RePo en 2021 no son analogías superficiales: son lecciones ignoradas. Cuando los banqueros y los grandes gestores financieros se encuentran acorralados, la Historia muestra que las respuestas políticas tienden a proteger activos financieros mediante mayor deuda y, en última instancia, redirigir recursos hacia preparativos militares y geopolíticos —una dinámica que, según Schlanger, aumenta el riesgo de conflictos internacionales.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

La vieja política exterior estadounidense está en entredicho según sus propios analistas

El viejo mundo acomodado no va a regresar. La clase dirigente estadounidense y europea no volverán a la comodidad de sus casas, con un suspiro de alivio al ver que se puede reactivar su antigua agenda.

Alastair Crooke, ex diplomático británico

La política exterior estadounidense ha estado impregnada de la arrogancia; creen que Estados Unidos ganó la Guerra Fría militarmente (en Afganistán), económicamente (con los mercados liberales) y también culturalmente (Hollywood), y que por lo tanto merece, como diceTrump, el «placer» de «gobernar el país y el mundo». Ahora, esta percepción se encuentra, por primera vez, en entredicho.

Porque esto importa

Este mes, la Organización RAND, una institución cuya sombra se ha proyectado durante mucho tiempo sobre los asuntos de política exterior de Estados Unidos, ha cuestionado la arrogancia de la Guerra Fría con respecto a China.

Aunque el informe se centra en la preocupación de Estados Unidos por la amenaza del ascenso de China, las implicaciones de cuestionar la doctrina oficial—que no se puede tolerar ningún desafío a la hegemonía estadounidense, ya sea financiera o militar— sí afectan al núcleo mismo de la práctica de la política exterior estadounidense.

La principal conclusión de RAND es que “China y Estados Unidos deberían esforzarse por lograr un modus vivendi juntos” mediante “la aceptación mutua de la legitimidad política del otro, limitando los esfuerzos por socavarse mutuamente, al menos en un grado razonable”.

lunes, 3 de noviembre de 2025

Los halcones a ambos lados del Atlántico acorralan a Trump

Incapaz de superar la idea de una mera congelación del conflicto, Trump acabó adoptando las posiciones antirrusas de los europeos y de los elementos más intransigentes de su administración.

Roberto Iannuzzi, Intelligence for the People

Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia han empeorado considerablemente. Tras la conversación telefónica del 20 de octubre entre el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el primero recomendó a la Casa Blanca que cancelara la reunión prevista entre los presidentes de ambos países en Budapest.

A continuación, el Departamento del Tesoro anunció duras sanciones contra las dos principales compañías petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, “tras la falta de un compromiso serio por parte de Rusia con un proceso de paz que ponga fin a la guerra en Ucrania”.

Dos días después, el 22 de octubre, el Wall Street Journal reveló que la administración Trump había eliminado las restricciones al uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance suministrados por los aliados europeos (que utilizan componentes y datos de localización procedentes de Estados Unidos).

Trump calificó la revelación como “noticia falsa”, pero el hecho de que la posibilidad de autorizar los ataques haya pasado del Pentágono al general Alexus Grynkewich, comandante (de origen bielorruso) de las fuerzas estadounidenses en Europa, y que los datos de localización sean proporcionados por los estadounidenses, deja pocas dudas sobre la veracidad de la noticia.

sábado, 1 de noviembre de 2025

Burevestnik: el misil ruso que cambia las reglas de la guerra

Cuando Putin anunció al mundo la introducción de un nuevo misil de crucero con alcance ilimitado, gracias a su propulsión nuclear, estaba convirtiendo a la OTAN y al espacio europeo en estratégicamente inútiles para Estados Unidos

Giuseppe Masala, investigador militar italiano

En 2016, cuando se anunció la primera prueba del misil hipersónico ruso Zircon, capaz de volar a Mach 5, escribí un artículo para Megachip en el que explicaba que nos encontrábamos ante un arma revolucionaria, capaz de alterar el equilibrio de poder, especialmente en los océanos, dado que se trataba de un misil diseñado esencialmente para la guerra marítima y capaz de poner en peligro la superioridad marítima de Estados Unidos. Como sabemos, Estados Unidos cuenta con una enorme flota dividida en poderosos grupos de ataque liderados por un superportaaviones, pero que carece de defensas contra misiles que vuelan a velocidades hipersónicas.

Ese anuncio, en mi opinión, fue la primera llamada de atención para la hiperpotencia hegemónica estadounidense: había países capaces de infligir enormes daños en una guerra convencional y, por tanto, sin necesidad de amenazar con el uso de armas nucleares.

Otros factores agravantes fueron el hecho de que Zircon amenazaba (y todavía amenaza) la superioridad estadounidense en el mar, que es la piedra angular del poder militar estadounidense: no es casualidad que los estudiosos de la geopolítica siempre hayan definido a Estados Unidos como una talasocracia, es decir, una potencia fundada en el dominio comercial y militar de los mares.

Estados Unidos tuvo la suerte de que Rusia no fuera en sí misma una talasocracia y, por lo tanto, nunca se centró realmente en este misil hipersónico para la guerra naval, construyendo a su alrededor una flota capaz de contrarrestar las flotas estadounidenses.

miércoles, 29 de octubre de 2025

El panorama financiero y geopolítico mundial en un tenso momento de escalada bélica

Cada una de estas relaciones geopolíticas podría incendiarse: Ucrania-Rusia, Venezuela-EEUU, Irán-Israel-Siria-Líbano, Pakistán-India y, por supuesto, Gaza y Cisjordania, son solo algunos de los puntos calientes

Alastair Crooke, Giubbe Rosse News

El intento de Trump de construir un “escenario Budapest” —es decir, una cumbre Putin-Trump basada en el anterior “acuerdo” en Alaska— fue cancelado unilateralmente (por Estados Unidos) en medio de la polémica. Putin había iniciado la llamada telefónica del lunes, que duró dos horas y media. Al parecer, contenía duras declaraciones de Putin sobre la falta de preparación de Estados Unidos para un marco político, tanto en lo que respecta a Ucrania como, sobre todo, a las necesidades más amplias de seguridad de Rusia.

Sin embargo, cuando fue anunciada por la parte estadounidense, la propuesta de Trump había vuelto (una vez más) a la doctrina de Keith Kellogg (el enviado estadounidense para Ucrania) de un “conflicto congelado” en la línea de contacto existente antes de cualquier negociación de paz, y no al revés.

Trump debía saber mucho antes de que se discutieran las conversaciones de Budapest que esta doctrina de Kellogg había sido rechazada repetidamente por Moscú. Entonces, ¿por qué reiteró su petición? En cualquier caso, el escenario de la cumbre de Budapest tuvo que cancelarse después de que la llamada telefónica “preparatoria” acordada previamente entre el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado, Marco Rubio, se topara con un muro. Lavrov reiteró que un alto el fuego al estilo Kellogg no funcionaría.

Al parecer, la administración estadounidense esperaba que sus amenazas de suministrar misiles Tomahawk a Ucrania, en el contexto del endurecimiento de la retórica estadounidense sobre los ataques en profundidad a Rusia, ejercieran suficiente presión como para que Putin aceptara una congelación inmediata, posponiendo sine die cualquier discusión sobre los detalles y una solución más amplia.

martes, 28 de octubre de 2025

Ucrania: El sucio negocio de la adquisición de armas


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Durante meses antes de febrero de 2022, las autoridades y la prensa estadounidense daban por hecho que la diplomacia coercitiva de la Federación Rusa en las fronteras de Ucrania -la acumulación de equipamiento y tropas en paralelo a las exigencias políticas que el Kremlin planteaba en busca de un acuerdo de seguridad europea- era, en realidad, el anticipo de la invasión de Ucrania que finalmente se produjo y que por aquel entonces solo negaban Moscú y Kiev. Los motivos de Rusia eran evidentes, nadie va a admitir abiertamente que prepara una invasión, mientras que los del Gobierno ucraniano pasaban por, como admitió posteriormente Zelensky, evitar una fuga de población y capitales que hiciera colapsar la economía. A riesgo de que la población se viera utilizada como escudo humano -Ucrania llegó a admitir que un factor fue también que las ciudades vacías son más fáciles de capturar-, Kiev prefirió negar lo que afirma que sabía y prepararse al margen de su población para la invasión rusa. Cuando finalmente se produjo la intervención militar rusa, Ucrania se centró en defender su capital a costa de abandonar cualquier intento serio de resistirse en los territorios del sur. Y solo en Donetsk, las fortificaciones de los ocho años de guerra en Donbass impidieron el avance ruso. La capacidad de Ucrania de resistir al primer ataque ruso se debió fundamentalmente a la concentración de sus esfuerzos, mejores tropas y armamento en la región de Kiev y en los graves errores de la Federación Rusa, que sobreestimó sus capacidades y subestimó la intención del ejército ucraniano, bregado en ocho años de guerra de trincheras y de trabajo ideológico de odio a todo lo ruso, de luchar hasta el final.

lunes, 27 de octubre de 2025

La doctrina Monroe 2.0 y la nueva fase del imperialismo

La doctrina Monroe clásica y su versión contemporánea, la 2.0, si bien son perspectivas orientadas a la preservación de la hegemonía norteamericana, responden a momentos muy distintos de su desarrollo socioeconómico

José Ernesto Nováez Guerrero, Al Mayadeen

La doctrina Monroe, proclamada por el presidente James Monroe en su mensaje al Congreso el 2 de diciembre de 1823, es uno de los pilares históricos de la política exterior estadounidense hacia América Latina.

Surgida en un momento en que la joven potencia norteamericana se sentía ya en condiciones de comenzar a disputar la hegemonía regional a los viejos poderes europeos, sus premisas centrales descansaban en torno al rechazo de la intromisión europea en el continente y la defensa de la independencia americana.

En un primer momento esta posición encontró eco en las jóvenes repúblicas americanas, que vieron una posibilidad, en alianza con Estados Unidos, de comenzar a construir sus proyectos soberanos sin intromisión de poderes extranjeros.

En la práctica, esta doctrina evolucionó rápidamente hacia posiciones cada vez más claramente imperialistas, que sostenían la visión de América Latina como área de influencia exclusiva de los Estados Unidos y convertía a la región, en la perspectiva de las élites norteamericanas, en una especie de feudo cuyo vasallaje y explotación debía garantizarse por todos los medios al alcance del auto percibido señor.

El saldo histórico de esta perspectiva para la región ha sido, desde 1823 en adelante, más de 80 intervenciones militares directas o acciones de subversión que han modificado el curso político interno de los países.

jueves, 23 de octubre de 2025

El orden mundial y sus principales actores


Karim Nazriev, Geopolitika

El dilema de la seguridad internacional

Una visión correcta de la historia política del mundo, el conocimiento de los principales actores de la política mundial, los artífices del proceso internacional, es un factor útil y favorable a través del cual se puede evaluar la situación internacional y mostrar el panorama de su desarrollo futuro.

La seguridad internacional depende en muchos aspectos de los artífices del nuevo orden mundial, es decir, de los actores de la política internacional. Esta situación se justifica por el hecho de que la cuestión de la paz y la guerra depende principalmente de los actores de la política internacional y, en particular, de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Si observamos el siglo de desarrollo del proceso político internacional, nos queda claro que la paz y la seguridad mundiales han dependido de las acciones de las superpotencias. En este sentido, un análisis político del proceso político internacional crea las condiciones para el futuro desarrollo de los acontecimientos en el siglo XXI.
Con el desarrollo gradual de las economías de países como el Imperio Británico y Alemania a finales del siglo XIX y principios del XX, la lucha por el mundo, la división y redistribución de las esferas de influencia mundiales, que eran la fuente de materias primas, mano de obra, áreas comerciales y la base de la economía, hicieron inevitables los enfrentamientos directos entre imperios. El desarrollo implacable del capitalismo y su transformación en imperialismo condujo finalmente a que, una vez completada la división del mundo y definidas las esferas de influencia en las regiones del mundo, los imperios coloniales entraran en guerra entre sí.

lunes, 20 de octubre de 2025

Entre los Tomahawks y la diplomacia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Con el optimismo de quien se ha acostumbrado a conseguir prácticamente todo lo que pide y a la sombra de las amenazas que Donald Trump había dirigido a Rusia, a quien advirtió con la posibilidad de enviar misiles capaces de golpear en cualquier lugar de la parte europea del país, y a la Unión Europea, a la que ha dado orden de imponer sanciones secundarias a China e India por sus relaciones comerciales con Moscú, Ucrania había planteado esta semana como una gran ocasión en la que obtener un gran rédito. A la visita de Volodyrmyr Zelensky del viernes había precedido el trabajo de una extensa delegación encabezada por Andriy Ermak, que había celebrado encuentros con representantes políticos, lobbies y empresas de dos sectores clave -las armas y la energía- como preparación para culminar la semana con grandes acuerdos. Ucrania acudía a Estados Unidos para ofrecer su país, no solo como laboratorio de pruebas de una guerra moderna en la que empresas como Raytheon podrían probar sus armas en situación de combate de alta intensidad, sino como un territorio con amplias infraestructuras de almacenamiento de gas que podría ser utilizado por Estados Unidos como nodo logístico para la exportación de gas natural licuado a Europa. Nuevamente, Ucrania aspira a aprovecharse de las extensas infraestructuras heredadas de la odiada República Socialista Soviética, desaparecida hace más de tres décadas, pero de cuya riqueza industrial sigue intentando aprovecharse.

La semana ha transcurrido finalmente según un patrón establecido a lo largo de los nueve meses de mandato de Donald Trump: exageración de las expectativas, euforia ucraniana ante la certeza de que está a punto de conseguir exactamente lo que busca -armas, tratos comerciales favorables y sanciones contra Rusia-, una intervención rusa en el momento preciso y la reunión que, sin ser negativa, no da los resultados esperados. “La prioridad número uno de Zelensky en la visita era obtener compromisos de Trump no solo sobre los misiles Tomahawk, sino también sobre una variedad de sistemas de armas que Ucrania desea adquirir, según declaró su jefe de gabinete a Axios antes de la reunión. Trump no ofreció tales compromisos”, escribía Barak Ravid, el periodista favorito del trumpismo para filtrar aquello que quiere poner en circulación mediática.

sábado, 18 de octubre de 2025

Controlar la narrativa, controlar el poder


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Sin perder tiempo, quizá por la certeza de que Donald Trump exige inmediatez y cambia de opinión si no ve progresos en sus proyectos, Rusia, Estados Unidos y Hungría han comenzado ya a preparar la cumbre con la que el presidente de Estados Unidos quiere conseguir el final de “esta ignominiosa guerra”. Ayer, Vladimir Putin mantuvo una conversación telefónica con su homólogo húngaro, Víktor Orbán, posiblemente el europeo más feliz de que el encuentro vaya a producirse en su territorio, un país miembro de la OTAN y de la UE, pero que se ha desmarcado políticamente del discurso oficial. Hungría, como Eslovaquia, ha ejercido cierta resistencia a las sanciones para finalmente aprobar todos y cada uno de los paquetes de medidas coercitivas contra Moscú que ha presentado Bruselas, pero se ha desmarcado especialmente en lo respectivo a la diplomacia. Como presidente de turno de la Unión Europea, Orbán llegó a viajar a Kiev y Moscú con el objetivo de presentar su candidatura a ejercer la mediación, una actuación personalista y más dirigida a la propaganda, pero que fue duramente condenada por las autoridades comunitarias, instaladas en la vía militar y en el apoyo a Ucrania mientras sea necesario. De celebrarse finalmente en Budapest, la llegada de Vladimir Putin sería el primer viaje del presidente ruso a la UE desde 2019. Sin embargo, la cumbre requiere de una preparación previa innecesaria en el primer encuentro de Trump y Putin en Alaska, un territorio que comparte frontera con la Federación Rusa. Se supone que esa negociación previa comenzara ayer con los contactos entre Sergey Lavrov y Marco Rubio, que según el acuerdo entre sus presidentes, han de reunirse, aparentemente también en Budapest, para gestionar la reunión entre Putin y Trump. Esa reunión podría aclarar el tono en el que va a producirse, el orden del día y, sobre todo, cuál será la ruta de vuelo que vaya a tomar el avión presidencial ruso, que tendrá que atravesar varios países de la OTAN -Turquía y Bulgaria- camino de Serbia para posteriormente aterrizar el Hungría según el trayecto más probable.

viernes, 17 de octubre de 2025

Ucrania mata -y muere-, los países europeos pagan y Estados Unidos se lucra


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El pasado mes de febrero, el discurso de Pete Hegseth, que sorprendió a los aliados europeos, que no habían sido advertidos de antemano, causó en las capitales europeas un nerviosismo que ha oscilado estos meses entre lo cercano a la histeria al ver a Donald Trump recibiendo a Vladimir Putin en la alfombra roja de Alaska y el éxtasis que supuso saber que la guerra de Ucrania nunca carecerá de armas estadounidenses gracias al mecanismo de adquisición comercial de material por parte de los países europeos. Tener que cargar con el coste de las armas es una responsabilidad que los países europeos han adquirido con gusto. Según el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, actualmente hay 19 países que se han unido a lo conocido como Lista Preferente de Necesidades de Ucrania (PURL por sus siglas en inglés), una suerte de carta a los reyes magos que permite a Kiev disponer de una lista de la compra para que sus aliados europeos conozcan sus deseos y los cumplan con rapidez. El mecanismo es doblemente satisfactorio, ya que, además de ser una forma de garantizar que las demandadas armas estadounidenses sigan llegando de forma rápida y fluida al frente, es también una vía para mantener contento a Donald Trump. Escasas horas después de que, ante las miradas de todo el mundo, el presidente de Estados Unidos recriminara “¿qué pasa con el PIB?” a Pedro Sánchez -en clara referencia al aumento de gasto militar que exige a todos los miembros de la OTAN- y de que posteriormente amenazara con aranceles a los productos españoles, la ministra de Defensa Margarita Robles abrió la puerta a que España también se una como contribuyente a ese fondo común para la guerra. Pasar por caja no solo ayuda a Ucrania a continuar luchando, sino también a los países que desean complacer a la persona más importante del establishment occidental.

jueves, 16 de octubre de 2025

Subiendo la escalera de la escalada

Ha comenzado el desacoplamiento total

Hua Bin, The Unz Review

Como si siguiera un guión preordenado, la guerra comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China alcanzó su punto máximo la semana pasada, cuando China lanzó una serie de contundentes contramedidas contra Estados Unidos en represalia por sus provocaciones, incluidas severas restricciones a los productos de tierras raras.

Como era de esperar, Trump entró en un estado de ira ciega y aumentó los aranceles a las importaciones de productos chinos en un 100% mientras amenazaba con cancelar una reunión con el presidente Xi, algo que Beijing nunca confirmó en primer lugar.

Trump lanzó una serie de tuits grandilocuentes en su canal Truth Social, denunciando la hostilidad y la injusticia de China.

En todo caso, esto demuestra que Pekín domina el arte de presionar a Trump. Como un juguete, el humor y el comportamiento de Trump están regulados por control remoto en manos de los tecnócratas de Pekín, quienes diseñan sus políticas para contrarrestar a Estados Unidos.

domingo, 12 de octubre de 2025

El segundo advenimiento de Blair: Gaza bajo tutela colonial

Los mismos arquitectos occidentales que sumieron a Irak en llamas están ahora formando un equipo de gestión liderado por sionistas para controlar Gaza. Su plan: liquidar la resistencia palestina, apoderarse de los bienes inmuebles y llamarlo paz.

Gulriz Ergoz, The Cradle

Con el anuncio del plan de 20 puntos para Gaza del presidente estadounidense Donald Trump junto al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu el 29 de septiembre, dos figuras notorias resurgieron de las sombras: el yerno de Trump, Jared Kushner, y el ex primer ministro británico Tony Blair, el criminal de guerra de Irak que, junto al expresidente estadounidense George W. Bush, sumió a Asia Occidental en décadas de derramamiento de sangre.

Durante el primer mandato de Trump, como asesor principal, Kushner redactó lo que denominó el «Acuerdo del siglo» para la eliminación completa de Palestina mediante la anexión de la Cisjordania ocupada. Su suegro, junto con el amigo de la familia Netanyahu, dio a conocer este plan en enero de 2020 bajo el título «Paz para la prosperidad: una visión para mejorar la vida de los pueblos palestino e israelí».

El eje Blair-Kushner

El fracaso de ese plan se recuperó en septiembre de 2020 con la firma, bajo la mediación de Trump, de los Acuerdos de Abraham, que también fueron orquestados por Kushner y normalizaron las relaciones de Estados árabes como los Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán con Israel.
Kushner ha regresado con un nuevo plan para remodelar Gaza a imagen y semejanza de la «Riviera de Oriente Medio» idealizada por Trump.

miércoles, 8 de octubre de 2025

El mundo financia el déficit de EEUU


Jaime Bravo - Jorge Coulon, Contropiano

En agosto de 1971, Richard Nixon anunció la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro. Esto puso fin a un ciclo iniciado con los acuerdos de Bretton Woods, que habían otorgado a Estados Unidos —la única potencia industrial y financiera que emergió de la guerra con sus capacidades intactas y como acreedor del resto del mundo— la capacidad de convertir su moneda en la reserva global de valor.

Pero incluso con este poder estadounidense, fue necesario hacer concesiones respecto al respaldo del oro y, por lo tanto, concentrar las reservas de los países occidentales. Nadie estaba dispuesto a ceder la impresión de la moneda de reserva a un solo país.

Con la eliminación de la convertibilidad —el llamado Shock de Nixon— , el sistema de Bretton Woods, que había proporcionado estabilidad al comercio internacional desde el final de la Segunda Guerra Mundial, se derrumbó. Se abandonó el patrón oro, que garantizaba que cada dólar pudiera intercambiarse por una cantidad fija del metal precioso. Desde entonces, el dólar se ha sustentado únicamente en la confianza en la economía estadounidense y el poder político y militar que la sustenta.

Pero eso no es todo. La coerción para imponer su uso propició el nacimiento de los petrodólares. El propio Nixon firmó un acuerdo con Arabia Saudita, según el cual ese país —el mayor exportador de petróleo en aquel entonces— aceptaría pagos únicamente en dólares estadounidenses. A cambio, Estados Unidos garantizaría la seguridad de Arabia Saudita.

De la derrota a la desintegración

En un nuevo prefacio para la edición eslovena de su último libro, Emmanuel Todd plantea que todos los conflictos se están agravando. La perversidad de Trump se despliega en Oriente Medio, el belicismo de la OTAN en Europa. La amenaza es cada vez más patente.

Emmanuel Todd, La Haine

Menos de dos años después de la publicación en francés de La derrota de Occidente, en enero de 2024, se han cumplido las principales predicciones del libro. Rusia ha resistido sin mayores problemas el impacto militar y económico. La industria militar estadounidense está agotada. Las economías y sociedades europeas están al borde de la implosión. Incluso antes de que se derrumbe el ejército ucraniano, se ha alcanzado la siguiente etapa de la desintegración de Occidente.

Siempre he sido hostil a la política rusófoba de EEUU y Europa, pero, como occidental comprometido con la democracia liberal, francés formado en investigación en Inglaterra, hijo de una madre refugiada en EEUU durante la II Guerra Mundial, estoy consternado por las consecuencias que tiene para nosotros, los occidentales, la guerra librada sin inteligencia contra Rusia.

Estamos solo al comienzo de la catástrofe. Se acerca un punto de inflexión más allá del cual se desarrollarán las consecuencias definitivas de la derrota.

El «resto del mundo» (o Sur global, o Mayoría global), que se había contentado con apoyar a Rusia negándose a boicotear su economía, ahora muestra abiertamente su apoyo a Vladimir Putin. Los BRICS se amplían al aceptar nuevos miembros y aumentan su cohesión. Tras ser instada por EEUU a elegir bando, la India ha optado por la independencia: las fotos de Putin, Xi y Modi reunidos con motivo de la reunión de agosto de 2025 de la Organización de Cooperación de Shanghái quedarán como símbolo de este momento clave.

jueves, 25 de septiembre de 2025

Tiempo de actuar


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Mi petición: Sean la fuerza que actúe. Actuemos juntos. Unámonos de una vez para detener la guerra de Rusia. Sabemos cómo garantizar la seguridad. Lo que necesitamos ahora es un fuerte impulso para forzar a Rusia hacia la paz”, escribió Volodymyr Zelensky en referencia a su sentida comparecencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la que utilizó el argumento de la paz para, sin sutilezas, exigir más intervención directa en la lucha contra Rusia, que aparentemente considera mundial y colectiva y en la que todos están obligados a participar. La visión que trasladó Zelensky, en la que “Rusia sin China no es nada”, es exactamente la misma que viene utilizando su principal proveedor, Estados Unidos, que desde hace varias semanas trata de calificar el conflicto de guerra proxy de Beijing contra Occidente, añadiendo que India tiene las manos manchadas de sangre por adquirir de Rusia el petróleo que garantiza ingresos suficientes para que el Kremlin pueda continuar luchando. Esta versión de los hechos ignora que Estados Unidos es el principal suministrador de armas y que en cada momento en el que, tanto antes como después de la invasión rusa, ha sido posible guiar el conflicto hacia la diplomacia, los aliados de Kiev han rechazado incentivar el diálogo.

Ante todo, la retorcida imagen de una guerra de China en la que Rusia es un mero proxy mientras India se lucra en la distancia es una proyección de la actuación estadounidense, que como insistió el lunes Donald Trump actualmente solo vende las armas que los países europeos posteriormente entregan a Ucrania. “No estamos gastando dinero en la guerra, la guerra está siendo financiada por la OTAN, y la OTAN está comprando nuestro equipamiento. De hecho, no quiero ganar dinero, pero estamos ganando dinero con la guerra”, afirmó. Rusia y Ucrania ponen los muertos; la Unión Europea la financiación y Estados Unidos se lleva los beneficios. Sin ninguna perspectiva de negociación y de nuevo en una fase de escalada, es previsible que las grandes empresas armamentísticas estadounidenses puedan seguir lucrándose de la desgracia ajena durante un largo periodo de tiempo, algo que parece haber dejado de preocupar a Donald Trump, que estoicamente recordó en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas que esperaba que la guerra de Ucrania fuera la más sencilla de resolver de las muchas que dice haber solucionado. Y aunque su discurso fue una mezcla de campaña para conseguir el Nobel de la paz y una intervención en el debate sobre el Estado de la Nación, el conflicto fue uno de los temas destacados. En sus reproches a los países europeos, a los que insistió -utilizando el argumentario habitual de la extrema derecha- que están siendo destruidos por la inmigración y las energías renovables, Donald Trump exigió el cese inmediato de las adquisiciones de petróleo y gas ruso y la imposición de las sanciones que ordenó la semana pasada por medio de un post en su red social personal. Trump, ejerciendo desde la tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas de portavoz informal de la industria del gas y el petróleo de su país, busca que Estados Unidos se lucre aún más de la coyuntura de la guerra y se consolide la ruptura continental, que ha de perdurar más allá de un futuro cese de la violencia.

La amplia historia del narcotráfico estadounidense: una cronología

Icónica foto de Pablo Escobar y su hijo Juan Pablo frente a la Casa Blanca en Washington DC, en 1981

Misión Verdad


Múltiples eventos y situaciones históricas desnudan la relación estructural de ese país con el tráfico internacional de sustancias, y ponen en evidencia su hipocresía y falsa moral para emitir juicios sobre el tema y acusar a terceros países de "narcoestados".

Estados Unidos es, en realidad, el único gran narcoestado del planeta. La historia así lo demuestra. Ningún otro país ha desarrollado un vínculo tan profundo y sostenido en el tiempo con el narcotráfico como ese. En la cronología que se desglosa a continuación se destacan los hitos más resaltantes de la complicidad de Washington con el control comercial, económico y geopolítico de las drogas ilícitas a escala mundial.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Trump destruye la economía de EEUU


Michael Hudson, Counter Punch

Trump ha provocado una crisis en la agricultura estadounidense con su utilización del comercio exterior como un arma en la Guerra Fría con China y Rusia, en la industria manufacturera como resultado de sus aranceles sobre el acero y el aluminio, de inflación de los precios al consumidor principalmente por sus aranceles, y en la vivienda asequible con sus recortes de impuestos que han mantenido altas las tasas de interés a largo plazo para hipotecas, compras de automóviles y equipos, y la desregulación de los mercados dando carta blanca a los monopolios para fijar los precios.

1. El empobrecimiento de Trump de la agricultura de EEUU

Trump ha creado una tormenta perfecta para la agricultura estadounidense, primero en su política de Guerra Fría que ha cerrado China como mercado para la soja, contra Rusia, segundo objetivo de su política arancelaria bloqueando las importaciones y, por lo tanto, aumentando los precios de los equipos agrícolas y otros insumos, y tercero por sus déficits presupuestarios inflacionarios que mantienen altas las tasas de interés para la vivienda y los préstamos hipotecarios agrícolas y la financiación de equipos, mientras mantiene bajos los precios de las tierras agrícolas.

Las guerras del imperio en Latinoamérica y el Caribe

Venezuela, igual que Cuba, está en guerra y la unión del pueblo con su gobierno y sus fuerzas armadas fue la que hasta ahora erigió una formidable barrera a las pretensiones del imperio

Atilio Borón, La Haine

El título de esta nota puede inducir a creer que el objeto de estas breves líneas será recordar las numerosas aventuras militares del imperialismo norteamericano en Nuestra América, sobre todo en Centroamérica y el Caribe, “la tercera frontera imperial” como felizmente la definiera el profesor y ex presidente de la República Dominicana Juan Bosch. Pero no: nuestro propósito es examinar las guerras actuales del imperialismo, las que al día de hoy se libran en contra de Cuba y Venezuela.

Pese a que la Cumbre de la CELAC 2014 declaró a Nuestra América como Zona de Paz, lo cierto es que los países arriba nombrados son víctimas de una guerra no declarada pero no por ello menos perjudicial. Los cambios en “el arte de la guerra” a lo largo de las últimas décadas han tenido como una de sus consecuencias invisibilizar el enorme daño que hoy se puede infligir a las poblaciones agredidas y ocultar, al menos parcialmente, la responsabilidad criminal que le cabe al país agresor. En los casos que nos ocupan, EEUU es quien sin mediar una declaración formal de guerra, que requeriría una ley del Congreso de ese país, lleva más de sesenta años haciéndole la guerra a Cuba, con total impunidad, y diez años a Venezuela.

El caso venezolano se distingue del cubano porque existe una Orden Ejecutiva firmada el 9 de marzo del 2015 por el entonces presidente Barack Obama mediante la cual se declaraba la “emergencia nacional” ante la “amenaza inusual y extraordinaria que la situación de Venezuela suponía para la seguridad nacional y la política exterior de EEUU.” Es difícil al releer estas líneas no pensar en la soberana ridiculez de dicha Orden Ejecutiva. ¡La “seguridad nacional” de la mayor potencia militar y financiera del planeta amenazada por la Venezuela bolivariana!

sábado, 20 de septiembre de 2025

Desacoplamiento

Alain de Benoist sostiene que la presidencia de Donald Trump representa un punto de inflexión histórico que marca el fin del orden mundial liberal y la «desconexión» de Europa con respecto a Estados Unidos

Alain de Benoist, Arktos Journal

No hay que dejarse impresionar por los caprichos de Donald Trump. Detrás de los cambios de opinión, las afirmaciones contradictorias y los giros de rumbo que le caracterizan, hay una visión subyacente: solo importa Estados Unidos, el resto no cuenta para nada. En este punto, Trump piensa como sus predecesores, pero con dos diferencias importantes.

La primera es que ya no ve la utilidad de justificarse recurriendo a la propaganda misionera habitual en favor de ideales sublimes («democracia y libertad»). Dice sin rodeos que es a tomar o dejar.

La segunda es que ha comprendido claramente que las aventuras militares le cuestan a Estados Unidos mucho más de lo que le reportan. Por eso quiere que todo pase por el comercio.

Un cambio histórico

Trump no es ni aislacionista ni pacifista: sabe muy bien que el «comercio pacífico» no excluye las agresiones comerciales, el chantaje o las conquistas comerciales. Trump no está interesado fundamentalmente ni en la política, ni en la geopolítica, ni en las ideas, ni en la diplomacia, ni en las relaciones internacionales. Solo le interesan las relaciones de poder y los negocios. Como buen negociador, no tiene en principio amigos ni enemigos, sino socios comerciales. Según él, todo se puede comprar o vender, incluso Gaza o Groenlandia. Además, es un capitalista neomercantilista: en cualquier acuerdo comercial debe haber un ganador y un perdedor (siempre es un juego de suma cero).

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