lunes, 22 de diciembre de 2025

De Monroe a Trump, dos siglos de injerencia imperial

Trump como buen imitador, quiere hacerse dueño de las tierras y el petróleo venezolano, y sin quedarse atrás, pone la mira en Europa, en África o en Asia

Carlos Aznárez, Al Mayadeen

Cuando el ahora tan citado James Monroe lanzó aquella famosa frase "América para los americanos" en 1823, no podía a llegar imaginarse que esa declaración de sinceridad iba a recorrer toda la historia posterior de la política exterior estadounidense, y mucho menos que 200 años después uno de sus compatriotas -tan prepotente y ambicioso como él- iba a levantar la apuesta.

El primero advertía a los europeos colonizadores que se les había acabado la licencia para hacer lo que querían en el continente que va desde el sur del Río Bravo hasta los confines de Tierra del Fuego, no porque fuera un justiciero sino porque la frase susodicha significaba que "esas tierras son nuestras, los norteamericanos".

Su actual imitador, no se queda en chiquitas y además de autoproclamarse dueño de tierras y riquezas venezolanas que no le pertenecen, apelando a esa prepotencia habitual que lo caracteriza, expande el mismo anhelo colonizador cuando piensa en Europa, en África o en Asia. Y así como Monroe pensaba en ponerle coto a los europeos en su afán expropiatorio en el continente, Trump apela ahora a la Estrategia de Seguridad Nacional para hacer cumplir su dominio regional, por las buenas o por las malas, dejando fuera de juego a sus competidores Rusia y China.

Los problemas de la palabra decrecimiento

«Deberíamos instar a la gente a conocer el significado profundo del decrecimiento, escuchar lo que dicen los decrecentistas, profundizar en el tema y entablar debates más profundos», explica el biólogo Temi Vives

Temi Vives, Climatica

A fecha de hoy, la palabra decrecimiento es confusa para muchos, genera rechazo para bastantes y puede ser engañoso para algunos. Me parece, por tanto, necesario intentar explicar lo que quiere decir y sobre todo lo que no quiere decir. El principal problema con el decrecimiento es que genera una reacción emocional negativa al considerarse como un sacrificio, una manera de empeorar y de prescindir de algo que tenemos. Esa es la reacción más común en la sociedad cuando escucha el término por primera vez y las primeras preguntas que surgen suelen ser: ¿Decrecimiento de qué? ¿Y por qué? ¿Cómo puede ser que no crecer ayude a alguien? ¿Está todo el mundo convencido de que no ha de crecer, desarrollarse, mejorar? Incluso, quienes defienden el decrecimiento en el ámbito académico, lo ven como una palabra negativa, destructiva o disruptiva que desafía la creencia arraigada de que «el crecimiento es bueno».

Es interesante observar las diferentes reacciones al término por parte de sectores y grupos sociales diferentes. Por un lado, es obvio que para un número cada vez mayor de personas, el crecimiento perpetuo no es posible en un planeta finito y, por tanto, el decrecimiento parece intuitivamente correcto como respuesta a la crisis ecológica. Pero en cualquier caso, el término en sí ha sido y será útil ya que desafía y trastoca las suposiciones de cómo debería funcionar la economía, al cuestionar algo que generalmente se da por sentado: el crecimiento es natural y bueno.

La sombra del pinochetismo y el callejón sin salida de la izquierda atlantista


Geraldina Colotti, Sinistra in Rete

El 11 de marzo de 2026, con la toma de posesión del nuevo presidente de Chile, el país regresará oficialmente a los oscuros años del pinochetismo. En la segunda vuelta electoral del domingo 14 de diciembre, José Antonio Kast, candidato de los partidos de derecha que se unieron para la ocasión, ganó con el 58,16% de los votos frente a la representante de izquierda, Jeannette Jara, quien obtuvo el 41,84%.

Y será la primera figura de extrema derecha en dirigir el país desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990): el presidente con más votos de la historia. Como líder del ultraderechista Partido Republicano, recibió 7.252.410 votos, una cifra impulsada por la implementación del voto obligatorio. Y ganó en todas las regiones.

Jeannette Jara, miembro del Partido Comunista (quien está dispuesta a abandonar el partido si gana las elecciones), fue la candidata del pacto Unidad por Chile, pero en cambio logró el peor resultado de la izquierda desde el retorno a la democracia. Con el 41% de los votos, quedó por detrás del exsenador Alejandro Guiller, quien había alcanzado el 45% en 2017. Los 5.216.289 votos que obtuvo en la segunda vuelta no fueron suficientes, ya que se impuso en solo 32 de los 345 municipios de Chile.

«La democracia ha hablado alto y claro», dijo Jara al felicitar al ganador. Sin embargo, su voz era la de una clase política progresista agotada, incapaz de ofrecer una alternativa real al modelo neoliberal. La aplastante victoria de Kast no es un accidente histórico, sino el síntoma de un mal político más profundo.

domingo, 21 de diciembre de 2025

El plan A para robar a Rusia fracasa, así que el plan B de las élites europeas es robar a sus ciudadanos

La Unión Europea está capturada por fascistas belicistas y ladrones que harán cualquier cosa para saciar sus fantasías rusófobas

Strategic Culture

El Plan A consistía en robar la riqueza soberana de Rusia y entregársela al corrupto régimen neonazi ucraniano para continuar la guerra indirecta contra Rusia. Ursula von der Leyen y una camarilla de élites europeas rusófobas habían impulsado el plan de robo durante meses. A pesar de la engañosa retórica legalista sobre un "préstamo de reparaciones", el plan fue insoportable para varios estados de la UE, quienes lo interpretaron como un robo a gran escala e imprudente.

Incluso el Banco Central Europeo y el FMI advirtieron contra este plan, ya que desestabilizaría la credibilidad y la viabilidad financiera a largo plazo de la Unión Europea.

Esta semana, la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, y otros eurócratas no electos, como el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, intentaron, sin éxito, que los 27 países se adhirieran a su plan para saquear 200.000 millones de euros de activos rusos. La riqueza rusa ha sido incautada ilegalmente en bancos europeos desde que estalló la guerra indirecta impulsada por la OTAN en Ucrania en 2022. Respaldando a Von der Leyen en su desquiciada obsesión están el canciller alemán, Friedrich Merz, el primer ministro polaco, Donald Tusk, y otros supuestos líderes rusófobos.

sábado, 20 de diciembre de 2025

La bella y la bestia: sobre la estrategia de seguridad nacional de EEUU

El fuego en las entrañas de la Bestia NSS es la asociación estratégica entre Rusia y China: intentará socavarla por todos los medios necesarios. 'Divide y vencerás' o saquea

Pepe Escobar, La Haine

La nueva Estrategia de Seguridad Nacional (NSS por sus siglas en inglés) de EEUU, la versión de diciembre de 2025, es una criatura híbrida intrigante, peculiar, al estilo de El Bosco. No es exactamente lo que parece.

Una avalancha de titulares en un Occidente desconcertado se centró en un aparente impulso hacia la normalización entre Washington y Moscú. Pero eso está lejos de ser el foco principal de esta creación de La Bella y la Bestia.

Para empezar, ¿qué centauro diseñó la bestia de la NSS? ¿Podría ser Trump? Es poco probable. No podría ser el payaso secretario de las guerras eternas. No podría ser Marco Rubio, que apenas sabe señalar nada fuera de Venezuela y Cuba en un mapa. Entonces, ¿quién lo hizo?

El fuego en las entrañas de la Bestia NSS es la asociación estratégica entre Rusia y China: intentar socavarla por todos los medios necesarios.

Trump, instintivamente, y la vieja clase dirigente estadounidense, pueden haber llegado finalmente a la conclusión de que es inútil invertir en una guerra frontal contra dos competidores estratégicamente alineados, Rusia y China.

Así que se vuelve, una vez más, a la política de 'divide y vencerás'. Y para todos los demás, 'saquea'.

viernes, 19 de diciembre de 2025

¿Por qué "Israel" necesita una guerra regional para intentar sobrevivir?

Después de 60 días del falso alto al fuego en Gaza y los planes de Estados Unidos y sus aliados para los palestinos, las fuerzas estructurales subyacentes en Palestina y la región continúan llevando a "Israel" al colapso.

Daniel Lobato, Al Mayadeen

La indignación mundial generada durante dos años de genocidio en Gaza en su punto más intenso, tras el secuestro de la última flotilla por parte de "Israel", se ha convertido abruptamente en frustración para muchos.

En rápida sucesión se produjo la implementación de un supuesto alto al fuego, seguido de un espectáculo grotesco en El Cairo con Trump rodeado de líderes internacionales vasallos, y finalmente la aprobación de la Resolución 2803 del Consejo de Seguridad de la ONU, que refuerza la opresión de los palestinos. Esta serie de maniobras ha logrado, por ahora, impedir que las protestas mundiales culminen en sanciones y castigos por genocidio, y provocaran un enfriamiento de la movilización y la moral ante la complicidad política y mediática y el silencio sobre Palestina.

El objetivo es imponer la disonancia cognitiva ejemplificada por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, cuando afirma que «'Israel' está cometiendo genocidio», pero también que «hay un proceso de paz», como si lo primero pudiera ser borrado o complementado por lo segundo. Como si el actual telón de fondo de cartón piedra pudiera restaurar la «normalidad israelí» que existía antes del 7 de octubre ocultando la montaña de escombros y cadáveres, así como los crímenes sionistas cotidianos en Gaza, Cisjordania y Líbano.

Sin distraerse con estos malabarismos, un tribunal de juristas y académicos ha condenado al Estado español por tener pleno conocimiento del genocidio y no tomar medidas para suspender relaciones o imponer las sanciones necesarias, pese al gesto de boicotear Eurovisión, lo cual es incoherente con el resto de sus colaboraciones y relaciones con "Israel".

Reino Unido y la UE en una carrera para destruir hasta el último vestigio de libertad de expresión

Gran Bretaña, un país que prácticamente inventó los principios de la libertad de expresión, es ahora el país más represivo y atrasado de Occidente

Martín Jay, Strategic Culture

Gran Bretaña, un país que prácticamente inventó los principios de la libertad de expresión, es ahora el país más represivo y atrasado de Occidente, ridiculizado a diario por los mismos países que agasajaron por su historial en materia de derechos humanos. Hay muchísimos casos que, al menos, han aparecido en las noticias —al menos en redes sociales—, pero el caso de una madre a la que la policía entró en su casa mientras se bañaba para arrestarla por llamar "maricón" a su exnovio ha conmocionado a muchos, dado que el novio en cuestión la golpeó y ni siquiera le envió el mensaje. Elizabeth Kinney escapó de la cárcel, pero recibió una condena que incluía servicio comunitario y una multa considerable. Kinney fue solo una de las aproximadamente 12.000 personas que cada año en el Reino Unido son arrestadas y acusadas por expresar su opinión sobre un tema que el estado considera que podría perjudicar a alguien o, en el caso de la política, si simplemente desafía una narrativa. Esta farsa parece haberse salido de control cuando el largo brazo de la ley incluso arrestó e interrogó a la periodista de derecha Katie Holmes, quien, durante una rutina de comedia stand-up, se llamó a sí misma una "spazza" y posteriormente fue detenida durante horas por la policía del Reino Unido por el "delito".

Sin embargo, mientras Gran Bretaña se hunde en su peor momento, con el Estado estrangulando el derecho de sus ciudadanos a expresar sus ideas, o incluso pensemos en el caso de una activista antiabortista que fue arrestada por rezar en silencio, lo notable es la falta de protestas de las masas, muy conocedoras de la historia y de lo que creen que lucharon sus antepasados ​​en dos guerras mundiales. A menudo, las personas mayores, muy lúcidas en sus ideas sobre por qué los británicos no llevan documentos de identidad, a diferencia de los europeos, no reaccionarán con firmeza ante la oleada de arrestos absurdos y preocupantes de quienes desean ejercer la libertad de expresión, unos 30 al día.

jueves, 18 de diciembre de 2025

Geoestrategia cognitiva de la fenomenología cultural


Evgueni Vertlib, Katehon

Hoy en día, tanto el espacio físico como la esfera de la conciencia humana se encuentran en la vanguardia de la competencia global. El trasfondo geopolítico basado en los recursos y el territorio está dando paso a una guerra por el dominio cognitivo, en la que la verdadera profundidad estratégica se mide por la capacidad de un pueblo no solo para proyectar su voluntad, sino también para defender el «código cultural» interno de su identidad civilizatoria y nacional. En la era de las plataformas digitales omnipresentes, la cultura ha dejado de ser solo un instrumento de «poder blando» y se ha convertido en un elemento clave del cálculo geoestratégico, que requiere una comprensión fenomenológica de cómo la conciencia colectiva percibe y reacciona ante una influencia externa deliberada. Hoy en día, la ventaja estratégica pertenece a quienes poseen no solo los mejores misiles, sino también los algoritmos que controlan las emociones colectivas y destruyen la base epistemológica de la sociedad. Durante siglos, la geoestrategia ha operado con divisiones, toneladas de desplazamiento y reservas de petróleo, permaneciendo como una realidad de «fuerza bruta» y economía. Sin embargo, los cambios tectónicos provocados por la revolución digital han desplazado el escenario estratégico a un entorno mucho más difícil de definir: el dominio de la conciencia humana, las emociones y la cultura, dando lugar a una esfera de importancia crítica, la geoestrategia psicológica y cultural.

Los conflictos tradicionales se definían por el control del territorio, mientras que los enfrentamientos híbridos modernos se desarrollan por el control del espacio cognitivo del adversario. Este cambio de enfoque ha dado lugar a una nueva doctrina operativa: la geopolítica de las emociones. La esencia de la geopolítica de las emociones radica en que las decisiones tomadas por la sociedad y sus líderes son cada vez más el resultado de una influencia deliberada en el subconsciente colectivo, utilizando emociones como el miedo, la ira, la desconfianza y la nostalgia. cada vez más son el resultado de una influencia deliberada en el subconsciente colectivo, utilizando emociones como el miedo, la ira, la desconfianza y la nostalgia. Los Estados y los actores no estatales convierten las vulnerabilidades psicológicas de la sociedad en objetivos estratégicos, utilizando la desinformación deliberada y las «armas cognitivas» para alcanzar sus objetivos geopolíticos sin necesidad de una invasión física. Este nuevo tipo de guerra pone en peligro los pilares fundamentales de una sociedad estable, ya que el uso de «deepfakes», realistas gracias a los avances en inteligencia artificial, no solo distorsiona los hechos, sino que crea una «crisis epistemológica», socavando la propia capacidad de los ciudadanos para distinguir la verdad de la ficción. Cuando las instituciones clave —el gobierno, la prensa, la ciencia— dejan de ser percibidas como fuentes fiables, la sociedad pierde la base común para la acción colectiva y el consenso.

La gran corrupción de la OTAN, edición 2025

Ucrania sigue presionando para unirse a la Alianza, así como a la UE, está prácticamente planificada la eutanasia

Lorenzo María Pacini, Strategic Culture

Burocracia y dinero

Empecemos. La OTAN es una alianza política y militar creada para garantizar la seguridad colectiva entre los países miembros. Sin embargo, detrás de las decisiones políticas y las operaciones militares hay una estructura administrativa bastante precisa, un sistema financiero complejo y una forma específica de administrar los recursos y las economías internas. Comprender estos aspectos nos ayuda a ver a la OTAN no solo como una organización militar, sino como una máquina administrativa que coordina Estados con intereses y tamaños muy diferentes.

El organismo más importante es el Consejo del Atlántico Norte. Reúne a los embajadores de cada país miembro y decide por unanimidad. Es el lugar donde se aprueban políticas, operaciones e inversiones comunes. Debajo del Consejo está el Secretario General, que representa a la alianza, dirige el debate político y supervisa el trabajo del aparato civil. Luego está el Estado Mayor Militar Internacional, que vincula el lado político con el lado operativo y garantiza que las decisiones del Consejo se traduzcan en aviones militares viables.

A nivel práctico, gran parte del trabajo diario se lleva a cabo en comités técnicos. Se trata de grupos formados por representantes de los países miembros que se ocupan de temas específicos como logística, ciberseguridad, armamento o comunicación estratégica. Estos comités preparan estudios, proyectos de decisiones y normas técnicas. Por ejemplo, muchas de las reglas que hacen interoperables las fuerzas armadas de los miembros se originan aquí.

Kast: la «vía democrática» al pinochetismo

Con la victoria de José Antonio Kast, el pinochetismo vuelve al poder por vía electoral, articulando restauración neoliberal, autoritarismo moral y anticomunismo como respuesta a la crisis chilena

Pablo Abufom y Karina Nohales, Jacobin

El domingo 14 de diciembre, el ultraderechista José Antonio Kast se impuso con una amplia ventaja (58,2%) en la segunda vuelta presidencial frente a su contendora, la oficialista y militante del Partido Comunista, Jeannette Jara (41,8%).

El resultado se inscribe dentro de lo anticipado por las principales encuestadoras —en particular CADEM, cuya medición del 29 de noviembre proyectó con notable precisión el desenlace final—, pero también confirma una tendencia política más amplia, visible desde la primaria oficialista de junio. Como se señaló entonces: «El desafío para la candidatura de Jeannette Jara es mayúsculo en varios niveles. El primero y más relevante es transformar los 825.835 votos de la primaria en los 7 millones que se necesitarán para imponerse en la segunda vuelta presidencial, que por primera vez desde 2012 se realizará con voto obligatorio, una modalidad que, según todas las tendencias, ha favorecido a la derecha.»

Por su parte, tras la primera vuelta presidencial señalábamos que «los resultados electorales del domingo 16 de noviembre muestran con nitidez la magnitud de la victoria de la derecha. En la elección presidencial, ese bloque alcanzó el 50,3% de los votos, distribuidos entre José Antonio Kast (23,9%, Partido Republicano), Johannes Kaiser (13,9%, Partido Nacional Libertario) y Evelyn Matthei (12,5%, Chile Vamos)».

Con una participación del 85% del padrón, Jeannette Jara incrementó su caudal electoral entre la primera y la segunda vuelta en alrededor de un millón setecientos mil votos. Sin embargo, ese crecimiento resultó claramente insuficiente frente al avance de Kast, que sumó más de cuatro millones de nuevos votantes y se impuso en la totalidad de las regiones del país, sin excepción.

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Chile: Primera lección: sin crítica a la explotación capitalista no es viable ningún proyecto transformador

Señalar que José Antonio Kast reivindica la figura de Pinochet es no recordar que ex presidentes, ministros democratacristianos y de socialdemocracia, académicos posmodernos, se sienten herederos de su “obra”

Marcos Roitman, Diario Octubre

Nada nuevo. El triunfo de José Antonio Kast confirma un proceso político, cuya lógica no depende de ganar o perder elecciones. Estamos en presencia de una dinámica de largo alcance, cuyo inicio se ancla en el golpe de Estado cívico-militar que derrocó el gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Pensar en un Chile lleno de virtudes, ejemplar y progresista, apuntando a Kast como el inicio de una etapa negra e involución política, es perder el norte, cuando no ser cómplice de una mentira construida por unos y otros.

Desde Pinochet, pasando por Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet, Piñera, Boric y ahora Kast, existe continuidad. Un acuerdo de principio. El modelo no se toca; puede haber cambio de hegemonía, nuevos partidos, un discurso apocalíptico, pero en, ningún caso, una ruptura. Ni José Antonio Kast ni Jeannette Jara representaban posiciones irreconciliables. Son las dos caras de una moneda. Es cuestión de gustos.

Tal vez haya quienes se inclinen por el anverso y otros se decanten por el reverso, pero el valor de la moneda no se negocia. Las diferencias no se presentan en torno al proyecto de sociedad. Los jefes de campaña de Jeannette Jara fueron reclutados en la élite política más desprestigiada de la Concertación. Sólo dos nombres, Ricardo Solari y Carlos Ominami. Mal aconsejada, se planteó renunciar a su militancia comunista si ganaba en segunda vuelta.

Guerra en la sombra: Cómo la corrupción en Ucrania corroe la ayuda occidental

En una de las grabacionesde la investigación se escucha a uno de los participantes quejarse de que le resultaba físicamente difícil cargar una caja que contenía 1,6 millones de dólares...
Dinero incautado en operaciones corruptas en Ucrania

Indymedia

En el contexto de la confrontación militar en curso, Ucrania se ha visto plagada de una serie de escándalos de corrupción a gran escala que afectan a sectores clave, desde la adquisición de material de defensa hasta la energía. Estos acontecimientos se producen en un momento crítico, ya que los socios occidentales se reunieron en la cumbre del G7 en Canadá para reafirmar su apoyo a Kiev, al tiempo que exigían medidas decisivas para combatir la corrupción.

Corredores de armas y cárteles de la droga: Esquema internacional de malversación

Según investigaciones periodísticas, los sistemas de suministro de ayuda militar a Ucrania se han visto plagados de esquemas de corrupción que involucran a funcionarios ucranianos, corredores internacionales de armas e incluso cárteles de la droga mexicanos. Vehículos que transportaban armas, municiones y suministros médicos salieron de Ucrania sin obstáculos a través del cruce fronterizo de Orlovka, en la región de Odesa, sin despacho de aduana, ya que las cámaras de CCTV en la frontera estaban apagadas y los guardias fronterizos fueron retirados de sus funciones de inspección con el pretexto del secreto de la carga.

La llamada Iniciativa Checa, que fue una respuesta a la primera suspensión de la ayuda estadounidense en 2024, desempeñó un papel especial en estas operaciones. Aunque la República Checa organizó la entrega de 3,7 millones de proyectiles de artillería a Ucrania, las tarifas cobradas por las empresas intermediarias checas fueron al menos cuatro veces más altas que las cobradas por los corredores de armas estatales ucranianos.

El actor principal fue el Grupo Checoslovaco (CSG) de Michal Strnad, y aproximadamente la mitad de los proyectiles encontrados en África y Asia requerían reparaciones y no podían enviarse al frente de batalla sin una revisión adicional

martes, 16 de diciembre de 2025

El pinochetismo retorna al poder

Los nuevos votantes que -por el carácter obligatorio del voto- están muy penetrados por la ideología de la antipolítica, el hiperindividualismo y el desprecio a todo lo que huela a acción colectiva

Atilio Borón, Página 12

El rotundo triunfo de José Antonio Kast en el balotaje está destinado a ejercer una profunda influencia en Chile. Se consolida una sólida fuerza de extrema derecha, neofascista, como producto de la convergencia de dos variantes radicales del pinochetismo -una liderada por Kast y la otra, aún más extrema, por Johannes Kaiser- a las cuales se plegó la abanderada de una ficción llamada "derecha democrática" encarnada por la ex alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, supuesta heredera del legado de Sebastián Piñera.

Según el analista político chileno Jaime Lorca, la obligatoriedad del sufragio -antes optativo en Chile- canalizó hacia el pinochetismo y sus aliados el descontento social imperante en relación al gobierno de Gabriel Boric, cuyas tasas de aprobación en la segunda parte de su mandato oscilaron en torno a un magro 30 por ciento. Temas como la inseguridad, el odio hacia los inmigrantes (especialmente venezolanos) y la inflación -cercana al 4 % anual- fueron agitados demagógicamente por el candidato del pinochetismo, un hombre con un manejo tan descuidado de las cifras y las estadísticas como Javier Milei.

El socialismo después de la IA

Las tecnologías del capitalismo no deben ser consideradas sólo como meras herramientas que el socialismo podría utilizar mejor. Y mucho menos si hablamos de la IA, que en su despliegue cristaliza y hasta crea valores y deseos

Evgeny Morozov, Jacobin

La inteligencia artificial produjo un tipo poco frecuente de curiosidad popular. No solo entre inversores y fundadores, sino también entre personas que abren un navegador, escriben una pregunta y sienten —aunque sea de manera inexacta— que algo del otro lado piensa con ellas. Esa fenomenología importa. Más allá de lo que opinemos sobre el hype, las alucinaciones o la tabla de capitalización de OpenAI, la IA llega como una tecnología cuyos usos se descubren después de su despliegue, cuyos límites son porosos y cuyos efectos secundarios aparecen en lugares para los que nadie la diseñó. «Generativa» no es solo una palabra de marketing; nombra una inestabilidad real.

Para los socialistas, esta inestabilidad plantea un desafío específico. Y sus reflejos son conocidos: regular plataformas, gravar rentas extraordinarias, nacionalizar las empresas líderes, conectar sus modelos a un aparato de planificación. Pero si el socialismo quiere ser algo más que capitalismo con cuadros de mando más amables —si de verdad es un proyecto para rehacer colectivamente la vida material, y no solo para redistribuir sus resultados—, tiene que responder a una pregunta más difícil: ¿puede ofrecer una forma mejor de convivir con esta tecnología que la que ofrece el capitalismo? ¿Puede proponer una forma de vida distinta y deseable, y no solo una porción más justa de lo que el capital ya produjo?

Cuando el problema se plantea así, aparece como algo incómodo. Para una tradición obsesionada con maximizar las fuerzas productivas, el socialismo fue llamativamente rápido a la hora de dejar algunas de ellas fuera de la política. Trata a la tecnología como un kit neutral destinado a insertarse en instituciones mejores cuando estas existen. Tomemos los ferrocarriles, las centrales nucleares o los modelos de lenguaje: si el capitalismo los usa mal, el socialismo promete finalmente orientarlos al bien común. La pregunta real, sin embargo, es si incluso la teoría socialista más reciente y ambiciosa logra escapar a esta limitación, o si reproduce la neutralidad en un nivel más sofisticado.

El mundo más allá de Ucrania

Las negociaciones sobre Ucrania revelan el ocaso de la OTAN y el desinterés estadounidense por Europa

Enrique Román, Al Mayadeen

Nada concreto han aportado las conversaciones de Rusia y Estados Unidos para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. Steve Witkoff y Jared Kushner, enviados personales de Donald Trump ante el Kremlin, no han revelado mucho de las conversaciones con Vladimir Putin.

Una guerra existencial para ambos contendientes no se resuelve en una conversación entre Rusia y Estados Unidos o Ucrania y ambos. Las posiciones son bien distantes, la confianza sigue sin aparecer. Y pese a lo que diga la prensa occidental, Rusia está ganando la guerra.

Las versiones de que los 28 puntos eran una simple traducción de un plan ruso no se sostuvieron desde el primer examen. Ucrania, en los primeros meses de la guerra, tenía 250 mil soldados, y en el documento se habla de que la Ucrania que sucederá a la actual tendría 600 mil. Parecería una broma de mal gusto que le quita todo peso a aquella simplona teoría. Estaban cruzando la línea roja de Moscú.

Lo que se conoce es que el viaje a Rusia fue precedido en noviembre por reuniones de los negociadores estadounidenses, en Florida, con sus equivalentes rusos y, días después, con los ucranianos. De inmediato, Witkoff voló a Moscú para explicar a Vladimir Putin los resultados de las conversaciones con Ucrania. Zelenski habría aceptado algunos reclamos territoriales rusos, mientras Rusia habría cedido en otros puntos. Zelenski viajó luego a París para mantener informados a sus aliados europeos. Pero no había fundamentos para el optimismo.

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