El gobierno del presidente Raúl Castro da avances en su anunciado plan de eliminar “prohibiciones absurdas”, al autorizar a los cubanos a hospedarse en hoteles de primera clase, restituyendo así el ejercicio de un derecho constitucional que había sido anulado en la práctica durante casi dos décadas. Fuentes confirmaron que la decisión entró en vigor esta semana, al igual que la que permite arrendar autos, servicio que hasta ahora era exclusivo para extranjeros.
El viceministro de la Informática y las Comunicaciones, Ramón Linares Torres indicó, asimismo, que la contratación libre de la telefonía celular comenzará el 14 de abril, mientras que el Ministerio del Comercio Interior dispuso que este martes comience la venta sin restricciones de computadoras, DVDs y hornos de microondas, entre otros electrodomésticos.
En conjunto esas medidas responden a la crítica que Raúl Castro hizo en diciembre pasado al “exceso de prohibiciones y medidas legales, que hacen más daño que beneficio”. La mayoría de esas trabas, dijo el ahora mandatario, “pudiéramos decir que fueron correctas y justas en su momento, pero no pocas de ellas han sido superadas por la vida”.
Cuando Raúl Castro tomó posesión de su cargo anunció que en semanas eliminaría las restricciones “más sencillas”, muchas de las cuales “tuvieron como único objetivo evitar el surgimiento de nuevas desigualdades, en un momento de escasez generalizada, incluso a costa de dejar de recibir ciertos ingresos”. En ese discurso, el 24 de febrero, anunció que “otras regulaciones” podrían desaparecer en un plazo mayor, porque requieren estudio y cambios legales, y en algunas influyen “las medidas establecidas contra nuestro país” por Estados Unidos.
Es posible que el primer efecto de esas decisiones sea sicológico, al hacer notar a los cubanos que no tienen impedimentos legales para consumir bienes o servicios a los que sólo tenían acceso los extranjeros o los cubanos residentes fuera de su país, independientemente de que no todos tendrán recursos para optar por el nuevo abanico de ofertas.
Una segunda implicación es que algunas empresas estatales tendrán un nuevo flujo recaudatorio, al absorber pesos convertibles (CUC, igual a 1.08 dólares, la moneda en que se cotizan los servicios turísticos) que hasta ahora estaban en los bancos o debajo del colchón.
Fuente: Agencias