Esta vez ha sido el mismo gobierno de Bush, en su más osada vertiente intervencionista, el que ha dado a
Para comprender un poco el fenómeno es oportuno señalar que son los bancos privados –y no el banco central- los que “crean” la cantidad de dinero circulante. Un ejemplo didáctico sencillo para ejemplificar esta operatoria es la siguiente: Supongamos que un inversionista deposita 10.000 dólares en el Banco A. Este Banco A, arrojándose determinadas atribuciones, “presta” 8.000 dólares al Banco B, dejando apenas un 20% como reservas. El Banco B, a su vez, es libre de prestar al Banco C 6.400 dólares, dejando 1.600 dólares de reserva en caso de que sean requeridos por el inversionista para lo cual el banco tendrá una multitud de papeles (cheques, vales vista, etc). Luego el Banco C, presta al Banco D 5.120 dólares, etc. la cadena es infinita y de los 10 mil dólares iniciales los bancos han “creado” 50 mil dólares, considerando el sano caso de que los bancos se han resguardado con el 20%. Dado que esto no está del todo regulado los bancos pueden apelar más al límite y guardar apenas un 10% o un 5% de reservas, lo que multiplica la cantidad de dinero a 100 mil o 200 mil dólares (¡de los 10 mil iniciales!). En la actual crisis ha quedado demostrado que muchos bancos e inversionistas apelaban al 1% (creaban 1 millón de dólares a partir de los iniciales 10 mil).
Cuando hay confianza en los mercados y la velocidad de los pagos se mantiene constante, la burbuja se consolida, pero basta una leve ralentización de los pagos para que venga un frenazo brusco y los inversionistas quieran su dinero de inmediato.
En este caso, los inversionistas mayoritarios son los que manejan los fondos de pensiones (de todos los trabajadores) por lo que rescatan el dinero de las brasas para ponerlo en algún sitio seguro, aunque este no sea otro que “bajo el colchón” lo que crea un problema de liquidez y requiere la inyección de dinero fresco para no paralizar todo el sistema.
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