lunes, 31 de marzo de 2008

¡OLVIDEMOS EL DÓLAR!

El dólar se ha depreciado con respecto a las monedas importantes del mundo (incluyendo el peso chileno) en más del 30% en los últimos meses y en una tendencia que tiende a aumentar en forma inevitable. ¿Tiene algún sentido tenerlo como moneda de referencia, si altera los flujos en una montaña rusa y proyecta la inflación de precios internos?

Para comprender por qué una moneda se devalúa existen dos razones básicas: la primera es la emisión descontrolada de billetes creada para tapar los déficit fiscales; la segunda refiere a los déficit de la balanza comercial (comprar más al exterior de lo que se vende). Cuando la simultaneidad de los déficit fiscal y comercial se hace ostentoria (déficit gemelos) la devaluación es inevitable.

La economía estadounidense vive con un déficit gemelo desde mediados de los años 70. Pero dado el volumen en la producción de ese país el dólar se mantuvo fuerte, y dado que esa moneda era la divisa internacional el dólar logró consolidarse al ser apetecido-atesorado en los bancos centrales del mundo como auténtica “reserva de valor”. Esa demanda de atesoramiento fue la principal razón de la hegemonía del dólar.

Por otra parte, tras cada crisis: asiática, rusa, mexicana, argentina, surgía la presión por refugiarse en los billetes verdes como la panacea de la salvación. Siguiendo esta prédica, China tiene más de un billón de dólares en reservas y Japón y Rusia otro tanto, mientras que los países latinoamericanos ayudan a completar una suma que sobrepasa los 3,5 billones de dólares. Y esto es hablando en términos de la economía real.

Por el lado de la parte financiera la cosa es peor. Para 1980 los activos financieros mundiales eran iguales al PIB mundial, es decir todo lo que existía en papeles, era equivalente a lo que se producía en todo el mundo. Hacia 1995, es decir en apenas quince años, la cantidad de papeles era el doble al producto real, y en el 2005 era el triple. Hoy se calcula que la relación llega a 4 veces, lo cual, lejos de ser sostenible, es un caos.

La Reserva Federal ha inyectado 400 mil millones de dólares para evitar la quiebra del sistema. ¿Podrá evitarlo? No existe aún una teoría económica que permita resolver el actual dilema. Lo cierto es que cuanto antes nos olvidemos del dólar como moneda de referencia y transacciones, evitaremos sucumbir ante el colapso que está ad-portas.

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