jueves, 31 de enero de 2008

EL DESPLOME DEL DÓLAR


Los efectos expansionistas y el desastre provocado por la guerra de Vietnam deterioró la balanza de pagos y las reservas de oro atesoradas en Fort Knox se diluyeron rápidamente. En 1971 el déficit provocado por el conflicto asiático debilitó el dólar a un nivel insostenible y el 15 de agosto de ese año y en forma unilateral Richard Nixon suspende la libre convertibilidad del dólar en oro, ocasionando el derrumbe del sistema de Breton Woods. El dólar se devaluó y su paridad quedó sujeta, primero, a las decisiones de política económica de Washington, pero después al libre juego de la oferta y la demanda.

El nuevo sistema sirvió para fomentar la especulación con los diferenciales de los tipos de cambio y de las tasas de interés y alimentar la expansión del mercado financiero internacional. La reconstrucción europea creó un mercado de eurodólares (transferencias del Plan Marshall y reinversión de utilidades), y el alza en el precio del petróleo en 1973 originó el de petrodólares. Estados Unidos se benefició con la colocación de su deuda entre los países superavitarios a una tasa de interés atractiva y permitió que la banca privada internacional manejara un creciente volumen de transacciones financieras.

La devaluación del dólar de 1971 tuvo efectos inflacionarios y propició el alza del precio del petróleo en 1973 que cambió la relación del poder en el Medio Oriente y provocó una depresión mundial en 1974. Todo con una inflación al galope que alimentó el mercado de petrodólares en manos de la banca privada internacional, por las ganancias a los créditos otorgados a los países en desarrollo.

El abandono del patrón oro-dólar le otorgó una situación de privilegio a Estados Unidos quien pudo pagar sus deudas con la misma moneda que imprime y además tener la posibilidad de afectar, y hasta cierto punto manejar, la política económica mundial a través de su política económica interna.

EEUU fue el gran beneficiado con el uso de su moneda como divisa internacional al no tener costos de transacción mientras el resto del mundo sí. Además, tácitamente obligaba a los países a mantener sus reservas en dólares al ser la moneda oficial de pago. La impresión de dólares se hizo sin parar y éstos llegaron a cada rincón del planeta.

Una de las razones de la constante baja del dólar en los mercados –y que continuará durante un largo tiempo- es que parte de las reservas se están cambiando por monedas más sólidas (euro, yen, wuan) lo que seguirá inundando al mercado con dólares que nadie quiere retener, aunque haya presiones a nivel de gobiernos para no desprenderse de los billetes verdes en forma vertiginosa.

El desplome del dólar continuará y su absoluta inutilidad como moneda de referencia se hará cada día más evidente.

Marco Antonio Moreno

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