miércoles, 11 de junio de 2025

Cristina Fernández condenada por desafiar al poder real


Daniel Jadue*, Página 12

La justicia argentina ha hablado, y lo ha hecho con el tono solemne y cínico de los tribunales coloniales: seis años de prisión para Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidenta, una vez vicepresidenta y actual titular del Partido Justicialista. La acusación —mal disfrazada de caso de corrupción— es apenas una máscara de la verdadera causa: haber desafiado al capital y al poder mediático durante más de una década.

No es la primera vez, ni será la última. Lo que vemos hoy no es justicia: es una venganza de clase. Cristina no está siendo castigada por enriquecerse (cosa que no probaron), sino por tocar los intereses del capital concentrado: por ampliar derechos, por recuperar la soberanía de YPF, por enfrentar a Clarín, por poner a las Madres de Plaza de Mayo en la Casa Rosada y a los genocidas en la cárcel. Eso no se perdona.

Como explicó Lenin, el Estado burgués es "una máquina de opresión de una clase por otra". Y en América Latina esa máquina ha perfeccionado una nueva forma de dominación: el lawfare, o guerra judicial, donde el código penal reemplaza a los tanques, y los fiscales operan como tropas de ocupación ideológica. En esta guerra sucia, los enemigos del pueblo son juzgados por la misma justicia que amnistía a genocidas y empresarios evasores.

La condena a Cristina busca cancelar políticamente al kirchnerismo. La quieren proscripta, invisible, borrada del juego electoral, como hicieron con Lula en 2018, abriéndole la puerta a Bolsonaro. La receta es la misma: crear un clima mediático de linchamiento, judicializar decisiones políticas, manipular al Poder Judicial como un brazo armado del neoliberalismo.

Los últimos días de Gaza


Chris Hedges, The Chris Hedges Report

Esto es el fin. El último capítulo sangriento del genocidio. Pronto terminará todo. En unas semanas como mucho. Hay dos millones de personas acampadas entre los escombros o al aire libre. Docenas de ellas son asesinadas a diario por los proyectiles, los misiles, los drones, las bombas y las balas. Carecen de agua limpia, medicinas y alimento. Han alcanzado el punto de colapso. Enfermos, heridos, aterrorizados, humillados, abandonados, desahuciados, hambrientos, sin esperanza.

En las últimas páginas de esta historia de horror, Israel está provocando sádicamente a los hambrientos palestinos con promesas de comida, atrayéndolos a la estrecha y congestionada franja de tierra de catorce kilómetros que limita con Egipto. Israel y su cínicamente llamada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), supuestamente financiada por el Ministerio de Defensa de Israel y el Mossad, están convirtiendo el hambre en un arma. Están atrayendo a los palestinos al sur de Gaza del mismo modo que los nazis atraían a los judíos hambrientos del gueto de Varsovia para que subieran a los trenes que los llevaban a los campos de exterminio. El objetivo no es alimentar a los palestinos. Nadie sostiene seriamente que haya suficientes alimentos o centros de ayuda. El objetivo no es otro que hacinar a los palestinos en recintos fuertemente vigilados y deportarlos.

¿Qué viene a continuación? Hace tiempo que desistí de intentar predecir el futuro. Pero se producirá una explosión humanitaria final en el matadero humano de Gaza. Lo vemos en las aglomeraciones de palestinos que luchan por conseguir un paquete de alimentos, lo que ha desembocado en que mercenarios israelíes y estadounidenses hayan matado a tiros al menos a 130 personas y herido a más de 700 en los primeros ocho días de distribución de ayuda. Lo vemos con Benjamin Netanyahu armando a bandas vinculadas al ISIS [Estado Islámico de Irak y Siria] en Gaza que saquean los suministros de alimentos. Israel, que ha eliminado a cientos de empleados la UNRWA (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo), médicos, periodistas, funcionarios y policías en asesinatos selectivos, ha orquestado la implosión de la sociedad civil.

Rebelión y guerra en Los Ángeles


Magdiel Sánchez Quiroz, La Jornada

Como instrumento de las élites estadunidenses y expresión de las ideas más nefastas del supremacismo yanqui, el programa político que encabeza Donald Trump busca recuperar el cercenado poderío imperial de Estados Unidos. Su estrategia: combinar la guerra total a escala global contra los países enemigos, exacerbar la sumisión de países y entes político económicos ya subordinados y construir y eliminar a un enemigo interno en lo nacional.

A través de identificar a los inmigrantes como el enemigo interno, Trump construye el relato de que esa población– en especial la latina, asiática y africana– es la causa de todos los problemas del país. Las redadas contra migrantes se iniciaron bajo el argumento que sólo se deportarían a personas con una situación migratoria irregular que hubieran cometido algún delito. Pronto esto se demostró falso. Las deportaciones al centro de detención en El Salvador y a otros países incluyeron incluso a ciudadanos estadunidenses y a personas sin siquiera una multa de tránsito. Entre los criterios para identificarlos como delincuentes, además de aplicar el criterio racial, era que ellos tenían tatuajes (¡uno de cada tres estadunidenses tiene tatuajes!).

Desde el fin de semana pasado, la política antimigrante de Trump topó con la realidad: una rebelión espontánea de latinos –principalmente mexicanos– en la ciudad de Los Ángeles. Las redadas del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) fueron directamente a centros de trabajo en busca de personas “indocumentadas”. Eso detonó la ira popular. Cientos de personas las enfrentaron, impidiendo sus labores. Los combates se extendieron contra policías, personal de la FBI, de la DEA y de la oficina de seguridad del suelo patrio. Fue entonces que Trump envío a 2 mil tropas de la Guardia Nacional y 500 marines para sofocar la rebelión y, hasta ahora nada han podido hacer.

martes, 10 de junio de 2025

El rearme alemán hace retroceder a Europa un siglo

Se necesitarán años para reconstruir el ejército alemán, pero esta decisión marca un punto de inflexión que cambiará el rostro de Alemania. Y de Europa

Roberto Iannuzzi, Il Fatto Quotidiano

El anunciado rearme alemán devuelve al viejo continente a una lógica de poder largamente olvidada, en un contexto de tensiones y desequilibrios europeos, además de una dura confrontación con Rusia, lo que sin duda no augura nada bueno para el futuro de Europa. Países como Gran Bretaña, Francia y Polonia pretenden seguir el ejemplo alemán, mientras que otros observan con preocupación.

La idea de reforzar el ejército alemán no es nueva. Se remonta al anuncio del llamado “giro histórico” (Zeitenwende) por parte de Olaf Scholz, predecesor del actual canciller, tras la invasión rusa de Ucrania en 2022.

Sin embargo, dos años después de ese anuncio, el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores publicó un informe en el que afirmaba que el ‘giro’ no se había producido. Pero con la llegada de Friedrich Merz a la cancillería, las cosas parecen haber cambiado. En primer lugar, ha reformado el techo de la deuda, una novedad sin precedentes en la política fiscal alemana, que permite desbloquear cientos de miles de millones de euros en gastos de defensa.

Este flujo de dinero también servirá para financiar el ya considerable apoyo a Kiev (Alemania es el segundo proveedor de ayuda militar a Ucrania después de Estados Unidos).

¿Quien telecontroló los drones de Kiev?

Ucrania no podría haber llevado a cabo la Operación Telaraña sin la ayuda de los satélites de la OTAN o de un estado miembro. Esto es claramente una repetición de las acciones encubiertas de la CIA durante la Guerra Fría, salvo que, en esta ocasión, el presidente Donald Trump parece no haber sido informado con antelación. Su administración estaba demasiado ocupada presionando a sus aliados para que se desangraran y aumentaran su gasto militar al 5% de su PIB
Interpretando al comando de las SS Otto Skorzeny y su "Grupo Paladín", el general ucraniano Vasyl Malyuk logró llevar a cabo una operación encubierta a gran escala contra Rusia con la ayuda de la OTAN y el Mossad


Manlio Dinucci, Voltaire

El Ministerio de Defensa ruso anunció: "Kiev atacó aeródromos en cinco regiones rusas. No se reportaron bajas entre militares ni civiles". Según información publicada por Kiev (y el Wall Street Journal), el ataque se llevó a cabo de la siguiente manera:
«El servicio de inteligencia ucraniano (SBU) introdujo de contrabando componentes de drones ucranianos en Rusia y los ensambló en un lugar secreto. Agentes del SBU en Rusia utilizaron camioneros desprevenidos para enviar una versión moderna del Caballo de Troya, ocultando los drones en los techos de madera de contenedores de carga. El primer domingo de junio, los techos de los camiones, activados a distancia, se abrieron cerca de bases aéreas rusas. Más de 100 cuadricópteros (pequeños drones de cuatro rotores) despegaron y se abalanzaron sobre sus objetivos, destruyendo 13 aeronaves rusas estacionadas en las pistas».
Lo que Kiev no menciona es que una operación de este tipo requiere alta tecnología y redes de satélites militares que Ucrania no posee. Estas fueron claramente proporcionadas a Ucrania por la OTAN. No es ningún secreto que los servicios de inteligencia ucranianos reciben formación y capacitación de los Estados Unidos y la OTAN. Como señala el New York Times,
«La CIA está ayudando secretamente a Ucrania a luchar contra Putin. Durante más de una década, Estados Unidos ha cultivado una colaboración secreta de inteligencia con Ucrania que ahora es fundamental para que ambos países contrarresten a Rusia».

El silencio de los osos

El silencio de los osos terminará pronto y sabremos más sobre la determinación rusa; pero es probable que haya terminado el relato en el que se entiende que Trump “tiene la intención y hace lo que dice”. Los rusos están furiosos.

Alastair Crooke, Strategic Culture

Trump ha permanecido en silencio durante dos días. Un hecho sin precedentes. En los últimos días, Ucrania y sus cómplices han intentado un ataque masivo contra la fuerza de bombarderos nucleares estratégicos de Rusia; han conseguido derribar dos puentes sobre trenes civiles que se dirigían a Moscú; han atacado el puente de Kerch; y han asesinado a un general ruso con un artefacto explosivo.

Como observó Clausewitz hace dos siglos, el objetivo de la fuerza militar es imponer un resultado: es decir, que un adversario haga finalmente lo que se quiere de él.

Por lo tanto, en lo que respecta a las aventuras militares, es necesario tener las ideas claras desde el principio. Deben tener un objetivo político alcanzable y con perspectivas de realización.

Entonces, ¿cuál era el objetivo detrás de estos ataques ‘irregulares’ ucranianos?

Uno era sin duda demostrativo: ejercicios de relaciones públicas para afirmar que Ucrania y las fuerzas aliadas aún son capaces de organizar operaciones innovadoras al estilo de las fuerzas especiales. Y, por lo tanto, merecen un apoyo continuo. Como advierte el coronel Doug Macgregor:
"En su mayor parte se trató de un truco publicitario para intentar transmitir la impresión de que Ucrania es capaz de continuar la guerra. Todo lo que oigan en los medios occidentales… es probablemente falso o, como mínimo, una exageración grosera… Nos hemos perjudicado a nosotros mismos y a nuestra relación —lo que queda de ella— con Moscú… esas son las verdaderas consecuencias".
De acuerdo. Pero los trucos publicitarios no son una estrategia, ni los ataques ofrecen ninguna perspectiva de cambio en el paradigma estratégico-militar general. No dice que Occidente o Ucrania hayan descubierto de repente una estrategia política hacia Rusia en sí. No existe. En su mayor parte, las innumerables declaraciones occidentales se presentan como una mezcla de fantasías.

lunes, 9 de junio de 2025

El gran juego de la guerra

Trump amenaza a Putin y al mismo tiempo declara que todo lo que está sucediendo es culpa de Zelenski

Manlio Dinucci, Voltaire

De todo lo que dice Trump, sus aliados del G7 sólo retienen lo que les conviene y ahora se preparan para celebrar la victoria de los nacionalistas integristas ucranianos y para financiar la reconstrucción de Ucrania. Poco importa que no exista tal "victoria" y que no haya dinero para pagar la reconstrucción de la que tanto hablan. Para los dirigentes occidentales la guerra es sólo un juego, pero somos nosotros quienes la pagamos.

Mientras se plantea la posibilidad de decretar "sanciones" contra Rusia, Trump declara: «Putin está matando un montón de gente. ¿Qué diablos le pasa? Se ha vuelto absolutamente loco, lanza misiles y drones sobre las ciudades de Ucrania sin ningún motivo. Lo que Putin no entiende es que si no fuese por mí muchas cosas verdaderamente feas le habrían sucedido ya a Rusia, cosas realmente feas. ¡Está jugando con fuego!»

La agencia TASS reporta que el día que Putin visitó la región rusa de Kursk, ya liberada de las fuerzas ucranianas que la habían invadido, el helicóptero en el que viajaba estuvo en el epicentro de una oleada de drones ucranianos, finalmente destruidos por la defensa antiaérea rusa.

La Tercera Guerra Mundial sobre el escritorio


Jorge Majfud, Página 12

Las discusiones sobre las políticas de Donald Trump giran en torno a las posibles consecuencias de sus decretos que han revuelto el planeta. Hay algo que está ausente en los medios dominantes en los análisis académicos, y no son las consecuencias ni las intenciones declaradas, sino el origen de todo. No es un origen histórico; es un origen teleológico, un origen y una causa que está (de forma precaria) en el futuro. Al proceder de esta forma, no sólo encontraremos consistencia en la orgía de aranceles con otras políticas del mismo gobierno, como la guerra contra la inmigración y las universidades, sino también una conclusión dramática.

Estados Unidos tiene déficit comercial y un endeudamiento real, aunque no tan grave como Japón. Los genios de los negocios siempre han basado su éxito, a punta de cañón, en la irresponsabilidad propia y las obligaciones ajenas. Como toda crisis, es usada para el ajuste de los de abajo. Todos tenemos déficit con nuestro supermercado y superávit con nuestro empleador. Sin embargo, la idea anunciada en abril de 2025 (“El día de la liberación”) consistió en una tabula rasa de aranceles mínimos contra todo el mundo.

En 1890 McKinley produjo la mayor recesión del siglo con una política arancelaria. En 1930, Hoover agravó la crisis con más aranceles, produciendo la gran Depresión que obligó al país a socializarse para salir de la catástrofe. Un factor central de esa crisis iniciada en 1929 con el hundimiento de Wall Street se debió a la sobreproducción de productos industriales que no se podían vender porque los obreros no tenían capacidad de compra.

Ahora, imaginemos que se produce un milagro (anacrónico) y Estados Unidos se reindustrializa con salarios que nadie aceptaría hoy. ¿A quién le vamos a vender los productos industriales que nuestra clase media no podrá comprar y tampoco el resto del mundo debido a las barreras arancelarias?

Europa se aferra al statu quo de un mundo que ya no existe

La UE se ha convertido en un club de élites afines, unidas en apariencia pero movidas por la rivalidad y el interés propio

F. Andrew Wolf, Jr., The European Conservative

El rasgo distintivo de Europa Occidental hoy no es la unidad y fortaleza prometidas por sus fundadores, sino la obstinada ausencia de visión de futuro. Mientras Estados Unidos, China, Rusia e India construyen activamente su porvenir a largo plazo, Europa Occidental permanece anclada en la nostalgia. Sus políticos se aferran a soluciones del pasado. La agenda continental parece tener un único objetivo: preservar el statu quo de un mundo desaparecido.

La mentalidad retrógrada del liderazgo europeo ha convertido esta “unión” en un enclave de élites afines que compiten por influencia mientras se sabotean en privado. Concebida como fuerza geopolítica unificada, la UE se ha reducido a un club de intereses cínicos que perpetúa el dominio de unos pocos.

Alemania lucha por mantener su hegemonía económica, asegurando a Washington que es el único socio transatlántico confiable. Francia, expulsada de sus antiguas colonias africanas, compensa exhibiendo su arsenal nuclear sobre Europa. Reino Unido, antes reacio, ahora coquetea con reintegrarse al proyecto europeo. Los países más pequeños comprenden su papel de peones en el tablero geopolítico.

Bruselas se ha convertido en escenario de teatro burocrático. Figuras como Von der Leyen y Kallas pronuncian discursos grandilocuentes carentes de sustento real. La pantomima de unidad europea se revela cada vez más hueca.

Una Siria libre no puede existir sin una Palestina libre

Los enemigos de Siria no son los mismos que los de los israelíes, porque los enemigos de los israelíes incluyen a los propios sirios, junto con los palestinos, libaneses, jordanos, egipcios, iraquíes y otros

Robert Inlakesh, Al Mayadeen

El camino de la capitulación, la "coordinación de seguridad" y la normalización para Siria está condenado al fracaso. No solo es imposible ignorar la flagrante realidad de una ocupación israelí en constante expansión, sino que Siria también actúa como una incubadora clave para las tendencias y la resistencia regionales. Ahora, mientras Gaza sufre el genocidio, las naciones árabes son conducidas por el camino de la humillación, sin siquiera la pretensión de obtener una ganancia estratégica.

Como dice el viejo refrán, «la historia no se repite, pero rima». Si bien la mayoría de los comentaristas que buscan analizar la difícil situación de Bilad al-Sham ofrecen predicciones contradictorias sobre el futuro del Estado sirio, a menudo lo hacen sin profundizar en una historia que nos brinde indicios sólidos de lo que está por venir.

El nuevo líder de Siria, Ahmed al-Shara'a, colabora abiertamente con "Israel". Si bien no ha firmado un acuerdo de normalización, admite haber mantenido consultas conjuntas de "seguridad", que el medio hebreo Yediot Aharonot reveló que eran directas entre delegaciones sirias e israelíes. El gobierno de Al-Shara'a también entregó los archivos y pertenencias del espía israelí más infame del mundo árabe, Eli Cohen.

Según informes de los medios de comunicación israelíes y funcionarios estadounidenses, el liderazgo de Damasco está participando en conversaciones de normalización y ha indicado su intención de seguir adelante, con el objetivo de complacer al presidente estadounidense Donald Trump y potencialmente cumplir una de sus condiciones clave para levantar las sanciones.

domingo, 8 de junio de 2025

El Reino Unido se prepara para la guerra

En primer lugar, con Rusia, aunque Londres revisa otras amenazas

Leonid Savin, Oriental Review

El lunes 2 de junio de 2025, el Gobierno británico publicó el tan esperado Strategic Defence Review 2025, un documento de 140 páginas que ofrece una visión del desarrollo de las fuerzas armadas del país, su uso y las amenazas a las que se enfrenta el Reino Unido.

El preámbulo señala que «la amenaza a la que nos enfrentamos ahora es más grave y menos predecible que en cualquier otro momento desde la Guerra Fría». El Reino Unido se enfrenta a la guerra en Europa, a la creciente agresión rusa, a nuevos riesgos nucleares y a ciberataques diarios en su territorio. Nuestros adversarios están colaborando más entre sí, mientras que la tecnología está cambiando la forma de hacer la guerra. Los drones matan ahora a más personas que la artillería tradicional en la guerra de Ucrania, y quien consiga que sus Fuerzas Armadas dispongan de las nuevas tecnologías más rápidamente tendrá ventaja».

Además, se explica que el Reino Unido está experimentando «un cambio histórico en nuestra disuasión y defensa: pasar a la preparación para la guerra con el fin de disuadir las amenazas y reforzar la seguridad en el área euroatlántica. A medida que el Reino Unido asume una mayor responsabilidad en la seguridad europea, debemos tener una política de defensa que dé prioridad a la OTAN y liderar dentro de la Alianza. El Reino Unido se convertirá en la vanguardia de la innovación en la OTAN».

En resumen, la nueva estrategia sugiere cuatro direcciones que deberían conducir a algún tipo de efecto sinérgico:

sábado, 7 de junio de 2025

El sistema cambia, pero no hacia el «neofeudalismo»

Algunos pensadores de izquierda argumentan que, a medida que los magnates de la tecnología se vuelven locos, el capitalismo está mutando hacia una forma de «neofeudalismo». Pero lo que realmente estamos presenciando es un gran cambio dentro del capitalismo y no una transición desde él.

D. Addison y M. Eisenberg, Jacobin

Los magnates tecnológicos estratégicamente situados alrededor de Donald Trump en su toma de posesión el 20 de enero de este año representaron una suerte de «quién es quién» de la clase oligárquica. Desde Jeff Bezos hasta Mark Zuckerberg, pasando por todos los demás, los líderes de la industria tecnológica estadounidense acudieron a rendirle homenaje a su nuevo gobernante.

Las intrigas palaciegas eran palpables. Los periodistas especularon sobre la coreografía de la ceremonia, examinando cómo la ubicación de los magnates ofrecía pistas sobre su estatus y su influencia en la conformación del nuevo régimen. La estructura piramidal de la sociedad estadounidense nunca había sido tan evidente. La toma de posesión de Trump fue, sin dudas, la manifestación más vívida de la creciente centralidad política de los multimillonarios líderes tecnológicos.

En los últimos años, distintos comentaristas y pensadores de izquierda recurrieron a ideas como «tecnofeudalismo» o «neofeudalismo» para explicar lo que está sucediendo. Sin embargo, esos conceptos acaban aportando más confusión que claridad al debate sobre hacia dónde se dirige el capitalismo.

Miradas retrospectivas

El libro de Yanis Varoufakis de 2023, Tecnofeudalismo. El sigiloso sucesor del capitalismo, fue quizás la incursión más ampliamente discutida en este campo. Pero este año se le unió Capital’s Grave: Neofeudalism and the New Class Struggle (La tumba del capital: neofeudalismo y la nueva lucha de clases), de Jodi Dean. Ambas obras sugieren que el mundo dejó atrás al capitalismo para entrar en un orden feudal emergente.

El legado de Ruy Mauro Marini


Emir Sader, Página 12

Ruy Mauro Marini fue el intelectual marxista más importante de la segunda mitad del siglo pasado. Un pensador de la teoría de la dependencia que supo articular las relaciones externas con la estructura de clases interna de cada país. Pude vivir con él en Brasil, luego en Chile, en México y finalmente de nuevo en Brasil. Cuando murió, recogí los textos que estaban en su casa. Entre ellos se destaca el que llamó Memoria. Un texto de unas 80 páginas, acompañado de una larga bibliografía. Se trata de un escrito sobre su trayectoria profesional, pero estrechamente interconectado con la construcción de su teoría.

Nacido en Minas Gerais, Ruy Mauro pronto se trasladó a Río, donde inició su proceso de desarrollo intelectual, influenciado por sus maestros. Fue entonces cuando lo conocí, en Río, cuando participábamos de la misma organización, surgida de la fusión de un grupo de San Pablo, un sector del Partido Socialista, al que él pertenecía, y un grupo del Partido Laborista Brasileño de Minas Gerais. La organización surgida de esta fusión pronto sufrió los efectos del golpe militar de 1964, a partir de lo cual Ruy Mauro dividió su trayectoria en tres períodos de exilio, hasta su regreso a Brasil.

El primer exilio se produjo en México, donde se concentraría gran parte del exilio latinoamericano, al enlazarse los golpes militares en Brasil, Chile y Argentina. En este primer exilio, las reflexiones de Ruy Mauro se centraron en la interpretación de la naturaleza del golpe en Brasil. Su libro Subdesarrollo y Revolución recoge esos análisis.

Su segundo exilio tuvo lugar en Chile, cuando comenzó el gobierno de Salvador Allende. Instalado inicialmente en Concepción, al sur del país, pudo entrar en contacto con los sectores más radicales de la izquierda chilena, especialmente con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Este vínculo confirma una característica única de Ruy Mauro entre los intelectuales latinoamericanos: su articulación del trabajo teórico con el trabajo concreto de organizaciones de izquierda radical en el continente.

viernes, 6 de junio de 2025

El "kabuki" de Estambul fue un espectáculo de mal gusto

La opinión pública rusa está cada vez más harta de ser blanco de ataques terroristas en serie. La hora de la decisión fatídica se acerca

Pepe Escobar, Strategic Culture

Este era el estado de ánimo en los círculos informados de Moscú, solo unas horas antes de la nueva puesta en escena en Estambul de las "negociaciones" entre Rusia y Ucrania, el pasado lunes2 de junio.

Tres puntos clave.

  • El ataque contra los bombarderos estratégicos rusos, parte de la tríada nuclear, fue una operación conjunta de EEUU y Reino Unido. Especialmente del MI6. La inversión tecnológica y la estrategia general corrieron a cargo de este combo de inteligencia.
  • No está nada claro si Trump está realmente al mando o no. Así me lo confirmó por la noche una fuente de inteligencia de alto nivel, que añadió que el Kremlin y los servicios de seguridad estaban investigando activamente todas las posibilidades, especialmente quién dio la luz verde definitiva.
  • Consenso popular casi universal: liberar a los Oreshnik. Además de oleadas de misiles balísticos.

Como era de esperar, el kabuki [teatro tradicional japonés] de Estambul llegó y se fue como un espectáculo de mal gusto, con la delegación ucraniana vestida con uniformes militares y el ministro de Defensa Umarov incapaz de hablar un inglés mediocre en una caótica rueda de prensa tras la breve reunión de una hora y cuarto.

El Ministerio de Asuntos Exteriores turco describió épicamente el kabuki como "no negativo".

Geoeconomía y Estado

Geoeconomía es el nuevo concepto que algunos de los productores de narrativas políticas buscan instalar como alternativa al declive del ideologema neoliberal

Álvaro García Linera, Pagina 12

Primero fue el FMI que usó la categoría para alertar de la fragmentación regional del globalismo. Luego el Financial Times lo menciona para nombrar el inicio de una nueva era de relaciones internacionales. Geoeconomía es el nuevo concepto que algunos de los productores de narrativas políticas buscan instalar como alternativa al declive del ideologema neoliberal.

Ciertamente hay autores que intentan proporcionar una estructura argumental más seria como Babic (Geoökonomie. Anatomie der neuenWeltordnung, 2025); e, incluso, otros ensayan fórmulas matemáticas básicas con el objeto de parametrizar el concepto y prever comportamientos gubernamentales venideros (Clayton, The political economy of geoeconomic power, 2025). Lo cierto es que estamos ante una categoría que será invocada con más frecuencia por economistas y políticos.

La mayoría de los autores que nombran a la geoeconomía lo hacen para resaltar el uso estatal de coacciones comerciales y financieras para inducir a otros estados a realizar acciones que beneficien económica y geopolíticamente al primer Estado, dando lugar a espacios regionales de influencia y vasallaje.

Las herramientas que se utilizan para tal propósito van desde las sanciones económicas (por ejemplo, excluir a un país del sistema Swift); control de exportaciones (por ejemplo, prohibir la venta de biotecnología a China); reestructurar las cadenas de suministros (por ejemplo, relocalizar los lugares donde se fabrican automóviles); manipular la ayuda exterior para asegurar alineamiento político (por ejemplo, que el FMI otorgue préstamos a un determinado país); presionar a empresas nacionales o extranjeras para que modifiquen sus inversiones (por ejemplo, que Apple fabrique el IPhone en EEUU); subir los aranceles para limitar importaciones (por ejemplo, el 30% a las industrias más eficientes de China o Alemania); subvencionar con fondos públicos emprendimientos privados en el país (por ejemplo la ley CHIPS en EEUU), etcétera.

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