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domingo, 10 de enero de 2021

Trump sitiado y abandonado, enfrenta su segundo proceso de destitución

David Brooks, La Jornada

Donald Trump está acusado de sedición, poniendo en peligro a su propio país, y enfrenta su segundo proceso de destitución en menos de un año, con llamados por su renuncia incluso de figuras de su propio partido; ha sido abandonado por sus amigos empresariales, ha roto hasta con su propio vicepresidente y sus cuentas han sido bloqueadas en redes sociales, y nada de esto debería sorprender a nadie (de hecho, los que pretenden serlo sólo lo hacen para salvarse a sí mismos).

La acusación para el proceso de destitución o impeachment afirma que Trump incitó a la violencia contra el gobierno de Estados Unidos para subvertir su derrota electoral. Agrega que puso “en peligro grave la seguridad de Estados Unidos… amenazó la integridad del sistema democrático, interfirió con la transición pacífica del poder” y ha demostrado que permanecerá siendo una amenaza a la seguridad nacional, la democracia y la Constitución si le es permitido permanecer en su puesto.

jueves, 26 de septiembre de 2019

La caja de los truenos del 'impeachment' a Trump

Ya no parece tan seguro el blindaje de la mayoría republicana en el Senado, que será, a la postre, el órgano de poder que decida la suerte del presidente


Juan Antonio Sacaluga, Nueva Tribuna

Lo que no consiguió el informe Mueller lo ha puesto en marcha la denuncia anónima y en origen discreta de un miembro de los servicios de inteligencia. Si en el caso del Rusiagate no pareció encontrarse la pistola humeante, la prueba fatal que pusiera al turbulento presidente en el disparadero de su posible impeachment (destitución), en esta conexión ucraniana todo ha ido más rápido. Lo que no quiere decir que Trump tenga los meses contados, ni mucho menos. Pero ya no parece tan seguro el blindaje de la mayoría republicana en el Senado, que será, a la postre, el órgano de poder que decida la suerte del presidente.

Un anónimo denunciante (whistleblower), perteneciente al servicio interior de la Casa Blanca, ejerció la prerrogativa legal (casi una obligación ciudadana) de informar de unos comentarios, que él estimó no apropiados, vertidos por el Presidente durante una conversación telefónica con su colega de Ucrania, a finales de julio. Según revelaciones periodísticas, Trump habría presionado al joven y neófito Zelensky para que los servicios secretos ucranianos investigaran los negocios en aquel país del hijo del exvicepresidente norteamericano y precandidato presidencial Joe Biden y el papel que éste pudiera haber jugado en ellos, ya que Obama lo había encargado de seguir de cerca la situación en Ucrania. Entretanto, la Casa Blanca había congelado un paquete de ayuda de 400 millones de dólares al gobierno de Kiev, aprobado previamente por el Legislativo. La Casa Blanca asegura que esa decisión había sido adoptada antes de las conversaciones entre los presidentes. ¿Fue así?

EL DILEMA RECURRENTE DE LOS DEMÓCRATAS

Nada más saltar a la luz estos detalles, volvió a plantearse el debate sobre la capacidad y la honestidad de Trump para ejercer el cargo. No tardó en resurgir la opción del impeachment, alentada por un sector de la oposición demócrata. Pero su líder legislativo, la octogenaria presidenta de la Cámara de Representantes (tercer cargo del país en el escalafón institucional) se mostraba renuente. Como había hecho durante la trama rusa, incluso después de hacerse público el informe Mueller.

lunes, 23 de julio de 2018

El columnista del Washington Post exige intervención del “Estado profundo”

Andre Damon, wsws

La histeria mediática que rodea al encuentro del presidente estadounidense Donald Trump con el presidente ruso Vladimir Putin en Helsinki se ha convertido en la ocasión para un giro radical hacia la derecha en la élite gobernante y el aparato mediático de los Estados Unidos. Los editoriales estadounidenses se han llenado de llamamientos explícitos para medidas estatales-policiales e intervención de las agencias de inteligencia en los asuntos del Estado que se habrían considerado inaceptables hace una semana.

El viernes, el columnista del Washington Post Eugene Robinson publicó una columna intitulada "Dios bendiga el Estado profundo", en la que presenta a los "servidores públicos que fueron ridiculizados por los trumpistas como el supuesto 'Estado profundo'" como un antídoto contra un presidente traidor y un Congreso ineficaz.

Robinson nunca define con precisión lo que quiere decir con el "Estado profundo", pero cita al director de Inteligencia Nacional, Daniel Coates, como uno de los funcionarios de alto rango que han respondido a la afirmación de Trump de que Rusia no “interfirió" en las elecciones del 2016. Es hacia tales oficiales de inteligencia y militares hacia los que el columnista del Post está atraído

domingo, 22 de julio de 2018

El deep State o el complejo militar industrial de Beltway tras la cabeza de Trump?

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Sin tapujos, Ron Paul –ex legislador texano del Partido Republicano y padre del influyente senador Rand del Partido del Té– imputa al complejo militar industrial de Beltway de estar detrás del sabotaje de la cumbre en Helsinki: aterrorizado de realizar la paz con Rusia por “cientos de miles de millones de razones –conocidos como dólares–” que harán lo que sea para prevenir el acercamiento de Trump y Putin.

Al unísono de la pérfida acusación del juez especial Robert Mueller, el complejo militar industrial de Beltway busca la decapitación de Trump (http://bit.ly/2JFB1Nb).

Ron Paul –crítico cartesiano de los más creíbles a sus 82 años, en contrapunto al pugnaz senador Republicano John McCain, de 81 años, vinculado a los intereses bélicos de George Soros– conoce los intríngulis del poder en Estados Unidos, hoy en plena guerra civil cacofónica tras la polémica conferencia de Trump en Helsinki (http://bit.ly/2Ldo7f6). Ron Paul explaya la diferencia entre el deep State y el complejo militar industrial de Beltway. Juzga que “el deep State no constituye una secreta y amplia teoría de la conspiración”, ya que es real, opera abiertamente y está lejos de ser monolítico, cuando es simplemente el gobierno permanente y no elegido que continúa expandiendo su poder independientemente de la forma en que votan los estadounidenses. Ron Paul afirma que “existen facciones del deep State que están contentas (sic) con las políticas del presidente Trump”, que se pudiera decir aun que las representa.

miércoles, 31 de mayo de 2017

Presidente de Brasil es forzado a retirar orden que llamaba al ejército contra los manifestantes

Bill Van Auken, wsws

El presidente de Brasil Michel Temer fue obligado a retirar una orden ejecutiva que había emitido en la que llamaba al ejército a las calles y les otorgaba el poder de arresto por el período de una semana.

La medida fue supuestamente tomada para parar una protesta en la capital de Brasilia el miércoles que había sido convocada por los sindicatos y los movimientos sociales para oponerse a las “reformas” de pensiones y laborales que atacan derechos sociales básicos y exigen exigir la destitución de Temer y el reemplazo por medio del llamado a elecciones directas.

Llamar al ejército, sin embargo, tenía el aire de ser un acto de desesperación por la parte de un presidente que confronta múltiples acusaciones de corrupción y es visto como ilegítimo por la mayoría de la población brasileña.

Las más recientes encuestas de opinión indican que Temer —el ex vicepresidente que fue instalado en el palacio presidencial por medio de la destitución de su predecesor, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) Dilma Rousseff en agosto de 2016 por acusaciones fabricadas de irregularidades presupuestarias— es opuesto por el 95 por ciento de la población, con un 85 por ciento aprobando la inmediata convocación a nuevas elecciones.

martes, 30 de mayo de 2017

Las alternativas para la destitución de Temer

Fernando de la Cuadra, Alainet

La situación política en Brasil se ve como una larga agonía de Temer. En efecto, es posible observar que Temer está perdiendo cada vez más el apoyo de sus aliados, tanto a nivel de los partidos que formaban la base de la coalición montada a partir de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff como a nivel de personalidades emblemáticas de la política brasileña tales como el expresidente Fernando Henrique Cardoso o el presidente del Partido Popular Socialista, Roberto Freire, que al renunciar a su cargo como Ministro de Cultura, señaló que el actual presidente ya no tiene condiciones ni políticas ni morales para continuar al mando de los destinos del país. Es difícil anticipar una fecha exacta, pero todo parece indicar que el actual mandatario no podrá concluir su gobierno. El problema es que quien lo puede substituir en la línea de sucesión, el presidente de la Cámara, diputado Rodrigo Maia, también se encuentra involucrado en varios casos de corrupción y está siendo acusado por los procuradores que tienen en sus manos el proceso Lava-Jato, aún en plena investigación por parte de la justicia brasileña. En caso de la destitución de Temer, una probable salida podría ser que asuma interinamente la jueza Carmen Lúcia, que ocupa en este momento la Presidencia del Supremo Tribunal Federal (Corte Suprema).

martes, 23 de mayo de 2017

Bolsa de Brasil se desploma tras acusaciones de corrupción contra Temer

Bill Van Auken, wsws

Las acciones del principal mercado bursátil de Brasil se desplomaron un 10,47 por ciento en los primeros minutos de la apertura del jueves, desencadenando el llamado “cortocircuitos” automático, que detuvo el comercio por primera vez desde la crisis financiera mundial del 2008.

La venta motivada por el pánico en la capital financiera de Sao Pablo fue causada por la dramática intensificación de la crisis política del país, con el presidente Michel Temer y su aliado político principal, el senador Aecio Neves, líder del derechista PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña), implicados directamente en el prolongado escándalo de corrupción, la Operación Lava Jato.

El gigante de los medios de comunicación del país, O Globo, informó la noche del miércoles que, como parte de un acuerdo judicial, un prominente ejecutivo de negocios había entregado grabaciones a la Suprema Corte del país. Las grabaciones registran a Temer avalando la compra del silencio del político encarcelado Eduardo Cunha, y pidiéndole a Neves 2 millones de reales (casi 600.000 dólares) para pagar su propia defensa contra cargos de corrupción.

Según O Globo, las grabaciones, hechas en secreto el pasado marzo, registran a Joesley Batista, director ejecutivo de JBS, una de las compañías frigoríficas más grandes del mundo, diciéndole a Temer que le está haciendo pagos mensuales a Cunha, el exlíder de la cámara baja del Congreso brasileño encarcelado por múltiples cargos de corrupción, para evitar que delate a otros involucrados en el inmenso soborno y el escándalo de corrupción que gira alrededor de la compañía petrolera estatal Petrobras. Según el informe, se escucha a Temer en la grabación indicándole a Batista, “Tienes que mantener eso, ¿de acuerdo?” Cunha, miembro del Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de Temer, fue el arquitecto inicial del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), que colocó a Temer en el poder. También fue el nexo de la vasta operación de soborno que ha implicado prácticamente a todos los partidos en Brasil, incluyendo al PT.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Tragedia brasileña: otro asesinato a la democracia en manos de la derecha

Atilio Borón

Una banda de malandros, como canta el incisivo y premonitorio poema de Chico Buarque –malandro oficial, malandro candidato a malandro federal, malandro con contrato, con corbata y capital– acaba de consumar, desde su madriguera en el Palacio Legislativo de Brasil, un golpe de Estado (mal llamado blando) en contra de la legítima y legal presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Y decimos mal llamado blando porque, como enseña la experiencia de este tipo de crímenes en países como Paraguay y Honduras, lo que invariablemente viene luego de esos derrocamientos es una salvaje represión para erradicar de la faz de la tierra cualquier tentativa de reconstrucción democrática. El tridente de la reacción: jueces, parlamentarios y medios de comunicación, todos corruptos hasta la médula, puso en marcha un proceso seudolegal y claramente ilegítimo, mediante el cual la democracia en Brasil, con sus deficiencias, como cualquier otra, fue remplazada por una descarada plutocracia animada por el solo propósito de revertir el proceso iniciado en 2002 con la elección de Luiz Inacio Lula da Silva a la presidencia.

La voz de orden es retornar a la normalidad brasileña y poner a cada cual en su sitio: el povao, admitiendo sin chistar su opresión y exclusión, y los ricos disfrutando de sus riquezas y privilegios sin temores a un desborde populista desde el Planalto. Por supuesto que esta conspiración contó con el apoyo y la bendición de Washington, que desde hacía años venía espiando, con aviesos propósitos, la correspondencia electrónica de Dilma y de distintos funcionarios del Estado, además de Petrobras. No sólo eso: este triste episodio brasileño es un capítulo más de la contraofensiva estadounidense para acabar con los procesos progresistas y de izquierda que caracterizaron a varios países de la región desde finales del siglo pasado. Al inesperado triunfo de la derecha en la Argentina se le agrega ahora el manotazo propinado a la democracia en Brasil y la supresión de cualquier alternativa política en el Perú, donde el electorado tuvo que optar entre dos variantes de la derecha radical.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Brasil después del impeachment

Ariel Goldstein, Página 12

La no casación (o la no pérdida) de los derechos políticos de Dilma Rousseff –como señaló André Singer en su columna en Folha de S. Paulo (03/09)– equivale a una confesión de parte: el “crimen de responsabilidad” fue una forma constitucional utilizada políticamente para destituir a una presidenta impopular, que pretendía dar continuidad a una agenda de reformas adversa a las elites dominantes.

A su vez, la destitución sin casación de derechos políticos recupera una forma política conocida de la historia brasileña: el pacto conciliador de las elites para garantizar la reproducción del orden. La defensa de Dilma, contundente y con argumentos que demostraban la injusticia del proceso, llevó a la necesidad del PMDB de admitir una fórmula intermedia de destitución sin casación de derechos políticos. Es totalmente factible considerar que en este cálculo del PMDB estuvo la consideración respecto de que Dilma difícilmente pueda volver a la presidencia del país, por tratarse de una política hoy impopular, y por el carácter errático que fue propio de su segundo gobierno.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

La crisis política y económica de Brasil amenaza la legitimidad de su democracia

Mark Weisbrot, CEPR

El 17 de abril, la cámara baja del Congreso brasileño votó la destitución de la Presidenta Dilma Rousseff, quien fue electa en 2010 y reelecta a finales de 2014. Fue un espectáculo pasmoso, en el que un diputado de derecha dedicó su voto al coronel que encabezó una unidad de la tortura durante la dictadura. Una de las víctimas de tortura de dicha unidad fue la propia presidenta.

La dedicatoria por parte del diputado fue un sombrío recuerdo de que Brasil se levantó de la dictadura hace apenas 30 años y que su democracia tal vez sea menos desarrollada de lo que mucha gente supone. Brotan de repente muchos recuerdos más, como hongos en un campo empapado por la lluvia. Las transcripciones de conversaciones telefónicas filtradas revelaron que los líderes de la iniciativa de destitución buscaban sacar a la Presidenta Rousseff con el propósito de frenar la investigación relativa a su propia corrupción. Esto llevó a la renuncia de tres ministros del nuevo gabinete nombrado por el presidente interino, Michel Temer. No obstante, 15 de los 23 ministros que este nombró originalmente estaban presuntamente bajo investigación, al igual que la mayoría del propio Congreso.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Las motivaciones económicas detrás del golpe neoliberal en Brasil

Sergio Martín Carrillo, CELAG

Semana aciaga para la democracia en Brasil y en toda la región. Se consumó el golpe contra el gobierno de Dilma Rousseff. Es un golpe contra la democracia. Es un golpe contra los gobiernos del “Partido dos Trabalhadores” (PT) que consiguieron reducir la pobreza extrema en más de un 63%. Es indudablemente un golpe motivado por fuertes razones económicas, pero también es un “golpe racista, misógino y homofóbico” como la propia mandataria reflejó en su discurso ante el Senado. Es un golpe de la élite contra las mayorías. Brasil, ese gigante que durante tantas décadas padeció el hambre, la miseria y las desigualdades heredaras del inefable pasado colonial, que comenzó a despertar de su pesadilla en 2003 con la llegada al poder del PT, y que ahora ve truncarse su sueños de poder cerrar sus venas abiertas por culpa de la voluntad egoísta de unas élites ligadas al capital transnacional.

El siglo XXI supuso para la región un nuevo aroma que hacía demasiado tiempo que no se respiraba. La larga y oscura noche neoliberal acababa. Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay… una ola de cambio recorría la región. Esto se tradujo en avances indudables en los indicadores sociales (sanidad, educación, pobreza, desigualdad…) y en muchos casos también institucionales. Los cambios eran urgentes, porque el paciente entraba en el nuevo siglo en estado de coma. Las recetas muy diferentes de aquellas aplicadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM). Aquellas siempre se han mostrado efectivas para el beneficio de las élites y el empobrecimiento de las mayorías.

viernes, 2 de septiembre de 2016

El escenario regional después de Dilma

Raúl Zibechi, La Jornada

La destitución de Dilma Rousseff por el Senado más conservador desde 1964 (año del golpe de Estado contra João Goulart) cierra el ciclo progresista que se inició con la asunción de Luiz Inacio Lula da Silva el primero de enero de 2003. Siendo Brasil el país más importante de la región y el que marca tendencias, estamos ante una inflexión irreversible en el corto plazo, donde las derechas conservadores imponen su agenda.

El panorama regional sudamericano aparece claramente dominado por la alianza entre el capital financiero, Estados Unidos y las derechas locales, que muestran un dinamismo difícil de acotar a corto plazo. Hay que remontarse a principios de la década de 1990 para encontrar un momento similar, pautado por el triunfo del Consenso de Washington, el auge del neoliberalismo y el derrumbe del bloque socialista.

Sin embargo, sería equivocado pensar que estamos volviendo al pasado, por más que algunos analistas crean que se están perdiendo conquistas. La realidad indica que la región camina hacia adelante pero, en lo inmediato, lo que tenemos enfrente no es la sociedad igualitaria y justa con la que soñamos, sino un inminente choque de trenes entre los de arriba y los de abajo, y luchas entre clases, razas, géneros y generaciones. Hacia ese desenlace va la humanidad, y ese es el futuro a mediano plazo que se avizora en la región.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Y hubo golpe en Brasil


Emir Sader, Público

El sueño que la derecha brasileña tenía desde 2002 se ha hecho por fin realidad. En 2005 ya intentó derrocar a Lula con un proceso de impeachment que no prosperó. En 2006, 2010, 2014 fue derrotada en las urnas. Ahora ha encontrado la fórmula apropiada para acabar con los Gobiernos del PT, sobre todo cuando sabía que seguiría perdiendo elecciones con Lula como próximo candidato.

Ha sido a través de un golpe blando tras los experimentos exitosos de Honduras y Paraguay. Derrotada en cuatro elecciones consecutivas, la derecha brasileña organizó un impeachment sin ningún fundamento, contando con la traición del vicepresidente Michel Temer, elegido dos veces con el programa del PT, pero dispuesto ahora, ya como nuevo presidente, a aplicar el programa de recortes derrotado cuatro veces en las urnas.

Valiéndose de la mayoría parlamentaria elegida, en gran medida, con los recursos financieros de Eduardo Cunha, el reconocido unánimemente como el más corrupto entre todos los corruptos de la política brasileña, la derecha ha tumbado a Dilma Rousseff, una presidenta reelegida por 54 millones de brasileños, sin que se presentaran verdaderos argumentos para el impeachment. Es el nuevo modo de golpe de Estado que la derecha ha configurado en América Latina.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Dilma con su conciencia tranquila ¿Se puede decir lo mismo de sus verdugos?


Con un discurso coherente y una postura nuevamente orgullosa, serena y digna ante los verdugos, la presidente Dilma Rousseff asegura un lugar en el panteón de las víctimas de la injusticia histórica. Si este golpe se concreta, y parece que lo hará, Dilma va a estar al lado de João Goulart, Salvador Allende, Juana de Arco, Sacco y Vanzetti y tantos otros grandes hombres y mujeres inmolados por las fuerzas reaccionarias "en nombre del pueblo". Al igual que ellos, la palabra "honor" se adapta como un guante a la biografía de Dilma. En el lado opuesto, en el de los cobardes y traidores, estarán los que la condenaron, y esto incluye a los lamentables medio de comunicación que dominan nuestro país.

"La historia se repite, la primera vez como tragedia y la segunda como farsa": la frase de Marx se hace eco en nuestras cabezas como una mala broma. Es imposible no comparar la presencia de Dilma en el plenario del Senado, cercada de las aves de rapiña de traje y corbata, con la famosa foto de la joven Dilma rodeada de los cuervos de verde oliva y los quepes del tribunal militar de la dictadura. Pero, por extraño que parezca, el ejército logró tener un mínimo de vergüenza en la cara y optó por ocultar los rostros del registro de la historia. Los golpistas de hoy ni ese pudor tienen y caminan con el rostro descubierto y todavía cazan, como moscas, a los reporteros de la televisión para que los exhiban frente a las cámaras.

domingo, 28 de agosto de 2016

Brasil ahora avanza sobre el verdadero blanco del golpe: Lula


Eric Nepomuceno, La Jornada

Dentro de dos o tres días, y a menos que ocurra algo inesperado e improbable, Dilma Rousseff, relecta en octubre de 2014 con 54 millones de votos, tendrá su mandato popular liquidado por decisión de al menos 54 de los 81 senadores brasileños. El golpe institucional abierto por el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, apartado de su puesto por orden de la Corte Suprema gracias a sus reiteradas travesuras en su única verdadera especialidad, la corrupción más deslavada, se habrá consumado. Cunha, a propósito, sigue libre: será juzgado por sus pares cuando la farsa haya terminado. Mientras, esgrime su arma favorita: amenaza con decir todo lo que sabe, y lo que sabe tiene fuerza para destrozar a la mitad de los integrantes del Congreso brasileño.

Para completar el cuadro y determinar el ambiente, el pasado viernes la Policía Federal anunció, con pompa y circunstancia, que había denunciado por corrupción pasiva, lavado de dinero y ocultamiento de patrimonio al ex presidente Lula da Silva, su esposa, Marisa Leticia, y otras tres personas.

domingo, 7 de agosto de 2016

Los Juegos Olímpicos del “fora Temer”

Emir Sader, Público.es

Se veía venir. El mismo presidente golpista Michel Temer había dicho que “estaba preparado para ser abucheado”. Pero no lo estaba. Todos lo estaban excepto él.

Tuvo que vivir durante todo el día las manifestaciones en Copacabana y en otros lugares de Río de Janeiro, grandes expresiones populares de gente llegada de varias partes del país, pero también de extranjeros que se han unido a los brasileños en un unísono “¡Fuera Temer!”.

El mandatario se intentó blindar de todas la maneras posibles de las manifestaciones en la ceremonia de apertura en el estadio Maracaná. Trató, por ejemplo, de elevar el sonido durante su discurso, en sus apenas diez segundos de intervención en la apertura de los Juegos Olímpicos. También trataron, de manera grotesca, de evitar cualquier mención expresa al presidente, que ya es conocido en Brasil con el sobrenombre de Michel Fora Temer (Michel Fuera Temer).

Un presidente que tuvo que pasar prácticamente en el anonimato toda la ceremonia inaugural, sin ninguna mención en los discursos. Nada. No obstante, bastó que pronunciara sus breves y burocráticas palabras para que el abucheo más grande se abalanzara sobre él.

sábado, 23 de julio de 2016

Un tribunal internacional concluye que el impeachment contra Dilma es un golpe de Estado

Maurício Thuswohl, Rede Brasil Atual

El proceso de impeachment contra Dilma constituye un golpe al Estado democrático de derecho y debe ser declarado nulo en todos sus efectos. Este fue el tono de la sentencia pronunciada este 20 de julio por los especialistas internacionales en derechos humanos que constituyeron el Tribunal Internacional sobre la Democracia en Brasil, convocado en Río de Janeiro por la Vía Campesina, el Frente Brasil Popular y el Frente de Juristas por la Democracia. Según la sentencia, que será enviada esta semana a los senadores y a los ministros del Supremo Tribunal Federal, “el proceso del impeachment a la presidenta de la República, decidimos que los términos por los que adoptaron esta decisión la Cámara de Diputados y el Senado Federal violan todos los principios del proceso democrático y del orden constitucional brasileño”.

Participaron de este cuerpo jurídico el obispo mexicano Raúl Veras, conocido por su accionar a favor de los derechos humanos cuando era fraile dominicano y que fue propuesto para Premio Nobel de la Paz en 2010; el abogado y político mexicano Jaime Cárdenas; el jurista italiano Giovanni Tognoni, miembro del Tribunal Permanente de los Pueblos; la senadora del Partido Comunista francés Laurence Cohen; la filósofa española María José Dulce, especialista en temas vinculados con la globalización; la abogada estadounidense de ascendencia iraquí Azadeh Shahshahani, especializada en derechos humanos de los inmigrantes musulmanes; el jurista-académico costarricense Walter Montealegre, el profesor colombiano de derecho Carlos Augusto Argoti, de la Universidad de Rosario en Bogotá, y el argentino Alberto Felipe, profesor de la Universidad Nacional de Lanús.

martes, 28 de junio de 2016

Un informe del Senado de Brasil exculpa a Rousseff de participar en maniobras fiscales

Un informe elaborado por técnicos del Senado brasileño señala que no existen pruebas de que la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, participara en las maniobras fiscales que la oposición utilizó para iniciar los ataques contra la mandataria y la apertura del proceso de destitución que sigue en la Cámara Alta.

De acuerdo con el informe de 223 páginas realizado a petición de la defensa de Rousseff, la gobernante fue responsable de la emisión de una serie de decretos que alteraban los presupuestos sin la pertinente autorización del Congreso. Sin embargo, según una nota divulgada por el Senado, los técnicos de la Cámara no encontraron pruebas de que Rousseff participara en los atrasos en el pago de créditos a la banca pública, considerados por la oposición como maniobras fiscales y que, de acuerdo con la acusación, supondrían un crimen de responsabilidad, lo que podría terminar con la destitución de la jefe de Estado.

domingo, 19 de junio de 2016

La salida democrática de la crisis política brasileña


Emir Sader, La Jornada

Brasil no será el mismo país después de esta profunda y prolongada crisis, que no ahorró a ninguna institución política, pero sobretodo cuestionó la legitimidad del mismo sistema político. Brasil saldrá mejor o peor, más democrático o más autoritario.

Saldrá peor si el golpe se consolida, porque el período democrático de la historia brasileña tendría un cierre de ruptura, con una banda de políticos aventureros asaltando al Estado sin votos, sin legitimidad, buscando deshacer todos los avances logrados en los últimos años. Habrá sido la consagración del método del golpe, de la falta de respeto a la voluntad democrática de la mayoría.

Pero Brasil saldrá mejor si se impone una solución democrática de la crisis. Si se une a las más grandes movilizaciones populares y a los argumentos irrefutables en contra del golpe y a favor de la democracia, con una solución política que combine respeto a la democracia con la legitimación de la consulta popular.

En entrevistas a programas de televisión y blogs alternativos, Dilma reafirmó su derecho a retomar en su plenitud la presidencia de Brasil, para la cual fue elegida democráticamente, pero, al mismo tiempo, revelando comprensión de la dimensión de la crisis brasileña, reiteró que “Brasil necesita de un nuevo pacto social por medio del voto”.

jueves, 16 de junio de 2016

La salida democrática de la crisis brasileña


Emir Sader, Publico

Brasil no será el mismo país después de esta profunda y prolongada crisis. Una crisis que no salvó ninguna institución política, pero sobre todo, una crisis que cuestionó la legitimidad del sistema político. Brasil saldrá mejor o peor, más democrático o más autoritario.

Saldrá peor si el golpe se consolida, ya que habría una ruptura dentro del período democrático de la historia brasileña, con una banda de políticos aventureros asaltando el Estado sin votos, sin legitimidad y tratando de deshacer todos los avances logrados en los últimos años. Habrá sido por tanto la consagración del método del golpe, debido a la falta de respeto a la voluntad democrática de la mayoría.

Pero Brasil saldrá mejor si se impone una solución democrática de la crisis. Es decir, si a las grandes movilizaciones populares y a los argumentos irrefutables en contra del golpe y a favor de la democracia se une un remedio político que combine el respeto a la democracia con la legitimación de la consulta popular.

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