Mark Weisbrot, cepr
El mundo está observando las elecciones de Brasil, probablemente como nunca antes. "La última amenaza de América Latina: Bolsonaro Presidente", grita el titular en la portada de The Economist. A esta conservadora revista británica le encantaría ver cómo el Partido de los Trabajadores (PT) desaparece de la política brasileña, pero ni siquiera pueden soportar a Bolsonaro, quien en 2016 dedicó su voto para destituir a la presidenta Dilma Rousseff en honor a la coronel responsable de su tortura.
Muchos han hecho la comparación con Trump, y por supuesto hay similitudes, especialmente en el racismo abierto y la misoginia de los dos políticos. Y ambos deben gran parte de su ascenso al fracaso de las políticas económicas neoliberales. Pero la trayectoria de Brasil hacia un escenario de amenaza aún más peligroso es una reacción de derecha por parte de la élite tradicional y corrupta del país contra las reformas económicas positivas del PT que beneficiaron a la gran mayoría de los brasileños.
Para 2014, bajo las presidencias de Lula y Dilma, la pobreza se había reducido en un 55 por ciento y la pobreza extrema en un 65 por ciento, y el desempleo alcanzó un mínimo histórico de 4.9 por ciento. Algunas de estas ganancias se perdieron cuando la economía entró en una profunda recesión ese año, y la derecha aprovechó esa desaceleración para usurpar lo que no pudo ganar en las urnas en cuatro elecciones consecutivas.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
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domingo, 7 de octubre de 2018
lunes, 5 de septiembre de 2016
Las motivaciones económicas detrás del golpe neoliberal en Brasil
Sergio Martín Carrillo, CELAG
Semana aciaga para la democracia en Brasil y en toda la región. Se consumó el golpe contra el gobierno de Dilma Rousseff. Es un golpe contra la democracia. Es un golpe contra los gobiernos del “Partido dos Trabalhadores” (PT) que consiguieron reducir la pobreza extrema en más de un 63%. Es indudablemente un golpe motivado por fuertes razones económicas, pero también es un “golpe racista, misógino y homofóbico” como la propia mandataria reflejó en su discurso ante el Senado. Es un golpe de la élite contra las mayorías. Brasil, ese gigante que durante tantas décadas padeció el hambre, la miseria y las desigualdades heredaras del inefable pasado colonial, que comenzó a despertar de su pesadilla en 2003 con la llegada al poder del PT, y que ahora ve truncarse su sueños de poder cerrar sus venas abiertas por culpa de la voluntad egoísta de unas élites ligadas al capital transnacional.
El siglo XXI supuso para la región un nuevo aroma que hacía demasiado tiempo que no se respiraba. La larga y oscura noche neoliberal acababa. Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay… una ola de cambio recorría la región. Esto se tradujo en avances indudables en los indicadores sociales (sanidad, educación, pobreza, desigualdad…) y en muchos casos también institucionales. Los cambios eran urgentes, porque el paciente entraba en el nuevo siglo en estado de coma. Las recetas muy diferentes de aquellas aplicadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM). Aquellas siempre se han mostrado efectivas para el beneficio de las élites y el empobrecimiento de las mayorías.
Semana aciaga para la democracia en Brasil y en toda la región. Se consumó el golpe contra el gobierno de Dilma Rousseff. Es un golpe contra la democracia. Es un golpe contra los gobiernos del “Partido dos Trabalhadores” (PT) que consiguieron reducir la pobreza extrema en más de un 63%. Es indudablemente un golpe motivado por fuertes razones económicas, pero también es un “golpe racista, misógino y homofóbico” como la propia mandataria reflejó en su discurso ante el Senado. Es un golpe de la élite contra las mayorías. Brasil, ese gigante que durante tantas décadas padeció el hambre, la miseria y las desigualdades heredaras del inefable pasado colonial, que comenzó a despertar de su pesadilla en 2003 con la llegada al poder del PT, y que ahora ve truncarse su sueños de poder cerrar sus venas abiertas por culpa de la voluntad egoísta de unas élites ligadas al capital transnacional.
El siglo XXI supuso para la región un nuevo aroma que hacía demasiado tiempo que no se respiraba. La larga y oscura noche neoliberal acababa. Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay… una ola de cambio recorría la región. Esto se tradujo en avances indudables en los indicadores sociales (sanidad, educación, pobreza, desigualdad…) y en muchos casos también institucionales. Los cambios eran urgentes, porque el paciente entraba en el nuevo siglo en estado de coma. Las recetas muy diferentes de aquellas aplicadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM). Aquellas siempre se han mostrado efectivas para el beneficio de las élites y el empobrecimiento de las mayorías.
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viernes, 2 de septiembre de 2016
El escenario regional después de Dilma
Raúl Zibechi, La Jornada
La destitución de Dilma Rousseff por el Senado más conservador desde 1964 (año del golpe de Estado contra João Goulart) cierra el ciclo progresista que se inició con la asunción de Luiz Inacio Lula da Silva el primero de enero de 2003. Siendo Brasil el país más importante de la región y el que marca tendencias, estamos ante una inflexión irreversible en el corto plazo, donde las derechas conservadores imponen su agenda.
El panorama regional sudamericano aparece claramente dominado por la alianza entre el capital financiero, Estados Unidos y las derechas locales, que muestran un dinamismo difícil de acotar a corto plazo. Hay que remontarse a principios de la década de 1990 para encontrar un momento similar, pautado por el triunfo del Consenso de Washington, el auge del neoliberalismo y el derrumbe del bloque socialista.
Sin embargo, sería equivocado pensar que estamos volviendo al pasado, por más que algunos analistas crean que se están perdiendo conquistas. La realidad indica que la región camina hacia adelante pero, en lo inmediato, lo que tenemos enfrente no es la sociedad igualitaria y justa con la que soñamos, sino un inminente choque de trenes entre los de arriba y los de abajo, y luchas entre clases, razas, géneros y generaciones. Hacia ese desenlace va la humanidad, y ese es el futuro a mediano plazo que se avizora en la región.
La destitución de Dilma Rousseff por el Senado más conservador desde 1964 (año del golpe de Estado contra João Goulart) cierra el ciclo progresista que se inició con la asunción de Luiz Inacio Lula da Silva el primero de enero de 2003. Siendo Brasil el país más importante de la región y el que marca tendencias, estamos ante una inflexión irreversible en el corto plazo, donde las derechas conservadores imponen su agenda.
El panorama regional sudamericano aparece claramente dominado por la alianza entre el capital financiero, Estados Unidos y las derechas locales, que muestran un dinamismo difícil de acotar a corto plazo. Hay que remontarse a principios de la década de 1990 para encontrar un momento similar, pautado por el triunfo del Consenso de Washington, el auge del neoliberalismo y el derrumbe del bloque socialista.
Sin embargo, sería equivocado pensar que estamos volviendo al pasado, por más que algunos analistas crean que se están perdiendo conquistas. La realidad indica que la región camina hacia adelante pero, en lo inmediato, lo que tenemos enfrente no es la sociedad igualitaria y justa con la que soñamos, sino un inminente choque de trenes entre los de arriba y los de abajo, y luchas entre clases, razas, géneros y generaciones. Hacia ese desenlace va la humanidad, y ese es el futuro a mediano plazo que se avizora en la región.
jueves, 1 de septiembre de 2016
Brasil se enfrenta a los ojos de la historia
Darío Pignotti, Página/12
La democracia quedó atrás. Dilma Rousseff, electa hace 22 meses por 54,5 millones de brasileños, fue depuesta ayer a las 13.30 por el voto de 61 senadores, sobre un total de 81 que forman la Cámara alta, entre quienes hay más de veinte con prontuario penal y denuncias de todo calibre.
“La historia será implacable con (…) el gobierno golpista” de Michel Temer, prometió Rousseff, una hora y media después de la clausura del ciclo democrático iniciado por completo en los comicios directos de 1989 (y no en los de 1985, cuando un colegio de electores escogió al primer mandatario civil post-dictadura).
“Nosotros volveremos para continuar nuestra marcha hacia un Brasil donde el pueblo sea soberano” prometió en el Palacio de Alvorada, del que se mudará en unos días, cuando lo ocupará Temer para completar el mandato hasta el 31 de diciembre de 2018.
Dilma habló al lado de la profesora y ex ministra de su gobierno Eleonora Mennicucci, una de sus compañeras de celda durante los tres años de prisión a los que fue condenada en 1970 por un tribunal militar por haber enfrentado con las armas a la dictadura. Junto a la ex presidenta y Mennicucci estaban las senadoras Gleisi Hoffmann y Fatima Bezerra, que fueron la infantería del Partido de los Trabajadores en el combate desigual contra la mayoría destituyente que hegemoniza el Poder Legislativo.
La democracia quedó atrás. Dilma Rousseff, electa hace 22 meses por 54,5 millones de brasileños, fue depuesta ayer a las 13.30 por el voto de 61 senadores, sobre un total de 81 que forman la Cámara alta, entre quienes hay más de veinte con prontuario penal y denuncias de todo calibre.
“La historia será implacable con (…) el gobierno golpista” de Michel Temer, prometió Rousseff, una hora y media después de la clausura del ciclo democrático iniciado por completo en los comicios directos de 1989 (y no en los de 1985, cuando un colegio de electores escogió al primer mandatario civil post-dictadura).
“Nosotros volveremos para continuar nuestra marcha hacia un Brasil donde el pueblo sea soberano” prometió en el Palacio de Alvorada, del que se mudará en unos días, cuando lo ocupará Temer para completar el mandato hasta el 31 de diciembre de 2018.
Dilma habló al lado de la profesora y ex ministra de su gobierno Eleonora Mennicucci, una de sus compañeras de celda durante los tres años de prisión a los que fue condenada en 1970 por un tribunal militar por haber enfrentado con las armas a la dictadura. Junto a la ex presidenta y Mennicucci estaban las senadoras Gleisi Hoffmann y Fatima Bezerra, que fueron la infantería del Partido de los Trabajadores en el combate desigual contra la mayoría destituyente que hegemoniza el Poder Legislativo.
Y hubo golpe en Brasil
Emir Sader, Público
El sueño que la derecha brasileña tenía desde 2002 se ha hecho por fin realidad. En 2005 ya intentó derrocar a Lula con un proceso de impeachment que no prosperó. En 2006, 2010, 2014 fue derrotada en las urnas. Ahora ha encontrado la fórmula apropiada para acabar con los Gobiernos del PT, sobre todo cuando sabía que seguiría perdiendo elecciones con Lula como próximo candidato.
Ha sido a través de un golpe blando tras los experimentos exitosos de Honduras y Paraguay. Derrotada en cuatro elecciones consecutivas, la derecha brasileña organizó un impeachment sin ningún fundamento, contando con la traición del vicepresidente Michel Temer, elegido dos veces con el programa del PT, pero dispuesto ahora, ya como nuevo presidente, a aplicar el programa de recortes derrotado cuatro veces en las urnas.
Valiéndose de la mayoría parlamentaria elegida, en gran medida, con los recursos financieros de Eduardo Cunha, el reconocido unánimemente como el más corrupto entre todos los corruptos de la política brasileña, la derecha ha tumbado a Dilma Rousseff, una presidenta reelegida por 54 millones de brasileños, sin que se presentaran verdaderos argumentos para el impeachment. Es el nuevo modo de golpe de Estado que la derecha ha configurado en América Latina.
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miércoles, 31 de agosto de 2016
Dilma con su conciencia tranquila ¿Se puede decir lo mismo de sus verdugos?
Con un discurso coherente y una postura nuevamente orgullosa, serena y digna ante los verdugos, la presidente Dilma Rousseff asegura un lugar en el panteón de las víctimas de la injusticia histórica. Si este golpe se concreta, y parece que lo hará, Dilma va a estar al lado de João Goulart, Salvador Allende, Juana de Arco, Sacco y Vanzetti y tantos otros grandes hombres y mujeres inmolados por las fuerzas reaccionarias "en nombre del pueblo". Al igual que ellos, la palabra "honor" se adapta como un guante a la biografía de Dilma. En el lado opuesto, en el de los cobardes y traidores, estarán los que la condenaron, y esto incluye a los lamentables medio de comunicación que dominan nuestro país.
"La historia se repite, la primera vez como tragedia y la segunda como farsa": la frase de Marx se hace eco en nuestras cabezas como una mala broma. Es imposible no comparar la presencia de Dilma en el plenario del Senado, cercada de las aves de rapiña de traje y corbata, con la famosa foto de la joven Dilma rodeada de los cuervos de verde oliva y los quepes del tribunal militar de la dictadura. Pero, por extraño que parezca, el ejército logró tener un mínimo de vergüenza en la cara y optó por ocultar los rostros del registro de la historia. Los golpistas de hoy ni ese pudor tienen y caminan con el rostro descubierto y todavía cazan, como moscas, a los reporteros de la televisión para que los exhiban frente a las cámaras.
sábado, 23 de julio de 2016
Un tribunal internacional concluye que el impeachment contra Dilma es un golpe de Estado
Maurício Thuswohl, Rede Brasil Atual
El proceso de impeachment contra Dilma constituye un golpe al Estado democrático de derecho y debe ser declarado nulo en todos sus efectos. Este fue el tono de la sentencia pronunciada este 20 de julio por los especialistas internacionales en derechos humanos que constituyeron el Tribunal Internacional sobre la Democracia en Brasil, convocado en Río de Janeiro por la Vía Campesina, el Frente Brasil Popular y el Frente de Juristas por la Democracia. Según la sentencia, que será enviada esta semana a los senadores y a los ministros del Supremo Tribunal Federal, “el proceso del impeachment a la presidenta de la República, decidimos que los términos por los que adoptaron esta decisión la Cámara de Diputados y el Senado Federal violan todos los principios del proceso democrático y del orden constitucional brasileño”.
Participaron de este cuerpo jurídico el obispo mexicano Raúl Veras, conocido por su accionar a favor de los derechos humanos cuando era fraile dominicano y que fue propuesto para Premio Nobel de la Paz en 2010; el abogado y político mexicano Jaime Cárdenas; el jurista italiano Giovanni Tognoni, miembro del Tribunal Permanente de los Pueblos; la senadora del Partido Comunista francés Laurence Cohen; la filósofa española María José Dulce, especialista en temas vinculados con la globalización; la abogada estadounidense de ascendencia iraquí Azadeh Shahshahani, especializada en derechos humanos de los inmigrantes musulmanes; el jurista-académico costarricense Walter Montealegre, el profesor colombiano de derecho Carlos Augusto Argoti, de la Universidad de Rosario en Bogotá, y el argentino Alberto Felipe, profesor de la Universidad Nacional de Lanús.
El proceso de impeachment contra Dilma constituye un golpe al Estado democrático de derecho y debe ser declarado nulo en todos sus efectos. Este fue el tono de la sentencia pronunciada este 20 de julio por los especialistas internacionales en derechos humanos que constituyeron el Tribunal Internacional sobre la Democracia en Brasil, convocado en Río de Janeiro por la Vía Campesina, el Frente Brasil Popular y el Frente de Juristas por la Democracia. Según la sentencia, que será enviada esta semana a los senadores y a los ministros del Supremo Tribunal Federal, “el proceso del impeachment a la presidenta de la República, decidimos que los términos por los que adoptaron esta decisión la Cámara de Diputados y el Senado Federal violan todos los principios del proceso democrático y del orden constitucional brasileño”.
Participaron de este cuerpo jurídico el obispo mexicano Raúl Veras, conocido por su accionar a favor de los derechos humanos cuando era fraile dominicano y que fue propuesto para Premio Nobel de la Paz en 2010; el abogado y político mexicano Jaime Cárdenas; el jurista italiano Giovanni Tognoni, miembro del Tribunal Permanente de los Pueblos; la senadora del Partido Comunista francés Laurence Cohen; la filósofa española María José Dulce, especialista en temas vinculados con la globalización; la abogada estadounidense de ascendencia iraquí Azadeh Shahshahani, especializada en derechos humanos de los inmigrantes musulmanes; el jurista-académico costarricense Walter Montealegre, el profesor colombiano de derecho Carlos Augusto Argoti, de la Universidad de Rosario en Bogotá, y el argentino Alberto Felipe, profesor de la Universidad Nacional de Lanús.
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martes, 28 de junio de 2016
Un informe del Senado de Brasil exculpa a Rousseff de participar en maniobras fiscales
Un informe elaborado por técnicos del Senado brasileño señala que no existen pruebas de que la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, participara en las maniobras fiscales que la oposición utilizó para iniciar los ataques contra la mandataria y la apertura del proceso de destitución que sigue en la Cámara Alta.
De acuerdo con el informe de 223 páginas realizado a petición de la defensa de Rousseff, la gobernante fue responsable de la emisión de una serie de decretos que alteraban los presupuestos sin la pertinente autorización del Congreso. Sin embargo, según una nota divulgada por el Senado, los técnicos de la Cámara no encontraron pruebas de que Rousseff participara en los atrasos en el pago de créditos a la banca pública, considerados por la oposición como maniobras fiscales y que, de acuerdo con la acusación, supondrían un crimen de responsabilidad, lo que podría terminar con la destitución de la jefe de Estado.
De acuerdo con el informe de 223 páginas realizado a petición de la defensa de Rousseff, la gobernante fue responsable de la emisión de una serie de decretos que alteraban los presupuestos sin la pertinente autorización del Congreso. Sin embargo, según una nota divulgada por el Senado, los técnicos de la Cámara no encontraron pruebas de que Rousseff participara en los atrasos en el pago de créditos a la banca pública, considerados por la oposición como maniobras fiscales y que, de acuerdo con la acusación, supondrían un crimen de responsabilidad, lo que podría terminar con la destitución de la jefe de Estado.
domingo, 19 de junio de 2016
La salida democrática de la crisis política brasileña
Emir Sader, La Jornada
Brasil no será el mismo país después de esta profunda y prolongada crisis, que no ahorró a ninguna institución política, pero sobretodo cuestionó la legitimidad del mismo sistema político. Brasil saldrá mejor o peor, más democrático o más autoritario.
Saldrá peor si el golpe se consolida, porque el período democrático de la historia brasileña tendría un cierre de ruptura, con una banda de políticos aventureros asaltando al Estado sin votos, sin legitimidad, buscando deshacer todos los avances logrados en los últimos años. Habrá sido la consagración del método del golpe, de la falta de respeto a la voluntad democrática de la mayoría.
Pero Brasil saldrá mejor si se impone una solución democrática de la crisis. Si se une a las más grandes movilizaciones populares y a los argumentos irrefutables en contra del golpe y a favor de la democracia, con una solución política que combine respeto a la democracia con la legitimación de la consulta popular.
En entrevistas a programas de televisión y blogs alternativos, Dilma reafirmó su derecho a retomar en su plenitud la presidencia de Brasil, para la cual fue elegida democráticamente, pero, al mismo tiempo, revelando comprensión de la dimensión de la crisis brasileña, reiteró que “Brasil necesita de un nuevo pacto social por medio del voto”.
sábado, 21 de mayo de 2016
Brasil: ¿golpe de Estado o fiasco?
Immanuel Wallerstein, La Jornada
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, estará suspendida de su cargo mientras esté sometida a juicio por parte del Senado. Si se le encuentra culpable será retirada del cargo, que es lo que se entiende en Brasil por enjuiciamiento. Todos los que han estado intentado seguir los últimos meses de maniobras políticas, incluso los brasileños, pueden tener excusa de estar algo confundidos por las tantas vueltas que ha dado el proceso.
¿Cuál es el punto aquí? ¿Es éste un golpe de Estado constitucional, como le ha llamado en repetidas ocasiones la presidenta? ¿O es un acto legítimo que apela a la responsabilidad de la presidencia por las graves fechorías de ella y de miembros de su gabinete y asesores, como alega la oposición? Si es esto último, ¿por qué ocurre esto apenas ahora y no, digamos, durante el primer periodo de Rousseff en la presidencia, antes de que fuera electa con tanta facilidad en 2015 con un margen significativo?
domingo, 15 de mayo de 2016
La pesadilla de Bolívar en Brasil
Alfredo Serrano Mancilla, La Jornada
Lo que llevamos de segunda década del siglo XXI poco o nada se le parece a la anterior. El consenso bolivariano está diluyéndose. Seguramente son muchas las razones para que esto ocurra. La muerte de Chávez, su gran creador, es una variable fundamental. También la de Kirchner, otro de los grandes valedores de esta propuesta integracional. Pero, además de estos desgraciados acontecimientos, también hay que tener en cuenta que la región no es la misma que hace años por otros muchos factores.
En clave electoral, han cambiado las cosas. No se ha perdido todo, pero tampoco se ha continuado con la racha de victorias del pasado. La derrota de Argentina a manos de Mauricio Macri supone un punto de inflexión en la correlación de fuerzas políticas en Sudamérica. En Venezuela la derrota del 6D, del año pasado, también tuvo consecuencias políticas. En Bolivia, el No a la repostulación de Evo Morales aún continúa en digestión. Todo ello ha supuesto que, junto con el cambio de fichas en Uruguay (Tabaré Vázquez por Pepe Mujica) y en el mismo Brasil (Rousseff por Lula), el continente latinoamericano tenga otro rostro y otros dilemas. A ello hay que sumar los cambios producidos en Paraguay y en Honduras a costa de sendos golpes de Estado que hicieron sustituir a otras dos piezas importantes (Lugo y Zelaya) en el tablero progresista regional.
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sábado, 14 de mayo de 2016
Wikileaks revela que el sustituto de Rousseff al frente de Brasil fue informante de EEUU
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, fue informante de la inteligencia de EEUU, según informa Wikileaks. En las filtraciones hechas por el portal se afirma que el diputado Federal Michel Temer, presidente nacional del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), creía que la desilusión pública hacia el presidente Lula y el Partido de los Trabajadores (PT) representaba una oportunidad para que el PMDB presente su propio candidato a las elecciones presidenciales de 2006. Sin embargo, las
propias divisiones del partido y la falta de un candidato propio forzaron una alianza con el PT de Lula hace diez años.
La elección de Lula, según las palabras de Temer citadas por Wikileaks, "representó una gran esperanza para la población de Brasil, pero su actuación ha sido decepcionante". Además Temer dijo de Lula que era “corto de miras” y criticó "su enfoque en los programas de seguridad social que no promueven el crecimiento económico".
La elección de Lula, según las palabras de Temer citadas por Wikileaks, "representó una gran esperanza para la población de Brasil, pero su actuación ha sido decepcionante". Además Temer dijo de Lula que era “corto de miras” y criticó "su enfoque en los programas de seguridad social que no promueven el crecimiento económico".
viernes, 13 de mayo de 2016
La crisis brasileña era una estrategia golpista
Emir Sader, La Jornada
La larga crisis brasileña, que algunos dicen que ha empezado con las manifestaciones callejeras de junio de 2013, otros que recién concluidas las elecciones de 2016, gana contornos definidos, conforme desemboca en un golpe blanco. No se puede decir que todo ha sido meticulosa y fríamente calculado, pero es cierto que han terminado siendo piedras de la arquitectura de una estrategia golpista con el objetivo, a como sea, con quien sea, de sacar al PT del gobierno.
Ese es el objetivo de la derecha brasileña, así como es la de los otros países con gobiernos progresistas de la región: cerrar el ciclo de gobiernos populares, sacar a esas fuerzas del gobierno, de la forma que sea posible, restablecer el modelo neoliberal. Es lo que ha pasado y está pasando en Brasil ahora.
Hubo quienes creyeron que las manifestaciones de 2013 eran democráticas, que criticabam al gobierno y al PT desde un punto de vista de izquierda. Ledo engaño: era el comienzo de la onda de descalificación de la política, primer paso para la ofensiva de la derecha.
La larga crisis brasileña, que algunos dicen que ha empezado con las manifestaciones callejeras de junio de 2013, otros que recién concluidas las elecciones de 2016, gana contornos definidos, conforme desemboca en un golpe blanco. No se puede decir que todo ha sido meticulosa y fríamente calculado, pero es cierto que han terminado siendo piedras de la arquitectura de una estrategia golpista con el objetivo, a como sea, con quien sea, de sacar al PT del gobierno.
Ese es el objetivo de la derecha brasileña, así como es la de los otros países con gobiernos progresistas de la región: cerrar el ciclo de gobiernos populares, sacar a esas fuerzas del gobierno, de la forma que sea posible, restablecer el modelo neoliberal. Es lo que ha pasado y está pasando en Brasil ahora.
Hubo quienes creyeron que las manifestaciones de 2013 eran democráticas, que criticabam al gobierno y al PT desde un punto de vista de izquierda. Ledo engaño: era el comienzo de la onda de descalificación de la política, primer paso para la ofensiva de la derecha.
lunes, 9 de mayo de 2016
Sorprendente giro en Brasil: anulan impeachment contra Dilma Rousseff
El presidente interino de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhão, anuló este lunes el proceso de 'impeachment' (juicio político) lanzado contra la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en el Congreso. Según ha podido saber el diario local Folha de Sao Paulo, Maranhão sostiene que la votación llevada a cabo en la Cámara Baja para impulsar el 'impeachment' sobrepasó los límites de la denuncia contra Rousseff por un "crimen de responsabilidad".
El delito que se le imputa a Rousseff es aumentar el gasto público en plena campaña para la reelección en 2014 sin recabar antes la autorización del Congreso, lo que se conoce popularmente como 'pedaladas fiscales'. Según una auditoría realizada en octubre por el Tribunal de Cuentas (TCU), existen varias irregularidades contables en los presupuestos de 2014 por valor de 40.000 millones de reales (1.728 millones de euros). Por esta razón, este tribunal ha rechazado las cuentas del Ejecutivo de 2014, alegando que estaban maquilladas. Solo hay un precedente como ese, que se remonta a 1937. Además, había indicios de pedaladas también en las cuentas públicas de 2015.
Sin embargo, para Maranhão el debate en la cámara baja se centró en la presunta implicación de Rousseff en el escándalo de corrupción en Petrobras, cuestión que no está comprendida en la denuncia del 'impeachment'. El presidente interino indicó que aceptó una demanda de la Abogacía General del Estado, que defiende a Rousseff y exigió la "nulidad" de la sesión del pasado 17 de abril, en que 367 de los 513 diputados aceptaron las denuncias contra la mandataria y dieron lugar al trámite.
domingo, 8 de mayo de 2016
¿Cuál es el futuro de Brasil? ¿Y el de Lula da Silva?
Eric Nepomuceno, La Jornada
En vísperas de la deposición –por ahora temporaria, por un plazo de hasta 180 días, pero con puros aires de definitiva– de la presidenta Dilma Rousseff, Brasil vive tiempos de puro vértigo.
El golpe institucional más previsible, por las condiciones ofrecidas, está a punto de consumarse.
La presidenta Dilma Rousseff lo sabe, lo sabe el ex presidente Lula da Silva, lo saben la eufórica oposición y los falsos aliados que se revelaron traidores: gracias a una maniobra tan turbia como evidente, los que no lograron votos lograrán el gobierno y el poder.
La principal figura política del país, Lula da Silva, lo admite en conversaciones con sus interlocutores más cercanos.
En unos días más, miércoles o jueves, quizá viernes, Michel Temer, el vicepresidente traidor, será sacramentado presidente. El golpe institucional que tuvo como adalid el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, triunfará.
Curiosamente, el mismo Cunha fue apartado de su escaño legislativo y de la presidencia de la cámara el pasado jueves. Aceptando una denuncia del procurador general de la Unión, el Supremo Tribunal Federal lo alejó del campo de juego.
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domingo, 24 de abril de 2016
Brasil: nubarrones en el cielo, brasas en el suelo
Eric Nepomuceno, La Jornada
A estas alturas, no hay alma viva en Brasil que crea posible lograr que el Senado no emprenda un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff.
La decisión será anunciada en las próximas dos semanas. La fecha prevista es el miércoles 11 o, como plazo máximo, el jueves 12. Se necesitan 41 votos de los senadores reunidos en el Pleno de la Casa, y todas las cuentas, incluso las del gobierno, indican que 46 de ellos ya están decididos por abrir el juicio. Revertir seis votos parece imposible. El mismo Partido de los Trabajadores (PT), junto con sus dos últimos aliados, considera que la batalla está perdida. Luiz Inacio Lula da Silva también: sabe que perdió, perdieron.
Aprobada la apertura, vendrá el juicio. Será un trámite lento, que podrá extenderse hasta 180 días. En esa etapa, Rousseff tendrá la última oportunidad de defenderse. Para destituirla definitivamente se necesita la llamada mayoría calificada, o sea los votos de 54 de los 81 senadores. Parte del gobierno y de los que siguen apoyando a la mandataria creen que son fuertes las posibilidades de impedir que ese número sea obtenido, lo que permitiría a Rousseff volver a asumir el sillón presidencial. Lula da Silva también, pero él y sus allegados indican que hay que pensar en el futuro o, más exactamente, en las elecciones de 2018.
A estas alturas, no hay alma viva en Brasil que crea posible lograr que el Senado no emprenda un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff.
La decisión será anunciada en las próximas dos semanas. La fecha prevista es el miércoles 11 o, como plazo máximo, el jueves 12. Se necesitan 41 votos de los senadores reunidos en el Pleno de la Casa, y todas las cuentas, incluso las del gobierno, indican que 46 de ellos ya están decididos por abrir el juicio. Revertir seis votos parece imposible. El mismo Partido de los Trabajadores (PT), junto con sus dos últimos aliados, considera que la batalla está perdida. Luiz Inacio Lula da Silva también: sabe que perdió, perdieron.
Aprobada la apertura, vendrá el juicio. Será un trámite lento, que podrá extenderse hasta 180 días. En esa etapa, Rousseff tendrá la última oportunidad de defenderse. Para destituirla definitivamente se necesita la llamada mayoría calificada, o sea los votos de 54 de los 81 senadores. Parte del gobierno y de los que siguen apoyando a la mandataria creen que son fuertes las posibilidades de impedir que ese número sea obtenido, lo que permitiría a Rousseff volver a asumir el sillón presidencial. Lula da Silva también, pero él y sus allegados indican que hay que pensar en el futuro o, más exactamente, en las elecciones de 2018.
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domingo, 10 de abril de 2016
Brasil: Por qué el ‘impeachment’ de la presidenta Dilma es un golpe
Giuseppe Tosi, Público
Hoy en Brasil existen dos fenómenos políticos principales: el proceso de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff y la operación Lava-Jato, que investiga crímenes de corrupción en el Petrobrás, la mayor empresa pública brasileña. Trataré del primero, que es el más urgente y más grave.
Brasil es una República Federativa Presidencialista, donde el presidente tiene un mandato fijo de cuatro años, y sólo puede ser derribado a través de un proceso jurídico y político. Jurídico porque tiene que haber motivos comprobados de crímenes cometidos, y político porque necesita de la mayoría de los 2/3 del parlamento.
En el caso de la presidenta Dilma, el único crimen que le atribuyen se refiere a la administración de las finanzas públicas: en 2015, para dar continuidad a los programas sociales, retrasó el crédito a los bancos públicos, que tuvieron que asumir con sus propios recursos y que fueron después resarcidos por el Gobierno. Una práctica común en la administración pública, practicada por los presidentes anteriores y que la jurisprudencia del Tribunal de Conta nunca había considerado suficiente para decretar la no aprobación del presupuesto público; sólo en el caso de la presidenta Dilma. Y que, de cualquier forma, no constituye un “crimen” suficiente para derribar a una presidenta electa con 54 millones de votos.
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domingo, 3 de abril de 2016
Brasil: Crisis y cambios
Emir Sader, Público
Ningún país puede quedar igual después de una crisis tan profunda y prolongada como la que vive Brasil. Es una crisis que en su dimensión directamente política puede tener su desenlace incluso este mes de abril, en el caso de que el pleno la Cámara de Diputados no logre el quórum que necesita la oposición para seguir con el proceso de ‘impeachment’ contra la presidenta Dilma Roussef.
Brasil ya ha cambiado mucho en este último año y medio y va a cambiar más, sea por un triunfo de la derecha o porque la izquierda derrote la asonada golpista de la oposición. Los que observaron las calles de todo el país durante los días 18 y 31 de marzo ya pudieron ver los cambios, no solo por las inmensas marchas y concentraciones populares en todo el país, con gente pobre, con jóvenes, mujeres, ancianos, con personas de todas las clases sociales y de todas las etnias, mezcladas, de forma alegre y espontánea, como no se había visto en Brasil desde la campaña a favor de elecciones directas, en la salida de la dictadura, hace más de 30 anos.
Ningún país puede quedar igual después de una crisis tan profunda y prolongada como la que vive Brasil. Es una crisis que en su dimensión directamente política puede tener su desenlace incluso este mes de abril, en el caso de que el pleno la Cámara de Diputados no logre el quórum que necesita la oposición para seguir con el proceso de ‘impeachment’ contra la presidenta Dilma Roussef.
Brasil ya ha cambiado mucho en este último año y medio y va a cambiar más, sea por un triunfo de la derecha o porque la izquierda derrote la asonada golpista de la oposición. Los que observaron las calles de todo el país durante los días 18 y 31 de marzo ya pudieron ver los cambios, no solo por las inmensas marchas y concentraciones populares en todo el país, con gente pobre, con jóvenes, mujeres, ancianos, con personas de todas las clases sociales y de todas las etnias, mezcladas, de forma alegre y espontánea, como no se había visto en Brasil desde la campaña a favor de elecciones directas, en la salida de la dictadura, hace más de 30 anos.
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martes, 22 de marzo de 2016
El destino de Lula, de Brasil y de América Latina
Emir Sader, Público
Los acelerados acontecimientos en Brasil trasforman el escenario del destino de Lula, del país y de América Latina cada día. En dos semanas, del 4 al 18 de marzo, Lula pasó de estar detenido a ser el orador de la más grande manifestación en São Paulo, aclamado por centenas de millares de personas.
No habían pasado muchas horas hasta que el más arbitrario y truculento juez del Supremo Tribunal Federal, Gilmar Mendes, valiéndose de las vacaciones del Tribunal, publicó un decreto prohibiendo a Lula asumir su cargo como ministro del Gobierno de Dilma Rousseff. Mientras tanto, para componer el escenario de ópera buffa en el peor Congreso que Brasil jamás ha tenido – el último eligido con financiamiento empresarial de campanas– se ha avanzado, bajo la conducción de unánimemente reconocido como el más corrupto de los políticos brasileños, Eduardo Cunha, en los intentos de impeachment de la presidenta de la República.
Los acelerados acontecimientos en Brasil trasforman el escenario del destino de Lula, del país y de América Latina cada día. En dos semanas, del 4 al 18 de marzo, Lula pasó de estar detenido a ser el orador de la más grande manifestación en São Paulo, aclamado por centenas de millares de personas.
No habían pasado muchas horas hasta que el más arbitrario y truculento juez del Supremo Tribunal Federal, Gilmar Mendes, valiéndose de las vacaciones del Tribunal, publicó un decreto prohibiendo a Lula asumir su cargo como ministro del Gobierno de Dilma Rousseff. Mientras tanto, para componer el escenario de ópera buffa en el peor Congreso que Brasil jamás ha tenido – el último eligido con financiamiento empresarial de campanas– se ha avanzado, bajo la conducción de unánimemente reconocido como el más corrupto de los políticos brasileños, Eduardo Cunha, en los intentos de impeachment de la presidenta de la República.
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viernes, 18 de marzo de 2016
¿Cuál es el sentido de Lula en el gobierno de Dilma?
Emir Sader, La Jornada
Después de reflexionar mucho, de sufrir muchas presiones –incluso una carta abierta de Leonardo Boff– para que aceptara la invitación de Dilma Rousseff para integrarse a su gobierno, en el ministerio que le pareciera, Lula finalmente aceptó y va a formar parte del gabinete. La derecha no ha aguardado nada para acusarlo de querer rehuir las acusaciones que se le hacen, porque pasa a gozar del derecho de reponder únicamente ante el Supremo Tribunal Federal (STF).
Pero para ello Lula tiene lista una respuesta: va a contestar al STF enfrentando lo movimientos de promotores regionales, cuyas acciones arbitrarias en contra de él han configurado claramente que se trata de persecución política. Situaciones que quedaron muy claras con la forma en que fue conducido a prestar declaración el día 4 de marzo en el aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo, así como la intempestiva solicitud de prisión presentada por otro promotor, que fue rechazada por una juez.
Después de reflexionar mucho, de sufrir muchas presiones –incluso una carta abierta de Leonardo Boff– para que aceptara la invitación de Dilma Rousseff para integrarse a su gobierno, en el ministerio que le pareciera, Lula finalmente aceptó y va a formar parte del gabinete. La derecha no ha aguardado nada para acusarlo de querer rehuir las acusaciones que se le hacen, porque pasa a gozar del derecho de reponder únicamente ante el Supremo Tribunal Federal (STF).
Pero para ello Lula tiene lista una respuesta: va a contestar al STF enfrentando lo movimientos de promotores regionales, cuyas acciones arbitrarias en contra de él han configurado claramente que se trata de persecución política. Situaciones que quedaron muy claras con la forma en que fue conducido a prestar declaración el día 4 de marzo en el aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo, así como la intempestiva solicitud de prisión presentada por otro promotor, que fue rechazada por una juez.
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