viernes, 11 de abril de 2025

Rusia-Irán-China: ¿Todos para uno y uno para todos?

Aunque tal vez todavía no sea obvio para Washington, una guerra de Estados Unidos contra Irán será vista como una guerra contra Rusia y China también. Tanto Putin como Xi saben que la guerra de Trump está dirigida singularmente a los «cambios» transformacionales globales que están impulsando juntos.

Pepe Escobar, The Cradle

Rusia e Irán están a la vanguardia del proceso de integración de Eurasia, que tiene múltiples capas y es el acontecimiento geopolítico más crucial del joven siglo XXI.

Ambos son miembros destacados de los BRICS+ y de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Ambos están seriamente implicados como líderes de la Mayoría Global para construir un mundo multinodal y multipolar. Y ambos han firmado, a finales de enero en Moscú, una asociación estratégica detallada y completa.

La segunda administración del presidente estadounidense Donald Trump, que comenzó con las payasadas de «máxima presión» empleadas por el grandilocuente maestro de ceremonias del circo, parece ignorar estos imperativos.

Correspondía al Ministerio de Asuntos Exteriores ruso reintroducir la racionalidad en lo que se estaba convirtiendo rápidamente en una disputa de gritos fuera de control: en esencia, Moscú, junto con su socio Teherán, simplemente no aceptará amenazas externas de bombardear la infraestructura nuclear y energética de Irán, mientras insiste en la búsqueda de soluciones negociadas viables para el programa nuclear de la República Islámica.

Y entonces, como un rayo, la narrativa de Washington cambió. El enviado especial de Estados Unidos para Asuntos de Oriente Medio, Steven Witkoff, que no es precisamente un Metternich y que anteriormente era un partidario de la línea dura de la «presión máxima», empezó a hablar de la necesidad de «fomentar la confianza» e incluso de «resolver los desacuerdos», lo que implica que Washington empezó a «considerar seriamente», según los proverbiales «funcionarios», las conversaciones nucleares indirectas.

¿Occidente contra el Eje China, Rusia, Irán y Corea del Norte?


Manlio Dinucci, Global Research

En «La historia secreta de la guerra en Ucrania», el diario estadounidense The New York Times revela, aportando detalles muy significativos, que EEUU no sólo suministró a Ucrania, bajo Biden, alrededor de 70 000 millones de dólares, sino que también planificó y dirigió las operaciones militares ucranianas contra Rusia desde el cuartel general de las fuerzas militares estadounidenses en Europa, en Wiesbaden (Alemania).

Que el conflicto fue planeado y dirigido por EEUU y la OTAN –bajo las órdenes de Washington– eso ya lo habíamos dicho desde el primer momento en base a hechos concretos. Basándonos en los mismos elementos también habíamos advertido en contra del fácil optimismo en cuanto a que Trump pueda poner fin rápidamente a la guerra con un acuerdo directo entre los presidentes Trump y Putin y que, oponiéndose a los miembros europeos de la OTAN, Washington vaya a retirarse de las operaciones de la alianza atlántica contra Rusia e incluso retirarse de la OTAN misma.

En efecto, en la reunión de los ministros de Exteriores de la OTAN que se realizó en Bruselas para la «construcción de una OTAN más fuerte, más compartida y más letal», el secretario de Estado Marco Rubio clarificó la posición de la administración Trump.

Estados Unidos: Una deuda explosiva en la Trampa del Dólar

El mundo occidental se enfrenta ahora a acontecimientos que eran visibles desde hace tiempo, pero que siempre fueron ignorados por arrogancia, falta de cultura histórica e ignorancia: una mezcla explosiva de incompetencia y ausencia de pensamiento crítico

Fabrizio Pezzani, Arianna Editrice

Los aranceles del presidente Trump muestran claramente los desequilibrios económicos y sociales de EEUU y el intento de atacar una deuda pública casi fuera de control con recortes de gastos e ingresos fiscales por aranceles que ayuden a frenar la deuda. La deuda de EEUU ya se acerca a los 35 billones de dólares, con un gasto anual en intereses de aproximadamente 1 billón de dólares – superando por primera vez en su historia el gasto en defensa (850.000 millones). El PIB ronda los 28 billones de dólares, con un crecimiento menor que el ritmo de la deuda, y la fragilidad de esta situación se refleja en la resistencia del dólar. Este conjunto de factores podría dificultar la colocación de deuda en los mercados internacionales, mecanismo que hasta ahora ha permitido a Estados Unidos vivir por encima de sus posibilidades.

Este descenso hacia un desequilibrio en las cuentas y hacia un sistema social que muestra signos cada vez más claros de desintegración con continuos hechos ilustrativos de un malestar social al límite del control comenzó progresivamente tras la caída del Muro de Berlin que hizo creer en la omnipotencia de un modelo sociocultural que parecía no tener obstáculos. Para celebrar este acontecimiento histórico, el politólogo Francis Fukuyama escribió el libro “El fin de la historia” sin comprender los tiempos y ritmos de la historia y cómo ésta siempre se repite de formas diferentes pero constantes; nunca una profecía tan celebrada resultó ser un dramático engaño.

jueves, 10 de abril de 2025

Un golpe mortal para el neoliberalismo

La guerra comercial de Donald Trump nos adentra en una fase cualitativamente nueva de la historia del capitalismo. Sin embargo, el nuevo orden económico que está tomando forma es tan «globalista» como el régimen neoliberal al que suplanta. El artículo que sigue es una reseña de What Was Neoliberalism? Studies in the Most Recent Phase of Capitalism, 1973-2008, de Neil Davidson (Haymarket Books, 2024).

David Jamieson, Jacobin

Donald Trump aparece cada vez más como la pura negación del proyecto neoliberal. Algunos de sus seguidores ideológicos se complacen en presentarlo en términos similares. Sin embargo, el nuevo régimen de Trump ejemplifica muchas de las características que llegaron a definir la era neoliberal.

Consideremos la prominencia de multimillonarios simpatizantes en y alrededor de la nueva corte. Producto del periodo neoliberal, este estrato de oligarcas abarrotaba en homenaje el complejo de Mar-a-Lago de Trump incluso antes de su regreso a Washington.

El presidente le encargó al escabroso barón de la tecnología Elon Musk que encabece un gran asalto contra gasto «despilfarrador», que implica de forma prominente la disciplina laboral en el mayor empleador individual de EEUU, el Estado federal. Otro asalto contra sistema tributario se perfila como un importante reto legislativo en el primer año de Trump. Ya escuchamos estas melodías antes.

Sin embargo, a pesar de todas las recapitulaciones de temas familiares, el propio neoliberalismo está muriendo definitiva y finalmente. El monótono alarde de Trump sobre la guerra comercial y su abierto desprecio por el «orden internacional liberal» marcan un cambio importante dentro de las estructuras del capitalismo global. Mantener que nada significativo está cambiando más allá de este punto requeriría desechar la definición de un período neoliberal en sí mismo.

El Show de Truman:
la Caverna de Platón hoy


Diego Fusaro, Posmodernia

Al igual que en la caverna de La República de Platón, el sistema mediático de la civilización totalmente administrada procede de acuerdo a un específico “modo ‘distributivo‘ de sentido único”, como lo ha definido McLuhan: el flujo de las informaciones, mediante el cual se determina la manipulación, es rigurosamente direccionado de manera unívoca, según la dicotomía del polo que transmite y del polo que recibe. Opera una contrarrevolución preventiva permanente. Pasividad, apraxia e inacción son las figuras fundamentales del imperio de la pasividad tecnocapitalista, caverna globalizada en la que el hacer frenético e hipertrófico de la producción y del consumo coexiste, en la misma unidad temporal y espacial, con la ausencia de cualquier proyecto utópico-redentor y de la activa puesta en marcha de cualquier dinámica transformadora. También bajo este perfil, se muestra el carácter íntimamente contradictorio de la caverna global, que se funda de modo ambivalente sobre el grado máximo de acción técnica irreflexiva y sobre el grado mínimo de hacer proyectual-transformativo. Gracias a las prestaciones del espectáculo que desde el principio la santifica, la caverna planetarizada celebra los plurales (estilos de vida, formas de pensamiento y de existencia), a condición de que todos se muevan dentro del horizonte único de la jaula, reconocida en su ineluctabilidad. Con movimiento convergente, alaba la apertura de toda realidad –desde el imaginario hasta las fronteras– siempre y cuando esa realidad sea confinada en el interior de la sociedad open –abierta- y borderless -sin fronteras- de la mercadización integral.

El antrum platonicum de la mundialización infeliz pretende la aceptación pasiva y servil de lo que hay, o sea de lo que aparece; y obtiene este resultado de dócil observancia mediante las formas mismas con las que el espectáculo se despliega, sin admitir derecho de réplica, ni real pluralidad de aquello que se ha hecho aparecer. Las mismas formas del no alineamiento son exhibidas siempre y sólo con una clara función apotropaica, con vistas tanto a su ridiculización permanente como a su apología en beneficio de la caverna, que de esa forma puede ocultar su real esencia totalitaria detrás de una apariencia falsamente pluralista y tolerante. La lucha contra la cosificación y contra la alienación está permitida, siempre que se presente en formas ellas mismas cosificadas y alienadas.

miércoles, 9 de abril de 2025

La revolución económica de Trump

Trump trata de revitalizar la siniestra e intervencionista "doctrina Monroe” en función del distópico mefistofélico "Destino Manifiesto" para soñar con "hacer que EEUU vuelva a ser grande"

Adrian Sotelo Valencia, La Haine

Como era de esperar, la prensa hegemónica y los medios dominantes de comunicación han ponderado positivamente las agresivas políticas arancelarias del magnate estadounidense que ha venido imponiendo, al margen del Congreso de EEUU y del llamado “orden internacional basado en reglas”, a todos los países que no son de su agrado o que no se alinean a sus intereses hegemónicos.

Por supuesto su objetivo central apunta contra el gigante asiático en ascenso en el plano mundial, China, a quien le ha aplicado impuestos hasta del 54% a sus exportaciones (RT, 5 de abril de 2025).

Trump cree que con esas medidas, más de impacto en el plano mediático que en el real, va a conseguir "reindustrializar" la economía norteamericana obligando a sus empresas transnacionales que operan en el exterior en los países afectados por las políticas proteccionistas a retornar a suelo estadounidense asemejando lo que ocurrió cuando esas empresas se beneficiaron con las políticas proteccionistas de la industrialización sustitutiva de importaciones implementadas por los gobiernos de los países dependientes y subdesarrollados de América Latina en la segunda posguerra del siglo XX.

Advertencia de inteligencia de EEUU: Rusia está ganando en Ucrania

El informe de inteligencia estadounidense 2025 advierte que la alianza antioccidental se está consolidando. Pero Irán (por ahora) renuncia a la bomba atómica.

Giacomo Gabellini, Krisis

La Evaluación Anual de Amenazas, compilada por la oficina dirigida por Tulsi Gabbard, describe un mundo altamente cargado. Rusia, China, Irán y Corea del Norte se están consolidando en una alianza cada vez más sólida contra Occidente. Pekín sigue siendo la mayor amenaza, con ambiciones militares, tecnológicas y globales. Moscú, a pesar de las sanciones, ha cambiado el rumbo de la guerra en Ucrania y comparte conocimientos militares con sus aliados. Irán reduce el ritmo (por ahora) en materia nuclear, pero invierte en drones y misiles. Pyongyang reduce su dependencia de Pekín gracias al apoyo de Moscú. A medida que el eje se consolida, Washington corre el riesgo de verse arrastrado a una espiral de conflicto.

“Un conjunto diverso de actores extranjeros tiene en la mira la salud y la seguridad, la infraestructura crítica, las industrias, la riqueza y el gobierno de Estados Unidos”. Estas alarmantes palabras inician la Evaluación Anual de Amenazas , la evaluación anual que realiza Estados Unidos sobre las amenazas nacionales para el año 2025, publicada en marzo. Elaborado por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, encabezada por Tulsi Gabbard, identifica y evalúa el alcance de las amenazas a los ciudadanos, al Estado y a sus intereses económicos y de seguridad. El informe, elaborado con la colaboración de toda la comunidad de inteligencia estadounidense, subraya que «los adversarios estatales y los movimientos no estatales vinculados a ellos buscan debilitar y reemplazar el poder económico y militar de Estados Unidos en todo el mundo».

Entre las organizaciones no estatales, la atención se centra en los cárteles de la droga mexicanos, colombianos y centroamericanos, así como en grupos fundamentalistas islámicos, piratas informáticos y agencias de inteligencia paraestatales. Grupos heterogéneos, pero que “a menudo son facilitados, tanto directa como indirectamente, por actores estatales como China e India”.

El núcleo del análisis es la naturaleza de los desafíos que plantean los Estados adversarios, que «poseen armas capaces de atacar el territorio de Estados Unidos o de inutilizar sus sistemas vitales en el espacio, con fines coercitivos o en el contexto de una guerra propiamente dicha». Estas amenazas se refuerzan mutuamente, creando un entorno de seguridad mucho más complejo y peligroso”.

martes, 8 de abril de 2025

Cómo la Tarifomanía de Trump está incendiando la casa

¡Mayoría Global, regocíjense! Y súbanse al tren de alta velocidad de la desdolarización.

Pepe Escobar, Strategic Culture

El Gran Circo Arancelario de Trump (Trump’s Tariff Tizzy o TTT por sus siglas en inglés), bautizado por él mismo como ‘Día de la Liberación’, está siendo interpretado globalmente -tanto en el Norte como en el Sur Global- como Día del Matadero.

Esta táctica de demolición económica incontrolada de facto comienza con la fantasía retorcida de que lanzar una guerra arancelaria contra China es una idea brillante. Tan brillante como recaudar unos cuantos billones de dólares adicionales en aranceles suponiendo que el resto del planeta se verá algo “animado” a vender al hegemón, mientras se finge que estos aranceles conducirán a la reindustrialización de EEUU.

La máscara tragicómica de un maestro de ceremonias de circo autoproclamado del turbo-capitalismo puede ser tan patética como la rabia de los chihuahuas europeos que impulsan su ‘venganza’ a través del rearme, con fondos que planean robar de las cuentas de ahorro de ciudadanos desprevenidos.

El indispensable Michael Hudson ha configurado el problema clave. Permítanme un pequeño ajuste: “Las sanciones y las amenazas son lo único que le queda a Estados Unidos. Ya no puede ofrecer a otros países una situación en la que todos salgan ganando, y Trump ha dicho que Estados Unidos tiene que ser el ganador neto en cualquier acuerdo internacional que haga, ya sea un acuerdo financiero o comercial. Y si Estados Unidos dice: En cualquier acuerdo que hagamos, vosotros perdéis, yo gano”, esa táctica de extorsión mafiosa no refleja exactamente el arte de la negociación.

Por qué, tarde o temprano, el capitalismo necesita la Guerra

El profesor de Filosofía Moral de la Universidad de Milán entra en el debate sobre la guerra y el rearme con una lectura muy crítica del capitalismo. Según el análisis de Andrea Zhok, el libre mercado, para sobrevivir, requiere un crecimiento continuo. Cuando el crecimiento se detiene, el sistema entra en crisis. Y las soluciones tradicionales –innovación tecnológica, explotación de la fuerza de trabajo, expansión de los mercados– ya no son suficientes. Desde esta perspectiva, argumenta Zhok, la guerra se convierte en el último recurso, ofreciendo al sistema económico un mecanismo de destrucción, reconstrucción y control social.
El mensaje "Capitalismo = Guerra" en una pared de Noruega


Andrea Zhok, Krisis

1. La esencia del capitalismo

El vínculo entre capitalismo y guerra no es accidental, sino estructural e ineludible. Pese a que la literatura autopromocional del liberalismo siempre ha intentado argumentar que el capitalismo —traducido como ‘dulce comercio’— era una vía privilegiada hacia la pacificación internacional, en realidad esto siempre ha sido una flagrante falsedad. Y no porque el comercio no pueda ser vehículo de paz —puede serlo—, sino porque la esencia del capitalismo NO es el comercio, que no es más que uno de sus posibles aspectos.

La esencia del capitalismo consiste en una cosa y sólo una cosa. Es un sistema social idealmente acéfalo, es decir, idealmente desprovisto de orientación política, pero impulsado por un único imperativo categórico: el aumento del capital en cada ciclo de producción. El núcleo ideal del capitalismo es la necesidad de que el capital rinda, es decir, de que aumente el propio capital. La dirección de este proceso no se confía a la política -y menos aún a la política democrática- sino a los detentadores del capital, a quienes encarnan las exigencias de las finanzas.

Es importante darse cuenta de que el punto crucial para el sistema no es que “siempre haya más capital” en el sentido objetivo, es decir, que el stock de dinero siempre aumente; momentáneamente puede incluso reducirse. La cuestión es que siempre debe existir la perspectiva general de un aumento del capital disponible. En ausencia de esta perspectiva –como en una condición persistente de ‘estado estacionario’ de la economía– el capitalismo deja de existir como sistema social, porque desaparece el ‘piloto automático’ representado por la búsqueda de salidas para las inversiones.

lunes, 7 de abril de 2025

Entre el colapso y la ofensiva


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La guerra continúa su curso a la espera de si el proceso de negociación que Estados Unidos dirige por medio del diálogo separado con Rusia y Ucrania prospera hacia un alto el fuego más claro que el incumplido compromiso mutuo de no atacar infraestructuras energéticas. En Donbass, las últimas horas han constatado avances rusos en dos batallas urbanas, la eterna lucha por Chasov Yar y el intento de volver a expulsar a las tropas ucranianas de Toretsk. Aunque limitados, hay también avances de las tropas de Moscú en dirección a Krasny Liman, última ciudad perdida en la ofensiva relámpago ucraniana del otoño de 2022 en el frente del este. Aunque con menos intensidad y una batalla limitada, se perciben también movimientos en el frente central, la parte de Zaporozhie en la que el Dniéper no es un factor y donde Ucrania aspiró en 2023 a romper el frente en dirección a Crimea. A principios de la semana pasada, se constataba que Rusia había capturado la pequeña localidad de Lobkovo, un avance con cierta importancia simbólica al tratarse de la última localidad capturada en la contraofensiva ucraniana que las tropas rusas aún no habían recuperado.

Trump condenó a Estados Unidos a la estanflación

Donald Trump anunció aranceles radicales para todos los socios comerciales de EEUU, con el objetivo explícito de «liberar» a EEUU del comercio «injusto». Estos esfuerzos no solo son confusos, sino que encerrarán a Estados Unidos en un ciclo de estancamiento e inflación.

Dominik A. Leusder, Jacobin

El jueves, Donald Trump anunció lo que equivale a una escalada dramática de la guerra comercial iniciada durante su primer mandato. Dirigiéndose a una multitud de trabajadores del sindicato del automóvil en un acto en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, el presidente reveló los detalles de su plan para restablecer la relación de Estados Unidos con sus socios comerciales, enmarcando sus aranceles como una «declaración de independencia económica».

Comenzó su discurso con lo que equivalía a un delirio de victimismo estadounidense. Lamentando la «capitulación económica unilateral» de sus predecesores en el Salón Oval, denunció haber sido «saqueado, expoliado y violado por amigos y enemigos por igual», que «se enriquecieron a costa de [Estados Unidos]» mediante «monedas devaluadas», «robando nuestra propiedad intelectual» e instituyendo «normas injustas y técnicas». Estas barreras comerciales, basadas o no en aranceles, debían eliminarse. Este esfuerzo «potenciaría la base industrial nacional», al tiempo que permitiría a Estados Unidos pagar su deuda nacional y reducir los impuestos.

El registro histórico, por supuesto, discrepa, aunque la historia económica no parece ser el fuerte de Trump. En un momento de su discurso, el presidente opinó que Estados Unidos era «proporcionalmente el más rico» entre 1789 y 1913, cuando existían barreras comerciales, y que la Gran Depresión de la década de 1930 no habría ocurrido como lo hizo si la Ley Arancelaria Smoot Hawley de 1930, ultraproteccionista, hubiera permanecido en vigor por más tiempo.

Los historiadores económicos coinciden en general en que el desastroso conjunto de aranceles sobre más de 20.000 productos importados empeoró la Gran Depresión. Y según las estimaciones ad hoc realizadas por Evercore ISI, una destacada empresa de asesoramiento para bancos de inversión, el tipo arancelario medio ponderado de las medidas del «Día de la Liberación» fue de algo menos del 30 %, en comparación con el 20% de la Ley Smoot-Hawley. Todo esto en una economía en la que las importaciones representan el 14% del PIB, en comparación con el 4,5% en 1930.

domingo, 6 de abril de 2025

La mejor respuesta a los aranceles estadounidenses es que los países en desarrollo vendan deuda estadounidense

En el arte del acuerdo, amenazar con colapsar la economía estadounidense llevaría a Trump a la mesa mucho más rápido que una guerra de aranceles

Ian Proud, Strategic Culture

Mientras el presidente Trump amenaza al mundo con aranceles radicales, intenta cambiar las leyes fundamentales de la economía mediante la fuerza de voluntad. No lo conseguirá.

En lugar de contraatacar con aranceles recíprocos, los países en desarrollo deberían vender la deuda estadounidense.

El economista austriaco-estadounidense Ludwig von Mises dijo una vez que
la teoría de la balanza de pagos olvida que el volumen del comercio depende completamente de los precios
Estados Unidos tiene un déficit comercial tan gigantesco, de más de un billón de dólares al año, porque puede comprar productos extranjeros más baratos de lo que puede producirlos en el país.

Algunos países pueden subvencionar la producción para bajar los precios, otros pueden exportar bienes que están más abajo en la cadena de valor en comparación con lo que producirán los productores estadounidenses.

Pero, echando la vista atrás, el dólar estadounidense es tan poderoso que encarece las exportaciones estadounidenses, independientemente de las distorsiones creadas por sus socios comerciales.

Esto forma parte del privilegio exorbitante por el que el dólar estadounidense actúa como la principal moneda de reserva del mundo, con un 58% del total de reservas.

«Al imperialismo no se le puede confiar ni tantito así»

Esta emblemática frase del Che Guevara mantiene su plena vigencia incluso seis décadas después

Eduardo Vasco, Strategic Culture

Esta emblemática frase del Che Guevara mantiene su plena vigencia incluso seis décadas después. Cada día que pasa, más personas en todo el mundo se dan cuenta de que están siendo engañadas por el canto de sirena de las potencias imperialistas, especialmente Estados Unidos.

Lo que Donald Trump está haciendo con los ucranianos es un claro ejemplo de cómo funciona el imperialismo. Según el Wall Street Journal, el acuerdo sobre minerales exigiría que Ucrania entregue el control de sus recursos naturales e infraestructura a cambio de la ayuda militar proporcionada por el Pentágono, con efectos retroactivos.

Kiev tendría, así, que ceder el control de su economía a Estados Unidos como pago por la ayuda militar recibida, de acuerdo con el informe filtrado al periódico estadounidense. El plan, aún en discusión, crearía un fondo de inversión bilateral que daría prioridad a empresas estadounidenses en proyectos estratégicos ucranianos.

El acuerdo en negociación prevé la creación de un “Fondo de Reconstrucción e Inversión EEUU-Ucrania”, registrado en Delaware, que tendría derecho de preferencia sobre todos los proyectos futuros y existentes relacionados con recursos naturales (metales, petróleo, gas y minerales críticos) e infraestructura (puertos, oleoductos, gasoductos y otras obras estratégicas).

sábado, 5 de abril de 2025

Un fantasma recorre Europa: el fantasma del nihilismo

La modernidad liberal celebra el progreso y al individuo, pero su luz proyecta una sombra inquietante: el nihilismo. Privado de significados compartidos y raíces profundas, Occidente corre el riesgo de desmoronarse. Andrea Zhok, profesor de Filosofía Moral en la Universidad Estatal de Milán, revela las causas de este declive: un capitalismo que reduce a los ciudadanos a consumidores sin memoria y transforma las democracias en oligarquías financieras. Al concluir su análisis, el profesor se pregunta: ¿qué futuro le espera a una civilización que ha perdido su alma?

Andrea Zhok, Krisis

En resumen

La paradoja del progreso occidental El individualismo liberal y el capitalismo global han generado un nihilismo que corroe los valores fundacionales de Occidente. Mientras exporta su modelo, la sociedad occidental muestra vacío existencial e incapacidad de diálogo intercultural.

De la libertad a la alienación El sujeto liberal, reducido a un consumidor sin raíces históricas, sacrifica toda identidad colectiva en aras de la satisfacción individual. Esta «libertad negativa» produce individuos desestructurados y sociedades sin cohesión.

El capitalismo como máquina nihilista El sistema transforma la acumulación de capital en un imperativo absoluto, debilitando la política y creando oligarquías financieras. La cuantificación económica borra el pasado y el futuro, aplastando todo en la moneda presente.

El retorno de las tradiciones en Eurasia Tras las revoluciones que negaron el pasado, Rusia y China han reconstruido identidades colectivas recurriendo a tradiciones premodernas: la ortodoxia y el confucianismo. Una recuperación instrumental para recomponer internamente los países, pero que también representa un rechazo del nihilismo occidental.

Occidente en la encrucijada: ¿renacimiento o declive? La pérdida de las raíces espirituales y el control social neoliberal sitúan a Occidente en un punto de inflexión: recuperar una planificación compartida o hundirse en derivas autoritarias mediante la creación de enemigos externos.

Un fantasma ronda por Europa, pero no es el del comunismo evocado por Karl Marx y Friedrich Engels. Es algo más insidioso: el fantasma del nihilismo. Mientras Occidente exhibe los trofeos del progreso tecnológico y el individualismo liberal, en sus cimientos se propaga un vacío existencial que corroe la esencia misma de nuestra civilización. Pero, ¿qué se esconde detrás de este nihilismo generalizado? ¿Por qué parece afectar especialmente a la sociedad occidental? ¿Y cómo se entrelaza con la afirmación del capitalismo global y la pérdida de identidad? Para responder a estas preguntas, hemos consultado al profesor Andrea Zhok, profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Milán.

El nihilismo, concepto surgido en la Rusia del siglo XIX y replanteado por Friedrich Nietzsche, se ha materializado hoy en la crisis espiritual de Occidente. Ya no es solo una abstracción filosófica, sino una realidad tangible que se manifiesta en la erosión sistemática de todo valor compartido. Paradójicamente, precisamente cuando exporta su modelo de desarrollo a todo el mundo, Occidente muestra signos de un profundo malestar: ha perdido progresivamente la capacidad de confrontarse auténticamente con otras culturas, sustituyendo el diálogo por una homogeneización global que anula toda diferencia. Como destaca el antropólogo Emmanuel Todd en su último ensayo, La derrota de Occidente, esta deriva ha desencadenado reacciones imprevistas.

La afirmación de un presunto «bloque conservador» liderado por Rusia podría representar una respuesta al nihilismo liberal, un intento de contraponer los valores tradicionales a la pérdida de sentido occidental. Pero, ¿estamos realmente ante una alternativa creíble o simplemente ante otra forma de ideología? El panorama se complica aún más si tenemos en cuenta la crisis espiritual actual. Todd identifica en la «vaporización» de la ética protestante --en su día un pilar de la disciplina social y la cultura del trabajo-- uno de los factores clave del declive occidental. En su lugar ha surgido un individualismo radical, carente de raíces y referencias.

El cuento del «libre comercio» al desnudo

“Nos estamos jugando el modelo de sociedad para las próximas décadas. Porque en este mundo en llamas, el conflicto de fondo es aquel que enfrenta al capital contra la vida, a los intereses privados contra los bienes comunes, a las mercancías contra los derechos”
Miguel Urbán Crespo
Eurodiputado 2015-2024

Alberto Acosta, La Línea de Fuego

Todo indica que entramos más y más en un nuevo y complejo período en la historia de la humanidad. Instituciones internacionales de la postguerra como Naciones Unidas, creadas para asegurar la Paz e impulsar “el desarrollo”, estableciendo normas económicas para intentar alentar relaciones fluidas entre los países, están seriamente debilitadas.

Los principios que sustentaban el modelo de democracia inspirados en la fantasía del “sueño americano” se desvanecen a pasos acelerados. La expulsión de un grupo de ciudadanos venezolanos, para confinarlos en una cárcel en El Salvador, atropellando una decisión judicial, es solo una de tantas muestras de la crueldad cada vez más arraigada en la política de los EEUU y de otras partes del planeta. Se trata de “una crueldad bien afinada”, ejercida contra migrantes y refugiados, como reclamaba un líder regional de Alternativa para Alemania (AfD), partido de extrema derecha catapultado al segundo lugar en las recientes elecciones.

Los derechos alcanzados en largas jornadas de lucha son atacados sistemáticamente a nivel global, desde posiciones cargadas de resentimientos y odio. Dicen combatir la “ideología” woke, es decir las libertades individuales, los derechos colectivos, los derechos de las mujeres y de las minorías sexuales, los derechos de las colectividades afro e indígenas y los derechos laborales. También arremeten contra los Derechos de la Naturaleza y, por supuesto, contra sentimientos como la compasión, la empatía y las prácticas de cuidado, solidarias y recíprocas. Rasgos fascistas emergen por todo lado.

Nos encontramos, en especial, frente al desesperado intento de un imperio decadente por recuperar el poderío de otros tiempos, provocando nuevos y acelerando viejos enfrentamientos inter imperiales, en medio de una policrisis con rasgos de colapso civilizatorio.

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin