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sábado, 21 de noviembre de 2015

Tras los atentados en París: miedo y desolación

Marcos Roitman Rosenmann, La Jornada

Mientras unos lloran la tragedia de París, el presidente de Francia, François Hollande, señala que los atentados constituyen una declaración de guerra y decide, con el apoyo de Estados Unidos y la OTAN, bombardear las zonas controladas por el llamado Estado Islámico en los territorios de Siria e Irak. Igualmente, el gobierno belga despliega fuerzas especiales de la policía para peinar el barrio obrero de Bruselas, Molenbeek. Allí, señalan, se ubican las bases de reclutamiento de Al Qaeda y el extremismo islámico. Además, subrayan, allí vivió el considerado autor intelectual de los ataques, Abdelhamid Abaaoud. La contraofensiva lanzada por Francia tras los atentados de París, en los que murieron 130 personas y hay más de 300 heridos, abre una perspectiva de difícil evaluación en el corto plazo.

Nada hace sospechar que el terrorismo yihadista cese. Por el contrario, asistimos a una nueva versión del culto a la muerte, que amenaza llevarse por delante cualquier atisbo de sentido común. El ataque simultáneo, coordinado y perfectamente planificado de ocho jóvenes musulmanes contra la población civil en la sala de espectáculos Bataclan, el restaurante Le petit Cambodge, el local Belle Équipe, el bar Le Carillon y el boluevar Fontaine, demuestran una estrategia de terror en aumento. Por otro lado, el suicidio colectivo de los terroristas pone de manifiesto la capacidad de reclutamiento del Estado Islámico, que cuenta con voluntarios dispuestos a inmolarse al grito de ¡Alá es el más grande! Se autoproclaman mártires en una lucha contra el opresor infiel. De tal forma que el escenario de guerra se desplaza a Europa y las víctimas son gente común, ciudadanos que van a estadios, universidades, cines, centros comerciales y se desplazan en Metro o trenes. Espacios públicos donde la cotidianidad se ve afectada tras los atentados.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Terrorismo en París y fanatismo neoconservador

Michel Warchawski, Viento Sur

Los ataques de los comandos de Daech en París y en Saint Denis provocan en toda persona sensata indignación y cólera: centenares de civiles inocentes han sido masacrados por los asesinos armados con kalachnikovs y una ideología mortífera. Pero no hay que limitarse a la indignación, e incluso ante las imágenes de horror que las cadenas de televisión nos sirven continuamente, tenemos que hacer el esfuerzo de comprender, aunque solo sea para ponernos en guardia contra lo que puede provocar nuevos atentados de este tipo.

El lenguaje utilizado por los asesinos de Daech es el del choque de las civilizaciones. Pero, ¿de dónde viene esta ideología? Ciertamente, no de los barrios populares de Bruselas o de París, como tampoco de las barriadas de Damasco o de las universidades de Túnez. La ideología del choque de civilizaciones nació a mediados de los años ochenta en los think-tank neoconservadores americano-israelíes. Fue Samuel Huntington quien, bajo forma de anticipación, la teorizó. Los políticos neoconservadores, en particular Georges W. Bush y Benjamin Netanyahu, hicieron de ella una estrategia, simplista pero sangrienta.

Según el pensamiento neoconservador, el mundo está dividido en dos (“el eje del bien” y “el eje del mal” tan queridos por el antiguo residente de la Casa Blanca y sus consejeros): de un lado el mundo civilizado, democrático y sediento de libertad y del otro los bárbaros que amenazan esta civilización. Si al comienzo denominaban el eje del mal al “terrorismo internacional”, rápidamente fue reidentificado como el “terrorismo islamista” para convertirse finalmente, en la lógica del choque de las civilizaciones, en el propio islam como amenaza civilizacional. Para los neoconservadores el choque está claramente entre lo que llaman “la civilización judeo-cristiana” y el mundo musulmán.

Toyota y las compañías acusadas de financiar al Estado Islámico


Desde el surgimiento del Estado Islámico, que ha vuelto a estar en el centro de atención de la comunidad internacional, muchos se han preguntado cómo funciona y de dónde proviene su financiación. En busca de las respuestas, varias compañías occidentales han sido acusadas de contribuir a la actividad del grupo. El mes pasado, las autoridades antiterroristas de EE.UU. pidieron a Toyota ayudarles a determinar cómo el Estado Islámico consiguió adquirir un número tan grande de camionetas de esa marca, que pueden verse en los videos del grupo terrorista, informó ABC. Toyota, a su vez, aseguró sobre su "política estricta de no vender vehículos a compradores que potencialmente pueden usarlos o modificarlos para actividades paramilitares o terroristas", pero al mismo tiempo, advirtió que era imposible seguir los vehículos que habían sido robados o revendidos por intermediarios.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Terrorismo en Francia y la venta de armas al Estado Islámico

Robert Fisk, La Jornada

El país que le prestó su credo sunita wahabita a los asesinos del Isis en París no dará la más mínima importancia al hecho de que François Hollande sople y resople sobre la guerra. Arabia Saudita ya ha escuchado todo esto antes, todo lo del Nuevo Orden Mundial desde 1991, cuando George Bush padre soñaba con una expresión sub hitleriana de Medio Oriente en la que podría existir un oasis de paz, un lugar sin armas, y la riqueza que de ellas proviene, en que las espadas se convirtieran en arados, o al menos en buques petroleros más grandes y oleoductos más largos.

Los sauditas están demasiado ocupados haciendo volar en pedazos a Yemen en su enloquecida guerra contra los hutíes chiítas como para preocuparse de los locos sunitas wahabitas del Isis.

Su enemigo sigue siendo el nuevo mejor amigo de Estados Unidos, el Irán chiíta, y están tan empecinados como siempre en destronar al presidente alawita chiíta de Siria, aun si el Isis está en la primera fila de los enemigos de Bashar al Assad.

Crónica de atentados en París anunciados hace tres años

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Desde hace casi tres años advertí el andamiaje gasero/petrolero que hacía predecibles los siete multiatentados de París-Saint Denis (¿Al Qaeda en la Torre Eiffel?: la guerra global del gas, http://goo.gl/ScBYTS), con base en una entrevista premonitoria de Michael Maloof, experto del Pentágono en la fase del bushiano Ronald Rums­feld (https://goo.gl/IBrXsm). Sólo varió la inédita franquicia de la guerrilla global del yihadismo: Al Qaeda/Europa.

Stratfor, portal texano-israelí que se ostenta como la CIA entre las penumbras, nos deleita con su taxonomía sui generis de los grupos yihadistas que operan con diferentes disfraces: desde los mujahidines de Afganistán, pasando por Osama Bin Laden en los atentados del 11-S, hasta hoy su reconversión lingüística, deliberadamente diseñada para confundir: Al Qaeda del Levante; Al Nusra y Ahrar al Sham de Siria; Al Qaeda en el Maghreb: Al Qaeda en Libia; Al Qaeda del Sinaí y Al Qaeda de la Península Arábiga, que ahora cierran con el broche de oro de Al Qaeda/Europa, todos condensados en el Estado Islámico.

Hasta el espionaje francés sucumbió a la trampa lingüística al clasificar a Al Nusra, de la genealogía terrorista de Al Qaeda, como "moderados" (http://goo.gl/B1JrzD). Para el maniqueísmo hollywoodense existen terroristas "buenos y malos", como "Al Qaeda bueno" y "Al Qaeda malo". Lo mismo sucedió en Albania/Kosovo, donde operaba "Osama Bin Laden el bueno", mientras "Osama Bin Laden el malo" deambulaba afuera de los Balcanes (http://goo.gl/TnzR4u).

La violencia y el califato vacío

Alejandro Nadal, La Jornada

La correspondencia entre Hannah Arendt y Karl Jaspers abarca un periodo tumultuoso en la historia. Arranca en 1926, cuando está a punto de iniciarse la destrucción del orden establecido al finalizar la primera guerra mundial. Concluye en 1969, después de que ambos pensadores han sido testigos de uno de los más turbulentos, y violentos, periodos de la historia.

En una de sus cartas a su maestro y amigo Arendt señala que por sentirse llena de gratitud está dispuesta a intitular su libro sobre teorías políticas Amor Mundi (al final Arendt prefirió La condición humana). Esto sorprende porque la autora había vivido procesos hiperviolentos a lo largo de su vida: totalitarismos sangrientos, racismo, genocidios, los primeros dos bombardeos atómicos y, lo que más le llamó la atención al final de sus días, el desarrollo vertiginoso de nuevos y más poderosos instrumentos de destrucción.

Una parte de la reflexión de Hannah Arendt sobre la violencia es pertinente hoy, a unos días de los terribles ataques en París. Digo una parte porque otro segmento de su obra me parece descontextualizado (sus referencias a Frantz Fanon) o superficial (en relación con la obra de Marx). Dejamos estas dos aclaraciones de lado en lo que sigue.

martes, 17 de noviembre de 2015

París: la sombra de Argelia

Robert Fisk, La Jornada

No sólo uno de los atacantes se esfumó después de la matanza en París. Tres naciones cuya historia, acción –e inacción– ayudan a entender la carnicería cometida por el Isis han escapado en gran medida a la atención entre la casi histérica respuesta a los crímenes de lesa humanidad en la capital francesa: Argelia, Arabia Saudita y Siria.

La identidad franco-argelina de uno de los atacantes demuestra de qué modo la salvaje guerra francesa de 1956-62 en Argelia continúa infectando las atrocidades de hoy. La absoluta negativa a contemplar el papel de Arabia Saudita como proveedora de la forma más extrema del islam, la wahabita sunita, en la que cree el Isis, muestra de qué manera nuestros líderes aún rehúsan reconocer los vínculos entre el reino y la organización que atacó a París. Y nuestra falta total de voluntad de aceptar que la única fuerza militar regular en combate constante con el Isis es el ejército sirio –que lucha por el régimen que Francia desea destruir– nos impide aliarnos con los inmisericordes soldados que están en acción contra el Isis con mayor ferocidad aún que los kurdos.

Siempre que Occidente es atacado y nuestros inocentes perecen, caemos en borrar el banco de memoria. Por tanto, cuando los reporteros nos dijeron que los 129 muertos en París representaron la peor atrocidad perpetrada en Francia desde la Segunda Guerra Mundial, omitieron mencionar la masacre en París de hasta 200 argelinos que participaban en una marcha ilegal contra la salvaje guerra colonial francesa en Argelia, en 1961. La mayoría fueron asesinados por la policía francesa; muchos fueron torturados en el Palais des Sports y sus cuerpos arrojados al Sena. Los franceses sólo reconocieron 40 muertos. El oficial de policía a cargo era Maurice Papon, quien trabajó para la policía colaboracionista de Petain en Vichy en la Segunda Guerra Mundial y deportó a más de mil judíos hacia su muerte.

lunes, 16 de noviembre de 2015

París y los atentados, ¿de qué guerra hablamos?

Santiago Alba Rico, Público.es

Entre las víctimas de la sala Bataclan había extranjeros: españoles, rumanos, belgas y también tunecinos y argelinos, muy probablemente musulmanes. Entre los franceses sin duda habrá también hombres y mujeres de origen árabe y musulmán. Todos ellos tenían algo en común: ganas de bailar, beber y reír. A los que tratan de encontrar una explicación ideológica en el atentado a partir del comunicado de Daesh hay que decirles la verdad, mucho más inquietante: el atentado es un dantesco acto publicitario y una orgullosa, lúcida y “revolucionaria” declaración de guerra a la moral “burguesa”: os matamos sencillamente porque estáis vivos. El hecho de que las víctimas rieran, bailaran y bebieran es importante, pero no porque se trate de prácticas haram, según una estrecha interpretación del islam, sino porque las convierte en personas normales con las que todos podemos sentirnos identificados y, a través de ellas, también afectados y amenazados.

Entre los verdugos, lo sabemos ya, había franceses. Por ejemplo Ismael Omar Mustafei, de 29 años, nacido en uno de los banlieu de París. Era de esperar. Cualquiera que conozca la situación de los barrios periféricos de las ciudades de Francia tiene que acordarse de esa última entrevista que Pasolini concedió el mismo día de su muerte, hace 40 años, y en la que hablaba de lo que “los burgueses ignoran”. Decía Pasolini: “ustedes no viven en la realidad. Yo sí. Ahí abajo hay muchas ganas de matar”. De esas “ganas de matar” habrá que ocuparse más pronto que tarde si queremos comprender algo y salvar un poco. Si queremos evitar, de entrada, la única guerra que no mencionan ni Hollande ni Sarkozy: la guerra civil en Francia.

Habrá que pensar en los asesinos, sí, pero centrémonos ahora en el dolor -muy nuestro- de la inocencia tronchada. En el dolor, por ejemplo, de Ángela Reina, flamante esposa de Juan Alberto González, 29 años también, ingeniero industrial, con ganas de marcha un viernes por la noche. No nos engañemos. El dolor no sirve de nada. Cada uno lo acarrea como puede sin librarse jamás de él. No es útil. Pero se puede transportar a un sitio u otro e iluminar con él otras conexiones y otros cuerpos. ¿Qué hacer con el dolor insoportable de Ángela y de París? ¿Dónde deberíamos trasladarlo con la imaginación?

domingo, 15 de noviembre de 2015

Terrorismo geopolítico: avión ruso en Egipto, barrio chiíta en Beirut y multiatentados en París

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

En medio de la grave crisis financiera del G-7, el secretario del Pentágono, Ashton Carter, advirtió –siete días antes a los siete execrables multiatentados de París/Saint-Denis– sobre las batallas que vienen con Rusia y China (http://goo.gl/wwTD6m).

El Pentágono alardeó el vuelo reciente de dos bombarderos estratégicos B-52 cerca de las islas artificiales chinas en el ultrasensible Mar del Sur de China (http://goo.gl/E6xkKh), en alta tensión (http://goo.gl/lZwaW4), y en vísperas de la cumbre APEC.

Me llamó la atención un tuit muy sugerente, un día antes del avionazo ruso en el Sinaí, de Zbigniew Brzezinski, teórico de los Balcanes euroasiáticos (http://goo.gl/EMijDC) de su libro El gran tablero de ajedrez mundial: “¿Puede la iniciativa ‘un cinturón, una ruta de China’ tener éxito si explota el Medio Oriente? (https://goo.gl/00rNYw)”

China creó una zona industrial en el corredor del nuevo canal de Suez (http://goo.gl/0Vt95H) que concurre con la iniciativa un cinturón, una ruta de China (http://goo.gl/E4G3X8). ¿Quién busca descarrilar la creativa conexión de Rusia y China con Egipto?

sábado, 14 de noviembre de 2015

Francia en estado de emergencia tras los ataques terroristas de ISIS, la milicia financiada por USA


La noche de este viernes la capital francesa se vio sacudida por siete ataques coordinados que han dejado hasta ahora 130 víctimas mortales y más de 250 heridos, 99 de los cuales se encuentran en "estado crítico". Las escenas terribles que llenaron de sangre las calles de París comenzaron poco antes de las 10 pm en siete lugares en forma simultanea. El teatro Bataclan, donde se ofrecía un concierto de los Eagles of Death Metal, una banda estadounidense, fue el más afectado. Unidades policiales paramilitares que irrumpieron en el edificio poco después de las 12:30 am del sábado, matando a dos terroristas, dijeron que encontraron escenas horrorosas en el interior, con más de 100 muertos. Poco antes de la medianoche, el presidente francés, François Hollande anunció que Francia iba a cerrar sus fronteras e impondría un estado de emergencia bajo la ley 1955 que suspende los derechos democráticos fundamentales. Paris quedó bajo estrecha vigilancia militar la madrugada del sábado y las autoridades pidieron a los parisinos permanecer en el interior. Helicópteros de la policía sobrevuelan la zona y la policía paramilitar con unidades del ejército se encuentran desplegadas en toda la ciudad.

De acuerdo a las informaciones oficiales, hubo al menos siete ataques terroristas casi simultáneos, los que probablemente fueron coordinados. Estos ataques incluyen: el atentado en el teatro Bataclan, con toma de rehenes, en el que murieron más de 100 personas. Tres restaurantes y un cine en las cercanías del Estadio de Francia, ubicado al norte de la ciudad, donde se jugaba un amistoso de fútbol entre Francia y Alemania y donde se encontraba el presidente Francois Hollande, viendo el partido. Al sur de ahí, en la Rue de la Fontaine hubo un tiroteo con al menos 5 muertos. Cerca de allí, en los restaurantes Le Petit Cambodge y Le Carillon, hubo otro tiroteo con al menos 15 muertos y mas de 20 heridos en estado crítico. Otros tiroteos ocurrieron en la zona sur de París, el Boulevard Beaumarchais, la Avenida de la République, la calle Charonne, con al menos 25 muertos y 60 heridos.

Las autoridades habían estado al tanto de las amenazas potenciales al principio del día. Una amenaza de bomba telefoneada a mediodía al Hotel Molitor, donde se alojaba el equipo de fútbol alemán, obligó a la evacuación del hotel, que fue sellado con cinta policial. En la medianoche, y tras conocerse la masacre, el presidente Hollande anunció que había ordenado un masivo despliegue de las fuerzas de seguridad y la intervención de los militares. "Tomaremos dos decisiones: el estado de emergencia, lo que significa que varios lugares se cerrarán, y la limitación del tráfico en ciertas áreas", dijo.

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