Aleardo Laría Rajneri, elcohetealaluna.com
El nacionalismo orgánico como origen del problema
Hannah Arendt (1908-1975) ha sido una de las intelectuales judías más importantes del siglo XX. Sus obras, tituladas «Los orígenes del totalitarismo» (1951), «La condición humana» (1958) y «Sobre la revolución» (1963), la sitúan como una de las pensadoras más relevantes en el mundo académico occidental. Su libro más polémico, «Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal» (1961), es una muestra de su capacidad para articular un análisis independiente y provocador, en el mejor sentido de la expresión. Consideraba que la “solución final” ideada por Hitler desafiaba toda racionalidad, porque esa maldad era “banal” en el sentido de que no tenía raíces profundas y se había basado simplemente en ignorar la condición humana de los judíos. Por ese motivo, sostenía que el juicio contra Eichmann no debería haberse construido sobre la acusación de un crimen “contra el pueblo judío”, sino “contra la humanidad”. Afirmaba que el derrumbe espiritual de Europa era consecuencia de haberse plegado frente al sangriento ídolo de la raza.