Hace una semana la CIA desclasificó un documento sobre la visita de Joe Biden a Kiev en diciembre de 2015, un viaje en el que, según el documento publicado, las autoridades ucranianas mostraron su sorpresa y su disgusto por el escaso valor político de las intervenciones del entonces vicepresidente. Biden, según esas fuentes, Biden se mostraba más interesado en sus negocios privados en Ucrania que en mostrar el apoyo esperado al Gobierno de Poroshenko.
Nahia Sanzo, Slavyangrad
Mientras los países europeos buscan la forma de utilizar los activos rusos retenidos en la Unión Europea para financiar la continuación de la guerra, al otro lado del Atlántico se ha plantedo otro problema. Estados Unidos ha dejado claro que no va a volver a emplear más dinero para mantener la guerra, por lo que espera que sean los países europeos quienes eleven la apuesta y se hagan cargo de una guerra que, recuerdan, se produce en su continente. Esta argumentación olvida que, como país más importante de la OTAN, circunstancia que Donald Trump ha señalado como una de las causas de la guerra, también Washington tiene una responsabilidad. Sin embargo, la actual coyuntura, con una UE completamente subordinada a Estados Unidos en su intento de mantener cierta relevancia internacional, permite a la Casa Blanca dar órdenes en la distancia y pasar de ser el principal espónsor de las Fuerzas Armadas de Ucrania a principal beneficiario de la venta de armas a los países europeos para su envío a Kiev. Como muestran las palabras del embajador de Estados Unidos en la OTAN, Washington espera que sus aliados europeos de la OTAN aumenten su inversión en ese papel de financiadores de la guerra que Donald Trump les ha adjudicado.
“Creo que Europa debe hacer más. Desde la OTAN, les instamos a diario a que hagan dos cosas. Primero, deben brindar más apoyo a Ucrania. Esta es una guerra europea, y los europeos deben pagarla. En segundo lugar, necesitan invertir más y con mayor rapidez en su propia defensa y seguridad. Les estamos ayudando en este sentido, pero tienen problemas sistémicos que deben abordarse, en particular los relacionados con la industria de la defensa y el aumento de la producción. Actualmente no están a la altura de las circunstancias, y deberían hacerlo. Esto es crucial para toda la organización”, afirmó el embajador Whitaker en una aparición en Fox News. El mensaje de Estados Unidos es claro: los países europeos deben gastar más dinero en armas para Ucrania y aumentar el gasto militar para su propia seguridad. Es evidente que Washington es consciente de que cualquier aumento de la inversión militar implica la adquisición de armas estadounidenses, un importante beneficio para el complejo militar industrial estadounidense.







