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viernes, 25 de octubre de 2024

El prolongado estancamiento de la economía mundial

Prabhat Patnaik, Resistenze.org

El hecho de que la economía mundial se desaceleró después de la crisis financiera de 2008 está fuera de toda duda. De hecho, incluso los economistas conservadores estadounidenses han comenzado a utilizar el término "estancamiento secular" para describir la situación actual (aunque dan su propia definición particular). El propósito de esta nota es proporcionar algunos datos sobre las tasas de crecimiento para establecer este punto en particular.

Los cálculos del PIB, notoriamente poco confiables para ciertos países, lo son aún más para el mundo en su conjunto. En la India, muchos investigadores han cuestionado las estimaciones oficiales de la tasa de crecimiento del PIB y han sugerido que esta tasa apenas ha superado el 4-4,5% anual en los últimos años, frente al alrededor del 7% indicado por las estadísticas oficiales. La celebración de la aceleración del crecimiento del PIB en el período neoliberal en comparación con el dirigista parecería completamente fuera de lugar; y si la tasa de crecimiento del PIB apenas ha crecido en comparación con el pasado, mientras que las desigualdades han aumentado significativamente, entonces la afirmación de que la condición de los trabajadores ha empeorado en el período neoliberal sería aún más sólida, como lo demuestran claramente otros indicadores como los datos sobre la ingesta nutricional. Pero a pesar de la incertidumbre sobre los datos, examinemos qué ha sucedido con el PIB mundial.

domingo, 9 de junio de 2024

La parábola de Occidente y el nuevo Potlatch

El Occidente dirigido por Estados Unidos es incapaz de reconocer ningún «Plan B» y, por otra parte, comprende que el «Plan A» resulta físicamente infranqueable por la existencia de innegables contrapoderes. Esta situación sólo produce una tendencia obstinada, la de trabajar para hacer desaparecer esos contrapoderes internacionales.

Andrea Zhok, l'antidiplomatico

En el marco político internacional que caracteriza esta fase histórica, hay un factor que me parece sumamente preocupante. Se trata de la combinación, en el mundo occidental, de 1) un factor estructural y 2) un factor cultural. Intentaré esbozar los aspectos básicos de esto de forma deliberadamente esquemática.

1.- El Factor Estructural


Es sabido que Occidente ha adquirido una posición hegemónica mundial en los últimos tres siglos. Lo ha hecho gracias a ciertas innovaciones (europeas) que le han permitido aumentar decisivamente la producción industrial y la tecnología militar.

Durante el siglo XIX, Occidente impuso sus leyes, o contratos, a prácticamente todo el mundo. Algunas partes del mundo, como América del Norte y Oceanía, han cambiado radicalmente su configuración étnica, convirtiéndose en asentamientos estables de poblaciones de origen europeo. Los imperios asiáticos de miles de años de antigüedad se encontraron en un estado de protectorado, colonia o sometimiento. África se convirtió en una fuente de mano de obra y materias primas gratuitas.

Todo esto ocurrió a la luz de un modelo económico que estructuralmente necesitaba un crecimiento constante para mantener su funcionalidad, incluida la paz interna.

sábado, 4 de septiembre de 2021

La cuarta ola es ya una realidad

Sergio Ferrari, Rebelión

Lejos de desaparecer, el COVID-19 recupera protagonismo en Europa luego del respiro estival. Y ahora se confirma la que ya es una realidad: la cuarta ola. La variante Delta se proyecta como el actor virulento de esta tragedia social que parece no tener fin.

Esta nueva ola se está acelerando debido, principalmente, a los contagios entre la población adulta joven, advirtió la tercera semana de agosto el Instituto Robert Koch (RKI), organismo alemán de prevención y control de enfermedades.

Los casos de infección se han incrementado una vez más desde inicios de julio, luego del paréntesis de abril a junio. El número de hospitalizaciones también aumenta, con una diferencia neta con respecto a las olas anteriores: ahora la franja de edad predominante es de 35 a 59 años. Si bien en Alemania hacia la tercera semana de agosto un 63.8% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna –y un 58.25%, las dos– el RKI considera que el riesgo de contagio es siempre mucho más alto entre los no vacunados y que han recibido una sola dosis. La variante Delta representa el 99% de la incidencia pandémica total en ese país.

jueves, 22 de julio de 2021

La vacunación es un derecho que debería también ser un deber

Vicenc Navarro, Público

La situación actual de la pandemia muestra claramente que en Europa, en algunos países más y en otros menos, hay una gran distancia entre lo que debería hacerse (según propone el conocimiento científico) y lo que se está haciendo por parte de las autoridades públicas en los distintos niveles de gobierno para controlarla. Tal distancia se explica por muchas razones, pero una importante es el desconocimiento, o ignorancia, de lo que tales autoridades suelen saber sobre la pandemia y sus consecuencias.

Los establishments político-mediáticos dominantes en la mayoría de los países de la Unión Europea están hoy deseosos de promover una visión incorrecta, de que estamos en la recta final de la pandemia, habiendo ya pasado la parte más dura de ella, caminando hacia la vuelta a la normalidad. La verdad objetiva, sin embargo, dista mucho de tal visión triunfalista de que estamos viendo el final de la pandemia.

sábado, 17 de abril de 2021

Grave peligro para la Tierra y la vida: el gran Reinicio del Capitalismo (Great Reset)

Si miramos bien, estamos ante una propuesta corporativista, un capitalismo de los grupos de que no contempla las grandes mayorías de la humanidad. Estas están fuera de su radar.
Leonardo Boff

Se ha abierto en todo mundo un grande debate sobre qué mundo vendrá en la pospandemia. Son muchas las proyecciones, algunas optimistas, que suponen que la humanidad ha aprendido la lección de la Covid-19: desarrollar una relación amigable con la naturaleza; las sociedades deberán superar las profundas desigualdades actuales en la línea de la encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco: que todos se sientan hermanos y hermanas, también con los seres de la naturaleza, y no sus amos y señores, en caso contrario nadie se salvará (Ft n.32).

Lo que sin embargo causa grave preocupación es el llamado Great Reset, Gran Reinicio, en nuestro dialecto, “La Gran Reanudación” del orden capitalista mundial. Esta expresión fue sugerida por el príncipe Charles juntamente con el Coordinador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab. Este orden esta urdido por aquellos que el informe de la OXFAM “Tiempo de Cuidar”, (ONG inglesa que mide los niveles de riqueza y de pobreza en el mundo), señala como los pocos multimillonarios. Según esa fuente, en 2019 había 2.153 individuos que tenían más riqueza que 4.600 millones de personas. El 1% de este grupo tiene más del doble de la riqueza de 6.900 millones de personas. Con la pandemia se han hecho todavía más ricos. Sólo estos datos revelan una economía gravemente enferma y nada saludable, un virus.

martes, 5 de enero de 2021

Capitalismo pandémico

Si el capitalismo es una sindemia, va a seguir produciendo virus y pandemias. Ese es el futuro y no es halagüeño. La política y la ciencia deberían estar luchando para liberar a la humanidad y a ellas mismas del capitalismo. Eso sí sería bueno para todos

Santiago Alba Rico, ctxt

El pasado mes de septiembre, Richard Horton publicaba en la conocida revista The Lancet un artículo cuyo título puede resultar provocativo o sospechoso: No es una pandemia. Obviamente, no se trata de que uno de los medios científicos más prestigiosos del mundo hubiese colado entre sus páginas la opinión de un negacionista. Horton no negaba la existencia de la covid-19 ni alimentaba delirios conspirativos. Basándose en un concepto forjado en 1990 por el epidemiólogo Merrill Singer, Horton sostenía que no nos enfrentamos hoy a una pandemia sino a algo más complejo y, por lo tanto, más peligroso: una “sindemia”; es decir, un cuadro epidémico en el que la enfermedad infecciosa se entrelaza con otras enfermedades, crónicas o recurrentes, asociadas a su vez a la distribución desigual de la riqueza, la jerarquía social, el mayor o menor acceso a vivienda o salud, etc., factores todos ellos atravesados por una inevitable marca de raza, de clase y de género. La sindemia es una pandemia en la que los factores biológicos, económicos y sociales se entreveran de tal modo que hacen imposible una solución parcial o especializada y menos mágica y definitiva.

lunes, 7 de septiembre de 2020

Covid 19: No hay que elegir entre salvar vidas y la economía. Los datos desvelan una falsa dicotomía

Los países que más han protegido la vida y la salud de sus ciudadanos durante la pandemia de COVID-19 también han sido aquellos cuyas economías se han visto menos afectadas
Quo

Desde el inicio de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 se han escuchado voces de políticos, opinadores y tertulianos hablando de un equilibrio supuestamente ineludible: si se protegía la salud de las personas reforzando los sistemas sanitarios y adoptando medidas de prevención, con cierres de escuelas y centros de trabajo, medidas de distanciamiento, teletrabajo e higiene, la economía se iba a ver afectada. Al mismo tiempo, según estas personas, para reactivar la economía había que asumir los muertos y enfermos como efectos inevitables. Tras observar los datos de la OCDE y Eurostat, ninguna de estas afirmaciones es cierta. La mayoría de los países que han logrado proteger la salud de su población durante la pandemia, también han protegido su economía La información ha sido compilada por Our World in Data, una organización sin ánimo de lucro con sede en Oxford, Reino Unido. Los analistas han comparado los impactos sanitarios y los económicos de la pandemia en diferentes países con los últimos datos del PIB y la tasa de mortalidad a causa de la COVID-19.

viernes, 3 de julio de 2020

Una rápida reapertura económica nos mandará al infierno



La gente necesita desesperadamente volver a trabajar y recuperar lo que sea posible de su vida. Pero Mike Davis sostiene que una apertura rápida de la economía dará como resultado una tragedia indescriptible para millones de personas.

Introducción de A l’encontre:

En la tarde del 26 de junio de 2020, el Washington Post publicó un artículo sobre la situación de la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos. A continuación, lo esencial del artículo: «El jueves 25 de junio se registró un número récord de infecciones por segundo día consecutivo: más de 39.000 nuevos casos de COVID-19 en el territorio de Estados Unidos, y varios estados están restableciendo rápidamente la cuarentena. La voluntad de reactivar la actividad económica en el país se ha revelado contraproducente.»

• El viernes 26 de junio, los estados de Texas y de Florida ordenaron el cierre de los bares, unas semanas después de la reapertura, y este último estado registró casi 9.000 nuevos casos. Nuevo México suspendió la etapa siguiente de su plan de reapertura. «Me preocupa el hecho de que podamos saturar el sistema de salud, los hospitales, las unidades de cuidados intensivos», dijo el responsable de la salud del estado de Mississippi al periódico Clarion-Ledger: «No estoy hablando del otoño, sino de esta semana».

miércoles, 17 de junio de 2020

Bloomberg: "Chile: de falso modelo a seguir... a estar entre los peores del mundo"



Un crudo análisis realizó Bloomberg sobre el manejo del covid-19 en Chile. La agencia estadounidense entregó un amplio comentario sobre lo que ha sucedido en Chile con la crisis desatada por la pandemia."Tiene una de las tasas más altas del mundo de infecciones per cápita y su ministro de salud, que alguna vez fue elogiado, se ha visto obligado a renunciar", es uno de los planteamientos iniciales en la extensa nota.

"Las evaluaciones iniciales sugieren que Chile siguió el ejemplo de las naciones ricas solo para darse cuenta, una vez más, de que un gran porcentaje de sus ciudadanos son pobres", señala Bloomberg.

miércoles, 10 de junio de 2020

Restauración neoliberal o proceso revolucionario


Pepe Escobar, observatoriocrisis.com 

El espectro de una nueva Gran Depresión se cierne sobre gran parte del planeta y las perspectivas de la “realpolitik” no son precisamente alentadoras. Las élites dominantes de Occidente emplearán una miríada de tácticas destinadas a perpetuar la pasividad de las poblaciones que apenas han empezado a salir de un arresto domiciliario de facto y, que ha incorporado el disciplinario masivo por parte de los estados y de los círculos financieros-empresariales. 
En su libro más reciente, La Desaparición de los Rituales, Byung-Chul Han, expone que la comunicación total (especialmente en tiempos de pandemia) coincide con la vigilancia total: «es una dominación que transforma en un fantasma la libertad”. El Big Data genera un conocimiento que abre la posibilidad de intervenir en la psique humana y manipularla. Visto desde este ángulo, la transparencia de los datos es un imperativo. El Big Data no representa la continuidad de la Ilustración, sino su fin. 

Esta nueva versión de la Disciplina Castigo de Foucault coincide con la idea que el fin de la era neoliberal es una perspectiva exagerada. Lo que está surgiendo no parece ser una simple inmersión en un nacionalismo populista, sino más bien una restauración del neoliberalismo – narrado ahora como una novedad que incorpora algunos elementos keynesianos. Al fin y al cabo, en la era posterior al confinamiento, para «salvar» los mercados y la iniciativa privada, el Estado también facilitará una posible “transición ecológica”. 

martes, 26 de mayo de 2020

El neoliberalismo ha fracasado


Jaime Richart, Rebelión

No otras culturas, no otras sociedades cuyo pensamiento rector no está basado en la depredación, pero desde luego sí los pueblos arios, sajones, anglosajones y latinos, el grueso de lo que constituye la sociedad occidental, unas naciones más y otras menos, nunca han dado su brazo a torcer desde que el comercio dejó atrás el trueque. No han rectificado nunca su sistema de organización política, económica y social con racionalidad; sólo lo justo para adaptarse a las circunstancias que les son hostiles. Sólo los países nórdicos van por delante con pautas de socialización.

En todo caso, esta pandemia, mejor dicho la OMS, ha declarado el fracaso del neoliberalismo privatizador y el acierto de la estatalización.

Al mercantilismo sucedió el capitalismo, al capitalismo el liberalismo y a éste, hace unas cuatro décadas, el neoliberalismo. Y el neoliberalismo, desde la Thatcher, Friedman, los ensayistas estadounidenses hermanos Kaplan y otros, ha terminado rompiendo el saco de la avaricia. Hasta ayer, no una repentina o progresiva lucidez, sino sólo las consecuencias fatales del abuso para la economía y el beneficio han sido capaces de doblegar la sinrazón de los obtusos. Sólo las mordeduras profundas en el sistema por guerras, catástrofes y calamidades como la que viene sufriendo desde la irrupción de un virus probablemente manipulado en el laboratorio con sospechosos propósitos, dan giros bruscos al sistema. Es lo que parece va ahora a suceder al término de los confinamientos El iusnaturalismo y la ley de la selva del mercado por los que se ha venido rigiendo siempre el sistema, parecen haber llegado a su fin.

lunes, 11 de mayo de 2020

¿Qué ocurre con Agamben ?


Jorge Alemán, Página 12

En primer lugar es ofensivo afirmar tranquilamente que desde Antígona no se habían "abandonado en nombre de un riesgo a los seres queridos". No necesito nombrar aquí los distintos genocidios que sumergieron al ser humano en esa tragedia, solamente señalaré que Agamben es sumamente ambiguo cuando se trata de esclarecer lo que él llama el "riesgo".

En su imputación culpabilizante donde los familiares no se despiden de su ser querido ya fallecido, no se trata solamente del riesgo de cada uno, lo que está en juego es la responsabilidad con la salud de la comunidad. Pero luego, Agamben no solo se escandaliza con los "cobardes" que no se acercan al muerto, ¿también la Iglesia es esta vez tratada como "sierva de la ciencia"? Como si la iglesia, la ciencia, los familiares afectados estuvieran todos dominados por un dispositivo técnico que separa la biología corpórea de su existencia cultural. ¿Acaso estamos siempre unificados?

domingo, 10 de mayo de 2020

La epidemia del filósofo


Marco D’Eramo, La Vorágine

"No habrá recuperación. Habrá disturbios sociales. Habrá violencia. Habrá consecuencias socioeconómicas: un desempleo dramático. Los ciudadanos sufrirán drásticamente: algunos morirán, otros se sentirán muy mal”. Éste no es un escatólogo hablando, sino Jacob Wallenberg, vástago de una de las dinastías más poderosas del capitalismo global, que prevé una contracción económica mundial del 30% y un altísimo desempleo como resultado del “cierre general” del coronavirus. Si bien los filósofos temen que nuestros gobernantes estén explotando la epidemia para imponer una disciplina biopolítica, la clase dominante en sí misma parece tener la preocupación opuesta: “Tengo pánico de las consecuencias para la sociedad… Tenemos que sopesar los riesgos de que el medicamento afecte drásticamente al paciente”. El magnate sueco se hace eco del pronóstico de Trump de que la terapia matará al paciente. Si bien los filósofos ven las medidas contra el contagio (toques de queda, fronteras cerradas, restricciones a las reuniones públicas) como un mecanismo de control siniestro, los gobernantes temen que los bloqueos les hagan perder su control.

Al evaluar el impacto de Covid-19, los filósofos en cuestión han citado las páginas extraordinarias sobre la plaga de Disciplina y castigo, donde Foucault describe las nuevas formas de vigilancia y regulación ocasionadas por el brote a fines del siglo XVII. Quien ha tomado la posición más clara sobre la pandemia es Giorgio Agamben, en una serie de artículos combativos que comienzan con ‘La invención de una epidemia‘, publicado por el 26 de febrero de 2020. En este artículo, Agamben describe las medidas de emergencia implementadas en Italia para detener la propagación del virus como “frenéticas, irracionales y completamente infundadas”. “El miedo a la epidemia da rienda suelta al pánico”, escribía, “y en nombre de la seguridad aceptamos medidas que restringen severamente la libertad, justificando el estado de excepción”. Para Agamben, la respuesta del coronavirus demuestra una “tendencia a usar el estado de excepción como paradigma normal de gobierno”. “Es casi como si, con el terrorismo agotado como origen de medidas excepcionales, la invención de una epidemia ofreciera el pretexto ideal para defenderlos más allá de cualquier limitación”. Agamben reafirmó estas ideas en otros dos textos que aparecieron en el sitio web de la editorial italiana Quodlibet a mediados de marzo.

sábado, 9 de mayo de 2020

Volver a la «normalidad» sería autocondenarse


Leonardo Boff, Koinonia

Cuando pase la pandemia del coronavirus no nos estará permitido volver a la «normalidad» anterior. Sería, en primer lugar, un desprecio a los miles de personas que han muerto asfixiadas por el virus, y una falta de solidaridad con sus familiares y amigos. En segundo lugar, sería la demostración de que no hemos aprendido el mensaje de lo que, más que una crisis, es un llamado urgente a cambiar nuestra forma de vivir en nuestra única Casa Común. Se trata de un llamamiento de la propia Tierra viva, ese superorganismo autorregulado del que somos su parte inteligente y consciente.

Volver a la anterior configuración del mundo, hegemonizado por el capitalismo neoliberal, incapaz de resolver sus contradicciones internas –y cuyo ADN es su voracidad por un crecimiento ilimitado a costa de la sobreexplotación de la naturaleza y la indiferencia ante la pobreza y la miseria de la gran mayoría de la humanidad producida por ella–, es olvidar que dicha configuración está sacudiendo los cimientos ecológicos que sostienen toda la Vida en el planeta. Volver a la “normalidad” anterior (business as usual) sería prolongar una situación que podría implicar nuestra propia destrucción.

lunes, 13 de abril de 2020

¿Covid-19 respuesta de la Madre Naturaleza a la transgresión humana?


Michael T. Klare, TomDispatch

A medida que el coronavirus se extiende por todo el planeta dejando muerte y caos a su paso, van apareciendo muchas teorías para explicar su ferocidad. Una de ellas, ampliamente difundida dentro de los círculos conspirativos de la derecha, es que se originó como arma biológica en un laboratorio militar chino secreto en la ciudad de Wuhan que, de alguna manera (¿quizás intencionalmente?), escapó hacia la población civil. Aunque esa “teoría” ha quedado completamente desacreditada, el presidente Trump y sus acólitos continúan llamando al Covid-19 el virus de China, el virus de Wuhan o incluso la “gripe Kung”, alegando que su propagación global fue el resultado de una respuesta inepta y solapada del Gobierno chino. Los científicos, en general, creen que el virus se originó en los murciélagos y se trasmitió a los humanos a través de los animales salvajes vendidos en un mercado de mariscos de Wuhan. Pero tal vez haya otra posibilidad mucho más ominosa a considerar: que esta es una de las formas en que la Madre Naturaleza resiste el ataque de la humanidad contra sus sistemas de vida fundamentales.

Seamos claros: esta pandemia es un fenómeno mundial de proporciones masivas. No solo ha infectado a cientos de miles de personas en todo el planeta, matando a más de 100.000 de ellas, sino que ha llevado a la economía global a un virtual punto muerto, aplastando potencialmente a millones de empresas, grandes y pequeñas, mientras deja sin trabajo a decenas de millones, o posiblemente cientos de millones de personas. En el pasado, los desastres de esta magnitud derrocaron imperios, desencadenaron rebeliones masivas y provocaron hambrunas e inanición. Este cataclismo producirá también miseria generalizada y pondrá en peligro la supervivencia de numerosos gobiernos.

Es comprensible que nuestros antepasados consideraran tales calamidades como manifestaciones de la furia de los dioses enojados por la falta de respeto y el maltrato humano de su universo, el mundo natural. Hoy en día, las personas educadas descartan por lo general esas nociones, pero los científicos han descubierto recientemente que el impacto humano sobre el medio ambiente, especialmente la quema de combustibles fósiles, están produciendo circuitos de retroalimentación que causan daños cada vez más graves a las comunidades de todo el mundo en forma de tormentas extremas, sequías persistentes, incendios forestales masivos y olas de calor recurrentes de un tipo cada vez más mortal.

sábado, 11 de abril de 2020

En EEUU sabían que el virus tenía consecuencias catastróficas pero Trump no hizo nada


Pese a que funcionarios de inteligencia advirtieron al Pentágono, a la Casa Blanca y al Estado Mayor en noviembre del año pasado que el nuevo virus encontrado podía tener consecuencias catastróficas para la humanidad, el gobierno de Donald Trump hizo caso omiso y, como en todo, subestimó la información. El informe fue dado a conocer esta semana por ABC News y es lapidario para Trump y todo el gobierno de Estados Unidos.

De acuerdo esta publicación, funcionarios del Centro Nacional de Inteligencia Médica (NCMI), levantaron la alarma sobre lo que ahora se conoce como pandemia del coronavirus, en un informe fechado en noviembre de 2019. Se daba cuenta de una enfermedad fuera de control que se podría convertir rapidamente en una gran amenaza para las fuerzas del Ejercito de EEUU en Asia. El NCMI es un componente de la Agencia de Inteligencia del Pentágono y su objetivo es garantizar que las fuerzas militares de EEUU tengan toda la información epidemiológica que los puede afectar en alguna de sus misiones. Es prioridad del Pentágono mantener sanos a los soldados.

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